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LA REALIDAD SOCIAL EN AMERICA LATINA.

El replanteamiento de los aspectos sociales en el desarrollo de américa latina se ha venido dando a


raíz del elevado coste social de esta crisis por el agravamiento del desempleo y subempleo, la caída
de los salarios reales, el incremento de la pobreza y el notorio deterioro de los servicios públicos.
Actualmente muchos factores que impactan en nuestro mundo actual, uno de estos procesos es el
empobrecimiento en grandes capas de su población. La magnitud de este fenómeno y los efectos
contradictorios de la globalización hacen urgente a las políticas de desarrollo social y un mayor
compromiso de la sociedad.

En América Latina las relaciones entre globalización y pobreza son palpables. Las acciones conjuntas
del Estado, las ONG y la cooperación al desarrollo han sido insuficientes hasta ahora para garantizar
a la población una vida digna. El acceso a los servicios básicos de educación, salud y vivienda es cada
vez más incierto. La mayoría de los países latinoamericanos han adelantado reformas estructurales
en las políticas sociales, buscando una mayor eficiencia, descentralización y un papel menos
pronunciado del Estado. Los efectos de estas reformas sobre la cobertura y la calidad de los servicios
son controvertidos. Si bien la cobertura ha aumentado, también crecieron los costos para el usuario,
en un contexto de rápido empobrecimiento social. De hecho, una parte creciente de la población
está siendo excluida; Se podría incluso argumentar, que en muchos casos ya no es realista hablar de
desarrollo social sostenible, sino de una crisis humanitaria en una región con la cual, Latinoamérica
tiene profundos lazos históricos y culturales y múltiples compromisos. También es urgente hacer
balance de las políticas sociales y económicas, las alternativas y estrategias, y generar propuestas a
pequeñas y grande escala.

La erradicación de la pobreza y la pobreza extrema, así como la reducción de la desigualdad, en todas


sus dimensiones, continúan siendo desafíos centrales para los países de América Latina. Aun cuando
la región logró importantes avances en este ámbito entre comienzos de la década pasada y mediados
de la presente, desde 2015 se han registrado retrocesos, particularmente en lo que respecta a la
pobreza extrema. Este hecho es preocupante y enciende señales de alerta, en especial en un contexto
regional de bajo crecimiento económico y profundas transformaciones demográficas y en el mercado
de trabajo. En este escenario es imperativo desarrollar y fortalecer las políticas públicas de protección
social y las del ámbito del mercado de trabajo, abarcando medidas de inclusión social y laboral, así
como políticas redistributivas en materia de ingresos. Para ello es fundamental proteger y preservar
el gasto social, fortalecer la institucionalidad social y laboral, y prestar especial atención a las causas
que redundan en que la pobreza y la exclusión afecten de manera desproporcionada a los niños,
niñas, adolescentes y jóvenes, a las mujeres en edad productiva y a las personas indígenas y
afrodescendientes.

La problemática incide sobre todas las instituciones y políticas que afectan los servicios sociales en
América Latina, a todos los niveles. Por tanto, se requiere participación de expertos latinoamericanos
y europeos, de Ministerios sectoriales y ONG's de desarrollo, organizaciones sindicales y de los
usuarios, agencias de cooperación e investigadores y en general de la población para tratar de parar
con esto. Se pretende identificar iniciativas de carácter transnacional que puedan generar lazos de
cooperación ya que si a lo mejor en muchos pueblos se habla de soluciones estás no van más allá que
de su país es por eso que cada idea, pensamiento u opinión debe darse con el fin de unir a todo un
continente.
La realidad social en América Latina se construye como una realidad inconclusa. Es deficitaria en la
explicación. Nos sobran dictaduras y nos faltan democracias. Hay ausencia de modernización y exceso
de tradicionalismo. Existimos por déficit o por exceso no como somos. “No existe una verdadera clase
dirigente en América Latina. La única figura verdaderamente modernizadora en el continente es la
de las grandes empresas industriales o financieras públicas: Nacionales financieras, Petroleras, por
dar solo unos cuantos ejemplos del más alto nivel. Toda América Latina sigue careciendo de
empresarios nacionales, de la investigación tecnológica y de la inversión productiva en general. Por
su parte los elementos revolucionarios son más débiles de lo que parece indicar su inmensa
popularidad. En América Latina, la política precede a las realidades económicas y a las fuerzas
sociales. Esto aproxima a los países latinoamericanos con los países euro-latinos, como Francia, Italia
y España.”

El crecimiento sin equidad, claramente no está cumpliendo las metas que internacionalmente se han
trazado sobre desarrollo social. Es necesario definir los límites del modelo actual de desarrollo, en
términos de: Responsabilidad y presencia lo hace según tamaño del Estado, privatización o
automatización de los servicios básicos; en el nivel económico, seguridad alimentaria, protección a la
producción agraria local, tenencia de la tierra rural y urbana.

La educación y la salud.

En lo que respecta a la educación y la salud, esta crisis forzó a los distintos gobiernos a hacer grandes
esfuerzos por atenuar las consecuencias negativas de la escasez de recursos fiscales en el suministro
de estos servicios sociales básicos; objetivo logrado sólo parcialmente. Según un reciente estudio, en
seis de los ocho países analizados, el punto máximo de gasto social, tanto en términos absolutos
como por habitante, se registró en vísperas de la crisis de la deuda. En particular, las reducciones en
el gasto de capital en educación y salud son consistentes y generalizadas a lo largo de la década en
todos los países latinoamericanos. La privatización de muchas empresas estatales con funciones
sociales en sentido amplio, ha causado la anulación de estos instrumentos de política social, con lo
cual el gasto social estricto ha debido asumir el papel de amortiguador de los efectos de la crisis
económica. Los subsidios globales indirectos e indiscriminados a la oferta fueron reemplazados, en
muchos casos, por subsidios directos y progresivos a la demanda. En conclusión, mientras dure la
fuerte restricción del gasto social, la mejor estrategia parece encontrarse en la búsqueda permanente
de una combinación flexible y dinámica de servicios básicos de cobertura universal con focalización
en los problemas y grupos humanos que requieren una atención más urgente.

EN LO CULTURAL:

América latina es, finalmente, un mosaico cultural puesto que es la unión de diversas culturas en
torno a un mismo territorio. Pero la realidad socio culturista ha perdido la esencia de esas raíces, esos
valores y esas costumbres de la cultura que ha venido de generación en generación.

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