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Serie: Hábitos (2da parte) – “Pequeñas rutinas hacen una gran diferencia”

Texto bíblico: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos” / “Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como
antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir” Efesios 4.22
Introduccion: Pablo en esta carta a los Efesios hace un contraste entre dos estilos de vida –
dos tipos de hábitos; y ambos tienen el poder de guiar nuestras vidas. Él nos invita a dejar
una serie de hábitos tóxicos que nunca se sacian y que cada día demandan más y más –
debemos despojarnos de ellos para que nuestra vida cambie. Eso implica un cambio de
conducta – cambio de hábitos y cambio de pensamiento (metanoia)

¿Tenemos hoy la necesidad de soltar o dejar ciertos hábitos?  40% de lo que se hace
todos los días está conformado por rutinas habituales. La mitad de lo que hacemos es
rutinario o habitual.

¿Estamos conformes con nuestros hábitos? ¿Queremos hacer algunos cambios en nuestra
vida? Cambiemos nuestros hábitos si queremos que nuestro matrimonio, relaciones,
emociones y vida espiritual cambien. Para que la vida cambie necesitamos cambiar nuestros
hábitos.

I Parte: Definamos ¿Qué es un hábito?:


Es un patrón de conducta que se ha formado como consecuencia de acciones repetitivas que
luego se hacen de manera inconsciente. Un hábito puede actuar como un corcho o como el
plomo. El corcho nos impulsa hacia arriba y el plomo, nos lleva hacia abajo. Podemos indicar
que:
- Los hábitos pueden ser beneficiosos y provechosos.
- Los hábitos pueden ser destructivos.
- Los hábitos se pueden transmitir de generación en generación.

“Los hábitos pueden traer bendición o ruina”


Anatomía de un hábito
¿Te has preguntado por qué tienes ciertos hábitos o porque algo puede llegar a ser
adictivo?  Santiago 1:14-15: “La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales
nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado,
cuando se deja crecer, da a luz la muerte”

Es probable que haya por lo menos algunos malos hábitos que nos gustaría romper. Pero
a veces es difícil porque están tan arraigados en nosotros que nos cuesta soltarlo, caemos en
ciclo. ¿Por qué unas semanas estoy bien y otras no?  Se está librando una guerra por el
control de tus pensamientos.

Cuando se cede a una tentación  Los pensamientos se convierten en acciones  las


acciones en hábitos  y estos hábitos desencadenan en una fortaleza. De esta manera la
persona se convierte en siervo y esclavo de su amo  Un habito toxico. Los malos hábitos
como fumar, mentir, gastar excesivamente, la pornografía, y otros – pueden tomar control y
llevarnos a que nos dañemos nosotros mismos y a otros.
Si tu mente no está bien, tus ojos no estarán bien, tu boca no hablará bien y tus pies no te
llevarán a los lugares correctos. Una persona que coquetea con pensamientos equivocados le
está dando lugar al enemigo.

Cuando existe un habito toxico al que nos rehusamos a renunciar nos dañamos a nosotros
mismos y dañamos a quienes están a nuestro alrededor o cuando ellos copian tu habito.
Entendemos entonces que un hábito puede dominar nuestra conducta y la de los que nos
rodean

2do aspecto: Los hábitos revelan nuestro carácter.


Una persona con un carácter enseñable es aquella que puede aprender de otros, escucha,
permite que otros lo corrijan. Es capaz de desincorporar hábitos que restan en su vida y está
dispuesta a incorporar nuevos que le lleven a crecer. Ninguno de nosotros terminará bien si
no tiene un carácter enseñable

El conjunto de actitudes y hábitos forman el carácter – el carácter define nuestro modo de


actuar y nuestro modo de actuar está sujeto a nuestras prioridades.

Queremos organizar nuestra vida pero partimos desde las prioridades incorrectas con el hacer
– lo externo: el trabajo, los compromisos, la apariencia y dejamos de lado el mundo interior
el ser, que tiene que ver con Dios, con nosotros mismos y con nuestra familia e identificar
que hábitos debemos desincorporar

¿Te has ha sentado a meditar sobre lo que es bueno para tu vida, tu familia y si tu estilo de
vida honra a Dios?

La realidad: vivimos de una manera en que lo externo y urgente está en 1er lugar y lo
prioritario e importante en un último lugar. Lo urgente está relacionado a las demandas del
trabajo, el compromiso  por ejemplo: sale uno de los padres corriendo porque debe llevar
los niños al colegio – luego debe irse al trabajo y en medio de la rutina diaria no hay espacio
para el afecto o la afirmación a los hijos o conyugues – salimos sin importar si hemos orado
presentando el día delante de Dios, si hemos escuchado a Dios por medio de su Palabra; ese
puede ser el día a día de algunos matrimonios. Decimos que Dios es importante, pero en la
práctica el trabajo tiene el primer lugar. En el orden práctico de prioridades viene el trabajo
– los compromisos las relaciones; mientras tanto Dios y la familia están en un tercer y 4to
plano.

¿Cuáles son nuestras prioridades?  Cuando nuestras prioridades están desorganizadas


frecuentemente vemos el resultado: “éxito en nuestro trabajo y fracaso en la familia”.

¿Que hábitos necesitamos desincorporar para que nuestras prioridades sean las correctas?
- ¿Tienes el hábito de comer en familia comúnmente sin atender llamadas, sin ver el televisor,
teléfono o cada quien lo hace particular con su dispositivo a mano?  ¿Cuál es el hábito que
domina en tu hogar?  La estadística nos indica que cuando practicamos consistentemente
el hábito de comer y compartir en familia empiezan los grandes resultados:
- Menos conflictos en casa porque existe el espacio para la comunicación.
- El rendimiento escolar de los hijos empieza a mejorar porque la mayoría de los
problemas académicos tiene que ver con lo relacional y emocional.
- La tensión en el matrimonio empieza a reducir.

Nuestras prioridades se relacionan con nuestro propósito de vida y el orden de estas


prioridades determina como vamos a vivir. Consideremos el principio de Pareto – también
conocida como la regla 80/20 que indica  20% de los productos generan 80% de los
ingresos.

Podríamos decir: “Lo que coloquemos en el tope o como prioridad determinara el mayor
porcentaje de ganancias o pérdidas” - Por ejemplo si en nuestras prioridades se encuentra
Dios y la familia quizás eso nos evite el 80% de las consecuencias negativas que pudiéramos
cosechar en la vida. Por otro lado si como prioridad tenemos al trabajo, compromisos,
amistades en lugar de Dios y nuestra familia, esa desorganización de nuestro mundo interior
es la causa del 80% de los problemas que tenemos: conflictos personales, matrimoniales,
dificultades con los hijos, problemas morales, espirituales, económicos y de salud.

Mis decisiones revelan lo que yo soy, y determinan que lo voy a llegar a ser. Cada vez que
tomo una buena decisión me alejo de una mala decisión
Existen hábitos que pueden formar o deformar nuestro carácter; por ejemplo la ira tiene el
potencial de deformar el carácter, el egocentrismo, la ansiedad

“Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos”. (Mateo 15:19)
Enojo - Arrogancia - Falta de respeto – Envidia – Temor - Codicia - Celos - Lujuria

Hábitos ocultos:
- No nos damos cuenta de que nuestra manera negativa de reaccionar se ha convertido en una
costumbre (las discusiones).
- La sociedad no considera que nuestro hábito de la adicción al trabajo sea negativo.
- Una conducta que parece buena está controlando tu vida, aunque se esté convirtiendo en
pecado (tratar de resolver la vida de los demás)

Ejemplos: Discusiones compulsivas - Colección compulsiva - Competencia compulsiva -


Impuntualidad compulsiva - Indecisión compulsiva - Desorden compulsivo - Ver televisión de
manera compulsiva - Trabajo compulsivo – Estar en internet de manera compulsiva.

¿Estamos conformes con nuestros hábitos? ¿Queremos hacer algunos cambios en nuestra
vida? Cambiemos nuestros hábitos. Si queremos que nuestro matrimonio, relaciones,
emociones, vida espiritual cambie – debemos cambiar nuestros hábitos. Para que la vida
cambie necesitamos cambiar nuestros hábitos.
¿Por qué cuesta cambiar? De desincorporar hábitos tóxicos por hábitos saludables  Nuestra
identidad distorsionada producto de nuestros malos hábitos sabotea nuestros éxitos – el
patrón de cómo hacemos las cosas es nuestro principal enemigo. Un sistema de hábitos
saludables permitieron a Daniel afrontar situaciones cruciales o insólitas.

Daniel vivió en el entorno de Nabucodonosor es rey más poderoso de ese momento, llevado
cautivo de su tierra de origen producto de una invasión. Daniel extranjero, esclavo se destacó
sobre todos los demás líderes de esa nación. Mientras crecía en su gestión los malos hábitos
empezaron a surgir: La envidia, los celos, chismes – en parte de los demás. Proporcionaron
información falsa en contra de Daniel – llevando a Nabucodonosor a emitir una ley donde no
se puede adorar a otra persona sino al rey – y quien adore a otro Dios sea echado al foso de
los leones. Y cuando Daniel se enteró él fue a su casa como de costumbre: “Orar 3 veces al
día tal como siempre lo había hecho”  No empezó a orar una vez lanzaron el edicto. No
empezó a orar con las puertas cerradas – porque ya no era conveniente que lo vieran. No dice
que dejo de orar porque ya no le convenía, pues su vida estaba en peligro de muerte. Daniel
hizo lo que cotidianamente hacia: “Orar 3 veces al día” – para él la oración era un hábito.

¿Qué hábitos destacaron a Daniel en medio de esta difícil situación? Daniel era un hombre
de hábitos claves (Oración) que desataron comportamientos saludables que le permitieron
afrontar una situación muy extrema.

“No le damos importancia a los hábitos pequeños – estamos acostumbrados a acudir a la


oración en situaciones extremas y no hacemos de ella un habito diario”

El constantemente había desarrollado pequeños hábitos claves – Dios puede hacer grandes
cosas a través de pequeños hábitos claves sostenidos durante el tiempo para ver los resultados
extraordinarios que anhelamos alterando el curso de nuestra vida.

El profeta Zacarías nos indica: “No menosprecien los modestos comienzos, pues el Señor
se alegrara cuando vea que el trabajo se inicia”  Dios se alegra en el inicio – pero nosotros
nos obsesionamos con el final. Dios se alegra con los inicios pequeños  Pequeños hábitos
– las pequeñas disciplinas son la clave para que se produzcan lo que esperamos. Se requieren
buenos hábitos para una familia estable – una vida espiritual y emocional saludable.

Las decisiones pequeñas + conjunto de hábitos consistentes en el tiempo = Diferencia


radical en áreas de nuestra vida.

No se puede tener un matrimonio saludable sin tomar decisiones pequeñas que partan de
hábitos saludables que deben ser consistentes en el tiempo  La clave está en ser
Persistentes.
En Lucas 18.1 encontramos a Jesús recalcando sobre: “La necesidad de orar siempre, y
no desmayar”  Puede que empecemos orando con fuerza por nuestro cónyuge, por los
hijos, por las finanzas o planes, pero cuando no vemos cambios empezamos a desmayar…

La clave de la oración no es ver para creer – es ser persistentes sin desmayar para poder
ver la mano de Dios obrando. Recuerda un pequeño habito practicado consistentemente tiene
poder – tiene poder – producen la diferencia que queremos ver  Jesús en Lucas 18 nos
recuerda: “¿No creen ustedes que Dios hará justicia a sus escogidos y que claman a El de
día y de noche se tardara El en responderles?  La clave para que Dios nos responda es ser
persistentes.

¿Qué hábitos están teniendo? ¿Qué resultados anhelas ver en tu familia?

Daniel tenía un hábito pequeño pero poderoso – la oración  Que lo libro del foso de los
leones. Qué libro a sus amigos y otras personas. Que oriento al Rey más poderoso de la época
cuando carecía de entendimiento. Un hábito pequeño pero consistente marca una gran
diferencia.

¿Qué hábitos pequeños en nuestra vida y familia debemos incorporar consistentemente que
sin duda nos permitirán en algunos casos avanzar – en otros resguardarnos – en otros ser de
ayuda?
A nivel familiar:
- ¿Tienes el hábito de comer en familia comúnmente sin atender llamadas, sin ver el televisor,
teléfono o cada quien lo hace particular con su dispositivo a mano?  ¿Cuál es el hábito que
domina en tu hogar?  La estadística nos indica que cuando practicamos consistentemente
el hábito de comer, compartir en familia empieza los grandes resultados:
- Menos conflictos en casa porque existe el espacio para la comunicación.
- El rendimiento escolar de los hijos empieza a mejorar porque la mayoría de los
problemas académicos tiene que ver con lo relacional y emocional.
- La tensión en el matrimonio empieza a reducir.

 Todo estos resultados parten de un pequeño hábito practicado de manera persistente y


consistente.

1. Escoge hoy un pequeño habito – una pequeña decisión clave.


2. Se intencional y modela el habito que deseas incorporar.

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La realidad es que el hombre cristiano promedio se encuentra atrapado en un círculo vicioso.


Tal vez en algún momento de su vida toque fondo y diga: «Dios, lo siento mucho. Necesito
confesarte algo». Confiesa su condición a Dios y, por un tiempo, se siente mejor. Pero pronto
empieza a deslizarse hasta que, finalmente, vuelve a tocar fondo. Pero siempre hay un
obstáculo en su camino, algo que los atrapa en una forma de vida destructiva que termina por
ser muy parecida a una prisión.

Un buen hábito: enseña lo que has aprendido, lo que has puesto en práctica, lo que ha dado
resultado y que hoy forma parte de tu testimonio. Ese es el aprendizaje más cabal.

Introducción:

Quiero hablar en este día acerca de la libertad en Cristo y cómo vencer algunos hábitos que
creamos aun siendo cristianos. Me gusta como lee los versos en la NIV. Gálatas 5:1, “Cristo
nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, mantenganse firmes y no se sometan
nuevamente al yugo de esclavitud”. Luego en 2 Pedro 2:19 dice, “Les prometen libertad,
cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción, ya que cada uno es esclavo de aquello
que lo ha dominado”.

Muchas de las veces cuando hablamos de temas que tienen que ver con libertad pensamos
que es un buen mensaje para el drogadicto o para el alcohólico. Decimos es un buen mensaje
para ellos. Pero hay personas que son esclavos al trabajo, otros a los celos, algunos al chisme,
etc.

Hoy yo quisiera mirar algunos hábitos negativos que tenemos en nuestras vidas que necesitan
ser quebrados, en el nombre de Jesús.

Hay algunas preguntas que quisiera hacer. La primera:


I. ¿Cómo identificamos un hábito?
a. Un habito negativo controlante es algo que te encuentras haciendo aunque es destructivo
sea física, mental, emocional, relacional o espiritualmente hablando. O quizás, algo que
consistentemente haces aunque no lo quieres hacer; te encuentras haciéndolo como quiera.

b. Pablo decía en Romanos 7:15, “No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero,
sino lo que aborrezco”.

Hay que entender el dilema como Pablo lo entendió. El tenía buenas intenciones pero luchaba
con él mismo. Hay gente buena que está atada a hábitos malos. A veces, pensamos que si
admitimos que tenemos un mal habito, somos menos espirituales. No seas engañado. Negar
el problema es peor.

c. Hay que ser honestos. Auto examinarnos y evaluar las cosas que estas haciendo que tú
detestas. Tomar un momento escribir las cosas que tu quieres tener victoria sobre eso.
II. ¿Por qué los hábitos son tan poderosos?
a. Ellos te atan muy sutilmente. Los hábitos controlantes se forman muy lentamente casi sin
uno darse de cuentas. Usualmente, la persona ni sabe que ha formado un hábito en su vida.
Si alguien le pregunta, ellos dice, “yo puedo dejarlo en cualquier momento. Esto no es un
problema”. Los hábitos son como un cable. Cada día hacemos algo en un patrón, ínter
lazamos una cuerda con la otra. Mientras las cuerdas se van ínter lazando, el cable se va
formando. Cualquier día normal, las cuerdas eran muy pequeñas, tal vez, para darnos cuenta.
Pero pasando el tiempo, mientras se van cociendo juntas, nos damos cuenta que se han
convertido en un cable que no se puede romper. Es con el tiempo que los malos hábitos se
convierten en casi indestructible. Los malos hábitos son como las buenas camas: fácil de
meternos en ellas, pero difícil de salir de ellas. Ilustración: La persona que es adicta a los
cigarrillos no es adicta el primer paquete. Toma tiempo y más tiempo, fumar y más fumar
hasta que el cuerpo es dependiente de la nicotina. Los hábitos se forman voluntariamente. La
persona ha entregado su voluntad al hábito tantas veces que se convierten en adictos.

b. No solamente atan muy sutilmente, sino que quiebran tu voluntad. Los hábitos rompen tu
voluntad. El momento que tu permitas que un habito te controle, la Biblia dice que, “eres
esclavo de aquello que te domina”. El habito de quiebra al punto que ya tu no tratas de resistir
porque piensas que no puedes romperlo. La actitud viene a ser, “para que tratar si voy a
regresar a lo mismo”. El hábito te rompe la voluntad de pelear. Ilustración: Escuche una
historia de cómo es que los elefantes entra en captura. ¿has alguna vez ido a un circo y has
visto un gran elefante con una cuerda pequeña atando su tobillo? ¿has alguna vez pensado,
esperate un segundo? Físicamente hablando, ¿Cómo va ser que este elefante este atado por
esta cuerda tan pequeña? ¿Has pensado como es que un elefante tan grande puede ser
contenido en un lugar por algo que no tiene el poder para contenerlo? Así es como funciona.
Cuando los entrenadores doman al elefante bebe, ellos le ponen una cadena bien pesada en
el tobillo y lo cimientan en la tierra. Día tras día, él bebe trata de escaparse pero no puede.
Después de tanto luchar, se rinde y deja de pelear. Simplemente, no puede desatarse de las
cadenas que lo atan. El resuelve en su mente que no hay manera de escaparse. Él dice nunca
seré libre. Entonces al pasar el tiempo, reemplazan la cadena pesada con una cuerda. Si el
elefante abriese sus ojos, podrá ver que solo tiene que tomar un paso y será libre. Pero él no
sabe y se mantiene atado. Está atado a algo que en sí, no tiene poder sobre él sino el poder
que él le permite.

c. ¿Por qué son tan poderosos?, destruyen tu vida. Cuando se establecen, se convierten en
fortalezas y dominan, no solo tu voluntad, sino que también tu vida. ¿Cuántos matrimonios
no han sido rotos por los hábitos? ¿Cuántas familias no han sido divididas por los hábitos?
¿Cuántos trabajos no han sido perdidos por los hábitos? ¿Cuántas relaciones no han sido
destruidas por los hábitos? ¿Cuántas enfermedades no han surgido por los hábitos?

III. ¿Cómo podemos ser libres?


Hay recordar lo que dice 1 Corintios 10:13, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no
sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejara ser tentados mas de lo que podéis resistir,
sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. Dios
te dice que con la situación El provee la victoria.

a. Primero, admite que tienes un problema. Todo comienzo con la confesión. Aceptando la
responsabilidad del problema. Tú no podrás tener victoria si no admites que hay un problema.

b. Depende del poder de Dios para combatir los hábitos. Filipenses 4:13 dice, “Todo lo puedo
en Cristo que me fortalece”. Cuando se habla de la libertad, Cristo puede hacer en un
momento lo que a los doctores le cuestan ser en una vida entera. El es nuestra fuente de poder.
No trates de hacerlo solo con tus propias fuerzas. Depende de El y tendrás la victoria.

c. Los malos hábitos tienen que ser reemplazados por buenos hábitos. En Números 33 Dios
le dice a Moises que ellos tenían que sacar a los bárbaros de la tierra sino ellos iban a ser
piedra de tropiezo. Si nosotros no sacamos lo que hay mal primero, lo bueno que tratemos de
meter se va a ligar y tarde o temprano, lo malo lo vencerá. Reemplaza con buenos hábitos
tales como: Memorizando versos bíblicos. Hebreos 4:12, Salmo 1:1-3, etc.

d. Busca el apoyo de otros. Es importante el congregarse. Es importante el orar el uno por el


otro. En la unión hay fuerzas tremendas.

e. Tómalo un día a la vez. Recuerda, “TODO LO PUEDES EN CRISTO, QUE TE


FORTALECE”.

Conclusión

No dejes que los hábitos de la vida te dominen. Ellos te destruirán. Ellos te harán pedazos.
Deja que Cristo te haga libre. Y seréis verdaderamente libres

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