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Definiciones:
La Pedagogía es un conjunto de saberes que se ocupan de la educación como fenómeno típicamente social y
específicamente humano. Es por tanto una ciencia de carácter psicosocial que tiene por objeto el estudio de la
educación con el fin de conocerlo y perfeccionarlo.
La Didáctica es la disciplina científico-pedagógica que tiene como objeto de estudio el proceso de enseñanza y
aprendizaje. Es, por tanto, la parte de la pedagogía que se ocupa de los sistemas y métodos prácticos de enseñanza
destinados a plasmar en la realidad las directrices de las teorías pedagógicas.
Objetivos del Karate Infantil
Finalmente se concluye el presente, mencionando un dicho que reza: tres grandes médicos son:” LA
NATURALEZA, EL TIEMPO Y LA PACIENCIA”, y dentro del karate a nivel infantil debemos dedicar el tiempo
disponible con la mayor paciencia, para que el niño logre progresar naturalmente, porque ahí se
demostrará tal como es y no como queremos que sea, dejando al descubierto su propia y exclusiva
personalidad.-
Delimitación del Karate Infantil.
Bajo esta denominación acogemos al colectivo de practicantes de Karate con edades por debajo de
los quince años, lo que viene a representar, tanto por el número como por su trascendencia social, el
núcleo más importante de nuestro deporte en todo el territorio nacional.
Un aspecto controvertido es el que trata de situar y precisar la función del Karate en la Infancia. Si
partimos de la necesidad de definir qué es el Karate, nos encontramos con que cada uno de nosotros ha
elaborado su propia concepción de lo que para él es el Karate: una vía espiritual, un deporte, un arte
marcial, un modo de vida, una disciplina, un sistema de defensa personal, una manifestación cultural, un
método de preparación física,... Zen en movimiento, etc. Analizados detenidamente, la mayoría de estos
términos encierra cualidades que excluyen a los otros. Posiblemente, cada una de estas concepciones haya
tenido preponderancia en un momento histórico determinado o en una situación ambiental concreta. En la
actualidad, mayoritariamente es aceptada una idea del Karate que trata de aglutinar todas las definiciones
anteriores considerando que éstas y otras no son nada más que atributos de una misma realidad, que lejos
de excluirse se complementan, por lo que personas muy diferentes pueden encontrar en el Karate los
canales adecuados para satisfacer sus inquietudes.
Desde esta perspectiva, podemos acabar delimitando el Karate Infantil como "el conjunto de
ejercicios que, con base fundamental en los gestos del Karate tradicional y deportivo, tienen su campo de
aplicación en la niñez, y que se orientan a ayudar al pequeño a conocer las características, facultades y
posibilidades de su propio cuerpo para el movimiento, valiéndose del juego, la psicomotricidad y la
expresión dinámica, como medio para favorecer su pleno desarrollo como persona".
Como vemos, esta estructuración interna del Karate Infantil se fundamenta en la organización de las clases
por grupos de edad, ya que desde una perspectiva pedagógica no resulta procedente la división de las
clases teniendo como referencia única los grados o cinturones. Sin embargo, lo que apunta la lógica lo
niega la experiencia y así, en la mayoría de los casos, la enseñanza del Karate se lleva a cabo en función de
las disponibilidades reales de tiempo libre, que viene delimitado principalmente por el cese de la actividad
escolar (aunque también las condiciones climáticas pueden ser muy importantes), por lo que finalmente
nos encontraremos ante el panorama de trabajar con niños en un margen horario, en el mejor de los casos,
de 5 a 8 de la tarde y la mañana del sábado, y muy frecuentemente se nos impone, por distintas
circunstancias, realizar la actividad docente en una clase unitaria.
Objetivos generales: Debemos rechazar una visión del Karate focalizada en los aspectos físicos
tradicionalmente asociados al deporte en general, para sin olvidar los beneficios fisiológicos que reporta su
práctica regular, entender el Karate en la Infancia no como un objetivo en sí mismo, sino como un
medio para participar en el proceso educativo del puer, es decir, utilizar el Karate como un instrumento
que facilite el pleno desarrollo e integración social del niño.
De acuerdo con Wener y Bower, "El objetivo principal de la Educación debe ser ayudar a las personas
a adquirir los conocimientos, habilidades y conciencia necesarios para hacer frente a las necesidades de la
vida".
La percepción actual de la
Educación fija entre sus objetivos las
relaciones entre el individuo y su
medio, sobrepasando la mera
transmisión de conocimientos, para
tratar aspectos hasta ahora un tanto
olvidados. Desde esta perspectiva,
está plenamente justificada la
inclusión de la enseñanza de KARATE
porque en el marco educativo, la
actividad motriz tiene como finalidad
proporcionar al alumno la ayuda que
necesita en la dinámica de su
desarrollo, atendiendo a la totalidad
de los ámbitos de las potencialidades
de la persona y a la estructuración progresiva de su actuación autónoma sobre el entorno.
Favorecer el conocimiento, percepción y funcionalidad del propio cuerpo, reconociendo sus propias
posibilidades y límites, ayudándole en la estructuración y aceptación de su imagen corporal.
Fomentar la sociabilidad del niño, promoviendo las relaciones grupales y la comunicación,
impulsando la búsqueda de «vivencias psicosociales» en la diversidad de situaciones, tanto de
cooperación y confianza entre uno y otro, como de oposición sujeta a una normativa clara y
aceptada, que le ayude en sus relaciones con el Sí mismo y con los demás.
Orientar los intereses del puer hacia conductas y hábitos positivos para la salud y el bienestar.
Optimizar el desarrollo de las capacidades motrices y habilidades perceptivas básicas.
Adquirir las habilidades y destrezas específicas.
Mejorar las cualidades físicas acordes a cada estadio evolutivo del niño.
Facilitar la expansión y el hedonismo.
Compensar las necesidades de movimiento y liberar las tensiones emocionales del pequeño.
Proporcionar las pautas de conducta y los recursos técnicos necesarios para la autoprotección y la
seguridad personal, desde el desarrollo de la capacidad de autocontrol y el equilibrio psicosomático.