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CUADERNILLO DE CASOS PSICOLÓGICOS

Book · February 2017

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5 authors, including:

Jose Alonso Andrade Salazar Juan Gonzáles Portillo


San Buenaventura University San Buenaventura University
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Mateo Parra Giraldo


San Buenaventura University
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CUADERNILLO

DE CASOS PSICOLÓGICOS
Comprensiones desde diversas perspectivas

TEXTOS UNIVERSITARIOS
Colectivo docente investigador.
CUADERNILLO DE CASOS PSICOLÓGICOS

Comprensiones desde diversas perspec vas

TEXTOS UNIVERSITARIOS
Cuadernillo de casos psicológicos

Comprensiones desde diversas perspec vas

PRIMERA EDICIÓN

TEXTOS UNIVERSITARIOS

COLECTIVO DOCENTE INVESTIGADOR

COLOMBIA, 2015
Cuadernillo de casos psicológicos. Comprensiones desde diversas perspec vas. 1ª edición.
D.R. ® 2015 por Colec vo docente inves gador, Colombia.

ISBN: 978-958-46-6890-5
ISBN Obra completa: 978-958-46-6890-5

® Reservados todos los derechos, el contenido de esta obra está protegido por la ley, en ella se
establecen penalidades y multas ante la reproducción sin autorización de estos contenidos.

Depósito legal: Biblioteca Nacional de Colombia, Biblioteca del Congreso (Álvaro Pa ño –


Keyla Meneses), Biblioteca Central de la Universidad Nacional, Biblioteca Pública municipal de
Armenia.

Printed in Colombia. 2015.

Para citar este libro en Norma APA:


Andrade, et al., (2015). Cuadernillo de casos psicológicos. Comprensiones desde diversas
perspec vas. Imagen & Publicidad MS, Colombia.

El colec vo docente inves gador está conformado por:

José Alonso Andrade; Mateo Parra; Juan Gonzales; Libia Alvis; Lynda Dayam Torres; Leonor Celis;
Sebas án Alejandro Sánchez; Carolina Aguilar; Diego Alejandro Calle; Olga Liliana Pineda; Laura
Alejandra Gallego; Carlos Alberto Orrego; Mónica Bibiana Escandón; Marisol Alba Sarmiento;
Millerlady Olarte; Leydy Jhoanna Arias; Ana Maria Torres; Carolina Hena, Deisy Viviana Cardona.

Dirección editorial y de producción:


José Alonso Andrade Salazar

Editora asociada:
Anna Karina Suarez

Diseño de portada:
Claudia Milena Barbosa
(IMAGEN Y PUBLICIDAD MS)
Contenido

A MANERA DE PRÓLOGO .......................................................................................................... 6


Introducción .............................................................................................................................. 8

CASO 1 : VIVIAN, UN CASO DE NEUROSIS HISTÉRICA TIPO DISOCIATIVA EVALUACIÓN A TRAVÉS DEL TEST DE
RORSCHACH - Jóse Alonso Andrade Salazar; Mateo Parra Giraldo ...................................................... 10

CASO 2: CONSUMIRSE EN EL OTRO: PARTICULARIDADES DE UN PACIENTE FUMADOR. VIÑETA CLÍNICA CON


UNA MIRADA PSICOANALÍTICA - Sebas án Sánchez Segura ............................................................. 17

CASO 3: CUERPO Y PSIQUE: DANZANDO HACIA LA INDIVIDUACIÓN - CAROLINA AGUILAR


BEDOYA ................................................................... ................................................................................. 22

CASO 4: INFLUENCIA DE LA ATENCIÓN PERINATAL Y LA PREMATUTURIDAD EN LA GENESIS DE PATOLOGÍAS DEL


DESARROLLO NEUROPSICOLÓGICO - Diego Alejandro Calle Sandoval ............................................... 29

CASO 5: MATEO EN BUSQUEDA DE LA PERSONA QUE NECESITA SER. UN CASO DE ADICCIONES ABORDADO
DESDE LA TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE - Leonor Celis Galindo..................................... 34

CASO 6: EL PAPEL DE LA CULTURA ORGANIZACIONAL EN EL DESARROLLO Y EL CRECIMIENTO DE UNA


FAMIEMPRESA - Laura Alejandra Gallego Echeverry; Carlos Alberto Orrego Peralta; Mónica Bibiana Escandón
González ................................................................................................................................... 41

CASO 7: INTERVENCIÓN EN CRISIS PARA VICTIMAS DE DESPLAZAMIENTO DEL CONFLICTO- Olga Liliana Pineda
López ............................................................................................................................................. 48

CASO 8: DESORDEN ALIMENTICIO: APROXIMACIONES DESDE UN MODELO PSICOANALITÍCO A LA LUZ DEL


ENFOQUE PSICODINÁMICO - Leidy Jhoanna Arias Arias ........................................................................... 56

CASO 9: INTERVENCIÓN SOCIAL - COMUNITARIA: UN CASO DE CHOQUE INTERCULTURAL EN COMUNIDADES


DESPLAZADAS POR LA VIOLENCIA - José Alonso Andrade Salazar; Juan Gonzáles Por llo; Libia Alvis Barranco
................................................................................................................................... 63

CASO 10: EVALUACIÓN FORENSE EN CASOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR - Marisol Alba Sarmiento;
Millerlady Olarte Gil .................................................................................................................................. 69

CASO 11: DISCAPACIDAD FÍSICA: IMPACTO EN EL SISTEMA FAMILIAR. COMPRESIÓN SISTÉMICA DEL
SUBSISTEMICA FRATERNO - Lynda Dayam Torres Padilla ........................................................................... 76

CASO 12: FORMULACIÓN Y TRATAMIENTO DE UN CASO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN A TRAVÉS DE LA


METODOLOGÍA CLÍNICA EXPERIMENTAL - Carolina Henao Sabogal; Ana María Torres Rodríguez; Deisy Viviana
Cardona Duque ............................................................................................................................ 80

5
A MANERA DE PRÓLOGO

Es una gran alegría realizar el prólogo de este texto: “Cuadernillo de casos psicológicos,
comprensiones desde diversas perspec vas” de José Alonso Andrade, quien junto a otras
psicólogas y a otros psicólogos tuvieron la inicia va de comunicar sus experiencias
psicoterapéu cas para aportar a la psicoterapia nacional e internacional. Digo que es una alegría
ya que se ve una generación de psicólogos(as) más abiertos al diálogo intradisciplinario entre los
diferentes enfoques de la psicología y de la psicoterapia, alejados de posiciones dogmá cas y
fundamentalistas en donde se sos ene que la única verdad revelada es determinado enfoque.
Este libro me hace recordar aquello que nos decía el psiquiatra, filósofo y nuestro maestro Víktor
Emil Frankl: “no se le debe decir a un psicoterapeuta a cuál escuela pertenece, más bien todas las
escuelas le deben pertenecer a él”. Desde luego esto puede parecer muy pretensioso o
abarcador pero en el momento histórico de la complejidad que nos ha tocado vivir es
determinante.

En el presente libro subrayo tres aspectos que me parecen claves:


Un primer aspecto ene que ver con la perspec va de los autores de buscar cada vez más un
diálogo intradisciplinario entre los diferentes abordajes clínicos de la psicoterapia
(psicodinámico, análisis de la conducta, cogni vo, humanista, sistémico, etc.); igualmente se
aproximan a un diálogo interdisciplinario teniendo así en cuenta otras disciplinas como la
neurología. Estas perspec vas van abriendo el camino para que en un futuro se puedan dar en
nuestro medio colombiano los diálogos transdisciplinarios, tan extendidos ya en varios países
europeos.

Un segundo aspecto hace relación a que el libro no solo se centra en lo clínico sino que ene en
cuenta la psicología organizacional, comunitaria, psicosocial e igualmente la psicología jurídica,
entre otras. El tercer aspecto relevante me parece que es el nivel heurís co que puede nacer del
presente texto dando pistas para posteriores profundizaciones y soluciones a los problemas de la
disciplina de la psicoterapia. Igualmente del texto puedo deducir que la psicoterapia es más un
arte, entendiendo esto como el diálogo o la integración (unión - dis nción) entre las diferentes
racionalidades – vivencias: la filosófica, la cien fica, la del sen do común, la intui va – crea va.
Un arte en el cual hay que estar atentos a no caer en el sincre smo que es la mezcla
indiscriminada de diferentes estrategias, métodos, técnicas, enfoques para afrontar un
problema con un consultante.

Por el contrario una posición más sana, ecléc ca, indica que ese determinado abordaje frente al
consultante por lo menos respeta cuatro cosas: poder resolu vo, es decir se soluciona el
problema o mo vo de consulta de la persona; poder explica vo, cuando el terapeuta ene claras
las razones por las cuales comienza con un abordaje más funcionalista, por ejemplo con
ecuaciones conductuales y posteriormente en un proceso avanzado del tratamiento plantea
líneas de acción en donde la expresión de sen mientos desde la Gestalt ayudan al consultante y
hay una coherencia al interior del abordaje; poder predic vo, es aquel que permite plantear
pronós cos, prever riesgos, por ejemplo un joven adicto que viva con la abuela normalmente
ene un pronós co más complicado que si vive con sus padres; por úl mo una cuarta
caracterís ca de un abordaje más ecléc co no produce iatrogenia en el consultante, es decir no
lo enferma más.

Todos estos elementos a tener en cuenta en la psicoterapia poco a poco tendrán que ser
respaldados con inves gaciones fundamentadas en la evidencia. Otra deducción que puedo
percibir ene que ver con que el texto nos permite captar la importancia de que la psicología
colombiana y la noamericana en general aprenda de estándares europeos en donde para ser
psicoterapeuta hay que recibir un entrenamiento sistemá co que puede durar de dos a cuatro

6
años. No basta tener un pregrado en psicología para ser psicoterapeuta ni igualmente ser un
renombrado inves gador en psicología o en la academia para ejercer la psicoterapia.

Para finalizar, me permito dar una voz de aliento a todas y todos quienes tuvieron que ver en la
elaboración de este libro que es ya un preludio de buenas no cias para la psicología y la
psicoterapia nacional e internacional.

JOSE ARTURO LUNA VARGAS


Psicólogo Universidad Nacional de Colombia
Candidato a doctorado en psicología UCV
Premio Nacional de Psicología 2012. Colegio Colombiano de Psicólogos
Psicoterapeuta del World Council for Psychotherapy

7
Introducción

Este libro ene como obje vo compar r con el lector experiencias de intervención psicoterapéu ca,
sobre las problemá cas de época que afectan el sen do vital de personas y colec vos. Para ello se
trabajó desde una metodología de estudio de caso, el cual desde la disciplina psicológica y sus diversos
enfoques permite una comprensión mul sistémica y relacional de las causas, consecuencias, procesos,
relaciones y modos de conexión de dichas realidades. En cada proceso de intervención descrito se realiza
un acompañamiento dialógico, (de)construc vo y crea vo en el que la persona afectada encuentra y
desarrolla habilidades, herramientas, y potencialidades para resignificar la forma como interpreta y da
sen do a sus vivencias, logrando así un estado de ajuste y auto-organización que se ar cula a su realidad
vital.

Grosso modo este libro busca conver rse en una herramienta educa va para estudiantes, docentes,
inves gadores y profesionales en salud mental, así como también, en un punto de referencia existencial
para todos aquellos que sientan afinidad por la ciencia psicológica y/ o se vean a sí mismos iden ficados
por las experiencias aquí descritas. La diversidad de orientaciones y escuelas propuestas para abordar
los casos, fomenta el pensamiento crí co a la vez que reduce la estreches de miras, que a menudo surge
de posiciones extremas acerca de la efec vidad de los enfoques y modelos psicológicos, y a cambio de
ello reconoce el valor prác co y humano de cada orientación, por lo que todos los aportes se integran al
reconocer al individuo en su contexto, la influencia de los grupos con los que interactúa, la historia y
aspectos culturales, las experiencias, fantasías y la in midad de su vida psíquica, entre otros aspectos.

La psicoterapia es un encuentro con el otro en un territorio de reconocimiento mutuo de la legi midad


existencial, la auten cidad y la libertad. Allí prima la aceptación y el deseo de transformar la dinámica
heterocíclica de problemas que para los consultantes pueden resultar de di cil manejo; en ella se hace
uso de aprendizajes, teorías y experiencias de otros abordajes, pero ante todo el terapeuta pone en
escena su ser, su condición humana, a fin de entrar en contacto y aproximarse a la razón de permanencia
de dichas vivencias, de permi rse sen r para transformarse mutuamente con el otro y acompañarlo en
el proceso de res tución de su existencia. Si en algo este libro y todo aquello que comparte logra
transformar a los lectores entonces habremos cumplido nuestro obje vo primordial: compar r lo vivido
y aprender en la experiencia compar da.

José Alonso Andrade Salazar.


Autor-Editor

8
Los análisis, conceptos, comprensión de contenidos y referencias de intervención son de
completa responsabilidad de los autores y no afectan la integridad e in midad de los
consultantes. En el caso de intervenciones reales se han sus tuido los nombres y las
condiciones de presentación del caso.

9
CASO 1: VIVIAN, UN CASO DE NEUROSIS HISTÉRICA TIPO DISOCIATIVA
EVALUACIÓN A TRAVÉS DEL TEST DE RORSCHACH

José Alonso Andrade Salazar1; Mateo Parra Giraldo2

Mo vo de consulta.
Vivian es una mujer de 40 años que acude a consulta por presentar una relación de pareja disfuncional en la
que priman maltratos verbales, sicos y emocionales frecuentes. Pide ayuda porque no logra auto
controlarse cuando responde a estas agresiones, y siente que aunque quiere dejar a su esposo nunca podrá
hacerlo porque ene miedo a quedar desamparada.

Historia de la situación
La paciente señala que su esposo hace mucho empo que “no la toca” y cuando ella se acerca, él dice que su
presencia le da “asco” porque es una “cualquiera”. Esto se debe –comenta la paciente- a una infidelidad de
su parte hace dos años. Revela que fue infiel porque su esposo perdió el interés en ella, y que tras varios
años de no tener relaciones sexuales de forma con nua (porque tenían in midad 1 vez cada tres meses),
decidió tener una “aventura”, sólo para tramitar sus deseos: -fue sólo una relación pasional, afirma-, y
después llora y reitera sen rse culpable; y en breves instantes seca sus lágrimas y se autorregula, diciendo
que él se lo ene merecido por no aprovechar una mujer como ella. Señala que acude porque siente que a
menudo se descontrola y que él “la ajusta” con un grito y en ocasiones “sacudiéndola” de forma frecuente.
Revela que en una ocasión la persiguió con un machete y que en otra amenazó con quitarse la vida si ella le
seguía reclamando por sus agresiones. Cuando se conocieron era muy joven (17 años) y él tenía 29 años y ya
era profesional, su familia la presionó a casarse por la estabilidad económica, y aunque vio en él un hombre
introver do, callado y calculador, contrario a ella en muchos aspectos, decidió casarse 6 meses después con
él. Relata que su madre tuvo una historia similar pues su esposo es mayor que ella 10 años, fue su único
novio y lo aprobó su madre.

El padre de Vivian es un hombre calmado, pero que cuando se enoja “ enen que esconderse” -afirma la
paciente- ya que se torna muy agresivo. Vivian refiere que ella aguanta mucho los insultos, pero que una vez
se enoja ella le pega a su pareja y lo amenaza con matarlo, si se acerca a ella. Señala que ambos se calman
cuando se cansan de insultarse y de lanzarse cosas. Después se quedan dormidos en cuartos diferentes y en
la mañana no se dirigen la palabra. Nunca hablan de lo sucedido, ante lo cual indica que “las cosas se van
arreglando solas”, y complementa: “así lo ha hecho mi madre toda la vida ¿por qué no me puede funcionar a
mí?” En su adolescencia tuvo una aventura con un vecino de su edad antes de su esposo, el cual abandonó
porque lo consideró inmaduro y “hablador”. La pareja ene una hija de 7 años que a menudo lanza cosas
cuando se enoja y que calman con un grito, estrategia que es habitual en ésta familia para autorregularse.
Considera que su problema es que no la en enden porque si todos cambiaran su ac tud ella sería una
mejor persona. Señala que su es lo de vida es costoso y que separarse le implicaría renunciar a muchos
beneficios, a veces desea quedarse porque afirma amar a su pareja y en otras ocasiones desearía estar sola
y abandonarlo todo para vivir su vida. Frente a ello le preocupa lo que van a decir otros y a menudo duda de
que su esposo la ame, así también cues ona que su padre aprecie las cosas que ella hace por su familia. Su
vida social es escasa, sus amigos temporales y una vez que éstos se dan cuenta que ella los usa para escapar
de su ru na, se alejan. No conserva amistades de su infancia y adolescencia, tampoco de la universidad, e
indica que su vida es su familia y por ello no le interesan más vínculos. Su escolaridad es universitaria (de
profesión contadora) pero no ha podido ejercer por dedicarse al hogar, aspecto que también se
convierte en fuente de inconvenientes, cuando le reclama a su esposo que él no desea dejarla triunfar
profesionalmente.

1
Psicólogo. Docente inves gador Universidad de San Buenaventura Medellín extensión Armenia. Inves gador del grupo interdisciplinario para el
desarrollo y la acción dialógica (GIDPAD) y del grupo Estudios clínicos y sociales en psicología. E-mail: jose.andrade@usbmed.edu.co;
911psicologia@gmail.com
2
Psicólogo UNAB. Miembro de grupo de estudios “Inter-retro-acción dialógica” de la Facultad de psicología de la Universidad de San
Buenaventura Medellín. E-mail: mapargiraldo@gmail.com

10
Problemas manifiestos percibidos por la paciente
• Desinterés afec vo y sexual de su esposo.
• Episodios de impulsividad y reacciones agresivas frecuentes.
• Abordaje inadecuado de los conflictos en la pareja.
• Percepción de no ser comprendida por los demás.
• Proyección de responsabilidad en su entorno inmediato.
• Dudas de reciprocidad afec va y falta de reconocimiento de figuras masculinas.
• Frustración por desempeño profesional.

Plan de trabajo propuesto.

Se propone trabajar a través de psicoterapia breve, asumiendo el modelo de Leopoldo Bellack de


psicoterapia breve intensiva y de urgencia P.B.I.U (1986), con una intensidad de 1 hora semanal, diez
sesiones y cuatro controles posteriores (1 por mes). Asimismo se sugiere aplicar el test de Rorschach
(cuarta sesión) a fin de tener una aproximación diagnós ca a su estado emocional. Una vez entregados
los resultados se propuso un plan de tratamiento el cual incluyó dos sesiones con su padre, madre y
esposo. A con nuación se resumen los resultados de la evaluación y se generan recomendaciones
prác cas a pe ción de la paciente.

Resultados de la evaluación del test de Rorschach

Mediante la aplicación del Test de Rorschach, a par r del Corte Horizontal (Actualidad, fantasías,
ansiedades y necesidades), son evidentes rasgos sintomá cos y de interés clínico.

Es una persona de inteligencia superior al promedio; manifiesta un pensamiento concreto, sen do


prác co y común, en correspondencia con una ap tud para captar lo evidente e inmediato, es decir, lo
más específico, a menudo sin ahondar en otras posibilidades o en factores anexos sobre los cuales
recaen algunas explicaciones de las cosas que le suceden.

Inteligencia ejecu va, con mayor produc vidad que crea vidad. Por ello hace uso de una obje vidad
que ma za y reprime la capacidad de expresión psicoafec va, tal variación causa que se acumulen
afectos disfuncionales cuya expresión externa implica irritabilidad y agresión a quienes no cumplen sus
deseos.

Su mo vación, está representada por una fantasía compensatoria que confabula la realidad y la
compensa en ausencia de es mulos que la gra fiquen o que cubran sus demandas afec vas.

Emocionalmente revela energía tensional que genera agresividad, vitalidad exagerada y espíritu de
empresa y la necesidad de afecto y dependencia emocional a la figura masculina. Enfa za en las
respuestas perturbadoras con respecto a las ac tudes de su pareja (de dominación, orden e imposición
de la autoridad) y la aprehensión fatalista (me va a dejar, abandonar, traicionar, me va a hacer lo
mismo). Los es mulos emocionales interfieren en el curso del pensamiento y el manejo de problemas
importantes.

En cuanto a la adaptación, reacciona de forma descompensada ante el impacto emocional, procedente


de una escasa aprobación del otro y la percepción de que el monto afec vo que se le brinda no es el que
requiere o el que se merece. Insiste en que la realidad esté de acuerdo con los deseos lo cual puede
generar problemas en el momento en que no se cumplen sus demandas.
Presenta inmadurez psicoafec va, derivada de problemas en la integración de las demandas afec vas hacia
otros y la idea de incumplimiento en la sa sfacción de sus necesidades a todo nivel. De suyo, puede ser una
persona oposicionista y auto-oposicionista, desconfiada y oral-agresiva, denotando debilidad en el control
11
de percepciones y afectos comunes con respecto a situaciones afec vas ambivalentes. Presenta un buen
control sofropsíquico (le interesa el día a día, pero se preocupa por el futuro propio y ajeno), así también es
evidente una necesidad de compensación afec va, lo cual se traduce en ac tudes demandantes de
atención y respuestas agresivas, así como también en el deseo de brillar intelectualmente como mecanismo
egosintónico ante sen mientos de inferioridad.

En el plano sexual, presenta inquietud, allí la fuerza de los impulsos básicos es elevada y éstos exigen
gra ficación inmediata. Realiza intentos de sublimación de la mo lidad sexual por medio del contacto
social, casi siempre ineficaz lo que conlleva a insa sfacción sexual.

En los rasgos del carácter, su tendencia temperamental es de po obje vo – extratensivo y carácter


intratensivo mixto – dilatados. Esto significa un predominio caracterial genital po agresivo - anal. Ello
implica mostrarse como una persona aparentemente confiada pero con problemas de planificación a futuro
en la esfera afec va, temor a cambiar los esquemas de relación afec va y necesidad de compañía más que
de acompañamiento con nuo. Esto se traduce en rasgos paranoides e histriónicos.

En Vitalidad, hay un nivel tensional de exigencia y de mo vación tanto para el conflicto como para el trabajo
intelectual; su estado afec vo actual le provoca frustración y necesidad de cambiar la personalidad y las
ac tudes de su pareja “a costa de todo” con la finalidad de no permanecer sola y encontrar la felicidad,
concepto al que se acerca de manera pasiva pero arbitraria.

Nuclearmente se siente frustrada en sus aspiraciones académicas y afec vas, pero con la sensación de la
posibilidad de triunfar aún a cuestas de su propia felicidad, lo cual produce un estancamiento psicoafec vo
importante. Hace una comparación exagerada entre lo externo-obje vo (lo que percibe como real) y lo
interior-subje vo (lo que interpreta de su propio estado afec vo) que afecta la elaboración de la angus a y
la toma de decisiones. La desaprobación es una señal que induce la frustración inmediata, y produce
impulsividad visible en agresiones y descompensaciones. Su conflicto interno versa sobre la desconfianza
en sus propias facultades y en la rigidez en el manejo de sus ideas absurdas. Muestra preocupación excesiva
por su cuerpo, siendo el exagerado ejercicio (gimnasio) y la intelectualización, conductas compensatorias
de su insa sfacción eró ca.

Los procesos defensivos incluyen acciones evita vas e intelectuales contra sensaciones disfóricas, así como
dificultad para integrar el todo a par r de las partes de una situación; esta defensa genera seguridad en la
medida que le permite evadir o aceptar completamente parte de la responsabilidad en los errores del otro.
Tiende a la racionalización, sublimación conversiva, proyección defensiva de po agresivo y formación
reac va. Así como también labilidad histérica; masoquismo moral; escasa autonomía psíquica, y testarudez
agresiva (por a).

Desde la tendencia, carácter y rasgo po agresivo-anal arriba mencionados, se iden fica la personalidad
obsesiva, me culosidad y ac tud crí ca que puede llegar a ser destruc va; de ahí las estereo pias
psicoafec vas. Conjuntamente, la Personalidad histriónica con inadaptación selec va (en algunos lugares)
y síntomas mixtos ansioso-depresivos, ambos elevados en momentos de crisis. La Dependencia afec va
está encubierta en ac tudes femeninas de control y almibaramiento que responden a sen mientos de
soledad, lo que muestra una importante sensibilidad interna, además, de sen mientos de inadecuación a la
presión actual y de aceptación precaria del pasado.

Impresión diagnos ca

Neurosis Histérica po disocia va3.


Tendencia anancás ca (obsesiva) en la personalidad.
3
En los Estudios sobre la histeria (1952 [1895]), Freud plantea con Breuer que el conflicto es el elemento principal en la
psicogénesis de la neurosis, y lo describe como una contradicción insoportable en las representaciones, especialmente en
aquellas que no son compatibles con las normas, leyes, ideas, conceptos y valores. En el histérico las representaciones
vergonzosas quedan ancladas a la represión, por lo que suelen ser rechazadas de la conciencia en cuyo efecto se tornan
inconscientes (OPD, 2012).

12
Breve comprensión psicodinámica

Teniendo en cuenta la mul plicidad de rasgos clínicos que el Test de Rorschach aporta sobre la situación
vital del paciente, la histeria de po disocia vo representa como formación de compromiso afec vo, un
intento y recurso de restaurar el vínculo con su pareja, en una especie de avasallamiento del yo en pro del
mantenimiento del objeto de amor. Se propone abordar la comprensión del caso desde la teoría de
Melanie Klein (1930; 1946) y los conceptos que se desprenden del planteamiento de dos posiciones
subje vas fundamentales: posición esquizo-paranoide y posición depresiva. Para complementar estos
aportes se acudirá a la noción de pulsión propuesta por Ronald Fairbairn (1975), quien postula la energía
pulsional como un agente en pro del objeto pasando por la descarga sólo como medio y no como fin, para
alcanzar (o retener) al objeto.

Melanie Klein, quien sigue la escuela psicoanalí ca de Freud, desarrolló a fondo estudios sobre la pulsión
de muerte y propuso un origen diferencial de los estratos de la psique (el súper yo arcaico), además
contribuyó a vislumbrar un panorama más completo de la organización psíquica innata, y de la importancia
de las relaciones objetales tempranas en el desarrollo del sujeto, además de estudios sobre ansiedad,
culpa y reparación (Segal, 1985), que son incluidos como procesos emocionales anudados al primer
comienzo de varios elementos: la cons tución del yo, el narcisismo primario y secundario, el pasaje del
complejo al destete, y el complejo de Edipo; todo ello para llegar a una metapsicología que
transversalmente abordará la función psíquica desde las fases esquizo-paranoide y la posición depresiva,
las cuales son “tanto posiciones subje vas o pasajes a otra posición subje va, como etapas del desarrollo
psíquico” (Thomas, 1996, p. 187).

En este caso existe una oscilación constante entre ambas posiciones, manifiesta de la siguiente manera:
incapacidad de tramitar estados internos de frustración que es proyectada por iden ficación hacia otros,
siendo el núcleo del conflicto la relación de pareja, lo que a su vez atañe a la relación de demanda afec va
con su padre, y una sobre iden ficación con el “sufrir” de la madre, quien vivió cosas análogas a su hija en
su relación de pareja. De allí se apuntala la necesidad de señalamiento nega vo por parte de su esposo, así
como la emergencia de su ansiedad objetal. Se debe tomar en cuenta que para los histéricos recuperar y
poner en escena el conflicto de un otro con el que se iden fican, significa tramitar parte del dolor asociado
a la imposibilidad e impotencia de haber evitado que ese otro sufra, de modo que su “esperanza de
salvación” se construye con base en la idea de solucionar un conflicto que no le pertenece, de allí su
ganancia secundaria, pues llegar a hacerlo sería un triunfo doble: “reparar en ella a la madre herida” por el
padre-esposo.

Por una parte, “encajona” a su pareja entre lo bueno y lo malo (esquizo-paranoide) y por otra con su
“almibaramiento” busca efectuar una transición hacia una posición depresiva caracterizada por la angus a
a perder el objeto de amor; ergo el miedo a que se vuelva persecutorio se manifiesta en la intensión de ser
amada a cualquier precio, por ello aguantar, resis r, tolerar, manipular y luego explotar, determinan
elecciones que se ma zan a través de una ac tud complaciente y al mismo empo de inconformidad.

El caso parece ser una histeria disocia va con tendencia a la conversión; para Coderch (1979) en la histeria
aparecen “estados de diferenciación [que] se hallan principalmente caracterizados por el aislamiento de
un fragmento de la vida psíquica, consciente e inconsciente, como rasgo predominante de la enfermedad).
La paciente circula por la causación objetal, ya que dinamiza sus necesidades a par r de la búsqueda de la
sa sfacción y aprobación que le pueda producir el otro (dependencia), y ejecuta descargas agresivas
constantes en el camino hacia ese objeto, mismo en el que se deposita la necesidad de apego y el terror al
abandono4, no obstante, cuando logra contener el objeto, éste es introyectado separadamente (dividido-
escindido) de forma parcial, insuficiente o malvado (deprivado), retornando con ello a la fase esquizoide.
4
Ambivalencia que resuelve con la fantasía de la pérdida-ruptura y reconciliación (posición depresiva), de modo que apela
a la angustia del abandono (posición esquizo-paranoide) para generar un recurso con el cual también reconciliarse y
tramitar dichos miedos. La fantasía compensa precariamente la confusión entre necesidades y deseos, para la paciente el
otro es su necesidad por ello su ausencia la enfrenta a una perdida que vas más allá de una denuncia de insatisfacción.
En su ganancia secundaria se elabora la siguiente premisa: sufrir para obtener un beneficio posterior, no es sufrir sino
aprender a vivir del sufrimiento.

13
Deviene de ello una rivalidad y consagración con las figuras masculinas “siempre incompletas, siempre en
deuda”, por lo que asume el rol de hombre no castrado a imagen del Padre y manipula el suministro de
afectos y demandas en la relación para compensar la falta (Chemama, 1995).

Siguiendo a Klein (1930), podría entenderse el conflicto interno de Vivian como una primera defensa
impuesta por el yo con relación a dos fuentes de peligro: el propio sadismo y el objeto que es atacado.
Defensa de carácter agresivo que “implica expulsión, […] mientras que en relación con el objeto atacado
implica destrucción” (Klein, 1930, p. 178). Su labilidad y desregulación afec va, entendida en términos de
sadismo, mo van procesos de retaliación del objeto atacado (pareja), de modo que la agresividad
exteriorizada en crí cas y episodios de po agresivo, es entendida por el sujeto como dirigidas al propio yo;
allí la rigidez psicoafec va se instaura en la imposibilidad de modificar las pautas de la relación por el miedo
al retorno de la agresión y el temor de abandonar el objeto amado (gra fica) -odiado (priva), por lo que “el
íntegro yo no desarrollado se encuentra ante una tarea que, en esta etapa, está totalmente fuera de su
alcance: la tarea de dominar la angus a más intensa” (Klein, 1930, p. 179).

El yo, con nuamente disociado, cuando no depresivamente temeroso de destruir la fuente de apego, se
ajusta al patrón de la posición esquizoide (Fairbairn, 1979), lo que se evidencia en esa dificultad para
integrar las partes de una situación y el uso indiscriminado de la proyección para evadir responsabilidades y
ubicarlas en los otros. En este caso se maneja una lógica inconsciente neuró ca: “mis errores son tus
errores porque tú eres yo, y yo soy tú”; esta formación histérica puede leerse desde el trámite sexual de su
relación de pareja, evidentemente perturbada y mutuamente denegada, siendo “la experiencia de
frustración libidinosa la que hace surgir la agresión con relación a su objeto libidinoso, dando así lugar a un
estado ambivalente” (Fairbairn, 1979, p.114). Vivian pasa así del juzgamiento y resoluciones sin
equipamiento simbólico completo (dificultad sublimatoria, en ocasiones conversiva) como los gritos, el
silencio, la evitación y la explosión, a estados de intelectualización y cariño exagerado, sin obtener nunca
una diferenciación clara del otro como sujeto integral.

Ella acude al objeto pero no sabe si renunciar o mantenerlo, imposibilitando por ahora la capacidad de
fortalecer su confianza en quienes están afuera, ante ello la solución es manipularlo de acuerdo con sus
necesidades inconscientes de amor, ser el centro de atención, búsqueda de cariño, aprobación o
par cipación. Los otros son percibidos como aquellos que sa sfacen parcialmente su necesidad de
reconocimiento, siendo fragmentados y expulsados hacia afuera como espectadores o bien como
adversarios, pues a diferencia del objeto que sa sface, el objeto que no-sa sface presenta dos facetas: “por
una parte frustra y por la otra enta y atrae. Su verdadera “maldad” radica en que combina la atracción con
la frustración. Más aún, conserva estas cualidades, después de ser internalizado” (Fairbairn, 1979, p.115).

Los mecanismos de introyección y proyección se han robustecido a par r del objeto “malo”; así el padre,
hombre calmado, pero impulsivo con episodios de agresividad, y el esposo, hombre calculador e
introver do pero sumamente encolerizado en discusiones, que cons tuyen para ella imagos de un cuadro
distorsionado de los objetos reales, mismos que en la deformación permiten que las fantasías de agresión,
domino o sumisión acerca de sí misma se tornen reitera vas (Klein, 1934, p. 212). Por ello en la posición
esquizo-paranoide, “su función principal es administrar esta angus a esencial escindiendo al objeto”
(Thomas, 1996, p.189), ya que “no la en enden” porque separa causa de consecuencia con lo que anula la
responsabilidad sobre aquellas cosas que hace pero que no son acordes a sus deseos y necesidades. Con
figuras masculinas, hay una duda constante sobre cómo es valorada en su familia (padre) y la calidad del
amor que le entregan (pareja), haciendo de estas dos relaciones proto pos de objetos buenos si es
sa sfecha, y malos cuando le frustran o generan insa sfacción (Klein, 1934, p. 212).

En la posición depresiva la energía tensional eleva su necesidad de afecto y dependencia emocional a


figuras masculinas, ergo en la gra ficación su pareja es vivida como objeto total no sólo por oposición a los
objetos parciales del estado anterior (esquizo-paranoide), sino porque no está dividido entre objeto
persecutorio y objeto ideal (Segal, 1980, p. 60). Sin embargo, siente a su pareja gra ficante y a la vez
cas gadora, lo que produce una percepción de amor ambivalente que se torna en odio y necesidad de

14
retaliación con facilidad (Segal, et al, 1980), por tanto quienes la rodean están siempre en peligro de
destrucción no sólo por la fantasía, sino por su propio odio y sadismo.

Recomendaciones

Es menester, generar en la paciente mayor comprensión sobre la calidad reflexiva de su pensamiento y


consecuentemente, de sus acciones, fortaleciendo su capacidad para entender procesos afec vos de
carácter interpersonal, es decir, la cognición emocional de quienes la rodean, aprendiendo a manejar la
crí ca y la frustración. Para ello, se requiere abandonar la pauta está ca de jus ficar sus errores,
disminuyendo la rigidez de las ideas absurdas. El histrionismo, debe encogerse precisamente en la medida
que no demande tanta atención, fortaleciendo sus habilidades comunica vas, esto es, aprender a manejar
el lenguaje no verbal con respecto a lo que se quiere expresar. Deberá propender por mirar más allá de los
segmentos nega vos, contribuyendo esto al mismo empo, a una renuncia cada vez mayor al conflicto.

Frente a sus necesidades sexuales, se requiere encuentre nuevos medios de sublimación a éstas, así como
reconocer en el otro los cambios, resaltarlos y apuntalarlos, tomando distancia de la búsqueda de
compensaciones a los errores propios o de ésta. En conjunto, es necesario lograr un nivel significa vo de
independencia y auto dependencia, que en suma, edifique su confrontación con la soledad y el trámite del
apego ansioso. Desde esta elaboración, se busca que no demande aprobación a través del afecto inducido,
sabiendo que la autoes ma no se reduce a lo sico, sino que es también una condición social posi va
producto de las relaciones gra ficantes con otros. Esta función, implicaría la capacidad de disminuir la lucha
de poder en el hogar y manejar el conflicto en una esfera ín ma y razonable, aprendiendo a renunciar al
pasado y no traerlo a colación en cada crisis afec va.

Un cambio afec vo e interpersonal de esta índole, debería suscitar la ampliación de su red social. Se
requeriría una disminución del miedo al cambio y elegir lo mejor para sí misma, en una suerte de
atrevimiento y riesgo crucial en la resignificación de la angus a originaria de las consecuencias de lo que se
elige. Ello pasa por la adquisición de la habilidad de esperar y el manejo de los síntomas emergentes como
condición legí ma para la resolución de los conflictos. En ese sen do se deben fortalecer las técnicas de
auto control y de manejo de la ansiedad en un nivel más próximo, además de realizar una introspección
diaria en la que evalúe los errores y los logros y se planifique mejorar. Todo lo anterior, con el fin de
propender por la construcción de un nuevo proyecto de vida.

Referencias Bibliográficas.

Bellack, L. (1986). Manual de psicoterapia breve, intensiva y de urgencia. Editorial El manual moderno:
México.
Coderch, J. (1979). Psiquiatría dinámica. Herder: Barcelona.
Chemama, R. (1996). Diccionario de psicoanálisis. Amorrortu editores: Buenos Aires.
Fairbairn, R. (1975). Estudio Psicoanalí co de la Personalidad. Editorial Horné. Buenos Aires: Argen na.
Klein, M. (1930). Obras completas. La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo.
Paidós: Buenos Aires.
Klein, M. (1934). Obras completas. Contribución a la génesis de los estados maníaco-depresivos. Paidós:
Buenos Aires.
Klein, M. (1940). Obras completas. El duelo y su relación con los estados maníaco-depresivos. Paidós:
Buenos Aires.
Klein, M. (1946). Obras completas. Notas sobre algunos mecanismos esquizoides. Paidós: Buenos Aires.
Portuondo, J. (1989). El psicodiagnós co de Rorschach Clásico y Psicoanalí co. Editorial Psique. España.
Rorschach, H. (1948). Psicodiagnós co. Paidos, Buenos Aires.
Segal, H. (1985). Melanie Klein. Alianza editorial: Madrid.

15
Segal, H. (1985). Melanie Klein. Alianza editorial: Madrid.
Thomas, M. (1996). Introducción a la obra de Melanie Klein. En J.D. Nasio (Ed.), Grandes psicoanalistas vol. I
(pp. 159-199). Gedisa editorial: Barcelona.
Diagnós co Psicodinámico Operacionalizado [OPD-2]. (OPD-2, 2012) Manual para el diagnós co,
indicación y planificación de la psicoterapia. Editorial Herder.

16
CASO 2: CONSUMIRSE EN EL OTRO: PARTICULARIDADES DE UN PACIENTE FUMADOR. VIÑETA CLÍNICA
CON UNA MIRADA PSICOANALÍTICA
Sebas án Sánchez Segura1

[…] al menos en una estructura social similar a la nuestra, el padre siempre en algún
aspecto es un padre discordante en relación con su función. Un padre carente, un padre
humillado como diría Claudel. Exis endo siempre una discordancia extremadamente neta
entre lo percibido por el sujeto a nivel de lo real y esta función simbólica"... "En esa
desviación reside ese algo que hace que el Complejo de Edipo tenga su valor de ningún modo
norma vizante, sino generalmente patógeno"

Lacan, 1953
Introducción

El psicoanálisis es una prác ca clínica que desde su fundación, erigida por Sigmund Freud ha estudiado lo
inconsciente como forma esencialmente humana de relacionarse con la palabra en tanto ella produce
sobre el pensamiento una función radical de desconocimiento de sí y formas de mor ficación del cuerpo.
Los psicoanalistas trabajamos con aquellos que padecen de malestares psíquicos por efecto de su
par cipación en lo cultural. Desde esta perspec va no hay cuerpo, sociedad, fenómeno o comportamiento
que no pase por la dimensión del lenguaje; incluso la ciencia está sostenida en las formulaciones
lenguajeras con las cuáles desentramamos el funcionamiento del universo.

En la viñeta clínica que se comenta a con nuación se evidencia la existencia de una forma de malestar
que es efecto de la operación producida por el hecho de hablar tal y como los seres humanos lo hacemos (a
través del uso del significante), operación que implica para todos el par cipar de una estructura
fundamental alienante en los vínculos con lo familiar, sobretodo en función del padre, núcleo que soporta
el padecimiento neuró co con el que nos encontramos diariamente en la clínica.

Todo este ejercicio que se pretende ene el obje vo de mostrar un pequeño momento clínico para
pensar la interpretación y los efectos sobre el sujeto en la administración del goce.

El relato

Jesús ene 35 años, asiste a consulta requiriendo de un psicoanalista porque se había enterado de la
existencia de los postulados freudianos y lacanianos a través de algunos acercamientos teóricos. Se
quejaba de sufrir agotamientos sicos, incapacidad de respirar, disminución del rendimiento y, sobre todo,
estar cansado de su consumo de cigarrillo (razón fundamental de su padecer sico). Necesitaba que
nuestros encuentros le permi eran abandonar su necesidad de fumar que lo llevaba actualmente a
preocuparse por su vida, Jesús temía morir.

En nuestra primera sesión declaró tener dificultades para pagar nuestros encuentros, pues se
encontraba en aprietos económicos que lo obligaban incluso a vivir con su madre, imposibilitando su
independencia. Cuando Jesús preguntó sobre el costo de las sesiones le inquirí acerca del costo de una
caje lla de cigarrillos y decidí que dadas sus dificultades podría pagar aquel costo. Sin embargo, su
respuesta fue pagar con la caje lla misma en vez de hacer uso del dinero. Sorprendido accedo a su pe ción.

1
Psicoanalista. Docente inves gador, Universidad de San Buenaventura Medellín extensión Armenia. E-mail:
sassalejandro@hotmail.com

17
Al inicio de la siguiente sesión Jesús me entrega la caje lla y acto seguido la echo a un cesto de basura. Su
reacción fue de gran sorpresa y sen miento de tristeza que se encadena con un relato de su gusto por el
cigarrillo y cómo este le recordaba a su padre. Evocaba con gran placer el ver a su padre fumando cuando él
era un niño, se deleitaba observando cómo expulsaba el humo por su boca (comentario que evidencia en su
expresión facial un verdadero gusto). Respecto a su madre dice que representa grandes problemas para él,
su vida no es tranquila junto a ella, es exigente, no le permite tener paz, le hace cargar con la obligación y
estabilidad de la familia (es considerado el hombre de la casa en ese momento): situaciones que lo llenan de
ansiedad por fumar.

Su padre no vive con ellos en la casa porque fue sacado por la madre en un altercado. Dice: “Lo echó
como si no valiera nada”; le respondo “Como echado en la basura”. Esta interpretación produce un efecto
importante que lo lleva a proponer al final de la sesión una nueva forma de pago: ahora lo hará con dinero y
seis veces más de lo acordado inicialmente a pesar de que esto implique ciertos esfuerzos de su parte.

En sesiones posteriores Jesús se pregunta acerca de su nombre, un elemento que le ha marcado la vida
conduciéndolo de forma sacrificial a llevar dis ntas cargas en la familia y otros ámbitos. Una posición de la
que se encuentra realmente cansado, que lo ene sin aliento. Hablando acerca de las torturas al hijo de Dios
y el momento de la crucifixión, le digo que este personaje histórico ene registradas algunas frases
importantes en el momento antes de su muerte y le pregunto si las sabe; responde no recordarlas pero
quiere inves garlas para la siguiente sesión.

En el siguiente encuentro Jesús ha revisado el apartado bíblico y se ha topado con una frase que ha
llamado su atención: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”

Reflexión

Este pequeño fragmento de análisis lo sitúo para reflexionar aspectos importantes que aparecen de forma
recurrente en la clínica psicoanalí ca y dan cuenta de la condición estructurante de algunas funciones
psíquicas.

Jesús consulta porque, según sus palabras, se encuentra en un momento cercano a la muerte por influjo
de su consumo, sin embargo, dados los síntomas que padece y su experiencia subje va con el cigarrillo, se
llega a hacer un señalamiento como el siguiente: “Finalmente, es usted quien se consume” Para puntualizar
y hacer mayor énfasis en el lugar que como sujeto se ha producido en la relación a ese objeto y la forma
par cular en que, por efecto, se origina el sufrimiento así como la responsabilidad é ca que se implica. Este
hecho significante de consumirse que ene el impacto biológico de un desgaste bien puede ejemplificar una
de las formas del goce: forzar el cuerpo hasta el sufrimiento. Una consecuencia de su par cular “adicción”
como una manera de regular lo angus ante de su relación a la muerte y la crisis familiar. En sus
descripciones del acto de fumar estaba el embeleso producido por ese consumirse del cigarro; Jesús es
fumado hasta el punto de temer su ex nción. Es una encrucijada. Su imposibilidad de abandonar el
cigarrillo parece deberse al influjo asfixiante de la presencia materna que se presenta como goce del Otro
insoportable que desborda su capacidad de carga. Jesús se libera de este influjo al fumar, como recurso
iden ficatorio con el padre que sos ene un plus de gozar del que no quiere desprenderse. Trata de alcanzar
al padre por la vía del consumirse y en el intento ha quedado atrapado también en el influjo materno puesto
que él debía ocupar el papel de hombre de la casa.

Ante esto podría aparecer el cues onamiento: “estás en el lugar del padre, ¿ahora qué harás con tu
madre?” (No esposa, porque ocupar el lugar imaginario del padre según sus roles no es tenerlo en el lugar
significante del linaje) Aprieto subje vo que reivindica la posición del hijo en un lugar que usurpa sin que le
corresponda; lo usurpa, claro, a pe ción de la madre. El fumar para Jesús es recordar al padre para poner
límite a la demanda materna que termina por gozarlo. Pero esa forma de recordar tampoco es sin
consecuencias. Produce en la operación un resto que lo mor fica, un padecimiento en el cuerpo que no es
tenido en cuenta en el uso de aquel recurso. ¿Sostener al padre a pesar del daño sico, a pesar del sacrificio
del cuerpo, de la posibilidad de la muerte? Esto es el amor al síntoma, así como el síntoma es también un
18
mensaje de amor al padre, una evidencia de lo mortal que no cede pues Jesús teme anularse como sujeto si
se desvanece su lugar en el Otro. Este caso ilustra cómo alguien puede consultar con el ánimo de abandonar
su sufrimiento, pide al psicoanalista que se le re re el síntoma, pero lo que encuentra es la necesidad
neuró ca del síntoma para no desmoronarse. Un paciente no abandona con facilidad el sufrimiento porque
a través de él se produce la sa sfacción pulsional a la que se le ha añadido el vínculo inconsciente. Un
análisis opera sobre la dimensión simbólica inconsciente para desentrañar los significantes implicados en el
síntoma, pero también se topa con lo indescifrable de la pura sa sfacción pulsional que derivará, en lo
posible, en otras formas de sa sfacción posibilitadas, a la manera anaclí ca, por el trabajo mismo con el
significante y su formulación del deseo.
El hecho de lidiar con aquella carga que se produce en la familia hace pensar a Jesús en su nombre. El
nombre como función simbólica fundamental que aliena el sujeto en la sucesión del orden familiar y lo
escribe en una cadena de significantes que imprime el linaje. Para Jesús el nombre se imprime, si seguimos
las enseñanzas del psicoanálisis, como uno de los Nombres del Padre que marca su mor ficación: su postura
sacrificial en la que carga con la cruz de su familia.
Resumiendo lo dicho: el dolor de exis r de Jesús es con nuamente suplantado con el recurso paterno
que el cigarrillo le presta, es ese el sostén de la existencia, que por no ser otro lo ha conducido a la
enfermedad y la preocupación; simultáneamente su inquietud por la muerte es un desasosiego por el
padre. Esta es una operación neuró ca, escoger un síntoma que hace honor al padre hasta no soportarlo
más, porque finalmente es ese síntoma lo que se ene como soporte para evitar la fractura subje va.
Lacan nos ha ofrecido advertencias en relación al tratamiento del síntoma, sin su úl ma enseñanza sería
imposible concebir este vínculo al fumar como recurso del sujeto. A diferencia del psicólogo, el psicoanalista
escucha la función fundamental que cumple el síntoma en el sujeto, su padecimiento no es gratuito, ene
una función específica que evita la emergencia de la angus a pues el sufrimiento de Jesús es una forma de
arreglárselas con la barradura (falta, división) del Otro, es decir, el sujeto ha preferido enfermar para
soportar la inconsistencia de este en vez de asumir la responsabilidad de la falta que le es inherente, en este
caso falta (en la doble significación de la palabra) en relación al padre en contraste con la presencia de una
importante consistencia materna.
Desde Freud (1909) sabemos las dificultades neuró cas de asumir la barradura (falta, división) del
padre. En el caso del Hombre de las Ratas el paciente Paul se esforzaba por sostener vivo al padre muerto y
así mismo conservar sus deudas, como si el deseo exis era a condición del some miento a este padre Amo.
Lacan lo señala de forma similar en su trabajo con Hamlet de 1958 hasta 1959. El dinero en el neuró co
obsesivo es de total importancia porque desde allí se vincula la pulsión anal a un objeto que permite regular
la producción de sa sfacción: en el ahorro, en el gasto, en la riqueza o en la pobreza. Y claro, así como en el
Hombre de las Ratas, es un uso que suele estar vinculado al padre, en el caso de Paul se trataba de la deuda
paterna procras nada y que se garan zaba no ser pagada. De esta forma quedan ar culados tres elementos
que la clínica vuelve a mostrarnos con Jesús: El dinero, el padre y la muerte. Si seguimos estas indicaciones
entonces inferiríamos que el pago implica, como se evidencia en este caso, un vínculo a la sa sfacción
pulsional del síntoma. El dinero operaría como función simbólica que muestra la administración del goce, la
implicación de este en la iden ficación al padre y el intrincamiento de la muerte en las relaciones con el
significante. En este caso el acto de echar a la basura el pago al parecer invoca el desecho que se produce en
la muerte y el padre en su dimensión de fracaso, de falla e incluso de impotencia.
Jesús decide que no hará uso del dinero y en vez de ello, quiere pagar con el objeto mismo de la
sa sfacción que lo mor fica. Literalmente “esto uso, a esto renuncio” pero no sin dificultad. Es tan preciado
el cigarrillo que la respuesta de arrojarlo a la basura no puede provocar menos que dolor. Como analista no
pienso que la caje lla no sea importante, justamente porque ene todo su valor es que puede cons tuirse
como mensaje. El recibirla es un primer paso, algo de goce se desprende del sujeto, pero ¿y luego? ¿No es
necesario vaciar ese goce de la relación del sujeto al Otro? El acto de rarla a la basura pudo haber sido
catastrófico, Jesús pudo simplemente no haber vuelto, despertar agresividad, proferir un insulto, etcétera;
cualquier otra respuesta pudo darse ( el analista no-todo lo calcula y la interpretación en tanto acto aparece
de imprevisto formulada desde la operación del discurso en la sesión) pero lo que resulta de ello es el
trasfondo paterno del consumo, tras lo cual se produce una nueva forma de pago que implica conservar el
objeto que vincula a Jesús y al padre en la iden ficación, un cacto de no renunciar a eso preciado, pero
simultáneamente renunciar a la posición de resignación en la falta de dinero con la cual comienzan las
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sesiones. Esto también indica que el análisis se convierte para él en una ac vidad que implica un esfuerzo
importante, no exigido por el analista, sino marcado en el gasto que será realizado por el paciente, él, como
el padre, no será echado a la basura, movimiento por él efectuado en tanto, tal vez, supone que el analista
no desea sus cigarrillos, pero sí su dinero.
¿Qué sucedería en caso de que Jesús descubra que tampoco el dinero es precisamente lo que se juega
en el deseo del analista? ¿Podríamos hipote zar que él respondería con su cuerpo, con su trabajo en el
análisis? No es posible saberlo, pero podemos evidenciar un peligro, el peligro implicado en la alienación del
deseo del sujeto al deseo del Otro, así como Jesús sos ene su consumo en una alienación al Amo padre
puede llegar a sostener el consumo del análisis en la alienación al Amo analista, es aquí donde se podría
jugar el final del análisis o la imposibilidad de pase para el paciente: aquí es donde se determinaría la
resistencia del analista. Lo que Jesús no capta, y tal vez no lo haga en un empo, es que el deseo del analista
se juega en la cura, en el lugar vacío necesario para que finalmente lo que se produzca sea el
desprendimiento. Esta es también la importancia de que un analista SOLO pueda surgir de su propio análisis,
en tanto ha reconocido algo del deseo que le permite y autoriza ocupar este lugar, de lo contrario, estaría a
ciegas en relación hacia dónde acompaña a su paciente, remi endo la cura a la iden ficación en el Ideal que
puede encontrarse en la apropiación teórica de los textos psicoanalí cos, en la adhesión a algún
pensamiento académico, en los consejos y cualquier otra forma de trabajo que implique la par cipación del
Yo del analista que juega imaginariamente al Amo del saber. Hay un peligro adicional, tal vez más
complicado: poner a operar el disposi vo sobre el goce que se produce en aquel que está en el lugar del
analista, más aún cuando en una unificación es el goce al saber lo que perdura.
Respecto a la interpretación en psicoanálisis es trascendental resaltar que ella no está especificada en
algún texto o estandarizada, ella depende de cada caso y del discurso mismo, es una respuesta a lo que
ocurre en la consulta y ene la pretensión de señalar, marcar, movilizar o cortar algo que se produce en el
uso de la palabra o del acto de la persona que consulta. Esta intervención está marcada por el uso del
significante que se hace allí, de la transferencia, de la relación del sujeto al deseo, al Otro y a lo pulsional (o
formas de gozar). Así se apunta a la producción de lo inconsciente y el tope con lo real así como a la
transformación de la posición del sujeto en relación al fantasma fundamental. La interpretación agujerea el
saber y ar cula la falta que cons tuye al sujeto esperando así que no se consolide aún más la consistencia
del Otro que el analizante sos ene.
Volviendo al caso, al dar su lugar original al objeto de su sa sfacción, es decir, hacer de aquella
encarnación del objeto a como plus de gozar su lugar en la basura, de desecho, aparece para el sujeto la
barradura del Otro, el Che vuoi? de la pregunta por el deseo. Frente a esto al parecer pueden producirse dos
respuestas para el sujeto. La primera es que el Otro queda vacío de goce, en tanto no se responde a aquello
que el sujeto entrega, no se recibe ese goce, sino que se escurre y se desecha; la otra y más probable para
este punto del análisis es que el Otro en vez de vaciarse quede lleno de goce. La segunda es la respuesta que
se produce del lado de Jesús a la barradura del Otro, es decir, aparece el analista en la posibilidad de
humillar, de agredir, así como la madre humilla y agrede al padre, el analista hace aparecer el sujeto en el
lugar de la impotencia, eso es finalmente, que el sujeto responda con lo fantasmá co, tal vez con el empo
lo fantasmá co esté tan deteriorado por el trabajo del análisis que pueda aparecer como respuesta un Otro
que no aloja el objeto a cas gador en sus entrañas, y así como el analista, Jesús pueda dejar ir también ese
objeto a la basura.

¿Qué sucede después del acto de echar a la basura los cigarrillos? Jesús hace retornar la consistencia del
Otro a través del padre, es una respuesta fantasmá ca a ese lugar vacío: un padre arrojado que disfruta del
fumar, una madre omnipotente e insaciable y Jesús llevando sus cargas… abandonado. El no querer eso que
el sujeto entrega produce un cambio subje vo que hace pasar del pago con el objeto al uso del dinero, que
además implica una suma mucho más alta a la pactada inicialmente, lo que especifica que ahora él dará algo
más que su objeto de goce, trabajará para el análisis, esperando que en esa consideración el trabajo
analí co no se convierta en una de sus pesadas cargas, o tal vez, que entre ellas, esta sea una oportunidad
para conocer el deseo. Después de todo, para acceder a su vía hay que pagar con algo de goce.

20
Referencias Bibliográficas.

Freud, S. (1908). “Carácter y ero smo anal”. Obras completas de Sigmund Freud volumen IX. Amorrortu
Editores. 1986. Argen na
Freud, S. (1909). “A propósito de un caso de neurosis obsesiva”. Obras completas de Sigmund Freud
volumen X. Amorrortu Editores. 1986. Argen na
Lacan, J (1953). “El mito individual del neuró co”, en Intervenciones y Textos. Manan al. 1985. Argen na.
Lacan, J (1958-1959). “El deseo y su interpretación”. Inédito
Lacan, J (1975-1976). “Seminario XXIII, el sinthome”. Editorial Paidós. 2006. Argen na

21
CASO 3: CUERPO Y PSIQUE: DANZANDO HACIA LA INDIVIDUACIÓN
Carolina Aguilar Bedoya1

Introducción.
De acuerdo a la Federación la noamericana de Sociedades de sexología (2012) el 48 % de las mujeres entre
los 35 a 59 años consulta por conflictos asociados a cambios en la dinámica de acercamiento afec vo y
sexual con sus parejas, evidenciando la presencia de dificultades para alcanzar el orgasmo, problemas en la
comunicación y sensaciones de insa sfacción hacia roles asumidos. Tales manifestaciones han sido
teóricamente relacionadas con la “Crisis de la edad media” (Neugartan, 1974), crisis de la vida adulta
(Sheehy, 1976) o medialescencia (Jacques, 1978). Jung (1935) refirió que durante la crisis de la edad media,
el individuo se ve enfrentado a la parte más oculta de su personalidad, lo cual cons tuye el movimiento
necesario hacia el proceso de individuación. Es por ello que durante esa etapa vital suele presentarse
demandas de consultas psicológicas ligadas a presencia de depresión, problemas en las relaciones de
pareja, alteraciones en la respuesta sexual, exacerbación de sintomatología orgánica y trastornos de
iden dad en las que se manifiesta el deseo por cambiar “todo” sin un aparente mo vo. Reconocer que ante
dichas expresiones puede estar la búsqueda psicológica por la integración de los opuestos psíquicos y la
manifestación libre y fluida del sí mismo del individuo que lo conecta con su auten cidad, puede resultar
clave para la psicoterapia en la vida adulta.

Parafraseando a Jung, los seres humanos nacen individuados sin consciencia de ello, sin embargo la
individuación se propicia por la mediación de la consciencia y suele experimentarse a par r de la segunda
mitad de la vida como con nuación del desarrollo de la consciencia que se ha llevado a cabo en la primera
mitad de la vida. Es así como existen importantes diferencias entre ambas etapas del desarrollo de la
personalidad. En primer lugar, el hecho que el proceso se vuelva consciente de sí mismo transforma la
experiencia que de él se pueda tener, por lo que deja de ser una condición psíquica inconsciente para
transformarse en una situación psicológica suscep ble de ser vivenciada o al menos aprehendida. Otra de
las diferencias con la primera mitad de la vida, cons tuye que en ésta el individuo se conduce con los
soportes provenientes de las adaptaciones sociales operadas durante la estructuración de su ego y hacia la
segunda mitad, confronta para sí aquellas instancias que hasta el momento fueron u lizadas para su
adaptación externa.

Presentación del caso.


En tal sen do, se presenta aquí un análisis Junguiano realizado con una mujer de 37 años quien acude a
psicoterapia luego de vivir un proceso de separación de pareja. El proceso incluyó esencialmente la danza
como medio de manifestación e integración psíquica. Al iniciar el proceso refiere sen rse “confundida
como en una especie de crisis de iden dad”. El abordaje llevado a cabo contempló entre otras técnicas
acompañantes de la danza como lo fue. A par r de ésta, se realizaron expresiones de alto contenido
emocional en las cuales los movimientos, ritmos corporales y posiciones adoptadas, permi eron la
manifestación a través del cuerpo de las huellas correspondientes a estados interiores más profundos,
conducentes al encuentro con el proceso de individuación.

“Elizabeth” (pseudónimo) es una mujer en etapa de adultez que al momento de iniciar el proceso de
psicoterapia contaba con 37 años. Profesional en derecho con un ejercicio de su profesión limitado a un
período de 5 años debido a razones asociadas con la dedicación a una empresa familiar que demandaba de
ella roles diferentes, y por ello no “podía ejercer” lo que estudió.

Creció en un contexto familiar con creencias de la religión católica, sin embargo luego recorrió varias
doctrinas religiosas y filosóficas, considerando en la actualidad que no ene filiación alguna. Las relaciones
con sus padres las reconoce como “funcionales” sin embargo fue evidente el conflicto en la aceptación de su
figura paterna, considerando que esto dejó en ella la necesidad de buscar en sus parejas “un hombre

1
Psicóloga. Magíster en Educación y desarrollo Humano. Directora del programa de Psicología de la Universidad de San
Buenaventura Seccional Medellín extensión Armenia. Email: caronueva27@gmail.com

22
dominante”. Se casó a los 21 años y tuvo su primer y único hijo a los 27 años. Su pareja es profesional en
ingeniería y labora en una empresa que demanda de él frecuentes viajes. Acude en busca del proceso
psicológico luego de la ruptura de su matrimonio luego de 15 años de convivencia, es decir, que al momento
de llegar a terapia se encontraba a un año de dicha ruptura. Al indagar inicialmente acerca de los mo vos
que llevaron a la separación, emergen relatos asociados a “cansancio por la posición débil” de su esposo a
quien consideraba un hombre demasiado “pasivo” en los diferentes aspectos de su vida de pareja como lo
son: la crianza de su hijo, las relaciones sexuales y la consecución de proyectos en común.

Proceso de intervención.

En primera instancia, es necesario mencionar que el análisis Junguiano aquí presentado es el producto de
las conclusiones generales obtenidas luego de llevado a cabo un proceso de ocho meses con una sesión
semanal y que constó de dos de las cuatro fases, denominadas por Jung (1935): Confesión, explicación,
educación y transformación. Se aclara al lector que el texto aquí presentado, no detallará el proceso en la
especificidad de sus fases sino que enunciará las relaciones obtenidas a través de símbolos develados e
interpretados con las técnicas analí cas de amplificación de los sueños, imaginación libre, asociación libre y
la danza. El proceso no pudo con nuar hacia las siguientes fases por viaje al exterior de la consultante y no
con nuación del proceso. Se abordaron aspectos de la relación consciente e inconsciente en torno a la
persona (complejo asociado con la adaptación externa del sujeto), la sombra (aspectos ocultos a la
percepción consciente), el animus (complejo funcional representante del aspecto masculino inconsciente
en la psique de la mujer y consciente en el hombre) y el ánima (complejo funcional representante del
aspecto femenino inconsciente en la psique del hombre y consciente en la mujer)

Par endo de la definición de danzaterapia como el proceso vivencial y técnico, a través del cual el
movimiento posibilita la expresión profunda de los contenidos subje vos del individuo, es innegable
entonces ubicar en la perspec va del cuerpo, elementos fundamentales para dicha comprensión. De este
modo, en la danza, se realizan expresiones de alto contenido emocional, no necesariamente verbales y en
las cuales a par r de los movimientos, los ritmos corporales y las posiciones adoptadas, las personas
vehiculizan a través del cuerpo, las huellas de sus estados interiores más profundos. De hecho es con el
cuerpo, que la existencia del ser humano cobra sen do en el mundo obje vado de la materia, por tal razón,
el cuerpo puede simbolizar la manera más directa de presen ficar la existencia de un individuo y otro. Es
también a través del cuerpo que se logra la diferenciación material obje vada de cada singularidad
representada en cada una de las personas que hacen parte de una sociedad.

“La danza me quito muchas barreras en biodanza se trabaja mucho el contacto sico, el
ero smo, superar el contacto sico, tu puedes vivir experiencias desde lo sico, pero van mucho
más allá que solo de lo sico, si logras superar eso logras superar muchas cosas como el tabú de
tocar al otro, y que ene que ser bonito para tocarlo, no es simplemente permi rte eso, con todo
el respeto me pareció súper lindo esos procesos.”

Tal como lo señala la anterior expresión, para esta mujer el proceso de danza en su proceso de terapia es
fundamental y posibilita redimensionar la función corporal más allá de la expresión sica, por tanto puede
deducirse que el cuerpo durante la danza, se invis ó de manifestaciones provenientes de su psiquismo
individual. Tales manifestaciones, no siempre obedecen a pautas armoniosas de la expresión personal,
también responden a la exteriorización de conflictos emocionales, ubicados en el terreno de los complejos
inconscientes, los cuales al ser ideas o imágenes cargadas de afecto, se enuncian con poco control
consciente al entrar en la espontaneidad del movimiento corporal, dejando abierto el terreno para el
reconocimiento y la autoobservación de los mismos.

La comprensión de la expresión espontánea del cuerpo y la psique como manifestación básica de la danza
permite pensar que los sen dos enen un papel fundamental en la vivencia corporal pues el escuchar, el
oler, el tocar, el gustar y el ver, entretejen el camino para la toma de conciencia del propio cuerpo. Sin

23
embargo de esta toma de conciencia no solamente par cipan los sen dos corporales sino también la
psique individual, al realizar una especie de desdoblamiento sensorial, donde se pasa del contacto material
al éxtasis vivencial. Al respecto la paciente afirma:

“Para mí un estado de éxtasis significa en la danza, entrar a un estado todo de gozo, te sientes
conectada con la naturaleza, un estado muy amoroso, no importa quién está al lado, que te sube la
vibración y te pone en armonía con la naturaleza”

En este orden de ideas, y atendiendo a lo enunciado por “Elizabeth”, por un lado se entra en contacto con la
materia obje vada a través de los sen dos y de otro lado el cuerpo se desmaterializa, por denominarlo de
alguna manera, en aras de un contacto más sublime y transpersonal, donde las limitaciones que imponen
co dianamente los sen dos y con ellos las taras mentales con la cuales nominamos y e quetamos las
experiencias, son transformadas por la urgencia del ser interior de romper las barreras de su singularidad y
entrar en un contacto integrador de lo que en Jung podría denominarse el arque po del Sí mismo.

De esta manera, el cuerpo y su desdoblamiento vivencial con la danza, par cipan de la experiencia misma
de individuación; teniendo en cuenta que para Jung, el proceso de individuación implica dos movimientos.
Por un lado el movimiento analí co donde es posible fragmentar o diferenciar los elementos que hacen del
ser como un individuo singular y distante del Otro y por otra parte, implica el movimiento sinté co donde
una vez reconocidas la imágenes propias y de los otros, y con esto reconociendo las proyecciones realizadas
en las demandas relacionales del individuo en sociedad, es posible ingresar a la integración de la
personalidad en lo que se denominaría el encuentro con el Sí mismo, el cual ocurre a par r de hacer
consciente una inmensa can dad de material inconsciente, en lo que metafóricamente podría asimilarse
con el quitar las capas de una cebolla.

“Por ejemplo luego de la psicoterapia me siento con más tranquilidad para desnudarme, me
costaba desnudarme sola, lo siento diferente, mi concepción de cuerpo ahora es de templo, y al
igual también es como esa naturalidad con el cuerpo, me parece natural desves rme, era una
concepción psíquica”

En este relato se enuncia esa relación entre cuerpo y psique de forma tal que las maneras adoptadas por el
cuerpo en el antes y el después de la danza, presentan marcaciones vivenciales importantes, en donde
profundas transformaciones emanan del sí mismo como poder transpersonal que abarca tanto lo
consciente como lo inconsciente y que puede manifestarse en imágenes como el “templo” en tanto el
cuerpo no es ya solamente el vehículo sico sino que se convierte en sagrado a par r de la danza como
instrumento para realizar una hierofanización del cuerpo, es decir, se inviste de simbolismo sagrado.

“A pesar de esta crisis tan fuerte con mi matrimonio, me estoy dando cuenta que tenía mucha
rigidez en el cuerpo, sufría de estreñimiento, mucho estrés, me dolía mucho el colon y sen a una
profunda tristeza todo el empo… mi matrimonio llegó a conver rse en la relación más aburrida y
monótona que pude imaginar… necesitaba en este momento de mi vida algo que moviera
nuevamente mis sen mientos… me cansé de esta pasividad y de vivir desde niña una vida tan
temerosa”

Así mismo, en este relato, se observa que en la segunda mitad de la vida, la búsqueda de consciencia del yo,
se expresó en “Elizabeth” a través de la Danza. Jung consideraba que a par r de los 35 años
aproximadamente, se prepara un cambio fundamental en la psique humana, anunciando la imperante
necesidad del individuo por prestar atención a aquellas partes de sí que puede decirse, estuvieron
descuidadas durante la primera mitad de la vida. Existe pues, un flujo y movimiento del yo a integrar los
aspectos más inconscientes de su psique, siendo así posible que el enfrentarse a las dificultades, las crisis,
las enfermedades u otras situaciones conlleve una expansión de la consciencia del Yo. Según lo descrito por
“Elizabeth” es a par r de su “crisis de pareja” como herramienta de adecuación psicológica que en su
segunda mitad de la vida comienza a imperar una búsqueda de comprensión de sí misma.

24
El proceso de individuación consciente ene relación directa con la crisis de la segunda mitad de la vida,
puesto que es este un momento evolu vo, en el que el individuo puede tener una confrontación ac va y
consciente del yo con los contenidos del inconsciente personal como del inconsciente colec vo. A
propósito Marie-Louise- Von Franz (1982) una de las autoras más cercanas a Jung, concibe el proceso de
individuación con fases arque picas relacionadas con las trayectorias evolu vas o vitales del desarrollo.
Durante este momento, el individuo puede verse insa sfecho, vacío o desubicado y el camino para el
encuentro con el Sí mismo es en consecuencia, la individuación.

Una primera etapa en este proceso es un acercamiento al inconsciente a través de realizar ajustes en el yo
enfrentando a, tal vez por primer vez, los temores, las irrupciones de los complejos en la consciencia y a las
diferentes proyecciones. En una segunda etapa, sería el encuentro con la sombra, es decir, con aquellos
aspectos ocultos de uno mismo o que han sido reprimidos por causar alguna moles a o conflicto psíquico.
Esto es posible a par r del análisis de los estados de ánimo, las fantasías, los impulsos, los miedos de
infancia, etc.

“de pronto más adulta cuando comencé mi vida de pareja y ya cuando tenía mi hijo, recordaba
cosas de niña como los cambios repen nos de mi padre... un día estaba feliz y otro serio y distante,
yo creo que llegué a tener miedo de su reacción y prefería cuando esta callado sin decir nada... a lo
mejor pasivo como busqué que fuera mi esposo”.

El contacto con la sombra significa reconocer como actuales y reales aspectos conflic vos de la
personalidad. Estas caracterís cas personales no reconocidas a menudo pueden aparecer de forma tardía
en la consciencia del individuo, cuando éste a través del acercamiento a sus contenidos inconscientes
generalmente como parte de un proceso de terapia, que encuentra en estos aspectos la fuente originaria
de algunos de sus conflictos, temores o formas de relacionarse. Para el caso de “Elizabeth”, estas
situaciones vividas con su abuelo y según lo expresado por ella durante la entrevista, dejaron una huella
importante en el contacto con los hombres y con su propia sexualidad. No obstante, en ella aparecen estas
manifestaciones de dichos recuerdos, una vez inició la prác ca de la danza como terapia, producto
probablemente, de los movimientos interiores que este instrumento posibilita al integrar cuerpo y mente.

La danza como terapia establece una relación con la individuación a través de estas dos etapas.
Inicialmente el contacto con el cuerpo y los sen dos devela en los movimientos exteriores, las fuentes
psicológicas de los mismos, en tanto una mujer a través de la danza, exterioriza sus estados psíquicos más
inconscientes ya sean estos de temor o de sa sfacción y aceptación. Y en segundo lugar, la danza, al ser un
trabajo de reconocimiento e integración de la díada cuerpo-psique, permi ría el ingreso a la confrontación
con los aspectos de la sombra, en las formas en que a par r del contacto con la música, el movimiento y el
cuerpo en sí, se puede ser hacer contacto con los aspectos más guardados en las huellas psíquicas
personales y con la función integradora de la danza como puente entre el mundo interior y el exterior.

La referencia de “Elizabeth” que hace alusión a la asimilación de la crisis como camino es equiparable a la
concepción natural del proceso de individuación en Jung igualmente como camino hacia el encuentro con
el Sí mismo, a par r del reconocimiento de elementos inconscientes y el develamiento de la sombra de la
Persona. Así crisis e individuación se entrecruzan en la trayectoria vital y le subyace el impulso por
“quitarse las máscaras”, esto es en términos Junguianos reconocer a la persona (el complejo funcional que
posibilita la adaptación al medio) y permi r que aflore el Sí mismo como arque po de totalidad e integridad.

Se llega al análisis de una tercera etapa en el proceso de individuación. Esta corresponde al encuentro con
el ánima y el ánimus, cuyo acercamiento significa comprender las formas psíquicas de relación con
hombres y mujeres. Tanto ánima (Aspecto femenino interno del hombre y consciente en la mujer) y
Animus (Aspecto masculino interno de la mujer y consciente en el hombre) se convierten en mediadores
entre el yo consciente y el inconsciente personal y colec vo. Esta polaridad femenina/masculina
proyectada sobre el exterior, en la forma de relación con los Otros, es una correspondencia profunda con la

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realidad interna. En cualquier relación humana de dos, realmente son cuatro, es decir, el aspecto femenino
consciente de una mujer se relaciona con el aspecto consciente de un hombre, pero a su vez, el aspecto
masculino inconsciente de una mujer, contacta el aspecto femenino inconsciente de un hombre.

El ánima y el animus se cons tuyen en los arque pos fundamentales para el establecimiento de las
relaciones amorosas. De allí que los gustos, intereses e inclinaciones hacia determinado po de personas,
obedezcan a las pautas arque picas fijadas por lo que Jung llamo la Sicigia o ánima/animus. Estas imágenes
son en primera instancia provenientes de los modelos maternos y paternos instaurados en el individuo en
su desarrollo evolu vo, y de las diversas interacciones de un hombre y una mujer con personas de su sexo
contrario a lo largo de toda su vida; pero también cons tuyen elementos de la psique colec va. Por
ejemplo, en todo grupo humano existe el arque po de la Madre, representada para cada cultura en
imágenes diferentes que pueden ir desde la luna, el mar, la virgen María, etc., de igual manera, existe un
arque po del Padre, representado en imágenes de guerrero, Sabio, héroe, etc.

Desde la infancia, la imagen de ánima y animus, se desarrolla por la relación con nua con el Otro sexo, por
tanto, generalmente es la madre y el padre, los primeros portadores de estas imágenes arque picas. De
acuerdo a la adecuación del Yo ante las captaciones propias de cada una de las imágenes y sus portadores
(padre-madre) se realizan en la niñez , procesos iden ficatorios que en la adultez enfrentan al individuo
con dichas imágenes, lo cual es proyectado en especial, sobre la persona amada o cualquier otro portador
proyec vo. Puede decirse entonces que en la adultez se hace una búsqueda complementaria de estas
imágenes psíquicas, siendo tal búsqueda la mayoría de veces inconsciente y es solamente cuando a través
de por ejemplo, procesos terapéu cos como la danza, se develan las proyecciones dadas sobre ánima y
animus, logrando establecer un paso fundamental en la integración con el Sí mismo en el proceso de
individuación.

“Recuerdo que mi papá era muy fuerte con nosotros, pero a veces llegaba y jugaba caballito con
nosotros, mi mamá…..que, mi mamá permanecía mucho con nosotros, ella le ayudaba a mi papa
con trabajo, ella era decoradora, entonces ella estaba en la casa. Y recuerdo también que mi papá
cuando yo tenía once años se fue, también fue muy doloroso, porque él se fue a Nueva York, yo
recuerdo que lo despedimos, él se fue en avión y yo lloré muchísimo, y pasaron varios años para
volverlo a ver. A pesar de que mama sabía que se había ido para los Estados unidos con otra mujer
que tenía en embarazo, el acompañamiento fue de una mama muy pendiente de sus hijos, y
trabajando mucho porque tenía que trabajar, mientras yo estudiaba Pues creo que a los nueve
años él estaba conmigo, pero para mí fue muy duro que él se fuera, recuerdo que a los nueve años,
porque el vino y me hizo una fiesta de primera comunión espectacular. Cuando venía, paseábamos
muy rico con él, íbamos a piscina, ósea eran los paseos, las cartas de mi papá muy bonitas, muy
agradables. Recibía cartas igual que yo de mi papa, pero nunca llegó a decirme que me quería, él
no expresaba lo que sen a y a la larga. Yo creo que las relaciones amorosas ene que ver como con
eso”

En relatos como el anterior, se develan contenidos asociados a la importancia psíquica que deja la
presen ficación de cada uno de los portadores proyec vos de la infancia en la psique individual, y con estas
imágenes se direcciona la forma de contacto con las expresiones masculinas y femeninas vivenciadas en la
adultez. Siguiendo el análisis de los relatos de la historia de vida de “Elizabeth” se hallaron en reiteradas
ocasiones, expresiones que enunciaban un conflicto entre la imagen de mujer/hombre que ella albergaba
en su interior y la que ha construido en las relaciones amorosas con los hombres durante su adultez. Este
conflicto, no obstante, es compensado por la asunción de la crisis de pareja, al implicar asumir un rol de
exaltación femenina en la que ella inconscientemente, sigue vivenciando su imagen arque pica de infancia
relacionada con la Madre, la Reina o la Maestra, tal como lo refirió en uno de los relatos en contraposición
con una imagen masculina pasiva, y de cuya necesidad emanaba un deseo de “figura de mayor dominio”.

26
“La experiencia de la separación significó que murieron las ilusiones que yo tenía cuando me case
yo pensé que iba a vivir toda la vida con él, que hasta viejitos íbamos a estar juntos, como que yo
tenía ese sueño en la cabeza muy graciosos porque yo de adolescente que era un tanto rebelde, yo
pensaba que nunca me iba a casar mucho menos tener un hijo, en este orden yo nunca voy a tener
hijos para no tener aquí, segundo no me voy a casar, tercero voy a viajar por todo el mundo, y de
pronto voy a tener un amigo especial, como una especie de amante, yo me imaginaba como ese
ser, compar endo cosas muy bonitas, pero más libre, y pues hice todo lo contrario. Pues me casé
muy joven, no ejercí mi profesión como lo hubiese querido, tuve un hijo, pues ya me me en ese rol
de mama de esposa, la verdad yo sen que eso no era para mí, fue una experiencia fuerte. Yo
sen a y percibía que era infeliz… fue muy “charro” porque en un principio me sen a conectada con
mi esposo pero con el pasar del empo al ver su es lo pasivo, me desesperaba y busqué ser yo en
casa la que mandaba y la que organizaba todo porque llegué a creer que él no era capaz”

Durante el proceso de análisis, se evidenciaron recurrentemente, dos elementos fundamentales que


hacen parte del camino que psicológicamente prepara a esta mujer en su proceso de individuación. El
primero de estos elementos corresponde a la Sensualidad y el Segundo a la Flexibilidad Psicológica.

La sensualidad corresponde, tal como lo señala la tradición filosófica, a una categoría existencial, por cuanto
hace referencia a un aspecto básico del ser humano, que le permite la expresión directa de sus sen dos.
Posee una connotación de gra ficación ins n va, pero a su vez, se refiere a una percep vidad de los
sen dos, es decir, la sensualidad es uno de los elementos básicos de la experiencia vivida del cuerpo,
conectando al individuo con el mundo circundante y con los Otros, a par r de lo experimentado en su ver,
escuchar, oler, sen r y tocar, y con esto, la posibilidad de dar significación afec va a lo que sus sen dos
captan. No obstante, culturalmente esta categoría existencial ha sido atribuida esencialmente a los rasgos
femeninos, y se vería expresada, en la capacidad que ene la mujer de contactarse desde su sensibilidad
corpórea y mental. Sin embargo, reconociendo la noción de sensualidad, antes descrita, es también una
categoría inherente al género Masculino. En este contexto, la sensualidad adquiere un sen do importante,
en términos de la individuación, la prác ca de la danza como terapia y especialmente, se manifiesta como
una significación básica de la expresión del ánima-animus. De acuerdo a los relatos interpretados, la danza
como terapia conduce a un mejor contacto con la sensualidad femenino y por ende esto es ya un paso
primordial para el encuentro con el Sí mismo.

El otro elemento aquí presente, se refiere a la Flexibilidad Psicológica, con lo cual, el proceso de
individuación se exalta en la prác ca de la danza como terapia, pues sugiere que la persona ha logrado
iden ficar algunos de sus aspectos psíquicos, en términos del reconocimiento de lo consciente y los
complejos inconscientes de la personalidad. En éndase aquí y de acuerdo a la teoría Junguiana, el concepto
de complejo como aquel grupo de ideas o imágenes emocionalmente intensas esto significaría que la
flexibilidad Psicológica experimentada durante la prác ca de la danza y relacionada con la individuación,
implica el reconocimiento de los complejos inconscientes, como aquellas imágenes de situaciones
psíquicas que poseen una carga emocional tan intensa que son incompa bles con la ac tud habitual
consciente y por tanto irrumpen en la actuación del individuo, de una manera opuesta a la voluntad y
control psicológico.
De tal forma que la sensualidad y la flexibilidad psicológica se conectan con un de los elementos
potenciados en la danzaterapia y es la improvisación que proporciona el impulso para que las mujeres
puedan expresar lo que sienten y desean, permi éndole reaccionar y darse cuenta de las restricciones y
limitaciones personales. Con la danza como terapia, se permanece en éxtasis, consiguiendo con esto entrar
en el inconsciente, despertando con esto movimientos emo vos que por alguna razón fueron olvidados o
reprimidos y que con la danza pasan a ser personalizados a través del movimiento corporal. En términos
Junguianos estas caracterís cas de éxtasis son parte del proceso de individuación cuando se afirma que la
meta de la individuación es la síntesis del Si mismo, lo que en la Danza se expresa como la relación tríadica
entre cuerpo- mente-espíritu. Los relatos siguientes, de la historia de vida aquí analizada lo evidencian:

27
“Yo siento que cuando llegaron la biodanza y las otras danzas yo recuerdo que los ejercicios de la
tareas, de escribir de hacer los simbolismos diarios, fue un cambio muy profundo e inicialmente
me ayudo a cambiar mi temperamento yo me irritaba mucho yo vivía en un estado de
resen miento y de frustración yo sen a que era demasiado estresada, yo empecé a sen r un
estado de armonía, de paz de tranquilidad y eso se manifestó también en mi familia, mis hijos me
comenzaron a notar los cambio, mi mama también me lo dijo, yo comencé a percibir el mundo
dis nto”

Se concluye con el análisis de caso que la prác ca de la danza como terapia y el abordaje Junguiano,
posibilitaron el develamiento de los complejos inconscientes, cons tuyendo un aspecto básico hacia la
individuación. La expresión más recurrente de la danza como terapia, correspondió a lo que pudo
denominarse la hierofanización del cuerpo, puesto que se evidenció una transposición del sen do
material corpóreo a una percepción del cuerpo vivido en términos sagrados, estableciendo así un puente
entre los elementos conscientes e inconscientes de la psique, al disminuir con el movimiento interno y
externo las barreras entre ambos.

Referencias Bibliográficas

Jung, C. G (1935). La psique y sus problemas actuales. San ago de chile: Editorial ZigZag
Jung, C.G (1991). Realidad del alma. Buenos Aires: Editorial Losada
Solomon, H. M (1999). La escuela evolu va. Madrid: Cambrigde University Press, p p: 183-210
Stein, M (2006). El principio de individuación. Hacia el desarrollo de la conciencia Humana. Barcelona
Ediciones Luciérnaga.
Von Franz, M-L (1946). El proceso de individuación. En el Hombre y sus símbolos. Barcelona: Editorial Paiós,
p p. 158 - 229.

28
CASO 4: INFLUENCIA DE LA ATENCIÓN PERINATAL Y LA PREMATURIDAD EN LA GÉNESIS DE
PATOLOGÍAS DEL DESARROLLO NEUROPSICOLÓGICO

Diego Alejandro Calle Sandoval1

Introducción.

La posibilidad de nacer prematuro o sufrir complicaciones en el proceso de ontogenia y nacimiento es una


caracterís ca de la biología humana con marcada tendencia al aumento gracias a diversos factores
ambientales, biológicos y sociales. Esta condición etológica par cular haca parte de la marcada neotenia en
nuestra especie. Dicha variable etológica hace referencia al retardo extremo en el desarrollo del organismo
al momento del nacimiento Gould (1983). Un ejemplo propio de esta inmadurez o retardación lo cons tuye
la prematuridad y sus riesgos. Dicha condición hace referencia al adelanto del parto hasta antes de la 37
semana de gestación, además de un bajo peso al nacer (aproximadamente 2.5 kilogramos) y un percen l
inferior a 3 del perímetro cefálico. Estos aspectos sumados a la precariedad en el nivel de maduración de las
células nerviosas, hacen que la población de infantes prematuros y/o con alteraciones en el proceso de
parto sea una de las más propensas a manifestar alteraciones neurocogni vas y trastornos del desarrollo
neuropsicológico. Diversos estudios han puesto de relieve la presencia de alteraciones; u lizando pruebas
de neuroimagen morfológica; tales hallazgos resaltan reducción del cuerpo calloso, núcleos de la base,
ventrículos laterales y le región de la amígdala y el hipocampo. Todas estas estructuras vinculadas con
procesos básicos de aprendizaje Araoz y Odero (2010).

Según la Organización mundial de la Salud (OMS) al 2012, cada año nacen 15 millones de niños demasiado
pronto, es decir más de uno por cada 10 nacidos a término. Dichas cifras y porcentajes de prematuridad ha
aumentado en las úl mas dos décadas. Por países, el índice de neonatos prematuros por cada cien nacidos
muestra a Colombia en el 4 lugar de sur américa con un total de 8.8, superado apenas por Bolivia, Brasil y
Uruguay. Dada esa tendencia para Colombia, tenemos al 2012 según cifras de la secretaria de salud nacen
alrededor de 35 mil niños al año; por tanto si aplicamos la tendencia de la OMS, en nuestra ciudad en
promedio podrían estar naciendo aproximadamente 3080 niños en condición de prematuridad. A estos
números se le podría adicionar que en general en el 60 % del total de los partos se asisten a mujeres entre los
15 y 19 años, de los cuales un alto porcentaje proceden de estratos 1, 2 y 3. Es decir, que de los más de tres
mil niños que nacen anualmente en situación de riesgo de sufrir alteraciones en el neurodesarrollo por
prematuridad, se le podría sumar las variables psicosociales y condiciones económicas y de acceso a los
servicios de salud y educación de calidad (Arévalo, 2012). Sin duda estas cifras han propiciado en las
polí cas de infancia a nivel municipal, departamental y nacional mayor inversión a la primera infancia.
Dicho capital se centra en asistencia a las familias, acceso los servicios de salud y educación, pero poco se ha
es mado las necesidades específicas a nivel del desarrollo neurocogni vo de la población menor y más aun
la que presenta riesgos de disfunción neuropsicológica.

En general las dificultades perinatales pueden incidir en el proceso madura vo del sistema nervioso central.
Igualmente, el hecho de llegar antes de empo al mundo expone al nuevo ser a factores ambientales
contaminantes que podrían afectar la maduración neuronal en los procesos de mielinización y conexión
celular. A pesar de estar anatómicamente diseñada la arquitectura cerebral, esas semanas de gestación son
vitales en el inicio de procesos a nivel funcional, incluso se han hallado evidencias de estudios de
neuroimagen que indican una reducción en la sustancia gris cor cal, ampliación de ventrículos y
disminución en la densidad del cuerpo calloso Sastre-Riba S. (2009).

1
Psicólogo. Doctor En neurociencia cognitiva U. Maimónides. Docente investigador Universidad de San Buenaventura
Medellín extensión Armenia. Email: diacalle54@hotmail.com

29
Las anteriores variables clínicas en la salud materna y fetal han exigido que la neuropsicología del desarrollo
haya alcanzado importantes avances en el ámbito de la clínica y del aprendizaje durante las úl mas décadas
a par r de los hallazgos en neurofisiología de la corteza cerebral en especial de la porción pre frontal, de la
baremización de instrumentos de medición de las funciones neuropsicológicas y en especial de la
neurociencia cogni va aplicada, disciplina en la que se integran ciencias como la psicología, la neurología,
la pedagogía, la ciencia cogni va y la neurofisiología Flórez y Ostrosky (2012). Dichos avances han
permi do entre otros aspectos facilitar la caracterización precisa de las patologías de neurodesarrollo y sus
implicaciones cognosci vas y comportamentales, tanto para el clínico rehabilitador como para el
profesional en pedagogía, terapia ocupacional, fonoaudiología, psicología y a fines Fejerman (2010). El
estudio de caso que se presenta en este documento parte de una descripción y análisis de la influencia de
los accidentes perinatales y la prematuridad en el desarrollo de las funciones neuropsicológicas y el
comportamiento.

Historia y antecedentes

El caso que se reporta en el presente informe será denominado JD. El paciente ene 18 años, vive con sus
padres y hermano gemelo, cursa grado once y ambos fueron producto de embarazo deseado pero con
amenazas de aborto permanente. El parto se adelantó por preclamsia para las 31 semanas de gestación.
Durante el parto que fue por cesárea se presentó edema e hipoxia en los neonatos. Ambos recibieron
transfusión y estuvieron hospitalizados un par de semanas.

De manera específica JD no tuvo lactancia materna, tomó biberón hasta los 12 meses de edad. De niño tuvo
muchos problemas de salud como o s, rini s, fue operado de amígdalas. El menor gateó a los 7 meses y
caminó luego del año, el control de es nteres se consolidó dice la madre informante a los 17 meses. Ingreso
a los 5 años a la educación formal. Cuando JD cursaba tercero de primaria le empiezan a descubrir
dificultades en la lecto escritura, ya que, se atrasaba para escribir, en cuarto año el rendimiento académico
era bajo y se cambió de colegio. Desde los cuatro años JD empezó terapia ocupacional y fonoaudiología
hasta los ocho años por dificultades en las praxias en la retención de información. En octavo grado vuelve a
consultar por psicología ante episodios de matoneo en el aula según el reporte de la madre.

Durante la secundaria JD perdió octavo por problemas en algebra. En ese empo entra en contactos con
barras bravas y empezó a consumir spa e incluso le enseñaron a manejar armas de acuerdo al informe de la
madre. Durante este empo ene su primer episodio convulsivo el segundo fue en el colegio y empezó a
recibir balcote de 500 mg. Dos veces al día. A par r del consumo ingresa a una ins tución para el manejo de
adicciones donde la psiquiatra le diagnos ca recientemente psicosis ante una posible existencia de voces
de comando y le formulan risperidona, en la actualidad toma medicamento para la ansiedad.
Adicionalmente, se le realiza un electro encefalograma (EEG) en el que se encuentra una descarga
moderada frontal central en ambos hemisferios. A nivel neuropsicológico, JD fue valorado en 4 sesiones de
una hora. Se le aplicaron las siguientes pruebas: WAISS III, torre de Londres, Figura compleja de Rey y
Batería Neuropsicológica de los lóbulos frontales y funciones ejecu vas Banfe.

Resultados

JD se presenta colaborador con la valoración y se relaciona bien con el profesional. Inicialmente se hará una
descripción de los resultados por prueba y luego se presentará una valoración cualita va de los aspectos
neuropsicológicos examinados.

Figura Compleja de Rey: en esta prueba gestál ca el paciente presentó cuatro errores en la copa por
omisión y cuatro por distorsión para un total de 28 puntos. En la memoria solo evocación del rectángulo
principal, el triángulo y el círculo de manera correcta, la cruz externa y el rombo aparecen con alguna
distorsión, por lo que el puntaje total de memoria opera va visual es de 10.

30
Escala de inteligencia Waiss: se evaluaron aspectos semán cos, comprensión memoria verbal, conteo,
operaciones formales aritmé cas, praxias y fasias. JD ob ene un CI total de 79, caracterizado por un
rendimiento adecuado en la copia de frases, comprensión de textos cortos, disminución en la memoria
semán ca. Presenta un conteo adecuado, dificultades con la solución de problemas matemá cos de más
de dos cifras. En la escala manipula va el desempeño fue más bajo 72 que la verbal.

Batería de evaluación de los lóbulos frontales y funciones ejecu vas: En la evaluación de gnosias y praxias
demuestra dificultades en el reconocimiento de la lateralidad, en completar las figuras y el reconocimiento
de detalles y en la iden ficación de emociones en test de miradas. En teoría de la mente su desarrollo es
propio de un adolescente aunque posee un rendimiento bajo en toma de decisiones. A nivel ejecu vo, en
las prueba de Torre de Londres y Winsconsind Card JD presentó dificultades. En la torre de Londres no pudo
resolver la tarea a par r del quinto aro. En el test de tarjetas come ó errores simultáneos (15) en la
segunda y tercer tarea; en la primera luego de 5 errores logró llevar la secuencia. Al final de la prueba
manifestó no saber cuál era el criterio de las muestras, es decir logró resolver luego de dos intentos por
ensayo y error. Lo anterior evidencia dificultades en la inhibición y la flexibilidad cogni va, hecho que se
relaciona con su caracterís ca de comportamientos ansiosos.

A nivel cualita vo se puede interpretar que JD presenta:

Alteraciones en el reconocimiento de detalles espaciales y algunos colores primarios en su diferenciación


con secundarios. Igualmente presenta problemas en el reconocimiento de números mayores a tres cifras.
Por los resultados de la figura compleja de Rey se puede inferir que las fallas en las gnosias son de origen
percep vo. Las praxias construccionales ante procedimientos de construcción de figuras y copia de dibujos
tridimensionales. Este hecho se puede vincular con los antecedentes gnosicos y la probable disfunción
frontal según los antecedentes. Funciones ejecu vas tales como abstracción y planificación se ven
comprome das en el desempeño de JD, dado que resuelve los problemas de las pruebas con la estrategia
de ensayo y error. Igualmente no da cuenta de lo realizado y la estrategia, evidenciando limitaciones a nivel
de la metacognición. Logra solucionar tareas concretas pero las formales le cuestan dificultad hecho que lo
llena de ansiedad y frustración las cuales permean su autoes ma. La memoria opera va se conserva en
especial la semán ca disminuida.

De otro lado, El nivel de atención selec va es óp mo, ya que lograba repe r la consigna que se le daba para
la tarea; sin embargo luego de unos instantes las falas en la memoria incidían en su rendimiento y la
ansiedad hacia que el foco atencional se perdiera. No obstante, los niveles de ansiedad parecen permear la
atención ejecu va, hecho evidenciado en la tarea atencional del TMT B. Aproximación Diagnós ca: JD
presenta un desarrollo intelectual limítrofe caracterizado por la conservación de la memoria de trabajo, las
funciones semán cas verbales, pero con rasgos disejecu vos a nivel de la flexibilidad, la inhibición, la
solución de problemas y toma de decisiones. Dichos aspectos se pueden relacionar con la disfunción
frontal hallada en EEG previo y la historia de riesgo por prematuridad e hipoxia.

Lo que nos dice JD sobre el modelo biopsicosocial

Si JD y su hermano son gemelos y vivieron el mismo proceso de parto, aparte de un proceso de crianza bajo
el cuidado parental de ambos progenitores, como explicar que JD posea una inteligencia limítrofe a
diferencia de un del déficit intelectual moderado que presenta su hermano?

Sin duda, habría que revisar no solo los antecedentes ontogené cos, filogené cos, sino además la
plas cidad individual, más cuando ambos menores fueron es mulados y rehabilitados por los mismos
profesionales. Un hecho que marca la patología neurológica de los gemelos en mención es el proceso de
atención al proceso de parto, el cual se complicó y se tuvo que hacer cesárea de emergencia, empo
durante el cual ambos presentaron hipoxia. Desde luego, el hermano de JD fue sacado casi medio minuto
después, hecho que pudo ampliar el impacto de la lesión inicial. Sumados los antecedentes mencionados
en el párrafo anterior la explicación pasaría por la conjugación de la patología neurológica perinatal y la

31
dinámica relación entre los procesos de migración, diferenciación, mielinización y apoptosis celular en cada
uno de los gemelos a lo largo de su desarrollo Fejerman (2010).

Ahora en el caso específico de la disfunción neuropsicológica disejecu va presentada por JD se podría


explicar a par r del hallazgo epilép co a nivel frontal medial bilateral. Claro está, dicho foco fue encontrado
en la adolescencia y luego de un aparente consumo de psicoac vos y nunca se reportó durante los primeros
años de desarrollo. No obstante, la ansiedad reportada por psiquiatría y las supuestas voces de comando
como posible episodio psicó co se relacionan con disfunción pre frontal medial de acuerdo a la literatura
cien fica en neuropsiquiatría contemporánea, ya que se han encontrado disfunciones dopaminérgicas en
neuronas piramidales en el área 10 de la región pre frontal Tirapu – Ustarroz, (2011).

Ahora bien, es fac ble que la génesis inicial de alguna encefalopa a en JD haya sido derivada del trauma
neurológico inicial producido por la hipoxia perinatal, la cual fue más evidente y reportó daño estructural
en su hermano. En el caso de JD se podría decir que al no exis r evidencia neurológica de daño estructural
luego del parto, si pudo exis r algún daño cerebral mínimo (DCM) que pudiera repercu r en funciones
frontales como las ejecu vas de tardía aparición Calle y Grañana (2014). Igualmente, es importante
sustentar esta hipótesis con la literatura cien fica según la cual, entre más temprano sea el daño frontal,
más tardía será su manifestación por lo lento del desarrollo celular de dicha zona cor cal Damasio (2011),
Diamond, (2006).

Conclusiones y recomendaciones

Casos como JD y su gemelo son numerosos en La noamérica gracias al desconocimiento de la influencia


directa de la ontogenia y la atención perinatal. Por tanto, en la medida que el conocimiento psicológico
desarrollista amplíe su campo de inves gación al incluir el neurodesarrollo como agente ac vo en la
construcción psicológica del sujeto se podrán implementar estrategias de es mulación cogni va a nivel de
funciones ejecu vas paralelo a los procesos de intervención psicológicos en los ámbitos del desarrollo
social y emocional Calle, (2014).

Igualmente, el avance tecnológico y comprensivo del desarrollo de la corteza y las funciones


neuropsicológicas ofrecen nuevas perspec vas de intervención a par r de los modelos computacionales
en entrenamiento de procesos cogni vos, tanto en las fases de es mulación como en procesos de
rehabilitación funcional. Tal es caso de la reciente aparición de “dis pias”, patologías del lenguaje escrito y
lectura a par r de los ordenadores Ardila (2010). Por consiguiente el trabajo inter disciplinar
mancomunado y orientado en potencializar la reserva cogni va favorecería la recuperación luego de la
lesión cerebral.

A nivel macro sistémico, patologías como la reportada en este informe implica una apertura social hacia el
concepto de salud mental como algo ligado a la salud sica y el desarrollo de la misma, dado que gracias al
paradigma cartesiano la concepción actual de salud mental en Colombia sigue considerando casos como el
de JD patologías eminentemente sicas y no mentales. En la medida que las polí cas en salud mental
logren ser implementadas a nivel general y con énfasis en el neurodesarrollo de los niños, será más fac ble
mejorar no solo la rehabilitación, sino también la promoción de pautas sanas para el neurodesarrollo y la
prevención de las e ologías de disfunción neuropsicológicas desde la vida intrauterina.

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33
CASO 5: MATEO EN BUSQUEDA DE LA PERSONA QUE NECESITA SER. UN CASO DE ADICCIONES
ABORDADO DESDE LA TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
Leonor Celis Galindo1

RESUMEN
El propósito del siguiente estudio es describir las etapas caracterís cas del proceso psicoterapéu co desde
la teoría centrada en el cliente de Carl Rogers aplicada al caso de un joven de 23 años con adicción a la
marihuana, quien fue remi do para evaluación e intervención psicológica. Para la comprensión de este caso
se propone analizar la personalidad dependiente (según criterios diagnós cos del DSM-V) y las
implicaciones que ene en la estructura del “ sí mismo” el cual es definido como “una pauta conceptual
organizada , fluida pero congruente de percepciones y de las caracterís cas del “yo” o del “mi”
conjuntamente con los valores ligados a estos conceptos (Rogers, 1986, p. 422), aspecto que será mo vo de
auscultación fenomenológica teniendo en cuenta que el Sí mismo como vocero del yo, le da una iden dad a
la persona adicta en su presente disfuncional; iden dad que pone en evidencia la posible brecha
existencial entre su yo real, cargado de necesidades en proceso debido a su ciclo de vida, y a las condiciones
de valor en experiencias significa vas con los demás. Esta condición no le permite el reconocimiento de sus
verdaderas necesidades organísmicas en relación con las demandas de acogida y aceptación que el yo ideal
constantemente le presenta. Siendo consecuente con el modelo centrado en el cliente se tendrán en cuenta
diferentes momentos del proceso terapéu co correspondientes a las etapas de Desorganización
(descripción y el análisis) y Reorganización (Valoración e integración) propias del cambio emocional hacia
una construcción del sí mismo funcional. Finalmente se harán algunas consideraciones sobre el proceso
terapéu co.
Introducción
El consumo de sustancias psicoac vas registra un aumento considerable en los adolescentes y jóvenes
menores de 20 años en nuestro país, edad en la cual se está ingresando a los estudios universitarios, como lo
indica el segundo estudio Nacional de consumo de sustancias psicoac vas en Colombia (2013), el cual
contrasta dichos resultados con la primera inves gación realizada en el 2008, confirmando “el aumento en
el consumo de drogas ilícitas, principalmente la marihuana al igual que una gran variedad de sustancias
tanto licitas como ilícitas con uso extendido en una parte importante de la población y de mayor presencia
en los jóvenes”. Los actuales resultados muestran mayor consumo de sustancias ilícitas en grupos de 18 a
24 años, ubicándose en 8.7% de la población consumidora, seguido por los adolescentes con una tasa de
4.8% y las personas de 25 a 34 años con una prevalencia del 4.3% para dicho periodo. Igualmente, es
interesante considerar la relación de género que aporta dicho estudio sobre la población consumidora: de 5
personas que cumplen criterios de abuso o dependencia 4 son varones (9.1%, 2008) y 1 es mujer (4.5%,
2008) un dato importante es que muchas de estas personas escasamente buscan ayuda psicológica, y a
menudo cuando lo hacen la adicción ya es muy elevada.

Lo expuesto pone en evidencia la necesidad de atención psicológica a los jóvenes con indicadores de
dependencia (484.000 consumidores de ciudades más pobladas de Colombia) según resultados
encontrados por Oficina de las naciones unidas contra las drogas y el delito de la Organización de los estados
americanos [CICAD-OEA, 2013] que apoyan desde la indagación y la asistencia a la población afectada por el
consumo de sustancias psicoac vas desde la propuesta vida sin droga.

La psicología ene como propósito describir, explicar, predecir y controlar el comportamiento humano
desde sus diferentes enfoques; La tercera Fuerza en psicología, llamada enfoque Humanista comprendida
como el “sistema Psicológico de múl ples Perspec vas, cuyo objeto de estudio es el ser humano, situado
existencialmente, considerado como un proceso , como un ser en constante devenir” (González, 2000, p.
31) resenta un proceso de evaluación e intervención al adolescente o adulto joven, cuando éste acepta de
manera consciente el contacto con las drogas licitas o ilícitas, privilegiando el estudio de la personalidad

1
Psicóloga. Docente investigadora de la Universidad de San Buenaventura Medellín extensión Armenia. Email:
Leonor.celis@tau.usbmed.edu.co

34
como la fuente receptora de experiencias significa vas, responsable de simbolizar información en el self
de la persona, acorde a la carga psicológica y a los niveles de consciencia que se detectan en la construcción
del “ser” en el adolescente.
Desde una mirada ontológica al “ser” del adicto y siendo fieles a la formulación Rogeriana sobre la “visión
del hombre como arquitecto responsable de sí mismo, subje vamente libre y que elige” (Rogers, 1963, p.
90) publicada en su Ar culo Toward a Csience of a Person, se ene como condición diagnos ca que un
adolescente dependiente a la marihuana experimentara en su presente lo que Rogers denomina la
tendencia actualizante, es decir, se ene como cierto su apertura a nuevas experiencias de vida que le
permi rán tomar decisiones congruentes con la persona que necesita ser; mo vo por el cual toda la
propuesta psicoterapéu ca tendrá como propósito la coherencia de todas las experiencias sensoriales y
viscerales del organismo con la pauta conceptual del sí mismo, logrando experimentar el equilibrio
psicológico y el bienestar general al escudriñar una vida sin drogas.
Descripción del Caso.
Mateo es un joven de 23 años, estudiante de tercer semestre de ingeniería Industrial en una universidad
privada de la ciudad de Cali, hijo de padres separados (13 años cesación de efectos civiles del matrimonio),
cuya separación religiosa está aún sin resolver. Mateo ha vivido con su madre, quien es la persona que ene
la patria potestad, ya que su padre es un hombre alcohólico, con historial de violencia intrafamiliar y
abandono en los primeros años de convivencia familiar.
Mo vo de consulta o Figura:
Mateo señala: “Desde hace un año estoy en tratamiento psiquiátrico por consumo de marihuana, creo que
me estoy rando la vida y también la de mi familia especialmente me preocupa mi madre, ella está enferma
por culpa de mi papá, mi padre es un asco, un flojo don nadie que no sirve para nada, a veces siento hasta
las ma por ese hombre, pero no sé cómo hacer para cambiar, cuando pienso tanto en esta vida busco la
marihuanita que me calma”

Antecedentes del mo vo de consulta o la figura: Campo fenomenológico


Mateo relata que según su madre, “siempre fue un niño nervioso, inestable y apegado a ella”, recuerda con
algo de vergüenza que hasta hace poco durmió en su cuarto en camas separadas, la mayoría de las veces
terminaban juntos casi siempre por su inicia va de dormir mejor. Otra caracterís ca según la madre de
Mateo, era su poca inicia va, mo vo por el cual ella siempre le ayudo a ves rse, ahora de adulto también le
asesora en la escogencia de la ropa, está muy al tanto de sus estudios, de sus amigos y sobretodo, es la
persona que lo defiende cuando ene que enfrentarse a alguna situación di cil. En el rol de madre se
experimentan sen mientos de deuda afec va, repite que la vida fue injusta con Mateo; por otro ella siente
que debe amarlo por ella y por las personas que no lo han hecho, percepciones que fueron traídas a la
consciencia como un amor maternal dañino, debido a que gran parte de su presencia es inspirado por las
condiciones de abandono y maltrato.

El consultante refiere que la relación con el padre nunca ha sido buena, “todo fueron promesas
incumplidas, maltratos sicos y psicológicos tanto para la madre como para el hijo, cuando más lo
necesitaron se ausentaba días y hasta meses”. Cuando venía a casa Mateo tenía miedo, siempre se escondía
detrás de la madre, lloraba y se ponía insoportable. Mateo recuerda que siempre lo descalifico, le dijo
“tonto, torpe, bueno para nada, nagüetas, poco hombre “y lo peor él nunca se defendió, solo lo odio como
bien lo describe al recordar este hecho. En cuanto al consumo de marihuana empezó a los 17 años, cuando
ingreso a la universidad, con su mejor amigo de infancia, quien le recomendó para el aburrimiento y para
pasarla bien en las reuniones sociales, ac vidades que dependían de la programación de éste.
Posteriormente, su dosis se volvió recurrente, una o dos veces por semana, Mateo dice “encontrar alivio,
tranquilidad o al menos se le olvida todo, hasta de su madre querida, y también estudiar e ir a las clases
debido a que duerme 12 horas después del consumo; “su preocupación más grande es que siente que se
está pareciendo a su padre, y eso ni muerto”.

35
En cuanto al consumo de marihuana empezó a los 17 años, cuando ingreso a la universidad, con su mejor
amigo de infancia, quien le recomendó para el aburrimiento y para pasarla bien en las reuniones sociales,
ac vidades que dependían de la programación de éste. Posteriormente, su dosis se volvió recurrente, una o
dos veces por semana, Mateo dice “encontrar alivio, tranquilidad o al menos se le olvida todo, hasta de su
madre querida, y también estudiar e ir a las clases debido a que duerme 12 horas después del consumo; “su
preocupación más grande es que siente que se está pareciendo a su padre, y eso ni muerto”.

Situación actual:
Dentro de las esferas afectadas por el consumo de marihuana están la académica, debido a que su
permanencia en la universidad ene matricula condicional, así mismo, sus relaciones interpersonales
adolecen de profundidad afec va, se registra más la conveniencia social o afec va donde Mateo
frecuentemente confluye en las decisiones de otros. Su estado emocional siempre esta alterado, pocas
veces se muestra feliz, ha tenido dos relaciones de pareja, donde dice que han sido más amigas que novias.
Lo acompañan sen mientos de inseguridad, sobre todo cuando desea iniciar una relación, en las cuales
siempre espera obtener aprobación para con nuar con sus planes; su presente está lleno de
frustraciones al no terminar con sus proyectos y sobre todo dice Mateo, “mi madre no me puede faltar,
aunque peleo mucho con ella me doy cuenta que la necesito casi para todo en la vida”. En la vida co diana
del consultante experimenta cambios en el estado de ánimo, en ocasiones se muestra agresivo, de mal
humor, siempre está inconforme con la vida, poco feliz y cada vez más despreocupado, a veces dice que no
quiere volver a la universidad.

Obje vo Terapéu co: Lograr consistencia entre las experiencias sensoriales y viscerales del organismo
con la pauta perceptual del sí mismo.

Conceptos centrales de la psicoterapia centrada en el cliente

1. La relación terapéu ca es fundamental en el proceso para Rogers, es decir, las ac tudes hacia la
persona que nos consulta serán la clave para derribar barreras y amenazas en la personalidad
afectada. El establecimiento de la relación terapéu ca con Mateo requirió La incondicionalidad, el
respecto y la empa a hacia su persona, abrió el espacio para evaluar el estado emocional que
acompañaron los hechos dolorosos simbolizados en su campo fenomenológico, en especial las
interpretaciones hacia sí mismo y los demás. La formación Rogeriana permite al terapeuta
comprender el significado de la conducta al captarla tal como la percibe el consultante, permi endo
estar en el marco de referencia de éste y así poder reflejarle con toda la fuerza emocional hechos,
ac tudes, sen mientos, resen mientos e intencionalidades sobre su sí mismo afectado por la
dependencia hacia las personas y las drogas.

2. La terapia Rogeriana siempre busca la congruencia entre el yo real y la estructura del sí mismo en el
transcurso del proceso terapéu co, para tal efecto el terapeuta tendrá muy claro las proposiciones
que cons tuyen la teoría de la personalidad esbozada por el autor, donde encontrara todo el sustento
teórico para entender la estructura y la dinámica del ser que consulta. Para el caso de Mateo,
especialmente las proposiciones (8, 9,10): aclaran la e ología de la personalidad dependiente al
referirse al análisis del campo fenomenológico, señalando que “una parte del campo perceptual total
del individuo se diferencia gradualmente cons tuyendo el si-mismo (self)”, gracias a la interacción
valora va de figuras importantes para el consultante y a las experiencias que están siendo
potencialmente accesibles a la consciencia de sí mismo.

3. El eje central de la teoría Rogeriana es la tendencia inherente del organismo a desarrollar todas sus
capacidades para fortalecer la personalidad o la estructura yoica del individuo, en este aspecto hay
claras coincidencias con Goldstein y Maslow (1978). Planteamientos como ¿Quién soy? ¿Y como
puedo conver rme en mi mismo? Requieren de estar abierto a la propia experiencia y experimentar
de manera consciente al proceso de su sí mismo, teniendo como base más no como condición

36
absoluta “su autopercepción” lo lleva a verse a sí mismo como agente ac vo, con capacidad de
decisión sobre su persona, de afectarse y liberarse a pesar de los condicionamientos de valor en
relación con los otros. Para lograr este obje vo al lado del terapeuta, el consultante debe pasar por
muchos filtros que su misma percepción ene como falsos o llamados por Rogers como autoengaños
(máscaras que lo defienden de las amenazas a la iden dad construida). Rogers, refiriéndose al
concepto de organismo vivo y su actualización, siempre dijo que “el organismo valorará un suceso
posi vo si este refuerza la tendencia de actualización y como nega vo si la contradice”.

4. El obje vo final del proceso terapéu co es la consistencia (congruencia) interna con la propia
imagen y el sí mismo deseado (self ideal). El concepto de la consistencia Rogers lo retoma de Lecky
(1945), donde el “orden interno se percibe en coherencia entre el sistema de valores y concepto
propio”. En consecuencia, el consultante valorará sus experiencias, independiente de las condiciones
de valor en relación con personas significa vas (relación con los padres) como congruentes a su
desarrollo personal, subsanando bloqueos parciales o totales al sí mismo como en el caso de mateo,
donde su organismo negó o deformo la experiencia como respuesta a una amenaza a su iden dad
inmadura o dependiente.

Etapas del proceso terapéu co


De acuerdo a la formación y praxis psicoterapéu ca de la autora de este caso, se expone a con nuación la
interpretación de los principales elementos Rogerianos, requeridos para abordar adecuadamente el caso
que se presenta. El proceso terapéu co se fundamenta en dos momentos, en los cuales se evidencian
movimientos estructurales de la estructura yoica en coherencia con su sí mismo.

1. La etapa de desorganización.

Esta etapa está conformada por la descripción y el análisis del problema. En la etapa inicial, el terapeuta ha
puesto a disposición del consultante la metodología y ha desplegado las ac tudes terapéu cas descritas
por Rogers y Buber (1997) donde se establece el principio dialógico que permite la presencia sustancial del
otro, necesaria en una relación persona a persona, como única posibilidad de acceso al ser. Es importante
destacar, que en el proceso centrado en el cliente la evaluación es permanente, debido a que se ene como
principio terapéu co que el consultante es un agente ac vo, capaz de comprender y hacer ajustes a su
sistema psicológico.
La descripción se caracteriza porque el paciente presenta su malestar de manera desconectada con la
estructura central de su personalidad (self real), igualmente, se observaran emociones nega vas,
pesimistas cargadas de frustración, desánimo y sobre todo reflejará un se n miento de incapacidad total
frente a lo que le sucede. Dice Rogers “como si tuviera un cuerpo extraño en su cuerpo perfectamente sano”.
El terapeuta pondrá a disposición todas las respuestas reflejas (simple, de sen mientos, respuesta de
inversión figura-fondo, contra defensiva y finalmente la respuesta de dilucidación o clarificación, producto
de la comprensión emocional y psicológica) el efecto será reflejar a la persona de manera periódica e
integral lo que ella ha dicho desde su discurso y ha mostrado desde sus emociones y sen mientos
conectados al sí mismo.
El obje vo terapéu co es lograr el darse cuenta de la percepción par cular de su experiencia significa va
registrada en su campo fenomenológico, el acento psicológico es la significación de esos hechos en una
iden dad construida con la es mación par cular de referentes importantes sin consciencia de dicha
simbolización. Las descripciones iniciales mostraron la rigidez psicológica de las percepciones del
consultante hacia su iden dad: mateo, consideraba que era un joven como todos, “estudiante,
dependiente de los padres, relajado en cuanto a las responsabilidades académicas, y consumidor
ocasional de marihuana”. El terapeuta se enfoca en reflejar cada una de sus descripciones de manera
organizada y coherente, considerando estas respuestas como la base real para rescatar las implicaciones
emocionales y los lasos afec vos inherentes a cada vivencia.

37
Sin embargo, y gracias al reconocimiento de su sí mismo en las palabras reflejas del terapeuta, las primeras
evaluaciones dejan como resultado la evidencia de la frustración desde lo familiar, afec vo y social.
Afloran a la consciencia sen mientos de dolor y abandono en un ser necesitado de amor, cuidado y
consideración posi va (Según Rogers condición universal y aprendida por todos los seres humanos);
reflejándose de manera mida un “yo” inmaduro, necesitado e insa sfecho, evidenciado en la carga
afec va de palabras y ac tudes hacia un padre ausente y un ser desvalido viviendo en su persona.
Finalmente se iden ficaron bloqueos psicológicos hacia su sí mismo, con afectaciones graves en su
autoimagen, la cual resultó empobrecida y restringida en la toma de decisiones y en la construcción de una
iden dad propia.

A través del análisis del problema se explora y valora todas las acciones producto de las percepciones
rela vas del consultante, desde los hechos mismos, las consecuencias y la significación que enen para la
estructura de su sí mismo. La terapia centra en la persona ene como propósito central reflejar de manera
organizada todas las experiencias emocionales que acompañan las experiencias significa vas del
consultante, la cual permite que emerjan en el discurso terapéu co las incongruencias, los mecanismos
de defensa, las percepciones sesgadas, los sen mientos contradictorios, lográndose el fenómeno de verse
a sí mismo a través del discurso del terapeuta, el cual hará lectura completa del estado emocional del
consultante. Mateo, durante varias sesiones mostró incongruencias entre sus verdaderas necesidades y la
percepción de su sí mismo, renuente a la apertura de nuevas experiencias, centrado en su malestar y
proyectando la culpa a personas importantes quienes le faltaron (padre) o le impedían ser (madre). Sin
embargo, su consciencia parecía vivir una doble condición yoica, por un lado tenía un yo superficial,
orientado hacia los demás, donde podía confluir de manera rápida y segura, poco responsable de
consecuencias; correspondiente a la simbolización de experiencias ancladas en el poco desarrollo de un
organismo inmaduro; el pasado era su referente más cercano; otra parte de si, manifestaba
inconformidad, frustración, impotencia, evidenciándose el conflicto interno, el presente se percibía como
una oportunidad lejana pero necesaria para subsis r, las primeras prác cas en la toma de decisiones
involucraban dejar su iden dad prestada y proyectarse en ¿quién puede ser ese otro?

El terapeuta centra su interés en la significación inmediata de las palabras, logrando determinar cómo son
vividos estos eventos en el presente inmediato del consultante, su rastreo clínico va hacia experiencias
reveladoras que implican la estructura del sí mismo, haciendo que el proceso tenga una connotación
central desde el “yo” más que de los sucesos o vivencias de la persona. Mateo iden fica una de sus
“máscaras”, a través del mecanismo de defensa de racionalización, aquel que lo protege de sus
responsabilidades, percepción que le permite argumentar su condición de incapacidad y
adormecimiento emocional. Se inicia en el consultante el proceso de autorregulación, luego de darse
cuenta de mensajes encriptados en su personalidad, simbolizados para gestar una iden dad
dependiente, correspondiente no solo a sus primeros ciclos de vida sino a los es ma vos provenientes de
voces también frustradas e impotentes que tuvieron eco emocional en el consultante y se incubaron en
un organismo inmaduro.

Etapa de Reorganización.

En esta etapa se observara la valoración y la integración a la estructura del yo de aspectos que son
necesarios para llegar a ser la persona que necesita ser. En esta fase, el paciente ha llevado su proceso a una
dimensión más profunda, su centro de atención y sufrimiento (circunstancias, personas externas a su
estructura yoica) se ha rever do, gracias a las respuestas reflejas de inversión figura-fondo y contra-
argumentación, según Rogers, retoma su centro: como adulto joven percibe algún grado de madurez y
dirección en su vida: se preguntará: ¿que espero de la vida, quien soy yo, que hago para lograrlo? cuál, es mi
meta al dejarme llevar por la decisión de otros?. Después de una visión de conjunto de su situación
personal, Mateo, concluye que la mayoría de sus convicciones no eran propias, en cambio se habían
instalado de manera dañina sen mientos tóxicos que dieron como resultado una iden dad dependiente,
mostrando reacciones defensivas como la distorsión percep va, donde las experiencias fueron negadas o

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ignoradas a la conciencia por no persibirse ninguna relación con el mismo. La terapeuta con nua reflejando
estos cambios a travez de las respuestas de dilucidación, dando cuenta de su verdadera problemá ca: El
consultante ha experimentado el auto reconocimiento, ha podido visualizar su dimensión empobrecida y
vic mizada de su sí mismo, ha experimentado posibilidades y condiciones que le sa sfacen un pseudo-yo
como el consumo de marihuana.

En esta parte del proceso de reorganización, es frecuente encontrar resistencias en la nueva postura para
la toma de decisiones, el paciente sabe que ene que hacer pero prefiere que el terapeuta se
responsabilice y se lo indique, haciendo replica de su pasado. Con la convicción sobre el efecto devastador
que lo anterior puede producir en el consultante, el proceso terapéu co se concentra en la diferenciación
de su estructura yoica y la valoración de un pseudo-yo que no sa sface el presente del consultante,
diluyéndolo ante sí mismo y los demás; igualmente, como un beneficio adquirido del “darse cuenta” se
inicia el posicionamiento de un “yo” como centro de un sistema de valores acorde a una iden dad
propia, más cercana a la sa sfacción de sus necesidades organísmicas en coherencia con la estructura del sí
mismo.

En la etapa de integración, el paciente mostrara aceptación de sí mismo, sen mientos de seguridad al dejar
de sen r “los deberías” (eres malo, dependiente...), valoración posi va de sí mismo (me reconozco como
persona), debido a la coherencia de su yo real con su yo ideal, empezará a ejecutar cambios en su campo
fenomenológico, de po cogni vo en sus inicios y de acción en la apertura a nuevas experiencias y
proyectos.

La persona está acercándose al sen miento y al pensamiento de vivir en un mundo que comparte y es para
él, contrario a su pasado: como lo dice Rogers (1998) cuando existe incongruencia: “se siente viviendo en
un mundo y exis endo en otro” su movimiento más importante en la terapia fue retornar a su centro,
reconocer su “yo” e integrarlo a su personalidad, rever r la relación dependiente, estructurar su yo como
una pauta consistente pero dinámica en la cual giraran todas las experiencias de vida sin afectar su
condición central. Moverse desde una perspec va del presente favoreció la toma de decisiones
co dianas, académicas y sociales, su vida no dependerá de su pasado percibido como injusto o
incompleto, su línea de confianza estará en su condición de libre albedrío al tomar decisiones que hablaran
de una persona orientada por su propio sistema de valores, fortalecido por las experiencias pasadas pero
viviendo de manera compa ble con su sí mismo.

Algunas consideraciones para lograr coherencia entre el organismo y la estructura del sí mismo.
Experiencias significa vas integradoras a una personalidad funcional, como lo describe ampliamente
Rogers en su libro “el proceso de conver rse en persona (Rogers, 1961).

1. Según el autor, se logrará ser ú l a otros cuando se deja de lado ac tudes defensivas,
comportamientos superficiales y opuestos a los verdaderos sen mientos de la persona.
2. Se logrará más eficacia en las relaciones interpersonales cuando se puede escuchar con tolerancia y
ser uno mismo, dejando de lado la vic mización y la culpa.
3. Una de las experiencias más significa vas en el ser humano y de enorme valor es permi rse
comprender al “otro”, posiblemente ese descubrimiento me permita cambiar a pesar de los miedos a
hacerlo, como en el caso de Mateo.
4. La experiencia es la máxima autoridad, más que las ideas y es maciones ajenas (significa vas para la
persona), incluso las propias no son válidas como la vivencia misma.
5. Los hechos no son hos les, son el camino en búsqueda de la verdad, los hechos son aprendizajes de
vida, nos permiten la apertura a la experiencia y a los ajustes crea vos, según el autor.

39
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CASO 6: EL PAPEL DE LA CULTURA ORGANIZACIONAL EN EL DESARROLLO Y CRECIMIENTO DE UNA
FAMIEMPRESA
Laura Alejandra Gallego Echeverri1; Carlos Alberto Orrego Peralta2; Mónica Bibiana Escandón González3

Introducción

El caso presentado a con nuación se enmarca en un contexto socioeconómico regional limitado, con
necesidad de diversificar su ac vidad económica más allá de lo agrícola, con el comercio y el turismo; con
predominio de las PYMES y empresas familiares, realidad descrita por la Superintendencia de Sociedades
(2006), donde evidenció que el 70% de las empresas a nivel nacional eran familiares, porcentaje que se
representaba también para el Departamento del Quindío (Londoño, Calderón et, al,. 2008). Las
Famiempresas enen el desa o de ajustarse a las exigencias del mercado nacional, del TLC, obligando a
estas a buscar estrategias para la compe vidad, el crecimiento, sostenimiento e innovación, con el riesgo
de estancarse en pequeños negocios familiares, por el bajo desarrollo económico industrial (Londoño,
Calderón, et al, 2008). Las organizaciones en su propósito de ser compe vas en el mercado, han
reconocido la importancia que enen los ac vos intangibles, entre ellos el capital humano, su dinámica
(actuaciones, relaciones, comunicación, rituales, entre otros) y el cómo se configura (Cultura
Organizacional) al interior de los entornos laborales para su éxito, en este sen do, contemplando el
panorama propuesto, surgen las siguientes preguntas: ¿Están preparadas las empresas de la región para
compe r? ¿Su cultura organizacional permite el crecimiento y desarrollo? ¿Qué ajustes son necesarios
desde la ges ón humana para enfrentarse a este desa o? ¿Las famiempresas perciben la consultoría como
una herramienta efec va para su desarrollo?

A con nuación, se analizará el caso de una famiempresa, presentando sus caracterís cas y los ejes de
análisis que permi eron iden ficar cómo su cultura organizacional (CO) incidía en la efec vidad de sus
procesos, la estructura organizacional (EO),las dinámicas relacionales, la produc vidad de la empresa, y
finalmente plantear una propuesta de intervención desde la psicología organizacional.

Presentación del caso

La famiempresa intervenida (FEI) goza de gran reconocimiento en la región y en algunas ciudades del país,
con una trayectoria de más de dos décadas, forjada con el tesón y el empuje de la familia quien la fundó, y
que aún la lidera. Como caracterís ca de muchas famiempresas existen alguna debilidades en la EO; la
empresa no posee completamente estructurada el área de ges ón humana y sus procesos, aspecto que
generó la búsqueda de consultoría externa con el obje vo de realizar una evaluación de desempeño (ED),
que tenía como fin el cumplimiento norma vo, e iden ficar tanto el alcance de obje vos y resultados,
como el desempeño contextual en términos de competencias, y así generar un horizonte claro para los
procesos de formación y desarrollo.

Al empezar a abordar las descripciones de cargo y sus respec vos perfiles, se hizo explicito que no estaban
estructurados con base en competencias, pues se encontraban descritos como un check list de adje vos,
que en su mayoría no sa sfacían las necesidades del know how para desempeñar exitosamente el cargo.
Así surgió la inicia va de proponer el diseño de un modelo de ges ón por competencias, en aras de
estructurar una línea estratégica de ges ón humana y amarrar sus prác cas de manera coherente, sin
embargo, la empresa, como consecuencia del modo tradicional de leer, operar e intervenir el capital
humano, no la consideró per nente, por lo cual se advir ó la posibilidad de que cualquier construcción
podría estar permeada por CO, y por tanto los resultados de la ED se distorsionarían y podrían terminar
mime zando diferentes problemá cas.

1
Psicóloga Especialista en Gerencia del Talento Humano. Docente investigador de la Universidad de San Buenaventura
Medellín extensión Armenia. Email: lauragallegoe@gmail.com
2
Psicólogo Especialista en Psicología Organizacional, Docente investigador de la Universidad de San Buenaventura Medellín
extensión Armenia. Email: cabeto173@hotmail.com
3
Psicóloga Especialista y Magister en Gerencia del Talento Humano. Email: moniesgo1@gmail.com

41
Comprensión teórica del caso

Las organizaciones, según el Dr. Cathalifaud (2008), deben ser analizadas y concebidas como sistemas
autopoié cos. Las organizaciones resultan relevantes para el funcionamiento de cualquier sociedad, pues
son medios efec vos para alcanzar obje vos, movilizar recursos, y otra serie de operaciones significa vas
para la misma. Así mismo, éstas se autoconstruyen y producen sus componentes a través de sus propias
prác cas y operaciones, caracterizándose como sistemas de comunicación decisional, que pueden llevar a
ga llar diferentes cambios en la organización, sean para producir procesos adapta vos, o para colapsar y
desaparecer. Finalmente, si el sistema funciona es porque sus componentes se encuentran coordinados en
un momento determinado y por tanto en constante actualización. También, para poder sobrevivir y
mantenerse en el medio deben conocer su entorno, procesar la información que éste les proporciona y
lograr acoplarse con otros sistemas.

En este aspecto, las organizaciones crean mecanismos para coordinar sus componentes estructurales y
perpetuar sus operaciones, mecanismos de ges ón, EO y CO que las diferencian de otros sistemas,
dándoles así iden dad y personalidad, que se imprimen en sus servicios, productos, desarrollo y relación
con los stake holders. De esta manera, sus decisiones se tornan singulares demarcando sus límites,
convir endo la incer dumbre externa en interna, procesamiento de información que depende de la
percepción del sistema, demandando aún más decisiones que se entrelazan para formar una realidad
organizacional que responde a lo más profundo de ellos, su CO.

Según Schein (1982 citado en (Sepulveda, 2004) la CO es “el patrón de asunciones básicas que un grupo
dado ha inventado, descubierto o desarrollado durante su aprendizaje para manejar sus problemas de
adaptación externa e integración interna” (p. 3). En este sen do, la CO, genera caracterís cas par culares,
produciendo formas de pensar que permean la información proveniente del entorno, y por tanto, ma zan y
direccionan las decisiones que se toman y se convierten en acciones transformadoras. Por tanto, la CO
afecta al sistema y sus elementos, generando formas par culares de ver el mundo y moverse en él. Así
mismo, es importante señalar que dentro de cada CO hay espacio para decidir libremente y crear nuevos
paradigmas que movilicen el sistema, sin embargo, siempre seremos sujetos de la cultura y será ella quien al
final permita qué variaciones se podrán dar.

Según Nanda (1987 citada en (Bello y Riveros, 2003), “existen diferentes grados de compar r la cultura por
parte de los miembros de una sociedad: Hay sociedades, por ejemplo, en las que la gran mayoría de sus
miembros comparten unas mismas creencias, unos mismos valores y unos mismos comportamientos o
costumbres; se trata de sociedades homogéneas” (p.12). En este sen do las organizaciones idealmente son
sociedades homogéneas que comparten su CO a través de sus líderes, prác cas y diferentes costumbres que
cons tuyen su realidad, y que orientan el comportamiento corpora vo hacia los obje vos que la
organización se traza. Igualmente, como espacios culturales se convierten en lugares de enseñanza-
aprendizaje, donde se dan procesos educa vos orientados al logro de los fines organizacionales, y también,
modelos que las personas replican (prác cas y liderazgos), tomándolos para sí mismos e internalizándolos,
e influyendo en el comportamiento de manera no consciente. Así, los liderazgos se presentan en las
organizaciones como modelos a seguir y ser imitados por la organización en general; éstos generan rasgos
dis n vos en el comportamiento organizacional, por ejemplo, los liderazgos de po paternalistas forman
personas dependientes, inseguras, poco flexibles, des-empoderadas, en fin, rasgos que pueden afectar el
desarrollo de la organización y su horizonte estratégico. Así, la CO se convierte en la principal herramienta
para el logro empresarial. Cameron y Quinn (1999 citado en (Sepulveda, 2004) proponen una metodología
específica para su estudio, basada en el modelo conocido como Compe ng Values Framework (CVF). Ellos
iden fican cuatro grandes pos de cultura dominantes: a) clan, b) adhocra ca, c) jerarquizada, y d)
mercado, descritas a con nuación:

42
Clan Adhocra ca
-Ambiente amistoso y con alto compromiso para -Ambiente dinámico, crea vo y emprendedor.
trabajar.
-Lideres innovadores y tomadores de riesgo.
-Líderes como mentores y figuras paternales.
-Éxito dado por el incremento de ventas y
adquisición de nuevos recursos.
-Organizaciones unidas por lealtad y tradición.
-Innovación en bienes y servicios, y liderar nuevos
-Éxito dado por la sa sfacción al cliente interno y mercados.
externo.
- Es mulan la inicia va individual y libertad de
-Premian el trabajo en equipo, la par cipación y
intelecto.
el consenso
Jerarquizada Mercado
-Organización como lugar estructurado y -Organización orientada al resultado y la efec vidad
formalizado para trabajar.
-Lideres orientados al resultado, compe vos y
-Procedimientos, directrices, reglas y polí cas exigentes
específicas para hacer el trabajo.
-La organización enfa za en mantener el éxito,
-Interés de líderes por coordinar y organizar mejorar su imagen y reputación.
eficientemente el trabajo.
-Éxito dado por el posicionamiento y la par cipación
-Valoran la estabilidad y el control. en el mercado.
-Éxito dado términos de eficiencia y adecuada -Ambientes controlados y estables
planeación.

-Recompensas por el trabajo eficiente se dan en


ascensos y aumentos salariales

Además, evalúa la orientación que ene la CO hacia el cambio o la estabilidad frente a las demandas del
entorno. Por tanto, las CO ma zan el desempeño de las organizaciones siendo o no convergentes con su
planeación estratégica, sin desconocer que ésta es un producto cultural, así se generan prác cas que se
convierten en su co dianidad, pudiendo causar malestar e insa sfacción frente a la realidad
organizacional. Par cularmente, las famiempresas se caracterizan porque son propiedad de grupos
familiares, y se encuentran dirigidas por sus propios miembros. Según Gracia - Nieto (1999) citado en
(Sabater, Ruiz y Carrasco, s/f), la familia ene una gran influencia en la cultura de la famiempresa y sus
componentes, pudiendo caracterizarse por ser introver das, inflexibles, tradicionales y resistentes al
cambio. La dirección de estas empresas recae en varios miembros de la familia donde se concentra el poder,
autoridad y toma de decisiones, ejerciendo un alto control, supervisiones duras con trabajadores e
indulgencias con miembros de la familia, sin embargo, esta dinámica de control no se traduce en el uso de
polí cas formales muy estructuradas.

Con base en lo anterior, las famiempresas podrían presentar dificultades en la cons tución de su EO y
planes estratégicos, generando grandes brechas entre éstos, entorpeciendo el crecimiento y desarrollo de
la organización. Por otro lado, a las empresas familiares también se les considera como muy eficientes,
capaces de generar un gran número de empleos y riqueza, con servicios y productos de calidad, flexibilidad
para adaptarse a los gustos de los consumidores y posicionarse o lanzar nuevos productos al mercado.
(Sabater, Ruiz y Carrasco, s/f). Ahora bien, las empresas familiares no están atravesadas por una CO
específica, pero su CO si está muy influenciada por la cultura familiar que poseen quienes las fundan,
generando un po de cultura, creando ambientes familiares, formas de pensar tradicionales, roles de
autoridad y control, y generando decisiones coherentes con las creencias de quien las dirige.

43
Por tanto, frente a estas condiciones las intervenciones en cultura organizacional estarían prác camente
dirigidas a los líderes de dichas empresas, lo cual hace complejo el abordaje ya que se par culariza
levantando diferentes pos de resistencia que entorpecen el proceso de consultoría. La FEI no escapa a las
condiciones descritas anteriormente, es un sistema que ha venido creando su propia realidad, edificando su
propia iden dad y personalidad a través de sus operaciones, y la toma de decisiones que hasta ahora la han
llevado a consolidarse como una empresa reconocida, con potencial en el mercado y una CO predominante.
Su personalidad cimentada en su CO, la lleva a percibir su entorno de forma singular, aquí surge la paradoja a
la cual se enfrentan; pues aunque son una organización prospera, el entorno les demanda otro po de
acciones, decisiones que fomenten cambios, actualización de la empresa para tomar dirección hacia la
visión que se proponen, sin embargo, es su propia CO que resiste al cambio, a adaptarse efec vamente a los
desa os, razón por la cual se hace relevante el rol del consultor.

Aproximación diagnós ca organizacional


Como se mencionó anteriormente el acompañamiento empezó por la solicitud de un proceso de ED, en el
cual se propone emplear una metodología 360°, y su riqueza en las fuentes de información respecto al
desempeño de un colaborador, obteniendo aportes desde todos los ángulos: supervisores, compañeros,
subordinados, clientes internos, y su propia autoevaluación (Herra y Rodríguez, 1999). Para llevar a cabo la
ED, se revisaron inicialmente los perfiles existentes, se diseñaron competencias acorde a las funciones
desempeñadas y se estableció el instrumento para evaluar (el instrumento fue construido, ajustado a los
cargos y validado por la empresa para asegurar la validez de contenido). Estos instrumentos incluían las
competencias definidas, las funciones descritas en el manual de desempeño y un espacio para
observaciones que permi ó recoger información sobre competencias y caracterís cas organizacionales.
Tras el análisis de la ED, se encontraron elementos que daban cuenta de la problemá ca organizacional de
fondo, por lo cual en los espacios de retroalimentación con los líderes de área se realizaron entrevistas a
profundidad que permi eron ampliar la información y evidenciar los siguientes ejes de análisis:
a) Centralización del poder en la gerencia: se manifiesta en la toma de decisiones estratégicas y opera vas,
evidenciando dificultades para delegar, confiar en el equipo de trabajo, con necesidad absoluta de control;
impactando los diferentes niveles de la organización, en los colaboradores debido a los pocos mecanismos
de par cipación y la consolidación de una zona de confort, haciendo que su ac vidad se limite al
cumplimiento de las funciones asignadas; en los niveles intermedios generando frustración al coartar su
autonomía; y en la gerencia, sobrecarga de trabajo, subu lización del rol a niveles de control y supervisión,
más que a la proyección estratégica de la organización, generando re procesos y desperdicio de recursos.
Otros hallazgos, se enfocaron en la interacción lineal que ene las áreas con la gerencia, en esta dinámica
cada área se orienta a sa sfacer a la gerencia, más que a la integración de ideas, acciones, proyectos y
planes, vulnerando el empoderamiento, trabajo en equipo, la planeación estratégica y la transversalidad de
procesos, entre ellos por ejemplo el del talento humano. Lo anterior, valida y reafirma a la gerencia, su
modus operandi como centro del funcionamiento de la organización, limitando la innovación y crea vidad
necesarias para su crecimiento.
Frente al liderazgo, se presenta en repe das oportunidades actuaciones inseguras, toma de decisiones
vacilantes, baja inicia va, necesidad de supervisión y aprobación constante por parte de la gerencia,
caracterís cas enmarcadas en un modelo de Liderazgo paternalista, que según Montalvan (1999) es una
modalidad de liderazgo de po autoritario, que es más su l al escudarse en la benevolencia y el interés por
el beneficio de la gente (p.35); este po de liderazgo es frecuente en famiempresas, donde el sistema
familiar es en cierta medida mezclado en el sistema empresarial y los trabajadores terminan siendo
dirigidos o tratados como hijos (priman los lazos emocionales, la cordialidad y la comprensión), y éstos
legi mando este po de relación, generando a su vez dependencia, y aceptando la forma como el líder
juzgue los procesos (Llanos, 2004, p.13). Este liderazgo ha sido funcional para la organización y su
consolidación, sin embargo para las nuevas expecta vas de expansión y compe vidad, no es el adecuado
ya que se requiere de mayor empoderamiento y del máximo potencial de sus integrantes en condiciones
laborales más es mulantes.

b) Cultura organizacional: La CO es la esencia de lo que es realmente la organización, de cómo se cons tuye,


como interactúa y cómo se comporta más allá de lo establecido formalmente. En la FEI se encontraron

44
elementos que permi eron iden ficar el po de CO presente; asi, se reconocen el discurso de sus
integrantes.

c) Una alta importancia a la eficiencia, cons tuyéndose como uno de sus valores, esto fue evidente en la
definición de las competencias para la ED, donde se es mó como de supremo valor el manejo adecuado de
recursos y su op mización en el cargo. Por otro lado, mantener la estabilidad de la empresa también se
cons tuyó como elemento fundamental de la CO, esto se evidencio en el bajo índice de rotación de
personal, y en expresiones de la gerencia como “lo que espero de mis colaboradores es el compromiso y
mientras exista esta condición, la empresa está dispuesta a apoyarlos en su crecimiento”, también, “en
casos especiales la organización ha dado oportunidades de mejora a su personal con la finalidad de
mantener a quienes ya hacen parte, conocen los procesos y se han formado en la empresa”. Según el
modelo de compe ng values framework propuesto por Cameron y Quinn (1999, citado en Sepúlveda, 2004)
poseen una CO con una fuerte tendencia a ser jerarquizada, además, se hallaron algunos elementos de
una CO po clan, que ma zan su esencia organizacional.

d) Estructura organizacional (EO): corresponde al diseño que la organización plantea para distribuir su
trabajo, sus niveles de autoridad y responsabilidades. (Chiavenato, 2009). Este aspecto lo es pulado en la
estrategia organizacional para el cumplimiento de obje vos y se posiciona como relevante, como bien lo
menciona Chiavenato: “tanto la estructura como la cultura de la organización deben ceñirse a la estrategia
para que su ejecución tenga éxito” (2009, p. 76), así se evidencia que si se requieren cambios en la
organización deben considerarse estos dos aspectos.

La revisión de la EO y de la plataforma estratégica, mostro la existencia de procedimientos no ajustados a la


realidad operacional de la empresa ni a sus proyecciones, sin niveles claros de autoridad, responsabilidad,
ni las relaciones que deben establecerse entre las diferentes áreas de trabajo. Es así como la an güedad en
el puesto de trabajo permite que se internalicen los procedimientos del cargo, mas no de su óp ma
descripción, además de un organigrama incoherente e inoperante. Esto indica que la estructura formal no
se ajusta al funcionamiento real de la empresa, generando ambigüedad en los roles y desar culación en los
procesos.

La falta de coherencia entre EO y estrategia, genera distorsiones entre lo que se quiere lograr y los medios
que se u lizan para hacerlo, incrementando el nivel de entropía en la organización y por tanto de desgaste.
Así mismo, la toma de decisiones y el funcionamiento co diano, refleja poca o ninguna planeación
estratégica, sumergiendo la organización en una constante priorización de lo urgente sobre lo importante.

Finalmente, la hipótesis diagnós ca que emerge de los indicadores y ejes de análisis presentados dan como
resultado una CO con una alta tendencia a ser jerarquizada, y con caracterís cas de una CO po clan. Esta
combinación da cuenta según Cameron y Quinn (1999, citado en Sepúlveda, 2004) de una organización que
se orienta más a la integración, la estabilidad y control ante los cambios. Lo cual puede plantearse como
obstáculo para la intención de crecimiento y de posicionamiento en el mercado regional, nacional e
internacional, evidenciando inconsistencias entre lo que es la organización y lo que desea ser, brecha
marcada entre EO y estrategia.
Intervención organizacional

Hablar de intervención organizacional denota el acontecimiento de alguna problemá ca que afecta los
propósitos vitales para la empresa, como son la produc vidad, la innovación, el desarrollo, el crecimiento,
entre otros; en este sen do la alta gerencia iden ficó una problemá ca bajo una mirada lineal
“causa–efecto”, una manifestación del malestar organizacional que es un síntoma, pero no la e ología, para
lo cual es preciso un análisis sistémico que permita hacer una lectura acertada del problema. En el caso de la
FEI se logró evidenciar este fenómeno, la demanda inicial estuvo dirigida a la ED, y en la ejecución del
proceso se pudo establecer lo que finalmente se convir ó en el obje vo principal de intervención: su CO
actual, donde se encontraron elementos iden tarios en la dinámica de la empresa a nivel estructural y de
liderazgo, que no se ajustaban a la proyección estratégica deseada.
45
En este orden de ideas, el panorama encontrado mostró que para reducir las brechas entre las
competencias actuales y el nivel esperado, requerían de una EO ajustada y alineada con el crecimiento de la
empresa, Peter Drucker (s/f) mencionaba, “La mejor estructura no garan zará los resultados ni el
rendimiento, pero la estructura equivocada es una garan a de fracaso”; así también la ausencia de un
organigrama funcional y la pobre definición de la EO, amerita el abordaje de este aspecto, para dar la
plataforma que facilitaría el desarrollo de la CO deseada, razón por la cual se establecieron los dos ejes de
intervención, los cuales fueron presentados a la alta gerencia con la pretensión de ser reconocidos como
crí cos y que requerian del compromiso gerencial y la toma de decisión para su ejecución.

Planteamiento de la propuesta

Vale la pena mencionar que los paradigmas organizacionales no son fácilmente quebrantables, y requiere
de empo, recursos e indispensablemente del compromiso de la alta gerencia. Para la FEI su historia y
filoso a le consolidaron y dieron reconocimiento en el mercado, por lo cual, el desa o de dicha propuesta
apuntaba a confiar en dinámicas diferentes, que implicaban ajustes en su EO, su plataforma estratégica, el
po de liderazgo de sus colaboradores, especialmente de líderes de área, ar culándolos a una CO orientada
a los resultados, crecimiento, compe vidad y mejoramiento de los ambientes laborales. En este sen do,
como respuesta a la problema zación, la empresa toma un lapso antes de tomar una decisión,
evidenciando su actual CO de control, reac vidad y reproceso, arriesgándose a desgastar el capital humano
y su capacidad de respuesta a nuevos retos organizacionales, sin embargo, se presentó la propuesta a
con nuación.

En el matrimonio CO y Estrategia, se establece la necesidad de develar el po de cultura existente en la


organización (según la teoría de CAMERON Y QUINN), y sus supuestos subyacentes para trabajar en la
construcción de una CO adecuada para lograr los obje vos de la empresa, mejorando su capacidad de
respuesta y de adaptación. Así mismo, con relación a los colaboradores, es mular el empoderamiento, la
autonomía, el trabajo en equipo, la efec vidad en el establecimiento y cumplimiento de metas, sen do de
pertenencia por la empresa y mo vación por el trabajo. En términos generales, incrementar el
aprovechamiento de los recursos y de su talento humano, el desarrollo y la compe vidad organizacional.

Aunado a esto, para lograr la sinergia y el trabajo sistémico deseado, se proyectó la construcción de una EO
que potencie el logro de los obje vos de la empresa y le permita responder efec vamente a la dinámica del
entorno de forma planeada y proac va. En este orden de ideas, la propuesta de intervención que se
construyó para la FEI consta de tres fases, en la que se construirán diferentes procesos sistémicos
amalgamados coherentemente para producir los resultados esperados, incrementar la produc vidad y el
desarrollo organizacional.

Se proponen entonces los siguientes obje vos de intervención:

• Realizar diagnós co de CO teniendo como base la metodología de Schein, y los pos de CO de Cameron y
Quinn.
• Co–construir el nuevo orden cultural imperante en coherencia con el planteamiento estratégico.
• Realizar ajustes a EO de acuerdo al planteamiento estratégico de la empresa.
• Diseñar el modelo de ges ón por competencias como unidad básica para el desarrollo del capital
intelectual.

Conclusiones y recomendaciones

- El diagnós co debe ser integral y sistémico. El diagnos co debe abarcar el funcionamiento general de la
organización y con base en un análisis sistémico que permita iden ficar la e ología de la problemá ca y no
se quede solo en la descripción del síntoma sino que integre a este como producto de la dinámica
organizacional para obtener mayor efec vidad en la intervención.

46
- La relación vincular entre consultor y famiempresa es relevante. La peculiaridad de estas CO requiere
que el consultor analice muy bien los fenómenos de transferencia y constratransferencia para construir el
vínculo con la empresa, pues esta es la base del proceso, y de esta manera se deberá relacionar de acuerdo a
lo requerido por la empresa para emprender el proceso de cambio.

- El trabajo de consultoría es un trabajo de co-construcción con la empresa. Las empresas desconocen


esta dinámica, por lo cual acceden a estos servicios en busca de un conocimiento experto externo a su
organización, pero se enajenan del proceso poniendo en riesgo la efec vidad de las intervenciones al no
lograr factores iden tarios que enganchen a la organización con el trabajo que la consultoría desarrolla.

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47
CASO 7: INTERVENCIÓN EN CRISIS PARA VICTIMAS DE DESPLAZAMIENTO DEL CONFLICTO
Olga Liliana Pineda López1

Introducción.

Contar la historia de Colombia y escuchar versiones de esta, nos lleva a muchas narra vas, aún más de la
historia de la violencia, donde cada uno de sus actores podría contarla de acuerdo a su punto de vista y
vivencia. Cuando hablamos de historia no está escrita la úl ma palabra, en este momento de acuerdo a las
recopilaciones e inves gaciones del Centro de Memoria Histórica, se amplía la posibilidad de nueva
información, de fuentes que dan detalles del hecho, del momento histórico, incluso, diferentes formas de
interpretarlos. Como lo sugiere en sus trabajos Searle (1997) “un hecho es una categoría social que termina
siendo obje vo porque así se consideró en un momento determinado”. Como lo define Cuervo (2013) “Las
víc mas son ciudadanos a quienes se les ha vulnerado un derecho o un conjunto de derechos, y se les ha
causado daño que debe ser reparado”, pero en el contexto del Estado Social de Derecho (ESD), ese o esos
daños enen que ser reparados individual o colec vamente para posibilitar la recuperación de su dignidad,
y confianza en la sociedad y las ins tuciones.

Bajo esta concepción del estado social de derechos los ciudadanos deben recibir sin discriminación unos
estándares básicos que les posibilite tomar decisiones autónomas y realizar su proyecto de vida. De acuerdo
a las cifras de la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Vic mas con corte a junio 1 de 2015, en
Colombia se han registrado 7.438.023 víc mas del conflicto, cifra que día a día sigue en aumento, y que
desde la ins tucionalidad viene abordándose desde la oferta de servicios, desde cada uno de los
requerimientos que se ha legislado para el tema de desplazamiento y ahora vic mas emi dos por el país
como son la Ley 387 de 1997, la Sentencia T-227 de 1997, la sentencia T 025 de 2004 y sus autos de
seguimiento, y la Ley 1448 de 2011. Dentro de muchas condiciones di ciles que viven las víc mas del
conflicto está el sufrimiento que se manifiesta en afectaciones psicosociales como lo plantean las
inves gaciones sobre el tema como la realizada por Médicos sin Fronteras a 4.455 pacientes que fueron a
su consulta psicológica en Cauca, Nariño, Caquetá y Putumayo, arrojó que la violencia es, entre otros
factores estudiados, el evento que más afecta la salud mental de la población civil, con índices de ansiedad y
depresión que llegan al 34 por ciento, cifra mucho más alta que la del resto de población.

Contexto.
La ocurrencia de conflictos internos, además del precio usual de las guerras, ha producido una creciente
vic mización de la población civil. Durante las guerras internas, los grupos armados involucran a la
población, con el fin de lograr claros obje vos bélicos. Para conseguir la consolidación de la hegemonía
territorial, la apropiación de bienes privados y públicos para financiar el conflicto, el debilitamiento del
apoyo civil al oponente, entre otros, los grupos armados llevan a cabo agresiones directas a la población
civil, Una manifestación dramá ca de estas acciones de los grupos armados es el flujo con nuo de
población víc ma de desplazamiento y refugiada en el mundo. Según internal-displacement organiza on a
enero del 2015, más de 38 millones de personas en el mundo han sido desplazadas por conflicto en el
mundo.

Algunos historiadores como Gonzalo Sánchez reflexionan que la violencia en Colombia puede verse en tres
grandes períodos. El primero que será el siglo las guerras civiles del siglo XIX y hasta la guerra de los Mil Días.

1
Psicóloga, Universidad de Manizales. Docente Investigador, Universidad de San Buenaventura Medellín extensión Armenia.
Psicóloga de la Unidad Móvil ICBF para la Atención a la Población Victima del Desplazamiento Forzado y Otros Hechos
Victimizantes. E-mail Olga.Pineda@usbmed.edu.co

49
“Esta violencia se en ende en el proceso de consolidación del Estado y se daba entre las clases dirigentes
que asumían la conducción militar y polí ca de las operaciones militares. Los mo vos se relacionaban con
temas como centralismo y federalismo, el rol del Estado respecto de la economía, las relaciones entre el
Estado y la Iglesia Católica” (Sánchez, 1991). Un segundo periodo se da a mediados del siglo XX reconocido
por la población “La Violencia”, y que señala, más allá de una disputa entre caballeros y las clases
dominantes, “una confrontación entre facciones polí cas en el que ya par cipan otros sectores de la
sociedad como los campesinos o cierto proletariado urbano afiliados a uno de los dos par dos polí cos.”
(Sánchez, 1991). Como lo plantea Cuervo (2013)

“la muerte del polí co liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948 significó para muchos la
irrupción de lo social en la polí ca y una nueva dinámica del conflicto. Gaitán representaba en el
seno del par do liberal a los excluidos de la polí ca, al país nacional que él llamó para
diferenciarlo del país polí co, aquel que se representaba en los líderes liberales y conservadores”

El tercer período es el que inicia en la década de los 60's con el surgimiento de los grupos guerrilleros de las
FARC y el ELN, se caracteriza por ser un conflicto en el que se discute la legi midad del Estado por unas
fuerzas insurgentes alineadas ideológicamente a las ideas socialistas que se abrían paso en diferentes
países en el mundo. En la revisión realizada por Gonzalo Sánchez si bien se puede argumentar que este
tercer período podría extenderse hasta hoy, es necesario señalar que las dinámicas de este período, y
sobre todo la irrupción de factores como el narcotráfico y el paramilitarismo, hacen pensar en un cuarto
período que podría haber comenzado luego de la toma del Palacio de Jus cia por parte del M-19 y se
ex ende a todo lo largo de la vigencia de la Cons tución de 1991, pacto cons tuyente que surge
precisamente como resultado de las negociaciones del Estado colombiano con esta guerrilla urbana
surgida en la década de los 70 Hoy, el conflicto adquiere una nueva dinámica, tal y como como sugiere
Medina Gallego:

La inves gación y los análisis sugieren que el conflicto colombiano se encuentra en un punto de
inflexión importante, a par r del cual los actores deben tomar decisiones transcendentes que
enen que ver con sus proyectos polí cos estratégicos y los mecanismos y medios para
alcanzarlos. La guerra ha llegado a un punto donde las partes han entendido que no se van a
derrotar mutuamente, que ninguno va a alcanzar la victoria defini va sobre su adversario, y que
de intentarlo, significaría arrastrar al país a un siglo más de guerra.

Esta opinión explicaría que el conflicto se encuentre en una etapa de negociaciones entre el Estado y las
FARC. Par cularmente en Colombia, el desplazamiento forzado ha adquirido un nivel de emergencia
humanitaria de primera línea, describir las cifras de desplazamiento, a pesar de no reflejar la magnitud del
drama que se vive en el día a día es jus ficación suficiente para el análisis de la atención de las víc mas.

El Dr. Moty Benyakar (2006) afirma que en la I guerra mundial aproximadamente el 20% de los muertos
eran civiles, en la II guerra mundial esta proporción aumento al 90%, y en la actualidad la población civil
corresponde al 90% de las víc mas del conflicto armado y terrorismo. En condiciones par culares de
vulnerabilidad como en las que viven algunos sectores de la población colombiana, se dan situaciones con
potencial traumá co que, vienen a inmiscuirse con aquellas derivadas de vivir en zonas en conflicto, cuyos
hechos violentos afectan de manera directa e indirecta a la población civil y a los diferentes ecosistemas.

Contexto / Intervención psicosocial

El análisis del impacto psicológico del desplazamiento forzado debe tener en cuenta, no solo el hecho como
tal que origina la decisión de desplazarse, sino el significado de todo lo vivido previamente, el significado de
la vivencia del desplazamiento durante la movilización y las vivencias posteriores ( Alejo, Edgar G, 2005)
Es necesario tener en cuenta que las familias viven hechos o eventos donde se enen que desplazar dentro
de su propio territorio o a otro lejano, para salvaguardar su integridad, este desplazamiento ocurre con su
grupo familiar o en forma masiva (a par r de 10 grupos familiares o más de 50 personas).

50
De acuerdo a experiencias de intervenciones en el conflicto armado y desastres se habla de intervención de
equipos psicosociales, donde la propuesta plantea estar junto a la familia en la búsqueda, recepción y
apropiación de las estrategias y servicios que coadyuven en la res tución de sus derechos vulnerados,
dándole el si o que le corresponde como sujeto principal e interlocutor en la búsqueda de alterna vas
viables. Cada una de las familias debe desarrollar competencias a corto y mediano plazo que le propicien
autonomía, autoges ón de las soluciones para lograr la res tución de sus derechos.

Si el profesional se va a desplazar a la zona donde se ha recepcionado la familia o los grupos de personas,


debe realizar un plan de atención a seguir, donde se incluya caracterís cas, mapeo del territorio y de las
familias que permitan establecer prioridades. Se ubican por medio de búsqueda ac va, es decir va a las
familias, teniendo en cuenta que generalmente están desinformadas, no saben adónde acudir,
atemorizadas para dar información por el impacto de los hechos.

Con una visión integral de los recursos internos del entorno contextualizada, se trazan unos obje vos
referidos a los aspectos mínimos de bienestar en el corto plazo, que se establecen con base en los Derechos
Humanos y en el Derecho Internacional Humanitario y a unos máximos definidos por la familia de acuerdo a
sus necesidades, expecta vas y prioridades. De acuerdo a lo planteado por Rodríguez, Posada y Pacheco
(2009) el análisis de la situación actual se puede realizar desde las siguientes preguntas, que deben ser
respondidas en conjunto con los líderes de la comunidad beneficiaria:

* Cuáles son los problemas y necesidades principales y cómo priorizarlos?


* ¿Cuántas familias y cuántas personas hacen parte del grupo que será atendido?
* ¿Cuál es su distribución por grupo étnico, género y edad, ciclo vital?
* ¿Qué personas deben ser atendidas con mayor urgencia dentro de este grupo?
* ¿Qué recursos y fortalezas existen en la familia y en la comunidad?
* ¿Ya enen albergue?
* ¿Qué ayudas están recibiendo? (necesidades básicas).
* ¿Qué acciones ha adelantado el grupo frente a su(s) actual(es) problema(s)? (Manual de convivencia).
* ¿Qué acciones de solidaridad se están dando entre el mismo grupo y entre ellos y la comunidad
receptora?
* ¿Qué redes sociales e ins tucionales existen dentro del grupo y cuáles pueden ser ú les? (ar culación
interins tucional e intra ins tucional).
* ¿Qué prác cas, costumbres, normas, existen en el grupo y cuáles pueden ser u lizadas, de acuerdo a su
cultura?

Según Rodríguez (2009) en conjunto con la familia, se establece tanto la prioridad de atención a las
necesidades iden ficadas como las alterna vas de solución a las mismas, de tal forma que la atención no se
orienta solo a una dimensión o área especializada, sino a diversas dimensiones de la familia y de los recursos
presentes a su alrededor. Las decisiones deben ser organizadas como estrategias que ar culan las medidas
psicológicas, sociales, de seguridad, etc., las cuales orientan la coordinación de acciones específicas. Por
medio del ejercicio conjunto, se determina qué situaciones deben ser atendidas de forma inmediata, tales
como la presencia en el grupo de niños y niñas que han quedado huérfanos y personas en grave estado de
salud sica o mental. Al igual se deben iden ficar los procesos que se pueden efectuar de manera colec va,
como complemento a la intervención y con el fin de propiciar el fortalecimiento comunitario previniendo
ciertas situaciones de riesgo.

Familia Vic ma/ Comunidad


Con cada familia se busca el espacio de atención , si no se ene consultorio, oficina, se ubica un lugar
tranquilo y aislado de las demás familias a atender, convocando a todos los integrantes del grupo familiar o
sistema significa vo presentes, se realiza una presentación y en forma breve explica aclarando el alcance
sobre la ayuda que les puede prestar. Es importante informarles sobre los derechos que enen por su
situación de vic mas de desplazamiento.
51
El profesional genera un clima de confianza, mo va al diálogo, sin profundizar en la relación con la familia,
establece una primera comprensión o lectura de la situación, la comparte con la familia y en conjunto
formulan las hipótesis iniciales sobre la dinámica familiar que se presenta, deben decidir cuándo se
realizará la evaluación y quiénes deben par cipar.

Registro de la familia:

Si no es posible con cada uno de los integrantes de la familia, con uno de ellos diligencia los datos básicos
(iden ficación, sistema de seguridad social en salud, grupo étnico en el que se reconoce, situaciones
diferenciales, nivel de escolaridad),
Elementos de la evaluación:
Cada uno de los profesionales, se reúne por separado con los integrantes de la familia donde se pueden
u lizar las herramientas que consideren per nentes dentro de la disciplina( genograma, ecomapa) ; por la
experiencia del ICBF en la atención a víc mas recomienda emplear una herramienta como el “perfil de
vulnerabilidad genera vidad familiar”, definida en el Modelo Solidario planteado por Estupiñan y
Hernández (2009) en libro “Lineamientos Técnicos para la Inclusión y Atención de Familias”, que consiste en
la mirada integral de las debilidades y de los recursos que se presentan al interior y al exterior de la familia.

También es per nente, el esquema de los eventos muy significa vos vividos en el úl mo año, meses en su
historia antes durante o después del desplazamiento u otras herramientas que el equipo considere
per nentes. El resultado de la evaluación debe ser socializado con la familia estableciendo un concepto
integral y recomendaciones u observaciones per nentes.

Ejes de la evaluación
1) Factores de riesgo:
a) Relacionados con el evento
b) Relacionados con las víc mas
c) Relacionados con la respuesta social al evento
d) Indicadores de riesgo de enfermedad mental
e) Consumo y abuso de sustancias psicoac vas (incluye alcohol),
f) Condiciones de estrés extremo,
g) Indicios de violencia de po sexual.
h) Presentan manifestaciones de ansiedad y depresión?
2) Condiciones especiales
a) Manifestaciones de po cogni vo
b) Manifestaciones afec vas
c) Manifestaciones somá cas
d) Manifestaciones interpersonales
e) Manifestaciones conductuales
f) Duelo
3) Resiliencia: qué caracterís cas de esta encuentra en la familia.
4) Constatación de derechos de la familia mediante la ruta de asistencia a población vic ma (Ruta No. 2)

Plan de Abordaje:
El plan debe establecer metas realistas, basado en las condiciones obje vas existentes; caracterizándose
por ser prác co, concertado, integral y apto para las condiciones socioeconómicas y culturales locales.

Es opera vo que se esquema ce con los siguientes elementos: obje vos, indicadores, ac vidades,
responsables y plazos, de tal forma que sirva como guía y pueda ser monitoreado. Los responsables de las
ac vidades serán los integrantes de la familia y los del equipo psicosocial, según sea la situación.

52
Según Rodríguez (2009) los elementos del plan se definen como:

Obje vo General: Atenuar los efectos del evento, resignificando las experiencias vividas, restableciendo la
normalidad y previendo los daños de la salud mental de las familias afectadas.
Obje vos específicos: se definen a par r de cada uno de los elementos que resultan de la evaluación. Se
formulan en términos de los cambios que se desea obtener en los aspectos psicosociales de la familia.
Indicador: Se recomienda que cada obje vo específico tenga al menos un indicador que permita medir
tanto la situación actual como la magnitud del cambio alcanzado.
Ac vidades: Cada obje vo específico debe tener una serie de ac vidades para lograr el cambio deseado.
Plazo: Cada ac vidad ene una fecha máxima para ser realizada de forma completa.
Responsable: Cada ac vidad debe tener una persona responsable de su realización en el plazo establecido.
Recursos: Cada ac vidad implica unos recursos (materiales, financieros, humanos, ins tucionales) para ser
realizada. Es importante que se formulen ac vidades que sean viables o posibles de cumplir de acuerdo a las
capacidades de la familia y la unidad móvil, según los recursos disponibles y el contexto.

Implementación y monitoreo del Plan:


De acuerdo a Rodríguez, Posada, Bayón Montaña, y Pacheco (2009) La implementación y el monitoreo del
plan de abordaje consiste, en un acompañamiento educa vo a la persona o familia (beneficiario) en el
desarrollo de las ac vidades planificadas, de tal forma que los beneficiarios puedan desarrollar las
competencias necesarias para lograr autonomía, apropiación adecuada de los recursos disponibles y/o
consecución de aquellos que se requieren para la res tución de los derechos vulnerados. El seguimiento es
una revisión del cumplimiento de cada una de las ac vidades, que se realiza de forma par cipa va entre el
profesional y los integrantes de la familia y se puede dar tomando como parámetro los indicadores
registrados en el formato plan de abordaje.

Cierre de la Ges ón del Cas:


Se considera que se debe hacer cierre cuando la persona y/o familia ha cumplido con los obje vos
propuestos en el plan de abordaje; cuando una de las partes expresa el deseo voluntario de re rarse o
desis r del proceso.

Ley 1448 de 11 de junio de 2011 de Vic mas y Res tución de Tierras:


Dentro de la atención a la población vic ma hace parte el informar sobre los derechos y deberes como
víc ma. Las en dades del Gobierno Nacional, Alcaldías y Gobernaciones enen 10 años para implementar
la Ley 1448 de Vic mas y Res tución de Tierras a par r del 10 de junio de 2011, de manera gradual y
progresiva. Donde se define como Vic ma “ aquellas personas que individual o colec vamente hayan
sufrido un daño por hechos ocurridos a par r del 1 de enero de 19845, como consecuencia de infracciones
al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de
Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno.” (Art, 3 Ley 1448 de 2011).

Se debe tener en cuenta que dicha ley permite evidenciar si es víc ma de minas an personales o
municiones sin explotar, secuestro, desplazamiento forzados, despojo de erras, ataques a la población
civil, violencia sexual, tratos, crueles inhumanos y degradantes, desaparición forzada, reclutamiento,
homicidio, tortura, , Violaciones sexuales y otros delitos contra la integridad sexual en el marco del conflicto
armado; si ha sido víc ma de despojo, se ene en cuenta que la Ley sólo contempla situaciones
presentadas a par r del 1 de enero de 1991 y hasta el 10 de junio de 2011. Cualquier ciudadano que vive un
hecho vic mizante en el marco del conflicto, sea de forma indiviual o colec va, la ley otorga medidas como
registro, atención, asistencia y repación. El proceso es el siguiente:
Registro Asistencia

Atención Reparación
Registro único de vic ma RUV
53
Para que la víc ma reciba las medidas de atención y reparación debe estar incluida en el Registro Único de
Víc mas (instrumento de iden ficación de víc mas en términos del art.3 de la ley 1448) para lo que deberá
presentarse ante cualquiera de las oficinas de la Procuraduría, Defensoría del Pueblo o Personerías
Municipales y hacer una declaración de los hechos que causaron la violación de sus derechos. Verificará
después de 60 días si se encuentra “incluido” en cualquier Punto de Atención de no ser incluido debe apelar
y argumentar de nuevo la versión del hecho o los hechos vic mizantes. Dentro de la ley 1448 del 2011 de
víc mas y res tución de erras y sus decretos reglamentarios se deja establecida la ruta de atención,
asistencia, y reparación a la población víc ma. (Ruta No.1)

Ruta No 1: de Atención, Asistencia y reparación.

RUTA DE ATENCIÓN, ASISTENCIA Y REPARACIÓN

Atención Asistencia Reparación

Información y • Alimentación • Res tución


orientación • Alojamiento Temporal • Indemnización
• Salud • Rehabilitación
• Educación • Sa sfacción
• Iden ficación • Garan as de no
• Reunificación Familiar Repe ción.
• Generación de • En sus dimensiones:
Ingresos individual, colec va,
material, moral y
• Asistencia Funeraria
simbólica

ESCENARIO DE RETORNO O REUBICACIÓN

Tomado de UARIV de, h p://www.unidadvic mas.gov.co/index.php/conozca-sus-derechos/-atencion

Ayuda humanitaria de emergencia


Es aquella que se brinda para proteger y atender las necesidades de las víc mas en cuanto a alimentación,
aseo personal, manejo de abastecimientos, utensilios de cocina, atención médica y psicológica de
emergencia, transporte de emergencia y Alojamiento transitorio, teniendo en cuenta las condiciones
sicas y culturales. Las recibirá en el momento en que ocurren los hechos.

Atención inmediata: consiste en proveer albergue temporal y asistencia alimentaria, a cargo de la en dad
territorial municipal receptora de la población desplazada. Quien la atenderá desde el momento de la
declaración hasta cuando se realice la inscripción en el Registro Único de Víc mas. Es importante tener en
cuenta que podrán accederán a esta Ayuda Humanitaria Inmediata quienes presenten la declaración y si el
hecho que dio origen al desplazamiento ocurrió dentro de los tres meses previos a la solicitud.

54
Ruta No 2: Asistencia

Tomado de UARIV de, h p://www.unidadvic mas.gov.co/index.php/conozca-sus-derechos/ruta-


asistencia

Atención humanitaria de emergencia: es aquella que se brinda a par r de la inclusión de la víc ma en el


Registro Único de Víc mas. Teniendo en cuenta la valoración se entregará de acuerdo con el grado de
necesidad y urgencia. La entrega la Unidad de Reparación Integral a las Víc mas UARIV.

Atención humanitaria de transición: se entrega a quien ya está incluido en el Registro Único y aún no
cuenta con los elementos necesarios para su subsistencia mínima y presenta las caracterís cas de gravedad
y urgencia que lo harían des natario de la atención humanitaria de emergencia. El Ins tuto Colombiano de
Bienestar Familiar ICBF deberá garan zar la alimentación de los hogares en situación de desplazamiento. La
Unidad de Reparación Integral a las Víc mas UARIV y los entes territoriales garan zarán el alojamiento
temporal. Esta ayuda incluye los programas de empleo dirigidos a las víc mas y se considerarán parte de la
ayuda humanitaria de transición.
Recorrer caminos donde en el día a día suceden hechos violentos que pongan en riesgo o vulnere la
integridad de la población, es lo que nos lleva a que cada vez más tengamos que plantearnos encuentros
con la vida que con nua…

Referencias Bibliográficas.

Alejo, Edgar Gerardo. Aplicación del modelo de estrés postraumá co en el estudio del impacto de la
violencia sobre la salud mental en población despalzada.MedUNAB.2005.
Atención a víc mas del conflicto armado interno. Módulo 1 y 2 Universidad de San Buenaventura.
Colombia. 2013
Bayon, Posada y Rodriguez. Intervención en crisis durante la fase de emergencia para víc mas de
desplazamiento forzado y desastres. Memorias del diplomado. 2009
Benyakar Moty, Lezica, Álvaro. Lo traumá co. Clínica y paradoja. Tomo 2 abordaje clínico editorial
Biblos. Buenos Aires 2006.

55
Cuervo, Jorge. Contextualización de la violencia y las vic mas en Colombia.1 edición Universidad de San
Buenaventura, 2013.
UARIV (2013). Unidad de atención a víc mas. Rutas de atención. Recuperado de
h p://www.unidadvic mas.gov.co/index.php/conozca-sus-derechos/-atencion
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Medina Gallego, Carlos. Reingeniería militar y polí ca de las FARC. Tomado de www.razonpublica.co
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drogas-y-paz-temas-30/3505-reingenieria-militar-y-poli ca-de-las-farc.html
Sánchez, G. (1991). Los estudios sobre la violencia. Balance y perspec vas. En, Pasado y presente de la
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Searle, J. (1997). La construcción de la realidad social, Paidos, Barcelona.
Slaikeu K. (1996). Intervención en Crisis. Manual para prác ca e inves gación. Editorial manual Moderno.
S.A. Segunda edición.1996

56
CASO 8: DESORDEN ALIMENTICO: APROXIMACIONES DESDE UN MODELO PSICOANALITICO A LA LUZ
DEL ENFOQUE PSICODINAMICO
Leydy Jhoanna Arias Arias¹

Introducción
Los desórdenes alimen cios no responden solo a causas superficiales y/o culturales asociadas al ideal de
belleza, moda o estereo po social, ya que su comprensión requiere el concurso y asociación de factores
personales internos vinculados a la historia del individuo, rasgos de personalidad e influencias
transculturales, entre otros aspectos. Esta mirada posibilita superar la mirada reductora que asocia dicha
condición “exclusivamente” a procesos de aprendizaje o como respuestas definidas predecibles o
cuan ficables en términos de conducta. En Colombia no existen inves gaciones que expliquen
relacionalmente los trastornos alimen cios, pese a que una gran parte de mo vos de consulta en
adolescentes ene que ver con dicho tema. Según estudios de la Universidad de An oquia y de la
Universidad Nacional de Colombia realizados con 474 jóvenes entre 14 y 19 años, el 0.78% cumplió con los
criterios para el diagnós co de anorexia; otro estudio, realizado en la Universidad de An oquia con 972
alumnas de cinco colegios de la ciudad de Medellín, encontró que al 77% le aterra subir de peso, el 46%
prac ca ac vidad sica por esté ca, el 33% se siente culpable después de comer, el 16% siente que la
comida controla su vida y el 8% se induce el vómito (Periódico SENA en línea, 2012).

El problema es mayor en adolescentes que en adultos, y prevalece más en mujeres que en hombres. La
anorexia nerviosa deriva del termino griego “pérdida de ape to” y es caracterizado por tres criterios
fundamentales: una inanición auto-inducida de intensidad significa va; la búsqueda implacable de
delgadez y miedo mórbido a la obesidad; la presencia de signos y síntomas médicos debidos a la inanición
(Kaplan y Sadock, 2009). Se es ma que la edad frecuente de inicio del problema es entre 14 y 18 años y las
causas se asocian a aspectos culturales-sociales, gené cos y personales. Resulta importante iden ficar a
profundidad los aspectos que intervienen en el desarrollo de esta condición y preguntarse por qué sucede
en ciertas personas, ya que sólo 2 de cada 10 adolescentes desarrollan el trastorno, teniendo en cuenta que
todas las personas son expuestas a la misma información en medios de comunicación. El caso que se
describe a con nuación refiere a una adolescente de 14 años remi da a psicología por presentar problemas
alimen cios.

Historia de la enfermedad

La paciente, es atendida por psicología dado que presenta manifestaciones constantes de ansiedad,
asociadas a necesidad de Control y compulsión como medio para manejar el malestar producido por
distorsiones de pensamiento. Síntoma evidente; control alimen cio.
Luisa es una adolescente de 14 años de edad, actualmente cursa noveno grado, se caracteriza por ser una
estudiante par cipa va, con excelente promedio académico, interesada en par cipar de los diferentes
ac vidades académicas y depor vas. La paciente socializa con facilidad, consolidando relaciones posi vas,
sin embargo ende a alejarse y prefiere en ocasiones estar sola, dormir temprano, es una condición
determinante para prepararse para la jornada académica del día siguiente.

La familia es nuclear, padres profesionales. En la actualidad el padre trabaja en casa de manera


independiente y la madre en una empresa importante de la región, su hermana de 6 años de edad asiste al
mismo Colegio.

Dentro de su estructura familiar se muestra un padre exigente, sin embargo, este no es agresivo ni
cas gador, el padre ene varios tulos académicos y se a caracterizado por por es mular en sus hijas una
conciencia racional, este manifiesta la importancia de que sus hijas conozcan y comprendan su actuar
co diano. Por otra parte, la madre se muestra mas complaciente y comprensiva, manifestando

¹Psicóloga. Candidata a magister en evaluación e intervención del desarrollo infantil, Universidad de Manizales. Docente investigadora.
Universidad de San Buenaventura Medellín Extensión Armenia. Email: bienestar.armenia@usbmed.edu.co

57
incondicionalidad para con su hija, se evidencia en esta inseguridad a pesar de que se destaca a nivel laboral
y ene un cargo importante en la empresa.

Los padres acuden por primera vez a consulta manifestando que su hija desde hace un mes ha venido
manifestado un miedo – incomprensible por ella misma- de engordar, incrementando de esta manera el
ejercicio sico, entrenando casi a diario y terminando su día con más ejercicio en su cuarto. Este miedo por
subir de peso ha hecho que Luisa “se las arregle” para cocinar a diario, sus padres han observado que pesa
la comida y controla los ingredientes al momento de preparar un plato. Lo anterior ha propiciado que la
paciente pierda drás camente de peso bajando 10 kilos en un mes. Ante estas manifestaciones sus padres
se alarman y deciden buscar apoyo.

Al hablar con Luisa, manifiesta que su pensamiento más frecuente es el miedo a subir de peso y engordar,
cataloga como incomprensible pensar de esta manera ya que “no se considera una persona superficial”.
Confiesa que ha manipulado a sus padres en algunas ocasiones escondiendo la comida y con su discurso,
orientado a mejorar su alimentación. Igualmente expone que es un pensamiento que se sale de su control
cambiarlo o modificarlo y no considera patológica su conducta. Igualmente atribuye este pensamiento a
charlas que ha tenido con sus compañeras de colegio, a docentes que en clase han hablado sobre la
importancia de mantenerse delgado.

Se hace importante mencionar la resistencia que la paciente le ene a los carbohidratos y fritos, comida
que prepara su padre todos los domingos y que ha generado reacciones explosivas en Luisa, careciendo en
ocasiones de control emocional. Esta úl ma manifestación se ha presentado constantemente, al momento
en que la familia sale a comer a restaurantes, aspecto que hace que ella no pueda cocinar. Otras
manifestaciones implícitas en el caso se relacionan con pensamientos obsesivos mediados por el control.
La paciente expresa que “la descompensa no hacer las cosas como las había planeado, que se salgan del
empo que ella había es pulado para realizarlas, generando así explosiones emocionales de ira y llanto”.
Desde el área de psicología se decide derivar el caso a medicina general, nutrición y psiquiatría, sin
embargo los padres y la misma paciente deciden aplazar el encuentro con el psiquiatra, por “no confiar en
la visión que enen los mismos de trastorno o enfermedad”

Antecedentes relevantes
Hace aproximadamente 7 años el padre de Luisa mantuvo una relación extramatrimonial de la cual se dio
fruto a una hija. Lo anterior hizo que los padres de la paciente pasaran por una separación de dos meses.
Posteriormente la pareja decide volver y mejorar su relación de pareja y familiar. Ante la situación anterior
en conversaciones actuales entre Luisa y su a, se evidencia la intención de la misma en culparla por la
separación de sus padres, ya que su visión tradicional de familia decía que por la madre atenderla a ella en
su infancia, abandonó a su padre generando el alejamiento del mismo de su familia. Los padres de Luisa
desde su infancia intentaron controlar su alimentación con productos naturales, evitando que la misma
consumiese otro po de productos que con contenidos químicos.

Diagnós co o aproximación Diagnós ca


Se realiza un seguimiento de varias sesiones, mediadas por la entrevista y por el discurso socrá co.
Igualmente se propone la aplicación de pruebas proyec vas como el HTP y el test de frases incompletas de
uso clínico SSCT. Con la aplicación de estas herramientas se llega a realizar una aproximación diagnos ca
estructural y una aproximación diagnos ca Clínica.
Desde el punto de vista psicodinámico el diagnós co estructural se orienta hacia una Neurosis Obsesiva.

58
Figura 1 Test Machover (Figura Humana)

Es importante señalar que si bien la anorexia puede ser comúnmente asociada a la estructura Histérica se
evidencia en este caso rasgos predominantes de personalidad Obsesiva, aspecto que contribuye a
mantener ac vo el interés de controlar cada alimento que la paciente ingiere, y el lugar en el cual lo ingiere,
esto, relacionado con la alimentación, sin embargo existen otras variables vinculadas a su comportamiento,
relaciones interpersonales, afec vidad, u lización de mecanismos defensivos, ideal del yo que sugieren
este po de personalidad. Con relación a las pruebas aplicadas se sugieren caracterís cas personales como;
obje vidad, equilibrio, organización, me culosidad, evidentes en la planeación de cada ac vidad que
realiza, desde las académicas para desempeñarse adecuadamente asegurando de esta manera
perfeccionismo en este ámbito y por ende el reconocimiento por ser la mejor estudiante del colegio.

Igualmente se evidencian manifestaciones de poseer una Personalidad equilibrada, con capacidad de


adaptación en los diferentes escenarios que comprenden su vida. Sin embargo existen explosiones
emocionales que sugieren lo contrario. Explosiones que se generan cuando la paciente siente que pierde el
control de sus planes o estos deben ser replanteadas. Por otra parte Luisa manifiesta pobre capacidad de
tolerancia a la frustración, situación que descompensa su área emocional y que se vincula a su manera de
actuar seguido a la frustración, se muestra como una persona con una visión catastrófica del futuro,
aspecto que la preocupa y que hace que tenga que tener sus comportamientos debidamente organizados y
planificados. Este aspecto se encuentra vinculado a la obsesividad, ya que los pensamientos catastróficos
hacen que ella crea importante mantener un orden sobre sus cosas y vida co diana. Se sabe que el campo
de batalla del obsesivo es el pensamiento, reflejado en dudas e intensa ambivalencia.

Muestra “vanidad intelectual” ya que le agrada ocupar los primeros lugares en el colegio, y ser la primera en
todo, incluyendo el voleibol que es su deporte favorito, aspecto que la lleva a tener un excesivo autocontrol
o control alimen cio. En el momento en que siente que otra persona alcanza sus mismos logros, señala que
ene una crisis emocional y pasa a re rarse, aspecto manifiesto en las pruebas a través de rasgos de
ambición y orgullo como caracterís cas de personalidad en formación. El análisis indica el deseo de
salvaguardar la in midad, deseos de evasión y control iden ficando una lucha interna constante con la
norma o Súper yo, mismo que mediante la racionalización le permite mantener su in midad oculta. Es
importante tener en cuenta que la paciente resiste a hablar de sus cosas ín mas, lo cual es señal de
infan lismo – aspecto que puede ser un factor determinante de la Anorexia y del deseo de mantenerse
niña-. Dicho así, Luisa presenta la moral del obsesivo la cual es genuina e insobornable, sin embargo la
búsqueda de aprobación del súper yo (Padre) es más importante, por lo que sus actos están encaminados
en sa sfacerlo.

59
A nivel emocional se muestra evita va, no habla con facilidad de sus emociones, mostrando una tendencia
a racionalizarlas o expresar emociones opuestas (formación reac va). Con frecuencia su discurso se
orienta a ser percibida como una persona equilibrada, ocultando de las crisis emocionales que presenta,
de suyo los mecanismos defensivos predominantes son la racionalización y formación reac va.

Caracterís cas de la personalidad obsesiva (Brainsky, 1986)


El carácter obsesivo es, a menudo, par cularmente rígido, al punto de cons tuir una verdadera
coraza caracterial, se dis ngue por:
a. Parsimonia
b. Necesidad de control que se convierte en la razón de ser de la vida del paciente
c. La me culosidad, el orden preciso para cada una de sus ac vidades también
relacionado con el estricto control
d. El obsesivo ende a oscilar entre extremos de despilfarro y tacañería, con marcado
predominio de esta úl ma.
e. La pulcritud excesiva
f. Oscilaciones entre sadismo y la sumisión exagerada
g. Coleccionismo
h. El campo de batalla del obsesivo es el pensamiento en el cual debaten los conflictos.
i. La moral del obsesivo es genuina e insobornable
j. El yo del obsesivo ene su punto de fijación en la etapa fálico – edípica.

Diagnós co Clínico: Anorexia Nerviosa – Tipo Restric vo dado que la paciente cuenta con los siguientes
criterios diagnós cos según el DSM – V (F50.01):

Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la
talla. Este criterio se asocia en la paciente con la resistencia de la misma a subir a su peso normal,
lineamiento otorgado en consulta de nutrición. Igualmente en repe das ocasiones Luisa ha manifestado su
“miedo a dejar de sen r sus huesos (clavículas) ya que esto implicaría que ha subido de peso”, por lo cual,
en repe das ocasiones se toca el cuello y los hombros para asegurarse de que estos están ahí. Igualmente
evidencia miedo intenso a ganar peso o a conver rse en obesa, incluso estando por debajo del peso normal,
también vinculado a que la paciente presenta un peso por debajo de su peso normal con tendencia a la
desnutrición. En el criterio de Alteración de la percepción del peso o la silueta corporal, se iden fica que
Luisa es consciente de su extrema delgadez, sin embargo es una caracterís ca sica que le agrada, negando
constantemente su enfermedad, no asume consciencia sobre el peligro que ene sobre su salud o incluso
sobre la posibilidad de llegar a la muerte. Son notables los efectos sicos asociados a la restricción en la
ingesta de alimentos, manifestados en la presencia de amenorrea, se agota con facilidad, en ocasiones no
puede con nuar con la lectura de un libro ya que su visión se torna borrosa y se marea, además de
alteraciones en su temperatura corporal.

Existen ac vidades depor vas presentes en la vida de Luisa, que hace que se mantengan los propósitos de
bajar de peso y no engordar, la disciplina que debe mantener y el ideal a alcanzar de ser una excelente
jugadora mediados por la auto exigencia, una caracterís ca puntual en la personalidad de la paciente.
Según el DSM- V el inicio de este trastorno suele iniciarse con la llegada de un evento vital importante, en
este caso se puede hablar de la entrada a la pubertad, de los cambio establecidos en Luisa a par r de cambio
de ciudad, colegio y compañeros, así como el evento familiar asociado al padre, el cual es detonado por su
a hace poco empo.

Comprensión

A par r de la comprensión psicodinámica de la anorexia, planteada en Kaplan y Sadock (2009) esta se ha


interpretado como una demanda del paciente frente a su independencia y sociabilidad, sus tuyendo las
60
preocupaciones con la manifestación de la enfermedad. Si analizamos el caso de Luisa, el rechazo hacia
algunos alimentos puede estar asociado a esta necesidad de individualidad, puesto que sus padres a lo
largo de su vida han tratado de controlar su alimentación con productos naturales, este aspecto es
iden tario para esta familia, lo que muestra una necesidad de desvincularse por medio de la misma.

A par r de lo anterior es importante tener en cuenta que la adolescencia no es solo una etapa del
desarrollo, ya que se encuentra marcada por múl ples cambios bio-psicológicos. Sigmund Freud
observaba que en la pubertad, en virtud del segundo florecimiento de la sexualidad desencadenado por la
maduración gonádica, se produce una reedición del complejo de Edipo que sólo se resuelve mediante la
intervención defini va e inexorable del tabú del incesto ("exigencia civilizadora que actúa especialmente
en el adolescente"), que conduce a la ruptura generacional y a la liberación de la autoridad de los padres
(Tubert, 2010). En Luisa se encontró la necesidad de autonomía, el deseo de desvinculación, y finalmente,
la necesaria consolidación de su individualidad. El trastorno es respuesta a la frustración de estos anhelos, y
con él busca también frustrar a sus padres. Por esta razón en algunos momentos no está de acuerdo con su
familia, aborrece la terapia, entra en negación y ocultamiento, evitando cualquier po acuerdo.

Las manifestaciones alrededor de lo anterior con núan estando ligadas en especial a su padre, ya que los
primeros alimentos que rechazó fueron los cocinados por su padre e implicaban una tradición los
domingos para la familia. El cuerpo para Luisa representa un medio de control de sus padres, así la anorexia
responde al intento de cambiarlos, ya que vive una lucha u oposición contra ellos, que a la vez manifiesta el
deseo de validarse como una persona única y especial. Este síntoma también se asocia a la necesidad que
ene la paciente de sobresalir ante su familia y socialmente, situación que al ser frustrada trae consigo la
crisis emocional. Lo anterior puede generar problemas en el intento de ganancia de autonomía además de
falta de iden dad personal, elementos planteados por Kaplan y Sadock (2009) como aspectos cruciales
para comprender los trastornos alimen cios.

Otro síntoma determinante en la conducta alimen cia inadecuada está asociado a los conflictos familiares
y el vínculo matrimonial de sus padres que se ha visto fracturado por el padre “su ideal”, de esta manera se
desvía la atención del conflicto sobre la alteración patológica relacionada con la ingesta de alimentos,
manifestando desaprobación y repudio a la familia, aspecto análogo al rechazo que ene hacia algunos
alimentos, este proceso se encuentra mediado por la iden ficación proyec va. Otro aspecto a tener en
cuenta es el vínculo generado con la madre, el cual es escaso debido al trabajo de la madre. Con el paso del
empo dicho vínculo fue mejorado hasta producirse una alianza emocional con la madre. El inadecuado
proceso desarrollado en la relación madre-hija y el hecho de llegar a la adolescencia con el interés de ser
autónoma, hacen que el deseo inconsciente de desnutrirse, sea la manera más indicada de sacar a la madre
de su ser, y lo que repudia proyec vamente de ésta (teniendo en cuenta los conflictos y relaciones
maritales), aun cuando no haya una separación psicológica con la madre (Kaplan y Sadock, 2009).

Los cambios puberales enfrentan a aquellas transformaciones que llevan al sujeto a la constatación de su
deseo como sexuado, en este caso la paciente debe dejar caer a la madre e ir hacia el padre. Ergo la mujer
ene finalmente que elegir entre su padre y su sexo, y, tratándose del padre es necesario perderlo y
sus tuirlo, sin embargo ir hacia el padre involucra también cultura y sociabilidad por lo que la necesidad
de sa sfacer al padre y la sociedad induce el ideal de belleza femenino presente en un espacio histórico
social (Tubert, 2010). Es así como, alrededor de la adolescencia y de los cambios sicos y emocionales allí
presentes, Freud enlaza la conflic va edípica al complejo de castración y marca el carácter ordenador del
complejo de castración en relación a la posición sexuada del sujeto (Tubert, et al, 2010), castración de la
paciente para poder ser mujer mediante el control de la alimentación, la apropiación de un cuerpo ya
cargado de significaciones sociales ligadas a un ideal esté co. Esto podría es mular la forma que ene
Luisa de llegar a su padre, de sa sfacer el súper yo, y por ende a la cultura.

En este caso no solo el pensamiento es un escenario para luisa, en el que las dudas, miedos y conflictos son
protagonistas ya que, el cuerpo también representa el escenario de sa sfacción de las necesidades y
exigencias de un súper yo que le exige ser una mujer “maravillosa” para otros. La extrema delgadez puede
simbolizar esa feminidad, así la anorexia significa para Luisa ser una o "mujer-niña modelo", obediente y
61
obediente y perfecta, buena alumna, rigurosa consigo misma y preocupada por agradar y complacer a
todos. Estos pacientes man enen el trastorno de forma inconsciente, pues con él pueden regresar a etapas
pregenitales del desarrollo psicosexual (Tubert, 2010).

Es visible cómo las exigencias de un medio, los es los de crianza y las vivencias personales consolidan la
personalidad y determinan la aparición del síntoma. En este sen do se puede ver que el síntoma de Luisa
ante el afrontamiento interno, personal frente al social se configura en anorexia. Igualmente para poder
comprender este síntoma, se hace necesario indagar las significaciones de lo femenino en la sociedad.

La Anorexia refiere en este paciente dificultades en la búsqueda de autonomía y de iden ficación propias
de la adolescencia, pero asociadas a una historia familiar y personal compleja, como por ejemplo la pérdida
de la imagen de sí mismo elaborada en la infancia y con cierta estabilidad en el período de latencia, que hace
que la paciente vea en el espejo una figura transformada, que no coincide con su auto-representación y
genere la experiencia de extrañamiento respecto a su cuerpo, lo cual generó una profunda herida
narcisista; como respuesta/reparación la paciente buscó ser la “niña ideal” para sa sfacer a un padre que
no la aprobó adecuadamente, como consecuencia emerge el trastorno, como medio para separarse
“expulsar” ésta demanda, y sa sfacerla de manera diferente. El crecimiento también trae consigo la
pérdida del ideal de los padres, en el caso de la paciente las experiencias familiares crí cas, generaron la
inestabilidad de las figuras parentales como protectoras, una pérdida que ha sido irreparable ya que no se
han es mulado las iden ficaciones de manera significa va con otras personas, lo anterior evidencia
nuevamente el síntoma (anorexia) como intento de separación-individualización propia de la edad y de las
experiencias. La anorexia cons tuye una respuesta a la pregunta por la propia iden dad, por el problema
existencial, como parte de su etapa de desarrollo-, lo que explica la tenacidad con que se aferra al síntoma y
al diagnós co.

Proceso de intervención

Luisa asis ó a 10 sesiones, mostrándose par cipa va y colaboradora, manifestando capacidades


mo vacionales y de pensamiento, pues man ene la mo vación orientada hacia el descubrimiento de sus
necesidades emocionales, y al mejoramiento de su situación. Durante el proceso muestra mejoría,
logrando controlar la ansiedad y desplazando su necesidad de control (alimento) a situaciones posi vas
como por ejemplo el interés académico, situación que requiere seguimiento.
Se realiza una valoración completa en pro del descubrimiento personal y la probabilidad de iden ficar una
iden dad mediada por el autodescubrimiento.
Se aplicaron pruebas proyec vas, entrevista a profundidad y técnicas expresivas para trabajar la imagen
corporal.
Se realizó el análisis de la historia familiar, su funcionamiento y estructura.
Se espera como obje vo fortalecer la iden dad, el narcisismo, la rigidez súper yoica, y la auto-comprensión
que guiarán el manejo del síntoma.

Tratamiento propuesto

En este caso se sus tuye la clínica de la mirada por la clínica de la escucha


Se sugiere a los padres inicialmente asumir un tratamiento interdisciplinario, por psicología, psiquiatría,
medicina general y nutrición. No se evidenció interés en la intervención psiquiátrica.
Se desarrolló la psicoterapia dinámica expresiva, aun cuando en ocasiones la paciente intentó invalidar las
interpretaciones realizadas en una negación de la enfermedad.

El proceso fue orientado hacia la introspección y el reconocimiento sintomá co, para comprender las
causas de la enfermedad y vincularlas a su estado emocional, a fin de entender, an cipar y controlar el
síntoma. En este sen do se logró trabajar de manera óp ma con la paciente y con la familia. La paciente

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presenta un súper yo razonable, evolucionado y maduro, lo que facilita el proceso, pero que debe ser
fortalecido en el manejo de la culpa.

Se implementaron técnicas expresivas para comprender las significaciones implícitas en la anorexia, y


técnicas de señalamiento para aumentar la autoconciencia. Asimismo se buscó el apoyo familiar con una
frecuencia semanal, buscando la reestructuración familiar y el apoyo a la superación del problema

Conclusiones y recomendaciones:

Al hablar de trastornos de la conducta alimentaria, es importante ahondar en la comprensión del fenómeno


en el individuo específicamente, par endo de esta comprensión se trabaja sobre su historia de vida, sus
vínculos, su familia y lo que esto representa en la adquisición del problema. No se debe ver el problema
como algo superficial, ya que también implica miedos, inseguridades y significaciones que orientan y
modifican la vida de la persona.

Se evidencia un adecuado proceso, adherencia al tratamiento, facilitado por la evolución racional del Súper
Yo, caracterís ca que no es propia de todas las personas que padecen el trastorno, pero que en ella permi ó
un adecuado desenvolvimiento del conflicto.

Se hace importante desde lo emocional con nuar fortaleciendo la tolerancia a la frustración y capacidad de
solución de problemas, visualizando diferentes alterna vas a soluciones, con el fin de generar capacidad de
resignificación frente a las situaciones que no están dentro de la posibilidad personal de control.

Referencias Bibliográficas.

American Psychiatric Associa on. (2014). Manual diagnós co y estadís co de los trastornos mentales (5th
ed.) DSM-V. España
Kaplan & Sadock. (2009). Sinopsis de psiquiatría. Ciencias de la conducta/Psiquiatría clínica. 10.ª edición.
Benjamin James Sadock, M.D.. Menas S. Gregory
Brainsky, S. (1986) Manual de psicología y psicopatología dinámicas Fundamentos del psicoanálisis (1 ed)
Bogota (pp 79, 80)
Periódico SENA (2012) Trastornos alimen cios: 'Tú eres más que una imagen. Colombia. Recuperado de
h p://periodico.sena.edu.co/transferencia/no cia.php?t=trastornos-alimen cios-
undefinedtu-eres-mas-que-una-imagenundefined&i=728
Tubert, S. (2010). Anorexia. Una perspec va psicoanalí ca. Psicomundo. Recuperado en
h p://www.psicomundo.com/foros/genero/tubert2.htm

63
CASO 9: INTERVENCIÓN SOCIAL-COMUNITARIA: UN CASO DE CHOQUE INTERCULTURAL EN
COMUNIDADES DESPLAZADAS POR LA VIOLENCIA
José Alonso Andrade Salazar¹ ; Juan Gonzáles Por llo² ; Libia Alvis Barranco³

Introducción
El desplazamiento forzado altera la calidad de vida de las familias y de cada uno de sus miembros generando
un estado de dolor y desolación permanente (Pécaut, 2003); la violencia ejercida por uno o varios actores
armados torna inhabitable los territorios y hace de los espacios de re-asentamiento, territorios connotados
por el dolor, la discriminación, el es gma social y el conflicto psíquico permanente. El terrorismo aumenta
las posibilidades de muerte de personas y comunidades por lo que la primera medida implementada por
éstos es huir para salvar la vida y resguardar la memoria, con el fin de dar sen do a la supervivencia como
estrategia parcial de existencia en un entorno hos l permanente (Centro Nacional de Memoria Histórica,
2014). En Colombia existen más de 7 millones de víc mas por la guerra entre estado e “insurgencias” y de
ellas 5 millones son personas en condición de desplazamiento forzado (CNMH, 2014). En todos ellos la salud
mental se ve afectada por el trauma de la guerra y las notables dificultades para generar lugares seguros de
readaptación social.
En Colombia las víc mas se cuentan por millones, sin embargo aquellos que más han sufrido este flagelo
son los indígenas, afrodescendientes y mes zos, poblaciones ampliamente vulneradas en sus derechos por
efecto de la violencia. En este relato se abordan los problemas de asentamiento y ajuste psicosocial en
poblaciones desplazadas por la violencia sociopolí ca en el marco del conflicto armado colombiano. Dada
la mul plicidad de problemas sicos y emocionales, la diversidad étnica, vulnerabilidades y numerosas
posturas culturales con respecto a la convivencia, la división del territorio y tradiciones de las familias, el
equipo de trabajo que los interviene compuesto por un psicólogo, una enfermera jefe y su auxiliar, una
asistente comunitaria o “formadora” de salud (contratada para hacer educación en salud en las veredas). En
este grupo también se encuentran un trabajador social y un médico quienes enfrentan dificultades para
intervenir adecuadamente a la comunidad y generar un adecuado plan de trabajo a seguir para disminuir las
situaciones de riesgo para personas así como para los grupos étnicos.
Como dato introductorio al caso, es preciso señalar que algunas familias durmieron la primera noche en las
7 habitaciones disponibles de la finca en la que fueron acogidos (aquellas que arribaron primero a la casa),
lo que mo vó el descontento de quienes no alcanzaron una habitación, otras armaron “cambuches”
improvisados en “cocheras” abandonadas (vivienda de los cerdos) a par r de plás cos y tablas que
encontraron en la casa; asimismo algunos se ubicaron en pasillos de acuerdo a las afinidades étnicas y
solidaridades generadas durante el desplazamiento masivo. La primera noche se presentaron algunos roces
entre familias por desconfianza y debido a la cercanía con grupos poblaciones desconocidos, esta
desconfianza se mantuvo durante el primer mes o “período de ajuste”, empo que se asignó a cada familia
su propio predio. Para muchos exis a la idea de haber sido “lanzados” por el gobierno a ese lugar sin las
verdaderas medidas de acomodo y asistencia, lo cual generó un “rumor” nega vo que se expandió
rápidamente en la comunidad y desencadenó a su vez resistencias a la intervención psicosocial así como
adherencia cuando tenía que ver con suministros materiales.

A con nuación se enumeran las acciones encaminadas a trabajar aspectos específicos en la intervención.
Estos pasos cons tuyen sólo una guía para orientarse en casos análogos y no son condiciones estrictas de
opera vidad de los equipos que asisten a las comunidades.

¹ Psicólogo. Docente investigador Universidad de San Buenaventura Medellín extensión Armenia. Investigador del grupo
interdisciplinario para el desarrollo y la acción dialógica (GIDPAD) y del grupo Estudios clínicos y sociales en psicología. E-
mail: jose.andrade@usbmed.edu.co; 911psicologia@gmail.com
² Psicólogo. Docente investigador Universidad de San Buenaventura Medellín extensión Armenia. Investigador del grupo
Estudios clínicos y sociales en psicología. E-mail: juancgp9@hotmail.com
³ Psicóloga. Docente investigadora. Coordinadora del programa de psicología. Universidad popular del Cesar. E-mail:
libiaalvis@gmail.com

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Caracterización.

Para realizar este proceso se aplicó una ficha de caracterización psicosocial, la cual arrojó los siguientes
resultados:

En una finca con capacidad máxima para 20 personas, ubicada en la vereda XXX de un departamento de
Colombia, una en dad del estado encargada de brindar asistencia a las comunidades que fueron víc mas
de la violencia en el conflicto armado, decide ubicar temporalmente a 250 personas en condición de
desplazamiento forzado (50 familias). La par cularidad poblacional era su variedad étnica, ya que algunos
grupos provenían de las comunidades Emberá Chamí, Emberá Ca vo, Nayas, afrodescendientes (Chocó) y
mes zos de la región del Valle del Cauca, Cauca y Caquetá. Todos ellos fueron desplazados por diversos
actores armados, y más de la mitad de familias sufrió varios desplazamientos forzados y movilizaciones
masivas. Cerca de la tercera parte se desplazó dentro de las ciudades (intra-desplazamientos) mientras el
resto sufrió entre tres y cinco desplazamientos entre departamentos (inter-desplazamiento). Cada familia
estaba compuesta por un número aproximado de tres niños (150 niños), 5 de ellas tenía como jefe de hogar
una madre cabeza de hogar por viudez, 10 por abandono de la pareja y 5 por reclutamiento del padre; el
resto de familias eran de po nuclear. Los adultos mayores fueron pocos (10 adultos mayores) dado que
–expresan las familias- al no ser “obje vos militares” muchos de ellos se quedaron en sus erras haciendo
resistencia.

Todos afirman haber perdido sus pertenencias y salir corriendo con lo que tenían encima. Se encontró que
la mayoría de las familias se dedicaba a la agricultura, ganadería, crianza de animales para producción,
mientras otras trabajaban en minería, caza y pesca de animales y al comercio en el casco urbano. El origen
de 30 familias era rural, mientras las 20 familias restantes provenían del casco urbano y fueron amenazadas
porque sus negocios prosperaban; en la población predominaron las familias extendidas compuestas por
papá, mamá, hijos, primos y os, yernos, nueras y nietos; en raras ocasiones estaban los abuelos. Se
encontró que 6 de C/10 familias perdió al menos un familiar a causa de la violencia, por asesinato,
desaparición forzada o reclutamiento forzado. Todas las familias afirmaron recibir amenazas de muerte y
sufrir de constantes presiones psicológicas por parte de los grupos armados.

Problemas encontrados y dinámicas de intervención

1. Para determinar los problemas se recurrió a la técnica de redes semán cas (Figueroa, 1976; Figueroa,
Gonzáles y Solís, 1981; Lagunes, 1993) con el fin de iden ficar los imaginarios relevantes que cons tuyen el
rumor y las interpretaciones fantasiosas, desproporcionadas o en su defecto ajustadas a la realidad de la
comunidad; a nivel de intervención en las redes semán cas se plantea una reunión con la comunidad, en la
que se elabora una ac vidad de reflexión e iden ficación de percepciones e ideas acerca de los conflictos;
para ello no es necesario la asistencia de los líderes, puesto que se busca que la comunidad haga uso de su
capacidad para reconocer las causas y consecuencias de su situación actual, las cuales –en este caso- fueron
las siguientes: causas como la deficiente protección del Estado, el abandono estatal, la pobreza previa al
ataque de los grupos guerrilleros y paramilitares, la falta de seguridad en los territorios, confabulación de
miembros del estado en los crímenes, persecución a los miembros de la familia, presiones psicológicas, el
hecho de que los combates se desarrollaban entre sus calles, la búsqueda de bienes materiales y humanos
para la causa subversiva, por culpa de vivir en lugares que son paso estratégico de tropas, o de estar en
territorios con riquezas minerales.

Las consecuencias inmediatas de estos hechos fueron: las amenazas psicológicas frecuentes aun después
de haberse desplazado, la idea de ser perseguidos, la pérdida de un sen do vital, el señalamiento social y la
discriminación, el tener que abandonar la erra, no contar con tranquilidad ningún momento del día, verse
obligados a abandonar todo lo que les pertenecía, sen rse desprotegidos la mayor parte del empo, los
problemas de comunicación y de demostraciones afec vas en la familia, la competencia con otras familias

65
por la “lucha por los recursos para sobrevivir”, el tener que mendigar y hacer trabajos que nunca se
imaginaron para sobrevivir, el tener que olvidar obligatoriamente porque “recordar resulta peligroso”, así
como también el contar con mayores necesidades, no poder regresar a sus erras por el temor de ser
asesinados, o que sus hijos u esposos sean reclutados.

2. Como segundo paso y de forma complementaria se implementó el dinamismo comunicacional, y para


ello se tomó contacto con los líderes comunitarios. Después el equipo de trabajo –interdisciplinario- reunió
la información acerca de los problemas que los líderes y lideresas reconocieron de manera libre a través de
su transmisión incidental (Levinson, 1983) y el bagaje conceptual-referencial (Liberman, 1976)⁴. El equipo
los mo vaba a separar aquellos tópicos que según su percepción requieren atención inmediata, de aquellos
que se pueden postergar a mediano y largo plazo. Las causas y consecuencias señaladas por los líderes y
lideresas fueron análogas a las iden ficadas por la comunidad. Lo reconocido como inmediato por resolver
fue lo siguiente: comida, ropa, medicina para los enfermos, razadas, utensilios de cocina, medidas sanitarias
para frenar la posible contaminación de la quebrada de donde extraen el agua para bañarse y cocinar,
elementos de aseo personal, elementos para asear la casa, opciones laborales, subsidio económico para
desplazarse al casco urbano y buscar trabajo o solicitar alguna ayuda. A mediano plazo refirieron: insumos
agropecuarios, semillas, animales como cerdos y gallinas ponedoras de huevos, trabajo fijo, capacitaciones
diversas. Sólo dos personas iden ficaron el retorno a sus erras como una necesidad a largo plazo.

3. Luego el equipo interdisciplinario ubica aquello importante que la comunidad pasó por alto y que puede
indicarse como crucial para generar un mejor ajuste. De ello se construye una lista o matriz de necesidades y
aspectos a cubrir de manera urgente.

4. Se recomienda realizar una lista conjunta de lo obtenido de ambas técnicas, y sumarla a lo que el equipo
de trabajo sugiere como de “pronto abordaje”, ya que de ello se extrae la aproximación diagnós ca
comunitaria (Andrade, 2015); nótese que este diagnós co no depende del equipo que interviene, ni
totalmente de la percepción del profesional, ya que su rol consiste en ser un facilitador del reconocimiento-
empoderamiento de la comunidad con respecto a su situación actual. En este sen do lo que busca la
intervención es promover la autoges ón y el empoderamiento desde el primer momento de contacto, con
lo que disminuye la dependencia asistencial a la ins tución. La comunidad como respuesta ante la ayuda
ene la responsabilidad de generar medidas y estrategias de resolución de conflictos y proac vidades
orientadas al cubrimiento de necesidades. Cabe anotar que éste enfoque es de po clínico-social y relaciona
el establecimiento de redes de cooperación colec va, con acciones de restablecimiento de vínculos,
derechos, solidaridades, hospitalidad y responsabilidades al interior de la comunidad.

5. El proceso para aplicar un modelo clínico-social en el desarrollo de la aproximación diagnós ca


comunitaria, implica que en los tres pasos anteriores se desarrollen tres momentos que pueden ser
explícitos a través de preguntas orientadoras: primero el trabajo inter y transdisciplinario en la
iden ficación del sen do de los hechos: ¿qué pasó, qué lo causó, cómo me afectó, qué modificó
permanentemente, cuál es mi sen do vital ahora?; luego se debe realizar un trabajo de mo vación para que
la persona y el grupo a través de una descripción situacional y reconocimiento del momento actual puedan
situarse y reconocerse como centro de su propio existencia, “encontrar un lugar”: ¿Cómo estamos ahora y
qué consecuencias se suscitaron; es esto permanente o temporal; podemos salir de esta situación solos o
necesitamos ayuda, qué ayuda necesitamos este momento?; finalmente el equipo de trabajo completa lo
que las víc mas no pueden visualizar: ¿Qué se pasaron por alto, cuales resistencias se elevaron, qué cosas
no pueden abordar, qué grado de compromiso existe en las historias y percepciones de los hechos, cuál es la
causa de las resistencias para abordar ciertas cosas? Con estos insumos es viable entender lo que sucede a la

⁴ En la transmisión incidental se propone un tema central que se relacione con los conflictos o problemas que se pretenden
abordar y que cada persona hable en torno a lo que le produce dicha situación el lema implícito es: “una palabra desengancha
más palabras”; esto se complementa con el bagaje conceptual-referencial, en el cual después de cada expresión incidental el
equipo de trabajo identifica palabras, frases o apreciaciones repetidas en el discurso, que son de tipo central y constituyen las
ideas, saberes, percepciones, constructos o imaginarios sobre los eventos y sobre aquello que necesita ser resuelto.
66
comunidad y aproximarse más a una comprensión humanizadora, que a un diagnós co comunitario que
pueda ser entendido como e queta o visión reducida del conjunto de sucesos trágicos.
Apreciaciones acerca del diagnós co comunitario.
Es importante señalar que no se puede diagnos car una comunidad o sociedad. El diagnós co más que la
globalización de síntomas colec vos referencia en realidad una aproximación al sen r global respecto a
situaciones determinadas; es decir la forma como cada persona y sus grupos de referencia inmediatos,
establecen una relación ín ma con aquello que los aqueja (padecimiento), ya sea de forma real, simbólica o
imaginaria. La clínica-social pretende mo var entre los profesionales de diversas áreas –involucrados en la
intervención- el diálogo de saberes en torno a una situación transversal que en este caso es la violencia,
enunciada a través de par cularidades socio-culturales y bio-psico-sociales reitera vas y análogas entre las
víc mas. No se trata de generar jerarquías de estados afec vos, ni colocar a comunidades e quetas
globales, sino de transitar desde el análisis que sólo ve las partes del problema por separado
(reduccionismo), a la comprensión que vincula las diferentes visiones sobre el fenómeno (relacional), lo
cual involucra la percepción y el sen r de los actores sociales con respecto al problema, acercándolos al
“hacerse cargo”, interés e intención de trabajar conjuntamente en el desarrollo humano con base en
acciones orientadas a la res tución de derechos, y la legi midad de su afec vidad, espacios,
representaciones, memorias, territorios y calidad de vida entre otros aspectos (Andrade, 2015).
Aproximación Diagnós ca comunitaria
Se encontró que aquellos que durmieron en las habitaciones lo hicieron bajo condiciones crí cas de
hacinamiento e incomodidad por la falta de camas y frazadas (3 familias por habitación: 15 personas). Al
momento de arribar a la casa, ésta no contaba con servicios públicos, el pozo sép co se encontraba
“tapado” con erra. Las personas hacían sus necesidades corporales y sexuales en el “monte” lo que
aumentó la contaminación del agua y la proliferación de mosquitos. La casa estaba invadida por los
murciélagos lo cual elevó el riesgo de contagio de rabia y de otras enfermedades infecciosas; también había
ratas que ampliaron el riesgo de contraer rabia, leptospirosis, toxoplasmosis y teniasis. La mayoría de estas
personas llevaba más de 5 días sin bañarse. Los niños y niñas estaban en estado de desnutrición aguda, los
adolescentes habían abandonado sus estudios por el desplazamiento y muchos de ellos aumentaron su
rebeldía; en varias personas aparecieron “alergias cutáneas” y picaduras de pulgas además de Tifus Murino
en varios niños y niñas; los adultos se encontraban sin trabajo y no se lograron organizar como equipo para
tratar de arreglar los desperfectos de la casa pues “cada quien hacia lo que podía por su lado” –afirmaba un
campesino desplazado-.
Hubo conflictos interculturales, dada la pluralidad de comunidades y etnias; estos problemas enen que
ver con los espacios de encuentro, la desconfianza en el otro, la presencia de creencias poco congruentes
con respecto a la cosmovisión y las interacciones intrafamiliares, la crianza y el control de los hijos, celos y
competencia por territorios que consideran más provechosos para la siembra, y el trato entre miembros de
la comunidad. Existen líderes claramente definidos que han realizado el enlace entre el equipo de trabajo y
la comunidad. Las mujeres se quejaban de elevada tensión y peleas por parte de sus esposos; debido a la
ansiedad y el estrés muchas parejas aumentaron sus encuentros sexuales y algunas veces esto sucedía
delante de los hijos; hubo casos de infidelidad y como resultado se presentaron problemas de pareja,
separaciones, y también se propago una ITS en varios miembros de la comunidad.

El si o de reasentamiento está lejos del casco urbano (4 horas en Jeep), existen solo tres fincas aledañas con
poca capacidad para generar empleo, la erra en la que se encentran es poco produc va, y los suelos son
ácidos a causa de los helechos. Las familias no enen comida, los pocos suministros brindados fueron
consumidos en períodos cortos de empo; en la finca no existen alimentos como plátano, banano o frutas
ya que se encuentra “de caída” es decir abandonada. El agua se extrae de un poso, el cual estaba muy
cercano al pozo sép co; existe una quebrada que se encuentra contaminada porque la comunidad en la
primera semana le arrojó desperdicios. La comunidad no ene una educación ambiental robusta y las
creencias religiosas se hallan deterioradas, muchos niños y niñas no han recibido los sacramentos.

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Recomendaciones (a par r de los hallazgos anteriores)

a) Iden ficar los más vulnerables de los vulnerados. Realizar un seguimiento a su situación mental, social y
sica. Disminuir factores de riesgo para la salud mental y sica y movilizar los profesionales que pueden
brindar atención clínica, asistencia psicológica y educación preven va.

b) Es necesario incluir un antropólogo en el equipo de trabajo a fin de contar con una visión ajustada de las
pautas de relación de cada comunidad y la forma de recuperar su legado cultural.

c) Es necesario realizar trabajo extramural a través de brigadas de asistencia permanente y el concurso de


las ins tuciones disponibles en la zona (Alcaldía, ONG´S, clubes, grupos de ayuda, Iglesia, Cruz roja, y otros).

d) Dividir opera vamente los equipos de intervención: salud sica, salud mental (individual y
comunitaria), salud organizacional, y sugerir que cada equipo trabaje psico-educación orientada a la
ecología, contención, prevención de conductas y situaciones de riesgo.

e) Es preciso inves gar la herencia cultural de las comunidades que conviven en las instalaciones de la
finca. Encontrar similitud y vincular las tradiciones abogando por el respeto de la cultura de cada pueblo. Las
comunidades deben recuperar su cosmogonía, mitos y leyendas, su tradición oral, escrita y pictográfica.
Verificar la presencia de un etnoeducador en las comunidades para que el proceso educa vo no se corte.

f) El equipo de trabajo considera que el choque cultural entre las comunidades puede ser visto como una
oportunidad e intento de ajuste, para realizar alianzas efec vas entre personas y grupos.

g) Es mular trabajos comunitarios en pro de la comunidad por ejemplo: convites para “levantar un
rancho”, conseguir trabajo, recolectar materiales para cocinar, cazar, limpiar y abrir caminos, acompañar a
los hijos propios y ajenos, cuidarse mutuamente, etc.

h) Es relevante que la comunidad realice acciones simbólicas para tramitar el duelo por remanentes,
territorios y personas perdidas. Estas acciones deben contar con el acompañamiento del equipo de apoyo
psicosocial.

i) Se sugiere asumir el modelo de consejería desde los siguientes elementos: no direc vidad, espacios de
encuentro aledaños al lugar de asentamiento, lenguaje co diano, realizar consejerías grupales e
individuales, experiencias y parábolas, trabajar la intención paradójica, realizar 3 intervenciones máximo: 1)
definir el problema y realizar sugerencias puntuales para disminuir su intensidad; 2) realizar un seguimiento
a dichas medidas, es decir, cómo se llevaron a cabo y realizar nuevas sugerencias puntuales; 3) verificar que
se realicen los compromisos adquiridos y remi r en el caso que la persona requiera otro profesional.

j) Las sesiones grupales pueden abordarse bajo la figura del counselling grupal, orientado a la catarsis y
también hacia la res tución de vínculos protectores en la comunidad.

k) Es imperioso mantener la confidencialidad de los eventos narrados, y en el caso de señalar culpables de


la ITS manejar la información con prudencia y sólo entre los afectados.

l) Para el caso de los tes monios de actos de terrorismo, es preciso que el operador social sea claro en la
discreción respecto a la iden ficar actores con nombres armados, a cambio de ello sugerir que esto se
realice en la declaración ante las autoridades competentes.

m) Las vic mas pueden centrarse en los sucesos, causas y consecuencias de su desplazamiento, y en las
acciones implementadas para salir de los problemas. La intervención debe robustecer las estrategias que
implementaron y sugerir mejores formas de abordaje de los problemas del día a día.
68
n) En los casos en que hayan problemas de salud mental y/o sica es preciso realizar la remisión al
profesional idóneo, y para el caso de esta población coordinar la movilización de la persona al centro de
salud. Es necesario diseñar un plan de con ngencia en salud, que incluya estrategias preven vas.

o) Se debe respetar la iden dad y decisiones en las pautas de crianza de las familias. No obstante, se debe
fortalecer a aquellas que son disfuncionales, o que por su intensidad/severidad obedecen al estrés derivado
de su situación actual.

p) También recomendar mejores formas de abordaje de los problemas. Trabajar los tres niveles de
conflicto: roces, choques y crisis, y recomendaciones para su resignificación.

q) No realizar juicios de valor y asumir posturas neutrales-conciliadoras. Abogar por la conciliación usando
la lógica del tercero incluido: el diálogo.

r) Ayudar a generar redes entre la comunidad e ins tuciones a fin de movilizar recursos de alcaldías,
iglesia, organizaciones y personas de la comunidad para de cubrir algunas necesidades.

s) Planificar la visita del Padre o párroco de la iglesia y res tuir los vínculos morales ligados a la sacralidad y
religiosidad. Igualmente con líderes de otras orientaciones religiosas.

t) Trabajar de forma disciplinar (cada equipo aporta a la intervención desde sus competencias
disciplinares), interdisciplinaria (los equipos se reúnen a socializar los hallazgos, lo que se realizó y lo que
falta) y transdisciplinaria (los equipos realizan una reflexión sobre los sucedido, crean una nueva mirada
sobre los eventos a través de un diálogo de saberes y postulan opciones de intervención novedosas).

Con todas estas opciones es posible realizar un plan de intervención comunitaria a par r de tres momentos:
1. Medidas de contención de los problemas urgentes; 2. Medidas de asimilación de los problemas
emergentes; 3. Medidas y estrategias de prevención de situaciones probables y de problemas reales en la
comunidad. En estos tres momentos se deben ubicar las estrategias enunciadas anteriormente (a-r).

Referencias bibliográficas

Andrade, J. A. (2015). Introducción a la psicología social. Psicología social y conflicto. Apuntes para la
construcción de una psicología social compleja bajo un disposi vo clínico-social. Colombia:
FUNDES.
Centro Nacional de Memoria Histórica [CNMH, 2014]. Informe general. Recuperado de
h p://centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/informes2013/bastaYa/capitulos/basta-ya-
cap4_258-327.pdf
Figueroa, J. G. (1976). Estudios de Redes semán cas naturales en algunos procesos básicos. Universidad
Nacional Autónoma de México: UNAM
Figueroa, J. G. González, E. G. y Solís, V.M. (1981). Una aproximación a problema de significado: las redes
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Levinson, S. C. (1983): Pragmá ca, Barcelona: Teide, 1989. Trad de Africa Rubiés
Liberman, D. (1976) Comunicación y psicoanálisis, Buenos Aires: Alex Editor
Lagunes, I. R. (1993). Las redes semán cas naturales, su conceptualización y su u lización en la
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Pécaut, D. (2003). Violencia y Polí ca en Colombia: Elementos de reflexión. Medellín: Hombre Nuevo
Editores.

69
CASO 10: EVALUACION FORENSE EN CASOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Marisol Alba Sarmiento¹ ; Millerlady Olarte Gil²

Introducción

La familia es reconocida como el centro de la sociedad, por lo cual las dinámicas disfuncionales dentro de
ella, son puntos de interés para las ins tuciones jurídicas y de salud, por el impacto que ene en el
funcionamiento general de la comunidad, puesto que de este grupo social depende la formación de nuevos
seres humanos con parámetros norma vos acordes a la sociedad en la que se desenvuelve. En este
sen do, la Cons tución Polí ca de Colombia (1991) ha previsto en su Ar culo 42 el reconocimiento social
de la familia y la protección de los derechos al interior de ellas “la familia es el núcleo fundamental de la
sociedad… cualquier forma de violencia en la familia se considera destruc va de su armonía y unidad y será
sancionada conforme a la ley” (Consejo Superior de la Judicatura, p. 22).

Igualmente, el Estado Colombiano ha proporcionado un sustento legal para esta problemá ca en busca de
brindar herramientas jurídicas para comba r la violencia intrafamiliar, entre éstas se encuentra la Ley 294
de 1996 “por medio de la cual se desarrolla el ar culo 42 de la Cons tución Polí ca y se dictan normas para
prevenir, remediar y sancionar la violencia intrafamiliar” y la Ley 1542 del 2012 la cual hace referencia a la
eliminación de la Violencia Intrafamiliar como delito querellable con el fin de disminuir la impunidad de
esta conducta delic va. Esta norma vidad revela la complejidad de la problemá ca y por tanto el reto que
se debe asumir desde las diferentes disciplinas con “una visión que dé cuenta de los factores culturales y
sociales, de las determinaciones económicas que hacen parte del entorno familiar, pero también de las
dimensiones individuales que definen la personalidad” (Rico de Alonso, 1999, p. 11).

Desde este punto de vista, la Violencia Intrafamiliar es un fenómeno y una realidad reconocida a nivel
mundial; en Colombia, las cifras son alarmantes puesto que de acuerdo al Ins tuto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses (2013) se presentaron 68.230 peritaciones por esta problemá ca, de éstas, el
mayor porcentaje corresponde a la Violencia de Pareja, en segundo lugar se encuentran los casos de
violencia entre familiares, con nuando el porcentaje estadís co con la Violencia contra niños, niñas y
adolescentes.

Al respecto, es importante conceptos como el de Pérez (1999), quien considera que es importante
entender la asociación existente entre la violencia intrafamiliar y el ciclo de violencia definido como “el
proceso mediante el cual el comportamiento violento es transmi do de una generación a la otra” (p. 556),
siendo así, todo po de violencia requiere de intervenciones oportunas y efec vas en busca de evitar el
aprendizaje generacional y poder frenar la aparición de este comportamiento conflic vo.

De esta forma, se puede expresar que la violencia intrafamiliar es una problemá ca con un largo historial,
asociado a formas de crianza y esquemas cogni vos culturales, surgiendo de ahí la relevancia de abordar,
analizar y comprender esta problemá ca, tomando en cuenta criterios claves que se desprenden del
contexto familiar y u lizando los mecanismos existentes para contrarrestar este flagelo, que cada día deja
más huellas en los corazones de las familias colombianas. Por úl mo, se presentará un esquema de
evaluación forense para un caso específico de Violencia Intrafamiliar, esperando servir de modelo de
evaluación para procesos legales.

Presentación del caso de violencia intrafamiliar

Para el respec vo abordaje forense en casos de violencia intrafamiliar, es esencial realizar una evaluación
que permita conocer la realidad de las dinámicas familiares y la situación personal de las víc mas, con el

² Psicóloga Especialista en Psicología Jurídica. Docente Investigadora Universidad de San Buenaventura Medellín Extensión Armenia. Email:
marisol.alba@tau.usbmed.edu.co
² Psicóloga Especialista en Psicología Jurídica. Investigadora Independiente. Email: molartegah@hotmail.com

70
obje vo de comprender las experiencias intrafamiliares, dentro de ellas, aquellas relacionadas con
conductas violentas en cualquier de sus expresiones, la existencia de indicadores psicopatológicos,
determinando si son consecuencia de las circunstancias de maltrato y los rasgos de personalidad de los
integrantes de la familia evaluados. Es así, como la evaluación forense se realiza para lograr una perspec va
general de las circunstancias familiares y de esta manera presentar conclusiones claras y obje vas que sean
un apoyo significa vo para el proceso judicial. Por consiguiente la evaluación forense se enfoca hacia los
factores individuales e intrafamiliares para determinar el riesgo del contexto familiar, u lizando
herramientas forense como son la entrevista clínica-forense y las diferentes pruebas con que cuenta la
disciplina de la psicología y su rama Jurídica para dicho fin; teniendo claridad en que las conclusiones de la
evaluación deben apuntar siempre a dar respuesta al mo vo de pericia.

Ahora bien, en la mayoría de los casos los Jueces dejan de lado la evaluación del vic mario y solo lo solicitan
en casos especiales. Los mo vos de peritación giran normalmente en las dinámicas del contexto familiar y
la situación de las víc mas debido a las agresiones. Aun así, es importante hacer una evaluación
retrospec va de la vida de pareja y las relaciones del vic mario con los demás miembros de la familia,
porque permite evidenciar el Ciclo de Violencia, los vínculos afec vos, así como las emociones presentes en
cada uno de los integrantes como consecuencia de los hechos de violencia intrafamiliar. Cabe aclarar, que
dependiendo del estado emocional de los evaluados, puede ser necesario la programación de varios
encuentros, en el primer acercamiento se debe permi r que el evaluado haga un relato de los hechos de
inves gación, posterior al relato se hará un proceso de devolución, con el fin de dar claridad a la
información expuesta.

A con nuación se presentará el caso de violencia intrafamiliar a evaluar y el modelo de evaluación forense
como apoyo Psico-jurídico para el proceso legal:

Mo vo de la Pericia.
Realizar Evaluación Psicológica Forense a las víc mas del grupo familiar con el fin de determinar el estado
psíquico y emocional, la presencia o ausencia de alteraciones psicopatológicas asociadas a los episodios
violentos y el nivel de riesgo presente en el núcleo familiar para cada uno de sus miembros.

Núcleo Familiar.
La familia evaluada está conformada por el señor J. padre de 48 años, la señora K. madre de 36 años y dos
hijos de 8 (Niño A) y 12 (Niño B) años de edad. Los niños estudian en segundo y quinto de primaria
respec vamente, el padre trabaja en una fábrica de colchones y la madre es ama de casa. La convivencia ha
sido conflic va y violenta, comportamientos que han generado secuelas en cada uno de los miembros del
grupo familiar, apareciendo en la actualidad en las relaciones entre los dos niños lo cual agrava la situación
general de la familia. La opinión de la señora K. es que su esposo está enfermo y de esta manera lo exime de
responsabilidad, razón por la cual nunca lo ha denunciado.

Historia de Pareja.
La pareja lleva 15 años de convivencia con tres momentos de separación con un lapso de 3 a 5 meses, por
agresiones de parte del señor J. Aún con problemas de comunicación decidieron retomar su relación, con el
fin de brindarles a sus hijos una familia estructurada. Sin embargo, los episodios de violencia no se
detuvieron y con nuó agrediendo a su esposa y a sus hijos, generando en la señora K. una ac tud pasiva y
permisiva que ha reforzado la frecuencia de las agresiones, modificando en su totalidad las dinámicas
intrafamiliares.

Episodios de Maltrato y/o Violencia.


Inicialmente las agresiones del señor J. eran netamente verbales y dirigidas hacia la señora K.;
posteriormente estas agresiones fueron sicas lo que se fue exacerbando cada vez mas hasta el punto de
direccionarse hacia sus hijos e incrementar los niveles de vulnerabilidad de cada una de las vic mas,
agravado por la falta de denuncia. El úl mo episodio de violencia llevó a la señora K. y al niño B a urgencias

71
del Hospital debido a las intensas lesiones ocasionadas por el vic mario y por esta razón se presentó la
denuncia por parte de la Ins tución, ac vando así, la Ruta de Atención a Víc mas de Violencia.

Técnicas e Instrumentos.
Esferas de Funcionamiento.

Esfera Física: El estado sico en el momento de la evaluación es deficiente para el caso de la señora K. y el
niño B, debido al fuerte episodio de violencia que vivieron, se denotan cicatrices y dificultades motoras en
ambos. Los demás miembros de la familia, se encuentran en buen estado de salud. En cuanto al desarrollo
de los niños, se evidencia un adecuado proceso en referencia a la adquisición de capacidades motoras
propias para su edad, sin embargo, el desarrollo psicosocial y cogni vo se ha visto afectado, porque los
niños se encuentran en un aislamiento social que no les ha permi do desarrollar capacidades de
interacción, igualmente presentan falta de concentración, fa ga e irritabilidad ocasionando una
disminución en su rendimiento académico, con el agravante, de comportamientos violentos contra sus
compañeros, redundando nega vamente en las experiencias dentro de la ins tución educa va.

Esfera Social: Los niños no pueden salir de su casa y de ser así son reprendidos violentamente por el señor J.,
por tanto los niños sólo enen la oportunidad de compar r con sus pares en el colegio, pero debido a que
han presentado brotes de violencia hacia otros niños, se ha generado una disminución notable de sus
relaciones sociales llegando al punto de una postura de aislamiento. La señora K. por su parte no ene una
red de apoyo social, en sus palabras “mi esposo no me permite tener amigos porque él dice que debo estar
siempre encerrada, cumpliendo mi única función en la vida que es ser ama de casa”, lo cual es evidencia de
la presencia de maltrato psicológico por parte de su esposo. De igual manera, la señora expone que no
puede compar r con su familia extensa, porque su esposo se ha encargado a lo largo de los años de
separarla de ellos, al punto, que no ene contacto telefónico con ellos, por lo tanto ella expresa que no ene
el apoyo de nadie y su esposo es el único respaldo económico con el que cuentan.

Esfera Académica o Laboral: Los niños han tenido dificultades de aprendizaje y por tanto se encuentran en
un grado escolar inferior al esperado para su edad y aunque se ha hecho seguimiento intra-ins tucional, no
se ha contado con el apoyo de los padres en el proceso. De igual manera los profesores exponen que
inicialmente el rendimiento académico era promedio, sin embargo, a medida que fueron avanzando en la
básica primaria su nivel académico empeoró, siendo asociado por los docentes a la aparición de indicadores
de tristeza, irritabilidad y conductas de aislamiento social. La señora K. por su parte, nunca ha tenido un
trabajo fuera de su hogar, debido a que su esposo no se lo ha permi do y ella considera que la ausencia de su
bachillerato, no le da la oportunidad de valerse por sí misma, lo cual ha sido uno de los factores que han
fortalecido la no denuncia y el avance del ciclo de agresión intrafamiliar.

Esfera Emocional y Afec va: En los 3 miembros víc mas de violencia intrafamiliar, se encuentran
sen mientos de vulnerabilidad, indicadores de tristeza, ansiedad, rabia y culpa, especialmente en la señora
K.: “siento que no estoy haciendo las cosas bien, porque no soy capaz de enfrentarme a él y defender a mis
hijos”, es así como ella se auto reprocha por no asumir una ac tud más confronta va en búsqueda de
proteger a sus hijos. El niño B expresa: “no queremos a papá porque él le pega a mamá y a nosotros
también”, expresión que demuestra sen mientos nega vos hacia su padre, acompañados de angus a y una
alta carga emocional (abreacción) al hablar del tema. Igualmente los niños enen un factor de minusvalía,
al no poder detener los conflictos que viven y que han permeado las relaciones con sus pares y su vida
académica. Es evidente la ausencia de vínculos afec vos, debido a la misma experiencia que han
vivenciado, siendo nega vo para la afec vidad de los niños y obstaculiza el desarrollo de una capacidad
sana para generar o mantener relaciones afec vas a largo plazo.

Dinámicas Intrafamiliares: La estructura de este grupo familiar es nuclear, con una relación paternal
autoritaria, manejando la autoridad en todas las interacciones familiares, imponiendo normas con
múl ples exigencias que lo han llevado a ejercer un control extremo en cada uno de sus miembros, donde la

72
violencia hace parte de sus medios de crianza, control y corrección. La interacción entre los miembros de la
familia radica en conversaciones monosílabas, puesto que los niños y la señora K. no hablan por miedo a
recibir algún po de represalia por parte del señor J., de esta forma no existe una interacción
conversacional, sólo en los momento que el padre desea ejercer su autoridad, lo que ha redundado en la
ausencia del desarrollo en los niños de herramientas sociales.

Antecedentes Familiares Psicopatológicos: La madre de la señora K. es paciente psiquiátrica diagnos cada


con Depresión Mayor con Ansiedad, su padre ha sido siempre consumidor de alcohol, caracterizándose por
altos niveles de agresión e irritabilidad. Por su parte, los antecedentes familiares del señor J. se
desconocen.

Escala de Autoes ma de Rosenberg.

Evaluación Señora K: Se reveló un puntaje general de 15 puntos lo que significa una baja autoes ma, con
problemas significa vos en cuanto a la valía personal y el respeto de sí misma.

Inventario de Depresión de Beck.

Evaluación Señora K.: Se encontró un puntaje de 28, evidenciándose criterios diagnós cos de Trastorno
Depresivo Mayor como estado de ánimo depresivo, pérdida de interés en las ac vidades diarias,
sen mientos de culpa e inu lidad, falta de concentración y energía que han afectado todas sus áreas de
funcionamiento.

Inventario de Personalidad MMPI-II.

Evaluación Señora K: Se revelaron indicadores de problemas somá cos, sen mientos de inu lidad e
inadecuación y pensamientos recurrentes con la muerte que revelan la existencia de un Trastorno
Depresivo Moderado; así mismo posee síntomas generales de ansiedad, tensión, problemas somá cos,
miedo extremo y falta de concentración que evidencian un Trastorno de Ansiedad Generalizado. Además,
ve el mundo como un lugar de amenaza, se siente sola e incomprendida, describiéndose a sí misma como
infeliz, con poco control de sus impulsos y emociones.

Entrevista para Síndromes Psiquiátricos en niños y adolescentes (Chips).

Evaluación Niño A. (8 años): Se reveló la presencia de criterios diagnós cos para Trastorno de Ansiedad
Generalizado, con indicadores de ansiedad, preocupación excesiva, dificultad para concentrarse, fa ga e
irritabilidad, asociados a las experiencias de abuso vividas de manera directa o indirecta.

Evaluación Niño B. (12 años): La entrevista reflejó la existencia de criterios diagnós cos para Trastorno de
Ansiedad Generalizado, Trastorno Depresivo Mayor y Trastorno Nega vista Desafiante, reflejados con
indicadores de ansiedad constante y generalizada, preocupación excesiva, irritabilidad, dificultad para
concentrarse y alteraciones de sueño. Por otro lado, estado de ánimo depresivo y pérdida de interés de las
ac vidades diarias, sen mientos de inu lidad y culpa, ideación suicida y agitación. Así mismo, se
encontraron indicadores de comportamientos nega vistas, hos les y desafiantes, al igual que la presencia
de discusiones frecuentes con adultos, suscep bilidad excesiva, conductas venga vas y mal
comportamiento generalizado.

Discusión Forense.
Los resultados de la evaluación revelan que es una familia estructurada que aunque a lo largo de su historia
han tenido que vivir algunas separaciones temporales, llevan 15 años juntos. Sin embargo, en este empo
han tenido diferentes conflictos que se han resuelto siempre por medio de la violencia, con la diferencia que
en un primer momento se inició el maltrato por parte del señor J. hacia la señora K. de forma verbal y
psicológica y se fue incrementando cada vez más la intensidad, la frecuencia y los medios de ejercer dicha
agresión, pasando luego a la violencia sica generando una ac tud pasiva y permisiva en la señora K., que
73
las agresiones por parte del señor J., permi endo que se dirija hacia sus hijos especialmente al mayor, lo
cual se ha agravado por la ausencia de denuncia.

En este punto es importante aclarar que el caso llegó a los ámbitos judiciales porque las lesiones sicas
tanto de la madre como del hijo, fueron tan graves que debieron ir a urgencias y fue la ins tución
hospitalaria quien se encargó de ac var la Ruta de Atención a Víc mas de Violencia Intrafamiliar y esto
revela el nivel de autoridad y poder que el vic mario ejerce sobre las víc mas, puesto que a pesar de que ha
ejercido en ellos tanto años violencia, nunca se habían atrevido a realizar una denuncia. La necesidad de
asistencia médica es precisamente la evidencia de la intensidad de las agresiones en las víc mas, lo cual
refleja un alto riesgo de futuros violentos, por consiguiente de no realizarse intervenciones oportunas
puede incrementarse el estado de vulnerabilidad y riesgo en el que se encuentran.

Al evaluar la afec vidad de las víc mas de la familia se encuentra en primer momento, la ausencia de
vínculos afec vo, lo cual es un factor de riesgo para la afec vidad especialmente de los niños y a largo plazo
puede obstaculizar la capacidad de adquirir relaciones interpersonales, según Bolwby (1995) “cualquier
modelo representa vo que un individuo se forme durante la infancia y la adolescencia, ende a persis r
inmodificado a lo largo de la vida adulta, proyectándose de manera generalizada a cualquier persona con la
que genere nuevos vínculos afec vos” (p. 170).

De igual manera los eventos violentos han ocasionado en los niños una alta carga emocional nega va,
acompañada de vulnerabilidad y culpa por no poder detener las agresiones hacia ellos, pero especialmente
hacia su madre, la señora K. por su parte ene sen mientos ambivalentes hacia el señor J. por la
vic mización que ha sufrido y a su vez por la dependencia económica que ene hacia él, como única salida
para suplir sus necesidades, tal como ella lo considera y lo expresa. La falta de preparación académica de la
señora K. es un factor que juega en contra para su autoes ma, pues ella siente que no ene la capacidad
para salir adelante por sus propios medios, esta percepción se corrobora a través de la escala de Autoes ma
de Rosenberg aplicada, que reveló problemas significa vos en cuanto a la valía y el respeto a sí misma.

Al evaluar las posibles secuelas psicológicas en los niños, se encontraron falencias en el desarrollo afec vo y
en el desarrollo cogni vo, puesto que ha sido evidente que a pesar de que siempre han estado en
ins tuciones educa vas se encuentran en grados escolares inferiores a los esperados para su edad,
asociado de acuerdo a los docentes a la aparición de sen mientos de irritabilidad, tristeza y
comportamientos agresivos. En este sen do Frías et al. (29008) expresa que los niños que han sido
maltratados “manifiestan su comportamiento externo como conducta disrup va o an social… bajo
rendimiento académico, ausen smo, falta de autocontrol, conducta an social y quieren llamar la atención
de sus compañeros y maestros en sus escuelas” (Frías, Fraijo, & Cuamba, 2008, p. 5).

Se refleja también falencias en el desarrollo social de los niños, debido a que dentro de las dinámicas
familiares se encuentran un rol de autoridad estricto y exigente por parte del señor J. que hace que los niños
no puedan tener relaciones interpersonales con los niños del barrio y en el colegio que es el único lugar
donde pueden adquirir una red de apoyo social, los cambios comportamentales de ambos niños los han
llevado a un aislamiento social y si a esto se suma que no existe ningún po de interacción social entre los
miembros de la familia por los conflictos que viven en su co dianidad, es evidente la ausencia de
herramientas sociales, lo que se convierte en un componente de riesgo a corto y largo plazo para los niños,
puesto que no enen la oportunidad de desarrollar la capacidad de establecer relaciones interpersonales y
esto afectará su desempeño general dentro de la sociedad que cohabita.

En este sen do García (2014) asegura que las experiencias de violencia intrafamiliar generan
consecuencias en los niños “pudiendo aparecer en ellos alteraciones del desarrollo integral, sen mientos
de amenaza y dificultades de aprendizaje y socialización, adopción de comportamientos con los pares
(Garcia,2014,p.480)” algunas de las conductas reflejadas en los niños A y B.

74
Por úl mo los resultados de la entrevista para síndromes psiquiátricos (Chips) revelan en el caso de los dos
niños criterios diagnós cos para el Trastorno de Ansiedad Generalizado y en el caso del niño B. la presencia
adicional de un Trastorno Nega vista Desafiante y Trastorno Depresivo Mayor, que puede asociarse al ciclo
de violencia intrafamiliar que experimentan, porque como es expresado por Patró (2005) diversos estudios
exponen que “los niños expuestos a la violencia en la familia presentan más conductas agresivas y
an sociales (conductas externalizantes) y más conductas de inhibición y miedo (conductas internalizantes)
(p. 13).

En referencia a la señora K. no existe red de apoyo social teniendo en cuenta que la mayor parte del empo
está en su casa y el señor J. no le permite tener contacto con ninguna persona ni siquiera con los miembros
de su familia extensa, lo que la ha llevado a un aislamiento social que fortalece su nivel de vulnerabilidad e
intensifica la percepción de poder del vic mario sobre ella y sus hijos. Por otra parte los resultados del
MMPI-II arrojaron la presencia de problemas somá cos, sen mientos de inu lidad, pensamientos de
muerte y por tanto la presencia de una Depresión Mayor, que fue corroborada con el Inventario de
Depresión de Beck sumándose indicadores tales como insomnio, falta de concentración y sen mientos de
inu lidad. Por úl mo se reveló la existencia de un Trastorno de Ansiedad Generalizado, que se refleja en
problemas de ansiedad, tensión, miedo y falta de concentración.

Conclusiones.

Los niños (A y B) evidenciaron a lo largo de la evaluación forense una alta carga emocional, puesto que
reflejan la presencia de indicadores de tristeza, angus a, vulnerabilidad, preocupación excesiva, al igual
que sen mientos de rechazo hacia su padre. De igual manera, la señora K. presenta indicadores de tristeza,
ansiedad, sen mientos ambivalentes entre rabia, culpa y vulnerabilidad.

Las secuelas psicológicas asociadas a las experiencias de violencia intrafamiliar encontradas en la


evaluación realizada fueron, para la señora K. baja Autoes ma, Trastorno Depresivo Moderado y Trastorno
de Ansiedad Generalizado. Para el caso de los niños, ambos evidenciaron la presencia de un Trastorno de
Ansiedad Generalizado y en el caso específico del Niño B Trastorno Depresivo Mayor y Trastorno Nega vista
Desafiante.

Con base en los resultados, puede definirse que existe un nivel Alto de Riesgo, tanto para la señora K como
para los dos niños (A y B), puesto que han sido víc mas recurrentes de violencia intrafamiliar y debido a las
secuelas emocionales y psíquicas reveladas en la evaluación, existe una alta probabilidad de que estas
agresiones se repitan e intensifiquen.

Recomendaciones.

Señora K: En este caso se recomienda proceso psicoterapéu co por Psicología y Psiquiatría que tenga en
cuenta:
- Habilidades de Afrontamiento.
- Distorsiones Cogni vas.
- Habilidades Sociales.
Niños A y B: Para el caso de ambos niños, es necesario realizar seguimiento por parte del Ins tuto
Colombiano de Bienestar Familiar, así mismo, se recomienda remisión para las siguientes disciplinas con
fines de valoración:
- Psicología Clínica.
- Neuropsicología.
- Terapia Ocupacional

75
Referencias Bibliográficas.

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Consejo Superior de la Judicatura. (1991). Cons tución Polí ca de Colombia. Bogotá: Centro de
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Pérez, M. (1999). La Violencia Intrafamiliar. Bole n Colombiano de Derecho Comparado, 549-585.

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CASO 11: DISCAPACIDAD FISICA: IMPACTO EN EL SISTEMA FAMILIAR. COMPRESION SISTEMICA DEL
SUBSISTEMA FRATERNO
Lynda Dayam Torres Padilla¹

Introducción

La rivalidad entre hermanos, es natural durante la niñez, sin embargo esta puede prevalecer y prolongarse
durante la adolescencia y pueden perdurar durante la adultez, generando conductas de hos lidad que
pueden conver rse en un po de violencia intrafamiliar. Los estudios acerca de este fenómeno son
escasos, evidenciándose estudios de po exploratorio. Este es caso del estudio Exploratorio- correlacional
sobre la “Violencia intrafamiliar en hermanos consanguíneos jóvenes-adultos”. Este Estudio ene como
hipótesis, la correlación entre “la rivalidad entre hermanos con la violencia intrafamiliar, lo cual está
relacionado con la ausencia total de padre “Al desaparecer el padre dentro del seno familiar, desaparece
también su rol como de mediador de los conflictos entre los hijos. Lo anterior influye para que las familias
sin figura paterna presenten un mayor número de incidencias de violencia entre hermanos(as)” (Paredes,
2007 p. 249). Sin embargo este no es único factor que contribuye a generar conductas hos les hacia el
hermano en situación de discapacidad, se evidencia que los factores que inciden para que lo anterior se
genere es, cuando uno de los hermanos se encuentra en situación de discapacidad, lo que también genera
modificaciones en el sistema familiar, como por ejemplo cambios en la manera de percibir el futuro, en este
sen do, existe una preocupación por el futuro del hermano o hermana con discapacidad, es así como los
hermanos que no enen discapacidad sienten una mayor presión en el cuidado de su hermano,
vislumbrando las lealtades familiares, donde la familia presupone que cuando ellos falten, el hermano sea
quien se encargue de la persona en situación de discapacidad, “Los hermanos reciben así una hipoteca a
futuro y una determinación familiar del rol que ellos jugarán en dicho futuro” (Núñez, 2010, p. 6)

Mo vo de consulta:

María acude a consulta por la relación conflic va que enen sus dos hijas, Diana y carolina. Diana presenta
una parálisis cerebral espás ca y es maltratada sica y emocionalmente por Carolina. Lo que representa un
grave malestar vincular entre la familia. La consultante espera que el vínculo fraterno se restaure, ya que
siente que Carolina no se siente a gusto en el hogar y teme que por esa razón, sus dos hijas no se apoyen en
un futuro cuando ella falte.

Historia de la situación/conflicto y exploración del caso.

María ene una relación de 7 años con su pareja, presentan conflictos a nivel conyugal, generados por la
relación de “sobreprotección” que enen cada uno, hacia sus hijos, por esta razón, María comenzó a
delegar funciones cada vez más desgastantes a su hija mayor, en el cuidado de Diana, quien presenta una
parálisis cerebral espás ca, por lo cual debe llevarla al baño, hacerle la comida, y apoyarla en lo que
necesite. El empo que pasaban las hermanas era aun mayor y más tensionante, esto genero gran
frustración en Carolina, quien deseaba tener su propio espacio y conseguir un empleo para ayudar a su
familia, ya que la situación económica en casa era deplorable. Dependían económicamente de la pareja de
María y de la venta en catálogos de belleza. Sin embargo la situación de discapacidad de su hermana la
absorbía alejándola cada vez mas de sus deseos.

La madre nunca propicio el fortalecimiento de la independencia de Diana ya que ac vidades basicas como
alimentarse los realizaba ella por su hija, si Diana lo hacia por si sola, hacia un “desastre”. Esto genero
muchas dificultades en la escuela ya que diana estaba enseñada a que todo se lo realizaran, asi que
esperaba a que su docente lo hiciera como su madre. Cuando asis a a un centro especializado para

¹Psicóloga UNAB. Miembro de grupo de estudios “Inter-retro-acción dialógica” de la Facultad de psicología de la Universidad de San
Buenaventura Medellín. E-mail: lyndadayamtorrespadilla@gmail.com

77
personas en situación de discapacidad, la terapeutas evidenciaban buena movilidad en sus manos lo cual le
permi a realizar dibujos, pintar, alimentarse, sin embargo Diana a pesar de sus facultades, motrices y
cogni vas y cogni vas, tenía un problema de desmo vación, ya que las ac vidades las realizaba con una
ac tud poco adecuada, donde no acataba las ordenes de los diferentes terapeutas, estos preocupados
decidieron plantarse diversos obje vos en los cuales estaba trabajar de forma prioritaria con el núcleo
familiar, así que, se convocó a sesión madre e hijas, En la primera sesión se observa en Carolina una ac tud
de ligera extrañeza, afecto plano, y poca fluidez en sus respuestas, la madre responde por Carolina, de
manera potente y Diana ene una ac tud de gran confianza en sí misma, en el conversatorio se evidencia la
frustración de Carolina al no conseguir trabajo, lo expresa a nivel verbal ya que su discurso es cortante.

Al mostrar las posibilidades que tenía carolina para ejercer sus estudios, como por ejemplo salir de casa
para trabajar en otro región, María se muestra melancólica y con deseos de llorar, Carolina se aflige al ver a
su madre en esa situación de desconsuelo. En otro punto de la conversación Diana y su madre reprochan la
ac tud quejumbrosa de Carolina, cuando ayuda a Diana. María resalta que no en ende el comportamiento
de Diana, el cual fluctúa entre una ac tud melancólica e introver da y agresividad manifestada en
episodios explosivos donde no mide sus agresiones verbales y sicas. Esto ha generado que la relación
entre carolina con su madre y hermana sea distante y hos l. Diana Manifiesta que desea que su hermana la
quiera. Este rechazo según la madre, se dio durante y después del nacimiento de Diana, nacimiento que
género en carolina sen mientos nega vos de hos lidad, al conocer la no cia de la discapacidad de su
hermana se mostraba ambivalente, observándose conmovida por la situación de discapacidad y culpable
ante los sen mientos de rechazo hacia su hermana.

Diagnós co o impresión diagnós ca.

La mayoría de los niños pequeños presentan algún grado de alteración emocional tras el nacimiento de un
hermano que le sigue. El trastorno de rivalidad entre hermanos debe diagnos carse sólo su grado de
persistencia es estadís camente inusual y se asocia a anormalidades en la interacción social.
Los criterios son los siguientes: El niño ene sen mientos nega vos anormalmente intensos hacia su
hermano inmediatamente menor. El trastorno emocional se manifiesta por comportamientos regresivos,
rabietas, disforia, trastornos del sueño, conductas oposicionistas o de búsqueda de atención con uno de los
padres (deben estar presentes dos o más de estos síntomas). Comienzo en los primeros seis meses desde el
nacimiento del hermano inmediatamente menor. La duración del trastorno es de al menos cuatro semanas.

Comprensión
El ingreso de un nuevo miembro al sistema familiar, en situación de discapacidad, sin lugar duda genera
cambios en la estructura familiar, lo que da paso a una ruptura de la vida anterior que llevaba la familia, esto
genera estrés tanto para la persona en situación de discapacidad como para la familia, es así que las
relaciones familiares, la ru na y la visión de futuro cambian. Por lo tanto con “frecuencia, el desarrollo de
los requerimientos evolu vos de los miembros sanos de la familia, incluidas sus competencias
vocacionales, son negados, dificultados o postergados en la medida en que la familia centra sus recursos en
las necesidades del paciente”. (García, s.f, p. 4). Lo que da como resultado un empobrecimiento paula no
de la comunicación familiar, creando sen mientos de ira, angus a, culpa, impotencia y ambivalencia. Esto
trae como consecuencia modificaciones en la estructura familiar, que es representada por diferentes
subsistemas, (conyugal, parental, fraternal). Analizando el subsistema fraternal de acuerdo a lo planteado
por Núñez, (2003 citado por Benito, 2011) se generan los siguientes sen mientos nega vos: Sen mientos
de culpa por sen rse “privilegiado” ante el discapacitado; Sen mientos de ira, rivalidad, celos o envidia
ante las mayores atenciones, privilegios o cuidados para el hermano discapacitado; Sen mientos de
frustración, aislamiento y soledad por las limitaciones que se encuentran en la relación con este hermano,
así como también exceso de responsabilidad ante la persona con discapacidad asumiendo funciones
paternas, un vínculo dominado por vergüenza y temor hacia la mirada de otros y al rechazo del medio hacia
su hermano, y una intensa preocupación por el futuro de la persona con discapacidad.

78
Al indagar a la familia “Nuñez” a par r del modelo estructural de Salvador Minuchin, se evidencia que el
síntoma que presenta la hermana mayor, “agresividad verbal, sica, retracción social, es el resultado de un
sistema familiar disfuncional. Sistema familiar que, es responsable del mantenimiento de los síntomas,
par endo de esto se encuentra que la familia posee límites difusos que genera que esta familia sea
aglu nada. Exis endo poca diferenciación entre sus miembros, los cuales enen dificultades en su
autonomía. La conducta de un miembro de la familia repercute de manera intensa sobre los otros
integrantes. En la observación de las interacciones familiares, de la familia Nuñez, se evidencia con claridad
un sistema familiar amalgamado donde se confunden roles, y las diferencias generacionales no son claras.
Por lo tanto la jerarquía de la familia no se encuentra en armonía, “los trastornos de la organización
jerárquica pueden deberse bien a que los límites de la jerarquía no están claramente definidos, o bien,
estando definidos en teoría, no se respetan en la prác ca”. (Espina, 1996, p. 200) Lo anterior genera la
“Parentalizacion” de Carolina quien asume el rol de cuidar a su hermana de manera constante, esto ha
generado que ella se aislé y no cumpla el deseo de ser independiente y algún día par r de casa, dando como
resultado un retardo social, “proceso ac vo, destruc vo e interpersonal que se expresa como falta del rol
parental o ineficacia en su cumplimiento, y es la causa de muchas enfermedades sicas y mentales” (Espina,
1996, p.197).
El síntoma “retracción social, agresividad” cumple la
función de equilibrar a la familia, ya que su función es
mantener a la familia cohesionada, debido a que la
retracción social interfiere en la obtención de un empleo
por parte de Carolina, lo que permite que ella no cumpla
con el deseo de salir de casa, generando que la familia no
se desintegre y quede la madre “desamparada” con su
hija en situación de discapacidad. “Los patrones de
mantenimiento son aquellas conductas que refuerzan, a
modo de círculos viciosos la conducta. En este caso el
patrón de mantenimiento es, la coalición formada por la
madre y su hija menor en contra de Carolina, coalición
que se convierte en una “alianza que se sitúa en
oposición a otra parte del sistema; generalmente es
oculta e involucra a personas de dis ntas generaciones
aliadas contra un tercero.” (Lourdes, 2004, p. 58) Este
patrón de mantenimiento se vislumbra cuando madre e
hija menor sobrecargan a Carolina de todas las exigencias y la reprochan la ac tud quejumbrosa de
Carolina.

Proceso de intervención.
Diana es atendida en un ins tución prestadora de salud (IPS) especializada en personas en situación de
discapacidad, ya que ene como diagnos co parálisis cerebral espás ca, esto afecta su independencia al
estar sumida en una silla de ruedas y al tener dificultades en la motricidad fina, no presenta retraso mental
ni problemas de lenguaje, es así que en la primera sesión estableció contacto visual y verbal de forma fluida,
donde se evidencio el gran malestar que siente ante las dificultades que ene con su hermana mayor.

Para la siguiente sesión se convocó a toda la familia de Diana, a par r de estos encuentros grupales se
construyeron tres componentes claves: la queja, demanda y dilema. Se realizó un diagnos co estructural
de la familia, las herramientas empleadas para este fin, fue la realización del familiograma que permite
observar el po de relaciones que existen entre los miembros de la familia, se determinó que po de limites
hay entre subsistemas (fraternal, conyugal, parental), el ciclo vital de la familia, sí existen coaliciones o
alianzas, la función del síntoma, todo con el fin de realizar una hipótesis relacional, que permite evidenciar
pautas disfuncionales, después de realizar la hipótesis se crearon los obje vos, que fueron co-construidos
con el sistema consultante.

79
Se trabajaron los patrones de comunicación ya que se evidenciaba que las comunicación eran indirecta y
poco clara, complejo-equivalencia “un individuo equipara una parte de la conducta de otro con una
comunicación total y luego la caracteriza como su propia experiencia interior” (Sa r, 2002 p.188).

Se abordaron las reglas encubiertas, reglas que la familia conoce pero que no se mencionan, como por
ejemplo la lealtad familiar, (la hermana debe ser la responsable del cuidado de Diana cuando su madre
falte). Se toman elementos del modelo del proceso de validación humana de Virginia Sa r, en éste sen do
se encontró que la comunicación disfuncional, las coaliciones presentadas en la familia entorpecen la
libertad de crecimiento de Carolina, por lo tanto se trabaja su autoes ma ya que al modificar un elemento
de la pauta se generan cambios en los demás miembros de la familia. (Principio Hologramá co). Mediante
preguntas reflexivas se llevó a los integrantes de la familia a plantearse sobre el porqué de la conducta de
Diana, cobrando vida el mensaje de, que la retracción social, y las conductas agresivas por parte de carolina
se deben a diversos es mulos y múl ples efectos, lo que significa que la culpa no es de un solo miembro de
la familia.

Tratamiento propuesto

Se propone trabajar desde la terapia sistémica breve, desde un modelo estructural de Salvador
Minuchin, con una intensidad horaria de una hora a la semana durante 10 sesiones. Control mensual en
tres meses.

Conclusiones y recomendaciones:

Es importante tener un equilibrio en el comportamiento que se presenta en una familia con una persona en
situación de discapacidad, por lo cual no se recomienda ser demasiado sobreprotector ante el hijo con
discapacidad ni lo contrario, ya que esto hace que se creen o enfa cen pautas disfuncionales como lo es la
Parentalizacion de un hijo, y la sobreprotección hace que habilidades para el desarrollo de la independencia
se vean impedidas. Es importante que la madre valide a Carolina resaltando sus recursos, quien también
debe trabajar en su autoes ma y en el reconocimiento de sus habilidades que permita que Carolina tome
rumbo hacia su proyecto de vida.

Se debe trabajar en el cambio de la ac tud de Carolina y su madre ante la discapacidad de su hermana, con
el fin de mejorar la imagen que ene la discapacidad ante la sociedad ya que se observa que a estas
personas se les ve solo desde el déficit, y que esto contribuye a que se creen barreras personales,
(discriminación). En familias donde nace un hijo con discapacidad, a menudo se le lda como un cas go
divino. En la educación se evidencia resistencias ante el tema de la inclusión educa va, todo esto es fruto de
la incapacidad que ene la sociedad para ver a un sujeto más allá de su discapacidad.

Propiciar encuentros de apoyo para la familia, ya que esto permite conocer experiencias similares, que les
muestren que no son las únicas personas que pasan por sen mientos de incer dumbre ante la
discapacidad de un miembro de la familia, donde el caos permite desarrollar acciones transformadoras,
por eso son tan importantes estos grupos de apoyo, ya que la familia, saldrá de su rol de víc ma y desde sus
recursos puedan crear estrategias que generen cambios en todos los miembros del sistema familiar y por
ende cumplir con sus sueños.

Referencias Bibliográficas.

Nuñez, B. (Marzo de 2010). El hijo adolescente con discapacidad en el seno de la familia. El


cisne.Porracin, F. (s.f.). Trastorno Pasivo-Agresivo de la personalidad. Obtenido de
h p://www.fabianaporracin.com.ar/trastorno-pasivo-agresivo-de-la-personalidad--
20.htmlPumar, A. E. (1996). Terapia familiar sistémica. Madrid: Fundamentos.Sa r, V. (2002).
Terapia familiar paso a paso. Mexico: Pax México.SOMEPSO A.C- ITESO. (Sep embre de 2007).
psicosocial.org. Obtenido de psicosocial.org:
h p://www.psicosocial.org.mx/memoria2007_web.pdf
80
CASO 12: FORMULACIÓN Y TRATAMIENTO DE UN CASO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN A TRAVÉS DE
LA METODOLOGÍA CLÍNICA EXPERIMENTAL
Carolina Henao Sabogal¹, Ana María Torres Rodríguez²;
Deisy Viviana Cardona Duque³.

Resumen

La ansiedad por separación es una alteración caracterís ca de la edad escolar, pero puede conver rse en
una situación grave, afectando el desarrollo del niño y la configuración de su personalidad. El análisis
conductual es eficaz para modificar este po de conductas y propiciar la adaptación y el bienestar de los
individuos que han aprendido respuestas de temor. Se propone el análisis y abordaje de un caso de un niño
de 8 años quien presenta trastorno de ansiedad por separación, a par r de la metodología clínica
experimental. El obje vo de la intervención fue modificar un patrón de conductas de hipervigilancia y
supervisión ante la ausencia del grupo primario de apoyo, lo cual repercu a en el funcionamiento social,
personal y familiar. Se aplicó un tratamiento psicológico basado en la evaluación conductual y se logró
determinar la eficacia de una intervención en la que se u lizaron estrategias de retroalimentación,
refuerzo Diferencial de Tasas Bajas (RDTB), modelamiento y ensayo conductual. Se evidenció disminución
de la frecuencia de la conducta y mantenimiento del cambio posterior al tratamiento. Se hace necesario
fortalecer la inves gación clínica en contextos en los cuales los infantes han estado expuestos a situaciones
de res tución familiar.

Palabras clave: Trastorno de ansiedad por separación, evaluación conductual, estudio de caso único,
modificación de conducta.

Introducción

Las personas experimentan miedo o ansiedad ante es mulos medioambientales que los preparan para la
acción o la huida, tales sen mientos son inherentes a la condición humana. La angus a es experimentada
como una emoción básica intensa, de carácter desagradable y puede tener una expresión normal ligada a
las nuevas experiencias y periodos crí cos del desarrollo, permi endo la adaptación y el uso de estrategias
de afrontamiento. En el niño la angus a, la ansiedad y el miedo, son respuestas frecuentes al estrés,
derivadas de experiencias co dianas. La angus a desde condiciones normales se desencadenaría por una
situación obje va iden ficable y se liberaría cuando haya pasado la situación generadora de la misma; la
angus a patológica genera la sensación de peligro indefinida, poco clara y máxima, alterando el
comportamiento y el funcionamiento esperado para la edad, produciendo malestar psicológico que lo
incapacita para recuperarse cuando el es mulo no esté presente (Almonte & Mon 2012).

En estos términos cuando la ansiedad es patológica puede derivar en un trastorno, uno de ellos es el
trastorno de ansiedad por separación (TAS), su inicio generalmente es temprano, para Pacheco (2009)
suele aparecer entre los 7 y 9 años de edad o en la etapa preescolar y puede presentarse como respuesta de
temor del niño, al estar lejos de su hogar o ante la posibilidad de estar solo, separado de las figuras
significa vas o de apego, de sus padres o un familiar. Tales situaciones pueden generar, agudización de la
angus a, representada en síntomas sicos e indicadores emocionales de irritabilidad, miedo, inquietud
motora, apa a, rebeldía, entre otros, acompañados de conducta de huida y evitación. Los niños requieren

¹ Psicóloga. Especialista en Psicología Clínica. Docente Universidad de San Buenaventura Medellín Extensión Armenia.
Email: carolina.henao@tau.usbmed.edu.co
² Psicóloga. Magíster en Desarrollo Infantil. Docente Investigadora Universidad de San Buenaventura Medellín Extensión
Armenia. Email: practicas.psiarmenia@usbmed.edu.co
³ Psicóloga. Especialista en Neuropsicopedagogía. Docente Investigadora Universidad de San Buenaventura Medellín
Extensión Armenia. Email: deisy.cardona@tau.usbmed.edu.co

81
supervisión, sen rse protegidos o en ambientes seguros, lo que les permi rá en un futuro desarrollar
autonomía y confianza básica, sin embargo aquellos que presentan el trastorno, evidencian una
preocupación excesiva al sen rse distanciados de sus ambientes o personas cercanas, incluso evidencian la
sintomatología al solo contemplar la idea de separación, an cipando situaciones o al considerar que algo
malo pueda ocurrirles. En este sen do se hablaría de alteración psicopatológica, cuando la ansiedad
alcanza niveles excesivos o intensos, no acordes con la edad y la situación.

El TAS es una manifestación psicopatológica, caracterizada por la incapacidad del niño de quedarse y estar a
solas. En este caso el niño no es capaz de separarse apropiadamente de la persona que es emocionalmente
significa va para él, angus a que supera lo esperado para su ciclo vital de desarrollo (Pacheco, 2009). El
Manual Diagnós co y Estadís co de los Trastornos Mentales (DSM V, 2004) propone como criterios para su
diagnós co:

A. Miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo por la separación de
personas por las que siente apego, con tres (o más) de las siguientes circunstancias:

1. Malestar excesivo recurrente cuando ocurre o se an cipa una separación del hogar o de las figuras de
apego.
2. Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las figuras de apego o que puedan sufrir
daño, como una enfermedad, calamidades o muerte.
3. Preocupación por la posibilidad que un acontecimiento adverso (p. ej. perderse, ser raptado tener un
accidente o enfermar) cause la separación de una figura de apego
4. Resistencia o rechazo persistente a ir a la escuela o a cualquier otro si o por miedo a la separación.
5. Miedo excesivo o persistente de estar solo o sin las figuras de apego, en casa o en otros lugares.
6. Resistencia o rechazo a dormir fuera de casa o dormir sin estar cerca de una figura apego.
7. Pesadillas repe das sobre el tema de la separación.
8. Quejas repe das de síntomas sicos (p ej., dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, vómitos)
cuando produce o se prevé la separación de las figuras de apego.

B. El miedo, la ansiedad, o la evitación es persistente, dura al menos 4 semanas en niños y adolescentes y 6


o más meses en adultos.

C. La alteración causa malestar clínicamente significa vo o deterioro en social, académico, laboral o en


otras áreas del funcionamiento.

D. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental.

En relación a la prevalencia del trastorno, el estudio de Salud mental realizado en Colombia en el año del
2003, al analizar los trastornos individuales más comunes, propone una prevalencia del 5,3% de los
trastornos de ansiedad por separación. Para el género femenino el TAS, se presenta con más frecuencia que
en la población masculina, quedando representado dentro de los tres principales trastornos para las
mujeres en la adultez, teniendo un gran peso en los periodos de los úl mos 12 meses y los úl mos 30 días.
La edad de aparición del trastorno de ansiedad por separación en el estudio es a los 8 años, por lo que la
historia natural de inicio es de aparición temprana, y en los adultos puede presentarse a la edad de 20 años
aproximadamente. A su vez, en la muestra total se reporta que al menos el 8,2% de la población alguna vez
en la vida, ha presentado el trastorno.

De otro lado, se puede afirmar que si bien no son comunes estudios de prevalencia en la población infan l,
aparece de forma más precoz en la niñez, (Buendía, 1996) señalando a Marks (1987), Barrera (2003),

82
Mardomingo (2002) y Pacheco (2009), citados por Ayala, 2014). De acuerdo al DSM-V (2004) es el trastorno
de ansiedad más prevalente en los niños menores de 12 años y su frecuencia es similar para hombres y
mujeres. Para el DSM-IV (1995), el trastorno de ansiedad por separación no es raro, su prevalencia se
es ma en torno al 4% en niños, adolescentes y jóvenes.

Dentro de los factores que podrían explicar la aparición del trastorno Pacheco (2009) así como Barrera
(2003) citados por Ayala (2014) indican que la interrelación del temperamento, aspectos neurológicos,
sexo, vínculo, es lo de crianza, familia parental, entre otros, inciden en su desarrollo. A su vez, desde la
perspec va conductual podría atribuirse al aprendizaje del niño de una respuesta de evitación, debido a
alguna asociación frente a una situación de posible pérdida de la madre, experimentar un hecho vital
estresante o recibir refuerzos mientras el niño se quede en casa (Wicks & Israel 1997).

Si bien el TAS afecta las áreas de funcionamiento del niño en su dinámica familiar, la interacción con pares y
las ac vidades sociales y académicas, su abordaje puede ser dilucidado desde una perspec va del análisis
del comportamiento, dirigido a promover el ajuste de las personas en los diferentes contextos y así
propender por su bienestar (Folle e, Bach & Follete, 1993), el cual se cons tuye a par r de la interacción
que ene el individuo con sus diferentes áreas y el ajuste que logra tener en éstas (San Mar n, 1982,
Brenner & Wrubel, 1989). En este sen do el obje vo del presente estudio es demostrar la eficacia de un
tratamiento basado en el modelo de evaluación conductual de un caso de trastorno de ansiedad por
separación en un niño de 8 años.

Método:

Estudio de caso único sustentado en la metodología clínica experimental (evaluación conductual). Se sigue
la secuencia conductual propuesta por Kanfer y Saslow (1969) Es mulos contextuales y antecedentes (E)-
Organismo(O)-Respuesta o conducta(R)-Consecuencia(C)-K con ngencia (K) (Nelson & Hayes, 1981,
citados por Labrador, Cruzado & Muñoz, 2002).

Sujeto:
Consultante de 8 años (AC), de genero masculino que se encuentra cursando tercero de primaria,
perteneciente al estrato socioeconómico dos. Su grupo familiar está conformado por sus padres, abuela
materna y un hermano de 6 años, con quienes vive actualmente, también conforman la familia dos niños
que han sido acogidos en el hogar, debido a que la madre está vinculada a una ins tución de protección
infan l, desempeñándose como cuidadora primaria de niños con derechos vulnerados.

Instrumentos:

Entrevista semiestructurada: su obje vo es profundizar en el mo vo de consulta para establecer con


precisión el problema y variables relacionadas. Se u lizó simultáneamente la observación clínica de la
conducta del paciente y su madre en la consulta.

Registro de conducta: El registro A-B-C se u lizó para establecer línea base de conducta y las situaciones
es mulares en las cuales se producía, posteriormente para determinar el efecto de la intervención. Las
pautas para realizarlo fueron indicadas a la madre de AC (ver Tabla 1.).

83
Mo vo de consulta

La madre solicita atención psicológica refiriendo: “me preocupa la situación de mi niño, él no es totalmente
feliz, parece un adulto, se preocupa mucho por todos”.

Descripción y operacionalización del mo vo de consulta:

La madre de AC reporta preocupación por la situación que presenta su hijo desde hace tres años, lo cataloga
como un niño que asume con su familia un rol de adulto, menciona cuidarlos de algo peligroso que pueda
sucederles. La madre afirma que él no es un niño feliz, pues no realiza ac vidades recrea vas, académicas y
sociales sin estar vigilando y previniendo peligros en los demás, se rehúsa a realizar cualquier ac vidad sin la
presencia de algún familiar y se preocupa constantemente por la posibilidad de estar solo y que sus
familiares estén fuera de casa, ya que teme les pueda suceder algo. Estos aspectos repercuten en su
funcionamiento social y familiar, dificultando las interacciones otros.

El hermano menor de AC suele molestarse por su ac tud, se siente acosado y perseguido, pues su hermano
busca tenerlo a su lado siempre. A la madre le preocupa que no exprese sus emociones, especialmente
aquellas valoradas como posi vas, en lugar de ello el miedo y la preocupación son frecuentes en él. La
abuela expresa ver la situación como “anormal”, ya que la ac tud del niño es muy protectora. Los profesores
sugieren ayuda al observar dificultades en su desarrollo interpersonal.

Historia del problema:

La abuela del paciente refiere que la madre de AC presentó en su infancia preocupación similar luego de la
separación de sus padres, desde entonces no se separan (madre-hija), actualmente viven juntas, aún luego
de que ella contrajera matrimonio.

Desde hace 14 años, la madre pertenece a una ins tución para la protección infan l, en la cual se
desempeña como cuidadora hasta que los niños se reintegren a sus hogares, inicialmente consideraba este
proceso di cil por lo que implica superar la par da de ellos. Cuando AC tuvo inquietudes sobre el hogar
sus tuto, la madre le afirmó “eran niños prestaditos que deberían ser cuidados como cualquiera de los de la
familia”, generalmente le hacía par cipe, porque lo consideraba una labor familiar.

A la edad de 5 años AC debió separarse de un niño que se encontraba en el hogar, al ser este dado en
adopción, con quien vivió aproximadamente dos años, el paciente asis a a sus procesos de rehabilitación
por decisión de la madre, para él fue di cil afrontar esta situación al igual que la madre, aunque ella no le
expresaba su malestar, AC verbalizaba preocupación constante por el estado de su hermano dado en
adopción. Otro acontecimiento importante, es la inges ón de bebidas alcohólicas por parte del padre en
esa época, en el cual AC manifestaba preocupación intensa.

Actualmente, los problemas de ansiedad siguen afectan su funcionamiento, expresa malestar cuando su
madre sale sola, suele molestarse, llorar, enojarse y discu r sobre quién la acompaña. Expresa temor
porque a su madre le suceda algo, como un robo o incluso la muerte, cuando la madre los acompañaba al
colegio, lloraba y se negaba a ingresar a clases preocupado porque ella volviera sola a su casa. AC nunca ha
presenciado un robo, pero manifiesta preocupación por la posibilidad de que esto suceda, se molesta,
discute y pide dinero para comunicarse telefónicamente con sus parientes cuando alguno se retrasa en la
hora de llegada. Esto afecta su relación con su hermano, frecuentemente consigue que éste se ausente de
clases para estar durante el receso a su lado. Su madre refiere preocupación debido por el miedo constante
de su hijo. Sus ac vidades actuales son restringidas, ya que interrumpe sus juegos o ac vidades depor vas
por dirigir su atención hacia sus hermanos o familia, para estar al cuidado de su hermano o incluso discu r
con sus pares por considerar que no prestan suficiente atención a los niños.
84
Durante la consulta, el paciente se rehúsa a dejar a su hermano en la sala de espera para ingresar, expresa
que quizás este se dirija a las escaleras y se encuentre “locos”; se re ra del consultorio en dos
oportunidades para llevarlo al baño que está ubicado al frente. También se observa que la madre suele
ayudarle a responder las preguntas que se le hacen y en ocasiones intenta responderlas por él.

Esas situaciones afectan de manera significa va el funcionamiento familiar y social del paciente, ya que sus
interacciones son en torno a la vigilancia y supervisión y no a compar r ac vidades recrea vas,
nutricionales, sociales y académicas. Los padres refieren sen rse afectados, al percibir la conducta de su
hijo como excesiva y nega va para su desarrollo, además se genera disgusto ante el constante enojo de AC
por el desacuerdo con sus frecuentes pe ciones y restricción en las ac vidades de los adultos significa vos
para él, al sen rse forzados a sus imposiciones para evitarle malestar; igualmente se han generado
conflictos con su hermano al sen rse vigilado.

Evaluación:

Se llevaron a cabo entrevistas y registros de conducta durante ocho semanas, con ello se logró iden ficar un
patrón de conducta caracterizado por exceso de vigilancia y supervisión de las personas con las que
interactuaba, acompañado de expresiones de malestar (llorar, quejarse, enojarse, discu r) cuando los
demás no actuaban de acuerdo con sus demandas. Los promedios semanales de la frecuencia durante el
establecimiento de la línea base mostraron una tendencia estable, la conducta de vigilar y supervisar
presentó un promedio de 8.6 y la conducta de expresiones de malestar, 3,4 (ver gráficas 1 y 2 en anexos).

Análisis de secuencias:

Antecedentes Respuestas Consecuentes


Variables predisponentes o de Emocionales/Fisiológicas: A corto plazo:
vulnerabilidad: -Enojo.
Refuerzo Nega vo:
-Prác cas valora vas altamente -Miedo y preocupación -Los padres y familiares acceden
significa vas en la familia, constantes. a las pe ciones del niño y
c e nt ra d a s e n e l c u i d a d o y -Irritabilidad. permiten que tome decisiones
preocupación por el otro y la -Ansiedad. respecto a las ac vidades de los
obediencia. integrantes de la familia, lo que
-Carencia de modelos de Motoras:
disminuye su malestar (evitación
afrontamiento adapta vo ante la -Vigilar y supervisar
d e e s t r e s o r e s
separación de personas frecuentemente a las personas
medioambientales).
significa vas (relación abuela- con las que interactúa.
madre y afrontamiento de la -Regañar a sus padres por el Refuerzo posi vo:
familia ante la par da de los cuidado de los niños. -Reconocimiento de su familia,
niños en protección). -Llamar telefónicamente ante la profesores, vecinas y
-Interactuar en una familia con tardanza de algún familiar. compañeros por asumir el
es lo de crianza sobreprotector. -Estar con el hermano la mayor cuidado de otros.
parte del empo. -Sus conductas son valoradas
-Interrupción y/o abandono de como agradables por los niños,
Es mulos remotos externos:
-Experiencias vicarias de sus juegos o ac vidades para expresan sen rse protegidos de
abandono y res tución familiar supervisar que a los demás no que algo malo le suceda.
debido a que su familia está les pase nada.
vinculada a un programa de
protección infan l.

85
-Separación de figuras
significa vas (niños bajo cuidado -Expresiones de malestar y A largo plazo:
y protección de su familia por quejas constantes.
-Llanto. Cas go nega vo:
periodos de hasta dos años). -Discu r con los adultos.
-Experiencia de cuidado y -Restricción de ac vidades
-Negarse a entrar a clases. gra ficantes y propias de su
protección de un niño por parte -Oposición a la separación.
de su familia y dado en adopción -Rehusarse a dejar solo a su periodo de desarrollo
posteriormente. hermano (en el receso de (recrea vo, familiar).
-Observar en su madre el patrón clases, en la sala de espera para
de conducta de protección y Cas go Posi vo:
entrar a consulta y dirigirse al
cuidado a otros. -Malestar y preocupación en sus
baño, en los juegos).
-Observar a su padre salir e -Verbalizaciones de temor ante familiares por la “anormalidad”
ingerir bebidas alcohólicas. la probabilidad de daño de sus de su conducta.
-Observar que su madre se -Conflictos con su hermano
familiares y especialmente
devolvía sola para su casa cuando m e n o r y afe c ta c i ó n d e s u
porque malo le suceda a la
lo llevaba al colegio. rendimiento académico.
madre.
-Expresar condiciones frente a -Afectación de la interacción
Es mulos remotos internos: entre los integrantes de la
-Creencias que se han formado las salidas, horarios y si os
donde van los miembros de la familia.
sobre la separación de sus
-Mantenimiento de
familiares: “es peligroso van a familia (madre, abuela,
pensamientos nega vos sobre el
sufrir daño”. hermano).
-Solicitar cuidado a su familia mundo, reforzando esquemas de
Es mulos próximos externos: frente a algo peligroso. vulnerabilidad.
-Desacuerdo y nega va de los -Pedir a su hermano que esté se
adultos antes sus demandas. ausente de clases para estar a
-Ver que su madre o abuela salen su lado en el colegio y reforzarlo
solas. por ello.
-Situaciones en las que tenga que
separarse de sus familiares Cogni vas:
(padres, abuela, hermanos). -Focalizar su atención a las
-Retraso en la hora de llegada de señales de peligro o que
algún familiar. puedan resultarle
Es mulos próximos internos: amenazantes, para su familia.
-Pensar que algo malo le puede -Pensamientos de hechos
suceder a sus familiares, como un peligrosos que le ocurren a su
robo o la muerte. familia (“de pronto la roban en
la calle, algunos marihuaneros
-Pensar que en la calle hay o locos, le quitan el celular o
personas peligrosas que van a que la matan con un cuchillo o
hacerle daño a su madre(”los una pistola”).
marihuaneros”).

Otras áreas a considerar:

Repertorios de autoconocimiento-autorreferenciación.

CA se considera poco atrac vo, afirma dificultades para expresar lo que siente y no comprender lo que le
pasa. Expresa disfrutar de la ayuda a otros y que los niños deben ser cariñosos, respetuosos, amables para
ganar el afecto de los demás. Le es di cil reconocer por qué a los demás les afecta que se interese por su
seguridad, sin embargo, iden fica su dificultad y le gustaría dejar de sen r el miedo por lo que le suceda a su
familia.
Autocontrol.

Para AC es complejo elegir consecuencias en su contexto en términos de antecedentes y consecuentes, sus


elecciones no le permiten la regulación de algunos estados emocionales. En contextos educa vos hay
competencias de autocontrol, las consecuencias que elige lo llevan a fortalecer su rendimiento académico.
86
Redes de apoyo social y contexto.

La familia sa sface necesidades afec vas, sociales, educa vas y económicas, la comunicación es afec va,
con ac tudes de protección, la relación de los padres es funcional, reportan solucionar conflictos
democrá camente. Hay dificultades para la adaptación al cambio, especialmente la par da de niños
vinculados al programa de protección, las reacciones familiares pueden prolongarse por meses,
inicialmente hay respuestas de llanto, tristeza, insomnio y recuerdos en el relato, en la madre y abuela.
Dentro de las prác cas valora vas se espera que los hijos obedezcan ante las pe ciones y se preocupen por
las necesidades de otros. Las con ngencias son poco claras, la madre es quien establece disciplina, aunque
accede a pe ciones de AC, permi éndole control respecto a los lugares y horarios de salida de su familia.
Su rendimiento académico es adecuado, el paciente sobresale por mantener relaciones posi vas con pares
y adultos de su contexto escolar, se relaciona sa sfactoriamente con el grupo de pares de su comunidad,
demostrando amplio repertorio de habilidades sociales.
Competencias.
Perceptivo-motoras: Hay un adecuado desarrollo en motricidad fina y gruesa, sus movimientos corporales
son coordinados, agiles y fuertes, esperados para su edad. Hay destrezas para el aprendizaje de la lectura y
la escritura.
Afec vas/emocionales: Generalmente expresa su afecto a través de comunicación no verbal (por medio de
gestos, regalos, abrazos dulces y flores), logra establecer vínculos afec vos con quienes le rodean. Le es
di cil verbalizar lo que siente; reconoce fácilmente emociones en otros. Sin embargo evidencia dificultades
en la modulación de sus respuestas fisiológicas y conductuales ante las exigencias del contexto.
Cognosci vas/verbales: Orientación, memoria y juicio conservados. Pensamiento transduc vo, con
predominio de ideas de vulnerabilidad y amenaza de daño hacia su grupo familiar.

Diagnós co.
De acuerdo el DSM-V, el paciente cumple con los criterios para el diagnós co de trastorno de ansiedad por
separación (F93.0). No se observan alteraciones médicas ni otros trastornos clínicos que expliquen mejor la
aparición de la sintomatología.

Formulación del caso.

La explicación de los excesos conductuales, requiere un análisis de las variables que posiblemente se
encuentran relacionadas con éstos y que pueden implicar elementos contextuales actuales e históricos,
para entender la configuración de las diferentes con ngencias en un individuo (hipótesis de origen) y los
eventos que refuerzan el problema (hipótesis de mantenimiento).
Como factores de predisposición se encuentran las prác cas valora vas de la familia centradas en cuidar de
otros, aspecto altamente significa vo para ellos. La relación entre madre y abuela donde no se han
presentado periodos de separación, demuestra un es lo relacional ansioso y carencia de modelos de igual
modo el afrontamiento ante la par da de personas significa vas; asimismo el hecho de interactuar en un
hogar para la protección infan l, donde existen dificultades para afrontar el duelo ante su posterior
reintegración familiar, influye en el aprendizaje de respuestas emocionales desadapta vas.
La aparición de los síntomas se relaciona con una experiencia de separación de un niño acogido en su hogar
por largo empo, lo que sumado a experiencias vicarias de res tución familiar, cuidado y supervisión,
modela patrones de respuesta similares y preocupación constante por la posibilidad de separarse de sus
seres queridos, se adquiere entonces por modelamiento dado que, desde su infancia el niño ha observado
la conducta de su madre y ha imitado acciones como cuidar a otros niños a través de la sa sfacción de las
cosas que ellos demandan, (alimentación, salud, educación, ves do), observando reconocimiento por esta
labor e incorporando a sus esquemas cogni vos la percepción de amenaza y necesidad de protección. Al

87
mantenimiento de estos problemas ha contribuido la ausencia de con ngencias claras en su hogar, la
evitación de estresores ante el hecho que sus padres cedan a sus demandas de compañía o cuidado
(refuerzo nega vo) y el reconocimiento social que ob enen sus conductas protectoras, lo que hace que
incremente la frecuencia de la respuesta, afectando su desarrollo social y la interacción familiar.

Tratamiento.
La intervención conductual se dirige a la modificación de variables contextuales que controlan patrones
desadapta vos de conducta. Debido a que en el contexto del consultante los comportamientos de vigilancia
eran valorados posi vamente por los diferentes integrantes, se propusieron estrategias con el fin de
modificar el patrón excesivo de supervisión, sin el obje vo de ex nguir el repertorio. Se tuvo en cuenta el
papel funcional de algunos procedimientos de intervención, de modo que generaran cambio en la forma de
interacción de los padres con el consultante, en relación con la administración de con ngencias y la
regulación verbal de la conducta del niño (Rodríguez & Landa, 2000). Los obje vos terapéu cos pretendían
disminuir la frecuencia con la que vigilaba y supervisaba a las personas con las que se relacionaba, y,
disminuir la frecuencia en que expresaba malestar cuando los otros no hacían lo que él esperaba, para ello
se u lizaron la retroalimentación y el refuerzo diferencial de tasas bajas con intervalo fijo, respec vamente.

Retroalimentación: Su obje vo es devolverle al consultante en términos claros, la información que éste ha


suministrado a través de la evaluación para influir en la frecuencia de la respuesta y en la precisión al
responder. Puede contribuir a la abstracción de propiedades funcionales de la situación para ajustarse a la
tarea requerida, permite dar a conocer al consultante y a las personas implicadas en la interacción, las
relaciones que hay entre ellos y también los factores que predisponen al problema, las consecuencias en
términos de los efectos que produce la conducta en los otros, y su nivel de afectación (Campuzano, Romero
y Guarnero 2008), lo que puede posibilitar el cambio y el ajuste a las demandas del contexto (Muñoz-
Mar nez, 2009; Muñoz-Mar nez, 2010). En este caso se retroalimento a la madre del consultante sobre la
información recolectada en el proceso de evaluación.

Reforzamiento diferencial de tasas bajas: Su obje vo es la reducción de la frecuencia con que se presentan
las conductas (no su ex nción), de tal forma que sea menor a la que se observa en la línea base. El refuerzo
se administra cuando se presenta la conducta obje vo, pero sólo sí es emi da a tasas bajas, en este caso las
conductas de cuidado y supervisión (Labrador & Cruzado 2002).

También se llevó a cabo modelamiento, ensayo conductual y juego de roles, para cambiar la forma en que se
entregaban los es mulos ape vos, con el fin de cambiar la frecuencia con la que el comportamiento
problema se daba (de acuerdo a los criterios adecuados para la madre y su grupo de referencia), buscando
cambiar de un programa de refuerzo con nuo a uno de tasas bajas que le permi era ajustarse a su medio y
finalizar ac vidades recrea vas, de alimentación o académicas. Con respecto a la fase de intervención, se
pudo observar que en la primera parte del tratamiento luego de ser administrada la retroalimentación, la
conducta decrementó hacia la semana 6a y 7a, sin embargo la frecuencia fue menor hacia las semanas 9a y
10a.

Conclusiones.
El trastorno de ansiedad por separación que presenta AC está determinado por múl ples variables, tales
como, las prác cas valora vas de su contexto, la observación de patrones de exceso de control y supervisión
constante y es los relacionales ansiosos en su familia (variables predisponentes), que generan condiciones
organísmicas influyentes en la adquisición de repertorios de conducta motora y cogni va, mantenidas a
través del refuerzo nega vo que produce la evitación de es mulos aversivos para él y refuerzo posi vo,
recibido por la aprobación social de sus conductas.

Una perspec va analí ca funcional, que explica la conducta con base en la relación entre las respuestas del
organismo y las variables contextuales, es efec va para la modificación de repertorios disfuncionales de
conducta infan l. Se requiere mayor inves gación sobre su aplicación cuando los infantes han estado
expuestos a situaciones que implican res tución familiar.
88
Referencias Bibliográficas.

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Wicks, R. & Israel, A. (1997). Psicopatología del niño y del adolescente. Madrid: Pren ce Hall.

89
ANEXOS

Grafica 1. Frecuencia de los comportamientos de vigilancia y supervicion hacia las personas con las
que interactua

Retroalimentación Reforzamiento
Línea de base diferencial de tasas
12 bajas

10 Gráfica 2.
Frecuencia

8 Frecuencia con la
6 que realiza
4 expresiones de
2
malestar.
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Semanas

Retroalimentación Reforzamiento
Línea de base
diferencial de tasas
bajas
5
4
4
Frecuencia

3
3
2
2
1
1
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Semanas

90
Conducta
Fecha Antecedentes Consecuente

Llora Se opone Hace Busca a Deja de Regaña Se Se Se Otras ¿Qué ¿Cómo se


la pataleta otras hacer lo desespera molesta irrita hacen resuelve
separación personas que está los finalmente
haciendo otros? la
1. Situaciones situación?
en las que
tenga que
separase de
la madre.
2. Situaciones
en las que
tenga que

91
separase del
padre.
3. Situaciones
en las que
tenga que
separase de
los hermanos.
4. Situaciones
en las que se
entera que la
mama va a
salir sola
5. Otra:
(describirla)

Tabla 1. Registro de conducta A-B-C


TEXTOS UNIVERSITARIOS
Colec vo docente inves gador.
CUADERNILLO

DE CASOS PSICOLÓGICOS
Comprensiones desde diversas perspectivas

TEXTOS UNIVERSITARIOS
Colectivo docente investigador.

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