Sei sulla pagina 1di 3

A diario utilizamos toda clase de

dispositivos electrónicos, desde el


móvil hasta la televisión, pasando por
tablets, ordenadores o relojes, a ser
posible de la más última generación.
Pero a pesar de que estos dispositivos
son cada vez más pequeños y ligeros, el
impacto ecológico de los productos
electrónicos es muy grande. Ya no solo
por el consumo de energía que
utilizamos para recargar sus baterías a
lo largo de su vida útil, sino sobre todo
por el consumo energético que conlleva su fabricación, además de requerir valiosos y en
ocasiones, escasos, recursos minerales como el platino, el paladio, el cobalto, el litio, o el famoso
coltán, por lo que el reciclaje y la reutilización de estos productos es cada vez más importante.

Sin embargo, hoy en día se amontonan cada vez más residuos electrónicos en algunos países del
Sur sin que estos dispositivos reciban el tratamiento adecuado con importantes riesgos para la
salud de las personas y el medio ambiente.

¿Qué son exactamente los residuos eléctricos y electrónicos?

Los residuos eléctricos y electrónicos, conocidos en inglés como e-waste, se refieren a


cualquier producto que requiera electricidad y haya alcanzado el final de su vida útil, cosas
como una radio, un ordenador, un secador, los móviles o incluso una nevera o una lavadora.
Y a todo ello se le suman otros productos secundarios como pueden ser las baterías, tarjetas
sim o todo tipo de cables. Para hacerlo más corto, nos referiremos a todo ello aquí con el
concepto de “residuos electrónicos”.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, anualmente se llegan a


generar hasta 50 millones de toneladas de este tipo de residuos, ¡el equivalente a ocho de
las grandes pirámides de Egipto! Y se espera que sigan creciendo entre un 3% y un 5% al año
pudiendo alcanzar los 100 millones de toneladas en 2020.

Unas tres cuartas partes de estos residuos son falsamente declarados como bienes de
segunda mano y exportados a otros países o regiones, generalmente más pobres, y con
pocas o ninguna infraestructura para realizar un reciclaje adecuado tanto para la salud de
quienes realizan el reciclado como para el medio ambiente.

¿Cuál es el origen y el destino de los residuos electrónicos?

Por lo general, la mayor cantidad de residuos electrónicos proceden de Norteamérica y


Europa, aunque el consumo de productos electrónicos ha ido expandiéndose a gran
velocidad en la última década y media por el resto de los continentes. Sin embargo, los
mayores vertederos de residuos electrónicos se están concentrando en algunos países de
África y Asia, como Ghana, Nigeria, China, Pakistán, India, Vietnam o Tailandia.
¿Qué tipo de problemas sociales, ecológicos y económicos para unos y otros países conlleva
la acumulación de residuos?

En los lugares de destino de esos dispositivos electrónicos, a menudo se desmantelan en


condiciones muy precarias. Los/as chatarreros/as separan el plástico, las placas base, las
baterías y el cableado de cobre para vender lo que puedan y luego quemar el resto. Esto
conlleva consecuencias dramáticas en distintos planos, notablemente en el ecológico y
social, pero también en lo económico.

En el plano ecológico y social:

 Los productos electrónicos están formados por cientos de materiales diferentes que
contienen sustancias tóxicas como plomo, mercurio, cadmio, arsénico y retardantes de
llama. Este tipo de procesamiento rudimentario de residuos electrónicos conlleva
graves consecuencias para el medio ambiente y la salud humana, incluida la
contaminación del aire cuando los paneles se calientan para acceder a los metales, la
contaminación del suelo a medida que los productos químicos se filtran en la tierra y la
contaminación del agua.

 Esta contaminación del aire y el agua puede dañar severamente comunidades enteras,
causando envenenamiento, abortos involuntarios, lesiones cerebrales e incluso
muertes. Además, quienes trabajan en estos lugares -buena parte de ellos son niños-
sufren frecuentes enfermedades especialmente al respirar estos humos tóxicos.

En el plano económico:

 Mientras en el Norte no se asumen los costes de su contaminación, en el Sur, los


espacios ocupados por estos vertederos ya no son practicables para otras actividades
económicas como la agricultura. El campesinado no puede cultivar sus propios
alimentos porque sus suelos están muy contaminados. Para sobrevivir, acaban
trabajando en esta “industria del reciclaje”, degradando aún más su salud y el medio
ambiente circundante. Mientras tanto, quienes “trafican” con estos residuos ganan
millones.

 Tanto para uso como para otros, la falta de reciclaje de estos productos supone
tirar a la basura minerales que van siendo progresivamente cada vez más difíciles
de conseguir. Menos cantidad disponible, pero más demanda; el resultado no
puede ser otro que un encarecimiento de recursos fundamentales para el proceso
económico. Un ejemplo es el caso de las llamadas “tierras raras”, unos metales
importantes para la fabricación de las futuras generaciones de equipos
electrónicos, así como para las infraestructuras de energía renovable, y cuya
escasez se ve acrecentada por la falta de reciclaje de estos productos.
 Además, los minerales no están igualmente repartidos por la geografía global. Por
lo que, al igual que ha sucedido con otros recursos valiosos en el pasado, desde el
oro hasta el petróleo, el conflicto está asegurado.

Potrebbero piacerti anche