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Burgueses y proletarios
Sin duda uno de los puntos fuertes del comunismo, es la idea de lucha que hay entre los
burgueses y el proletariado. En esta lucha, el proletariado ha de acabar con la burguesía,
la cual ha creado un sistema económico, que asfixia a la sociedad. Para ello deberán
realizar una revolución que acabe con el sistema establecido, y así poder llegar a crear un
gobierno comunista que trate al proletariado como se merece.
Esta es sin duda la idea comunista, pero cuando Marx la explicó, en un primer momento la
burguesía era una aliada, pues necesitaba de su ayuda para realizar una revolución que
acabara con los gobiernos europeos, donde las monarquías y la nobleza tenían todo el
poder.
Así pues, aunque en un principio encontraremos una unión del proletariado y la burguesía
para acabar con un sistema prestablecido que no beneficiaba a ninguno, más adelante, se
les dio la espalda para por fin crear un verdadero gobierno comunista.
Proletarios y comunistas
Los autores dejan claro que los comunistas "No tienen intereses propios que se distingan
de los intereses generales del proletariado. No profesan principios especiales con los que
aspiren a modelar el movimiento proletario." y que "El objetivo inmediato de los
comunistas es idéntico al que persiguen los demás partidos proletarios en general: formar
la conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la burguesía, llevar al
proletariado a la conquista del Poder."
Lo que distingue a comunistas de proletarios es "que destacan y reivindican siempre, en
todas y cada una de las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares
de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad, y en que, cualquiera que sea
la etapa histórica en que se mueva la lucha entre el proletariado y la burguesía, mantienen
siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto. "
Como terminación de este capítulo, Marx y Engels vuelven al punto de la conquista del
poder político por el proletariado como primer paso de la revolución obrera. Señalan
como tarea del proletariado erigido en clase dominante el centralizar los medios de
producción "en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase
gobernante" (en el prólogo a la edición alemana de 1872, luego de la experiencia de la
Comuna de París, los autores dirían que "la clase obrera no puede limitarse a tomar
posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios
fines", de manera que esta identidad entre Estado y proletariado organizado como clase
gobernante es incorrecta).
La literatura comunista
Como todo pensamiento político, el ideario comunista encontrará un gran número de
seguidores. Estos crearán una literatura propia con las ideas provenientes de Marx y más
tarde de Engels.
A diferencia de otros casos, esta literatura fue muy abundante por toda Europa y EEUU
hasta mediados de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual comenzó a verse el
comunismo como un mal mayor. Hasta entonces encontraremos un gran compendio de
literatura que nos intentará explicar los diferentes sistemas económicos que ha habido a
lo largo de los siglos y cómo se ha llegado a este momento de la historia.
El problema fue que la literatura creada en la Unión Soviética a lo largo del tiempo, estuvo
muy controlada por el gobierno que creó una suerte de tribunal por el que debían pasar
las obras antes de publicarse para cerciorarse que llevaban la idea del partido, quedando
obsoletas la mayoría de ellas a medida que iba pasando los años.
La actitud de los comunistas hacia otros partidos de la oposición
En este breve último capítulo -que ya en el prólogo de 1872 los autores señalan como
desactualizado debido a la desaparición de muchos de los "partidos de oposición" aquí
nombrados y a los cambios económicos y políticos ocurridos desde su publicación- Marx y
Engels hacen un esbozo de la táctica que deben seguir los comunistas en el contexto
político de varios países de Europa: en donde no sea posible llevar a cabo directamente su
objetivo, situarse de parte de los partidos más progresivos y contra los más reaccionarios,
sin por ello perder su independencia programática y organizativa.
"Resumiendo: los comunistas apoyan en todas partes, como se ve, cuantos movimientos
revolucionarios se planteen contra el régimen social y político imperante. "
Este capítulo, y el manifiesto, termina con la siguiente arenga:
"Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones.
Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la
violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante
la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que
perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar.
¡Proletarios de todos los Países, uníos! "