Sei sulla pagina 1di 25

República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Bolivariana de Venezuela

Convenio UBV – TSJ

Aldea: Tribunales Laborales

IMPUGNACION FORMAL Y MATERIAL

EJECUCION DE LA SENTENCIA Y DEFENSA PÚBLICA

Prof. ULISES ARTEAGA ALUMNOS:

EURO GONZÁLEZ CI: 9.310.326

MARISOL VIVAS CI: 10.800.788

JOSÉ DUQUE CI: 16.263.704

TANIUSKA MOLINA CI: 18.369.884

Caracas, enero 2020.


RESUMEN

El presente trabajo tiene como propósito, presentar una investigación desde la


perspectiva del proceso penal venezolano. Para ello en primer lugar, se
muestra un análisis referente a la Impugnación formal y material, en el cual se
define como la acción dirigida a cuestionar la validez de una sentencia, acto,
documento o situación mediante la interposición de los recursos previstos en el
ordenamiento jurídico. Posteriormente se tratan aspectos importantes sobre la
Ejecución de la Sentencia, definiéndose como la actividad tendiente a cumplir
los mandatos de la sentencia, un conjunto de actos necesarios para la
realización de la sanción contenida en una sentencia condenatoria, reflejando
antecedentes históricos, basamento legal y otros elementos que se toman en
consideración en cuanto a este contenido. Finalmente, se teoriza acerca de la
Defensa Publica, su importancia dentro del Sistema Judicial, viéndose desde el
punto de vista de que garantiza la tutela judicial efectiva del derecho a la
defensa en diversas áreas de la vida de las personas, tal como lo estipula el
artículo 21 Constitucional.

Palabras clave: impugnación, formal, informal, legislador, sentencia, recursos,


ordenamiento jurídico, ejecución de la sentencia, sistema judicial, Defensa
Publica.
INTRODUCCION

En el presente trabajo se abordan algunos temas importantes para el


fortalecimiento intelectual de nosotros estudiantes de la carrera de Estudios
Jurídicos, el primer contenido planteado en esta investigación es el referido a la
Impugnación formal y material. El término impugnar en el área del derecho es
solicitar la nulidad, sustitución o modificación de un determinado acto de
procedimiento que se afirma injusto o ilegal, siendo ello la causa del agravio,
esta etapa en el proceso penal venezolana es definida como la fase recursiva
del proceso. Cuya esencia radica en la necesidad de someter a revisión una
determinada decisión judicial, bien por parte del mismo tribunal que la dictó, o
por una instancia superior, con el fin de corregir los errores en que hubiere
podido incurrir la misma.

En segundo lugar, se expone un contenido referido a la Ejecución de las


Sentencias, tomando en cuenta, que es un proceso que persigue el
cumplimiento íntegro de las mismas, el cual deberá efectuarse en sus propios
términos. Son verdaderos procedimientos con características, requisitos y
efectos propios y distintos de la acción original entablada. La misma debe verse
desde un punto de vista práctico, de todo aquello que se necesita saber para
su correcta interposición o para una acertada defensa que permita proteger los
legítimos intereses del ejecutado.

En tercer lugar, se examina lo conducente a la Defensa Publica, tratándose


este punto desde la importancia de esta Institución que cumple un papel
importante en el Sistema de Justicia. La misma garantiza el derecho a la
defensa y al debido proceso, prestando un servicio de asistencia jurídica
gratuita, sin distinción de clase socio-económica. Apoyándose en una
pluralidad de valores que fortalecen el desempeño de cada uno de los
Defensores, los cuales a su vez están normados en la Ley Orgánica De La
Defensa Pública.
IMPUGNACIÓN FORMAL Y MATERIAL

IMPUGNACIÓN:

Es la acción dirigida a cuestionar la validez de una sentencia, acto, documento


o situación mediante la interposición de los recursos previstos en el
ordenamiento jurídico.

La palabra impugnar proviene del latín impugnare que significa “atacar”. El


término impugnar en el área del derecho es solicitar la nulidad, sustitución o
modificación de un determinado acto de procedimiento que se afirma injusto o
ilegal, siendo ello la causa del agravio, esta etapa en el proceso penal
venezolana es definida como la fase recursiva del proceso.

El Código Orgánico Procesal Penal, establece el derecho de las partes a


impugnar las decisiones judiciales que les sean desfavorables, por los medios y
en los casos expresamente establecidos, lo que constituye la impugnabilidad
objetiva a que se contrae, cuya esencia radica en la necesidad de someter a
revisión una determinada decisión judicial, bien por parte del mismo tribunal
que la dictó, o por una instancia superior, con el fin de corregir los errores en
que hubiere podido incurrir la misma.

Esta acción de nulidad, sustitución o modificación de una sentencia en el


proceso penal venezolano, se encuentra establecida en el Libro IV de los
Recursos, del Código Orgánico Procesal Penal, siendo los recursos los medios
que la ley procesal concede para activar la solicitud de impugnación de las
resoluciones judiciales, con la finalidad de subsanar los errores de fondo y los
vicos de forma en que se haya incurrido al dictarlas, se puede decir, que los
recursos son la reclamación que solicita la revisión de un proceso para
garantizar la corrección del procedimiento y que puede ser ordinario o
extraordinario.

La regulación de los recursos en el Código Orgánico Procesal Penal de


Venezuela es precedida de un conjunto de disposiciones generales que
establecen los principios fundamentales respecto al alcance y las
características de los recursos en este código está basado en el sistema
acusatorio, en líneas generales estos recursos están concebidos como vías
procesales que se otorgan al Ministerio Publico y a las partes del proceso para
intentar la corrección de las decisiones jurisdiccionales que de algún modo
contrarían al derecho constitucional, sustantivo o procesal que les traen algún
perjuicio. Sus características principales son;

1. Son tendencia al efecto de suspensivo de la ejecución del fallo.


2. El principio inquisitivo del juez para resolver el recurso.
3. Procede contra las decisiones que ocasionan agravio a una de las
partes.
4. Son instrumentos de garantías constitucionales del debido proceso.

De esta manera, podemos señalar que las decisiones judiciales pueden ser
recurribles por los medios expresos en la ley y en los casos que esta
determine, según el Art. 423 del COPP, pudiendo recurrir ante las decisiones
judiciales las partes a quienes la ley reconozca expresamente para este
derecho, en cuanto a la legitimidad, solo la parte que resulta afectada por la
decisión que sufra perjuicio o gravamen está en condiciones de recurrir y en
consecuencia solo será posible cuando el agraviado manifieste su voluntad, en
el COPP se trata de que por el imputado o imputada podrá recurrir el defensor
o defensora, pero en ningún caso en contra de su voluntad expresa,
establecido en el Art.424 del mismo código.

Igualmente El imputado o imputada podrá siempre impugnar una decisión


judicial en los casos en que seleccionen disposiciones constitucionales o
legales sobre su intervención, asistencia y representación, aunque haya
contribuido a provocar el vicio objeto del recurso y estas imposiciones solo
podrán ser hechas en las condiciones de tiempo y forma que determinan este
código, así como la indicación especifica de los puntos impugnados de la
decisión, Art.426 del COPP.
De la misma manera, los recursos de apelación para impugnar decisiones o
fallos del tribunal en su revisión podrán decidirse su in admisibilidad cuando
presentan causales para tal fin, como:
a. Cuando la parte que lo interponga carezca de legitimación para hacerlo.
b. Cuando el recurso se interponga extemporáneamente por vencimiento del
lapso establecido para su presentación.
c. Cuando la decisión que se recurre sea in impugnable o irrecurrible por
expresa disposición de este Código o de la ley.

De lo contrario a estas causales la corte de apelaciones deberá entrar a


conocer el fondo del recurso y dictara motivadamente la decisión que
corresponda, así lo establece el COPP en su Art. 428.

En cuanto a los efectos extensivos y suspensivos, está claro que los recursos
de apelación son extensivos para varios imputados o imputadas por una misma
causa o cuando se trate de delitos conexos el recurso interpuesto en interés
de uno de ellos podrá extenderse a los demás en lo que le sea favorable,
siempre y cuando se encuentren en la misma situación y le sean aplicables
idénticos motivos, sin que en ningún caso sean perjudicados.

Señalado esto en el Art. 429 del código, el efecto suspensivo en su Art. 430 el
código nos indica que en una causa quedara suspendida la ejecución del fallo o
decisión salvo en algunos casos expresos en este en su parágrafo único, de las
excepciones, al indicar; cuando se trate de una decisión que otorgue la libertad
al imputado, la interposición del recurso de apelación no suspenderá la
ejecución de la decisión, excepto cuando se tratare de delitos de: homicidio
intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad, integridad e
indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro, delito de
corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público y la
administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de
capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con
multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los
derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y
la seguridad de la nación y crímenes de guerra y el Ministerio Público apele en
la audiencia de manera oral y se oirá a la defensa.
La fundamentación y contestación del recurso de apelación se hará en los
plazos establecidos para la apelación de autos o sentencias, según sea el
caso.

Dicha necesidad de establecer recursos contra las decisiones judiciales ha sido


definida por el Maestro Arminio Borjas en los siguientes términos:

"si es natural esperar sabiduría, integridad y madurez de juicio en los jueces y


demás funcionarios encargados de administrar la justicia penal y admitir que
sus sentencias y decisiones han de ser expresión de lo verdadero, de lo
equitativo y de lo justo, no lo es menos que en todo hombre juzgado y
condenado hay un incontenible sentimiento de protesta y una instintiva
necesidad de someter el fallo que no le es favorable a la revisión y examen de
otra autoridad, que siempre se supone mejor preparada para sentir, interpretar
y aplicar la justicia. En todas las épocas históricas y en todos los países se ha
procurado dar satisfacción a esa explicable necesidad humana,
estableciéndose la institución de la apelación, que es una garantía pública
contra los errores de la ignorancia, los abusos de la arbitrariedad y la falibilidad
del criterio del hombre".

Derecho a recurrir del fallo, inherente al debido proceso consagrado en la


Constitución de la República en el Art. 49, que expresamente así lo establece
en su ordinal 1, en el que en tal sentido dispone que toda persona declarada
culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en
la Constitución y en la ley. Así como, en la Convención Americana Sobre
Derechos Humanos "Pacto de San José de Costa Rica", que en su art. 8,
ordinal 2, letra h, relativo a las Garantías Judiciales, establece entre las
garantías mínimas durante el proceso el derecho de toda persona en plena
igualdad de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior y así mismo en el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que en su ordinal (S) del
Art. 14 establece el derecho de toda persona declarada culpable de un delito a
que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a
un tribunal superior, conforme a lo prescrito por la ley.

En este sentido, los recursos constituyen los medios de impugnación que


consagra la ley contra las decisiones judiciales, a objeto de que los errores en
que se hubiera podido incurrir en las mismas puedan ser corregidos por el
propio tribunal que la dictó o por la respectiva instancia superior.
Se dividen estos recursos, entre otras clasificaciones, en ordinarios, entre los
cuales están la revocación y la apelación; y extraordinarios, el de casación y el
de revisión.

En conclusión, toda persona en calidad de imputado en algún delito tiene la


prerrogativa de recurrir a la impugnación de la decisión o fallo del tribunal por la
causa que se le imputa y el tribunal de la causa o el superior deben admitir o no
según la revisión de los requisitos que la ley establece para tal fin.

De los diferentes recursos que disponen las partes dentro del proceso, el
recurso de apelación constituye el recurso ordinario de mayor relevancia en el
ordenamiento jurídico venezolano, es el recurso ordinario por excelencia, por
cuanto es el medio impugnativo que se ejercita dentro del proceso y con el
mismo se persigue que la causa pase al superior jurisdiccional el conjunto de
las cuestiones fácticas y jurídicas que fueron vistas y decididas en la decisión
que se recurre.
De esta manera se tiene que este recurso viene a ser el instrumento que tienen
las partes para que la decisión tomada sea conocida por tribunal superior con
la finalidad de lograr que decidan a su favor.

Estos medios de réplica son utilizados por las partes, facultados por la ley, y se
refiere a los errores que puedan cometer los tribunales la dictar sus decisiones,
de allí que tales vicios tienen que ser necesariamente atacados por un medio
idóneo. En este orden de ideas Pérez al referirse a los recursos, precisa que: El
recurso es el medio de impugnación a través del cual las partes, y
eventualmente terceros, pueden combatir las decisiones judiciales que no han
ganado firmeza, mediante un procedimiento de obligatoria observancia para los
órganos jurisdiccionales, esencialmente en el orden judicial.

Dada la posibilidad de injusticia de las decisiones judiciales surgen los medios


de impugnación como vías a través de las cuales procura mantener el control
de esas decisiones en aquellos casos en que se han verificado violaciones
legales o procedimentales. De allí que la esencia de estos medios es que
vuelva a decidir sobre lo ya resuelto pero en forma distinta a como se ha hecho
para con ello anular o dejar sin efecto la decisión recurrida (total o parcial). Ese
derecho de las partes a que se reexamine lo ya decidido y que es
consecuencia del derecho a la tutela judicial efectiva, es el objeto del Libro
Cuarto del COPP.
Al respecto, se puede decir que existe la posibilidad real que las decisiones
judiciales puedan estar alejadas de la voluntad de la ley en aspectos concretos
y como consecuencia de ello, lesionar los interese de algunas de las partes
dentro del proceso, debido a eso, los recursos se utilizan para mantener el
control de las decisiones y someter las mismas al conocimiento de una
instancia superior con facultades para revocar lo decidido anteriormente y
decidir conforme a la voluntad de la persona que recurre, con la finalidad de
garantizar la tutela judicial efectiva y los demás derechos y garantías
establecidas en la Constitución.

ASPECTOS GENERALES DEL RECURSO DE CASACIÓN PENAL


Antes de profundizar en la Casación Penal, es importante tomar en cuenta la
definición dada por Calamandrei (1961) al establecer que: es un instituto
judicial consistente en un órgano único del Estado (Corte de Casación) que, a
fin de mantener la exactitud y la uniformidad de la interpretación jurisprudencial
dada por los tribunales al derecho objetivo, examina solo en cuanto a la
decisión de cuestiones de derecho, las sentencias de los jueces inferiores
cuando las mismas son impugnadas por los interesados mediante un remedio
judicial (recurso de casación) utilizable contra las sentencias que contengan un
error de derecho en la solución del mérito.

De lo anterior se puede apreciar que esta definición posee un contenido


esencialmente institucional de carácter orgánico, en el sentido que parte de la
necesidad de la existencia de un órgano único del Estado que mediante un
recurso de estricto derecho pueda imponer y mantener la uniformidad de la
interpretación judicial de la ley. Definiéndose entonces a La casación como un
recurso devolutivo y suspensivo, por cuyo medio el recurrente solicita al tribunal
de casación que analice, tras declaración de admisibilidad, sus denuncias
sobre los quebrantamientos de las formas procesales o infracciones en la
aplicación del derecho sustantivo que haga el tribunal de la recurrida, sobre la
base de lo establecido en las actuaciones de la causa, sin necesidad de
incorporar nuevas pruebas.
Al respecto encontramos que los motivos sobre los cuales se impugnan recaen
en aspectos de derecho definidos en la ley, describiendo también una parte del
procedimiento así como los efectos producidos de acuerdo a la decisión
dictada.

ASPECTOS FORMALES:
Los aspectos formales han sido considerados como uno de los elementos que
han causado la falta de control en las decisiones que han sido sometidas al
conocimiento del tribunal de segunda instancia; sin embargo la intención es
unificar la jurisprudencia en cuanto a la aplicación de la ley. Encontrándose
que la casación: Constituye un medio de impugnación dirigido a lograr la
anulación de las sentencias de última instancia cuando el juzgador ha incurrido
en error de derecho, estando así limitado en su resolución a las cuestiones de
derecho, por lo que deberá, en consecuencia, respetar los hechos establecidos
por la recurrida.
Tal como puede apreciarse, la casación va dirigida a modificar las decisiones
judiciales que sean desfavorables en segunda instancia cuando se haya
incurrido en error por parte de quien tiene la función de juzgar, limitando su
pronunciamiento a cuestiones de hecho, sin entrar a valorar los objetos que
fueron objeto de ese proceso que trajeron como consecuencia esa decisión
judicial.

INTERPOSICIÓN Y TRÁMITE
Las disposiciones concernientes a este recurso se encuentran establecidas en
el Código Orgánico Procesal Penal, Libro Cuarto de los Recursos, Capítulo IV
Del Recurso de Casación, regulando lo referido a las decisiones recurribles, los
motivos, las garantías del acusado o acusada, la interposición, prueba,
contestación del recurso, desestimación, audiencia oral, contenido de la
decisión, doble conformidad y la libertad del acusado, en los artículos 451 y
siguientes.
Así mismo, en lo que respecta a la interposición, la ley penal adjetiva, en el
artículo 454 describe en cuanto a los aspectos procedimentales que: “será
interpuesto ante la Corte de Apelaciones, dentro del plazo de quince días
después de publicada la sentencia, salvo que el imputado o imputada se
encontrare privado o privada de su libertad” por lo tanto si el imputado se
encontrare en esta condición, el plazo comenzará a partir de su notificación,
siendo necesario realizarse el previo traslado del mismo, debiendo plantearse
mediante un escrito fundado, indicando cuales son los motivos según el
contenido del artículo 452.

EFECTOS DE LA DECISIÓN:
La doctrina concuerda que básicamente son dos los efectos que se producen
con la decisión dictada en los recursos de casación, así como lo indica
Vásquez al referirse de esta manera: Con lugar:
a) Decisión propia: si estima la Sala Penal que no es necesario un
nuevo debate sobre los hechos por exigencia de la mediación y
la contradicción, ante un tribunal distinto del que realizó el juicio,
puede dictar una decisión propia cuando declare con lugar el
recurso fundado en la inobservancia o errónea aplicación de un
precepto legal.
b) Anulación de la sentencia impugnada y orden de celebrar
nuevamente el juicio oral ante tribunal distinto, o reponer el
proceso a una etapa anterior: tiene lugar cuando la Sala de
Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia declare con
lugar el recurso por considerar que se incurrió en un vicio del
procedimiento; Sin Lugar: el Tribunal Supremo de Justicia
deberá devolver las actuaciones a la Corte de Apelaciones de
origen o al juez o jueza del Tribunal respectivo.

Tal como puede apreciarse, la decisión que pueda dictar la Sala de Casación
Penal tendrá una incidencia concreta respeto al proceso llevado a cabo en las
instancias inferiores, ya que al ser declarada con lugar, dictará una decisión
propia sin necesidad que haya que realizar nuevamente un juicio ante un
tribunal distinto, ese sería su efecto definitivo, y si la misma decide que debe
celebrarse un nuevo juicio, se concretaría un efecto devolutivo, remitiendo la
causa ante un tribunal de juicio para que lo lleve a cabo de nuevo, anulando la
sentencia recurrida, así mismo al ser declarado sin lugar, ésta devolverá las
actuaciones al Tribunal de segunda instancia de origen o al Tribunal respectivo.
Es por ello que los efectos producidos, son definidos como una reconducción
del proceso, si el mismo ordena la celebración de un nuevo juicio o reponer el
proceso a etapas anteriores, siempre y cuando haya algún vicio ocurrido allí; de
igual manera la decisión que no ordene un nuevo juicio y que ponga fin al
proceso causando los efectos de la cosa juzgada, sería el segundo efecto
producido de la decisión que se obtenga a través de la Sala de Casación Penal
del Tribunal Supremo de Justicia.

QUE ES LA SENTENCIA

Es la resolución judicial definitiva dictada por un juez o tribunal que pone fin a
la Litis o caso sometido a su conocimiento y cierra definitivamente su actuación
en el mismo. En derecho penal, la sentencia absuelve o condena al acusado,
imponiéndole en este último caso la pena correspondiente.

EJECUCIÓN DE SENTENCIA.

Es el procedimiento en la cual Estado hace efectiva su función punitiva, y entra


en la fase final del procedimiento luego de la sentencia definitivamente firme.
La ejecución de la sentencia en materia penal, de conformidad con lo
establecido en el Código Orgánico Procesal Penal (COPP).

Esta se define como la actividad tendiente a cumplir los mandatos de la


sentencia, siendo estos, un conjunto de actos necesarios para la realización de
la sanción contenida en una sentencia condenatoria emanada de un Juez o
Tribunal competente como función de órganos jurisdiccionales desarrollando su
potestad y llevando a cabo la obligación impuesta y que no se cumple por
voluntariedad del que haya sido condenado.

Es importante dejar precisado y de manera concreta lo que significa la


ejecución de sentencia penal. Es obligatoria, por ser de orden público, lo que
va a constituir el ejercicio de la actio judicati por el Estado, esto significa que
es su derecho de castigar a la persona que cometa un delito. Por tanto, la
ejecución de la sentencia penal, es aquella que se lleva a cabo mediante la
materialización de la decisión y voluntad del respectivo Juez en relación al fallo.

Es decir, una vez que el Tribunal de la causa dicta sentencia, los abogados
defensores o el Fiscal del Ministerio Publico de conformidad con el COPP,
puede apelar la decisión del Juez ante la Corte de Apelaciones. Pero si la
misma se ratifica el fallo, se podrá acudir mediante apelación a ejercer el
recurso respectivo a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia.

En todo caso también se podrá ejerce el recurso de apelación por ante la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, donde se denuncie las
transgresiones en el orden constitucional, en caso que se considere de esta
manera. Si esta Sala dicta sentencia, ratificando la sentencia del Tribunal de
Juicio, la sentencia quedará definitivamente firme y debe ser ejecutada en
calidad de cosa juzgada. La sentencia debe contener a) la fijación clara y
precisa del acto reclamado, b) el análisis sistemático de todos los conceptos de
violación o en su caso de todos los agravios.

En la ejecución de sentencia del derecho procesal penal, se presentan


sucesivamente algunos problemas, es decir; La ejecución de sentencia penal;
consiste en dar cumplimiento practico de todas las disposiciones en ellas
contenidas un vez que este definitivamente firme, tanto en lo referente en la
sanción principal, como a las relativas a las costas procesales y medidas de
seguridad impuestas. Igualmente esta comprende la solución de los incidentes
que se suscitan con motivo del cumplimiento de lo contenido en ella, es decir,
traduciéndose en una realidad y en un estado de hecho adecuado. Ya que una
sentencia puede ser no solo condenatoria, sino absolutoria.

Cuando se piensa en la ejecución de la sentencia penal, a menudo lo que viene


de súbito a la memoria, es el cumplimiento de las penas impuestas por la
sentencia condenatoria, pero no se debe olvidar que una sentencia absolutoria
contiene de ordinario una serie de pronunciamientos favorables al acusado
absuelto, tales como devolución de objetos ocupados, pago de indemnización
por tiempo en prisión provisional, publicación de carteles exculpatorios, los
cuales deben ser cumplidos para intentar mitigar los efectos que el proceso
pudiera tener sobre el declarado inocente. Por otra parte, la ejecución en
materia penal se ha concebido siempre de oficio, conforme a un principio
inquisitivo, pues el restablecimiento de la legalidad quebrantada por el hecho
punible o por el proceso mismo, es de interés público y no puede esperar a
instancia de parte.

La ejecución de la sentencia penal supone una serie de problemas que vienen


determinados por el tipo de pronunciamiento a ser ejecutado y por la
determinación de las autoridades llamadas a cumplirlos y en qué medida.

El primer problema que presenta la ejecución penal es su permanencia en el


tiempo, pues la sentencia penal no siempre es de efectos de inmediato
cumplimiento, sino que ese cumplimiento suele prolongarse en el tiempo, como
sucede en el caso de penas privativas de libertad o medidas de seguridad, en
el curso de las cuales pueden surgir innumerables incidentes, tales como la
necesidad de adecuar los regímenes de cumplimiento o de evaluar la
posibilidad de libertades condicionales, licencias extra penales, regímenes
sustitutivos, redención de la pena por otras prestaciones, etc. El otro problema
cardinal que supone la ejecución penal es la necesaria e ineludible imbricación
de las funciones jurisdiccionales y administrativas del Estado en el
cumplimiento de los pronunciamientos emanados de la sentencia penal y la
consiguiente determinación de hasta dónde llega una y dónde termina la otra.

Históricamente la función de los tribunales en materia de ejecución penal se


limitaba a la declaración de firmeza de la sentencia, a disponer la devolución de
objetos y expedir la orden de libertad del acusado, cuando se trataba de una
absolutoria, o solicitar el pago de la multa u ordenar el arresto subsidiario, si la
condena era de multa, o a establecer, en caso de condena a prisión o presidio
el cómputo de la prisión provisional y de la fecha de cumplimiento de la pena a
fin de remitirlo a la institución donde debiera cumplirla o ser ejecutada. Todas
las demás incidencias de la ejecución sobre todo en materia de penas
privativas de libertad correspondían a la administración, a tal grado, que el
Poder Ejecutivo, en ese esquema, estaba facultado para evaluar el desempeño
de los reclusos durante la ejecución, otorgar cambios de régimen y beneficios
en el cumplimiento de la pena.

Sin embargo, desde mediados del siglo XX se ha venido extendiendo la


concepción de que el Poder Judicial debe tener más protagonismo en la
ejecución judicial y extender sus facultades de control a todos los incidentes
que se susciten en el cumplimiento de las penas. No cabe duda que la
extensión de las facultades jurisdiccionales en la fase de ejecución de la
sentencia ha redundado en la democratización del proceso penal y ha ampliado
considerablemente las posibilidades de defensa de los derechos humanos de
los penados, en todos los países donde se ha establecido.

Pero aun así, hasta hoy y como tendencia dominante, el peso esencial de la
ejecución penal ha estado sobre los hombros del Poder Ejecutivo, pues la
construcción de las instalaciones penitenciarias y la administración de sus
medios personales, materiales y financieros, ha corrido a cargo de las
autoridades ejecutivas, ya bien centrales o bien descentralizadas, incluso con
su funesta carga de corrupción, pues resulta obvio que ésas no son tareas
propias del Poder Judicial.

Finalmente, la ejecución de la sentencia penal, después de los años sesenta


del siglo XX se ha caracterizado por un giro decisivo hacia las formas
alternativas del cumplimiento de la pena, aumentado de manera notoria los
penados acreedores de los llamados beneficios en la ejecución de la sentencia,
tales como la suspensión condicional de la pena, la redención de la pena por
trabajo y estudio, el trabajo en establecimientos abiertos y la ya conocida
remisión condicional de la pena, más conocida como libertad condicional, bajo
palabra. Esto último ha condicionado la necesidad de controlar a las personas
que han recibido estos beneficios a través de oficiales de la ley o funcionarios,
ya sean empleados del Estado o activistas sociales, los cuales se incorporan al
sistema de ejecución de la sentencia penal a través de la asignación que les
hace de los penados que deben controlar y de la actividad de vigilancia que
deben ejercer sobre ellos en coordinación con los órganos de policía, el
Ministerio Público y los tribunales.
El Código Orgánico Procesal Penal, fiel a las tendencias de la época de su
aparición, establece un moderno sistema de ejecución de la sentencia penal,
fundado en una extensión amplísima de las facultades jurisdiccionales en esta
fase, a través de la figura del juez de ejecución, cuyas competencias son muy
amplias y abarcan prácticamente todas las incidencias de esta fase del proceso
penal. Los tribunales de ejecución establecidos en el COPP, en tanto tribunales
especializados y escindidos de los tribunales de conocimiento, quedan
facultados para conocer de todas las incidencias que pudiera generar la
ejecución de la sentencia penal tanto en lo que se refiere a las penas
corporales como a las patrimoniales y otras medidas conexas o accesorias.

El tribunal de ejecución en el COPP tiene competencias expresas y


competencias tácitas. Son competencias expresas, aquellas que están
claramente recogidas por la ley, en tanto que son competencias tácitas
aquellas que por su naturaleza deben ser conocidas por el juez de la ejecución.

La competencia tácita del juez de ejecución es la que no estando


expresamente establecida en el COPP, resulta forzoso atribuirla a este órgano
en razón de su naturaleza. En opinión de algunos autores debe ser
competencia tácita del juez de ejecución, todos los pronunciamientos
restitutorios que emanen de la sentencia absolutoria, tales como la tramitación
de las órdenes de pago respectivas o la instancia al Ejecutivo para que incluya
la deuda en el ejercicio presupuestario correspondiente.

La competencia del juez de ejecución para conocer todos y cada uno de los
asuntos sometidos a su decisión y control es independiente y concurrente,
respecto al posible conocimiento que la persona de quien se desempeñe como
tal, haya tenido en las diversas fases, grados o estadios de conocimiento y
decisión de cualquier causa con anterioridad, por cuanto las decisiones
ejecutorias están escindidas racionalmente de las cuestiones de hecho y de
derecho, toda vez que estas últimas están referidas a la existencia o no de
delito y a la participación en éste del imputado, en tanto que las primeras se
refieren a situaciones producidas ex post pena, o sea cuando ya las últimas
fueron agotadas y consumidas totalmente, no pudiendo haber por tanto
contaminación al respecto. Todo esto quiere decir, que el juez de ejecución no
puede inhibirse por el hecho de que se haya desempeñado anteriormente
como juez de juicio o de control en el mismo proceso o en otro relacionado con
el imputado cuyo cumplimiento de penas e incidencias relacionadas deba
controlar y decidir.

Cuando la sentencia definitivamente firme sea condenatoria a pena privativa de


libertad, el juez de ejecución, una vez recibidos del tribunal sancionador la
copia certificada de la sentencia y el auto de su firmeza, ordenará practicar el
cómputo y determinará con exactitud la fecha en que finaliza la condena y en
su caso la fecha a partir de la cual el penado podrá solicitar su libertad
condicional. Se descontará de la pena a ejecutar la privación de libertad que
sufrió el penado durante el proceso en un establecimiento del Estado (cárceles,
comisarías, retenes o comandancias policiales y militares), así como también la
privación de libertad sufrida por el penado en el extranjero, en un procedimiento
de extradición con fines de ejecución penal.

La resolución que contenga y avale el cómputo se notificará al Ministerio


Público, al penado y a su defensor, quienes podrán hacer observaciones al
cómputo dentro del plazo de tres días, pues el cómputo es siempre reformable,
aun de oficio, cuando se compruebe un error o nuevas circunstancias lo tornen
necesario. La decisión que deniegue o acceda a la rectificación del cómputo
debe ser recurrible en apelación.

Los incidentes relativos a la ejecución o extinción de la pena, a la libertad


condicional y todos aquellos en los cuales, por su importancia, el tribunal lo
estime necesario serán resueltos en audiencia oral y pública, citando a los
testigos y expertos que deban informar durante el debate. Ésta es una de las
innovaciones más lúcidas del COPP, pues los incidentes en la ejecución
tramitados por escrito dan lugar a dilaciones interminables. Las normas del
juicio oral han de ser supletorias para el desarrollo de esta audiencia. De no ser
necesario, el tribunal decidirá dentro de los tres días siguientes y contra la
resolución procede recurso de apelación, cuya interposición no suspenderá la
ejecución de la pena a menos que así lo disponga la Corte de Apelaciones.
Igualmente, el condenado podrá ejercer su derecho durante la ejecución de la
pena. En tal sentido, al quedar la sentencia definitivamente firme y en calidad
de cosa juzgada, puede el condenado a ejercer durante la ejecución de la
pena, todos los derechos y aquellas facultades que le otorgan las penales,
penitenciarias y reglamentos. En este procedimiento el penado deberá cumplir
lo siguiente:

a) Solicitar ante el Tribunal de Ejecución la suspensión condicional de la


ejecución de la pena.
b) Solicitará cualquier forma alternativa para dar cumplimiento a la pena.
c) Estas alternativas podrán ser la redención de la pena por el trabajo y la
redención de esa pena por el estudio o cualquier otro beneficio otorgado
por la Ley.
d) Siempre y cuando este contemplado a lo establecido en el COPP y en
las leyes especiales que no se opongan a esta solicitud.
e) El condenado deberá ser asistido por un abogado.

Por lo tanto el tribunal competente para estudiar y analizar la solicitud del


condenado será el Tribunal de Primera Instancia en Funciones de Ejecución
que le corresponderá la ejecución de la pena y las medidas de seguridad, por
lo que tendrá las siguientes competencias:

a) Tendrá a su cargo lo concerniente a la libertad del condenado.


b) Las fórmulas alternativas del cumplimiento de la pena.
c) Redención de la pena por el trabajo y el estudio.

DEFENSA PÚBLICA.

Esta institución cumple un importante papel en el Sistema de Justicia. Su


función principal es hacer efectivo el derecho a la defensa y al debido proceso,
mediante la prestación de un servicio de asistencia jurídica gratuita (Reyna de
Roche y Richter, 2007). El buen funcionamiento de esta institución facilita que
las personas que puedan hacer efectivo su derecho a la defensa, utilizando
todas las herramientas que prevé el orden jurídico, sin que su condición
socioeconómica sea un obstáculo para ello. Así lo establece el artículo 2 de la
Ley Orgánica de la Defensa Pública:

“La Defensa Pública es un órgano del sistema de justicia que tiene


como propósito fundamental garantizar la tutela judicial efectiva del
derecho constitucional a la defensa en las diversas áreas de su
competencia. Asimismo, está dedicada a prestar a nivel nacional un
servicio de defensa pública, en forma gratuita a las personas que lo
requieran, sin distinción de clase socio-económica”.

Garantizar la tutela judicial efectiva del derecho a la defensa en diversas áreas


de la vida de las personas es una forma de desarrollar el mandato del artículo
21 Constitucional, que ordena tomar las medidas legislativas y administrativas
necesarias para hacer efectiva la igualdad ante la ley, con especial referencia a
las personas en situación de desventaja social. Sus acciones se fundamentan
en principios de justicia, honestidad, decoro, participación, celeridad, eficacia,
eficiencia, transparencia, rendición de cuentas, disciplina, responsabilidad y
obligatoriedad según las disposiciones legales vigentes y con preeminencia de
los Derechos Humanos.

Si bien es cierto que el derecho a la defensa ya estaba consagrado en la


Constitución de 1961 así como en las que la precedieron, en la vigente se
destaca la importancia de dar un marco institucional que dé soporte a este
derecho. A tal efecto vale citar lo dicho en la Exposición de Motivos de la
Constitución:

“De esta forma se consagra la justicia gratuita como un derecho


humano que encuentra su principal fundamento en los derechos a la
igualdad y a la tutela judicial efectiva que reconoce la Constitución y que
tiene por objeto permitir el libre acceso de toda persona a la justicia, sin
discriminación alguna. Como una de las consecuencias del referido
derecho, la Constitución establece en su Título V Capítulo III, que el
Poder Judicial no está facultado para establecer tasas, aranceles, ni
exigir pago alguno por sus servicios, al tiempo que prevé el servicio
de defensa pública”
Estas consideraciones tienen su concreción en el texto constitucional primero al
establecer en el artículo 268 que es obligación del legislador el establecer “la
autonomía y organización, funcionamiento, disciplina e idoneidad del servicio
de defensa pública” para que el mismo asegure “la eficacia del servicio y de
garantizar los beneficios de la carrera del defensor o defensora”, y en segundo
lugar al incorporar a la Defensa Pública dentro del Sistema de Justicia junto
con los Tribunales, el Ministerio Público, los órganos de investigación penal, el
sistema penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos y los
abogados (Art. 253).

Así, tenemos entonces que la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela no sólo consagra el derecho a la defensa (art. 49), sino que define
el servicio de Defensa Pública como parte constitutiva del Sistema de Justicia
(art. 253), para garantizar un amplio derecho de acceso a la justicia. La
disposición transitoria cuarta contemplaba el plazo de 1 año para la elaboración
de dicha ley y, mientras este instrumento legal estuviera concluido, Defensa
Pública dependería de la Comisión de Funcionamiento y Reestructuración del
Sistema Judicial. Esas órdenes constitucionales implicaban transformar el
antiguo sistema de “defensores públicos de presos”, cuya actuación había sido
muy deficiente.

Sin embargo, la Ley Orgánica de Defensa Pública no fue promulgada hasta


enero de 2007, por lo que esta institución continuó siendo una dependencia
adscrita al Poder Judicial, específicamente a la Comisión Judicial del Tribunal
Supremo de Justicia (de acuerdo a la Resolución Normativa sobre la Dirección,
Gobierno y Administración del Poder Judicial del año 2000). Por tanto, su perfil
como ente autónomo es muy reciente y ello tiene implicaciones sobre la
disponibilidad de información sobre su gestión, como se verá más adelante.

En este sentido, debemos señalar que si bien la Defensa Pública forma parte
del Poder Judicial, por mandato constitucional es autónomo respecto del
Tribunal Supremo de Justicia como lo hemos indicado previamente.

La dependencia de la Defensa Pública del Poder Judicial limitaba el adecuado


funcionamiento del sistema acusatorio, pues se requiere que los tres sujetos
del proceso penal sean independientes y autónomos. El debido proceso en
materia penal supone una tríada, donde cada actor cumple un papel: un fiscal
que dirige la investigación penal, un defensor autónomo que garantiza el
acceso del imputado al debido proceso y un juez que decide la controversia.
Por ello, la dependencia del defensor del Poder Judicial, lo subordinaba a uno
de los sujetos del proceso penal. La tardanza en darle autonomía no puede
desvincularse de las dificultades que ha tenido la instauración del sistema
acusatorio en el país.

Misión: “garantizar el derecho a la defensa gratuita a todos los ciudadanos y


ciudadanas, en los procesos judiciales de cualquier índole o área, prestando un
servicio de orientación, asesoría, asistencia y representación legal eficiente y
eficaz, en los ámbitos de su competencia, contribuyendo con una
administración de justicia imparcial, equitativa y expedita”

Visión: “es una institución flexible que busca prestar un servicio de calidad al
ciudadano y poder garantizar el derecho a la defensa gratuita en todos los
ámbitos de su competencia, reconocida nacional e internacionalmente,
utilizando tecnología actualizada y con un recurso humano altamente
capacitado, sensibilizado y cohesionado”

Los valores por los que se rige esta institución del sistema de justicia
Venezolano son: Justicia, transparencia, ética, mística, participación,
constancia, compromiso institucional, excelencia, probidad, honestidad,
solidaridad y motivación.

Dentro de sus actividades generales la que Defensa Publica debe realizar,


aparte de asistir a sus defendidos o representados en procesos judiciales, se
encuentran;

a) Revisar los expedientes y de acuerdo a la etapa procesal.

b) Realizarlos escritos en los plazos prudenciales.

c) Solicitud de copias.

d) Revisión de medidas, pertinentes al caso bajo el consentimiento de


supervisión del Defensor Público.
e) Atender y asesorar al usuario.

f) Actualizar el Inventario General de Causas.

g) Llevar el Libro Diario.

h) Asistir a Jornadas Ordinarias y Especiales, denominadas “Comunidad y


Defensa”

i) Archivar la documentación general, de acuerdo a la etapa procesal del


expediente.

j) Realizar las estadísticas mensuales.

La Defensa Pública es un Órgano Constitucional del Sistema de justicia con


plena autonomía funcional, financiera, administrativa, única e indivisible, bajo la
responsabilidad del Defensor Público General o la Defensora Publica General.
Igualmente, todas las actuaciones de la Defensa Publica deben fundamentarse
en los principios de Justicia, honestidad, decoro, participación, celeridad,
eficacia, eficiencia; transparencia, rendición de cuentas, disciplina,
responsabilidad y obligatoriedad. Del mismo modo, en el proceso de la
administración de justicia se debe tomar en cuenta el desempeño de las
funciones del defensor público partiendo de la enorme cantidad de causas. No
obstante también litigan abogados en el libre ejercicio -privados- los cuales no
pertenecen a la Institución, su lucro es personal, el desempeño de ese otro
porcentaje de causas es mínimo en comparación con el volumen de causas
llevadas por la institución de la Defensa Publica.
CONCLUSION

Para concluir tenemos que, dada la posibilidad de injusticia de las decisiones


judiciales surgen los medios de impugnación como vías a través de las cuales
procura mantener el control de esas decisiones en aquellos casos en que se
han verificado violaciones legales o procedimentales. De allí que la esencia de
estos medios es que vuelva a decidir sobre lo ya resuelto pero en forma distinta
a como se ha hecho para con ello anular o dejar sin efecto la decisión recurrida
(total o parcial).

Tomando en cuenta que existe la posibilidad real que las decisiones judiciales
puedan estar alejadas de la voluntad de la ley en aspectos concretos y como
consecuencia de ello, lesionar los intereses de algunas de las partes dentro del
proceso, se utilizan los recursos para mantener el control de las decisiones y
someter las mismas al conocimiento de una instancia superior con facultades
para revocar lo decidido anteriormente y decidir conforme a la voluntad de la
persona que recurre, con la finalidad de garantizar la tutela judicial efectiva y
los demás derechos y garantías establecidas en la Constitución.

Otro punto importante tratado en esta investigación es el referido a la Ejecución


de Sentencia, teniéndose conocimiento que es el procedimiento en la cual
Estado hace efectiva su función punitiva, y entra en la fase final del
procedimiento luego de la sentencia definitivamente firme. Definiéndose como
la actividad tendiente a cumplir los mandatos de la sentencia, siendo estos, un
conjunto de actos necesarios para la realización de la sanción contenida en
una sentencia condenatoria emanada de un Juez o Tribunal competente como
función de órganos jurisdiccionales desarrollando su potestad y llevando a cabo
la obligación impuesta y que no se cumple por voluntariedad del que haya sido
condenado.

Mencionándose a su vez, que el Código Orgánico Procesal Penal, fiel a las


tendencias de la época de su aparición, establece un moderno sistema de
ejecución de la sentencia penal, fundado en una extensión amplísima de las
facultades jurisdiccionales en esta fase, a través de la figura del juez de
ejecución, cuyas competencias son muy amplias y abarcan prácticamente
todas las incidencias de esta fase del proceso penal. Los tribunales de
ejecución establecidos en el COPP, en tanto tribunales especializados y
escindidos de los tribunales de conocimiento, quedan facultados para conocer
de todas las incidencias que pudiera generar la ejecución de la sentencia penal
tanto en lo que se refiere a las penas corporales como a las patrimoniales y
otras medidas conexas o accesorias.

Finalizando este trabajo con aportes significativos en referencia a la Defensa


Publica, definiéndola como un Órgano Constitucional del Sistema de justicia
con plena autonomía funcional, financiera, administrativa, única e indivisible,
bajo la responsabilidad del Defensor Público General o la Defensora Publica
General. Encontrando que todas las actuaciones de este prestigioso Ente,
deben fundamentarse en los principios de Justicia, honestidad, decoro,
participación, celeridad, eficacia, eficiencia; transparencia, rendición de
cuentas, disciplina, responsabilidad y obligatoriedad.

Siendo importante mencionar que esta institución cumple un importante papel


en el Sistema de Justicia, su función principal es hacer efectivo el derecho a la
defensa y al debido proceso, mediante la prestación de un servicio de
asistencia jurídica gratuita. Del mismo modo, en el proceso de la administración
de justicia se debe tomar en cuenta el desempeño de las funciones del
defensor público partiendo de la enorme cantidad de causas. Facilitando que
las personas puedan hacer efectivo su derecho a la defensa, utilizando todas
las herramientas que prevé el orden jurídico, sin que su condición
socioeconómica sea un obstáculo para ello. Así como lo establece el artículo 2
de la Ley Orgánica de la Defensa Pública y nuestra Constitución.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

Pérez Sarmiento, E. Manual de Derecho Procesal Penal. 2da Edición.


Caracas, Venezuela: Vadell Hermanos Editores.

bibliovirtualujap.files.wordpress.com › 2011/04 › ip_derecho_d28

Reyna de Roche Carmen Luisa y Richter Jacqueline (2008): Justicia Penal y


Defensa Pública. Caracas, UCV.

derechoprocesalpenal.page.tl › 34-.-_-LOS-RECURSOS.htm

CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL VENEZOLANO.

LEY ORGÁNICA DE LA DEFENSA PÚBLICA Gaceta Oficial Nº 39.021 de


fecha 22 de Septiembre del año 2008

Potrebbero piacerti anche