Fecha: 27 de ENERO 2020

Tema: Brillando Como Luz en las Tinieblas

Lectura Bíblica: Filipenses 2:12-18
Libro de Meditación: FILIPENSES (Los hermanos de Filipos)

El gran amor que Pablo tenía por los filipenses es evidente, por la manera que se dirige a
ellos: “amados míos” (v.12a, ver Filipenses 4:1). En parte, el afecto se debía al tremendo
respeto que los filipenses tenían hacia Pablo; un respeto que se demostraba en su obediencia a
las instrucciones apostólicas (v.12b). De este modo, ellos hacían la labor de Pablo mucho más
fácil (ver Hebreos 13:17).
Pablo ahora les da una instrucción más: “ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor” (v.12c). Pablo no dice cómo debían hacerlo; pero seguramente estaría de acuerdo
con Pedro, quien dijo que había que añadir a la fe, cosas como virtud, conocimiento, dominio
propio, paciencia, etc. (2 Pedro 1:5-10; ver Romanos 5:3-5). La salvación es un regalo de
Dios, pero no un regalo que aceptamos en forma pasiva. Hay que ser activos; hay que trabajar
arduamente. Y hacerlo “con temor y temblor”, porque es una obra de gran importancia,
con consecuencias eternas.
Felizmente, Dios no nos deja solos para hacer esa gran labor. Más bien, como afirma Pablo,
es Dios quien produce en nosotros, “así el querer como el hacer…” (v.13). Es decir, es Él
quien produce en los creyentes tanto el deseo de crecer en la vida cristiana, como el poder para
hacerlo. Y lo hace, no porque está obligado a hacerlo, sino “por Su buena voluntad”
(v.13b).
El “trabajo” de la salvación incluye hacer todas las cosas “sin murmuraciones y
contiendas” (v.14). Pablo deja ver que sigue pensando en la unidad de la iglesia (ver v.3).
Su deseo es que la iglesia dé un buen testimonio ante el “mundo” inconverso que los mira y
evalúa. Debían trabajar para ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha”
(v.15a). La palabra, “sencillos”, en el idioma original (griego), significa “inocente”,
“ingenuo”. Es lo opuesto a ser “astuto” (en el sentido negativo de la palabra). Cristo usó este
término, cuando exigió a Sus discípulos a ser “prudentes como serpientes, y sencillos
como palomas” (Mateo 10:16).
El “mundo” que rodea al creyente es un “mundo” maligno y perverso (v.15b). Habría que
saber algo de la vida en Grecia, durante el primer siglo, para entender lo que Pablo quiere
decir. Sin embargo, el “mundo” contemporáneo no es muy diferente. Es en ese “mundo” que
debemos brillar “como luminares”. No es nada fácil hacerlo. Por eso Pablo nos exhorta a
vivir “asidos de la palabra de vida” (v.16a). La Palabra que nos alimentará y
fortalecerá para la lucha espiritual que lidiamos ante el “mundo”.
Pablo no tenía miedo de morir a manos de las autoridades romanas (v.17); más bien, se
gozaba, no sólo en su “servicio” (griego, “leitourgia”; servicio cultual a Dios), sino también
en su “sacrificio” (v.17). Pablo estaba dispuesto a que su propia sangre sea derramada como
una “libación” (una ofrenda de líquido), sobre el altar de su servicio a Dios como apóstol, por
la fe de los filipenses. Estas palabras indican la manera en que la Palabra de Dios fortalecía a
este gran siervo de Dios.
Lo único que Pablo temía era haber “corrido en vano” (v.16b); es decir, que los
creyentes (el fruto de su ministerio) sean débiles en su vida cristiana. Por eso les escribe,
exhortándoles, y animándoles a tener gozo y alegría en su vida cristiana (v.18).

Reflexión:
El “mundo” en el cual vivimos no sólo es caracterizado por tinieblas espirituales, sino tremenda
tristeza. ¿Estamos demostrando el gozo del Señor, como una parte esencial de nuestro
testimonio cristiano?