Sei sulla pagina 1di 8

¿Es admisible la acción de tutela para el caso en cuestión?

Respuesta: Si, es admisible la acción de tutela para el denominado ejercicio


académico denominado “CASO HIPOTÉTICO VARGAS LLERAS -
PONDERACIÓN DE DERECHOS”, por cuanto la jurisprudencia de la Corte
Constitucional ha sido reiterativa y uniforme en el hecho de que este
mecanismo de defensa judicial subsidiario y residual procede contra un
particular que ejerce el derecho de información, como lo es, el medio masivo
de comunicación, para este caso “el diario de circulación nacional El
Espectador”, ya que cuenta con una gran capacidad de influenciar la opinión
de un amplio conglomerado de la sociedad de forma general1, señalando en
varias ocasiones no ser necesario ejercicios argumentativos muy
sofisticados para deducir que frente a ellos existe, en favor de los
accionantes, una presunción del estado de indefensión2.

¿Se dará aplicación efectivamente al test de ponderación


entre derechos fundamentales?

Respuesta: En el ejercicio académico denominado “CASO HIPOTÉTICO


VARGAS LLERAS - PONDERACIÓN DE DERECHOS”, se plantea una
confrontación entre dos derechos fundamentales de nuestra carta magna,
uno de ellos el derecho a la intimidad3 contemplado en el artículo 15, y otro
en su artículo 20, que habla sobre la libertad de opinión, prensa e
información4.

Para abordar esta

1 Sentencia T-594/17
2 Verbigracia, Corte Constitucional, sentencias T-634/2001, T-219/2009, T-260/2009 y T-040/2013.
3 Artículo 15.CN. Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y
hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos
de datos y en archivos de entidades públicas y privadas.
En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y demás garantías consagradas en la Constitución.
La correspondencia y demás formas de comunicación privada son inviolables. Sólo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden
judicial, en los casos y con las formalidades que establezca la ley.
Para efectos tributarios o judiciales y para los casos de inspección, vigilancia e intervención del Estado podrá exigirse la presentación de libros de
contabilidad y demás documentos privados, en los términos que señale la ley.
4 Artículo 20.CN. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información
veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación.
Es preciso indicar que la Corte Constitucional inicialmente le otorgó una
primacía preponderante al derecho a la intimidad (años 1992, 1993, 19945),
pero después del año 19956 cambia su posición atribuyéndole un mayor peso
al derecho de la información, siguiendo dicha la línea jurisprudencial a la
fecha7.

¿Cuál sería la solución más viable en éste caso?

Respuesta:

Conforme a lo decantada por el máximo órgano en materia constitucional,


descrita en su Línea jurisprudencial 28 años de libertad de expresión e
información en Colombia, donde en los últimos 28 años, ha tenido posturas
encontradas, donde actualmente prevalece, el derecho a la información
frente al derecho a la intimidad, advirtiéndose que ello no es absoluto, en
tanto, cada caso en particular debe ser analizado con lupa, por el juez
constitucional, y por tanto esta en cabeza de este, ponderar los derechos
ahora bajo estudio, dándole herramientas, de las cuales podemos distinguir
criterios, como por ejemplo:

1. La información a trasmitir por el periodista – enfermedad del


presidente- es veraz y además verificable,

2. Además que no se observe, por parte del periodista una intención


dañina o negligencia al presentar hechos falsos, .

5 Sentencias T- 414 de 1992; T-512 de 1992; T-611 de 1992 y T-293 de 1994. Información tomada de la REVISTA DE LA FACULTAD DE
DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS ISSN: 2390-0016 (En línea) / Vol. 49 / No. 130 enero - junio 2019 / Medellín, Colombia.
file:///C:/Users/pc1/Downloads/8915-18181-5-PB.pdf

6 Sentencia SU-056 de 1995. Sentencias T- 414 de 1992; T-512 de 1992; T-611 de 1992 y T-293 de 1994. Información tomada de la REVISTA
DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS ISSN: 2390-0016 (En línea) / Vol. 49 / No. 130 enero - junio 2019 / Medellín,
Colombia. file:///C:/Users/pc1/Downloads/8915-18181-5-PB.pdf
7 Sentencias C-087 de 1998; C-489 de 2002; C-592 de 2012; T-731 de 2015; T-063 de 2017; C-091 de 2017 y T-543 de 2017. . Información
tomada de la REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS ISSN: 2390-0016 (En línea) / Vol. 49 / No. 130 enero - junio
2019 / Medellín, Colombia. file:///C:/Users/pc1/Downloads/8915-18181-5-PB.pdf
De lo presupuestos facticos expuestos por el accionante, no se observa que
la información a difundir sea falsa, asi mismo se presume que el periodista
no tiene intención dañina, en tanto se presume la buena fe, y la mala fe hay
que probarla, la cual brilla por su ausencia en este caso.

Aunado a ello, y conforme a lo acogido por la H. Corte Constitucional por la


jurisprudencia alemana sobre las esferas de la intimidad que goza el
individuo, al igual que el nivel permitido de injerencia:

“Adicionalmente, para graduar el nivel de protección del derecho “a


ser dejado solo” y a no ser objeto de injerencias ajenas, en función
de los espacios los que las personas desarrollan sus actividades, la
Corte se ha valido de la doctrina del Tribunal Constitucional alemán
que distingue tres (3) ámbitos: (i) la esfera más íntima, que
corresponde a los pensamientos o sentimientos más personales que
un individuo sólo ha expresado a través de medios muy
confidenciales, como cartas o diarios estrictamente privados, ámbito
dentro del cual la garantía de la intimidad es casi absoluta, de suerte
que sólo situaciones o intereses excepcionalmente importantes
justifican una intromisión; (ii) la esfera privada en sentido amplio,
que corresponde a la vida en ámbitos usualmente considerados
reservados, como la casa o el ambiente familiar de las personas, en
donde también hay una intensa protección constitucional, pero hay
mayores posibilidades de injerencia ajena legítima; (iii) la esfera
social, que corresponde a las características propias de una persona
en sus relaciones de trabajo o más públicas, en donde la protección
constitucional a la intimidad es mucho menor, aun cuando no
desaparece, pues de esta mayor exposición a los demás no se infiere
que los medios de comunicación estén autorizados para indagar,
informar y opinar sobre todo lo que una persona hace por fuera de su
casa, sin violar su intimidad” Sentencia T-904 de 2013.

ahora, bien conforme a lo trascrito, no se observa desde la esfera


mas intima del personaje público, que se proteja o contemple que la
información de su estado de salud es protegida, asi mismo el
Honorable tribunal, también ha desarrollado jurisprudencia, en
donde señala que “Dada la connotación de figura reconocida
públicamente se entiende que voluntariamente se sometieron al
escrutinio de su vida pública y de aquellos aspectos de su fuero
privado sobre los cuales le asiste a la ciudadanía un legítimo derecho
a conocer”8, en igual sentido en T–1202 de 2000 y T-066 de 1998, :
“Cuando se presentan conflictos entre el derecho a la información y
los derechos a la honra, el buen nombre y la intimidad, en el caso de
las personas y los hechos de importancia públicos, predomina prima
facie el primero. En estos eventos, el derecho de información debe ser
preferido, en principio, en razón del papel de control del poder que se
asigna socialmente a los medios de comunicación. Del
reconocimiento de que los medios cumplen en este campo una función
importantísima para la vigencia del sistema democrático se deriva
que ellos deben gozar de amplia libertad en la tarea de supervisión de
las entidades estatales - y de los poderes privados. Si se impusieran
fuertes restricciones sobre la prensa en estas áreas se perjudicaría en
medida notable su capacidad de vigilancia sobre el correcto
desempeño de estos poderes. No desconoce la Corte que la referida
amplitud de la libertad de prensa en estos campos puede llegar a
afectar los derechos de las personas que se desempeñan en posiciones
de notoriedad e interés público. No obstante, en principio habrá de
responderse que estas personas, al aceptar su situación social, han
consentido tácitamente en una cierta restricción de esos derechos. En
efecto, su papel de figuras públicas los convierte en objeto del interés
general, por lo cual es de esperar que tanto sus actividades públicas
como su vida privada sean observadas de manera minuciosa por
parte de la sociedad.
En conclusión no se tutela el derecho a la intimidad, pondera el derecho a la información.

T 546 de 2016

Así, la libertad de opinión tiene por objeto “proteger aquellas


formas de comunicación en las que predomina la expresión de la
subjetividad del emisor: de sus valoraciones, sentimientos y
apreciaciones personales sobre determinados hechos, situaciones o
personas”; y la libertad de información salvaguarda “aquellas

8
Sentencia T-546 2016
formas de comunicación en las que prevalece la finalidad de
describir o dar noticia de lo acontecido”. En consideración a lo
anterior, se exige que la libertad de información transmita
información veraz e imparcial, además de verificable y que en lo
posible, explore las diversas perspectivas o puntos de vista desde
los cuales puede ser visto un mismo hecho.[30]

La distinción entre la información sobre hechos y su valoración no


sólo ha sido empleada para distinguir el ámbito protegido por las
libertades de información y opinión, respectivamente, sino también
para circunscribir el alcance del derecho a la rectificación, que
procede respecto de informaciones inexactas o erróneas, más no
respecto de las opiniones, las cuales pueden ser controvertidas a
través del ejercicio de la réplica.[31]
….Por ejemplo en la sentencia T-602 de 1995 la Corte aplicó la
presunción de primacía de la libertad de expresión en casos de
conflicto con otros derechos, donde se explicó que la libertad de
expresión en un Estado democrático y liberal, por lo general, prima
sobre los derechos al buen nombre y a la honra, salvo que se
demuestre una intención dañina o una negligencia al presentar
hechos falsos, parciales, incompletos o inexactos que violan o
amenazan los derechos fundamentales.[39]
…En esas condiciones, la libertad de expresión y de información son
derechos de especial relevancia dentro de las democracias porque su
ejercicio permite la materialización de otras garantías de orden
constitucional, por lo cual su radio de protección es amplio y se
determina por la aplicación de las presunciones creadas por la
jurisprudencia. Especialmente, en asuntos de interés público o
referidos a una figura reconocida por razón de su función, labor u
empleo público, las formas de expresión constituyen un discurso
protegido que garantiza a la sociedad el acceso a la información no solo
porque es un asunto que le atañe sino porque a través de este puede
ejercer los mecanismos de control político.

…Así las cosas, este Tribunal a través de su jurisprudencia ha precisado


que para calificar un asunto como uno de valor público debe examinarse
que el contenido de la información sea de interés público, real, serio y
actual de conformidad con la trascendencia e impacto en la sociedad,
“Así, la libertad de información toma ventaja cuando de la magnitud
misma de los hechos surge la necesidad de conocimiento público y se
despierta el interés general”[48].[49]

(ii) Discurso sobre funcionarios o personajes públicos: comprende


a quienes por razón de sus cargos, actividades y desempeño en la
sociedad se convierten en centros de atención con notoriedad
pública e inevitablemente han aceptado el riesgo de ser afectados
por críticas, opiniones o revelaciones adversas, en razón a que
buena parte del interés general ha dirigido la mirada a su conducta
ética y moral.[50] Además, su mayor exposición en el escenario
público fomenta la transparencia de las actividades estatales y
promueve la responsabilidad de los funcionarios sobre su
gestión.[51] En estos eventos, ha dicho la Corte Constitucional, el
derecho a informar se torna más amplio[52].

Dada la connotación de figura reconocida públicamente se entiende que


voluntariamente se sometieron al escrutinio de su vida pública y de
aquellos aspectos de su fuero privado sobre los cuales le asiste a la
ciudadanía un legítimo derecho a conocer y debatir, por estar referidos:
“(i) a las funciones que esa persona ejecuta; (ii) al incumplimiento de un
deber legal como ciudadano; (iii) a aspectos de la vida privada relevantes
para evaluar la confianza depositada en las personas a las que se confía el
manejo de lo público; (iv) a la competencia y capacidades requeridas para
ejercer sus funciones[53]”.[54]

En todo caso, esta relevancia prima facie no puede versar sobre cualquier
tipo de información relacionada con la persona pública porque el riesgo
de afectar la intimidad, el honor o cualquier otro derecho quedaría
siempre latente. Para resolver esta tensión, la Corte ha acogido la
jurisprudencia alemana sobre las diferentes esferas de intimidad de la
que goza un individuo así como el correspondiente nivel de injerencia
permitido:
“Adicionalmente, para graduar el nivel de protección del derecho “a
ser dejado solo” y a no ser objeto de injerencias ajenas, en función
de los espacios los que las personas desarrollan sus actividades, la
Corte se ha valido de la doctrina del Tribunal Constitucional alemán
que distingue tres (3) ámbitos: (i) la esfera más íntima, que
corresponde a los pensamientos o sentimientos más personales que
un individuo sólo ha expresado a través de medios muy
confidenciales, como cartas o diarios estrictamente privados, ámbito
dentro del cual la garantía de la intimidad es casi absoluta, de suerte
que sólo situaciones o intereses excepcionalmente importantes
justifican una intromisión; (ii) la esfera privada en sentido amplio,
que corresponde a la vida en ámbitos usualmente considerados
reservados, como la casa o el ambiente familiar de las personas, en
donde también hay una intensa protección constitucional, pero hay
mayores posibilidades de injerencia ajena legítima; (iii) la esfera
social, que corresponde a las características propias de una persona
en sus relaciones de trabajo o más públicas, en donde la protección
constitucional a la intimidad es mucho menor, aun cuando no
desaparece, pues de esta mayor exposición a los demás no se infiere
que los medios de comunicación estén autorizados para indagar,
informar y opinar sobre todo lo que una persona hace por fuera de su
casa, sin violar su intimidad”[81].

T–1202 de 2000 y T-066 de 1998, que señalaron:

“Cuando se presentan conflictos entre el derecho a la información y


los derechos a la honra, el buen nombre y la intimidad, en el caso de
las personas y los hechos de importancia públicos, predomina prima
facie el primero. En estos eventos, el derecho de información debe ser
preferido, en principio, en razón del papel de control del poder que se
asigna socialmente a los medios de comunicación. Del
reconocimiento de que los medios cumplen en este campo una función
importantísima para la vigencia del sistema democrático se deriva
que ellos deben gozar de amplia libertad en la tarea de supervisión de
las entidades estatales - y de los poderes privados. Si se impusieran
fuertes restricciones sobre la prensa en estas áreas se perjudicaría en
medida notable su capacidad de vigilancia sobre el correcto
desempeño de estos poderes. No desconoce la Corte que la referida
amplitud de la libertad de prensa en estos campos puede llegar a
afectar los derechos de las personas que se desempeñan en posiciones
de notoriedad e interés público. No obstante, en principio habrá de
responderse que estas personas, al aceptar su situación social, han
consentido tácitamente en una cierta restricción de esos derechos. En
efecto, su papel de figuras públicas los convierte en objeto del interés
general, por lo cual es de esperar que tanto sus actividades públicas
como su vida privada sean observadas de manera minuciosa por
parte de la sociedad.

Potrebbero piacerti anche