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Miradas y alcances de la
investigación en Chile
con enfoque regional
Diálogos de Historia,
Miradas y alcances de la investigación
en Chile con enfoque regional
Comité Científico
Dra. María Luisa Candau Chacón, Universidad de Huelva-España
Dra. Sonia Combonni Salinas, Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco-México
Dr. Ricardo Molina Verdejo, Universidad Austral de Chile
Dra. María Eugenia Petitt-Breuilh Sepúlveda, Universidad de Sevilla-España
Dr. Jorge Pinto Rodríguez , Universidad de La Frontera-Chile
Los trabajos que componen esta publicación han sido evaluados por el Comité Científico y
revisados por pares evaluadores especialistas en las materias aquí publicadas.
Inscripción Nº 114.077
ISBN 978-956-xxx-xxx-x
Universidad de La Frontera
Avda. Francisco Salazar 01145, Casilla 54-D
Temuco, Chile 2015
Diálogos de Historia,
Miradas y alcances de la investigación
en Chile con enfoque regional
Editora
INTRODUCCIÓN
Introducción
1 Este trabajo forma parte del proyecto FONDECYT Regular N° 1130211 “Formas de conciliación
y mecanismos informales de resolución de conflictos en Chile, 1750-1850”, CONICYT, del que
su autora es Investigadora Responsable.
2 Doctora en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile. Instituto de Historia, Pontificia
Universidad Católica de Chile. vundurra@uc.cl
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Ante la defensa de su sombrero por Amasa –al tratarse de una prenda que
constituía símbolo de virilidad–, “el taita” Venegas jaló los cabellos de su
rival. La respuesta de José Amasa no tardó en llegar y con la uña de uno
de sus dedos arañó el ojo de Venegas. Ante los gritos de Venegas, quien
mostraba un pequeño hilo de sangre que brotaba de su ojo y decía “mire
como me ha puesto”, Amasa ofreció darle “una sinta buena de cuero” como
forma de compensar la herida ocasionada5. Este acto constituyó una pri-
mera estrategia de arreglo del conflicto entre las partes, que no prosperó.
La sumaria averiguación del delito se verificó; dos testigos fueron ci-
tados a relatar su versión de los hechos y el propio Amasa –en su habita-
ción ubicada cuatro cuadras hacia el sur de la Cañada, en la calle de “las
Matadas”6– recibió la visita del escribano receptor Ignacio de la Cueva y
del médico y cirujano Eugenio Nuñez. La lectura del expediente nos per-
mite conocer que luego de la declaración de Domingo Venegas se notificó
apresar a Amasa. Seguramente esta disposición fue determinante en la
consolidación de la composición –o “conporcion” como se señala en ex-
pediente7– que las partes involucradas venían negociando, probablemente
desde ocurrido el incidente. El convenio acordaba el pago de dieciséis pesos
más la curación de Domingo Venegas. A cambio, Venegas, según las pa-
labras que la hija de este último señaló al escribano “se havia desistido de
todo derecho” y las partes “ajencia[ba]n” la “soltura” del reo8.
El escribano anotó al final del proceso la opinión de la hija de Domin-
go Venegas, la que hablaba por su padre al señalar que “ya no pedia cosa
alguna ni queria curacion a sirujano ni otra cosa y que el agravio y el
perjuicio que a esperimentado lo remite y perdona para que Dios nuestro
señor le perdone sus pecados y que asi se lo informase al señor alcalde”9. El
24 de mayo, once días después de producido el incidente, la causa fenecía
sin sentencia.
5 ANH.RA. Vol. 2576 Pza. 7 Contra José Amasa, oficial de carpintería, por dar una puñalada
en el ojo a Domingo Venegas por un incumplimiento de apuesta, Santiago, 1765, fj. 53v.
6 Este era un barrio originado en la expansión de la cuidad durante el siglo XVIII. Se trataba
de un sector que concentraba los mataderos de animales de la capital, lo que explica su nom-
bre. Los vecinos de “las Matadas” pertenecían a la plebe y a los sectores medios de la ciudad.
Armando de Ramón, Santiago de Chile: (1541-1991). Historia de una sociedad urbana, San-
tiago, Catalonia, 2007.
7 ANH.RA. Vol. 2576 Pza. 7 Contra José Amasa, oficial de carpintería, por dar una puñalada en
el ojo a Domingo Venegas por un incumplimiento de apuesta, Santiago, 1765, fj. 56v.
8 Idem.
9 Idem.
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privada” desarrolladas en Buenos Aires a fines del siglo XIX, pese a los
esfuerzos centralizadores del Estado en materia de justicia penal18. Es más,
el Estado fue apropiándose de algunas técnicas de arbitraje comunitario,
como sucedió con la justicia “conciliatoria” practicada por los “jueces de
paz” en Perú y Argentina19 y con el establecimiento de los “Tribunales de
Paz” en Chile, a partir de la Constitución de 181820.
Nuestro trabajo se inserta en la historiografía que ha discutido y mati-
zado el concepto “infrajusticia” y que propone que las formas extrajudicia-
les de resolución de conflictos –expresadas, por ejemplo, a través de conci-
liaciones como la establecida entre Venegas y Amasa– no funcionaron en
oposición sino “en interacción con las prácticas judiciales” institucionales21.
En efecto, los “perdones de parte” fueron reconocidos por el derecho penal
castellano y las conciliaciones fueron usadas habitualmente en la justicia
americana durante los siglos XVII y XVIII, como ha comprobado Alejandro
Agüero para el caso de Córdoba22. Lo anterior nos ha llevado a utilizar el
concepto “justicia negociada” en lugar de la noción “infrajusticia” para
dar cuenta de las formas de resolución de conflictos interpersonales que se
efectuaban desde las comunidades tensionadas por la transgresión y que se
18 Kristen Ruggiero, “Private Justice and Honor in the Italian Community in Late XIXth-
Century Buenos Aires”, Crime, Histoire & Sociétés / Crime, History & Societies, 13:2, Ginebra,
2009, 55-68.
19 Nuria Sala i Vila, “Justicia conciliatoria durante el liberalismo hispano en el Perú: el caso
de Huamanga”, Anuario de Estudios Americanos 69:2, Sevilla, España, Escuela de Estudios
Hispano-Americanos, CSIC, julio-diciembre, 2012, 423-450; Inés Sanjurjo, “Justicia de paz
y cultura jurídica en el largo siglo XIX en Mendoza (Argentina). El caso del departamento
de San Rafael en el sur provincial”, Nuevo Mundo Mundos Nuevos [El línea], Debates, 2010,
Puesto en línea el 23 de marzo 2010, URL: http://nuevomundo.revues.org/59257; Melina Yan-
gilevich, “La justicia de paz en la construcción estatal al sur del río Salado (Buenos Aires, 1ª
mitad del siglo XIX)”, Carolina Andrea Pazzi (coord.), Modos de hacer justicia: agentes, nor-
mas y prácticas: Buenos Aires, Tucumán y Santa Fe durante el siglo XIX, Rosario, Prohistoria
Ediciones, 2011.
20 Antonio Dougnac Rodríguez, “La conciliación previa a la entrada en juicio en el Derecho
Patrio Chileno (1823-1855)”, Revista de Estudios Históricos-Jurídicos, XVIII, Valparaíso, Chile,
Universidad Católica de Valparaíso, 1996, 119-120; Sergio Valenzuela, “Los tribunales de jus-
ticia en tiempos de O’Higgins”, Revista Chilena de Historia y Geografía, 149, Santiago, 81-84.
21 Garnot, op. cit., 117; Hugues Herbillot, La delinquance dans le canton de Coussey durant le
premier XIXème siècle, Tesis de Maestría, Université Nancy 2, 2009.
22 Francisco Tomás y Valiente, “El perdón de la parte ofendida en el derecho penal castellano
(siglos XVI, XVII y XVIII” [1962], en Obras completas, vol. IV, Madrid, Centro de estudios polí-
ticos y constitucionales, 1997, 2885-2933; Agüero, op. cit.
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23 Ottavia Niccoli, Perdonare. Idee, pratiche, rituali in Italia tra Cinque e Seicento, Roma-
Bari, 2007; Ottavia Niccoli, “Pace, perdono. A propósito di un libro di John Bossy”, Storica 25-
26: 9, 2003, 195-207; Ottavia Niccoli, “Rinuncia, pace, perdono. Rituali di pacificazione della
prima etá moderna”, Studi Storici 40, Roma, 1999, 219-253; Marco Bellabarba, “Pace pubblica
e pace privata: linguaggi e istituzioni processuali nell’Italia moderna”, Marco Bellabarba, A.
Zorzi, G. Schwerhoff (a cura di), Criminalità e giustizia in Germania ein Italia: pratiche giu-
diziarie e linguaggi giuridicitra tardo medioevo e prima età moderna. Kriminalitätund Justiz
in Deutschland und Italien: Rechtspraktiken und gerichtliche Diskurse in Spätmittelalter und
Frühe, Bologna-Berlin, Il Mulino, Duncker & Humboldt, 2001, 189-213.
24 M. Rossi y L. Cabrini et al., “La pace fra realtà e utopia”, Quaderni di storia religiosa 12,
Verona, Italia, 2005, 9-293.
25 Mario Sbriccoli, M., “Giustizia negoziata, giustizia egemonica. Riflessioni su una nuova
fase degli studi della giustizia criminale”, M. Bellabarba, G. Schwerhoff, A. Zorzi, Criminalità
e giustizia in Germania e in Italia: pratiche giudiziarie e linguaggi giuridici tra tardo medioevo
e prima età moderna. Kriminalität und Justiz in Deutschland und Italien: Rechtspraktiken
und gerichtliche Diskurse in Spätmittelalter und Frühe, Bologna, Il Mulino, 2001, 345-364;
Luigi Lacchè et al., Penale Giustizia Potere. Metodi, Ricerche, Storiografie, Macerata, Edizioni
Università di Macerata, 2007.
26 Broggio y Paoli, op. cit.
27 Verónica Undurraga, “Venganzas de sangre y discursos de honor en Santiago de Chile,
siglo XVIII”, Colonial Latin American Historical Review (CLAHR), Spanish Colonial Research
Center, University of New Mexico, Albuquerque, Summer, 2008, 209-236.
28 Tomás y Valiente, op. cit.; Agüero, op. cit.; Niccoli, Perdonare…
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49 ANH. Fondo Varios, Pieza 7, Instrucción de los alcaldes de barrio, 1780, fj. 165v.
50 Sala Medina, Biblioteca Nacional de Chile, Tomo 195, pieza 4642. En 24 de abril de 1773,
el cabildo [eclesiástico] de Santiago informa a S.M. de los distinguidos servicios y méritos en
este reino del Mariscal de Campo Don Francisco Javier de Morales, pp. 176-182.
51 Asimismo, contamos con evidencia de la existencia de un alcalde de barrio en un sector
central de la ciudad, a cuatro cuadras de la plaza Mayor, cerca de la Iglesia de Santo Domingo.
ANH. Fondo Capitanía General, Vol. 52, Pieza 137. Sobre dimisión del empleo de alcalde de
barrio y nombramiento de Ortúzar en su cargo de reemplazo, 1771, fjs. 414-415v.
52 ANH. Fondo Real Audiencia, Vol. 2666, Pza. 3, Martina Pizarro contra Miguel Azocar por
lesiones a unos menores, Santiago, 1772, fjs. 19-33v.
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la fiesta religiosa, tal como dictaban los bandos de buen gobierno53. Según
ha estudiado la historiografía americana, esas eran las ocasiones que pro-
piciaban los desórdenes e insolencias de la plebe, como ocurrió esa mañana
de enero54. La herida que el peón gañán de calidad español Miguel Asocar
le infirió a un muchacho que vendía sandías en las gradas de la iglesia de
la recolección generó un problema de grandes proporciones que explica la
existencia de este juicio en el archivo de la Real Audiencia. La madre del
sandillero herido, Martina Pizarro, mujer española, concurrió ante el alcal-
de de barrio a “querellarse” contra Asocar, evidenciando el conocimiento
que la comunidad tenía sobre la existencia y las funciones judiciales de
esta autoridad en una fecha tan temprana, a solo cuatro años de haberse
autorizado su instauración en la metrópolis por Carlos III. Es más, todos
los testigos del proceso judicial –artesanos, españoles pobres y mulatos–
reconocen a De Toro como alcalde de barrio de La Chimba, en tanto que
uno de ellos lo refiere como “el Alcalde del Barrio de la Recoleta”55. Esto,
ciertamente, tiene una serie de implicancias en relación a la circulación de
la información en diversos niveles: entre metrópolis y colonias, entre auto-
ridades y la plebe, así como al interior de las mismas comunidades locales.
El alcalde de barrio actuó, rigiéndose por la costumbre, probablemente
emulando las prácticas de los alcaldes ordinarios y de los corregidores, ha-
ciendo llamar al teniente de barrio y a los soldados numeristas para pren-
der a Miguel Asocar con el fin de llevarlo a “la cárcel publica en el pedregal
53 ANH. Fondo Varios, Vol. 321, Bando del gobernador Antonio Guill y Gonzaga, “sobre
pulperías”, Santiago de Chile, 2 de abril de 1763, fjs. 17v-18; ANH. Fondo Varios, vol. 111,
Bando del Gobernador Agustín de Jáuregui, sobre “que se pongan faroles en las puertas de las
tavernas y bodegones”, Santiago de Chile, 21 de junio de 1777, fj. 140.
54 Juan Pedro Viqueira Albán, ¿Relajados o reprimidos? Diversiones públicas y vida social
en la ciudad de México durante el Siglo de las Luces, México, Fondo de Cultura Económica,
2005; Leonardo León Solís, “Reglamentando la vida cotidiana en Chile colonial, 1760-1768”,
Valles. Revista de estudios regionales 4:4, La Ligua, 1998, 47-75; Leonardo León Solís, “La
construcción del orden social oligárquico en Chile colonial: la creación del Cuerpo de Drago-
nes, 1758”, Julio Retamal Ávila (coord.), Estudios Coloniales I, Santiago, Universidad Andrés
Bello, RIL, 2000, 183-195; Leonardo León Solís, “Elite y bajo pueblo durante el período colo-
nial. La guerra contra las pulperas en Santiago de Chile”, Michele Vovelle et al., Historia de
las mentalidades. Homenaje a Georges Duby, Santiago, Depto. de Ciencias Históricas, Facultad
de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile, 2000, 93-114; Pilar López Bejarano, “Con-
trol y desorden en Santa Fe de Bogotá (Nueva Granada). En torno a las reformas urbanas de
finales del siglo XVIII”, BROCAR, 30, La Rioja, España, Universidad de La Rioja, 2006, 111-137.
55 ANH. Fondo Real Audiencia, Vol. 2666, Pza. 3, Martina Pizarro contra Miguel Azocar por
lesiones a unos menores, Santiago, 1772, fj. 26.
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Si el caso de Juan de Dios de Toro permite conocer las funciones del alcalde
de barrio como agente de policía en su distrito, un proceso judicial de 1821
nos aproxima a su papel como conciliador y amigable componedor de las
disputas entre los vecinos de los barrios.
la Calle de las Recoletas de por medio con las cruces”. ANH. Escribanos de Santiago, Vol. 805,
Justo de Águila Gatica y María del Águila cc Bartolomé de Escobar; sitio a Juan de Dios Toro,
Santiago 1764-1766, fj. 212vta.
61 ANH. Escribanos de Santiago, Vol. 781, Francisca Borgoña Herrera con Enrique Machado
con Juan de Dios Toro, sin sucesión, Santiago, 1772, fj. 6vta.
62 El término español se emplea aquí según el uso común de la época en estudio, es decir, ha-
ciendo referencia a los peninsulares, a los que descendían de hispanos e incluso a aquellos que,
en razón de su fenotipo, pasaban por tales. En el caso de la familia De Toro-Borgoña, su iden-
tidad española se inscribiría dentro del segundo o, más probablemente, dentro del tercer caso.
63 Sobre las categorías sociales en Santiago y en Chile central, durante la segunda mitad
del siglo XVIII, véase Arturo Grubessich, “Rasgos de la transformación social chilena en siglo
XVIII”, Cuadernos de historia, 15, Santiago, Departamento de Ciencias Históricas. Universidad
de Chile Santiago, 1995, 183-200; Verónica Undurraga, “Fronteras sociales y sus intersticios:
usos y abusos de las categorías “caballeros”, “dones” y “españoles” en Santiago de Chile,
siglo XVIII”, Alejandra Araya Espinoza y Jaime Valenzuela Márquez (eds.), Denominaciones,
clasificaciones e identidades en América Colonial, Santiago, Instituto de Historia, Pontificia
Universidad Católica de Chile / Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile,
RIL editores, 2010, 285-313.
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Una tarde de septiembre de 1821 tuvo lugar una disputa entre vende-
dores de recaudo del basural de Santiago. Francisco Contreras hirió a Jose
Ximenes con un cuchillo, falleciendo este a los dos o tres días de la “riña”64.
El auto cabeza de proceso lo abrió el alcalde ordinario don Francisco Ruiz-
Tagle más de dos meses después de la riña en el basural y de la muerte de
Cavallero. A primera vista, esta historia podía ser una de las tantas que
muestran cómo el aparato judicial comenzaba a conocer y criminalizar un
número cada vez mayor de situaciones de violencia que tradicionalmente
se desarrollaban en sus márgenes. Esto, pese a sus evidentes fisuras, como
el desconocimiento de una muerte por arma blanca ocurrida en el hospital:
no hay fe de heridas ni registro del deceso por un escribano.
Sin embargo, a medida que avanza el expediente nos enteramos de la
razón por la cual la justicia institucional no llegó a conocer el homicidio
en una primera instancia. El autor de la herida reconoce haber llegado a un
acuerdo con la viuda, Narcisa González, quien a cambio de 30 pesos –paga-
dos en parcialidades– perdonaba la muerte de su esposo y se desistía –tanto
ella como los parientes de su difunto marido– de iniciar un pleito ante la jus-
ticia65. Dos testigos presenciaron el acuerdo, que en el periodo recibía varios
nombres, tales como “composición”, “compostura”, “convenio” o “concilia-
ción”, y cuyo arbitrador había sido el alcalde de barrio Juan de Dios Muñoz.
La actuación de Muñoz evidencia las complejas dimensiones de la figu-
ra del alcalde de barrio en Santiago a fines del periodo colonial e inicios del
republicano. El alcalde de barrio operaba como un agente de control social
en su distrito, vigilando, haciendo cumplir los bandos de buen gobierno,
enviando a la cadena a los pulperos de casta que cambiaban de barrio sin
avisar a la autoridad o enviando a los ebrios a la cárcel, entre otras accio-
nes disciplinarias. Pero también debía actuar como mediador. Sus tareas de
conciliación, de amigable componedor, merecen ser estudiadas con mayor
atención con el propósito de analizar en toda su complejidad el ideal de co-
munidad armónica y en paz que pregonaban las autoridades y las medidas
que debían realizarse para alcanzar este ideal. Entre estas medidas se halla-
ban las prácticas de control, pero también las de mediación del conflicto.
Sin embargo, como señalaban las instrucciones que regulaban las ac-
tuaciones de los alcaldes de barrio, sus tareas de conciliación debían ser
64 ANH. Fondo Real Audiencia, Vol. 2375, Pza. 19, Francisco Contreras. Criminal en su contra
por el homicidio de José Dolores, Santiago, 1821, fj. 286.
65 Ibid., fjs. 287v.-290.
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Consideraciones finales
69 De Ramón, op. cit., p. 91-94; Louisa S. Hoberman y Susan M. Socolow (comp.), Ciuda-
des y sociedad en Latinoamérica colonial, trad. de Ofelia Castillo, México, Fondo de Cultura
Económica, 1993, p. 10; Marcello Carmagnani, Los mecanismos de la vida económica en una
sociedad colonial: Chile 1680-1830, Santiago, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros
Arana, 2001, 180, 188, 191, 192.
70 ANH. Fondo Judicial de Santiago, Criminales, legajo 1677, expediente nº 3, 1809; ANH.
Fondo Capitanía General, Vol. 311, fjs. 178-179, 1816; ANH. Fondo Real Audiencia, Vol. 2403,
Pza. 6, 1801; ANH. Fondo Real Audiencia, Vol. 2375, Pza. 5, 1809.
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74 María Teresa Cobos, “La institución del juez de campo durante el siglo XVIII”, Revista de
estudios históricos-jurídicos 5, Valparaíso, Universidad de Valparaíso, 1980, 85-165.
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