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Ciertamente la Eucaristía es propia de la vida de la Iglesia por ser la mesa del perdón, la de
los pobres, la de la caridad y la de la palabra. Toda la vida espiritual y la doctrina del Salvador en un
solo sitio y a la que se unen todos los sacramentos. Para obtener una imagen de la Eucaristía en
toda su plenitud, debemos empezar donde todo la comenzado: el Vetero Testamento; en él, aunque
en los textos que sé citaran hay que tener claro que no hay una clara referencia al banquete de la
carne del Salvador, sí se puede entrever las prefiguraciones que de ella se dan.
La ofrenda del justo Abel1, es la aceptación de los dones ofrecidos a Dios, pero más
elocuente ha sido el derrame de su sangre, de esta manera, Cristo ha ofrecido su vida y derramado
su sangre. El sacrificio de Abraham a quienes las tres grandes religiones llaman el “padre de la fe”,
Dios le pidió la suprema prueba de fe, sacrificar a su Hijo2. La entrega generosa de Abraham y de
Isaac es prefigura del ofrecimiento de la Iglesia al Padre de una sola víctima.
El pan para el camino de Elías6, que le sirvió para caminar cuarenta días hasta el Horeb para
contemplar la gloria de Dios, es una prefigura de la Eucaristía, que se constituye para la Iglesia el
Pan de Vida que le permite a la Iglesia caminar por el valle de lágrimas; en otras palabras, la
Eucaristía como viatico para el viaje del pueblo santo de Dios. También tiene un paralelo con el
banquete final de Isaías7, un banquete escatológico muy parecido a los de las parábolas de Jesús en
el Nuevo Testamento.
1
Sagrada Biblia. Traducido de la Vulgata Latina por José Miguel Petisco. Génesis 4, 4-5. 9na Edición. Madrid:
Editorial Apostolado De La Prensa, 1964.
2
Ibíd. Génesis 4, 4-5.
3
Ibíd. Génesis 14, 18-20
4
Ibíd. Hebreos 7-8.
5
Ibíd. Éxodo 12.
6
Ibíd. 1 Re 19, 1-8.
7
Ibíd. Isaías 25, 6-10.
8
Ibíd. Juan 3, 27-30
La multiplicación de los panes y el discurso del Pan de Vida9 son los más elocuentes para
descubrir los misterios de la Eucaristía. El discurso del Pan de Vida, ya habla de la Eucaristía de
manera amplia, lo que motiva a Juan a no narrar la institución de la Eucaristía. Los que efectos que
Jesús describe en su discurso del capítulo seis, se pueden aplicar también a la Eucaristía, estos dos
frutos son, el primero es la compenetración o inmanencia y el segundo la inmortalidad.
El lavatorio de los pies10, aunque no dice nada explícito de la Eucarística si se resalta el hecho
del día, un suceso ocurrido el día antes de la pascua y ya se ha explicado anteriormente la relación
de la pascua judía con el banquete Jesucristo. Éste es el sentido profundo de la Eucaristía: servicio y
amor hasta el extremo. Después de su resurrección, el relato de los discípulos de Emaús11 tiene una
estructura primigenia de la Eucaristía; a saber, narración de acontecimientos (Evangelio),
Explicación de la Escritura (Homilía) y fracción del pan.
Los domingos eran los días privilegiados para recibir la comunión, a la que se recomiendo
recibirla propiamente de manos del obispo. Con el trascurso de los siglos la Eucaristía se fue
volviendo mucho más privado, menos del pueblo. En los inicios de la edad media el pueblo intenta
recuperar la Eucaristía por medio de devociones particulares, incluyendo el Corpus.
El Concilio Vaticano II, devuelve la Eucaristía al pueblo, teniendo como base las
declaraciones de Trento, el concilio ordena una revisión minuciosa de todo lo agregado que no
pertenezca a la plenitud del misterio Eucarístico.
Conclusiones
La Iglesia, Madre y Maestra de toda la humanidad debe caminar a una educación propia de
la Eucaristía que haga comprender el hondo misterio encerrado en el banquete pascual, anticipo
99
Ibíd. Cf. Marcos 6, 33-44; Juan 6, 23-52.
10
Ibíd. Juan 13, 1-20.
11
Ibíd. Lucas 24, 13-35.
del cielo y viatico escatológico que prepara para el encuentro definitivo con la Promesa de la
Inmanencia y la inmortalidad.