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COMPRENDIENDO A MI PLANETA

La interacción del viento solar con el campo magnético de la Tierra, crea una región llamada magnetósfera. Esta magnetósfera forma una coraza magnética
alrededor de nuestro planeta y nos protege de la llegada directa de partículas solares. En el Sistema Solar todos los planetas, salvo Venus y Marte, tienen un
campo magnético y una magnetósfera. En el caso de Venus y Marte el viento solar interactúa con la ionósfera de los planetas. La forma de las
magnetósferas es asimétrica, debido a la compresión que sufre el campo magnético al interactuar con el viento solar del lado día. En el lado opuesto, el lado
noche, las líneas de campo se estiran alejándose del Sol, formando una cola como la de los cometas. Dentro de las magnetósferas el campo magnético
planetario domina la dinámica de las partículas cargadas. La parte superior de la ionósfera se extiende en el espacio muchos miles de kilómetros y se
combina con la magnetósfera, cuyo plasma está generalmente más rarificado y también más caliente. Los iones y los electrones del plasma de la
magnetósfera provienen de la ionósfera que está por debajo y del viento solar y muchos de los pormenores de su entrada y calentamiento no están claros
aún.
Existe el plasma interplanetario, el viento solar. La capa más externa del Sol, la corona, está tan caliente que no sólo están ionizados todos sus átomos, sino
que aquellos que comenzaron con muchos electrones, tienen arrancados la mayoría (a veces todos), incluidos los electrones de las capas más profundas
que están más fuertemente unidos. En la corona del Sol se ha detectado la luz característica del hierro que ha perdido 13 electrones.
Esta temperatura extrema evita que el plasma de la corona permanezca cautivo por la gravedad solar y, así, fluye en todas direcciones, llenando el Sistema
Solar más allá de los planetas más distantes.
En 1989 hubo un gran fallo eléctrico en Quebec que dejó sin luz a 6 millones de personas entre Canadá y Estados Unidos. Ese apagón se alargó por 9 horas,
pero no solo afectó a esa zona, sino que también hubo fallos en satélites de defensa y comunicación, modificando sus órbitas.
Cuando se empezó a investigar lo que había causado ese apagón se descubrió que fue debido al viento solar y su efecto sobre la Tierra, lo que dio lugar a
una nueva ciencia conocida como meteorología espacial, una disciplina que va desde la ciencia a la tecnología, y con implicaciones sociales.
Viento solar y tormenta solar
Desde la Tierra, el Sol nos parece una enorme bola inamovible cuyo brillo es constante. La realidad no es así, ni mucho menos, sino que en su superficie se
producen continuamente explosiones y otros fenómenos que causan prominencias, fulguraciones y emisiones de su masa.
En cada una de estas explosiones el Sol libera una gran cantidad de energía, una energía que equivale al lanzamiento de más de 35.000 bombas atómicas
como la que se lanzó en Hiroshima. Con ellas, se lanzan al espacio partículas solares, así como campos magnéticos que nos afectan cuando van a la Tierra.
Estos campos magnéticos provocan grandes cambios en la Tierra y su entorno, es decir: la atmósfera, la ionosfera o la magnetosfera, pero los efectos
también se perciben en su propia superficie.
El comportamiento del Sol cambia cada 11 años, en un sistema parecido al de las estaciones de la Tierra. Hay épocas más calmadas y épocas más movidas,
en este sentido podemos distinguir entre dos "meteorologías solares":
 Tormenta solar: también conocidas como tormentas geomagnéticas, que se podrían comparar con un huracán o tornado terrestres, fruto de estas grandes
explosiones en el Sol.
 Viento solar: es el flujo continuo que el Sol emite cuando está en una época calmada.
Sea como sea, el Sol y su magnetismo se relacionan con el de la Tierra, interactuando y distorsionándolo, creando a su vez corrientes de electricidad en la
superficie atmósfera terrestre.

El viento solar cómo afecta a la Tierra


Como hemos explicado al inicio, el apagón de Quebec en 1989 fue el punto de inflexión en el estudio de los efectos del viento solar en la Tierra. No
obstante, son innumerables los registros que tenemos sobre los efectos que produce la emisión de masa solar en nuestro planeta y, específicamente, en los
sistemas de tecnología.
A continuación te explicamos distintos sistemas tecnológicos que se ven afectados por el viento solar:
 Tecnología de interpretación geológica.
 Redes de alta tensión.
 Oleoductos y gaseoductos.
 La telecomunicación a grandes distancias.
 El sistema de señalización de los trenes.
Algunos de estos sistemas se explican por las interferencias que provoca en el campo magnético, otras por las alteraciones que producen en los materiales
conductores con los que se construyen. Pero, además de todos los comentados, también hay otras tecnologías que se ven afectadas por la modificación de
la amplitud y fase de las ondas electromagnéticas, por ejemplo, los sistemas de navegación y comunicación, que puede provocar errores en los GPS.
Pero las partículas solares no solo afectan a la superficie, tanto la atmósfera de la Tierra como la magnetosfera nos protegen de su radiación, no obstante,
los astronautas, cuando salen de esta capa protectora sí que están expuestos a su gran energía, que puede provocar mutaciones genéticas y ADN.
Magnetosfera y viento solar
La magnetosfera es una de las muchas capas que envuelven la Tierra. En este caso estamos hablando de la más externa y más grande de las que
constituyen la atmósfera de la Tierra, empezando a 500 Km de la superficie y extendiéndose por el espacio hasta más de 60.000 Km. En realidad no es más
que un campo magnético producido en el interior terrestre. Nuestro planeta tiene un núcleo de hierro a altísimas temperaturas que, con el giro terrestre,
como si fuera una dinamo, convierte el planeta en un gran imán, con campo y polos magnéticos.
Esto no es algo específico de la Tierra, de hecho, otros planetas de nuestro mismo sistema, como Saturno, Júpiter, Neptuno y Urano también lo tienen, no
obstante, la de la Tierra es la más potente de todas, impidiendo que gran parte del viento solar no pueda traspasarla.
Importancia de la magnetosfera
Como hemos venido diciendo, la magnetosfera es un elemento indispensable para la vida en nuestro planeta y su importancia se debe a su actuación como
escudo frente a las partículas solares. Las investigaciones científicas arrojan que sin la magnetosfera la vida en nuestro planeta hubiera sido imposible,
puesto que habría desaparecido la mayor parte del agua. De hecho, se cree que algo parecido es lo que sucedió con Marte.
Viento solar y auroras polares
Las auroras polares son uno de los espectáculos más espectaculares y maravillosos que se pueden observar en la Tierra, un fenómeno que ha fascinado la
humanidad desde tiempos remotos. Estos son un unos brillos o luminiscencias que aparecen en el cielo por la noche en los polos o en zonas cercanas.
Cuando suceden en el hemisferio sur se conocen como auroras australes, mientras que en el norte reciben el nombre de auroras boreales.
Hablaremos de las auroras polares porque van íntimamente ligadas con el magnetismo terrestre, el viento solar y todos los conceptos de los que hemos
hablado a lo largo del artículo, y es que las auroras polares se crean cuando las partículas emitidas por el Sol -el viento solar- impactan con la
magnetosfera y se desplazan por ella. Estas partículas se van almacenando en el campo magnético y, cuando esta energía se hace imposible de almacenar,
es cuando se dispara como radiación electromagnética, lo que acaba provocando estos vistosos efectos luminosos.
Las auroras polares no son siempre iguales, sino que son muy cambiantes y pueden tener diferentes colores, formas y estructuras. Así pues, se pueden
encontrar muchísimas variaciones, no obstante, una típica aurora boreal se suele dar de esta forma:
 Cuando cae la noche aparece un arco alargado que se extiende por el horizonte, normalmente, este crece de este a oeste.
 Alrededor de medianoche, este arco aumenta su brillo, además, se forman ondas a través del arco y rayos de luz alargados.
 Todo el cielo empieza a cubrirse con estos rayos, espirales y bandas de luz, que se van moviendo por el horizonte.
 Suele durar entre minutos y horas, no hay un tiempo establecido.
 A medida que se acerca el alba van desapareciendo estas luces, quedando iluminadas solo algunas partes del cielo.
Compartimiento Núcleo interno Ionósfera
El núcleo de la Tierra o endosfera es la masa caliente que se
ubica en el mismo centro de nuestro planeta. Está formado por
un núcleo interno sólido y un núcleo externo líquido. A La ionosfera se compone de dos capas principales: la capa inferior, que
diferencia de la corteza y el manto, que son ricos en minerales, ha sido designada como capa E y que a veces es también conocida
el núcleo está compuesto casi en su totalidad por metales, como capa de Heaviside o de Kennelly-Heaviside y se encuentra
específicamente hierro y níquel. Allí también se encuentran los ubicada entre 80 y 112 km sobre la superficie terrestre reflejando las
elementos que se disuelven en hierro, llamados siderófilos. ondas de radio de baja frecuencia; y la capa superior, también conocida
Composición Debido a que estos elementos no son comunes en la corteza como capa F o de Appleton, la cual refleja ondas de radio con
terrestre, muchos siderófilos han sido clasificados como frecuencias mayores. La capa superior a su vez se divide además en una
«metales preciosos». Aquí se incluyen el oro, el platino y el capa F1, que empieza a unos 180 km sobre la tierra; y la capa F2, que
cobalto. Otro elemento clave en el núcleo de la Tierra es el surge a unos 300 km de la superficie. Está compuesta
azufre; de hecho, el 90% del azufre en la Tierra se encuentra en por electrones libres y por iones de carga positiva lo que le hace tener
su núcleo. un gas tenue y un plasma.

Debajo del manto de la Tierra está el núcleo, que es


el centro mismo de la Tierra y que está compuesto
principalmente de metales pesados, especialmente hierro. El
núcleo exterior está en estado líquido, por lo que es En la ionosfera, los gases atmosféricos son tan
considerado como el relleno de la Tierra. El núcleo interno, por tenues que es posible
otro lado, es sólido y contiene al menos 90% de hierro. El
Estado de núcleo interno se puede considerar como una capa de la masa encontrar electrones libres e iones positivos. La
agregación densa de la Tierra. Cuando la Tierra se formó por primera vez, ionosfera posee por lo tanto propiedades de
hace 4.600 millones de años, era una bola caliente
de roca y metal fundido. Y dado que era principalmente líquido, un gas tenue y de un plasma.
elementos más pesados como hierro y níquel fueron capaces
de hundirse en el planeta y acumularse en el núcleo de la
Tierra.
Geólogos romanos y alemanes supusieron que la La ionosfera (región de la atmósfera que afecta a las
diferencia en la propagación de las ondas sísmicas ondas de radio que por ella se propagan) se extiende
en diferentes partes de nuestro planeta se debe a desde 50 km a 2000 km de altura aproximadamente. La
que la esfera más interna de la estructura de la predicción de las características de la ionósfera es de
Tierra podría no estar justo en su centro. El núcleo vital importancia para el diseño de circuitos de
de la Tierra es su esfera central, la más interna de comunicación en alta frecuencia (HF) y para los sistemas
las que conforman la estructura del planeta. Consta satelitales.
de un núcleo interno sólido, que está integrado en
Se han desarrollado varios modelos para predecir las
un 70% de hierro, tiene un radio de unos 1.200
características "promedio " de la ionosfera. Sin embargo,
kilómetros y está a una profundidad de unos 5.200
kilómetros, mientras que el núcleo externo es estos modelos no son válidos cuando la ionosfera se
líquido. Según las ideas modernas, el núcleo interno encuentra perturbada como consecuencia de erupciones
terrestre va creciendo muy lentamente al absorber solares o tormentas geomagnéticas.
el hierro fundido del núcleo externo líquido, El estudio de las perturbaciones en la ionósfera resulta
aproximadamente 1 milímetro por año. El hecho de de suma importancia práctica, ya que las radio
que en los hemisferios oriental y occidental las comunicaciones se ven afectadas y la predicción de las
ondas sísmicas que se utilizan para el estudio de las órbitas de los satélites resultan severamente degradadas
capas internas de la Tierra se propaguen con durante estos eventos.
diferentes velocidades, es una paradoja científica En base a mediciones realizadas en el Laboratorio de
muy conocida. En particular, en el hemisferio Ionosfera de la UNT y las disponibles en distintos bancos
oriental estas ondas se mueven más rápidamente. de datos del mundo, se busca profundizar en el
Este efecto era explicado mediante una hipótesis
conocimiento de la fenomenología de la ionosfera
que indica que el núcleo sólido de la Tierra rota más
perturbada y contribuir a un mejor pronóstico del
rápidamente que el núcleo líquido que lo rodea, lo
Consecuencias que provoca la diferencia de las temperaturas y comportamiento de la misma en condiciones
consecuentemente diferentes velocidades de perturbadas.
ondas. Otro modelo, ofrecido por científicos Por otro lado, la ionosfera ecuatorial y de baja latitud
franceses, sugiere que el núcleo interno se solidifica suele experimentar una inestabilidad muy severa
en el oeste y se funde en el este; es decir, la parte durante la noche, especialmente entre el equinoccio de
oriental lentamente se reduce y la parte occidental primavera y el de otoño. La comprensión de por qué esto
acumula más hierro. Este proceso también podría ocurre en ciertas noches y no en otras constituye un
tener influencia en la velocidad de propagación de problema difícil en la física de la atmósfera superior.
las ondas sísmicas. En el marco del nuevo estudio, Sumado a su interés en investigación básica, su
los científicos supusieron que el núcleo metálico del importancia en investigación aplicada reside en el hecho
planeta se aleja a una distancia de varias decenas de
de que estas irregularidades causan interrupciones en los
kilómetros del centro terrestre. Sería por eso que en
sistemas de radiocomunicación.
un hemisferio las ondas sísmicas pasan una menor
Se realizan campañas de observación de irregularidades
distancia que en otro, lo que provoca un falso efecto
de diferencia de velocidades. Podría ser que las ionosféricas mediante la recepción simultánea de
ondas no viajen más rápidamente en el hemisferio señales de satélites GPS en Tucumán y en otras
oriental, simplemente tengan menos distancia para estaciones de Sudamérica, para contribuir al
recorrer. Sin embargo, una posición descentralizada entendimiento de los procesos físicos que generan las
del núcleo terrestre provocaría importantes irregularidades ionosféricas en zonas de baja latitud
consecuencias en las características mecánicas, americana. Los resultados ayudarán a la elaboración de
termales y magnéticas de la estructura interna de la modelos aplicables en condiciones perturbadas y que
Tierra, lo que necesita nuevas investigaciones y predigan el comportamiento de las irregularidades
comparaciones con los índices conocidos. ionosféricas.
Casi todas las personas han oído hablar o han visto una aurora boreal en fotos. Algunos otros han tenido la suerte de verlas en
persona. Pero muchos desconocen cómo se forman y por qué.
Una aurora boreal comienza con un brillo fluorescente en el horizonte. Luego disminuye y surge un arco iluminado que a veces se
cierra en forma de círculo muy brillante. Pero, ¿cómo se forma y con qué está relacionada su actividad?

Formación de las auroras boreales


La formación de las auroras boreales está relacionada con la actividad del sol, la composición y características de la atmósfera
terrestre.
Las auroras boreales se pueden observar en una zona circular sobre los polos de la Tierra. Pero, ¿de dónde provienen? Provienen
del Sol. Existe un bombardeo de partículas subatómicas del Sol formadas en las tormentas solares. Estas partículas van desde el
violeta al rojo. El viento solar va alterando las partículas y cuando se topan con el campo magnético terrestre se desvían y sólo se ve
parte de ella en los polos.
Los electrones que conforman las radiaciones solares producen una emisión espectral cuando alcanzan a las moléculas de gas que se
encuentran en la magnetósfera, parte de la atmósfera terrestre que protege a la Tierra del viento solar, y provocan una excitación a
nivel atómico que da como resultado una luminiscencia. Esa luminiscencia se extiende por todo el cielo, dando lugar a todo un
espectáculo de la naturaleza.
Estudios sobre la aurora boreal
Existen estudios que investigan las auroras boreales cuando se produce viento solar. Esto ocurre porque, a pesar que se sabe que las
tormentas solares tienen un periodo aproximado de 11 años, no es posible pronosticar cuándo va a tener lugar una aurora boreal.
Para todas las personas que quieren ver la aurora boreal, esto es un fastidio. Viajar hasta los polos no es barato y no poder ver la
aurora es algo muy deprimente.

La aurora boreal es un fenómeno atmosférico que se debe al magnetismo generado por el núcleo terrestre

Como se observa en la imagen, es un fenómeno luminoso que origina un brillo en el cielo nocturno de los Polos. Se produce
cuando partículas cargadas procedentes del viento solar, son guiadas por el campo magnético de la Tierra e inciden en la
atmosfera cerca de los Polos. Estas partículas chocan con los átomos y moléculas de oxígeno y nitrógeno de la ionosfera. Parte de
la energía de la colisión excita los átomos que la emiten en forma de luz visible cuando vuelven a su estado inicial.
¿Se acerca un cambio rápido del campo magnético de la Tierra?
El campo magnético terrestre no sólo nos ayuda a encontrar el norte utilizando una brújula, sino que también nos protege de la
peligrosa radiación que emana del Sol.
Desde hace tiempo los científicos saben que a lo largo de la historia del planeta Tierra, los polos magnéticos se han invertido muchas
veces.
Ese proceso, del que se desconocen sus causas exactas y que se creía duraba miles de años, se inicia con un progresivo
debilitamiento del campo magnético y culmina con la inversión de los polos.
Según algunos cálculos, las reversiones magnéticas han ocurrido con una frecuencia de 1 a 5 eventos cada millón de años.
Ahora, un estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Berkeley (UCB) y la Universidad de Columbia, junto con
investigadores franceses e italianos, ha concluido que la última inversión magnética que se produjo en la Tierra se dio hace 786.000
años y no se prolongó durante miles de años sino que se produjo en menos de un siglo.

Esa rapidez en la reversión geomagnética terrestre -por la que las posiciones del polo norte y sur magnéticos se intercambian- ha
sorprendido a los responsables de la investigación, publicada en la revista Geophysical Journal International, que señalan que el
cambio se dio "en lo que dura una vida humana".
Inversión de los polos
El campo magnético terrestre es resultado de la interacción de los núcleos interno y externo de nuestro planeta -compuesto el
primero por hierro en estado sólido y el segundo por una aleación líquida de hierro y níquel- junto con el movimiento de rotación
terrestre.
Ello crea un proceso de dinamo que convierte la Tierra en un enorme imán.
Por razones que no están claras, la intensidad de campo magnético terrestre varía y cada cientos de miles de años, los polos
magnéticos se invierten, en un proceso que deja su huella en las rocas.
Cuando, por ejemplo, la lava se enfría, partículas de óxido de metal quedan "congeladas" en la dirección del campo magnético
existente, lo que permite que los científicos puedan saber la posición de los polos en un momento determinado examinando y
datando muestras de esa lava.
Ahora, estudiando los sedimentos de un antiguo lago expuestos en la cuenca Sulmona de los montes Apeninos, al este de Roma, en
Italia, los científicos de la UCB han podido constatar que la última inversión de los polos de nuestro planeta se produjo en menos de
100 años.
Debido a que los sedimentos del lago se depositaron a una velocidad alta y constante durante un período de 10.000 años, los
científicos pudieron datar la inversión magnética en aproximadamente 786.000 años.
Esta fecha es mucho más precisa que la obtenida por estudios anteriores, que situaban la reversión hace entre 770.000 y 795.000
años.

Peligros
¿Qué consecuencias tendría para la vida en la Tierra una inversión de los polos magnéticos?
"Los cambios en el magnetismo terrestre podrían tener consecuencias en las infraestructuras eléctricas del planeta y también, por
ejemplo, en los instrumentos de navegación", señala el geólogo.
"Además, también se podrían producir consecuencias en la naturaleza, ya que sabemos que muchos animales, como los pájaros, la
ballenas o las abejas, utilizan el campo magnético para orientarse".
Otros investigadores advierten que si durante el proceso de inversión de los polos el campo magnético se debilitara excesivamente o
incluso desapareciera, aunque sólo fuera durante un corto periodo de tiempo, perderíamos nuestra protección contra la radiación
solar y los rayos cósmicos, lo que podría afectar la vida en nuestro planeta, ya que estos pueden producir mutaciones genéticas.
La cuestión, según Paul Reene, es que los científicos saben que no se trata de un ciclo que se dé con regularidad, por lo que "no
podemos preccedir cuándo sucederá".
AURORAS POLARES: ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA

Las auroras boreales o Luces del Norte, como se suelen llamar en Alaska y Canadá, tienen lugar prácticamente todos los días del año
en el óvalo auroral, comprendido entre las latitudes +60º y +75º. Por tanto, cubren un extenso territorio que abarca la parte norte de
Escandinavia, toda Siberia, Alaska y el tercio superior de Canadá, además de gran parte del Océano Glacial Ártico. Durante las largas
noches de medio año, las auroras son un fenómeno celeste casi tan común como la Luna y las estrellas en estas regiones que rodean
al Polo Norte. Forman parte de la mitología y la sociedad de los habitantes nórdicos y su estudio etnográfico, todavía no muy
desarrollado, es especialmente interesante.
A partir del siglo XVII y hasta bien entrado el XIX, naturalistas europeos y norteamericanos en viajes de exploración por latitudes
extremas del Norte y el Sur empezaron a preguntarse científicamente por el fenómeno de las auroras. El sabio francés Pierre Gassendi
acuñó el término aurora, del latín, haciendo referencia al parecido de las Luces del Norte con la luz del amanecer.
Basándose en trabajos de Jacques d'Ortous de Mairan, el primero en relacionar el ciclo de actividad solar de once años con la
frecuencia e intensidad de las auroras; Benjamin Franklin, que teorizó que las auroras eran un fenómeno eléctrico; y Sir William Cooke,
el descubridor de la fluorescencia de un gas aislado en un tubo vacío sometido a una corriente eléctrica; a principios del siglo pasado,
el físico noruego Kristian Birkeland descubrió el fenómeno que causa las auroras: relacionó las partículas cargadas emitidas por el Sol,
el magnetismo terrestre y la ionización atmosférica. Hoy se sabe que algunos de los electrones expulsados por nuestra estrella en
forma de viento solar son desviados y acelerados por el campo magnético de la Tierra y penetran por los polos. Cuando estos
electrones interaccionan con la ionosfera terrestre, a alturas entre 100 y 500 kilómetros, excitan los gases presentes (átomos de
oxígeno y moléculas de nitrógeno, principalmente) y los hacen brillar por fluorescencia, igual que hizo Sir Cooke en el siglo XIX en sus
experimentos de laboratorio. Una aurora, podríamos decir, es un gigantesco tubo de neón natural.
Los gases excitados por los electrones del Sol determinan los colores de las auroras. El más común, blanco-verdoso, aparece cuando
los electrones bombardean átomos de oxígeno a altitudes de 300 a 500 kilómetros. El rojizo, cuando electrones más energéticos
penetran profundamente en la ionosfera -a sólo 100 kilómetros de altura- y excitan moléculas de nitrógeno.
La distinta intensidad de la atmósfera terrestre provoca que, a medida que la corriente de electrones penetra en ella, las auroras sean
un fenómeno celeste espectacular y cambiante. Adquieren formas diversas que danzan en el cielo durante la descarga de partículas
solares, normalmente de varias horas.
En el hemisferio boreal, las auroras ocurren mirando hacia el norte, habitualmente al anochecer, e intensifican su brillo y color en una
cortina de oriente a occidente. A medida que ganan fuerza "alimentada" por la fluorescencia, desarrollan rayas verticales y la cortina
parece curvarse como impelida por un viento invisible, desplazándose hacia el sur. Cuando pasa sobre nuestras cabezas, se aprecia
una estructura en tres dimensiones y se distinguen varias cortinas paralelas en continuo movimiento, pulsando o con "explosiones"
verticales, en una danza errática y silenciosa que cambia su aspecto cada pocos segundos. Al presenciar una aurora particularmente
activa, como las de los máximos de actividad solar, es fácil comprender la trascendencia que este espectáculo celeste tenía y tiene
para los pueblos del Ártico.
En ambos hemisferios, las auroras se localizan en los óvalos aurorales. Estos están centrados en los polos magnéticos e indican los
lugares en los que las partículas cargadas del Sol pueden ionizar la alta atmósfera de la Tierra. El nombre correcto es auroras polares,
no sólo boreales, aunque al estar en el sur el óvalo auroral muy limitado al continente Antártico, las auroras australes han sido
raramente observadas hasta hace poco.
Hoy en día, la actividad auroral se puede predecir con mucha fiabilidad gracias a la observación de los flares o tormentas solares,
fuentes de las partículas cargadas que originan las auroras. Satélites como el SOHO, de la Agencia Espacial Europea, o el Yohkoh
japonés; observan constantemente el Sol en distintas longitudes de onda y determinan cuando ocurre una tormenta solar. La corriente
de partículas cargadas viaja a miles de kilómetros por segundo, por lo que llega a la magnetosfera terrestre en 48 horas como mucho
y provoca una tormenta geomagnética, que produce auroras especialmente intensas. En casos extraordinarios, las auroras pueden
verse en latitudes medias, como en el verano del año 2000, cuando una potente tormenta solar inyectó gran cantidad de electrones
en la ionosfera terrestre y expandió el óvalo auroral muy al sur de su límite habitual, por lo cual se vieron auroras desde gran parte de
Europa.
Ese límite marca también la frontera de la Tierra del Día; según uno de los mitos Inuit, lugar celestial en el que las almas de los muertos
viven contentas y felices. En este paraíso, los espíritus, riendo y cantando, juegan a la pelota con el cráneo de una morsa. Para los
Inuit, semejante juego de luz y movimiento son las auroras boreales que vemos en el cielo. Aunque hoy sepamos por qué se producen
las auroras, es hermoso pensar que la risa y el canto de los electrones del Sol son los que hacen brillar las Luces del Norte.

BIBLIOGRAFIA EN LA RED
https://www.capasdelatierra.org/nucleo/
https://www.euston96.com/nucleo-la-tierra/
https://actualidad.rt.com/ciencias/view/35196-El-n%C3%BAcleo-de-Tierra-podr%C3%ADa-estar-fuera-de-su-centro
http://departamentodefisica.herrera.unt.edu.ar/investigacion/ionosfera
http://www.revista.unam.mx/vol.10/num10/art67/int67-4.htm
https://esacademic.com/dic.nsf/eswiki/456116
https://www.ecologiaverde.com/que-es-el-viento-solar-y-como-afecta-a-la-tierra-1350.html
https://www.meteorologiaenred.com/se-forman-las-auroras-boreales.html
http://e-ducativa.catedu.es/44700165/aula/archivos/repositorio/750/976/html/23_el_ncleo_terrestre.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/11/141111_ciencia_campo_magnetico_terrestre_inversion_jg http://www.caosyciencia.com/ideas/articulo.php?id=121202

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