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Profecía Inca
Pachacuti o (Pachacutec) fue el nombre dado al noveno soberano Inca, quien construyó a
Machu Pichu y al Imperio de los Niños del Sol. Así como lo implica el nombre él fue el
transformador de la sociedad inca que inició a la quinta era mundial inca, o el quinto sol, que
irónicamente también trajo el final del mundo inca.
El tiempo del Pachacuti o Pachacutec trajo la venida de los conquistadores españoles y
finalmente la destrucción del imperio. En un furor de violencia, la orden cultural más alta que
los Andes ha conocido fue rápidamente derrocada.
Las profecías incas andinas predijeron el regreso del Pachacuti (Pachacutec), pero estás no
son profecías de fatalidad - ellas prometen un comienzo humano nuevo, "un milenio de oro en
la Tierra. Ellas hablan del potencial que viene al "salir fuera del tiempo", lo cual no es
simplemente un concepto metafórico sino que un logro concreto que puede despertar a toda la
gente del mundo.
Cuando nos salimos fuera del tiempo, dejamos a todos los conceptos pasados y toda la
percepción que resulta de nuestra noción normal del tiempo y el espacio. Tal cambio nos da el
potencial de recrearnos a nosotros mismos en un paradigma totalmente nuevo. De acuerdo con
Villoldo, las profecías hablan de un "desgarro en la tela del tiempo".
Los ancianos andinos reconocen que éste evento, que es un fenómeno perceptible, le presenta a
la humanidad una oportunidad enorme. Si somos capaces de renuncia de cada concepto
limitante que tenemos acerca de nosotros, finalmente veremos el esplendor pleno de lo que
podemos ser -lo que la gente de la cultura inca siempre han sabido.
Que somos, en efecto, semillas de luz divinas - somos semillas de dios.
Las profecías andinas implican que las entradas a otras dimensiones se están abriendo otra vez.
Américo Yabar se refiere al tiempo actual de Pachacuti como "el tiempo de la semilla nueva".
La humanidad nueva que resultará será capaz de percibir al Universo en una forma
radicalmente diferente; vamos a poder salir fuera del tiempo lineal.
Las profecías también hablan del tiempo del Mastay, o la reintregación de la gente de las
cuatro direcciones. Los Qéro (Quero) y otros andinos han ofrecido sus enseñanzas para ayudarle
al mundo a prepararse para el Gran Mastay. Así como ellos lo expresan , el tiempo ya viene
para que la Gran Águila del Norte y el Gran Cóndor del Sur (refiriéndose a las Américas como un
todo) vuelen juntos otra vez.
Las enseñanzas incas andinas involucran a Mosog Karpay, una ceremonia especial en la que la
semilla de Pachacuti se dice que se coloca en el cuerpo luminoso de cada destinatario, de esta
forma a través de una transmisión energética, conectando al individuo con el poder del linaje
antiguo, el semillero de Wiracocha. Dentro de la semilla están todos los códigos de luz del
cuerpo de los incas, los seres dioses conectados directamente con las estrellas.
Existen muchos caminos para el despertar de la semilla de la divinidad en todos nosotros. Por
medio de la oración (el habla sagrada), por medio de la ceremonia y el ritual (las acciones
sagradas), por medio de transmisiones directas (la gracia sagrada), y por la práctica del Ayni
(el ser sagrado), las semillas dentro de nosotros pueden despertarse y prosperar. Sin embargo,
éstas semillas no se despertarán hasta que nosotros nos deshagamos de las creencias falsas
que nos dicen que estamos separados de la naturaleza.
Para despertar necesitamos liberarnos de la visión del mundo cartesiana limitada y que nos
reunamos con la Madre Cósmica divina. En éste contexto Alberto Villolldo expones que para
ganar tal expansión de conciencia, los occidentales primero requieren despojarse del mito que
fuimos expulsados y separados de la fuente divina.
"Somos la única gente en el mundo que fuimos expulsados. Toda la gente primitiva (nativos
americanos, indios, amerindios, etc.) tienen una comunión con la Tierra y todo lo que le
pertenece a ella. Ellos todavía pueden caminar por la Tierra, ellos todavía pueden hablar con
los árboles, los ríos y los ríos le contestan".
Necesitamos ofrecerle a la pachamama (Tierra) nuestro Ayni más alto. Este puede ser la única
cosa más importante que podamos hacer, ya sea ambos como individuos o como una
comunidad humana.
Los que tienen conocimiento, conocido como Yachay, esos que tienen amor y sentimientos,
conocido como Munay; y esos que tienen la habilidad de manifestar, conocida como Llankay.
La gente europea se dice que personifica en su mayoría al gran poder intelectual de Yachay. La
gente del Norte América se dice que tienen el poder físico más desarrollado y la voluntad fuerte
que los lleva a la acción en el mundo externo, correspondiendo a Llankay. Y los indios de Sur
América se dice que poseen el amor más grande, representando a Munay.
Además, y mucho más importante, éstos tres aspectos -la mente, el cuerpo, y el corazón, así
como las tres piedras simbólicas que los mayas fijan en sus hogares, deben ser merclados
dentro de cada individuo.
Fuente: Judith Bluestones P. El regreso de los niños de la luz: Profecias de los incas y los mayas para un nuevo mundo.
Estos incas conocidos como Qéros se habrían recluido en alturas superiores a 4200 metros de
altura para escapar de la última conquista española. Estuvieron allí, guardando celosamente la
sabíduría de sus antepasados, esperando el momento oportuno para sacarlas a la luz, y fue en
1949 que fueron descubiertos.
En estos últimos tiempos se ha hablado mucho sobre los incas Qéros (Queros), después del
Pachacuteq (Pachacuti) de dolor bajaron desde los Andes, área del Qusco (Cusco), hasta los
valles, compartiendo sus sabidurías guardadas en las montañas más inhóspitas.
Los Qéros han conservado las profecías sagradas, hablan sobre el llamado del Mastay y la
reintegración de las cuatro naciones: Antisuyu, Qontisuyu, Chincasuyu, Qollasuyu, los cuatro
puntos cardinales.
Los Q'ero son hoy una realidad como cualquier otro pueblo que sobrevivió a la colonización.
También ellos compartieron su visión y conocida antigua profecía inca: La Unión de las aves
sagradas: El águila y el Cóndor.
Como los Imbadura del Ecuador, como los Wayúu, los Witoto de Colombia, como los Quechuas
del Perú y Bolivia, ese tiempo ya llegó, es el cumplimiento de las profecías, es la unión y el
despertar de las fuerzas energéticas del Mach'aq Mayu y el Sirpe (serpiente y víbora
voladora), es tiempo del despertar del Puma y Uturunku, son tiempo del Wanaku (Guanaco) y
la Wik'uña(Vicuña).
Los Qéros (Queros) ofrecen a la cultura occidental una puerta a todos los que puedan entender
el respeto a todo lo sagrado, porque ellos, como otros pueblos con sabiduría, fueron y son los
guardianoes de todo el conocimiento: La medicina, las ceremonias, todas con contenidos
proféticos, de anuncio para que se cumplan las señales del gran cambio que está cerca. El
Munay, el amor, la comprensión y la humildad serán el motor guia de esta gran unión de
pueblos y naciones.
"Sigue tus propias huellas. Aprende de los ríos, árboles y rocas. Honra al Cristo, el Buddha, a
tus hermanos y hermanas. Honra a la Madre Tierra y al Gran Espíritu. Hónrate a ti mismo
y a toda la creación." "Mira con los ojos de tu alma y comprométete a lo esencial"
Estas son las enseñanzas de nuestros hermanos incas los Q'eros.
Nota: Encontramos una similitud con las profecias Mayas donde se habla de la profecía del fin
de la era del "Quinto Sol". Dando inició a un nuevo período. En ninguna de las profecías se
determina el fin del mundo para fines del año 2012, al contrario se menciona el comienzo de un
tiempo de transformación donde nos iremos acercando profundamente a nuestras raíces
ancestrales y orígenes.
Debajo de la Esfinge
http://www.lacuevadehercules.com/2008/06/debajo-de-la-esfinge.html
Vamos a hablar en esta ocasión, de algunos casos parecidos al de Toledo, simplemente para que seamos
conscientes de que los seres humanos de todo el mundo son víctimas de unas retorcidas y sucias censuras,
manipulaciones y ocultamientos por parte de unos grupos oscuros de poder, interconectados y coordinados,
que controlan toda la información a nivel mundial, y a cuyas directrices engañosas son obligados a plegarse
religiosamente todos los gobiernos del mundo.
El vidente estadounidense Edgar Cayce (kentucky 1877- Virginia Beach 1945) profetizó que debajo de la
Esfinge de Gizeh en Egipto se encontraba un recinto secreto que albergaba una Biblioteca del Pasado con
documentos y objetos atlantes, provenientes de los habitantes de la Atlantida que se habrían instalado en
Egipto, y que se descubriría este legado atlante a finales del siglo XX. Según Cayce, existe una cámara o
pasadizo que va desde la pata delantera derecha de la Esfinge hasta la entrada a la cámara de los registros.
Algunos piensan que quizás Cayce se equivocó al pronosticar que se descubriría en 1978 y nada sabemos
de este hallazgo. Sin embargo no se equivocó tanto, sino que al final más bien acertó, pues la Camara
secreta de la Esfinge no ha salido a la luz porque las autoridades no lo han permitido, pero sí que ha sido
descubierta ya, hace décadas, precisamente en torno a la fecha facilitada por Edgar Cayce.
Desde la década de 1930 ya se vino investigando esta cavidad bajo la Esfinge, a cargo de la ARE,
Association for Research and Enlightenment, (Asociación para la Investigación y la Iluminación) fundada por
Edgar Cayce en 1931. A partir de esa fecha, esta Sociedad patrocinó diversos proyectos encaminados a la
comprobación real de las salas ocultas propuestas por Cayce, contando para tal fin con organismos como la
Universidad de Ain Shams del Cairo o el Instituto de Investigaciones de Stanford, SRI. Las prospecciones y
sondeos dieron como resultado la localización de vacíos en el terreno, en los mismos lugares referidos por el
vidente.
Edgar Cayce situó la cultura pre-egipcia, de las grandes construcciones, hacia el 10.500 a. de C., la misma
fecha que más tarde calcularían Robert Bauval, Graham Hancock, el egiptólogo John Anthony West, el
geólogo de la Universidad de Boston, Robert Schoch, y el Jefe de Sismografía de Houston, Thomas Dobecki.
Los estudios científicos más modernos, conocidos, empezaron a partir del año 1987, por numerosos equipos
de todo el mundo, y han descubierto en repetidas ocasiones que hay pasadizos y cavidades huecas bajo la
Esfinge y la Gran Pirámide y entre ambos monumentos. Ha habido una serie de investigaciones y
prospecciones arqueológicas que han tenido como objetivo el subterráneo de la Esfinge, de las que podemos
resumir algunas de ellas:
En 1987 un equipo japones usó un método para buscar cavidades en la Gran Pirámide. Identificaron Tres
cavidades potenciales en el área de la Esfinge.
En 1988 un equipo japones conducido por el Profesor Yoshimura, detectó una cavidad fuera del pasadizo de
la Cámara de la Reina; también detectaron una cavidad grande detrás de la pared Noroeste de la Cámara de
la Reina y la señal de un tunel fuera de la pirámide, que parece correr por debajo de la estructura.
En Octubre de 1992, el Profesor Jean Kerisal también detectó cavidades y túneles debajo del conjunto de
Gizeh.
Una de las referencias más asombrosas es la que protagonizaron en 1924 el Dr. John Kinnaman y el
egiptólogo Flinders Petrie. Según su relato, se internaron por un túnel situado en el sur de la Gran Pirámide.
Abajo, a una gran profundidad, hallaron un recinto que contenía máquinas de origen desconocido y prismas
de cristal.
En 1945, el Príncipe Faruk de Egipto, corrió una piedra junto a la Esfinge, y encontró un recinto que, según
dijo, lo custodiaba un robot.
Y así, los ejemplos serían numerosos. Está demostrado desde los años 80 que debajo de la Esfinge hay
pasadizos y cámaras secretas con información sensible y reservada. Pero ¿qué ha ocurrido? Que al igual
que en Toledo, las autoridades políticas, religiosas, y arqueológicas, en este caso de Egipto con Zahi Hawass
a la cabeza, el mandamás gubernamental de la cultura arqueológica egipcia, han prohibido proseguir con
esas investigaciones subterráneas de la Esfinge así como de túneles que van desde la Esfinge hasta la Gran
Pirámide.
No han dado permisos a nadie, han frenado todos los proyectos subterráneos y a todos estos equipos
científicos internacionales que pretendían continuar entusiasmadamente con sus trabajos no se les ha
permitido que volvieran de nuevo para completar sus investigaciones, ante el estupor y contrariedad de todos
los egiptólogos del mundo. Un auténtico escándalo en la comunidad cultural y científica mundial.
Hasta ahora lo único que ha trascendido a la luz pública es una pequeña cavidad o agujero situado en la
parte trasera izquierda del monumento, junto a la cola del león, que aparentemente no conduce al gran
subterráneo. Claro que los primeros que entraron, fueron los miembros de la ARCE, American Research
Center in EGYPT, dirigida por Zahi Hawass, naturalmente, para acondicionarlo convenientemente como lugar
de visita turística. Los investigadores suponen que la Entrada Principal al subterráneo estaría debajo de la
cabeza y entre las dos patas delanteras, en una zona que aparece tapada actualmente por la Estela de
piedra de Tutmosis IV.
La Materia Reservada y la Clasificación de Secretos Gubernamentales no afecta sólo al Fenómeno Ovni, sino
también a la Arqueología y otras materias que puedan crear conflicto. En numerosas ocasiones se han
hallado objetos arqueológicos conflictivos por todos los países del mundo, y rápidamente los gobiernos han
corrido una tupida cortina, secuestrando los hallazgos y escondiéndolos en Almacenes secretos y seguros,
además de amenazar o engañar a aquellas personas que casualmente hubieran encontrado dicho hallazgo.
Y así, la lista de tesoros escondidos o disimulados por los gobiernos del mundo, es muy larga. La Dama de
Mali es la figura de una mujer esculpida en una montaña de 1500 metros, llamada el Monte Loura. Fué
descubierta en 1990 por el profesor italiano Angelo Pitoni. Los rasgos blancos de la Madonna contrastan en
medio de una zona del Africa profunda con pobladores de tipo negroide. A pesar de lo sorprendente de este
hallazgo, apenas ha trascendido a la sociedad y casi nadie conoce, excepto investigadores especializados.
O tenemos también el caso de La Cueva de los Tayos en Ecuador. En 1976 una Expedición de la que
formaba parte el astronauta Neil Armstrong se internó en esta cavidad en busca de unas planchas de oro con
información escrita por los dioses de la antigüedad. Pero el resultado de la operación quedó, como no, en
secreto.
Y así los ejemplos serían muchos, evidenciándose que vivimos en una gran mentira; vivimos en un mundo
imaginario que nos han dicho que es así; pero en realidad nuestro mundo es otro muy diferente.
Un buen escándalo se formó también con el Caso Gantenbrink. En 1993, las autoridades egipcias, decidieron
instalar un sistema de aire acondicionado utilizando los llamados canales de ventilación que se habían
descubierto en 1982, para proteger la Gran Pirámide de la humedad provocada por las visitas turísticas. La
tarea fué encargada al ingeniero alemán Rudolf Gantenbrink, perteneciente al Instituto Arqueológico Alemán.
Gantenbrink fabricó un pequeño aparato robot móvil, denominado UPUAUT, que traducido significa “El que
abre caminos”, provisto de un sistema guía por láser y una cámara de televisión.
Después de que el robot recorrió 65 metros por el Conducto de la Cámara de la Reina, apareció una losa a
modo de puerta, con 2 asas de metal, bloqueando el paso del Upuaut hacia una siguiente cavidad. Entonces
el responsable de los monumentos de Egipto paralizó todo, y cerró la Pirámide de Keops al público durante
10 años. Al parecer, las autoridades egipcias quisieron denunciar al ingeniero Gantenbrink. Ante la censura
absoluta impuesta por las autoridades egipcias, la estupefacción y el bochorno en la comunidad científica
eran insostenibles.
Después de mucha polémica y muchas conversaciones, se volvió a entrar de nuevo en el año 2002, para
averiguar qué había detrás de la misteriosa puerta de las 2 asas metálicas. Para esta ocasión, el ingeniero
alemán Gantenbrink fabricó otro robot especial más sofisticado que el anterior, el Pyramid Rover, provisto de
cámara de televisión, equipos de sensores y ultrasonidos. De nuevo apareció otra losa a modo de puerta,
bloqueando el paso, ésta sin las dos asas metálicas. Y así estamos todavía, esperando durante años, para
llegar a saber qué hay al final del túnel de la pirámide.
Hay descubrimientos de los que no se ha dicho toda la verdad, otros que simplemente todavía no han sido
descubiertos, y otros que todavía se mantienen ocultos y a escondidas por los gobiernos y poderes religiosos.
Hay construcciones de las llamadas Imposibles, realizadas en la antigüedad, puesto que en modo alguno
pudieron construirlas los seres humanos, por ejemplo el Conjunto de Pirámides de Gizeh, los Arrecifes de
Irlanda, etc.., que como no se pueden tapar ni esconder porque son muy grandes, gigantescas, se ha optado
oficialmente por contar explicaciones falsas, haciendo partícipes y colaboradores de este fraude cultural a las
autoridades culturales y arqueológicas, cuyas Direcciones Generales son controladas por los Gobiernos.
De la Esfinge de Egipto a la Esfinge de Marte
En otras ocasiones se ha acusado a los gobiernos de haber llevado a cabo operaciones secretas militares
para bombardear hallazgos conflictivos y no dejar ni rastro de tales evidencias, tal es el caso de la Esfinge de
Cydonia o Cara de Marte.
Aunque en este caso podría haber otra segunda posible explicación en el fraude de la Nasa: la confección y
manipulación de imágenes en un laboratorio fotográfico especializado, al servicio de la Agencia Espacial.
Estamos hablando de la nave Mars Global Surveyor.
Las supuestas tomas de la sonda Mars Global Surveyor de 1998, en las que se veía, supuestamente
también, más cerca, La Cara de Marte, son un absoluto fraude.
E igual de sospechosa fué también la anterior Operación “Mars Observer”, de 1993, cuando la Nasa
comunicó que la nave más cara de la Historia enviada a Marte, la nave de los 1000 millones de dólares,
sencillamente “se perdió en el espacio”, sin más …
Las autoridades de la Agencia militar estadounidense Nasa mienten como bellacos. Esta caradura de la Nasa
no es por simple precaución, sino que obedece perfectamente a unos planes absolutamente oscuros y
tétricos de manipulación y engaño hacia toda la humanidad. Esta imagen nunca fué facilitada oficialmente por
la Nasa, sino que fué “filtrada” por algunos técnicos de la Agencia, porque pensaron que el mundo la debía
conocer. Una vez divulgada, como en los casos habituales, la Nasa hizo todo lo posible por desprestigiarla y
desautorizarla.
Las auténticas y frías tomas cartográficas, en blanco y negro, realizadas por las sondas Viking fueron
llegando a la Tierra, a partir de 1976. Tres años más tarde, en 1979, en el Goddard Spaceflight Center, en
Greenbelt, Maryland, los científicos que trabajaban para la Nasa, Vincent Di Pietro y Gregory Moleenar,
mientras revisaban las más de 60 mil fotografías enviadas por la Misión Viking, de repente quedaron
estupefactos al contemplar 2 de las imágenes cartográficas, la 070A13 y la 035A72. Por absurdo o extraño
que les pudiera parecer, no tenían ninguna duda de lo que contemplaban sus adiestrados ojos de expertos
analistas: ¡Aquello era una Cara!…
La Faz marciana, de 2 kilómetros de larga y casi 1 kilómetro de alta, miraba hacia arriba, hacia el espacio.
Era un Rostro con una gran expresión y solemnidad.
- ¡Aquella Faz tenía una gran dignidad!… decían los analistas de la Nasa.
La Cara mostraba una perfecta simetría. En su cabeza había un tocado a rayas, al modo egipcio. Ojos con
pupilas y pestañas, nariz, boca, dientes, y oreja con pendiente. Incluso aparece una misteriosa lágrima
resbalando bajo su ojo derecho. En la zona de la barbilla descendía una rampa al suelo de unos 200 metros.
A pocos kilómetros de la Cara de Marte, llamaba la atención un conjunto de formaciones piramidales, que se
ha denominado “La Ciudadela”. Una de estas pirámides, conocida como la Pirámide-Castillo, o El Fuerte, rota
a media altura, deja ver su interior, y muestra lo que parece que son unas columnas cilíndricas en su interior,
y unas rampas de descenso rodean el exterior de la construcción.
Sin embargo, en 1998, como ya hemos dicho, la Nasa facilitó unas supuestas tomas realizadas por la sonda
Mars Global Surveyor, y en donde antes se veía claramente la solemnidad de un monumento en forma de
Esfinge, ahora aparece, por arte de magia, la impronta de una especie de zapatilla o alpargata. Así es como
la Nasa actúa, en virtud del “Informe Brookings” de 1961, en el que el Gobierno Estadounidense ordena a la
Agencia militar la manipulación y el ocultamiento de las evidencias conflictivas.
Lo mismo que hacen los gobiernos y las autoridades religiosas cuando se empeñan en tapar hallazgos
arqueológicos conflictivos, como la Cueva de Hércules en Toledo.
Todos los emplazamientos religiosos históricos, como son las Catedrales, Iglesias, Monasterios, etc…, no
están ubicados en sus coordenadas geográficas por una suerte de azar, sino que tienen una ubicación exacta
y precisa en relación a unas razones que el público en general suele desconocer. Estos templos sagrados o
edificios religiosos, normalmente, se construyeron allí hace mucho tiempo, siglos o milenios, porque están
“tapando” algo importante que existe subterráneamente debajo de ese edificio.
Aparte de la razón subterránea, ya hemos visto el caso del interior de la Esfinge de Egipto, normalmente
también han existido otras razones de ubicación para todos los templos de todas las civilizaciones, como son
las coordenadas estelares. Pero en este punto hay que aclarar que la religión diabólica de las estrellas,
impuesta por los dioses desde la antigüedad, fué venerada en todas las civilizaciones del mundo, excepto en
el pueblo hebreo, cuyas creencias provenían directamente de Yaveh Dios, por haber sido el pueblo escogido.
Por ejemplo, los asesores esotéricos y ocultistas del Rey Felipe II determinaron que la ubicación perfecta
para el Monasterio y Residencia que el Rey quería construir, sería justo encima de “La Boca del Infierno”, ni
más ni menos, una cavidad subterránea legendaria en la zona de la sierra norte de Madrid, una de esas
puertas mágicas que comunicaba el mundo terrenal con otro mundo paralelo desconocido. De modo que este
Monasterio guarda la Puerta, y también la llave, hacia esa otra dimensión.
Esta es la razón por la que las Catedrales católicas y demás emplazamientos sagrados y religiosos,
repartidos por toda la Tierra, se construyeron siempre sobre otros templos paganos anteriores, guardando los
mismos secretos y tesoros de la vista de los seres humanos. Es el mismo caso que el Monasterio de
Montserrat, que igualmente esconde sus túneles subterráneos, y así todos y cada uno de los emplazamientos
sagrados o religiosos.
Lo curioso además de todo esto, es que todas estas catedrales y enclaves religiosos, estan intercomunicados
subterráneamente, mediante una red mundial de túneles, por extraño que esto nos pueda parecer. Las
energías telúricas, los lugares de poder, y la red mundial de túneles, constituyen la realidad de un rico mundo
subterráneo que los seres humanos todavía ignoran. Y esto solamente es a nivel de la corteza terrestre.
Porque en el interior de la Tierra hay más maravillas todavía.
Hay muchas cosas que la población mundial desconoce acerca de las catedrales e iglesias católicas. Por
este motivo, aparte de otros más, es imposible que debajo de la Catedral de Toledo no haya nada, tal y como
dicen toda una serie de personajes escépticos, y tal y como afirman, con todo el desparpajo y desfachatez,
todas las autoridades religiosas o políticas de esa ciudad milenaria.
Pues la ciudad de Toledo está ligada desde antiguo con el mito y leyenda de Hércules y de la Cueva, y surge
toda esta ciudad precisamente a partir de la construcción y existencia de la Cueva de Hércules. Toda la
historia de Toledo nace y gira a raíz de la ancestral Cueva de Hércules, cuyos documentos, testimonios y
huellas se remontan hace miles de años.
Entonces.., ¿Qué está tapando la Catedral de Toledo? ¡bingo!.., Efectivamente, la Catedral de Toledo está
ahí precisamente para tapar la mismísima Cueva de Hércules, bajo la vertical subterránea de su propia
Cripta. La Cueva de Hércules y la Catedral de Toledo son un punto clave para toda esa red de túneles
subterráneos que recorren toda la Tierra. Pues a raíz del descubrimiento de la Cueva de Hércules se
extenderá la hecatombe de la Iglesia Católica por todo el mundo, segun vaticinaron las Profecías de Toledo.
Cuando llegue el momento de la ruina y del desguace de la religión pagana-vaticana, no quedará en pié ni
uno solo de sus edificios en ningún lugar de la Tierra.
Existen en Toledo muchas personas que conservan objetos, testimonios, pruebas o documentos secretos, y
que han visto con sus propios ojos toda una serie de evidencias y pruebas materiales, bien en la zona de la
Catedral, bien en la zona del Callejón de San Ginés, e incluso han entrado hasta inexplorados dominios que
certifican y evidencian que la Cueva de Hércules es una realidad palpable y física.
Mucha gente en Toledo sabe perfectamente que la Cueva de Hércules es real y que está ahí. Pero este tipo
de personas, conocedoras y testigos del secreto de Toledo, son personajes oscuros, que forman parte de
círculos extraños de poder, y que nunca dirán ni una sola palabra acerca de lo que se está ocultando
deliberadamente en la ciudad de Toledo, a todos los españoles y a toda la humanidad.
Sin embargo, como vaticinan las Profecías de Toledo (ver artículo) La Cueva de Hércules saldrá a la luz
pública, y todo su legado se conocerá, para ruina de todos esos personajes oscuros de poder, manipuladores
y ocultadores de la verdad.
Porque tarde o temprano, todas estas cosas, y muchas más, terminarán saliendo a la luz, para la vista y
deleite de todos. Y el mundo se asombrará.
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Los indios hopi, asentados en el estado norteamericano de Arizona, y que afirman proceder de un continente
desaparecido en lo que hoy es el océano Pacífico, recuerdan que sus antepasados fueron instruídos y
ayudados por unos seres que se desplazaban en escudos voladores, y que les enseñaron la técnica de la
construcción de túneles y de instalaciones subterráneas.
Muchas otras leyendas y tradiciones indígenas del continente americano hablan de la existencia de redes de
comunicación y de ciudades subterráneas.
Existe una nutrida literatura y suficientes investigadores que mantienen la hipótesis de que debajo de la
superficie de nuestro planeta habitan seres inteligentes desconocidos por nosotros.
Existen diversas hipótesis acerca de la posibilidad de que inteligencias procedentes de fuera de nuestro
planeta posean puntos de apoyo subterráneos o subacuáticos en el planeta Tierra. No voy a entrar aquí en el
análisis de estas posibilidades, ya que forman parte de otro estudio que merece su propia dedicación. De
forma que no voy a hablar de organizaciones como la Hollow Earth Society (Sociedad de la Tierra Hueca) o el
SAMISDAT, que buscan establecer contacto con supuestos habitantes del interior del planeta, la primera,
mientras que la segunda echa leña al fuego de la existencia de toda una organización de ideología nazi —
naturalmente vinculada a los personajes dirigientes de la Alemania nazi— que sobrevive bajo la piel de
nuestro planeta, con entradas a su mundo especialmente en el polo Norte y de la Amazonía brasileña. No voy
a hablar de tales organizaciones ni de otras similares, ni voy a entrar en el tema de Shamballah ni de Agartha
—supuestos conceptos de lo que serían unos centros de control subterráneos en los confines del Asia
central— ni en el del supuesto «Rey del Mundo», porque no es el momento de negar ni de confirmar la
validez de todos estos supuestos. El día en que crea oportuno hablar de ellos, lo haré de la forma más clara
posible.
Voy a centrarme en este artículo en los lugares que, en el continente americano, tienen mayores
posibilidades de conectar con este mundo inteligente subterráneo que aflora en muchas narraciones de los
indios del Norte, del Centro y del Sur de este vasto continente, recogidas desde la época de la conquista
hasta nuestros días. Para darle algún orden a la exposición de estos lugares —y dado que la datación
cronológica de los supuestos túneles se pierde en la indefinición— voy a recorrer en las páginas que siguen
América comenzando por el Norte para terminar, en trayecto descendente sobre el mapa, en el Norte de
Chile.
Quede dicho, antes de descender, que hay más de un investigador que afirma que el polo Norte alberga
tierras cálidas y la entrada hacia un mundo interior.
EL MONTE SHASTA
Los indios hopi afirman que sus antepasados proceden de unas tierras hundidas en un pasado remoto en lo
que hoy es el océano Pacífico. Y que quienes les ayudaron en su éxodo hacia el continente Americano fueron
unos seres de apariencia humana que dominaban la técnica del vuelo y la de la construcción de túneles e
instalaciones subterráneas. Los hopi estan asentados hoy en día en el estado de Arizona, cerca de la costa
del Pacífico. Entre ellos y la costa, se halla el estado de California. Y en el extremo norte de este estado
existe un volcán nevado, blanco, llamado Shasta. Las leyendas indias del lugar explican que en su interior se
halla una inmensa ciudad que sirve de refugio a una raza de hombres blancos, dotados de poderes
superiores, supervivientes de una antiquísima cultura desaparecida en lo que hoy es el océano Pacífico. El
único supuesto testigo que accedió a la ciudad, el médico Dr. Doreal, afirmó en 1931 que la forma de
construcción de sus edificios le recordó las construcciones mayas o aztecas.
El nombre Shasta no procede del inglés, ni de ninguno de los idiomas ni dialectos indios. En cambio, es un
vocablo sánscrito, que significa «sabio», «venerable» y «juez». Sin tener noción del sánscrito, las tradiciones
indias hablan de sus inquilinos como de seres venerables que moran en el interior de la montaña blanca por
ser ésta una puerta de acceso a un mundo interior de antigüedad milenaria.
Notificaciones más recientes de los habitantes de la cercana colonia de leñadores de Weed refieren
apariciones esporádicas de seres vestidos con túnicas blancas que entran y salen de la montaña, para volver
a desaparecer al tiempo que se aprecia un fogonazo azulado.
Narraciones recogidas de los indios sioux y apaches confirman la convicción de los hopi y de los indígenas de
la región del monte Shasta, de que en el subsuelo del continente americano mora una raza de seres de tez
blanca, superviviente de una tierra hundida en el océano. Pero también mucho más al norte, en Alaska y en
zonas más norteñas aún, esquimales e indios hablan una y otra vez de la raza de hombres blancos que
habita en el subsuelo de sus territorios.
Descendiendo hacia el Sur, recogí en la primavera de 1977 en México la creencia de que bajo la pirámide del
Sol en Teotihuacán (la «ciudad de los dioses»), se esconde por el lado opuesto de la corteza terrestre —o
sea en el interior del subsuelo— una ciudad en la cual se afirma que se halla el dios blanco.
Si de aquí nos traladamos a la península del Yucatán, hallaremos en su extremo norte, oculta en la espesura
de la selva, una ciudad descubierta en 1941 que se extiende sobre un área de 48 km2, y que guarda en el
silencio del olvido más de 400 edificios que en alguna época remota conocieron esplendor. Fue hallada por
un grupo de muchachos que, jugando en las inmediaciones de una laguna en la que solían bañarse, se
toparon con un muro de piedras trabajadas, oculto por la vegetación. No teniendo los mexicanos recursos
suficientes para acometer la exploración del lugar, requirieron ayuda norteamericana, acudiendo dos
arqueólogos especializados en cultura maya, adscritos al Middle American Research Institute de la
Universidad de New Orleans. También ellos determinaron que el proyecto de limpieza y estudio de la enorme
ciudad sobrepasaba sus posibilidades, por lo que habría que crear una asociación con otras entidades. La
guerra logró que el proyecto fuera momentáneamente archivado. Hasta que, en 1956, la Univerisdad de New
Orleans, asociada esta vez con la National Geographic Society y con el Instituto Nacional de Antropología de
México reemprendió las investigaciones. Andrews, el arqueólogo que dirigía la expedición, se dedicó —
mientras el equipo de trabajadores comenzaba la desobstrucción de las edificaciones— a recoger
informaciones entre los indios de la región. Un chamán le hizo saber que la ciudad se llamaba Dzibilchaltún,
palabra que era desconocida en el idioma maya local, y que la laguna era llamada Xlacah, cuya traducción
sería «ciudad vieja».
LA CIUDAD ENGULLIDA
Queriendo averiguar el motivo de este nombre, le fue narrada al arqueólogo norteamericano una leyenda
transmitida por los indios de generación en generación, y que afirmaba que, en el fondo de la laguna, existía
una parte de la ciudad que se alzaba arriba, en la jungla. De acuerdo con la narración del viejo chamán,
muchos siglos antes había en la ciudad de Dzibilchaltún un gran palacio, residencia del cacique. Cierta tarde
llegó al lugar un anciano desconocido que le solicitó hospedaje al gobernante. Si bien demostraba una
evidente mala voluntad, ordenó sin embargo a sus esclavos que preparasen un aposento para el viajero.
Mientras tanto, el anciano abrió su bolsa de viaje y de ella extrajo una enorme piedra preciosa de color verde,
que entregó al soberano como prueba de gratitud por el hospedaje. Sorprendido con el inesperado presente,
el cacique interrogó al huésped acerca del lugar del que procedía la piedra. Como el anciano rehusaba
responder, su anfitrión le preguntó si llevaba en la bolsa otras piedras preciosas. Y dado que el interrogado
continuó manteniéndose en silencio, el soberano montó en cólera y ordenó a sus servidores que ejecutasen
inmediatamente al extranjero. Después del crimen, que violaba las normas sagradas del hospedaje, el propio
cacique revisó la bolsa de su víctima, suponiendo que encontraría en ella más objetos valiosos. Mas, para su
desespero, solamente halló unas ropas viejas y una piedra negra sin mayor atractivo. Lleno de rabia, el
soberano arrojó la piedra fuera del palacio. En cuanto cayó a tierra, se originó una formidable explosión, e
inmediatamente la tierra se abrió engullendo el edificio, que desapareció bajo las aguas del pozo, surgido
éste en el punto exacto en el que cayó a tierra la piedra. El cacique, sus servidores y su familia fueron a parar
al fondo de la laguna, y nunca más fueron vistos. Hasta aquí la leyenda.
Pero continuemos con estas ruinas del Yucatán septentrional. La expedición acabó por desobstruir una
pirámide que albergaba ídolos diferentes de las representaciones habituales de las divinidades mayas. Otro
edificio cercano se revelaría como mucho más importante. Se trataba de una construcción que difería
totalmente de los estilos tradicionales mayas, ofreciendo características arquitectónicas jamás vistas en
ninguna de las ciudades mayas conocidas. En el interior del templo —adornado todo él con representaciones
de animales marinos— Andrews descubrió un santuario secreto, tapiado con una pared, en el que se
encontraba un altar con siete ídolos que representaban a seres deformes, híbridos entre peces y hombres.
Seres similares por lo tanto a aquellos que en tiempos remotos revelaron inconcebibles conocimientos
astronómicos a los dogones, en el Africa central, y a aquellos otros que nos refieren las tradiciones asirias
cuando hablan de su divinidad Oannes.
Este enclave del Yucatán presenta certeras similitudes con las ruinas de Nan Matol, la ciudad muerta del
océano Pacífico deel que afirman proceder los indios americanos. También allí se conserva una enigmática
ciudad abandonada y devorada por la jungla, a cuyos pies, en las profundidades del mar, los submarinistas
descubrieron igualmente columnas y construcciones engullidas por el agua.
De aquí hacia el Sur, al estado mexicano de Chiapas, junto a la frontera con Guatemala. Allí moran unos
indios diferentes, de tez blanca, por cuyos secretos subterráneos ya se había interesado en marzo de 1942 el
mismo presidente Roosevelt. Pues cuentan los lacandones que saben de sus antepasados que en la extensa
red de subterráneos que surcan su territorio, se hallan en algún lugar secreto unas láminas de oro, sobre las
que alguien dejó escrita la historia de los pueblos antiguos del mundo, amén de describior con precisión lo
que sería la Segunda Guerra Mundial, que implicaría a todas las naciones más poderosas de la Tierra. Este
relato llega a oídos de Roosevelt a los pocos meses de sufrir los Estados Unidos el ataque japonés a Pearl
Harbor. Semejantes planchas de oro guardan estrecha relación, igualmente, con las que luego veremos se
esconden en los citados túneles de Tayu Wari, en el Oriente ecuatoriano.
50 KM DE TÚNEL
Prosigamos hacia el Sur. El paso siguiente que se da desde Chiapas pisa tierra guatemalteca. En el año
1689 el misionero Francisco Antonio Fuentes y Guzmán no tuvo inconveniente en dejar descrita la
«maravillosa estructura de los túneles del pueblo de Puchuta», que recorre el interior de la tierra hasta el
pueblo de Tecpan, en Guatemala, situado a unos 50 km del inicio de la estructura subterránea.
A finales de los 40 del siglo pasado apareció un libro titulado Incidentes de un viaje a América Central,
Chiapas y el Yucatán, escrito por el abogado norteamericano John Lloyd Stephens, que en misión
diplomática visitó Guatemala en compañía de su amigo el artista Frederick Catherwood. Allí, en Santa Cruz
del Quiché, un anciano sacerdote español le narró su visita, años atrás, a una zona situada al otro lado de la
sierra y a cuatro días de camino en dirección a la frontera mexicana, que estaba habitada por una tribu de
indios que permanecían aún en el estado original en que se hallaban antes de la conquista. En conferencia
de prensa celebrada en New York tiempo después de la publicación del libro, añadió que, recabando más
información por la zona, averiguó que dichos indios habían podido sobrevivir en su estado original gracias a
que —siempre que aparecían tropas extrañas— se escondían bajo tierra, en un mundo subterráneo dotado
de luz, cuyo secreto les fue legado en tiempos antiguos por los dioses que habitan bajo tierra. Y aportó su
propio testimonio de haber comenzado a desandar un túnel debajo de uno de los edificios de Santa Cruz del
Quiché, por el que en opinión de los indios antiguamente se llegaba en una hora a México.
EL TEMPLO DE LA LUNA
En octubre de 1985 tuve ocasión de acceder junto con Juan José Benítez, con los hermanos Vilchez y con mi
buena amiga Gretchen Andersen —que, dicho sea de paso, nació al pie del monte Shasta en el que inicié
este artículo— a un túnel excavado en el subsuelo de una finca situada en los montes de Costa Rica. Nos
internamos en una gran cavidad que daba paso a un túnel artificial que descendía casi en vertical hacia las
profundidades de aquel terreno. Los lugareños —que estaban desde hace años limpiando aquel túnel de la
tierra y las piedras que lo taponaban— nos narraron su historia, afirmando que al final del mismo se halla el
«templo de la Luna», un edificio sagrado, uno de los varios edificios expresamente construídos bajo tierra
hace milenios por una raza desconocida, que de acuerdo con sus registros había construído una ciudad
subterránea de más de 500 edificios.
LA BIBLIOTECA SECRETA
Y ya bastante más al Sur, me interné en 1986 en solitario en la intrincada selva que, en el Oriente amazónico
ecuatoriano, me llevaría hasta la boca del sistema de túneles conocidos por Los Tayos —Tayu Wari en el
idioma de los jívaros que los custodian—, en los que el etnólogo, buscador, aventurero y minero húngaro
Janos Moricz había hallado años atrás, y después de buscarla por todo el subcontinente sudamericano, una
auténtica biblioteca de planchas de metal. En ellas, estaba grabada con signos y escritura ideográfica la
relación cronológica de la historia de la Humanidad, el origen del hombre sobre la Tierra y los conocimientos
científicos de una civilización extinguida.
Por los testimonios recogidos, a partir de allí partían dos sendas subterráneas principales: una se dirigía al
Este hacia la cuenca amazónica en territorio brasileño, y la otra se dirigía hacia el Sur, para discurrir por el
subsuelo peruano hasta el Cuzco, el lago Titicaca en la frontera con Bolivia, y finalmente alcanzar la zona
lindante a Arica, en el extremo norte de Chile.
De acuerdo por otra parte con las informaciones minuciosamente recogidas en Brasil por el periodista alemán
Karl Brugger, con cuyo asesinato en la década de los 80 desaparecieron los documentos de su investigación,
se hallarían en la cuenca alta del Amazonas diversas ciudades ocultas en la espesura, construídas por seres
procedentes del espacio exterior en épocas remotas, y que conectarían con un sistema de trece ciudades
ocultas en el interior de la cordillera de los Andes.
Enlazando con estos conocimientos, sabemos desde la época de la conquista que los nativos ocultaron sus
enormes riquezas bajo el subsuelo, para evitar el saqueo de las tropas españolas. Todo parece indicar que
utilizaron para ello los sistemas de subterráneos ya existentes desde muchísimo antes, construídos por una
raza muy anterior a la inca, y a los que algunos de ellos tenían acceso gracias al legado de sus antepasados.
Posiblemente, el desierto de Atacama en Chile sea el final del trayecto, en el extremo Sur.
Estamos hablando pues, al final del trayecto, de la zona que las tradiciones de los indios hopi citados al inicio
de esta artículo —allá arriba en la Arizona norteamericana—, señalan como punto de arribada de sus
antepasados cuando —ayudados por unos seres que dominaban tanto el secreto del vuelo como el de la
construcción de túneles y de instalaciones subterráneas—, se vieron obligados a abandonar
precipitadamente las tierras que ocupaban en lo que hoy es el océano Pacífico.
Pero la localización de las señales concretas —que existen—, el desciframiento adecuado de sus claves
correctoras —que las hay—, así como la decisión de dar el paso comprometido al interior, es —como siempre
sucede en todo buscador sincero— una labor tan comprometida como intransferible.