Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
mediadores de lectura"
• Ideas orientadoras
• Objetivos general y específicos de la jornada de formación
• Ejes transversales y categorías de evaluación del proceso
• Propuesta temática y metodológica primera jornada de formación
Ideas orientadoras
El planteamiento de procesos de fortalecimiento de capacidades de docentes y bibliotecarios
vinculados al sistema educativo de la nación es una apuesta importante en el marco de un Plan
Nacional de Lectura, por lo que es esencial que cualquier accionar que se emprenda en este
contexto sea coherente tanto con sus principios como con el enfoque teórico y metodológico
propuesto en él.
Esta coherencia es trascendental, aún mas si tenemos en cuenta que la labor de los mediadores
que se encuentran en este componente del PNLL es la formación de docentes y bibliotecarios
vinculados al Ministerio de Educación Nacional. En este sentido además de tener en cuenta un
marco es necesario plantear una articulación significativa con las búsquedas del sistema
educativo y las metas del sector en términos de lectura, escritura y oralidad.
Con este objetivo se plantean los siguientes ejes conceptuales de trabajo para la
implementación de estos talleres réplica
La relación maestro-bibliotecario:
En el marco de este proceso es esencial reconocer la importancia de la articulación entre todos
los agentes de la comunidad educativa como fundamental para la construcción de una biblioteca
escolar protagonista en los procesos de enseñanza- aprendizaje de las Instituciones Educativas.
Por lo tanto, las jornadas de formación deben generar escenarios detonantes para el trabajo
colaborativo entre los docentes y el bibliotecario escolar, de modo que el rol y perfil de cada
uno de los actores sea valorado en su diversidad. Todos los participantes deben reconocerse
como fundamentales en la construcción de la biblioteca como actor en el ecosistema
comunicativo de la escuela
En términos de la Biblioteca Escolar, esta doble definición como escenario y actor implica unas
dinámicas particulares. En primer lugar, como escenario inmerso en otros escenarios, la IFLA lo
define como un espacio físico y digital de aprendizaje que busca soportar, extender e
individualizar el currículo escolar, facilitando momentos y lugares para leer, indagar, investigar,
penar, imaginar y crear.
El otro reto es entender que todos los lenguajes se dan en contextos sociales, económicos y
culturales específicos, determinados tanto por las dinámicas locales, como por los productos de
la cultura de masas. En este sentido se requiere que cualquier concepción de lectura que se
decida priorizar, se plantee desde una clara relación entre texto y contexto (Freire, 1984).
A partir de estas dos comprensiones es que la mediación de lectura en la escuela debe promover
la lectura crítica comprendida como un proceso en tres niveles (Cassany, 2005), que deben
abordarse desde un currículo de biblioteca: el nivel literal (leer las líneas), el nivel inferencial
(leer entre líneas), y el nivel crítico o de significación (leer detrás de las líneas). El nivel primario
de comprensión, el literal, hace referencia a la decodificación de las relaciones de significación
explícitas que relacionan cada palabra de un texto con un significado definido por las reglas de
la lengua. En segundo lugar, el nivel inferencial invita al lector a develar los implícitos de un texto
que le permiten construir ideas globales y relevantes sobre un texto. Aquí, el lector además de
decodificar uno a uno los elementos del texto, construye relaciones con el texto no dicho y reúne
todos los elementos en una idea general.
Durante el proceso se hará énfasis en que estos niveles de lectura están inmersos en las prácticas
de lectura y escritura más comunes en la escuela. Así, de acuerdo con Cassany (Ibíd.), se espera
que este proceso de formación contribuya a fomentar un interés importante en la búsqueda de
una alfabetización crítica impulsada por la escuela, en general, y por la biblioteca escolar, en
particular. De esta manera se buscará que los bibliotecarios y docentes fortalezcan sus
capacidades para la aplicación de estrategias de comprensión literal e inferencial que
contribuyan a que las prácticas de lectura y escritura de los estudiantes estén encaminadas a
comprender el texto, sus usos y características.
En este sentido la lectura crítica es una capacidad que, a su vez, engendra libertades que
fortalecen las posibilidades de los individuos para vivir la vida que quieren vivir, fin último del
desarrollo, desde la perspectiva de Amartya Senn (2000 ). Sin embargo, no es suficiente con
fortalecer capacidades individuales, la mediación de lectura en la escuela debe ser también un
escenario de construcción colectiva de conocimiento y debe tener una clara vocación
comunitaria.
El diálogo de saberes
La mediación de lectura en la escuela como una intervención sociocultural que, en el marco de
los procesos educativos, promueve el fortalecimiento de capacidades comunicativas
indispensables para la construcción de una sociedad. La segunda idea, tiene que ver con plantear
la cultura escrita y su mediación en el medio escolar como un campo potencialmente
transdisciplinar, lo que implica comprender la lectura y la escritura como fenómenos complejos
que requieren miradas particulares, pero también globales y en relación con diversos contextos.
Por último la idea del diálogo como potenciador de las dos anteriores y como posibilidad de
alimentar la construcción de conocimiento desde la diversidad de opiniones y de saberes.
Sin embargo, estas tres ideas solo se desarrollan en la totalidad de sus posibilidades en la medida
que se articulen. En este sentido, será el diálogo el eje articulador, tanto desde los conceptual
como desde lo metodológico; por esta razón será esencial comprenderlo como
El diálogo interdisciplinar
En primer lugar, se trata de un diálogo interdisciplinar que busca fortalecer el potencial
transdisciplinar de la promoción de lectura, ya que se plantea como un ejercicio de construcción
constante de conocimiento alimentado por diferentes puntos de vista, fortaleciendo la idea del
conocimiento como un prisma posible de observar con diferentes miradas que enriquecen la
realidad y nos permiten relacionarse con ella desde una perspectiva mucho más compleja
(Martínez Miguélez, 2007). Así, entendiendo fenómenos como la lectura, la escritura y la
oralidad como territorios de exploración conjunta, en los que los lectores (estudiantes) se
involucran para construir interpretaciones propias, alimentadas por lo colectivo, que a la larga
se plantean como estrategias de emancipación intelectual (Rancière, 2013).
En este sentido, lo que se busca en este proceso es que este diálogo permita relacionar las
prácticas presentes en la gestión pedagógica, social, artística y de mediación de la lectura, la
escritura y la oralidad en los territorios y ambientes escolares en los que docentes y
bibliotecarios tienen su accionar. Estas relaciones ampliarán horizontes: en primer lugar, de la
pedagogía de la lectura y, en segundo lugar, de los saberes con que entraría en diálogo.
Sin embargo, teniendo en cuenta la diversidad de contextos en los que se desarrollan las
acciones de docentes y bibliotecarios, se hace necesario establecer otros diálogos que,
articulados con lo transdisciplinar, permitan el fortalecimiento de las tres ideas orientadoras
propuesta para este proceso.
El diálogo intercultural
La mediación de lectura parte del encuentro entre lectores y textos, autores y lectura, pero
sobre todo entre lectores y otros lectores que, a partir de diversas formas de diálogo, enriquecen
las experiencias de leer, de escribir, de conversar.
Es en el marco de este diálogo desde el que los docentes y bibliotecarios podrán reconocer
nociones como territorio y comunidad, que se construyen desde realidades simbólicas
particulares alimentadas por prácticas culturales e identitarias. Este ejercicio implica, además,
darle gran importancia a la diversidad intrínseca en cada persona, entender que la construcción
de identidades en el siglo XXI implica diálogos, encuentros, mestizajes e hibridaciones y que solo
en el aprender del otro se construye tejido social.
Ahora bien, una comprensión intercultural del universo del libro, la lectura, la escritura y la
oralidad en Ecuador, nos permite también fortalecer el aporte de la mediación de las culturas
oral y escrita en los procesos de desarrollo de los estudiantes y las comunidades educativas; en
este sentido, la comprensión de la compleja diversidad cultural del país podría promover una
comprensión armónica del desarrollo, más cercana al enfoque del Buen vivir como
complemento y estrategia de humanización del paradigma del Desarrollo Humano (Acosta,
2010)
El diálogo intertextual
Ahora bien, la comprensión de la lectura en el marco del diálogo y el encuentro de los lectores
y los libros, es decir, desde la experiencia y la libertad de decidir y acceder a la lectura, supone
también una comprensión del acto de leer como una acción comunicativa múltiple, multimodal
y diversa, toda vez que la lectura y la escritura, al encontrarse en el universo del lenguaje,
permite el acceso a distintos signos e interpretaciones. En otras palabras, y siguiendo a Paulo
Freire (1998), la lectura se encuentra más allá de los límites del código escrito y deviene en un
ejercicio cotidiano y natural donde el mundo es un gran texto susceptible de ser leído.
En este orden, los libros y la lectura se erigen como una posibilidad de acceso a otros lenguajes,
textos y universos posibles, y en este sentido, promover la lectura es invitar al otro a conocer el
mundo y a otros en sus múltiples formas. De ahí que para el desarrollo de este proceso de
formación resulte importante la comprensión de la lectura como una puerta de acceso al diálogo
entre los referentes simbólicos y literarios propios del texto, a los referentes que subyacen en
la experiencia sensible del lector y a las situaciones de comunicación que se tejen alrededor de
la lectura.
Así, la lectura de cualquier texto debe propiciar la expansión del horizonte de interpretación y
su apreciación como libro hacia las relaciones pasadas y futuras del lector con el mundo y sus
aromas, sabores, sonidos, texturas e imágenes. Este ir y venir del texto a la experiencia y los
referentes del lector permiten en la promoción de la lectura transitar a través de un sin número
de transacciones (Rosenblatt, 2002) simbólicas, artísticas y, en efecto, sensibles donde el centro
de la lectura resulta ser no solo la relación con el texto-libro, sino la interacción con la condición
humana (Ibíd.).
Objetivo
Fortalecer las capacidades de docentes y bibliotecarios escolares para una implementación
significativa del programa 30 minutos de lectura en miras de la optimización de La Fiesta de la
Lectura
Ejes transversales y categorías de evaluación del proceso
Para la implementación de estas jornadas de formación se tendrá en cuenta, como eje
metodológico transversal, el laboratorio pedagógico:
Laboratorios pedagógicos
Los laboratorios son escenarios de creación en los que los participantes identifican herramientas
y saberes adquiridos en el marco de del taller inicial y los articulan con situaciones susceptibles
de ser transformadas en articulación con la biblioteca escolar y el contexto pedagógico de cada
institución educativa. Por lo tanto, esperamos que con los laboratorios pedagógicos los
participantes sean sujetos que construyen sus aprendizajes y reconocen roles importantes en
otros agentes de la comunidad para desarrollar su práctica de mediación. Así,́ en tanto buscan
operar una transformación, se basan en un trabajo colectivo y dialógico, a la vez, que procuran
la integración de teoría y práctica.
Así, si bien cada laboratorio tiene objetivos específicos dentro del programa cada uno es un
proceso en sí mismo, de esta manera, aunque puedan estar insertos en una estructura mayor,
cuentan con una apertura, un desarrollo y un cierre. De la misma manera se caracterizarán por
ser escenarios teórico – prácticos de producción colectiva, ya que los aprendizajes y creaciones
se producen a partir de un diálogo de experiencias y saberes basado en el protagonismo de los
participantes. Además, se busca en ellos la generación de aprendizajes y la transformación de
una situación, así como de los propios participantes. Por último, se plantean como escenarios
para “aprender haciendo” y “hacer aprendiendo” en tanto que los participantes se ven inmersos
en relaciones de intercambio y aprendizaje permanentes desde la acción.
En este sentido, todos los laboratorios se enfocarán en el lenguaje como insumo fundamental
para fomentar el bienestar comunicativo, la creatividad, la participación, la convivencia de las
comunidades y el desarrollo y dinamización de capacidades y prácticas alrededor de la lectura,
la escritura y la oralidad.
De acuerdo con lo anterior, es importante tener en cuenta que estos laboratorio se plantean
como escenarios deductivos, no inductivos; lo que significa que como formadores de
formadores la intención es promover una experiencia significativa para los participantes que,
posteriormente, los lleve a una reflexión pedagógica. En este sentido, vale la pena retomar
algunas ideas de Jorge Larrosa (2003) en torno a la experiencia: en primer lugar, es algo que me
pasa, que me sucede, que proviene del exterior, de la alteridad; en este sentido, la experiencia
es también reflexiva, implica a la subjetividad y propende por una transformación de quien la
vive y, por último, es un paso, un pasaje, un recorrido.
Categorías de evaluación
Tal como se dijo antes, este proceso de formación de docentes y bibliotecarios se inserta en un
marco institucional y político con dos principales referentes: por un lado el Ministerio de Cultura
y su Plan Nacional del Libro y la Lectura y, por el otro, el Ministerio de Educación y el programa
Yo Leo; en este sentido es esencial, en la planeación e implementación de estos talleres réplica,
tener en cuenta las intenciones de evaluación que emprenderá el Ministerio de Educación para
que las acciones emprendidas sean medibles y evaluables.
Sensibilización
Una primera meta a medir en el marco de este proceso de formación será el grado de
sensibilización de los docentes y bibliotecarios frente a la cultura escrita, su mediación y a la
implementación de prácticas pedagógicas significativas para la apropiación de la lectura y la
escritura y la oralidad en sus correspondientes comunidades educativas. En este sentido, se
buscará en estas jornadas que los docentes reconozcan cuáles son sus prácticas de lectura y que,
a partir de los contenidos abordados, se planteen estrategias y caminos que ayuden a alimentar
su historia lectora.
Una vez planteada la importancia del reconocimiento de su propia historia lectura, será
importante indagar acerca de los imaginarios y la valoración que se tiene de la lectura, la
escritura y la oralidad por parte de docentes y bibliotecarios; por último, será trascendental
entender y fortalecer cuáles son las comprensiones e imaginarios que tienen los participantes
frente a la escuela y su rol en la formación de lectores.
Empoderamiento
Partiendo de la importancia de la apropiación del territorio y del sentido de pertenencia a una
comunidad para la implementación de prácticas pedagógicas significativas, se buscará que en
estas sesiones los docentes fortalezcan sus capacidades para planear, gestionar e implementar
procesos en sus instituciones educativas en torno a la lectura, la escritura y la oralidad. En este
sentido, será esencial que sean conscientes de la importancia de identificar y proponer espacios
y momentos de lectura, reconozcan la importancia de la diversidad textural e identifiquen los
aportes de la mediación de lectura a la construcción de tejido social en las comunidades en que
están insertos.
Propuesta temática y metodológica primera jornada de formación
Esta presentación debe, además, ser el momento en que los participantes diligencien el
instrumento de línea de base para la evaluación del proceso de formación. Es importante que
los docentes y bibliotecarios no entiendan este instrumento como una evaluación de su
desempeño, ya que esto puede llevar a que la información recogida no sea significativa para la
posterior medición del alcance de los objetivos.
Se recomienda, además, una vez diligenciado el instrumento se haga una presentación de los
objetivos del proceso de formación, de los temas a abordar y el enfoque conceptual y
metodológico desde el que se abordarán los temas.
2. Autobiografía lectora
El pasado y la memoria nos configuran como personas y definen nuestra actuación en el
presente; en este laboratorio se buscará que bibliotecarios y docentes comprendan la
importancia de reconocer su pasado lector como punto de partida que, seguramente, determina
la forma en cómo se relacionan con los estudiantes en los contextos educativos. De esta manera,
se buscará introducir a los participantes del proceso de formación en lo que significa la lectura,
la escritura y la oralidad en Ecuador, no solo desde miradas teóricas y de política, sino desde la
experiencia propia: primero como lectores y luego como docentes y bibliotecarios.
Se espera, al hablar de la construcción autobiográfica, del papel que juega el lenguaje en estas
historias y, en este marco, acerca de los roles de los relatos, cantos, poesías, historias literarias
y orales, así como de sus formas de transmisión y la manera en que estos entran en diálogo con
las vidas de las personas, ayudándoles a generar una forma particular de relación con el mundo.
Contar escenas de lectura. Teniendo en cuenta la duración del laboratorio, es muy probable que
sea difícil la escritura o plasmar toda la autobiografía, por lo que se recomienda, para esta
estrategia, concentrarse en escenas particularmente significativas que se puedan escribir o
plasmar en otros lenguajes artísticos.
Este ambiente de confianza debe permitir la exposición de sentimientos y emociones sin que
estas sean juzgadas, en consecuencia es importante entender que no se trata de evaluar si sus
lecturas son de calidad, sino más bien de permitirles reflexionar acerca de las implicaciones de
estas en su vida como lectores. Este será el primer paso para aprender a reconocer en otros, sus
estudiantes, las historias lectoras y, sobre todo, pensar en cómo influir en ella a través de la
promoción de experiencias significativas.
3. Oralidad
Partir de entender la escuela como un ecosistema comunicativo, implica entender que si bien la
lengua en sus dimensiones de habla, escritura y lectura son los canales de intercambio
privilegiado, la dimensión oral tradicionalmente se ha dado por sentada; en consecuencia se
requieren acciones que fortalezcan la cadena oral y la memoria, pero entendiendo que a
oralidad no es un acervo de tradición que viene del pasado, sino que está presente en la
cotidianidad de los estudiantes.
Este fortalecimiento implicará también el desarrollo de la escucha, como una capacidad
indispensable para la vida académica, pero sobre todo para establecer relaciones sociales que
redunden en la construcción de tejido social y ciudadanía. En este sentido, la oralidad posibilita
entablar una relación con la oralidad que se propone desde el diálogo como búsqueda de
comprensión de la realidad del otro (Panikkar, 2006)
Los niños enseñan algo a los adultos. Para esta actividad se parte de entender a los niños y niñas
como seres integrales que han ido construyendo experiencias, lo que les permite, a su vez,
contar con conocimientos que son capaces de compartir con sus familias, profesores y demás
miembros de la comunidad educativa. Por lo tanto, se propone cambiar los roles y que sean los
niños quienes enseñen, esto permitirá reforzar la capacidad de escucha de los maestros y la idea
que los saberes fluyen en diversos sentidos, en el marco de un ecosistema comunicativo.
Gira-sol. En esta actividad se propone, a través del juego tradicional, que los participantes se
den la oportunidad de conocer a las personas que están en el grupo. Este juego consiste en
dividir al grupo en dos y organizar con ellos dos círculos concéntricos, de tal manera que cada
persona de un grupo quede frente a otra del otro grupo; una vez se encuentren en esta posición
la idea es proponer una consigna, que cada persona cuente una anécdota, una canción, una
nana, algo proveniente de la oralidad. Después el círculo de adentro gira en la dirección de las
manecillas del reloj y el ejercicio se repite con una nueva persona
Contar o leer una historia en parejas y compartir la misma historia como si fuera nuestra. Tal
como se mencionó en las ideas orientadoras del este proceso es el diálogo, con un centro muy
importante en la oralidad. En este sentido, este ejercicio buscará fortalecer la capacidad de
escucha y de comprensión del otro, como insumo indispensable para el diálogo intercultural.
Así, se propone que en parejas se escucha o se lea una historia de un compañero para que
después se socialice en primera persona, poniéndose en los zapatos de la otra persona.
Recopilación de rondas, nanas, canciones, arrullos (sacar memorias de la niñez). Las nanas,
arrullos, canciones e historias que nos compartían en la más temprana edad son nuestras
aproximaciones a la oralidad y a la herencia cultural que significa la lengua materna; estas
palabras rimadas son nuestro primer cobijo y, de esta manera, se constituyen en bienes de valor
esencial dentro de nuestro capital simbólico. Lo que se propone con este ejercicio es hacer una
recopilación de estos primeros poemas que significaron mucho en nuestra primera infancia.
Susurradores. Estos tubos de cartón u otro material, son mecanismos interesantes a la hora de
plantear ejercicios como los que se han descrito antes, ya que permiten generar una ambiente
de mayor intimidad y confianza a la hora de realizarlos.
El Youtube como aliado. Volviendo a la idea de la vigencia de la oralidad para las nuevas
generaciones, es importante hacer caer cuenta que muchos de las formas culturales vigentes en
las redes sociales se estructuran desde ella como forma de intercambio semiótico. En este
sentido se recomiendan canales como Destripando la historia o Épicas batallas del frikismo
como referentes de la vigencia de la oralidad.
Leer el mismo texto, como si fuera… La idea es proponer formas diversas de leer un mismo
texto, esto para practicar las tonalidades posibles de imprimir en las lecturas; por ejemplo, leer
como si estuviera triste, exageradamente feliz, como si fuera un voceador de prensa, etc.
Jugar con los signos de puntuación. Los signos de puntuación son las principales marcas para la
lectura en voz alta, por lo presentar textos sin ellos y ponerlos a leer en voz alta, o jugar con
puntos y comas mal puestos; son estrategias que permitirán a los participantes ser conscientes
de su valor y entender su influencia en la lectura en voz alta
También es importante tener en cuenta que para realizar una buena lectura en voz alta no hay
recetas, si no apenas unas recomendaciones y que cada persona debe encontrar su propia forma
de hacerlo. Lo que se plantea en el laboratorio son recomendaciones en torno a unos mínimos
imprescindibles para plantear un canal de comunicación efectivo entre el mediador, el libro y el
auditorio.
5. Espacios de lectura y mediación
Comprender la Escuela como un ecosistema comunicativo implica tener la capacidad de
reconocer y ampliar los escenarios y tiempos en que los intercambios semióticos, que se dan a
través de la lectura, la escritura y la oralidad, se convierten en experiencias significativas. En este
sentido, en este laboratorio se buscará que docentes y bibliotecarios además de identificar
espacios susceptibles de potenciarse como de lectura, también amplíen su visión acerca de los
lugares en los que se pueden realizar este tipo de actividades.
6. Proyecto pedagógico
Teniendo en cuenta que el objetivo final de este proceso es formular un proyecto para la
implementación en las instituciones educativas, a fin de que se implemente en los 30 minutos
de lectura y Fiesta de la lectura, se propone aprovechar la metodología de Marco Lógico para su
implementación.
Freire, p. (1998). La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI Editores.
Philipps, A. (2007). Multiculturalism without culture. Nueva Jersey: Princeton university press.