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- TRASPASO EL SENDERO LUMINOSO

SIN SONIDOS SIGO MI CAMINO


HACIA QUIEN CONSIDERO
QUE ES MI FEROZ ENEMIGO
LA FUERZA QUE TODAVIA POSEO
ME SOSTIENE MIENTRAS LO VEO
SU MIRADA ME HABLA CON DESEO
VERDAD, QUE SOLO YO COMPRENDO

En la larga barra de la cafetería ya no quedaba un solo hueco a tan temprana hora de la

mañana, el bullicio que producían las masivas peticiones de las diferentes

consumiciones ponían a prueba el buen temple necesario que en momentos puntuales

requería la mejor de la destrezas de los siempre escasos compañeros, que como todas las

mañanas se afanaban en desempeñar otro de los diversos y cuestionados destinos

Policiales del País Vasco, el servicio ejercido como camarero, era uno de los que

tampoco se salvaba de las encendidas criticas que a diario se vertían por el resto de

Policías que continuamente tenían que jugarse la vida en las calles desarrollando labores

operativas, fuera del abrigo que cobijaban los muros del interior de las instalaciones

policiales, lo que sin duda hacia aumentar las posibilidades de riesgo personal de forma

ostensible, pero en la denominada zona norte que englobaba en el argot Policial tanto a

las Provincias Vascas como a la provincia de Navarra, no eran estos precisamente


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territorios que se prestaran como modelos donde poner en practica razonamientos que

llevaran a conclusiones normales, en la memoria de todos los Policías permanecían aun

frescos, los recuerdos de un suceso ocurrido unos años atrás y, del que afloraba cada día

en ellos, la peor de las sensaciones con las que puede enfrentarse un ser humano.

El escalofrió que produce la vulnerabilidad seguía perturbando diariamente la deseada

tranquilidad mental de cuantos conocíamos el prudente perfil del compañero asesinado,

debido a las preocupantes y rocambolescas conjeturas que seguían flotando en el aire y,

que pesaban todavía como una losa en los maltrechos ánimos, por el desconocimiento

existente al no poderse conseguir averiguar los detalles macabros que encerraban su

misteriosa muerte, cuando ocupaba uno de los polémicos destinos Policiales, ejerciendo

su labor diaria como camarero, todo lo que se sabia de los hechos se perdían en

superfluas hipótesis, tan solo se tenia la certeza de que esa desdichada mañana no había

acudido a su puesto de trabajo por disfrutar de su día libre, la ausencia de testigos

también parecía demostrar que en el preciso momento de encontrar la muerte debía

encontrarse solo en el descampado donde pocas horas después seria hallado su cuerpo,

eran las primeras horas de un día primaveral cuando se desencadenaron los fatídicos

hechos, que terminaron con su corta vida como consecuencia de la acción criminal

perpetrada por un comando etarra, siempre se había venido especulando con la

posibilidad de que el grupo de individuos que formaban el comando, prácticamente se le

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viniera encima por sorpresa con el único objetivo de apoderarse tan solo de su vehículo

y, por la rapidez con que se debieron desencadenar los hechos los podría haber

confundido con delincuentes habituales, su desacertado análisis de la situación con la

que debió enfrentarse en tan solo décimas de segundo, tal vez le hizo cometer la terrible

imprudencia de identificarse como Policía, sin haber podido disfrutar de la mas mínima

posibilidad de defenderse, su cuerpo quedo tendido sobre el suelo agujereado por los

disparos producidos por varias armas cortas, justo al lado de su vehículo particular de

reciente adquisición y, como testigo mudo de su ejecución se encontró desparramado el

libro con los folletos de las instrucciones del vehículo esparcidos junto a su cadáver.

Pero ellos ajenos a las criticas vertidas habitualmente y que siempre parecían intentar

ponerlos sobre el disparadero, lograban suplir las carencias propias del oficio con una

buena disposición para cumplir de la mejor forma con su cometido, apresurándose en

despachar al personal cada día, colaborando así, todas las mañanas, en la pronta

incorporación y relevo de todos los Policías que se encontraban en los diversos servicios

encomendados por la superioridad, en esa lucha diaria nos encontrábamos inmersos la

mitad de los miembros de nuestra patrulla, intentando ser de los primeros en poder

acceder al milagroso aroma que siempre despide el amargo liquido que contiene la

apreciada primera taza de café del día y, que sobre todo hoy su ingesta, parecía ser

todavía mas necesaria para poder despejar lo mas rápido posible la aturdida cabeza.

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El habitual bullicio de todos los días se había convertido en un apagado murmullo que

giraba en torno al comentario del verdadero motivo desencadenante del inquietante

espectáculo ocurrido momentos antes y, que una vez mas, había logrado hacer mella en

los quebrados ánimos de los presentes, hiendo a posarse en sus almas uno mas de los

habituales extraños sucesos que venia a sumarse a su ya larga lista, enturbiando el

comienzo normal de una nueva jornada laboral, convirtiéndola en su triste protagonista,

hechos de parecida naturaleza parecían marcar todas las hojas del calendario, cebándose

con exacerbada crueldad en la impredecible conducta personal de todos los Policías

destinados en zonas de tan elevado riesgo, sucesos de toda índole que se habían hecho

demasiado cotidianos, porque tenían el poder de anular la aplicación normal de la

conducta mental desarrollando el razonamiento humano, sucesos de tal magnitud que

rebasaban con creces la capacidad psíquica necesaria y requerida, que pudieran dar una

respuesta lógica a cualquier profesional que tuviera que vivir y cumplir con su trabajo en

un medio tan hostil, la evidencia tan terrible que representaba desconocer la fecha de

partida hacia un nuevo destino, teniendo que asistir a las espantosas quiebras mentales

como espectadores de primera fila, contemplando irremediablemente los estragos

mentales que se iban produciendo en los deteriorados cerebros con un trepidante ritmo

espeluznante, mezclaba un combinado de circunstancias negativas cuyo resultado final,

era la contemplación imparable de las penosas tragedias personales ocurridas en el

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entorno, terminando con demasiada asiduidad con la vida del abatido y humillado

profesional de un modo trágico y, de la forma mas dantesca e inimaginable, acabando de

impactar brutalmente sus terroríficas imágenes en la mente del resto de compañeros y,

minando de la forma mas implacable todos los días la salud cada vez mas precaria de

unos exhaustos profesionales que solo habían cometido el delito de intentar formar parte

de la sociedad, trabajando honradamente y sirviendo fielmente en ella como garantes de

la seguridad del Estado.

En su infortunio parecían cebarse las permanentes acciones terroristas perpetradas de

forma constante llevadas a cabo con una crueldad despiadada, intentando de ese modo

amedrentar y aterrorizar a toda una sociedad por medio del castigo practicado contra una

de las instituciones que forman un Estado, dejando grabado con su particular sello, el

camino sin retorno de las perdidas esperanzas de lograr algún día salir con vida del

mismísimo infierno en que se habían convertido sus vidas y, donde la misericordia

parecía haber dejado de existir, el abanico de posibilidades se mantenía siempre abierto

pudiendo convertirse en la siguiente victima de la barbarie terrorista.

La terrible situación había hecho posible que se instalase en la mente de casi todos los

profesionales, un mecanismo de defensa síquica rozando la obsesión por tergiversar

radicalmente la opinión sobre las conductas violentas y suicidas que continuamente se

producían, negando inconscientemente la veracidad de los hechos, mientras se emitían

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juicios carentes del mas elemental sentido de razonamiento cabal, tachándose de falsas y

teatrales las peligrosas conductas que de forma continua se generaban, tan real era el

riesgo psíquico y físico para las personas que las vivían, que en la mente de cualquier

profesional que no hubiera estado sometido a semejante grado de presión mental, no le

hubiera supuesto la menor dificultad para dilucidar las criticas situaciones

meridianamente, constatando que hechos de semejante naturaleza demostraban ser un

continuo y mas que evidente peligro para la integridad física de quien lo sufría.

Los comentarios hirientes sobre su estado mental conseguían la estigmatización de su

imagen personal, siendo además acusados prácticamente de haber sido los ideólogos de

una conducta provocada, haciéndose merecedores de la situación trágica buscada y,

generada únicamente por ellos mismos porque solo querían lograr con su pretendida

locura promover su traslado a otra zona que careciera de tanta peligrosidad.

los mas disparatados comentarios se volvían a escuchar esta mañana mientras intentaba

dar mi opinión personal a un publico saturado de historias surrealistas, antes de que

fuera desacreditada por ser la misma que siempre mantenía cuando se producían

actitudes de difícil comprensión, indistintamente de la tragedia ocurrida, pero

nuevamente sentía que la razón me facultaba para poder dar mi propia opinión, por

haber asistido al lamentable suceso como espectador directo y, poder mantener la

inamovible postura de que los hechos ocurridos a principio de la mañana, no eran sino

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otra ruptura mas, producida en la quiebra mental de otra nueva victima que tocaba techo

y, que con demasiada frecuencia el peligro corrido junto a ella podría habernos

convertido igualmente en victimas de una realidad que escapaba de cualquier

razonamiento humano sin poder ser asimilada y, mucho menos aceptada con normalidad

por mentes que ya se encontraban rebosadas y al limite de sus propias capacidades

psíquicas, repercutiendo sin lugar a dudas en sus deteriorados ánimos que siempre

parecían atravesar sus horas mas bajas.

Esta agitada mañana sin embargo no iba a tardar en despejar la incógnita de las

aventuradas conjeturas derramadas, cuando se conoció la triste realidad que envolvía la

peligrosa conducta del desafortunado compañero, su esposa se encontraba internada

desde hacia ya tiempo en un hospital de salud mental y, el criterio de los médicos

auguraban un mas que preocupante diagnostico que hiciera posible una rápida salida de

aquel fatídico lugar, los comentarios dieron un vuelco radical cuando se conoció que a

mil kilómetros de donde nos encontrábamos habían quedado dos niños de corta edad al

cuidado de sus abuelos maternos y, la pregunta clave paso a ser en esos momentos otra

bien distinta, ¿porque el padre se volvía a encontrar de nuevo en este infierno y, de

quien habría partido la brillante idea de volverlo a traer?, si lo ultimo que se conocía de

su vida, era que desde hacia un tiempo había sido trasladado a su Ciudad,

permaneciendo en ella, en una situación administrativa provisional, –bueno me dije, por

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lo menos como ya se conocen las circunstancias que envolvían el triste suceso, alguien

tendrá que ocuparse de arreglar este tremendo desaguisado y, como ya no tiene ningún

sentido seguir martirizando la cabeza pensando en mil cábalas posibles, nada mejor para

conseguirlo que tomar una copa de licor y buscar el tono perdido, mi sorpresa fue

mayúscula cuando escuche la negativa de mi compañero de patrulla ante la invitación,

cuando comenzamos a bajar las escaleras de la cafetería para dirigirnos al aparcamiento

y recoger el furgón Policial para comenzar el servicio de patrulla- me preguntaba- como

habría sido capaz el solo de haber conseguido dejar de beber sin ninguna ayuda, pensé

que a este tipo también lo tendría que añadir a mi lista como referente a imitar, su firme

determinación de no levantar el codo se convirtió de repente en un verdadero misterio

que merecía la pena de ser explorado, porque por lo menos conseguía de momento

fortalecer mi baja autoestima, si el ha podido dejar de beber me dije, porque yo no voy a

poder lograr y conseguir que las despiadadas pesadillas que me torturan todas las noches

sin darme tregua, las pueda reciclar en mi cerebro para deshacerme de ellas cuando yo

quiera y, mientras recorríamos en profundo silencio el pequeño tramo que había hasta

llegar al estacionamiento donde debíamos recoger el vehículo blindado asignado para la

realización del servicio encomendado, seguro que nuestras mentes jamás habrían podido

imaginar que el terrible incidente vivido una hora antes pudiera convertirse en el

preludio de otra fatídica mañana.

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Los recuerdos pasaron por mi cabeza con gran rapidez y, seguían permaneciendo frescos

en mi memoria, igual que en la del resto de compañeros que asistieron a los

enfrentamientos tan desafortunados que llegamos a protagonizar, haciéndose tristemente

famosos por los desafíos personales y violentos que tuvimos a los pocos días de haber

llegado al norte, ante las discrepancias personales que dieron lugar durante el servicio,

sobre la forma de llevar a cabo el montaje de los controles selectivos móviles que debían

establecerse con la requerida rapidez en los diferentes puntos de la Ciudad y, que fueron

poniendo a prueba el inestable temple del carácter de ambos, estaba convencido que por

lo menos en un par de ocasiones si no hubiera tomado la decisión de plantarle cara a

tiempo, al final solo hubieran hablado los cañones de nuestras pistolas, pero esas

lamentables confrontaciones sabia que menos mal ya solo pertenecían a un pasado ya

olvidado, además era un buen tipo dotado de una fuerza especial que había sido capaz

de poder lograr y controlar su alterado estado psíquico cuando por aquel tiempo su

mente parecía mas que destrozada, como consecuencia del desquiciante estrés

acumulado durante los años de servicio desarrollados en una zona de tanta

conflictividad, en la que solo la soledad y la incomprensión fueron sus fieles

compañeras de viaje, dejándole además impresa una desolación implacable que arañaba

continuamente su alma con una infinita amargura, los terribles pesares diarios habían

terminado por salpicar también a su vida privada, sufriendo una separación bastante

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traumática y que parecía permanecer todavía muy reciente en su mente, demasiados

avatares que progresivamente habían ido dañando su castigado cerebro, transformando

para siempre e irremediablemente su agrio carácter, era una terrible situación de la que

solo se podía intentar huir poniendo la única solución a su alcance para mitigar el

terrible dolor que acompañaban siempre sus penas, recurriendo al siempre engañoso

remedio de conseguir ahogar la angustia entre litros de alcohol, estoy seguro que de

habernos conocido en otro lugar y en diferentes circunstancias podríamos haber sido

hasta buenos amigos, su arenga y total convicción sobre los efectos perniciosos de la

bebida me había hecho desistir esa mañana de pedir la primera copa del día, además en

esa ratonera en la que nos encontrábamos sabia que daba igual tomar una copa que

veinte, porque de ninguna forma conseguiría que el reloj transcurriera con la misma

velocidad que lo hacia en otros lugares, el paso normal del tiempo parecía sufrir una

inquebrantable ralentización al tener que convivir con la posibilidad de acariciar la

muerte en cualquier momento del día, haciendo pedazos la normal convivencia entre los

seres humanos allí presentes y, enrareciendo el ambiente hasta cotas inimaginables hasta

anular el necesario control exigible de una capacidad mental mínima y aceptable en la

templanza síquica requerida, todos los ingredientes necesarios se daban cita para poner

continuamente en grave riesgo la integridad de unos profesionales que podían desatar

una violenta tempestad en cualquier momento del día, como lo haría un terremoto

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incontrolado de intensidad máxima con unas consecuencias imprevisibles y

devastadoras.

Cuantas veces mi lamentable estado personal imploraba a los cielos poder disponer de la

formula secreta de un manual básico de psiquiatría que rociara con su elixir a las almas

allí perdidas, aportando la suficiente serenidad a sus espíritus y poder brindarles alguna

razón de esperanza que pudiera abrir una rendija, iluminando sus desquiciados cerebros

que continuamente parecían estar aquejados de una pertinaz dosis de neurosis paranoica,

envolviendo misteriosamente el insoportable y mortal ambiente reinante con un yugo

invisible que atenazaba las vidas de unos trabajadores de la Policía, con un grado de

crueldad desquiciante.

El vehículo Policial ya rodaba a tan temprana hora del día por las calles del centro de la

Ciudad, circulaba muy despacio y a cualquier persona que lo contemplara, le hubiera

podido dar la impresión de que no tenía ninguna prisa por llegar algún destino concreto.

El silencio se había adueñado del fatídico comienzo de una nueva jornada, su patrulla

era una mas de las que habitualmente formaban el dispositivo desplegado en la

seguridad de la Ciudad sobre vehículos con distintivos policiales, no había ninguna

nueva consigna que hiciera extremar las medidas de protección personal, dando motivos

especiales para presagiar que pudiera ocurrir de nuevo otro desagradable incidente, la

calidez que mostraba esa recién estrenada mañana de un ya cercano final de primavera

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invitaba a soñar con unas merecidas vacaciones, en ese paraíso imaginario lleno de

palmeras y suaves olas me encontraba, cuando de nuevo me devolvió a la triste realidad

el sonido de una esforzada voz siempre castigada por los malditos cigarrillos, ---pero

Niki a donde te diriges, nos tienes alguna excursión preparada o es que te has empeñado

esta mañana en descubrir alguna nueva ruta turística-, - sabes colega me estaba

preguntando que tal me sentaría un rato sin respirar malos humos-, -no creo que nos

viniera nada mal, desde luego que me parece una idea genial, pero hoy ya veo que

todavía sigues dormido-, -porque lo dices, si hoy mi cuerpo no esta hecho harina,

además, ayer me metí en el sobre a una hora decente y mis huesos todavía no se

resienten, ¡sabes¡ ahora iba pensado en camuflarnos en un lugar discreto para estirar un

poco las piernas-, -esta todavía me parece una idea mejor pero la vamos a tener que

posponer para mas tarde, no te has enterado que hoy nos a tocado a nosotros montar el

dispositivo de vigilancia en el habitual servicio fijo que venimos realizando todas las

mañanas-,

-vaya no me puedo creer la suerte que gasto siempre que me toca conducir uno de estos

Furgones, porque ya me tienes convencido de que no se salva nadie que le toca ir

contigo de montar el maldito dispositivo y, últimamente vamos casi siempre juntos,

parece que llevas un abono fijo y, siempre que tienes servicio de mañana sale en ese raro

sorteo que os montáis los jefes de dotación tu numero premiado, no será que alguien te

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quiere mal y te ha echado algún mal de ojo-, -venga Niki no te quejes tanto, tu sabes que

al final con un poco de suerte, se nos puede reducir la duración estática, si el personaje

que tenemos que dar protección abandona pronto su domicilio-, maldiciendo entre

dientes mi perra suerte y después de comprobar atentamente los retrovisores para no

perder tiempo pudiendo provocar un accidente con el giro prohibido que me disponía a

realizar contrario al del sentido de la marcha, evitando poner en grave riesgo la

integridad de los ocupantes que viajaran en cualquier turismo y, que en caso de haber

chocado contra nuestro vehículo semi blindado, se hubiera plegado como cuando se

cierran los dos estuches de una acordeón, pero una vez rectificado el pequeño

contratiempo nuestra dotación Policial ponía rumbo sin perder un solo segundo hacia su

inexorable destino, desde la parte de atrás del furgón se escucho una voz muy apagada

ante el rugido que producía el cambio de marchas del sufrido motor que tenia que

esforzarse mucho mas que cualquier otro, para poder mover los mas de tres mil kilos

con que se revestía su pesado blindaje, - ¿alguien me puede decir a donde me lleváis,

porque ya no seguimos la ruta para poder respirar un poco de aire puro?-, - sabes amigo

le conteste con viva voz, llevábamos bien el camino hacia la naturaleza pero tu jefe es

muy afortunado en el juego,- -¡Vaya¡ sabéis una cosa, yo también he tenido mucha

suerte esta mañana, he perdido a los chinos y, el otro colega que tenia que venir con

nosotros a elegido ir al hospital a suplir la baja del compañero-.

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No muy lejos de allí, un turismo particular reducía su velocidad, adecuándola para poder

realizar sin mayor problema un giro permitido a la izquierda, abandono la poblada vía

por la que transitaba y, encaro la entrada de un camino por el que justo había espacio

suficiente para que pudieran cruzarse dos vehículos, su estrecho sendero daba comienzo

a una larga pared de razonable altura que rodeaba la parte izquierda del verde y solitario

camino, su completo recorrido de menos de kilómetro y medio, terminaba en una

pequeña extensión de terreno habilitado como zona de aparcamiento, desde el, se

accedía a la entrada principal de su complejo por un portón de estilo medieval, sus

socios formaban un club bastante reducido y exclusivo, disponiendo en su interior de

diversas instalaciones, incluidas las deportivas, la marcha del vehículo de repente se

torno muy lenta, los dos ocupantes que viajaban en su interior mantenían los ojos muy

abiertos observando la zona boscosa que quedaba a su derecha, sabían que se

encontraban en una parte muy céntrica de la Ciudad y, la inexistencia de edificios

alrededor del camino debido a la situación privilegiada que mantenía la zona, por estar

situada dentro del interior de un parque, lo convertía en el sitio discreto y mas que

perfecto para los fines que perseguían los dos sujetos que parecían formar una pareja

normal y corriente.

El varón de aspecto juvenil, condujo con prudencia el vehículo hasta el final del

recorrido comprobando la ausencia de turismos aparcados en el estacionamiento, dio la

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vuelta sin problemas y continuaron por el sendero de regreso, sobre la mitad del

recorrido detuvo su marcha colocándose a un lado del camino para no interferir el

posible paso de otros turismos y, acto seguido, los dos jóvenes bajaron de su interior sin

excesiva prisa, volviendo a otear los alrededores sin observar personas que caminaran

cerca de ellos sin ser detectadas, su aparición por sorpresa de entre medio de la maleza

que abundaba por los alrededores del camino podría haber supuesto una molestia mas

que inesperada, poniendo en peligro su estudiado plan, el cual, requería de una

profesionalidad meticulosa en la exactitud del cumplimiento del horario establecido,

desde luego que no entraban en sus podridas mentes que ningún contratiempo surgido en

los últimos momentos pudiera dar al traste con todo el esfuerzo realizado en la

minuciosa preparación de un trabajo tan bien diseñado, eran muy conscientes de que el

fracaso de la misión podría poner incluso en grave riesgo sus preciadas vidas.

El absoluto silencio que reinaba a su alrededor hasta el momento parecía ser su perfecto

cómplice, hasta el viento también parecía haberse aliado con ellos esta mañana, sin

levantar ni una sola hoja del verde y solitario camino que parecía gozar a tan temprana

hora de una serena calma, ahora solo tenían que prestar la máxima atención a ambos

lados del camino para que no surgiera el peor de los contratiempos posibles, apareciendo

de repente algún vehículo inesperado, conocían el lugar a la perfección por la

preparación meticulosa que en los días anteriores habían dedicado en la realización de la

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comprobación de los movimientos de personas y, vehículos que podían transitar por la

zona a esa misma hora, estaban repitiendo con la misma exactitud todos los

movimientos esta mañana, todos los detalles de la operación habían encajado a la

perfección a excepción de una mañana que tuvieron una pequeña contrariedad, al contar

con la compañía de una señora de edad avanzada que paseaba por las inmediaciones sin

ninguna prisa con su pequeño perrito y, ante su proximidad por la debida precaución a

tener en cuenta decidieron alejarse del lugar para continuar con sus preparativos al día

siguiente, este había sido el único e insignificante incidente destacable, por eso habían

decidido ejecutar los planes previstos partiendo desde la mitad del recorrido del camino,

convencidos de que les aseguraría una perfecta cobertura, como se imaginaban esta

recién estrenada mañana no hacia presagiar que pudiera ser diferente a las anteriores

surgiendo súbitamente alguna inesperada sorpresa, sabían perfectamente que las

instalaciones del complejo deportivo como era habitual todos los días laborables, no

abrirían sus puertas a sus socios hasta las diez de la mañana y, el personal que trabajaba

no acudiría al mismo hasta las nueve, ambos miraron a la vez las esferas de sus relojes,

comprobando que las saetas de ambos marcaban las ocho en punto, el horario se estaba

cumpliendo a rajatabla, los dos sabían que había llegado el momento de comenzar a

ejecutar la diseñada estrategia de su despiadado plan mortal, la mujer sin esperar

ninguna señal se acerco a la parte de atrás del vehículo y procedió abrir rápidamente el

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maletero, su compañero que también lo había hecho por su lado después de haber dejado

abierto el capo simulando una posible avería, saco rápidamente de su interior un

cochecito de niño, de color azul, no se diferenciaba para nada, con cualquier otro de los

que se venden en cualquier tienda especializada del ramo, era uno de tantos que todos

los días se pueden ver y cruzarse, cuando se pasea por el rincón de cualquier Ciudad, el

joven conductor sin mayor dilación comenzó a desplegar el cochecito para montarlo y

asegurarlo, - ya lo tengo preparado dijo, dirigiendo una rápida mirada de complicidad a

su pareja que ya se encontraba con medio cuerpo dentro del maletero.

-ahora debes de poner mucho cuidado cuando la saques de la caja y, procedas a

introducir la granada dentro del tubo cilíndrico, asegurando con tus manos ambos lados

y evitando que pueda caer al suelo cuando la vayas a depositar sobre el carro, muy bien,

sin nervios querida, ahora coge la caja que contiene el temporizador sin mover el

interruptor que ya esta preparado para que una vez que tengas a la vista el objetivo, lo

gires colocándolo sobre la raya que precede al numero cero, situándolo sobre su

posición correcta, estupendo preciosa, déjame la caja al lado del cilindro que esto ya es

cosa mía-, la mujer guardando un respetuoso silencio se retiro varios pasos a una

prudencial distancia del carro permaneciendo embobada y, observando expectante

mientras contenía los nervios apretando sus manos.

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Sus ojos contemplaban sin perder un solo detalle como su compañero haciendo gala de

una tranquilidad extraordinaria que le hacia parecer un experto en explosivos, procedía

muy concentrado a la conexión con impecable precisión de los distintos cables de

diferente color que formaban parte del mortal artilugio, la tensión pareció evaporarse

instantáneamente, cuando su compañero volviendo la cabeza, exhibió una amplia

sonrisa para mirarla y escucho salir de su boca las palabras mágicas, - querida el

dispositivo nos ha quedado perfecto, ahora coge la manta que vamos a cubrirlo para

dejarlo bien sujeto, ¡ ah¡ y no te olvides de subirle al carro la capota porque no querrás

que el niño nos coja frió y tengamos que llevarlo a un hospital-, el volvió a comprobar

como su reloj marcaba las ocho y diez de la mañana y, volviéndose nuevamente hacia su

nerviosa compañera poso las manos sobre sus temblorosos hombros, acercando sus

labios a su mejilla y, con un tono muy tranquilizador le susurro, - ya lo ves querida es tal

como te lo aseguraba estos días, no tienes porque preocuparte ya que todo esta saliendo

sin ningún contratiempo, ha llegado la hora de ponerse en marcha, te deseo que tengas

mucha suerte en la caza y, solo espero que nuestro éxito lo podamos celebrar esta noche

a lo grande, recuerda querida lo que hemos hablado hasta ahora, durante la preparación

de todos los detalles de la operación y, mientras dure el trayecto, no debes de caminar

demasiado deprisa ya que podrías levantar sospechas y no es necesario, ya que estamos

cumpliendo con el horario establecido, yo te esperare dentro del coche en el punto de

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encuentro que acordamos, ¡ah¡, y otra cosa importante, no te olvides de anclar el freno

del carro una vez que lo sitúes, asegurando que la trayectoria de la granada sea precisa y

no se desvié de nuestro objetivo, ten presente en todo momento querida, que su

explosión reventando a nuestros enemigos, es el premio que obtendremos para la

culminación de nuestra sagrada misión y, sobre todo no debes olvidarte del ultimo gran

detalle para asegurar tu seguridad personal, deberás extremar la precaución al máximo

cuando decidas abandonar el carro, no te vayas a dejar ver en ningún momento por esos

malditos txakurras de mala madre.

El furgón Policial había llegado puntual a su destino colocándose en las inmediaciones a

una distancia discreta del objetivo que tenían que vigilar y proteger, dominando desde

esa posición perfectamente todos los alrededores, el motor había terminado de rugir,

cuando la voz del compañero que ocupaba la parte de atrás se le escucho de nuevo decir

con total convicción, - no os parece que como tengamos que permanecer una hora en

este lugar nos vamos asar con este sol tan agobiante que empieza a despuntar,- sabes

colega creo que te adivinado la idea, quieres que coloque el vehículo debajo del árbol

que tenemos en la otra parte, para poder abrir las puertas y de paso darle un tiempo de

descanso al aire acondicionado, - ¡estupendo¡ dijo el jefe de patrulla encendiéndose otro

cigarrillo, son las ocho quince y, ya te venia asegurando por el camino que íbamos a

conseguir llegar antes de que nuestro personaje abandonara su nido,- - deje de prestar

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atención a sus siguientes palabras porque en ese momento, ya había comenzado a girar

despacio la cabeza realizando una rápida barrida por la zona sin observar por los

alrededores ningún movimiento que resultara sospechoso, comprobando igualmente,

como el único lado del que podría aparecer un posible peligro, seria por nuestro flanco

izquierdo, ya que la parte derecha del furgón iba a quedar prácticamente resguardada por

la distancia de mas de cuatrocientos metros que separaba la avenida principal por el gran

descampado existente a nuestra derecha, el cual se encontraba decorado tan solo por

unos carteles de tamaño gigante que anunciaban la próxima construcción de viviendas.

La solitaria zona donde nos encontrábamos terminaba de aportar la necesaria y, tranquila

apariencia de encontrarse el resto del perímetro de seguridad en perfecto orden,

decididamente en las proximidades no se apreciaba nada nuevo que resultase sospechoso

y que pudiera originar algún interés especial, incluso la vía secundaria donde había

quedado estacionado el furgón carecía de trafico a tan temprana hora del día,

encontrándose su calzada todavía a medio asfaltar, comprobé como por su única acera

que estaba situada también a nuestra izquierda tampoco se observaba la presencia de

ninguna persona y, por detrás de ella, solo permanecían una veintena de vehículos

aparcados en batería, el primero de ellos se encontraba estacionado junto a la esquina de

la parte de atrás del ultimo edificio de dos plantas convertido en una residencia para la

tercera edad.

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La terrorista se dirigía hacia el lugar establecido empujando su cochecito con paso

decidido, había salido de la seguridad que le ofrecía el anonimato que hasta entonces

había disfrutado en el interior del céntrico y boscoso parque, encarando con decisión la

acera que la llevaría en dirección al centro de la Ciudad, caminaba sin excesiva prisa tal

como había acordado con su compañero los poco mas de cuatrocientos metros que la

separaban hasta llegar al paso de peatones y, mientras empezaba el que soñaba iba a ser

su triunfal recorrido no dejaba un solo momento de animarse a si misma, pensando en el

poco trecho de camino que le quedaría por cubrir una vez que cruzara por la calzada de

la amplia plaza que tenia aun por delante y, la rebasara sin problemas con su carga

mortal, consiguiendo llegar sin ningún problema hasta el otro extremo, ese seria pensó

sin ninguna duda el momento cuando de verdad empezaría a sentirse mucho mas

tranquila, porque el peligro que corría hasta conseguir tener delante de sus ojos el

objetivo disminuirá de forma considerable, ya que solo le quedaría un pequeño trecho

para alcanzar su objetivo, pudiendo llegar hasta el, caminando al amparo de los bloques

de pisos con mucha mas seguridad, sin tener que arriesgarse dejándose ver durante tanto

tiempo portando un carrito tan peligroso, sus pensamientos se evaporaron de repente

cuando tuvo que detenerse y, aguardar pacientemente hasta que el semáforo se volviera

de nuevo a cambiar de color, el tiempo se le hizo eterno esperando sola a tan temprana

hora en aquel lado de la plaza, sentía que si no fuera por la sensación de falsa seguridad

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que le ofrecía el contacto de sus manos con el asidero del carrito de bebe, no sabría que

hubiera hecho con ellas, la tensión acumulada empezaba a jugársela, golpeando

continuamente su estomago, convirtiendo su nerviosismo en agudos pinchazos y, no

tubo mas remedio que aplicarse un rápido control mental, haciendo acopio de renovadas

fuerzas para que su frágil cuerpo no se doblara allí mismo, por fin el cambio del

semáforo le devolvió de nuevo la serenidad perdida y, continuo con su imparable paso

dejando a su izquierda los dos primeros vehículos que aguardaban reanudar su marcha

pacientemente, pero se percato que detrás de ellos iba a detener su marcha respetando

igualmente la señalización un vehículo Policial con distintivos, a la falsa madre no le

quedo otra alternativa que pasar por delante sin poder dejar de mirar de soslayo hacia el,

sintió como todo su cuerpo era recorrido por un fuerte escalofrió, apoderándosele una

sensación de desasosiego e intuitivamente, levanto su mano izquierda para atusarse el

descuidado cabello en un intento por ocultar su rostro.

El Policía que conducía el vehículo contemplaba atentamente el paso firme y decidido

que parecía llevar esa joven madre empujando el carrito de su bebe y, señalándola con

su mano izquierda, se dirigió a su compañero preguntándole con gran ironía sin apartar

ni un momento su mirada de ella, - me puedes decir, ¡quien cojones¡ puede ser el hijo de

puta que ha sido capaz de hacerle un hijo a semejante esperpento-, mientras el otro

Policía la reparaba fijamente en un intento desesperado por descubrir quien podría haber

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sido el autor material de los hechos, la joven terrorista terminaba por rebasar la mediana

de la plaza alejándose lo mas deprisa que pudo de la vista de la patrulla Policial, su

pequeña y delgada figura parecía ofrecer la imagen de una mujer muy desaliñada que se

perdió definitivamente al alcanzar la acera del otro extremo, mezclándose entre los

pocos viandantes que se observaban transitar a tan temprana hora, vestida con un

sencillo chándal de color blanco y, calzada con un par de zapatillas deportivas sin bajar

el ritmo continuo con su ahora vacilante paso, siguió portando la carga de su carrito

mortal, marcho por la calle de enfrente en paralelo, al amparo de los edificios que la

separaban de la vista del objetivo marcado. cubriendo sin ningún incidente los poco mas

de trescientos metros que le quedaban hasta llegar al final de su corto y estudiado

recorrido, donde se proponía atentar contra la patrulla Policial, por fin una vez alcanzado

su destino pareció recobrar las fuerzas que durante el trayecto parecían haberla

abandonado, su satisfacción por el resultado positivo de la operación se plasmo en un

relajado suspiro y, pensó que al final, todo se había desarrollado mucho mas fácil de lo

que ella jamás hubiera podido soñar y, su mortífero plan había resultado ser muy preciso

tal como lo había planificado junto a su compañero, dejo el carro junto a la puerta

principal de la residencia, sin observar por los alrededores la molesta presencia que

podría representar en ese crucial momento que alguna persona se hubiera destacado

caminando demasiado cerca de ella y, con renovadas fuerzas esbozando una sonrisa

62
llena de plena satisfacción, se asomo por la esquina mostrando tan solo la mitad de su

cuerpo, disponiéndose a comprobar la posición del furgón Policial y, entonces todo

sucedió repentinamente al sentir como una punzada de dolor atravesaba su dolorido

estomago, mientras una tremenda furia se fue apoderando por momentos de todo su

cuerpo, porque el objetivo esta vez no estaba al final de la acera como todos los días y,

ella no pudo hacer otra cosa mas que valorar durante un fugaz momento el peligro que

este imprevisto impredecible podría ahora significar para su seguridad personal, porque

sabia que la operación había sido preparada tan minuciosamente que solo hubiera tenido

que dejarse ver durante varios segundos, asegurando el ultimo eslabón que consiguiera

la culminación del detalle final de su mortífero plan, conocía rotundamente que habría

dispuesto del tiempo suficiente para poder abandonar en la acera junto al edificio de la

tercera edad el carrito con el freno puesto y, dirigido hacia el vehículo policial, el

objetivo habría sido mas que perfecto separándole una distancia de treinta metros, pero

de repente lo mas sencillo se había complicado terriblemente y, ahora ya no tendría mas

remedio que arriesgarse en poder ser divisada por la patrulla Policial, no se lo pensó mas

y, se reclino sobre el carro destapando una parte de la pequeña manta para ajustar el

interruptor del temporizador tal como había acordado con su compañero, lo giro con

toda la prudencia que sus desatados nervios le permitían en esos arriesgados y decisivos

momentos, desplazándolo con sumo tacto hasta conseguir ajustarlo con impecable

63
exactitud sobre la primera raya mas próxima al numero cero, de este modo procedía a

dejar abierto el circuito electrónico del temporizador para que la señal de la onda

comenzara la cuenta atrás de los cinco minutos programados, dando inicio a la ignición

del dispositivo que produciría el disparo del artefacto, maldiciendo para sus adentros por

su mala estrella y con el rostro desencajado, pensó en el nuevo curso que había tomado

la operación cuando todo parecía ir sobre ruedas, ya que los preparativos finales solo

hubieran supuesto para ella un insignificante momento de peligro, disponiendo del

tiempo necesario para situar el carrito convenientemente pudiendo evaporarse del lugar

lo mas rápido posible, huyendo del lugar sin levantar sospechas y, sin tener que ofrecer a

sus enemigos ninguna posibilidad de poder ser detectada y capturada en el mejor de los

casos, pero ahora sin apenas tiempo para poder evaluar el incremento de peligrosidad

que se añadía a esta nueva situación, permaneció como si fuera una estatua durante unos

segundos dubitativa, la frialdad de su implacable cerebro llego a la rápida conclusión de

que no le quedaba ya otra alternativa, que no fuese la de apretar una vez mas con fuerza

sus manos sobre el asidero del carro, en un intento desesperado para darse los ánimos

que en los momentos finales de la operación parecían ser mas necesarios que nunca,

después de que se hubieran esfumado de un plumazo en el ultimo instante, el mas fácil

de los movimientos que le quedaba para asegurar la culminación de la ejecución final de

su macabro plan y, sin un segundo mas que perder en pobres lamentaciones tuvo que

64
abandonarse ante la incierta suerte que produce siempre el azaroso e inquietante destino,

comenzando con mucha cautela a bajar desde la esquina del edificio donde se

encontraba y, conseguir llegar sin ser vista hasta la posición que ocupaban los coches

estacionados junto a la acera, trescientos segundos era tiempo mas que suficiente se

repetía a si misma, mientras sus vigilantes ojos parecían haber quedado hipnotizados,

permaneciendo clavados fijamente en el vehículo Policial que ahora se encontraba en

posición oblicua, resguardado de los poderosos rayos solares, al amparo del frondoso y

único maldito árbol que tenia la acera de enfrente y, a ella no le quedaba ya, otra

alternativa que no fuera la desprenderse del carrito lo antes posible, sabia que el tiempo

estaba corriendo en su contra y, sin pensárselo un segundo mas tomo la acelerada

decisión de situar el carrito también en batería, junto al lateral de la furgoneta que se

encontraba en primer lugar encabezando la fila de vehículos estacionados,

abandonándolo en esa posición, imagino que quedaría colocado de la forma mas

disimulada posible, ella necesitaba salir de allí a toda prisa y, pensó que su misión estaba

mas que cumplida, le toco volver con la máxima cautela sobre sus pasos hasta llegar a la

esquina de la residencia donde desaparecería por el mismo sitio por el que había traído

su regalito mortal y, este sin dudas era el momento de comenzar a correr estrenando la

ropa deportiva que la protegía de miradas sorprendidas y, sin dejar de mirar

continuamente hacia atrás, recordó el olvido imperdonable que había tenido al no dejar

65
las ruedas del carrito sujetas por el freno, pero que demonios se dijo para sus adentros,

ella no estaba en esos momentos tan críticos para recordar ese nimio detalle, además la

distancia de separación con el objetivo se había reducido de forma considerable hasta la

mitad de la distancia que iba a tener en un principio, cuando al fin consiguió llegar al

final del cruce sobre el punto de encuentro establecido, volvió de nuevo a respirar

profundamente cuando sus ávidos ojos divisaron la figura de su compañero haciéndole

señas con una mano para que se reuniera con la máxima rapidez junto a el.

Una vez en el interior del coche preparada para escapar del lugar a toda prisa, una serena

sensación de relajación pareció invadir todo su cuerpo al pensar con gran satisfacción

que su cometido no lo podía haber realizado de una forma mas impecable y, ahora tan

solo le quedaba escuchar desde esa prudente distancia el ensordecedor ruido que se iba a

producir con la explosión del furgón Policial, acabando con la vida de un solo disparo de

todos los enemigos que en él se encontraban y, mientras su compañero realizaba la

maniobra para incorporarse a la vía para escapar, alejándose lo mas rápidamente posible

de las inmediaciones del dantesco escenario que se iba a producir, volvió su mirada

hacia el, esperando que le dedicara unas palabras de alabanza, rindiéndole la pleitesía

que ella merecía por haber sido capaz de asumir la parte de riesgo mas evidente en su

primera y peligrosa misión.

66
- Mientras tanto la presencia de dos hermanos de diez y doce años de edad rompían la

monotonía de la soleada mañana caminando por la acera con sus mochilas a la

espalda, mientras se dirigían una mañana mas sin demasiadas prisas por la misma

dirección que llevaba hasta la puerta de su colegio, situado quinientos metros mas

adelante de la posición donde la patrulla Policial seguía cumpliendo con el servicio

encomendado, solo al día siguiente mi incrédula mente trataba de realizar un esfuerzo

extra, para intentar recomponer las imágenes que podían haber quedado en algún

resquicio de mi cerebro, cuando me trataban de explicar que esos dos niños se habían

convertido en nuestros ángeles de la guarda, al parecer cuando pasaban junto al

solitario carrito de bebe, la curiosidad lógica de su corta edad les hizo creer, que

podía haber una criatura abandonada y, se acercaron confiados para mirar su interior,

cuando destaparon la manta que lo cubría el susto debió ser mayúsculo, tal vez se les

vino a su memoria a tiempo los consejos diarios que sus padres les transmitían

continuamente, recordándoles que jamás debían de tocar o mover en la calle cualquier

objeto que les pudiera resultar extraño, pero sus pensamientos habían llegado un poco

tarde para hacerles reaccionar a tiempo, porque el carrito ya lo habían girado lo

suficiente para que el artefacto realizase una trayectoria ascendente y se perdiera en el

horizonte, la granada casi había rozado la parte de atrás del furgón Policial, era una de

las denominadas Mecar y, que habitualmente la banda terrorista tenia destinadas para

67
la destrucción de carros blindados, una vez que traspasaba su blindaje explotaba en su

interior alcanzando mas de mil grados de temperatura, desintegrando en un segundo

prácticamente los cuerpos de todos sus ocupantes.

La granada fue a impactar contra la pared de una quinta planta de un edificio de

viviendas particulares a mas de cuatrocientos metros de distancia, desplazando varios

muros de su interior y, haciendo estallar las ventanas mas próximas, su carcasa

reventó cayendo todavía incandescente sobre varias partes de un vehículo que se

encontraba en esos momentos parado, por un semáforo en espera de poder reanudar

su marcha, salvando milagrosamente la vida, los dos ocupantes que viajaban en su

interior, mientras tanto los dos niños que después de levantar la manta se habían

sorprendido al observar el artilugio mortal y, sin entender el extraño hallazgo pero

siendo conscientes que lo que estaban contemplando sus ojos era algo que escapaba

de su lógica comprensión, aun tuvieron la fortuna de apartarse del carro unos

segundos antes, poniendo varios metros de distancia de por medio en el momento

justo en que se había consumido el tiempo para que el temporizador se accionara y,

produjese la ignición del artefacto, la mala suerte hizo que impactara en la cabeza al

menor de ellos un trozo de metralla de la que fue operado de inmediato en un centro

medico, logrando afortunadamente salvar su corta vida, pero mientras los mortales

preparativos se estaban fraguando a nuestro alrededor, los miembros de nuestra

68
patrulla continuábamos ausentes a la cadena de acontecimientos que se estaban

gestando a un ritmo vertiginoso en tan apenas unos pocos minutos y, a la vez que

contemplaba la relajada cara del compañero a través del espejo retrovisor, observe

como todavía seguía manteniendo la misma postura sentado en el mismo asiento del

furgón y, una vez cobijados bajo la frondosa sombra del árbol como única protección,

había retomado la conversación iniciada un poco antes de llegar al punto establecido

y, que particularmente me interesaba de manera especial, - amigo me comentabas por

el camino algo sobre el estado mental del compañero que comparte conmigo la

misma habitación de la residencia del acuartelamiento-, - así es, te decía que llegamos

los dos hace ya ocho meses y su estado físico actual me parece muy preocupante,

calculo que cuando llegamos rondaría los cien kilos y ya veis que chupado se ha

quedado, ahora pesara incluso menos de setenta ,- creo que todo me encaja conteste,

ya no me resulta extraño, es mas, incluso me lo estaba temiendo y, lo deducía por el

raro proceder de su increíble conducta, comprobaba a diario como su alimentación

era totalmente deficiente, solo le he visto comer al día varias latas de sardinas

aderezadas con varias barras de pan, el otro día pude comprobar como su extraño

comportamiento tendría que dar motivo para encerrarlo en un psiquiátrico una larga

temporada, estábamos solos en la habitación cuando se comió una bolsa gigante de

cacahuetes y, aunque ya no habla con nadie, me dijo que se iba un rato al gimnasio a

69
machacarse, tardando en volver diez minutos con una cara de muerto que me produjo

espanto, estuvo sufriendo fuertes dolores abdominales que me llevaron aconsejarle

que fuera a visitar a un medico urgentemente, pero me he dado cuenta que se ha

convertido en una persona muy desconfiada, el síndrome del norte parece que se lo ha

tragado entero, la situación en que se encuentra le esta pulverizando el cerebro y, ya

no es posible establecer un dialogo con el, la noche pasada volvía de visitar a mi

familia acompañado por el otro compañero que también ocupa con nosotros la misma

habitación y, nada mas entrar en ella, fue directo abrir la puerta del frigorífico,

comenzando sin previo aviso a lanzarme a los brazos cajas de leche completamente

vacías, conté hasta nueve y, estuvimos comentando que su aislada conducta parecía

haber empezado demasiado pronto a pasarle factura, además se ha cerrado en su

mundo sin permitir que nadie penetre en el, creo que piensa que solo deseamos

reírnos continuamente a su consta y, me parece que de seguir en ese aislamiento va a

conseguir terminar sufriendo alguna esquizofrenia-.

Dentro del vehículo Policial de nuevo se había levantado una de las habituales y

encendidas polémicas que generaban los siempre inquietantes estado síquicos que

parecían atravesar compañeros del entorno, enfrascados en la triste conversación, el

compañero que continuaba sentado en la parte de atrás del furgón siguió afirmando, --

-sabemos que este compañero esta tocado pero nosotros carecemos de la capacidad

70
profesional necesaria para conseguir llegar a su mente y, poder aconsejarle que a la

mayor brevedad acudiera a consultar su situación personal, a mi por lo menos me

parece que podría comentarla con la psicóloga que a puesto a nuestra disposición la

Administración, - creo que en circunstancias normales seria lo acertado contesto el

Jefe de la dotación mientras se encendía de nuevo otro cigarrillo, dando la impresión

de intentar concentrarse para describir una imagen exhalando una intensa bocanada

de humo, sentenciando a continuación, pero para que va perder el tiempo, si yo he

tenido que salir con ella en dos ocasiones acompañándola hasta la puerta de salida,

intentando animarla porque iba llorando desconsoladamente, me dijo que no puede

hacer nada por nosotros, ya que su contrato expira dentro de seis meses y, en el

mismo no se contempla la posibilidad de realizar informes, le dije que tratara de

tranquilizarse que lo mas seguro es que la siguiente mañana tendría mas suerte y tal

vez no le tocaran casos tan duros de escuchar, pero creo que mis palabras no

parecieron reconfortarla demasiado, la pobre chica lo esta pasando verdaderamente

mal y, no se de quien habrá partido la genial idea de arrojar a una chica tan joven a

este circo de leones, -bueno de todos modos conteste, dentro de lo malo, por lo

menos ella no deja de ser una mujer afortunada, solo tendrá que aguantar seis meses

escuchando historias de unos pobres locos que viven en las calderas del infierno y,

pronto nos olvidara cuando vuelva de nuevo a su preciado hogar.

71
De todas formas volví afirmar con una convicción absoluta, yo si que tengo algo muy

claro y, es que mi vida jamás la cambiaria por la de este pobre muchacho, no he sido

capaz de ahorrar tan apenas un poco de dinero pero he procurado no perderme ningún

sarao, intentando pasarlo lo mejor posible y, eso si que no me lo puede quitar ya

nadie.

Malditas palabras, me parecieron una profecía cuando se me atragantaron al sentir

como mi cuerpo reventaba por dentro ante la terrible explosión, ni que fuese el

mismísimo diablo pensé, quien hubiera escogido un guión tan sentimental para poner

un final muy burlón a mi triste película llamada vida.

La terrible ignición del mortal artilugio que parecía no tener fin nos sorprendió en ese

preciso momento sin darme tiempo para elegir de nuevo el personaje que me gustaría

ser, si tuviera una segunda oportunidad para escoger y, poder cambiarme por

cualquiera que no estuviera en medio de ese infierno sin tener que acariciar la

posibilidad mas que clara de perecer.

Pero ahora sin tiempo para peticiones imposibles mi cuerpo yacía inerte, habiendo

quedado tumbado sobre el asiento del conductor, mientras una fuerza invisible

penetraba por todos los poros de mi piel comprimiendo mi asustado corazón, me

preguntaba medio inconsciente en esos confusos momentos, si tal vez mi alma

hubiera pasado a ocupar su lugar correspondiente en alguna zona de transito porque

72
se me antojaba que al final, el paso al otro lado, tampoco había resultado ser tan

terriblemente doloroso como tantas veces había creído que pudiera ser, la sensación

se me representaba de la forma que ofrecen algunas secuencias cinematográficas, el

cuerpo físico quedaba destrozado pero su cuerpo espiritual seguía teniendo la misma

forma que había tenido en vida, así fui descubriendo lo que había causado una paz

muy especial que se poso durante algún minuto en lo mas profundo de mi alma y, el

mas absoluto silencio paso a ser el dueño del tiempo mientras las pesadas puertas del

blindado se cerraron empujadas por la brutal fuerza de la explosión, sellando de un

golpe seco nuestra cámara mortuoria.

Mis ojos parecían haber quedado fijamente hipnotizados contemplando el mundo

exterior a través del recio cristal de la puerta del furgón y, observaban como la

mañana tan radiante se había convertido en segundos en una noche oscura y

tenebrosa, sin embargo mi visión en ese critico momento llego a lograr capturar una

borrosa imagen, divisando la caída desde el cielo de una pequeña manta que parecía

materializarse entre el espeso humo generado por la explosión del artefacto y, que

mezclado con las partículas de polvo debido a la situación de encontrarnos

estacionados en una estrecha calzada, con su mitad todavía por asfaltar hacia posible

una irrespirable atmósfera, la imagen del momento proyectaba en mi cerebro una

dantesca visión, ofreciéndome la incomprensible sensación de estar viviendo a mi

73
alrededor una completa irrealidad, mis oídos habían quedado completamente

taponados y, mis extremidades parecían no obedecer las ordenes de mi arruinado

cerebro, gire mi cabeza para ver en que estado se encontraban mis compañeros pero

lo que vio mi nublada vista tampoco le gusto nada, sus cuerpos yacían en el suelo del

furgón, pensé que si no habían muerto tampoco me iban a servir de gran ayuda y, en

ese terrible momento las neuronas de mi cerebro parecieron encontrar un generador

auxiliar para poder aliarse en una conjura de vida o muerte y, sin saber con exactitud

que es lo que había ocurrido y de que forma nos habían intentado eliminar, empuje la

pesada puerta del blindado, saltando a la carretera sincronizando a la misma

velocidad con la extracción de la pistola de su funda, en ese momento supe que había

llegado la hora de enfrentarme con la terrible verdad que escondían mis mensajeras

pesadillas, aunque sentía como mi cuerpo flotaba mientras mis recuerdos mas

escondidos pasaban por mi mente a velocidades de vértigo, mi única confianza ante la

falta de audición debida a los efectos producidos por la explosión del artefacto eran

tan solo mis ojos, que se esforzaban en atravesar el denso humo mezclado con las

partículas de tierra, tratando de escudriñar hasta el mas mínimo movimiento a mi

alrededor y, para mi gran sorpresa a una distancia de varios metros pudieron divisar la

figura de mi feroz enemigo, en ese momento sentí profundamente como mi corazón

se sobrecogía porque los incomprensibles sueños se iban a cumplir, el destino se

74
mostraba ante mi con su cara mas irónica y, caminaba inexorablemente con su rumbo

maldito, aunque sentía una serena tranquilidad que envolvía todo mi ser porque sentía

fluir en lo mas profundo de el, una mas que ferviente fe por los sueños tan repetidos

en mi martirizada mente y, en ese critico momento supe que me proporcionaba la

confianza de asegurarme el conocimiento del resultado final del combate.

La figura que contemplaban mis ojos mientras avanzaba con la máxima cautela hacia

ella, yacía tumbada sobre el suelo de la acera, los sentidos me fallaban o creía ver que

el muy cobarde me apuntaba con un rifle, pensé disparar a ese miserable desde esa

posición todavía un poco alejada para asegurar que el no lo hiciera antes, me sentía

muy feliz porque mis pesadillas no me habían mentido y no habían sido una

invención de mi mente, la figura no se movía, solo mía era la ventaja, fui caminando

cauteloso hacia ella embargado por la extraña sensación de una inmensa felicidad

totalmente desconocida hasta ese momento en mi vida, intuía que las premoniciones

de lo terribles sueños se iban hacer realidad y, concluirían terminando con la muerte

del terrorista que había atentado contra mi vida, algo les había fallado y, yo no estaba

dispuesto a concederles de nuevo la oportunidad de intentar repetirlo, llegue hasta su

posición y ese maldito canalla no sujetaba ningún rifle, tan solo se trataba de su brazo

que se encontraba estirado y posado sobre el suelo, con la cautela que exigía esos

cruciales momentos sin dejar de perder la visión del peligro que todavía podía

75
aparecer por los alrededores, concentre toda la inmensa ira que me había poseído

sobre ese maldito asesino y, agarrándole el cabello de su cogote me dispuse a darle la

vuelta, en un rápido vistazo comprobé como su ropa estaba hecha jirones mientras me

encontraba con su cara completamente ensangrentada, solo deseaba que sus ojos lo

ultimo que contemplaran fuera el cañón de mi pistola acercándose de forma

imparable hacia su cara, fue ese un momento indescriptible para mi, sentí como en el

sueño, que iba a poder hacer justicia y, ya no me importaba de que forma aunque

tuviese la extraña sensación de que me disponía a realizar una ejecución en toda

regla, la irracionalidad que se había adueñado de mi mente en ese desesperado

momento ya no me permitía una mínima templanza para recapacitar, ni tan siquiera

quedaba ya tiempo para nada que no fuera solo elegir entre su vida o la mía, nuestros

ojos se encontraron y, sus labios bañados con el color de la sangre aun fueron capaces

de articular su única y ultima frase que no logre comprender, -ayúdeme por favor me

han matado-, mientras le acercaba el cañón de mi pistola introduciéndoselo en el

interior de su boca iba proyectando todo el odio que fui capaz para ejecutarlo, le grite

mientras abría desorbitadamente los ojos para hacer lo único que podía, mirarme con

el fulgor de un rayo de sol, -reza a tu Dios, maldito seas por siempre, tu hora a

llegado-, no podía dejarlo con vida y, debía eliminarlo inmediatamente pensé en una

décima de segundo, porque si no lo hacia cuando me diera la vuelta, seguro que esa

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alimaña sacaría un arma de alguna parte de su cuerpo disparándome por la espalda,

no desde luego que no le iba dar esa oportunidad, ese tipejo no tenia al lado ningún

bisoño y, mi dedo ya se encontraba acariciando el gatillo sintiendo la suave presión

que antecede al disparo, mi decisión estaba tomada y, no había vuelta atrás para

seguir analizando lo que era evidente, sabia que solo debía dejarme llevar por mis

inexplicables sensaciones de mis premonitorios sueños, porque solo ellos se habían

encargado de preparar a mi mente de forma tan paciente para eliminar de ella,

cualquier vestigio de la mas mínima sombra de duda, pero un nuevo acontecimiento

sucedió vertiginosamente como todos los que estaban ocurriendo en la que auguraba

iba a ser solo una cálida mañana.

La espesa bola de niebla de humo y polvo que se había formado, envolviéndonos con

su negro manto había sido atravesada por un individuo que se acercaba

decididamente y, pude observar la seriedad que proyectaba su imagen por la

indumentaria que vestía de forma impecable con su traje de color azul marino,

parecía sorprendido ante la imagen surrealista que estaba contemplando e introdujo

con endemoniada rapidez la mano derecha hacia el bolsillo interior de su chaqueta,

sacando y exhibiendo un carnet profesional a la vez que se identificaba como medico

gritando su numero de colegiado, preguntando acto seguido en un castellano perfecto

si se le permitía intervenir, su movimiento de distracción no le iba a servir de nada

77
porque esta vez mi pistola, ya estaba encarando su tórax a una distancia imposible de

fallar, deduje que era el cómplice que venia a terminar el trabajo que su compinche

no había logrado realizar, pero esta vez no me iba a dejar engañar, mientras con el

otro brazo recogía al terrorista herido, fui arrastrando su cuerpo llevándolo conmigo

sin dejar un solo segundo de apuntar con mi arma a ese extraño sujeto, que con toda

seguridad pretendía hacerse pasar por medico para acabar de una vez con nosotros.

Alcanzamos a llegar tan extraña comitiva a la parte de atrás del furgón Policial,

cuando me encontré con una terrible estampa al comprobar como mis dos

compañeros habían salido del vehículo y, ahora se encontraban de pie con los brazos

sobre las caderas mirando hacia el cielo, por un momento mi imaginación se dejo

llevar y llego a pensar, como debía de ser posible que en unos momentos tan críticos

pudieran disponerse a iniciar algún baile de tipo regional, les grite muy fuerte para

que reaccionaran, mientras depositaba el cuerpo del herido sobre la parte de atrás del

furgón, les dije que no se movieran de esa posición y, estuvieran muy alerta del

asesino herido y del sospechoso doctor, no fueran a formar parte del comando y

sacaran alguna arma para achicharrarles por la espalda, el jefe del dispositivo todavía

bajo los efectos producidos por la conmoción de la explosión, solo pudo articular

mientras me veía pasar como un ciclón que me cubriera que si no me iban a matar,

pero rehuyendo su consejo mientras les volví a gritar, - no dejéis de controlar a los

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dos desconocidos-, me dirigí de nuevo a cruzar al otro lado de la calzada,

apartándome de nuevo a una prudencial distancia del vehículo Policial para observar

y, seguir haciendo frente a cualquier eventualidad que volviera a surgir hasta ver por

fin aparecer en nuestra ayuda algún vehículo de apoyo, los movimientos de mi cuerpo

seguían produciéndome la extraña sensación de ser ejecutados a cámara lenta,

mientras cruzaba de nuevo la estrecha calzada de varias zancadas tuve la extraña

sensación de mantenerme suspendido en el aire durante varios segundos en un salto

parecido al realizado por una gacela, durante esos momentos interminables esperando

ver aparecer al final del camino los rotativos de algún vehículo Policial, pasaron por

mi cabeza los detalles de un atentado ocurrido varios años atrás del que sin

proponérmelo me había tocado ser portador de la triste noticia, aquella noche había

terminado de cenar en el comedor de la cafetería del acuartelamiento y, me dirigía sin

prisas al cuerpo de guardia, cuando entre por la puerta se estaba recibiendo el

comunicado de la perpetración de un nuevo atentado terrorista, la mirada del

compañero de servicio se cruzo con la mía y no necesitamos intercambiar ninguna

palabra porque me di la vuelta y, salí corriendo veloz en busca del jefe de la unidad

que momentos antes lo había dejado disponiéndose a dar buena cuenta de la cena, lo

sorprendí con el plato todavía intacto, - jefe tenemos un atentado,- -contra quien a

sido-, -no se sabe todavía jefe, pero estamos esperando que se confirme, solo se

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conoce el punto en que a ocurrido-, - nos vamos contesto, levantándose de inmediato,

nos llevaremos el primer coche que tengamos a mano acercándonos hacia allí,

mientras tanto la sala del 091 dispondrá de tiempo suficiente para que durante el

trayecto nos informen a que cuerpo de seguridad pertenecen los compañeros heridos-

-recordaba con claridad como esos minutos se me hicieron eternos, mientras nos

dirigíamos atravesando la Ciudad a toda velocidad hacia un inmueble del casco viejo

para socorrer a los compañeros, la dotación Policial había sido comisionada por la

sala del 091, debido a la falsa llamada efectuada por el mismo comando terrorista,

informando de la presencia en el interior del portal de una persona que esgrimía en su

mano una jeringuilla con la que amenazaba a los vecinos para intentar robarles,

cuando llegamos la imagen que contemplaron nuestros ojos era dantesca, sobre el

rellano del portal yacía un compañero natural de Andalucía, su cuerpo había quedado

completamente destrozado, tendido junto al lado del pequeño cuerpo también

reventado de un niño de tan solo catorce años vecino del inmueble y, que en ese

fatídico momento había aparecido en la puerta de su casa para guardar la que fue su

bicicleta, porque ahora tan solo se había convertido en un amasijo de hierros, juntos

habían quedado para siempre en aquel patio, fundidos sus jóvenes cuerpos en la

fatalidad de sus impensables y tétricos destinos, en el mismo portal los terroristas

habían dejado una bolsa de basura y, en su interior se encontraba la bomba que uno

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de los asesinos activo a prudente distancia, sus madres jamás los volverían a ver con

vida y, recordé los gratos momentos que el siempre dispuesto compañero nos había

regalado mientras vivió entre nosotros con un pequeño poema que había escrito en

honor a las tardes que su canto alegre y soñador nos había hecho olvidar, aunque

fuera por unos momentos la desagradable sensación del pensamiento torturador de la

siempre e inquietante cercana muerte.

DE ANDALUCIA UN DIA MARCHASTE, SIN APENAS PODER DESPEDIRTE

LLEVAVAS UNA GUITARRA AL HOMBRO Y TU MOCHILA DE VIAJE

SIEMPRE PONIAS UNA SONRISA, ANTE EL INFORTUNIO DEL NORTE

EL MIEDO NUNCA HIZO MELLA EN TU SERENO SEMBLANTE

EL BUEN HACER LUCISTE, IDENTICO AL UNIFORME QUE LLEVASTE

LA BOMBA SEGO JOVEN TU VIDA DE CERTERO GOLPE

EN CINTA GRAVASTE COMO UNA PREMONICION TU ULTIMA IMAGEN

SEVILLA LLORA TODAVIA LA QUE FUE UNA CRUEL MUERTE

LA FERIA DE ABRIL QUIERE RENDIR SENTIDO HOMENAJE

SOLO LOS VALIENTES EN LOS AMIGOS, SU MEMORIA PERMANECE

debes continuar sin decaer me dije recordando mi propia experiencia de la tardanza que

sentí cuando fui a socorrer al malogrado compañero, pero las fuerzas me iban
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abandonando alarmantemente, intentaba recobrar algo de ánimo cuando en ese

momento observe venir directo hacia mi posición un vehículo de gran tamaño y, ya no

había tiempo para buscar un sitio donde refugiarme, ahora me prepare de nuevo esa

mañana para hacer lo único que había aprendido, morir disparando, solo tuve tiempo

para intentar pensar que el resto del comando venía a terminar su chapuza de trabajo,

aprovechando la inasistencia total en la que nos encontrábamos, apunte de nuevo mi

arma con toda la precisión que fui capaz y, esta vez asumí con la convicción mas

absoluta que había llegado mi hora, la ironía de mi destino por lo menos me iba a dejar

despedirme del mundo de una forma digna y honorable, así que dije que mientras las

neuronas de mi cerebro siguieran coordinando continuaría de pie hasta el final,

vaciando el cargador de mi arma contra el vehículo que ahora parecía de repente

disminuir su velocidad, confirmando mi veloz análisis, los terroristas querían asegurar

su pieza, iban acribillarme a placer, aprovechando que no me daba tiempo para

cubrirme, mientras se habría lentamente la ventanilla posterior intuí que me iban a freír

con una ráfaga de metralleta-, pero una voz con claro acento español me volvió a

sorprender de nuevo cuando en vez de aparecer por la ventanilla el arma que esperaba

contemplar, saco completamente la cabeza por la ventana manifestando a gritos su

inmensa alegría por que habíamos sobrevivido al atentado, seguí su trayectoria sin

dejar de apuntar al centro de su pelada cabeza mientras el vehículo continuaba su

82
marcha y, tan solo conseguí fijarme como su placa perteneciente a una matricula

francesa desaparecía ante mis desorbitados ojos, mi sistema nervioso no daba para mas

y, ya empezaba a dar muestras evidentes del agarrotamiento que empezaba a sufrir,

pensé que iba a desfallecer en cualquier momento pero antes me dije que tenia y, debía

de realizar un ultimo esfuerzo que nos sirviera como oportunidad extra para arrancar al

tiempo, algún maldito segundo mas, esperando a que alguna patrulla le diera tiempo de

llegar hasta nuestra posición para poder auxiliarnos, -tengo que disparar al cielo y, a los

vehículos aparcados en batería para señalar el punto exacto donde nos encontramos,

haciendo mucho ruido, por lo menos de ese modo conseguiré meter el miedo en el

cuerpo de los asesinos que se encuentran al acecho para sorprendernos intentando

rematarnos-, aun cuando siento que ya me embarga y atenaza la soledad mas absoluta

creo que no debo desaprovechar ni un sola de mis balas, además pienso que solo

lograría confundir a mis ya confusos compañeros, la realidad se hace demasiado

evidente, hemos quedado abandonados a nuestra suerte y estamos terriblemente solos,

ya no debemos esperar ninguna ayuda, me pregunto si creerán que ya estamos muertos

y, tal vez sea esta la causa por lo que nadie tiene prisa en auxiliarnos, mis sentidos

deben continuar trabajando a pleno rendimiento para no apartar de mi mente el mas

mínimo detalle que sea suficiente motivo para dispararle, defenderé mi vida hasta el

final por encima de todo, aunque ya no se el tiempo que podré seguir aguantando esta

83
situación, todavía soy consciente de que estoy al borde de mis fuerzas y, no puedo

creer que después de pasar tantos sobresaltos continué con la capacidad de mantenerme

en pie y, sin tiempo para poder analizar nuestra situación otro peligro se aproximaba

muy claramente hacia nuestra posición sin hacer ademanes de esconderse, sus zancadas

se dirigen imparables hacia mi, es un hombre de envergadura que no exhibe ninguna

arma en las manos y se planta exhausto delante de mi, aunque no parece darse ni

cuenta que la boca de mi pistola a quedado dirigida hacia el centro de su estomago,

intenta recuperar el resuello perdido y cuando lo hace en lo que me parecen unos

interminables segundos, manifiesta pertenecer a radio nacional de España y, con voz

entrecortada me pide que haga el favor de adelantarle la noticia, el cañón de mi pistola

se hundió con fuerza entre los pliegues que sobraban de su inmensa barriga y,

repitiéndole con fuerte voz que la noticia vas a ser tu porque te voy a matar-, la pesada

criatura emprendió una nueva y desenfrenada veloz carrera que de haber podido

tomarse su lectura, tal vez hubiera superado el record olímpico de los cincuenta metros

vallas, por la forma en que desapareció del dantesco escenario del que su

profesionalidad y valentía le había arrastrado para recabar información.

Después de este nuevo y extraño incidente, recuerdo el sabio consejo del jefe de la

patrulla y, creo que lo mejor será refugiarme junto a mi dos compañeros que todavía

continúan parapetados detrás del furgón Policial, cuando llego a su posición totalmente

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exhausto y desconcertado, observo al medico detenidamente y, siento que mientras me

encontraba intentando huir escapando hacia otra dimensión diferente a la que estoy

contemplando en esos momentos, el parece que se ha dedicado a realizar un exhaustivo

reconocimiento al terrorista que hemos capturado, le interrogo por su estado y el doctor

gira su cabeza mirándome de una forma comprensiva, explicándome sin rodeos que el

conserje que tenemos sobre el suelo del furgón se dirigía como todas las mañanas a su

puesto de trabajo y, que el artefacto le ha explosionado tan solo a unos metros de

distancia salvando milagrosamente la vida, en ese momento mis neuronas terminan por

hacerse independientes porque se niegan a entender absolutamente nada de lo que ha

ocurrido, le doy la espalda mientras empiezo a arrastrar mi cuerpo sobre la chapa del

furgón Policial intentando fundirme con ella, pero tan solo consigo llegar y reclinarme

sobre el parachoques de su parte delantera, siento que mis piernas no atienden las

ordenes que le transmite mi arruinado cerebro, cuando en ese momento contempló

aparecer por fin sobre el horizonte un vehículo Policial y, lo observo llegar en nuestro

auxilio a toda velocidad con sus rotativos de emergencia, para entonces todo mi ser, ya

tan solo se esfuerza por preguntarse, como será posible que siga aun todavía vivo y,

porque de entre todos los Policías que estamos me ha tenido que tocar a mi ser la

victima, siento tan embotada mi cabeza que parece que este apunto de estallar, ya no

puedo articular palabra porque todos mis pensamientos parecen haberse evaporado, un

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Policía se acerca hacia mi figura medio torcida y, procede a quitarme con mucha

cautela de la mano mi pistola reglamentaria que parece haber quedado como soldada a

ella, mis oídos continúan taponados porque trata de transmitirme algo que no escucho

mientras me recoge con toda su delicadeza, consiguiendo arrastrar mi cuerpo,

conduciéndolo hasta la parte de atrás de su vehículo, donde me reencuentro sentados a

mi dos compañeros de atentado, una felicidad extraña parece invadir su semblantes, el

jefe de la patrulla que se encuentra en el medio nos rodea con sus largos brazos,

mientras el vehículo emprende a toda velocidad el camino hasta el Hospital mas

cercano, los compañeros que nos han recogido con las lagrimas apunto de resbalar por

sus mejillas nos cuentan que la explosión se ha escuchado perfectamente en toda la

Ciudad, creando un caos general que no ha dejado descubrir con la necesaria rapidez

contra quien se había perpetrado el atentado y, que todas las patrullas habían sido

informadas recibiendo la orden de buscar sin descanso, enterándose prácticamente en

los últimos momentos previos a localizarnos, que el atentado terrorista producido en el

centro de la Ciudad había sido cometido contra una patrulla de las nuestras.

En ese feliz momento todas las palabras ya quedaban dichas, cuando rompimos a llorar

y a gritar, como si estuviéramos poseídos por el extraño éxtasis que se experimenta,

cuando por fin tienes la certeza de que tan solo hace unos minutos acabas de volver a

nacer.

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Ha pasado ya mucho tiempo desde que sufrí el fatal atentado, desde aquel día mi visión

de la vida cambio mi mente por completo y, una nueva y eterna lucha vino sin invitarla

a instalarse dentro de ella, conviviendo para siempre en lo más profundo de mí ser.

El odio y los deseos de venganza son la aplastante frustración que ha ido minando mi

salud sin dejarme conciliar el sueño un solo instante, los inevitables y continuos

pensamientos, sensaciones, reviviscencias y pesadillas son imágenes que han quedado

congeladas en el tiempo, todavía continuo solo en aquel lugar en medio de aquel

interminable atentado defendiendo mi preciada vida pistola en mano y, perdido entre

las tinieblas producidas por el compuesto de humo y polvo, intentando

desesperadamente escapar de aquel infierno para sobrevivir y, poder seguir luchando

tenazmente por dominar y vencer la ansiedad que los terroristas me crearon el día en

que ejecutaron mi atentado, ya solo vivo en la memoria de las estadísticas, la mayoría

de la sociedad me podrá poner de ejemplo pero ser una victima no me va hacer sentir

mejor porque lo seré hasta el final de mis días, intentando seguir poniendo de mi parte

para no hundirme entre el fango que producen mis pensamientos, cuando pienso en la

ironía que seguirán expresando los rostros de mis cobardes verdugos.

Hoy he decidido salir mas pronto de mi domicilio para caminar sin prisa por los

alrededores del cercano Parque, hoy también como lo fue el día que me dispararon

empieza a despuntar una cálida mañana de final de primavera, el sol asoma sus rayos

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con fuerza, mi salud sigue siendo tan frágil que decido sentarme a descansar en uno de

los bancos de piedra, buscando refugio a la sombra que proyecta el árbol mas frondoso

de cuantos rodean el estanque que tengo enfrente, al cerrar los ojos quisiera aunque

solo fuera por unos instantes, se desvanecieran de mi mente las desagradables

imágenes de mis terribles pensamientos, dejando de martirizar mi dañado cerebro que

con el paso del tiempo las innumerables sensaciones que arrastro psicológicamente en

vez de haberse diluido en el tiempo se han incrementado hasta cotas inimaginables, la

falta de oxigeno por la terrible ansiedad que el odio y los deseos de venganza me

generan son tan devastadores para mi frágil salud mental que necesito acudir

regularmente a la consulta de mi psicoterapeuta, su profesionalidad se ha convertido en

mi piedra filosofal para intentar lograr con sus cuidados médicos paliar el lamentable

estado en que ha quedado reducida mi desgarbada figura, porque aun sigo sintiendo

todavía cercano el escalofrió de la muerte debido a mis pesadillas que ahora se han

convertido en mi peor enemigo, sin poder lograr desconectar mi cerebro que se pierde

continuamente entre el fragor del combate sin ser capaz de conseguir paralizarlo,

inventando miles de atentados todas las noches en justa revancha contra tanto asesino

sin sentido y, ahora se que debo de seguir siendo muy consciente ante la avalancha que

me producen las indescriptibles sensaciones en mi dañada mente para tenerla preparada

continuamente, porque creo que deberé seguir haciéndoles frente el resto de mi vida

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para que al final, los peligrosos sentimientos tan arraigados que se instalaron en lo mas

hondo de sus profundidades ante tanta desesperanza vivida durante tantos años, no

termine jugándome una mala pasada convirtiéndose en alguna peligrosa paranoia que

me destruya cualquier día.

Tengo la impresión de que todos mis pensamientos han debido de quedar enganchados

por algún acelerador del interior de mi cerebro, no quiero pensar que sigo todavía

sentado en la antesala que precede a la locura impregnado de una amarga melancolía,

que solo me devuelve los recuerdos de suicidios a los que irremediablemente tuve que

asistir.

Sé que los debo de tener continuamente muy presentes, porque al final si también llega

a suceder, de nuevo habrá triunfado una vez más la inmoralidad y, no habrá servido

para nada el mensaje de dignidad y justicia que todavía tengo que portar para que siga

viva en mi memoria la conducta que unos buenos hombres aportaron a su país como

consecuencia de la intransigencia humana, dejando sus jóvenes vidas en la sagrada

defensa del primero de los valores humanos, llamado libertad y, que tuve el honor

junto a ellos de compartir, quedando gravados con su sangre derramada el testimonio

del terrible holocausto acaecido en tiempos de paz al norte de nuestro país, en nuestra

querida Patria llamada España.

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Quisiera rendirles desde mi más profundo sentimiento de respeto y cariño, un sincero

homenaje a todas las víctimas del terrorismo para que su sacrificio nunca quede en el

olvido y, pueda servir de ejemplo, convirtiéndose en el espejo donde cada mañana

poder mirarnos, recordando a nuestras victimas de un tiempo no muy lejano, donde

nadie parecía querer reconocer una verdad que por ser demasiado real, fue difícil de

aceptar y de asimilar por una sociedad con las conciencias todavía aletargadas.

Con mi vista perdida sobre el horizonte que se mezcla junto al sonido que produce el

agua al romper sobre el caudal del estanque que tengo el placer de contemplar, intento

soñar con la suerte que me depare el tiempo extra que me ha sido concedido por el

poder superior y desconocido.

No muy lejos de ahí se escucha el griterío que producen unos niños jugando, de repente

como un aparecido, detrás del seto se incorpora un mozalbete, su silueta se refleja clara

sobre el agua, como si fuera un espejo que ha quedado enmarcado en un cuadro

dibujado dentro del arco que traza el caño de la fuente, el disparo que retumba en mis

oídos me sobresalta y me devuelve de nuevo a mis peores pesadillas, mientras escucho

como la voz de una inocente sonrisa, le grita al amigo que surge muy despacio del

matorral de enfrente llevándose la mano hacia su pecho.

Estás muerto soy Policía.

Jesús Giménez Olivares

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