Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Traduciendo narrativa
norteamericana: el retorno
a la casa (de los otros)
Translating North-American Narrative:
the Return to (others) Home
In the late nineties and the early years of 21st Century,
one of the most influential literatures has been the
North-American Narrative, from dirty realism to the
powerful postmodern writers, like Thomas Pynchon,
Don DeLillo and David Foster Wallace, among others.
In this article we’ll try to explain how the different
translations to Spanish of their books has contributed
to open new thresholds for Spanish late narrative,
and how these aesthetic worldview provided to
Spanish authors new themes, narrative techniques,
structures and plot designs.
Vicente Luis Mora
key words: North-american narrative, creative tra-
Escritor duction, postmodernism, dirty realism, image.
Vicente Luis Mora TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA 14, 2010
rozar el 30% de todos los libros publicados en mas décadas del pasado siglo han dejado una
nuestro país2, ha contribuido a enriquecer la alargada sombra en varias narrativas y poéticas,
disponibilidad de lecturas traducidas del inglés, más o menos jóvenes, durante bastante tiempo.
de forma que un buen lector español puede Quizá debamos hacer un poco de historia: 27
estar leyendo ininterrumpidamente novelas y en junio de 1983, el crítico norteamericano
libros de cuentos estadounidenses durante todo Bill Buford tituló ‘Dirty Realism’ el número
el año, como lo haría un lector californiano. ocho de su revista literaria inglesa Granta,
Esta riqueza editorial ha tenido, como veremos, anunciando así el nacimiento de una nueva
una influencia real en nuestra narrativa, por escuela de escritores norteamericanos que,
más que no pueda reflejar –como es natural– la con un estilo realista, pretendían que sus
enorme diversidad de propuestas y líneas crea- obras arrojaran luz sobre el lado sombrío de
tivas de la narrativa actual en Estados Unidos. la Norteamérica contemporánea. Cuando
De todas ellas, las tendencias que han llegado a Buford usó la palabra ‘sucio’ quería -además
de llamar la atención- recalcar que se trataba
nuestro país podrían ser muchas, pero creo que
de un realismo minimalista manchado por la
en los últimos años se han producido dos recep-
vida, por las pequeñas cosas cotidianas, y en
ciones principales: la del realismo sucio y la de ningún caso pretendió referirse a elemento
los narradores de la posmodernidad última y de escatológico alguno. (López Merino, 2005).
la «narrativa de la imagen», sobre la que luego
volveremos3. La nómina de esta estética ha sido fluctuan-
te, y podría abarcar desde la elegancia post-beat
el ‘dirty realism’ de las Crónicas de motel (1982) de Sam Shepard
hasta la prosa limpia y caracterológica de Ray-
Escribe con razón Eduardo Moga (2007:393) mond Carver pasando por la prosa dura y sin
que «el llamado realismo sucio constituye, desde concesiones de Charles Bukowski. También
los años 60, una corriente viva y vigorosa tanto en nuestro país la recepción ha sido diversa,
de la narrativa como de la poesía occidentales», como ha señalado Eloy Fernández Porta: «en
en especial –podríamos añadir– en nuestro términos de sociología literaria, la aceptación
país 4. Las líneas estéticas que algunos narrado- entusiasta de que gozó esta tendencia en Espa-
res norteamericanos forjaron durante las últi- ña puede explicarse de la siguiente manera: el
dirty realism fue aceptado en virtud de su aura
2 Según la Federación de Gremios de Editores de Es- —el aura de desolación y desgracia esencial
paña, en 2006 un 28% de los libros editados fueron traduc- con marca registrada norteamericana— y de su
ciones de otras lenguas; cf. http://www.federacioneditores. limpieza, esto es, su indiscutible elegancia for-
org/SectorEdit/DatosEstadisticos.asp.
3 Por haber tenido eco, pero menor, nos limitare- mal, su estilo doliente y escueto, su caballerosa
mos sólo a apuntar que la novela policíaca y el ciberpunk manera de retratar la conflictividad suburbana,
norteamericanos han sido también corrientes de cierta describiendo frecuentes circunloquios respecto
notoriedad en España. Véanse Molinuevo (2006:52ss) y
Santamaría (2005). de los temas del sexo, la violencia y la abyec-
4 El propio Moga ha estudiado el diverso numeral ción. Simulacro de verismo, por tanto; simu-
de poetas españoles influenciados por esta corriente, entre lacro de suciedad» (2004:11). Por ese motivo,
quienes cita a Roger Wolfe, Luis Felipe Comendador, Kar-
melo C. Iribarren, Manuel Moya, David González y Pablo la nómina local también sería difusa, e incluso
García Casado. podría afectar sólo a algunos libros de algunos
Vicente Luis Mora TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA 14, 2010
autores, más que a trayectorias completas. Con tienen cerca de cuarenta miembros, entre los
posterioridad, según Juan Fernando Merino que se cuentan narradores, críticos literarios y
(2002:11), el realismo sucio habría dejado paso personas del mundo de la literatura española.
28 a una corriente más dedicada a la narrativa Si la existencia de ambos por separado es de
ambientada en la desestructuración familiar por sí bastante significativa, la lectura conjunta
(Lorrie Moore, la canadiense Alice Munro), da mucho que pensar: significa que la literatura
aunque a nuestro juicio es más interesante –y norteamericana que interesa a los narradores
muy influyente en nuestro país– la línea de la españoles es tan compleja que, a pesar de leer
que hablaremos a continuación. inglés, necesitan de una traducción guía, de un
Virgilio de la lengua que les abra las puertas a
el posmodernismo tardío o narrativa una comprensión total de la obra, un Ellmann
de la imagen que aclare las oscuridades de los nuevos Ulysses
(puesto que House of Leaves no tiene la calidad
Mientras que el realismo sucio tiene ya una diná- de la novela de Joyce, pero sí es comparable
mica crítica bien asentada5, nos encontramos con en su dificultad de acceso, sustituyendo las
el problema de que falta por hacer toda una his- complejidades lingüísticas por las lingüístico-
toria de la amplísima recepción que la novela pos- visuales). Creo que la recepción de la literatura
moderna última norteamericana y lo que hemos del desaparecido David Foster Wallace habla
llamado en otro lugar narrativa de la imagen por sí sola a este respecto. Wallace ha sido, de
(Mora, 2006:275-304) han tenido en la narrativa lejos, el escritor más influyente para un gran y
actual española, sobre todo en la más joven. muy diverso grupo de narradores nacidos en
Cuando los fenómenos a estudiar son muy los años 60 y 70 del pasado siglo. Amén de la
recientes, y teniendo en cuenta que la aca- cita en nota que hacíamos antes de Fernando
demia gusta de guardar un largo período de Valls, podemos recordar el número homenaje
respeto hacia los hechos antes de examinarlos, que la revista Quimera dedicó tras la muerte del
pueden ayudarnos en este tema (amén de las escritor neoyorkino en enero del 2008, donde
intuiciones, declaraciones expresas y análisis colaboraban con textos sobre Wallace prosistas
críticos de urgencia), algunas manifestaciones como Ricardo Menéndez Salmón, Juan Fran-
que tienen lugar en el campo literario español, cisco Ferré, Juan Trejo, Manuel Vilas, Robert
en cuanto expresiones de tensiones, líneas de Juan-Cantavella, Agustín Fernández Mallo,
fuga y tendencias. En este sentido, y a modo Germán Sierra o Eloy Fernández Porta. En
casi anecdótico, baste decir que se han creado la presentación del dossier escribía Trejo que
recientemente en la red social Facebook dos «para la siguiente generación (…) descubrir a
grupos que resultan interesantes a nuestros DFW supuso, casi de manera generalizada a
propósitos explicativos. Uno de ellos se llama pesar de lo individual, una conmoción. DFW
«Quiero que traduzcan House of Leaves de Mark hablaba de algo que entendíamos sin ni siquiera
Danielevski», y otro «Leo todas las traduccio- habernos detenido aún a pensar sobre ello, y lo
nes de Javier Calvo en Mondadori». Ambos hacía de un modo que nos resultó novedoso e
iluminador, a pesar de su aritmética compleji-
5
Además de los estudios citados, véanse Lozano Mi- dad» (2008:29). Aclarando que con esa «gene-
jares (2007:225-26) e Izquierdo (2001:293-308). ración» se refiere Trejo a los ya citados como
TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA 14, 2010 Traduciendo narrativa norteamericana: el retorno a la casa (de los otros)
nacidos en los años sesenta y principios de los dotando a todo un amplio grupo de narrado-
setenta, fijémonos en tres elementos incluidos res y narradoras españoles de una panoplia de
en esa frase: individualidad, conmoción, difi- recursos técnicos que constituyen referencias
cultad. A pesar de la diversidad de la recepción, inexcusables. Algo así le pasó, como es natural, 29
había en casi todos los autores mencionados al propio Calvo: su relato «Arco iris de levedad»,
algo en común: la mayoría tuvieron acceso a los incluido en Risas enlatadas (2001), debe menos
textos de Wallace a través de las traducciones de al Gravity’s Rainbow de Pynchon que al cuen-
Calvo, incluso aquellos que dominaban el inglés to «Animalitos inexpresivos» de Wallace, que
y que querían (o queríamos) tener una buena abría La niña del pelo raro (1989), traducido por
versión de referencia para examinar el modo en él: ambos textos comparten tema (directivos y
que aquello podría llegar al castellano y cons- presentadores de televisión), y modo «cámara»
truirse como lengua narrativa propia. de afrontar la composición estructural del texto;
Siguiendo (por una vez y sin que sirva de cada párrafo es una «toma» y cada escena está
precedente) los esquemas jakobsonianos, el descrita y transcrita como lo haría una serie
problema que tenía la traducción de Wallace televisiva. Este modo de narrar, autoanalizado
o de otros narradores de la imagen era que la por Wallace en su fantástico ensayo, «E unibus
castellanización no sólo debía ser interlingual, pluram»7, ha tenido una larguísima descenden-
sino también intersemiótica. Como ya decía cia hasta nuestros días, siendo climática a este
Alexander F. Tytler en su Essay of the Princi- respecto la reciente novela de Jorge Carrión, Los
ples of Translation (1790), al definir una buena muertos (2010). Un tipo de narrativa que, por lo
traducción como aquella que transmite por demás y como apunta Ferré, habría intentado
completo de la obra original a otra lengua, de precisamente superar el modelo anterior de rea-
forma que sus hablantes nativos lo perciben lismo sucio: «esta novela terminal procedería a
con la misma claridad y lo sienten con idéntica liquidar todas las herencias (la del modernismo
fuerza que los que hablan la lengua de la obra y el posmodernismo tanto como la de diversos
original, esta narrativa tan literaria y tan visual a realismos, más o menos sucios)» (2008:33). Otro
la vez necesitaba de un narrador cultivado en los factor relevante en este proceso, que no corres-
mismos imaginarios audiovisuales, conocedor ponde tratar aquí pero sí dejar al menos apunta-
de las referencias, lector de los mismos patrones do, sería el papel de la editorial Mondadori, que
literarios que Wallace (Barth, Gass, Gaddis, ha publicado no sólo la mayoría de los libros
Pynchon, DeLillo), y propietario él mismo de de la narrativa norteamericana de la imagen,
una lengua narrativa propia de su tiempo. Su incluyendo todas las traducciones de Wallace,
«libertad vigilada»6 debía ensanchar el campo sino también la mayoría de novelas y libros de
literario de los lectores, y eso fue lo que ocurrió,
7 «Nuestras seis horas diarias no solamente nos ayu-
americana (Dashiell Hammett, Raymond Chandler), in- delos narrativos literariamente incuestionables (entre los
serta consideraciones éticas» (Navajas, 1998:25). que destacaríamos a Cela, Benet, Espinosa, Julián Ríos,
TRANS. REVISTA DE TRADUCTOLOGÍA 14, 2010 Traduciendo narrativa norteamericana: el retorno a la casa (de los otros)