Alternativas para contribuir a mejorar la situación de los pequeños algodoneros ¾Avance tecnológico para todos?
¾Avance tecnológico para todos? Los transgénicos y las dicultades
Utilizamos este espacio para presentar experiencias y herramientas recientes que podrían contribuir a superar algunos de
los obstáculos comunes que enfrentan los pequeños algodoneros
El algodón agroecológico: un modelo alternativo
El modelo de producción de algodón agroecológico con-
siste en la producción de algodón combinado con otros
cultivos (por ejemplo maíz, porotos, sorgo) dentro de la
misma parcela y sin la utilización de herbicidas ni insec-
ticidas. Si se cultiva de esta forma, el algodón cosechado
puede obtener una certicación agroecológica y venderse
a mejor precio.
Claro que producir bajo este modelo requiere más traba-
jo: mientras que la producción de algodón con herbicida,
sin cosecha mecánica, puede llevar 40-41 jornales por to-
nelada, el producido bajo el modelo agroecológico lleva
alrededor de 65 jornales por tonelada porque hay que car-
pir. Sin embargo, como sólo se cultivan hasta tres ha, el
trabajo puede ser realizado por la familia. Tiene, ade-
más, un costo mucho menor en insumos porque no utiliza
agroquímicos. También, al promover la diversicación de
la producción, mejora la calidad del suelo aumentando
los rendimientos y disminuyen los riesgos económicos del
monocultivo.
La Cooperativa Agroecológica del Litoral desmota y co-
mercializa el algodón agroecológico cosechado por sus so-
cios luego de certicar que fue producido siguiendo un
protocolo. La comercialización se realiza a través de una
cadena de comercio justo, que es un consorcio de empre-
sas de economía social, que comienza en esta cooperativa
y termina con la venta de remeras, la mayoría de las cuales
se exporta.
En la campaña 2009/2010 se obtuvieron en promedio dos
toneladas de algodón por ha con rindes promedio de 40-
42 % de bra y el precio del algodón en bruto que obtuvo
el productor fue de alrededor de $2.800 la tonelada.
Actualmente la Cooperativa Agroecológica del Litoral tra-
baja con 96 familias pero tiene capacidad adicional pa-
ra desmotar y comercializar algodón agroecológico. Si los
productores que se quieren incorporar se encuentran en
zonas lejanas, deben asociarse para transportar el algo-
dón.
El Monotributo Social Agropecuario: una puerta
de salida de la informalidad
Es un sistema integrado de seguridad social gratuito para
el pequeño productor y su grupo familiar. Los impuestos
y aportes son pagados en su totalidad por los Ministe-
rios de Desarrollo Social y Agricultura de la Nación. Ade-
más, es totalmente compatible con cualquier otro plan o
transferencia pública que reciba el productor (incluida la
asignación universal por hijo).
Para poder inscribirse, el pequeño productor debe tener
ingresos anuales inferiores a $ 24.000 y estar inscripto o
inscribirse simultáneamente en el Registro Nacional de
la Agricultura Familiar (RENAF). Quienes se inscriben
tienen derecho a emitir facturas a terceras personas, a
empresas y al Estado Nacional, Provincial o Municipal.
Este trabajo se llevó a cabo con la ayuda del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo, Ottawa, Canadá
Consorcios de Servicios Rurales: una iniciativa de
la provincia para fortalecer a los pequeños produc-
tores
En 2010 se sancionó una ley provincial en el Chaco que
creó la gura de los Consorcios. Un Consorcio es una enti-
dad sin nes de lucro, integrada por vecinos de una zona
con el objeto de aunar esfuerzos para el desarrollo y el
fortalecimiento de los pequeños productores (no sólo de
algodón). El gobierno provincial tiene fondos que están
directamente dirigidos a los Consorcios y que son auto-
gestionados a través de asambleas en cada uno de ellos.
Para ser socios activos de un Consorcio, los productores
tienen que producir en tierras de hasta 10ha, ubicadas
en el ámbito rural de la jurisdicción del Consorcio. Tam-
bién forman parte del Consorcio representantes técnicos
del municipio y del Ministerio de Producción y Ambiente
de la provincia.
Algunas de las acciones que con mayor frecuencia se han
encarado desde los Consorcios que se encuentran en fun-
cionamiento son: nanciamiento de los costos de laboreo
y producción; comercialización en conjunto y búsqueda
de mercados; contratación de asistencia técnica para los
socios; desarrollo de infraestructura básica (molinos, ener-
gía, etc).
Sin embargo, las acciones concretas que se realicen en cada
caso dependerán de las necesidades especícas que existan
para los productores asociados en cada zona. Por eso es
importante la participación activa de la mayor cantidad
de productores posible.
Ferias Francas: un espacio para vender otros pro-
ductos
Las ferias francas permiten la comercialización de los pro-
ductos y subproductos de la chacra de manera
evitando cualquier intermediación. El precio promedio de
los productos comercializados en estas ferias es un 20-30 %
inferior al del resto de los mercados, entre otras cosas por
la ausencia de intermediarios. Además, la participación
en la feria le permite al productor obtener un ingreso adi-
cional, relacionarse con otros productores y clientes, e ir
diversicando gradualmente su producción.
Si bien el INTA, a través del programa Prohuerta, ha
actuado como promotor de las ferias, acompañando y ca-
pacitando a los pequeños productores, su organización re-
quiere un alto grado de autogestión. Por eso es importante
que los productores participen activamente en ellas y al
hacerlo, además, pueden facilitar la realización de otras
acciones conjuntas que mejoren sus condiciones de vida y
de producción
Centro de Investigaciones para la Transformación
(CENIT)
Callao 796, 6° piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
http://www.fund-cenit.org.ar
http://www.algodonenchaco.blogspot.com
productivas de los pequeños algodoneros del Chaco
Los cultivos transgénicos se han expandi-
do muy rápidamente en la última década.
Sin embargo, sus benecios no son iguales
para todos los agricultores. Los producto-
res más pequeños, tradicionalmente caren-
tes de infraestructura, capacitación técni-
ca, maquinarias e insumos, están lejos de
poder aprovechar las virtudes de estas tec-
nologías.
La brecha entre las necesidades de los pe-
queños agricultores y las soluciones que
propone el avance tecnológico se aprecia
particularmente en la provincia de Cha-
co, donde cerca del 56 % de los productores
de algodón cultiva en menos de 10 hectá-
reas (ha) y no está en condiciones de acce-
der a semillas transgénicas de calidad, ni
al paquete de insumos y maquinaria aso-
ciado. Una consecuencia de ello es que la
producción algodonera se desequilibra ca-
da vez más en detrimento de la pequeña
producción y la agricultura familiar.
Con la nalidad de contribuir a la mejora
de las condiciones de vida de los pequeños
algodoneros del Chaco, así como de otras
regiones en Paraguay y Brasil, un gru-
po de investigadores de CENIT inició un
directa, proyecto de investigación-acción que busca
identicar las demandas y necesidades que
enfrenta este sector para visibilizarlas ante
la sociedad en general y los hacedores de
política en particular y para promover ac-
ciones de movilización y organización en-
tre ellos.
Este folleto presenta las principales ense-
ñanzas extraídas de los talleres participa-
tivos realizados con pequeños algodoneros
y otros actores vinculados con la temáti-
ca, entre los meses de julio y septiembre
de 2010, en las localidades chaqueñas de
Pampa del Indio, Villa Berthet, Quitilipi
y Sáenz Peña.
¾Quiénes son y cómo producen los
pequeños algodoneros del Chaco?
k Producen en explotaciones de menos de 10ha y no suelen tener
títulos de propiedad sobre las tierras que trabajan.
k
Cultivan algodón al igual que lo hacían sus padres y sus abuelos
antes que ellos, con técnicas que han sido transmitidas a través
de las generaciones. Preeren el algodón sobre otros cultivos
porque saben cómo producirlo y es parte de su cultura e iden-
tidad. Para ellos, el algodón tiene virtudes únicas: es el cultivo
más resistente al clima y saben que siempre lo podrán vender
y que orece más de una vez en el año.
k Además de algodón, producen alimentos para el consumo de su
familia y sus animales (principalmente maíz, hortalizas, semen-
tera baja)
k El gobierno provincial les reparte gratuitamente semillas y ga-
soil. Cuando pueden, también compran sus propias semillas de
algodón, porque las que reciben del gobierno no siempre son
de buena calidad o sucientes, y también porque suelen llegar
más tarde del momento recomendable para sembrar y reducir
la exposición a plagas como el picudo del algodonero.
k La maquinaria que tienen suele ser la que han heredado, a trac-
ción a sangre.
k Sólo recurren ocasionalmente a tractores, ya sea de la munici-
palidad o de un productor más grande, para preparar el suelo
antes de la siembra o para eliminar los rastrojos luego de la co-
secha. Para pagar este servicio utilizan el gasoil que les reparte
el gobierno.
k La cosecha es una actividad que involucra a la familia en pleno,
generalmente muy numerosa.
k El algodón cosechado suele venderse en bruto a un acopiador
que pasa a retirarlo por la chacra. Es muy frecuente que esta
persona sea la misma que les vendió a cuenta los insumos que les
descontará antes de pagarles el algodón, con un interés elevado.
 Los problemas que enfrentan los pequeños
algodoneros
Z Obtienen una rentabilidad
muy baja debido a la existen-
cia de intermediarios y al bajo
poder de negociación
Por un lado, los pequeños algodo-
neros no pueden solventar la ins-
cripción scal (monotributo) y en-
tonces venden su producción bruta
en negro a intermediarios que sí
están inscriptos y que les recargan
un margen por su intermediación.
Además, estos intermediarios sue-
len adelantarles insumos que son
pagados con interés cuando los pro-
ductores entregan su cosecha en
bruto (muchas veces los insumos se
pagan cinco o seis veces su valor).
Por otro lado, los pequeños produc-
tores no pueden costear el trans-
porte del algodón cosechado a pla-
zas en las que obtendrían un me-
jor precio y deben aceptar el precio
que les ofrecen en las cercanías. Fi-
nalmente, tampoco pueden desmo-
tarlo por su cuenta ni tienen ins-
trumentos para determinar el rin-
de en bra del algodón que cose-
charon, ni su calidad, por lo que
quedan supeditados a lo que otros
determinen en este sentido.
Z Acceden a semillas de calidad
incierta debido a la desorgani-
zación del mercado de semillas
de algodón
Existen fundamentalmente
mercados de semillas transgénicas
de algodón: uno formal, donde
la calidad está certicada
el Estado y se pagan regalías a
una empresa multinacional
es dueña de la tecnología, y otro
informal donde ni se pagan dichos
derechos ni se conoce el tipo de
semilla a la que se accede (varie-
dad, genes, etc.). Los productores
más pequeños compran semillas
de algodón en el mercado informal
no sólo porque son más baratas
sino también porque acceden
ellas más fácilmente. El problema
con estas semillas es que en ge-
neral carecen de pureza varietal
y poder germinativo adecuado,
lo que impacta negativamente
en la calidad y cantidad de bra
obtenida. Además los productores
deben afrontar el riesgo de que
las semillas no sean del tipo que
suponían al comprarlas.
El mercado de semillas de
algodón
Las primeras variedades transgéni-
cas de algodón fueron aprobadas
para su comercialización en el país
en 1998. Existen en el mercado tres
tipos de semillas de algodón trans-
génico: las resistentes a lepidópte-
ros (Bt), las resistentes a herbici-
das (RR) y las que combinan am-
bas resistencias (BR). Estas varie-
dades transgénicas, sean adquiridas
formal o informalmente (bolsa blan-
ca ) representan alrededor del 90 %
del algodón cultivado, e incluso se
estima que el resto de las varieda-
des que circulan tienen algún grado
de contaminación transgénica.
La propiedad de las variedades de
algodón transgénico pertenece a técnica y, sobre todo, nanciamien-
una sola rma (Genética Mandiyú)
quien hasta nes del 2008 también
detentaba la exclusividad sobre su
comercialización. En ese año se r-
mó el Acuerdo Marco a través del
cual Genética Mandiyú autorizó a
nuevos actores a multiplicar y ven-
der formalmente semillas transgéni-
cas (cooperativas, empresas priva-
das y gobiernos provinciales). Des-
dos
de su implementación la proporción
de semillas de bolsa blanca pasó del
histórico 80-90 % a alrededor del
por
70 % y se espera que continúe dis-
minuyendo en las próximas campa-
que ñas.
Z Producen con bajos rendi-
mientos porque no tienen ac-
ceso al paquete tecnológico
completo
Esto se debe a la reducida escala
en la que producen; la variedad de
a insumos agroquímicos requeridos y
su elevado costo; la falta de maqui-
naria especializada; la falta de asis-
tencia técnica y de nanciamiento,
entre otras razones. Por otra parte,
los suelos en los que producen han
sufrido un fuerte deterioro debido
a la escasa rotación de cultivos.
El paquete tecnológico
Para garantizar mayor rendimien-
to y rentabilidad, el uso de semi-
llas transgénicas debe acompañar-
se de ciertas prácticas productivas
e insumos. Aunque es posible adop-
tar sólo algunos de sus componen-
tes, el paquete tecnológico comple-
to (PT) incluye: semilla transgéni-
ca adquirida en el mercado formal;
siembra directa mecanizada en sur-
cos estrechos (a 0,52 cm); herbici-
das de arranque e insecticidas pa-
ra aplicar a lo largo del ciclo del
cultivo; reguladores de crecimiento;
defoliante y cosecha mecánica strip-
per, de arrastre, necesaria para co-
sechar en surcos estrechos.
Para poder aplicar el paquete se re-
quiere una escala mínima que justi-
que la mecanización, capacitación
to para la compra de los insumos.
Los pequeños algodoneros, que dis-
ponen esencialmente de su trabajo
y el de su familia y que no tienen ac-
ceso al nanciamiento, siguen utili-
zando sistemas de siembra conven-
cional (a un metro) y cosecha ma-
nual, lo cual incide negativamente
en sus rendimientos y rentabilidad
como se aprecia en el siguiente cua-
dro:
Usa
PT
Sin
acceso al
PT
Rendimiento 2.9 1 para el control del picudo del
(tn/ha)
Precio 1800 1000
algodón
en bruto
($/tn)
Semillas 630 80
($/ha)
% Fibra 25 30
Fuente PT:Instituto Nacional de Tecno-
logía Agropecuaria (INTA) Sin PT: talle-
res organizados por CENIT. Estimacio-
nes para la campaña 2009-2010
Los pequeños algodoneros enfrentan un conjunto de problemas comunes
en relación a sus prácticas productivas, su poder de negociación, la denición de
sus derechos de propiedad y el acceso a infraestructura básica.
Z Tienen dicultades para diver-
sicar la producción debido a
la falta de mercados
Si bien la mayoría de los cultivos
son menos resistentes al clima que
el algodón, el principal problema
para diversicar la producción es la
ausencia de mercados para cultivos
alternativos. Por un lado, no exis-
te, como en el caso del algodón, un
circuito de intermediarios que reti-
ren la producción de la chacra. Por
otro lado, no hay cómo trasladar la
producción a los mercados impor-
tantes (Resistencia, Buenos Aires,
etc.) y no siempre se organizan fe-
rias francas en lugares cercanos. Fi-
nalmente, tampoco pueden vender
su producción a la municipalidad
(por ejemplo, a los comedores esco-
lares) porque no están inscriptos.
Z Tienen dicultades para cum-
plir con las medidas sanitarias
algodonero
Z No suelen realizar ventas con-
El Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria (SENA-
SA) exige que luego de la cosecha
el rastrojo sea destruido de manera
inmediata. Los algodoneros peque-
ños muchas veces no pueden cos-
tear esta acción. Al no hacerlo, au-
menta la incidencia de la plaga y
además quedan expuestos a multas
por parte de ese organismo.
to en otros ámbitos como la ven-
ta conjunta del algodón cosechado
El control del picudo del son generalmente difusas ya que la
algodonero participación y compromiso de los
miembros con la asociación son ba-
El picudo del algodonero es un in- jos. Esta práctica también se ve li-
secto que se alimenta y se reprodu- mitada porque cada productor co-
ce en los botones orales del algo-
dón impidiendo su oración y fruc-
secha y necesita vender la produc-
ción en momentos distintos para
ticación. Es muy destructivo por
poder garantizar la subsistencia de
su elevada tasa de reproducción y
la inexistencia de enemigos natura-
su familia.
les.
Ingresó a la Argentina en el año
1993 proveniente de las zonas algo-
doneras de Brasil y Paraguay. Des-
de su ingreso al Chaco en 2002 el in-
secto incrementó su tasa de propa-
gación y actualmente reside en casi
toda la región algodonera del país.
La presencia de esta plaga aumen-
ta los costos de producción debido
tanto a la pérdida de rendimiento
como al uso intensivo de insectici-
das que requiere su control.
Existe un conjunto de prácticas
aconsejables para reducir la inci-
dencia del picudo: concentrar tem-
poralmente la siembra; reducir el
ciclo de crecimiento de la planta;
destruir rastrojos tempranamente
y evitar rebrotes primaverales. Sin
embargo, estas prácticas no están
muy difundidas entre los pequeños
algodoneros: para ellos el inicio de
la siembra está determinado por el
clima y la disponibilidad de semi-
llas; la siembra y cosecha en surco
estrecho para reducir el ciclo requie-
re máquinas a las que no tienen ac-
Z Se
ceso; la destrucción del rastrojo no
siempre puede realizarse debido a encuentran en una situa-
la falta de combustible; y no evitan ción de vulnerabilidad estruc-
los rebrotes porque éstos les pueden tural
proporcionar ingresos adicionales.
Las condiciones en las que viven los
pequeños productores y sus fami-
lias son extremadamente precarias.
juntas del algodón cosechado Con frecuencia habitan viviendas-
rancho, carecen de agua y de elec-
Con frecuencia las asociaciones de tricidad. Esto provoca un éxodo
pequeños productores que existen continuo hacia los pueblos o ciuda-
se crearon porque así lo requería des, en especial entre la población
la participación en programas del joven. La ausencia de derechos de
Estado, limitándose, en general, a propiedad sobre las tierras en las
la gestión de los programas para que producen (la mayoría son tie-
los que fueron creadas. Así, las po- rras ocupadas sin amparo legal) es
tencialidades de actuar en conjun- otro factor de vulnerabilidad.