Esta técnica Mindfulness implica centrar tu atención en tus sentimientos, identificándolos
y etiquetándolos sin entrar en la consideración de su contenido y, a continuación, dirigir tu atención a observar qué sucede. Con esta técnica, observas y etiquetas sentimientos. Dejas que otros tipos de pensamientos y hasta de sensaciones físicas aparezcan y desaparezcan por su cuenta, sin previo aviso. De modo que, si surge el pensamiento «Me pregunto qué hora es», descártalo, simplemente, pero di para tus adentros «sentimiento» si notas que te sientes ansioso porque se te está acabando el tiempo, o aburrido porque esta técnica está durando demasiado. Estos son los simples pasos para Sentir con Atención Plena, primera parte: 1. Focaliza tu atención en ver cuándo aparecen los sentimientos en tu mente, etiquétalos diciendo silenciosamente «sentimiento», y vuelve a notar si, y cuándo, aparecen sentimientos. 2. Observe conscientemente en qué medida puedes poner y mantener tu atención en la secuencia de notar y etiquetar sentimientos. 3. Refocaliza de nuevo tu atención, si es necesario. Dedica treinta segundos o un minuto a practicar esta técnica. Reflexiona sobre la experiencia de escanear tu actividad mental con relación a los sentimientos e identificarlos específicamente. Los sentimientos difieren de los pensamientos y de las sensaciones físicas porque evocan emociones. Sin embargo, su comportamiento es el mismo: van y vienen, apareciendo en tu mente y pasando por tu consciencia hasta que desaparecen. Todas las emociones, independientemente de su contenido, comparten estas características —son solo emociones. Sin embargo, hay diferencias entre los sentimientos positivos y los negativos — especialmente con relación a la manera de tratarlos. Con esta técnica podemos aprender a cambiar el foco de nuestra atención, apartándola de los sentimientos negativos, frenando o eliminado el diálogo interno negativo sobre el contenido de estos sentimientos. Sentir con atención plena 1. Focaliza tu atención en ver cuándo los sentimientos aparecen en tu mente, y advierte si son constructivos o destructivos. 2. Observa conscientemente: si notas sentimientos constructivos, acéptalos con agrado, y si notas que los sentimientos son destructivos, no te enfrentes a ellos. 3. Refocaliza tu atención: vuelve a advertir si, y cuándo, aparecen sentimientos. Después de probar esta técnica, reflexiona sobre la experiencia. Pese a que los sentimientos constructivos y los destructivas aparecen de igual manera, tu respuesta era distinta según fuera su naturaleza. Recompensaste los sentimientos constructivos cultivando una sensación de agrado, lo alentó ese tipo de sentimientos. Reforzar activamente los sentimientos constructivos crea condiciones mentales que hacen surgir más sentimientos positivos. Ignorar los sentimientos negativos reduce al final la fuerza y la frecuencia de esos sentimientos.