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El capitalismo en Venezuela fue un modelo económico, donde los medios de producción

y distribución eran de carácter privado, con el objeto de obtener ingresos.


Durante el capitalismo en Venezuela las disposiciones económicas, referentes a la
oferta y la demanda, así como el establecimiento de los precios del mercado, la
distribución e inversiones, son establecidas por las empresas privadas. Con un
mínimo control del Estado sobre ellas.
Para que el capitalismo tenga un buen desempeño, deben existir recursos
tecnológicos y medios de producción suficientes para garantizar el consumo
requerido por la sociedad y la acumulación de capitales.
El modelo económico del capitalismo en Venezuela, fue catalogado como “Capitalista
Rentista”. Donde se da la decisión del sector privado, pero con un gran nivel de
participación por parte de Estado, en la actividad económica. Actualmente se vive
en Venezuela un capitalismo de Estado, bajo un sistema de gobierno socialista.
Venezuela tiene sectores de la población donde el poder adquisitivo es mucho mas
alto que el 98% del territorio nacional. como muestra están zonas donde
apartamentos en san antonio, estado miranda pueden pasar de 100 mil dolares,
mientras el resto del pais sufre calamidades por la falta de servicios basicos

Distribución de la riqueza mundial

Uno podría deducir que hemos evolucionado en la práctica de una distribución más
justa de la riqueza si comparamos la situación actual, con la de 250 años atrás,
cuando todavía no se había desarrollado el sistema capitalista como modelo de
generación de riquezas y de explotación de los trabajadores; pero las estadísticas
difieren de la creencia popular, el deseo y el optimismo de los verdaderos
gobernantes del mundo.
La inequitativa distribución del capital viene procesando un aumento constante e
inédito. Según la organización caritativa contra la pobreza Oxfam, el 1% más rico
aumentó su riqueza de un 44 % en el 2009 a 48 % en el 2014. Y tal como se mantiene
el panorama, superaría el 50% del total mundial para este año.
Uno de los motivos del aumento en las posesiones del grupo más poderoso, que
nuclea a dueños de corporaciones multinacionales, empresarios petroleros, políticos
y artistas multimillonarios, es la extracción que las multinacionales realizan de
las naciones más pobres por alrededor de US$ 900.000.000.000 anuales basados en la
especulación y la manipulación de los precios del comercio internacional.
Paralelamente, otro buen flujo de capitales proviene de contratos empresariales
supervalorados, y pagos de deudas de préstamos por un total de US$ 600.000.000.000
anuales, barbaridades hechas posibles gracias a la corrupción política que se
ejerce habitualmente en estos estados en desarrollo.
Otro ingreso del total de los multimillonarios, que va en ascenso e importancia,
se produce por la comercialización de la imagen, propaganda y marketing. En este
último grupo se destacan los ingresos de los artistas más famosos, que poseen
cuentas bancarias cada día más extraordinarias. Jerry Seinfeld, Paul McCartney,
Bono, Jimmy Buffet, Justin Bieber, Madonna, Damien Hirst, Jennifer Lawrence y Bruno
Mars, entre otros, se destacan en este grupo.
Los miembros del 1% más rico del mundo cuentan con una riqueza individual
promedio de US$ 2.700.000. Paradójicamente, existe una distribución “inequitativa”
en el destino de esos capitales, ya que el 30% se encuentra en manos de ciudadanos
estadounidenses.
Entre los multimillonarios más famosos figuran el presidente norteamericano
Barack Obama, la directora del FMI Christine Lagarde, el expresidente chileno
Sebastián Piñera, el empresario mexicano Carlos Slim, el creador de Microsoft Bill
Gates y la familia Walton, dueña de Wal-Mart.
En 2014 los 80 individuos más ricos del mundo acumulaban la misma riqueza que el
50% de la población mundial, que representa cerca de 3.500 millones de personas.
Dicha concentración fue aún mayor que la efectuada durante 2013. Entonces,
alrededor de la mitad de la riqueza mundial se hallaba en manos de 85 de las
personas más acaudaladas del planeta.
De la vereda de enfrente, el 99%
Es común que sea de conocimiento popular el hecho de que magnates manejen
fundaciones a su nombre, por las cuales realizan donaciones a las poblaciones más
pobres del mundo. Del mismo modo, las naciones desarrolladas más poderosas también
ofrecen ayuda económica y humanitaria mediante organismos transnacionales como la
Unión Europea o la Organización de las Naciones Unidas. Aproximadamente US$
130.000.000.000 por año aportan a las economías subdesarrolladas por este medio.
No obstante, no debemos olvidar que son las corporaciones multinacionales
residentes en aquellas superpotencias las que realizan sus negociados e
inversiones, generando ganancias diarias de miles de millones de dólares, que para
nada favorecen a los trabajadores de los países pobres. Además de la explotación
capitalista que reciben, se extraen indiscriminadamente sus valiosos recursos
naturales.
A los grandes empresarios les conviene que el sistema se mantenga de esta
manera. Ellos, con su riqueza pueden solventar todo lo necesario para dominar a
naciones enteras. A menudo realizan reuniones, a veces secretas, a veces públicas y
con alcance global, donde discuten las mejores estrategias para generar mayores
ganancias recortando el gasto empresarial.
Como el sistema capitalista es irregular, cae en crisis permanentemente, y las
depresiones económicas traen consecuencias lamentables para los pobres. Reducción
de personal en fábricas, despidos, suspensiones, reducción del salario real,
inflación de precios o depreciación de las monedas nacionales, entre otros
problemas, que caen directamente sobre las espaldas de los trabajadores. Los más
afectados por estos males son los niños, que pertenecen a la nueva generación que
crece en un desorden económico, nunca antes visto por la Humanidad.
Asimismo, en crisis económicas, se amplía la brecha entre el poder adquisitivo
de los más pudientes para con los de menores ingresos.
Una de cada nueve personas del mundo no tiene suficiente dinero para comer al
menos una vez al día, mientras que 1000 millones de personas tienen que sobrevivir
con menos de 1,25 dólares al día.

La Humanidad avanza diariamente en áreas científicas, invierte millones de


dólares en tecnología y astronomía, mientras acá en el mundo, las diferencias
económicas son abismales entre la aristocracia internacional y las mayorías
trabajadoras, quienes son los generadores de las riquezas.

Por todo ello, es que se necesita una distribución de la riqueza urgente, que
sea equitativa y llevada al cabo por los mismos pueblos, libres de explotación e
imperialismos.

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