Sei sulla pagina 1di 8

JURISPRUDENCIA

Roj: SJM BA 2140/2019 - ECLI: ES:JMBA:2019:2140


Id Cendoj: 06015470012019100158
Órgano: Juzgado de lo Mercantil
Sede: Badajoz
Sección: 1
Fecha: 28/11/2019
Nº de Recurso: 363/2019
Nº de Resolución: 177/2019
Procedimiento: Juicio verbal
Ponente: ZAIRA VANESA GONZALEZ AMADO
Tipo de Resolución: Sentencia

JDO. DE LO MERCANTIL N. 1
BADAJOZ
SENTENCIA: 00177/2019
SENTENCIA Nº 177/2019
JUZGADO MERCANTIL Nº 1 DE BADAJOZ.
JUEZ DOÑA ZAIRA GONZÁLEZ AMADO.
JUICIO VERBAL 363/19.
DEMANDANTE: Don Fabio
Doña Gracia
ABOGADO: Don José Luis Diaz Sánchez
DEMANDADO: IBERIA
ABOGADO: Sin profesional asignado.
PROCURADOR: Sin profesional asignado.
En Badajoz, a 28 de de noviembre de 2019.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Con fecha 23 de octubre de 2019 se presenta demanda de procedimiento verbal por Don Fabio
y Doña Gracia , contra IBERIA solicitando la condena de esta al abono de 800 euros, intereses desde la
reclamación extrajudicial y costas.
SEGUNDO: Turnada a este Juzgado la demanda, se admitió a trámite por decreto, dándose traslado al
demandado que no contesta a la demanda declarándose su rebeldía procesal el 2 de septiembre de 2019,
quedando las actuaciones pendientes de dictar sentencia el 27 de noviembre de 2019 tras declarar la
innecesaridad de la vista.
TERCERO: En el presente asunto se ejercita una acción de condena de la demandada por cancelación de los
vuelos contratados. La demandada no comparece ni efectúa alegaciones en su defensa.
CUARTO: En la tramitación de esta causa se han observado todas las prescripciones legales.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS
PRIMERO: Normas aplicables.

1
JURISPRUDENCIA

El artículos 51 del Código de Comercio, establece que serán válidos y producirán obligación y acción en juicio
los contratos mercantiles, cualesquiera que sean la forma y el idioma en que se celebren, la clase a que
correspondan y la cantidad que tengan por objeto, con tal que conste su existencia por alguno de los medios
que el Derecho civil tenga establecidos.
Por su parte, el artículo 94 de la Ley 48/1960, de 21 de julio, de Navegación Aérea, a sensu contrario, determina
que cuando el viaje se suspenda o retrase por causa de fuerza mayor o razones meteorológicas que afecten a
la seguridad del mismo, el transportista quedará liberado de responsabilidad, devolviendo el precio del billete.
Si una vez comenzado el viaje se interrumpiera por cualquiera de las causa señaladas en el párrafo anterior, el
transportista viene obligado a efectuar el transporte de viajeros y equipajes por su cuenta, utilizando el medio
más rápido posible, hasta dejarlos en su destino, salvo que los pasajeros optasen por el reembolso de la parte
proporcional al trayecto no recorrido.
También sufragará el transportista los gastos de manutención y hospedaje que se deriven de la expresada
interrupción.
Por ultimo, el Reglamento (CE) nº 261/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de febrero de 2004,
por el que se establecen normas comunes sobre compensación y asistencia a los pasajeros aéreos en caso
de denegación de embarque y de cancelación o gran retraso de los vuelos, regula en su articulo 6 los retrasos
en los vuelos, estableciendo, si un transportista aéreo encargado de efectuar un vuelo prevé el retraso de un
vuelo con respecto a la hora de salida prevista:
a) de dos horas o más en el caso de todos los vuelos de 1 500 kilómetros o menos, o
b) de tres horas o más en el caso de todos los vuelos intracomunitarios de más de 1 500 kilómetros y de todos
los demás vuelos de entre 1 500 y 3 500 kilómetros, o
iii) de cuatro horas o más en el caso de todos los vuelos no comprendidos en las letras a) o b), el transportista
aéreo encargado de efectuar el vuelo ofrecerá a los pasajeros la asistencia especificada en: i) la letra a) del
apartado 1 y el apartado 2 del artículo 9, y
ii) las letras b) y c) del apartado 1 del artículo 9 cuando la hora de salida prevista sea como mínimo al día
siguiente a la hora previamente anunciada, y
iii) la letra a) del apartado 1 del artículo 8 cuando el retraso es de cinco horas como mínimo.
2. En cualquier caso, se ofrecerá la asistencia dentro de los límites de tiempo establecidos más arriba con
respecto a cada tramo de distancias
El artículo 7 que regula el derecho de compensación establece que cuando se haga referencia al presente
artículo, los pasajeros recibirán una compensación por valor de:
a) 250 euros para vuelos de hasta 1 500 kilómetros;
b) 400 euros para todos los vuelos intracomunitarios de más de 1 500 kilómetros y para todos los demás
vuelos de entre 1 500 y 3 500 kilómetros;
c) 600 euros para todos los vuelos no comprendidos en a) o b).
La distancia se determinará tomando como base el último destino al que el pasajero llegará con retraso en
relación con la hora prevista debido a la denegación de embarque o a la cancelación.
El apartado dos añade que en caso de que, con arreglo al artículo 8, se ofrezca a los pasajeros la posibilidad
de ser conducidos hasta el destino final en un transporte alternativo con una diferencia en la hora de llegada
respecto a la prevista para el vuelo inicialmente reservado:
a) que no sea superior a dos horas, para todos los vuelos de 1 500 kilómetros o menos,
o b) que no sea superior a tres horas, para todos los vuelos intracomunitarios de más de 1 500 kilómetros y
para todos los demás vuelos de entre 1 500 y 3 500 kilómetros,
o c) que no sea superior a cuatro horas, para todos los vuelos no comprendidos en a) o en b), el transportista
aéreo encargado de efectuar el vuelo podrá reducir en un 50 % la compensación prevista en el apartado 1.
El articulo 5 dispone que en caso de cancelación de un vuelo: a) el transportista aéreo encargado de efectuar el
vuelo ofrecerá asistencia a los pasajeros afectados conforme al artículo 8, y b) el transportista aéreo encargado
de efectuar el vuelo ofrecerá asistencia a los pasajeros afectados conforme a la letra a) del apartado 1 y el
apartado 2 del artículo 9 así como, en caso de que se les ofrezca un transporte alternativo cuando la salida
prevista del nuevo vuelo sea como mínimo al día siguiente de la salida programada del vuelo cancelado, la

2
JURISPRUDENCIA

asistencia especificada en las letras b) y c) del apartado 1 del artículo 9, y este ultimo articulo 9 establece que
cuando se haga referencia a este artículo, se ofrecerá gratuitamente a los pasajeros: a) comida y refrescos
suficientes, en función del tiempo que sea necesario esperar; b) alojamiento en un hotel en los casos: - en que
sea necesario pernoctar una o varias noches, o - en que sea necesaria una estancia adicional a la prevista por
el pasajero; c) transporte entre el aeropuerto y el lugar de alojamiento (hotel u otros).
2. Además, se ofrecerán a los pasajeros gratuitamente dos llamadas telefónicas, télex o mensajes de fax, o
correos electrónicos.
Por su parte, el artículo 12 establece que el presente Reglamento se aplicará sin perjuicio de los derechos
del pasajero a obtener una compensación suplementaria. La compensación que se conceda con arreglo al
presente Reglamento podrá deducirse de la misma.
No obstante, el artículo 5. 3 determina que un transportista aéreo encargado de efectuar un vuelo no está
obligado a pagar una compensación conforme al artículo 7 si puede probar que la cancelación se debe
a circunstancias extraordinarias que no podrían haberse evitado incluso si se hubieran tomado todas las
medidas razonables.
El Tribunal de Justicia es que los pasajeros que sufren un retraso importante, considerando como tal el de
una duración igual o superior a tres horas, se encuentran en una situación comparable a los pasajeros cuyos
vuelos han sido cancelados a efectos de la compensación prevista en el artículo 7 del Reglamento 261/2004
( sentencias de 19 de noviembre de 2009, C-402/07 y 432/07, Sturgeon, apartados 60 y 61, de 23 de octubre
de 2012, C-581/10 y 629/10, Nelson y otros, apartados 34 y 40, de 26 de febrero de 2013, C-11/11, Folkerts,
apartado 32 y de 4 de septiembre de 2014, C-452/13, Germanwings, apartado 19). La razón de tal juicio radica
en que se sufre un "perjuicio análogo que se materializa en una pérdida de tiempo" (sentencia Sturgeon y otros,
apartado 54), "una pérdida de tiempo irreversible y, por tanto, un inconveniente análogos" (sentencia Folkerts,
apartado 32) o, simplemente, "una pérdida de tiempo irreversible" (sentencia Germanwings, apartado 19).
Ahora bien, dejando a un lado que el dato que el Tribunal de Justicia toma como referente es el retraso
producido en la llegada a destino, no el retraso con respecto a la hora de salida (sentencia Sturgeon, apartado
61 y sentencia Folkerts, apartado 37), lo que no dice el Tribunal de Justicia es que el retraso por 3 horas o más
de lugar a un daño moral indemnizable o, utilizando los términos del recurso, a un "retraso indemnizable".
El propio Tribunal de Justicia se ha ocupado de marcar las diferencias que, aun participando de una finalidad
reparadora, existen entre las medidas contempladas en el Reglamento 261/2004 y las previsiones del Convenio
para la unificación de ciertas reglas para el transporte aéreo internacional, hecho en Montreal el 28 de mayo
de 1999 ("Convenio de Montreal") en materia resarcitoria, así como entre los conceptos a cuya reparación
atienden unas y otras.
En este sentido, en la sentencia de 10 de enero de 2006, C-344/04, IATA Y ELFAA, se lee lo siguiente:
43. Es preciso señalar que todo retraso en el transporte aéreo de pasajeros, y especialmente si es importante,
puede ocasionar, con carácter general, dos tipos de daño. Por una parte, un retraso demasiado grande
ocasionará perjuicios prácticamente idénticos para todos los pasajeros, cuya reparación puede adoptar la
forma de una asistencia o de una atención, estandarizadas e inmediatas, a todos los interesados mediante,
por ejemplo, el ofrecimiento de refrescos, comidas, alojamiento y llamadas telefónicas. Por otra parte, los
pasajeros pueden sufrir perjuicios individuales, inherentes al motivo de su desplazamiento, cuya reparación
exige una apreciación caso por caso del alcance de los daños ocasionados, y sólo puede, en consecuencia,
ser objeto de una indemnización a posteriori e individualizada.
44 Pues bien, de las disposiciones de los artículos 19, 22 y 29 del Convenio de Montreal, resulta claramente que
estas se limitan a regular las circunstancias en que los pasajeros perjudicados, con posterioridad al retraso de
un vuelo, pueden entablar las acciones destinadas a obtener una reparación por daños y perjuicios con carácter
individual, es decir, una indemnización por parte de los transportistas responsables del daño resultante del
retraso.
45 Ni de estas disposiciones, ni de ninguna otra disposición del Convenio de Montreal resulta que sus
autores hayan pretendido evitar a dichos transportistas cualquier otro tipo de intervenciones, en especial las
que puedan prever las autoridades públicas para reparar de forma estandarizada e inmediata los perjuicios
constituidos por las molestias que ocasionan los retrasos en el transporte aéreo de pasajeros, sin necesidad de
que éstos deban padecer los inconvenientes inherentes a la reclamación de indemnizaciones por vía judicial.
46 En consecuencia, el Convenio de Montreal no puede constituir un obstáculo a la intervención del
legislador comunitario para determinar, en el marco de las competencias atribuidas a la Comunidad en
materia de transporte y protección de los consumidores, las condiciones en que conviene reparar los

3
JURISPRUDENCIA

perjuicios relacionados con las molestias anteriormente mencionadas. Puesto que la asistencia y la atención
a los pasajeros a que se refiere el artículo 6 del Reglamento nº 261/2004 en caso de gran retraso de un
vuelo constituyen tales medidas reparadoras estandarizadas e inmediatas, no se encuentran entre aquéllas
cuyas condiciones de ejercicio fija el referido Convenio. El dispositivo previsto en ese artículo se sitúa así
simplemente en un momento previo al que resulta del Convenio de Montreal.
47 Las medidas de asistencia y atención estandarizadas e inmediatas no impiden por sí mismas que los
pasajeros afectados, en el caso en que el mismo retraso les cause también daños que den derecho a una
indemnización, puedan ejercitar, además, las acciones de indemnización de dichos daños en las circunstancias
previstas en el Convenio de Montreal.
48 Estas medidas, que mejoran la protección de los intereses de los pasajeros y las condiciones en que se les
aplica el principio de reparación, no pueden, por tanto, considerarse incompatibles con el Convenio de Montreal
(...)".
10.- Por su parte, la sentencia Nelson y otros, ya citada, profundizando en la misma idea, establece:
"49 A este respecto procede precisar que, al igual que las molestias mencionadas en la sentencia IATA y ELFAA,
antes citada, no cabe calificar una pérdida de tiempo de «daño ocasionado por retrasos» en el sentido de lo
dispuesto en el artículo 19 del Convenio de Montreal y, por ese motivo, no está comprendida en el ámbito de
aplicación del artículo 29 del Convenio.
50 En efecto, el artículo 19 de este Convenio exige, en particular, que el daño se haya generado a raíz de un
retraso, que exista un nexo causal entre el retraso y el daño, y que el daño esté individualizado en función de
los distintos perjuicios que sufra cada pasajero.
51 Pues bien, en primer lugar, una pérdida de tiempo no es un daño generado a raíz de un retraso, sino
que constituye una molestia, al igual que otras molestias que subyacen a las situaciones de denegación
de embarque, de cancelación de vuelo y de gran retraso y que acompañan a estas situaciones, como las
incomodidades o el hecho de verse temporalmente privado de los medios de comunicación disponibles
normalmente.
52 Asimismo, todos los pasajeros de vuelos retrasados sufren de la misma forma la pérdida de tiempo y, por
consiguiente, es posible ponerle remedio mediante una medida estandarizada, sin que sea necesario llevar a
cabo una apreciación concreta de la situación individual de cada pasajero afectado. Por lo tanto, este tipo de
medidas pueden aplicarse inmediatamente.
53 Por último, no existe necesariamente un nexo causal entre el retraso efectivo, por una parte, y la pérdida
de tiempo considerada pertinente para afirmar la existencia de un derecho a compensación al amparo de lo
dispuesto en el Reglamento nº 261/2004 o para calcular el importe de dicha compensación, por otra parte.
54 En efecto, la obligación especial de compensación impuesta por el Reglamento nº 261/2004 no resulta de
cualquier retraso efectivo, sino únicamente del que ocasiona una pérdida de tiempo igual o superior a tres horas
en relación con la hora de llegada inicialmente prevista. Por otra parte, mientras que la magnitud del retraso
constituye normalmente un factor que aumenta la probabilidad de daños más importantes, la compensación
a tanto alzado concedida en virtud de dicho Reglamento, permanece inalterada a este respecto, puesto que
la duración del retraso efectivo por encima de las tres horas no se tiene en cuenta al calcular el importe de la
compensación adeudada en virtud del artículo 7 del Reglamento nº 261/2004.
55 En estas circunstancias, la pérdida de tiempo subyacente al retraso de un vuelo, que constituye una molestia
en el sentido de lo dispuesto en el Reglamento nº 261/2004 y que no puede ser calificada de «daño ocasionado
por retrasos», en el sentido de lo dispuesto en el artículo 19 del Convenio de Montreal, no está comprendida
en el ámbito de aplicación del artículo 29 de dicho Convenio.
56 Por consiguiente, la obligación que resulta del Reglamento nº 261/2004, destinada a compensar a los
pasajeros de vuelos que sufran un gran retraso, es compatible con el artículo 29 del Convenio de Montreal (...)".
11.- Como advertíamos en sentencia de 20 de marzo de 2015, lo que el Tribunal de Justicia viene a indicar es
que el mal que están llamadas a compensar las indemnizaciones previstas en el Reglamento 261/2004 para
los supuestos de cancelación y retraso consiste en la "pérdida de tiempo", y que este mal no constituye un daño
causalmente vinculado al retraso, sino que se trata de una "molestia", idéntica para todos los pasajeros y que
acompaña a aquellas situaciones. En consecuencia, el daño moral consecutivo a una hipótesis de cancelación
o de retraso no se identifica con el mal consistente en la "pérdida de tiempo" y resulta indemnizable con
independencia de las compensaciones contempladas en el Reglamento.

4
JURISPRUDENCIA

Así mismo la STJUE de 10 de enero del año 2006 y la SAP Barcelona (Sección 15ª), de 8 de enero del año
2007, argumentan que el régimen de compensación establecido en el Reglamento 261/2004 es un régimen de
mínimos, y que por tanto, previa prueba de los daños ocasionados, puede acudirse al régimen indemnizatorio
previsto en el Convenio de Montreal de 1999 para la Unificación de Ciertas Reglas en materia de Transporte
Aéreo Internacional (en adelante, CM 1999). Es decir, la ratificación del CM 1999 por la UE en el año 2000,
conllevó un doble régimen de aplicación a los supuestos de denegación de embarque, en base a dos conceptos
distintos: (i) compensación, con base en el Reglamento CE 261/2004, no necesitado de prueba y aplicable en
los supuestos regulados por el citado Reglamento; (ii) indemnización, con base en el CM 1999, necesitado de
prueba del daño o perjuicio causado al pasajero por la cancelación del vuelo, y que supone un suplemento o
complemento de la compensación, sin que se trate de conceptos equivalentes ni excluyentes. En este sentido,
la STJUE de 13 de octubre del año 2011 concreta que:
" 36. Mediante su segunda cuestión, el órgano jurisdiccional remitente pregunta, en esencia, si, en concepto de
compensación suplementaria en virtud del artículo 12, letra l), del Reglamento nº 261/2004 , el juez nacional
puede condenar al transportista aéreo a indemnizar todo tipo de perjuicio, incluido el moral, derivado del
incumplimiento del contrato de transporte aéreo, basándose en las normas nacionales. En particular, pregunta
si esta compensación suplementaria puede cubrir los gastos que los pasajeros han tenido que efectuar a
causa del incumplimiento, por parte del transportista aéreo, de las obligaciones de asistencia y atención que
le incumben en virtud de los artículos 8 y 9 del Reglamento nº 261/2004 .
37. Debe recordarse primeramente que el artículo 1 del Reglamento nº 261/2004 subraya el carácter mínimo
de los derechos que establece en beneficio de los pasajeros aéreos en caso de denegación de embarque
contra su voluntad, de cancelación de su vuelo o de retraso de su vuelo. Además, el artículo 12 de este
Reglamento, titulado «Compensación suplementaria», dispone que dicho Reglamento se aplicará sin perjuicio
de los derechos del pasajero a obtener una compensación suplementaria. También se precisa en dicho artículo
que la compensación que se conceda con arreglo a este Reglamento podrá deducirse de esa compensación.
38. De estas disposiciones se desprende que la compensación concedida a los pasajeros aéreos sobre la
base del artículo 12 del Reglamento nº 261/2004 pretende completar la aplicación de las medidas previstas
en dicho Reglamento, de modo que los pasajeros sean compensados por la totalidad del perjuicio que hayan
sufrido a causa del incumplimiento, por parte del transportista aéreo, de sus obligaciones contractuales. Esta
disposición permite así al juez nacional condenar al transportista aéreo a indemnizar el perjuicio resultante
para los pasajeros del incumplimiento del contrato de transporte aéreo, sobre la base de un fundamento
jurídico distinto del Reglamento nº 261/2004, es decir, en particular, en las condiciones previstas por el
Convenio de Montreal o por el Derecho nacional.
39. A este respecto, es preciso recordar que el Tribunal de Justicia ya ha declarado que las medidas de
asistencia y atención estandarizadas e inmediatas adoptadas en virtud del Reglamento nº 261/2004 no
impiden por sí mismas que los pasajeros afectados, en el caso en que el mismo incumplimiento por parte
del transportista aéreo de sus obligaciones contractuales les cause también daños que den derecho a una
indemnización, puedan ejercitar, además, las acciones de indemnización de dichos daños en las circunstancias
previstas en el Convenio de Montreal (véase, en este sentido, la sentencia de 10 de enero de 2006, IATA y
ELFAA, C-344/04 , Rec. p. I-403, apartado 47).
40 En particular, las disposiciones de los artículos 19 , 22 y 29 del Convenio de Montreal , aplicables, en virtud
del artículo 3, apartado 1, del Reglamento nº 2027/97 , a la responsabilidad del transportista aéreo establecido
en el territorio de un Estado miembro, precisan las condiciones en que, en caso de retraso o cancelación de
un vuelo, los pasajeros perjudicados pueden entablar las acciones destinadas a obtener una indemnización
de daños y perjuicios con carácter individual de los transportistas responsables de un perjuicio derivado del
incumplimiento del contrato de transporte aéreo".
SEGUNDO: Objeto del procedimiento. Valoración de la prueba. Solución del caso. La demanda debe prosperar.
En el presente asunto se ejercita una acción de condena de la demandada por cancelación de los vuelos
contratados. La demandada no comparece ni efectúa alegaciones en su defensa.
Aunque el demandado no comparece, de acuerdo con la regulación contenida en el artículo 496 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, la declaración de rebeldía no implica allanamiento ni admisión de los hechos, de forma que
el actor sigue manteniendo la misma posición procesal, estando sometido al régimen general de distribución
de la carga probatoria contenida en el artículo 217 de la citada norma procesal cuyo apartado segundo dispone
que corresponde al actor la carga de probar la certeza de los hechos de los que ordinariamente se desprenda,
según las normas jurídicas a ellos aplicables, el efecto jurídico correspondiente a las pretensiones de la
demanda

5
JURISPRUDENCIA

En el presente caso, ha quedado acreditado, por la documental presentada, que la parte demandante había
contratado el vuelo NUM001 , desde Sevilla a Madrid el 31 de agosto de 2019, con salida a las 9:25 horas y
llegada a las 10:30 horas, y vuelo NUM000 desde Madrid a Santa Cruz de la Palma, vuelo que fue cancelado
por huelga de tripulación, notificándose a los perjudicados dicha circunstancia por email el 26 de agosto de
2019, esto es, cuatro días antes de viajar.
Ahora bien, no toda huelga puede considerarse como una situación imprevisible o inevitable a los presentes
efectos. En ese sentido se pronuncia la sentencia de la AP de Vizcaya de 2 de mayo de 2016 con cita de otras
Audiencias:
Sobre el concepto de circunstancias extraordinarias
1.- Conforme expresa el art. 5.3 del Reglamento 261/04 , un transportista aéreo no está obligado a pagar
la indemnización por cancelación del vuelo si prueba que la cancelación se debe a la concurrencia de
circunstancias extraordinarias que no podrían haberse evitado incluso si se hubieran tomado todas las medidas
razonables.
El Considerando 14 del mismo Reglamento interpreta cuándo se podría producir la concurrencia de
circunstancias extraordinarias y hace referencia, como ámbitos en los que podrían producirse, a las huelgas
que afecten a las operaciones de un transportista aéreo o a la operabilidad de una compañía aérea como por
ejemplo las huelgas celebradas por los controladores aéreos. No obstante, ello no significa que todo retraso o
cancelación que sea consecuencia de una huelga del personal de la línea aérea afectada determine la exclusión
de la responsabilidad de ésta.
Tendrá que acreditar la línea aérea que no pudo evitar la cancelación tomando todas las medidas razonables.
En suma, que no basta que exista una situación de huelga del personal de la línea aérea o de los controladores
aéreos sino que, para que resulte excluida la responsabilidad por esta causa, es además preciso que la línea
aérea pruebe que tomó todas las medidas razonables para evitarla.
2.- En nuestro caso, como afirma la recurrente, no se trata de la huelga del propio personal de la línea aérea sino
de la huelga de los controladores franceses. Por tanto, de una huelga que no guarda relación alguna con las
capacidades de organización interna de la compañía aérea demandada.
En las Sentencias de la Audiencia Provincial de Barcelona de 11 de febrero de 2013 se refería a ese problema
concreto y, con cita de nuestra anterior sentencia de 11 de julio de 2012, parte de las siguientes consideraciones
que realiza la STJCE de 22 de diciembre de 2008 sobre la interpretación del art. 5.3, relativo a la cancelación de
vuelos por circunstancias extraordinarias:
El legislador comunitario ha querido que el transportista quede exonerado de la obligación de indemnizar a
los pasajeros, en caso de cancelación de un vuelo, no cuando concurra cualquier circunstancia extraordinaria,
sino únicamente cuando concurran circunstancias extraordinarias que no podrían haberse evitado aunque se
hubieran adoptado todas las medidas razonables (apartado 39).
- De ello se deduce que, como no todas las circunstancias extraordinarias tienen carácter exoneratorio, incumbe a
quien pretenda invocarlas demostrar, además, que en cualquier caso habría sido imposible evitarlas con medidas
adaptadas a la situación, es decir, con medidas que respondan, en particular, a unas condiciones técnica y
económicamente soportables para el transportista aéreo de que se trate, en el momento de producirse las
circunstancias extraordinarias (ap. 40).
- En efecto, dicho transportista debe demostrar que, incluso utilizando todo el personal o todo el material y
medios financieros de que disponía, le habría resultado "manifiestamente imposible evitar que las circunstancias
extraordinarias con las que se vio enfrentado provocaran la cancelación del vuelo", salvo a costa de aceptar
sacrificios insoportables para las capacidades de su empresa en aquel momento (ap. 41)."
En las sentencias dictadas por esta Audiencia Provincial de Bizkaia de fechas 15 de febrero y 14 de diciembre
de 2012 (Ponente Dña. DD ), de fecha 19 de octubre de 2012 (Ponente D. EE ) y de 30 de julio de 2012 (Ponente
Dña. FF, quien, no obstante se separa como Magistrada Unipersonal al recurso de apelación en su Sentencia de
1 de junio de 2015 refiriéndose a que " La cancelación del vuelo tuvo por causa unas actuaciones ajenas a la
compañía, la actuación de los trabajadores, que fuera o no previsibles no pudieron ser evitadas"), recogíamos en
la primera de ellas que: "Compartiendo el criterio de la juzgadora de instancia, se debe estimar que la demanda
no acreditó debidamente que la incidencia de la huelga de controladores en Francia, le imposibilitara en cualquier
forma, realizar el vuelo contratado, puesto a esos efectos la documentación presentada era insuficiente, sin que
existiera la certeza de que se le prohibiera transitar por el espacio aéreo francés, o que en su caso no pudiera
utilizar una ruta alternativa, pues de hecho la parte actora voló y llegó a Londres en hora similar a la contratadas
con la recurrente".

6
JURISPRUDENCIA

3.- Por tanto, y aplicando lo expuesto anteriormente, la demandada debería haber acreditado, para quedar
exonerada de la compensación del artículo 7 del Reglamento, que no pudo optar por trayectos alternativos. No
consta que las restricciones del tráfico aéreo, lógicas en una situación de huelga que afectó parcialmente al
espacio aéreo europeo, provocara una cancelación masiva de los vuelos, lo que me decanta por la idea de que
no estamos ante circunstancias extraordinarias de carácter exoneratorío de la responsabilidad en el sentido que
antes he indicado.
Efectivamente, aun considerando que la cancelación fue ocasionada por la huelga referida, estimo que ello
no determina la concurrencia de circunstancias extraordinarias a que se refiere el Reglamento Comunitario
261/2004 en su artículo 5 , al considerar que no basta que exista una huelga para exonerarse de responsabilidad.
No se ha acreditado la imposibilidad de otra alternativa de vuelo distinta, esto es, utilizando otro espacio aéreo
distinto del francés, como por ejemplo el italiano. Además, si bien la huelga de controladores puede resultar
ajena a la demandada, es evidente que era conocida y previsible, comenzando desde el día el 24 de junio, un día
antes del viaje de los demandantes, por lo que una debida diligencia debería de haber significado la información
de la cancelación de vuelo a Venecia a los viajeros antes de su salida a Barcelona.
Señalo que no son los demandantes quienes tienen que probar que la línea aérea disponía de un plan alternativo
de vuelo sino que es la demandada sobre quien pesa la carga de la acreditación de que no tenía ninguna otra
alternativa viable, lo que no resulta acreditado, por lo que hay que descartar la aplicación en el caso de la
circunstancia de exoneración que establece el artículo 5.3 del Reglamento 261/2004 .
Por otra parte, el TJUE ha declarado que el concepto de "circunstancias extraordinarias" debe ser interpretado
de forma estricta y que las circunstancias mencionadas en ese considerando como ejemplificativas de la
exención de responsabilidad "no constituyen necesariamente, y de forma automática, causas de exoneración
de la obligación de compensación establecida en el artículo 5, apartado 1, letra c), del Reglamento". Hasta el
punto de que, pese a que entre tales circunstancias exoneradoras se incluyen las "huelgas que afecten a las
operaciones de un transportista aéreo encargado de efectuar un vuelo ", el TJUE consideró que una "huelga
salvaje" en el seno del personal del transportista aéreo en cuestión, que se originó por el anuncio sorpresivo por
este último de una reestructuración de la empresa, no excluye la responsabilidad del transportista ( sentencia
de 17 de abril de 2018, asuntos acumulados C 195/17 , C 197/17 a C 203/17, C 226/17, C 228/17, C 254/17,
C 274/17, C 275/17, C 278/17 a C 286/17 y C 290/17 a C 292/17, casoTuIfly, con cita de otra anterior).
En el caso que nos ocupa, dado que se trata de una huelga de tripulación por las condiciones laborales
impuestas por la demandada, no de una huelga de terceros ajenos a ésta, como en el caso de controladores,
considero que no estamos ante una circunstancia extraordinaria exoneradora, pues podía haber evitado la
misma negociando con los sindicatos, y desde luego, debía conocer la posibilidad de la huelga mucho antes
de su declaración adoptando medidas para evitar sus consecuencias, no habiendo ni siquiera preavisado la
cancelación.
Por todo ello, estimo que ha lugar a compensación del artículo 7 del Reglamento en la cantidad de 400 euros
por pasajero.
Por todo ello, procede estimar la demanda en la cantidad de 800 euros.
TERCERO. -Intereses.
El artículo 1.108 del Código Civil dispone que si la obligación consistiere en el pago de una cantidad de dinero y
el deudor incurriere en mora, la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá
en el pago de los intereses convenidos, y falta de convenio, en el interés legal.
En el presente caso ha lugar a la condena a dichos intereses desde la reclamación extrajudicial
CUARTO. - Costas.
El artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil dispone que en los procesos declarativos, las costas de la
primera instancia se impondrán a la parte que haya visto rechazadas todas sus pretensiones, salvo que el
tribunal aprecie, y así lo razone que el caso presentaba serias dudas de hecho o de derecho.
Si fuera parcial la estimación o desestimación de las pretensiones, cada parte abonara las costas causadas a
su instancia y las comunes por mitad, a no ser que hubiera méritos para imponerlas a una de ellas por haber
litigado con temeridad.
Dado que la estimación de la demanda es total, las costas se imponen a la demandada.

FALLO

7
JURISPRUDENCIA

Que debo ESTIMAR Y ESTIMO TOTALMENTE la demanda interpuesta por Don Fabio y Doña Gracia , contra
IBERIA CONDENANDO a esta al abono de 800 euros, intereses desde la reclamación extrajudicial y costas.
Notifíquese a las partes esta sentencia, con la advertencia de que la misma es firme y no se puede interponer
recurso alguno, según la redacción dada al artículo 455 de la Ley de Enjuiciamiento Civil por la Ley de
Agilización procesal de 10 de octubre, con entrada en vigor el 1 de noviembre de 2011.
Llévese testimonio de la presente a los autos de su razón con archivo del original en el Libro de Sentencias.
Así por esta mi sentencia, la pronuncio, mando y firmo

Potrebbero piacerti anche