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CURSO DE KARATE FACDEF ’09 - CONTENIDOS TEÓRICOS - Apunte nº2

La pedagogía y la Didáctica en el Karate

Definiciones:
La Pedagogía es un conjunto de saberes que se ocupan de la educación como fenómeno típicamente social y
específicamente humano. Es por tanto una ciencia de carácter psicosocial que tiene por objeto el estudio de la
educación con el fin de conocerlo y perfeccionarlo.
La Didáctica es la disciplina científico-pedagógica que tiene como objeto de estudio el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Es, por tanto, la parte de la pedagogía que se ocupa de los sistemas y métodos prácticos de enseñanza
destinados a plasmar en la realidad las directrices de las teorías pedagógicas.
Objetivos del Karate Infantil

En cuanto a las técnicas de


Karate propiamente dichas, lo
primero a lograr es que el niño
memorice las básicas, piernas y
brazos, y recién luego buscar
coordinación entre ambas. Aún en
ese momento no buscar el detalle
del movimiento porque lograríamos
que el niño se tensione en su afán
de mejorar y pierda soltura,
naturalidad y plasticidad.
Cuando el niño llega por
primera vez a practicar un arte
marcial, lo hace por tres motivos
básicos: por impulso propio, por
iniciativa de sus padres o por
prescripción médica. En todos los
casos, de continuar practicando,
podremos observar algunos
cambios derivados de la integración al grupo y las nuevas experiencias. Si bien en algunos casos las
primeras experiencias y/o relaciones pueden ser de tendencias agresivas, podemos aseverar que ello es
debido a la gran motivación que recibe y al inmenso caudal de energía que poseen los chicos.
Esta tendencia agresiva, debemos interpretarla y considerarla correctamente tanto los padres como los
instructores, porque no es la solución negarles la concurrencia al Dojo, sino que hay que estimularlo
mediante charlas, en las cuales el instructor juega un papel muy importante.
En niños de cuatro a seis años hay que olvidarse de algunos preceptos tradicionales, pues el niño
quiere jugar y el instructor ofrecerá esos juegos con el solo agregado de tener relación y orientación a las
técnicas de karate. Desde los seis años hacia arriba el chico se adapta y asimila con mucha facilidad, por lo
que el aprendizaje no ofrece controversia alguna o dificultad. Si se tiene en claro los conceptos necesarios,
todo depende de la continuidad, constancia, apoyo de los padres y dedicación del instructor.
El aprendizaje del niño depende de : EDAD, DEDICACIÓN DEL INSTRUCTOR, CONSTANCIA Y APOYO DE LOS
PADRES, CONTINUIDAD.
Por lo tanto, quien se dedique a la docencia en el Karate Infantil, ha de estar preparado, ya que
conocer los ciclos evolutivos del pequeño y los principales conceptos pedagógicos harán que los niños sean
niños y no enanitos con los cuales uno pueda lucirse.-
Debido a ello debemos lograr que se instrumenten los medios para la capacitación profesional de
quien se dedique a la enseñanza de los niños.
En síntesis, el Karate-Do le brindará al niño:

· Un eficaz sistema de defensa personal · Dominio de sí mismo


· Coordinación psicomotriz · Voluntad y fe inquebrantables
· Destreza, reflejos y capacidad de reacción · Humildad y tolerancia
· Descarga energética · Responsabilidad
· Desinhibición · Recreatividad
· Disciplina · Sentido de camaradería, respeto hacia sus
· Concentración compañeros y profesores,
· Desarrollo intuitivo por extensión, hacia su familia y hacia la sociedad.

Finalmente se concluye el presente, mencionando un dicho que reza: tres grandes médicos son:” LA
NATURALEZA, EL TIEMPO Y LA PACIENCIA”, y dentro del karate a nivel infantil debemos dedicar el tiempo
disponible con la mayor paciencia, para que el niño logre progresar naturalmente, porque ahí se
demostrará tal como es y no como queremos que sea, dejando al descubierto su propia y exclusiva
personalidad.-
Delimitación del Karate Infantil.

Bajo esta denominación acogemos al colectivo de practicantes de Karate con edades por debajo de
los quince años, lo que viene a representar, tanto por el número como por su trascendencia social, el
núcleo más importante de nuestro deporte en todo el territorio nacional.

Como en otros ámbitos educativos, durante


demasiado tiempo los profesores de artes
marciales han carecido de la formación
profesional adecuada para los altos fines que
perseguían, limitándose poco menos que a
reproducir los modelos de enseñanza de la que
ellos mismos habían sido objeto, modelos que en
muchos casos partían de unos esquemas de
instrucción de marcado corte castrense
adecuados para ser desarrollados en el entorno
de los cuarteles y el adiestramiento de grandes
grupos, pero que adolecían de la mínima base
psicopedagógica y en modo alguno tenían en
cuenta las características individuales. Siendo esto así, el problema de la enseñanza las artes marciales se
agrava en lo concerniente al mundo infantil, colectivo que, si como bien hemos señalado anteriormente, es
el más significativo y requiere que junto a la justa ambición de ganar algún dinero por parte del profesor su
actuación sea netamente vocacional lo que exige de él no un alto grado de conocimiento técnicos sino un
profundo conocimiento de la personalidad infantil y el sincero deseo de disfrutar de su trabajo.

Lamentablemente, la metodología y la didáctica que tradicionalmente se han seguido entre los


infantes han diferido poco del sistema de instrucción desarrollado con los adultos, eso sí, suministrado a
"medias dosis", ignorando que de ninguna manera se trata de enseñar Karate a hombres bajitos, sino de
aprovechar el atractivo que nuestra disciplina despierta entre los más pequeños, en un período de máxima
receptibilidad y maleabilidad, para hacernos partícipes y co-responsables de su educación.

Un aspecto controvertido es el que trata de situar y precisar la función del Karate en la Infancia. Si
partimos de la necesidad de definir qué es el Karate, nos encontramos con que cada uno de nosotros ha
elaborado su propia concepción de lo que para él es el Karate: una vía espiritual, un deporte, un arte
marcial, un modo de vida, una disciplina, un sistema de defensa personal, una manifestación cultural, un
método de preparación física,... Zen en movimiento, etc. Analizados detenidamente, la mayoría de estos
términos encierra cualidades que excluyen a los otros. Posiblemente, cada una de estas concepciones haya
tenido preponderancia en un momento histórico determinado o en una situación ambiental concreta. En la
actualidad, mayoritariamente es aceptada una idea del Karate que trata de aglutinar todas las definiciones
anteriores considerando que éstas y otras no son nada más que atributos de una misma realidad, que lejos
de excluirse se complementan, por lo que personas muy diferentes pueden encontrar en el Karate los
canales adecuados para satisfacer sus inquietudes.

Desde esta perspectiva, podemos acabar delimitando el Karate Infantil como "el conjunto de
ejercicios que, con base fundamental en los gestos del Karate tradicional y deportivo, tienen su campo de
aplicación en la niñez, y que se orientan a ayudar al pequeño a conocer las características, facultades y
posibilidades de su propio cuerpo para el movimiento, valiéndose del juego, la psicomotricidad y la
expresión dinámica, como medio para favorecer su pleno desarrollo como persona".

División del Karate Infantil


Es conveniente iniciar cuanto antes al niño en una actividad física programada, pues está
comprobado que algunos aprendizajes requieren de la estimulación precoz.
Si tomamos como modelo la escuela de Educación Infantil, los niños comienzan la actividad escolar
a los 3 años, cuando supuestamente han adquirido una autonomía mínima respecto a sus padres. Por lo
tanto si esta actividad puede iniciarse a los 3 o 4 años y puede extenderse hasta los 14, resulta evidente
que no nos encontramos ante un grupo de características homogéneas, por lo que para su estudio, y
atendiendo a las fases de desarrollo desde una perspectiva gral, proponemos marcar las siguientes
divisiones:

Nivel 1: Desde los 3 o 4 años hasta los 6 años

Nivel 2: Desde los 6 o 7 años hasta los 9 o 10 años

Nivel 3: Desde los 9 o 10 años hasta los 12 años

Nivel 4: Desde los 11 o 12 años hasta los 14 años

Como vemos, esta estructuración interna del Karate Infantil se fundamenta en la organización de las clases
por grupos de edad, ya que desde una perspectiva pedagógica no resulta procedente la división de las
clases teniendo como referencia única los grados o cinturones. Sin embargo, lo que apunta la lógica lo
niega la experiencia y así, en la mayoría de los casos, la enseñanza del Karate se lleva a cabo en función de
las disponibilidades reales de tiempo libre, que viene delimitado principalmente por el cese de la actividad
escolar (aunque también las condiciones climáticas pueden ser muy importantes), por lo que finalmente
nos encontraremos ante el panorama de trabajar con niños en un margen horario, en el mejor de los casos,
de 5 a 8 de la tarde y la mañana del sábado, y muy frecuentemente se nos impone, por distintas
circunstancias, realizar la actividad docente en una clase unitaria.

Objetivos del Karate en la Infancia:

Objetivos generales: Debemos rechazar una visión del Karate focalizada en los aspectos físicos
tradicionalmente asociados al deporte en general, para sin olvidar los beneficios fisiológicos que reporta su
práctica regular, entender el Karate en la Infancia no como un objetivo en sí mismo, sino como un
medio para participar en el proceso educativo del puer, es decir, utilizar el Karate como un instrumento
que facilite el pleno desarrollo e integración social del niño.

De acuerdo con Wener y Bower, "El objetivo principal de la Educación debe ser ayudar a las personas
a adquirir los conocimientos, habilidades y conciencia necesarios para hacer frente a las necesidades de la
vida".

La percepción actual de la
Educación fija entre sus objetivos las
relaciones entre el individuo y su
medio, sobrepasando la mera
transmisión de conocimientos, para
tratar aspectos hasta ahora un tanto
olvidados. Desde esta perspectiva,
está plenamente justificada la
inclusión de la enseñanza de KARATE
porque en el marco educativo, la
actividad motriz tiene como finalidad
proporcionar al alumno la ayuda que
necesita en la dinámica de su
desarrollo, atendiendo a la totalidad
de los ámbitos de las potencialidades
de la persona y a la estructuración progresiva de su actuación autónoma sobre el entorno.

Conforme a lo expuesto anteriormente, y de forma más explícita, entendemos que un programa de


Karate Infantil debe:

 Favorecer el conocimiento, percepción y funcionalidad del propio cuerpo, reconociendo sus propias
posibilidades y límites, ayudándole en la estructuración y aceptación de su imagen corporal.
 Fomentar la sociabilidad del niño, promoviendo las relaciones grupales y la comunicación,
impulsando la búsqueda de «vivencias psicosociales» en la diversidad de situaciones, tanto de
cooperación y confianza entre uno y otro, como de oposición sujeta a una normativa clara y
aceptada, que le ayude en sus relaciones con el Sí mismo y con los demás.
 Orientar los intereses del puer hacia conductas y hábitos positivos para la salud y el bienestar.
 Optimizar el desarrollo de las capacidades motrices y habilidades perceptivas básicas.
 Adquirir las habilidades y destrezas específicas.
 Mejorar las cualidades físicas acordes a cada estadio evolutivo del niño.
 Facilitar la expansión y el hedonismo.
 Compensar las necesidades de movimiento y liberar las tensiones emocionales del pequeño.
 Proporcionar las pautas de conducta y los recursos técnicos necesarios para la autoprotección y la
seguridad personal, desde el desarrollo de la capacidad de autocontrol y el equilibrio psicosomático.

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