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Se dice que ya para el siglo 7 aC los griegos dejaron constancia escrita del hecho curioso
que sucedía cuando el ámbar, una resina vegetal fosilizada, producía una fuerza de
atracción o repulsión sobre otros cuerpos colocados en sus inmediaciones. Esta
"curiosidad" dio pie al surgimiento más tarde de la palabra electricidad que proviene del
nombre griego del ámbar, electrum (ἤλεκτρον). Pero no fue hasta el siglo XVIII en que se
comenzaron a dar pasos acertados en la comprensión de este fenómeno y su conexión con
la electricidad, a manos principalmente de Benjamin Franklin. Por esa época se había
generalizado la idea de que los fenómenos eléctricos estaban asociados con una suerte de
fluido contenido en la materia. La fuerza de repulsión o atracción se asociaba con la
"carga", carencia o exceso de este fluido. Si el fluido fluye fuera de un cuerpo
necesariamente deja detrás una carencia, mientras el cuerpo hacia el que se había producido
el flujo tendría un exceso. Franklin introdujo los términos "positiva" y "negativa" a los dos
tipos de carga. Sin embargo, la naturaleza real de la carga eléctrica encontró su verdadera
explicación más tarde durante la exploración experimental del átomo.
Ya mencionamos arriba que cuando se frota, por ejemplo, una barra de teflón con un trozo
de piel peluda la barra se carga eléctricamente, pues bien ahora agregaremos que el trozo de
piel también resulta cargado, pero con carga de signo contrario a la carga de la barra. En la
práctica, el teflón se carga negativamente y la piel positivamente. ¿Que ha sucedido?,
simplemente se han transferido electrones del trozo de piel a la barra de teflón de modo que
la primera tiene un exceso de electrones (y no de fluido como pensaba Franklin) mientras
que la piel una carencia. En otro experimento frotamos una barra de vidrio con un trozo de
seda y como era de esperarse la barra de vidrio se carga, pero ahora positivamente, esto es,
en este caso los electrones se transfirieron de la barra de vidrio a la seda.
Para encontrar evidencias de que existen dos tipos de cargas y estudiar el efecto de las
fuerzas que actúan entre las cargas utilicemos ambas barras cargadas, el teflón y el vidrio
para transferir electricidad estática a masas pequeñas (inicialmente neutras), ya que las
masas pequeñas reaccionan a las fuerzas más visiblemente. En la práctica los cuerpos de
masa pequeña pueden ser esferitas de un material ligero como el corcho o esferas huecas
recubiertas por una película de material conductor de la electricidad, por ejemplo, una
pintura conductora. El interés de la película conductora es permitir que las cargas se puedan
mover fácilmente en la superficie de las esferas.
Nuestras esferas de prueba,
aun neutras, las colgamos cada
una de un filo fino no
conductor como se muestra en
la figura 1a y procedemos de
la forma siguiente:
3.- Repetimos el experimento en otras dos bolas usando la barra de vidrio cargada y vemos
que el resultado se repite, la primera esferita es rechazada por la barra de vidrio
inmediatamente después del contacto físico y cuando se tocan dos de ellas con la misma
barra una repele a la otra vigorosamente.
4.- Finalmente tocamos una bolita de corcho neutra con la barra de teflón y otra con la barra
de vidrio, el resultado es que ambas esferitas se atraen (figura 1d).
La explicación más simple que tiene el comportamiento de este experimento es que las
cargas eléctricas del teflón y del vidrio son diferentes y además que:
Note que el signo particular de las cargas adquiridas es irrelevante en el resultado del
experimento y el signo negativo dado al electrón es puramente convencional.
Pero hay otra situación a la que debemos prestar atención, si hacemos con cuidado el
experimento de la figura 1b podemos notar que antes de que la barra de teflón toque a la
esferita neutra, la bola es atraída por la barra y no repelida como sucede después del
contacto entre ambas. Para explicar la atracción inicial debemos tener en cuenta que hemos
recubierto la bolita de corcho con la pintura conductora. Cuando la barra de teflón cargada
negativamente se acerca a la esferita, los electrones, que pueden moverse libremente en el
material conductor, son repelidos y se trasladan hacia el lado mas lejano a la barra en la
bolita de corcho, dejando un exceso de carga positiva del lado cercano a la barra de teflón.
Esta carga positiva resulta atraída por el teflón cargado negativamente con una fuerza
resultante mayor que la fuerza resultante de repulsión hacia la carga negativa concentrada
en el lado opuesto y más lejano de la esferita. Entonces podemos concluir que la atracción
inicial entre la barra de teflón y la esferita neutra puede explicarse si las fuerzas eléctricas
se debilitan con el aumento de la distancia entre las cargas, lo que recuerda el
comportamiento de las fuerzas gravitacionales entre dos masas. ¿No le parece que esta
situación explica el hecho descrito al principio del artículo de que la barra cargadas atrae
los pedacitos de papel?
Conservación de la carga
Los experimentos descritos hasta aquí sugieren que las cargas se conservan y esta
posibilidad puede constituir una de las leyes fundamentales de la física, por ello se
desarrollaron múltiples experimentos en este sentido y todos sin excepción condujeron a
afirmar que:
Ley de Coulomb
F ∝ 1/r2 (ecuación1)
F ∝ q1q2 (ecuación 2)
(ecuación 3)*
* Los símbolos ∣...∣ se usan para indicar que se refiere solo a la magnitud sin tener en cuenta el signo.
Cuando se trabaja con las fuerzas de Coulomb hay que tener en cuenta que estas, al igual
que cualquier fuerza, son magnitudes vectoriales y deben ser tratadas de acuerdo a ello.
También es importante saber que la expresión de cálculo de la fuerza de Coulomb se refiere
a cargas puntuales o a distribuciones de carga esféricas y en estas últimas, la magnitud r es
la distancia entre los centros de las esferas.
En este sentido, las fuerzas de Coulomb vuelven a ser como las fuerzas debidas a la
gravedad, para las cuales el principio de superposición también aplica, con la diferencia de
que las fuerzas gravitacionales son siempre de atracción, mientras que las fuerzas debidas a
las cargas eléctricas pueden ser de atracción o de repulsión como ya se ha mencionado
antes.
Referencia:
http://www.sabelotodo.org/fisica/cargaelectrica.html