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Estados Unidos
Escrito por Javier Martín, 6 de febrero de 2019 a las 19:30
Conocimiento
Viajar siempre ha tenido un porqué, pero ahora lo tiene de una manera más mística y
peculiar. Gracias a test de ADN, muchos turistas están empezando a visitar los lugares
de sus antepasados.
Javier Martín
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Te haces una prueba de ADN y, según los resultados que obtengas, decides viajar al
lugar o lugares de donde supuestamente provengas.
Esta es la nueva moda al otro lado del Atlántico. Turismo sanguíneo o de raíces, que se
fundamenta en conocer de primera mano la vida actual de tus ancestros pasados.
El país norteamericano es el principal caldo de cultivo para este tipo de viajes, debido
principalmente a que es históricamente un país de inmigrantes venidos desde
Europa, África y Asia.
Según las agencias de viajes, este tipo de destinos ha crecido en los últimos cinco años
de una manera espectacular. La proliferación de empresas que realizan test de ADN
ha provocado una liberalización de precios. Lo que ha producido que, por apenas
cien dólares, cualquier persona pueda conocer cuáles son sus raíces.
Muchos expertos en materia genética son recelosos de este tipo de pruebas. Porque
atestiguan que la precisión, en numerosas ocasiones, no se corresponde con la
realidad.
Con pocas evidencias científicas, este tipo de asuntos se han puesto muy de moda sobre
todo entre la población afroamericana que se ve en deuda de conocer a sus antepasados
más recientes.
Por ahora, este tipo de turismo está dando sus frutos económicamente, pero la
pregunta que tendrán que responder los usuarios de este tipo de pruebas será la
siguiente, ¿te fías de una agencia de viajes con la capacidad de hacer test de ADN con
los que te venden después esos mismos viajes ancestrales?