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VIOLENCIA ESCOLAR: ORÍGENES Y ACTUALIDAD

Dra. Esmeralda Garrido Torres

Desde hace unos años, en México, la violencia se ha posicionado como uno de los
asuntos prioritarios del debate público y de la agenda gubernamental. Sin embargo, a
diferencia de lo que muchos postulan, el problema de la violencia social no radica sólo (ni
fundamentalmente) en las sangrientas pugnas de cárteles y bandas criminales, sino también
en el alto grado de marginación en el que viven millones de habitantes y la ausencia
funcional –si no territorial– del Estado en amplias zonas del país (Del Tronco y Madrigal).

Definición de violencia
No existe una definición de violencia ampliamente aceptada por los estudiosos, pero
entre los elementos centrales para formular una definición, destacan el uso de la fuerza por
parte de alguien; el daño; recibir dicho daño por una o varias personas; la intencionalidad
del daño; el propósito de obligar a la víctima a dar o hacer algo que no quiere. No obstante,
la violencia no es una sustancia o un hecho aislado, totalmente terminado y asible en sí
mismo, sino que se trata de relaciones sociales o, mejor dicho, del tinte que asumen ciertas
relaciones sociales. Desde esta perspectiva, la violencia puede ser vista como un adjetivo
que califica determinadas formas de relación. La propuesta es que se defina la violencia
como una forma de relación social caracterizada por la negación del otro (Martínez
Pacheco, 2016).

Dentro de las dinámicas que las relaciones de violencia asumen, quizá las más
importantes son la espiral de violencia y el aprendizaje de la misma. Una vez que se han
desatado hechos de violencia, éstos desencadenan una dinámica que puede incrementar las
manifestaciones de violencia, ya mediante imitación, reforzamiento y como “acción-
reacción” —espiral de violencia—; y ello es posible en buena parte gracias al aprendizaje
simbólico de la violencia, que se realiza mediante la contemplación de modelos, es decir,
observando el comportamiento agresivo de otros individuos, ya sea de forma directa o a
través de algún medio de comunicación (Martínez Pacheco, 2016).

Tipos de violencia
Se puede partir del criterio de los daños o afectaciones sufridas por las víctimas de la
violencia, o bien se puede tomar como criterio de clasificación al contexto de actividades
donde se desarrolla la violencia —con lo que se podría pensar en violencia escolar, en el
hogar, en el trabajo, callejera, deportiva, etcétera— (Martínez Pacheco, 2016).

Las diferentes formas de violencia interpersonal comparten numerosos factores de


riesgo subyacentes comunes. Algunos consisten en características psíquicas y del
comportamiento, como un escaso control de éste, una baja autoestima y trastornos de la
personalidad y la conducta. Otros están ligados a experiencias, como la falta de lazos
emocionales y de apoyo, el contacto temprano con la violencia en el hogar (ya sea como
víctima directa o como testigo) y las historias familiares o personales marcadas por
divorcios o separaciones. El abuso de drogas y alcohol se asocia con frecuencia a la
violencia interpersonal, y entre los factores comunitarios y sociales más importantes
destacan, además de la pobreza, las disparidades en los ingresos y las desigualdades entre
los sexos (Organización Mundial de la Salud –OMS–, 2002).
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Considerando el criterio alusivo a los daños o afectaciones sufridas por las víctimas
de la violencia, tenemos los siguientes tipos de violencia, de acuerdo al Consejo Nacional
de Población: 1) Violencia psicológica: Cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad
psicológica; 2) Violencia física: Uso de la fuerza física para provocar daño, no accidental;
3) Violencia patrimonial: Es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la
víctima; 4) Violencia económica: Toda acción u omisión del agresor que afecta la
supervivencia económica de la víctima; y 5) Violencia sexual: Cualquier acto que degrada o
dañan el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima.

Violencia escolar. Importancia de su erradicación


Todo acto de violencia se presenta en un contexto social específico, el cual tiene, a su
vez, una historia que lo generó (Martínez Pacheco, 2016). Las escuelas, como otras
instituciones, están inmersas en entornos conflictivos, por lo que no resulta sorprendente
que algunas formas de violencia social se repliquen en su interior. Sin embargo, la violencia
escolar no es un simple reflejo de lo que ocurre en la sociedad, es también, a menudo, una
institución productora de violencia (Del Tronco y Madrigal).

Las agresiones físicas, las amenazas, la discriminación, y las ofensas verbales entre
los alumnos son fenómenos relativamente comunes; aquellos alumnos que más sufren los
efectos de las violencias escolares, son mucho más propensos a pensar más frecuentemente
en salirse de la escuela. Si se suman el ejercicio arbitrario de la autoridad, la aplicación de
motes denigratorios a los alumnos, y la negligencia de directivos y docentes respecto del
proceso de enseñanza-aprendizaje, la escuela se configura como un espacio de riesgo, no
como aquella institución que fue pensada para formar ciudadanos asertivos, responsables y
defensores de lo público (Del Tronco y Madrigal).

Si la violencia existe de manera recurrente, es porque la cultura escolar, el orden


normativo y el tipo de convivencia —no sólo escolar, sino social— lo promueven, o en el
mejor de los casos, lo toleran (Del Tronco y Madrigal). Gran parte de la violencia guarda
relación con las desigualdades sociales y entre los sexos que elevan el riesgo para grandes
sectores de la población. En muchos lugares del mundo, las políticas y los programas de
protección social se encuentran sometidos a considerables tensiones. Si se desea prevenir la
violencia, se ha de poner fin al abandono que sufren las necesidades de los pobres, que en
la mayoría de las sociedades son quienes suelen recibir menos atención de los diversos
servicios estatales de protección y asistencia (OMS, 2002).

Referencias

Consejo Nacional de Población. Prevención de la violencia en la familia: Los tipos de violencia. Consultado el 12
de abril de 2019. Recuperado de:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/303594/Prevencion_de_la_violencia__Tipos_de_Violencia.pdf
Del Tronco Paganelli, J., y Madrigal Ramírez, A. Violencia escolar en México: una exploración de sus
dimensiones y consecuencias. Revista de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México. Consultado el
12 de abril de 2019. Recuperado de: http://www.revistas.unam.mx/index.php/ents/article/download/54048/48108
Martínez Pacheco, A. (2016). La violencia. Conceptualización y elementos para su estudio. Política y Cultura, 46:
7-31. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/267/26748302002.pdf
Organización Mundial de la Salud (2002). Informe mundial sobre la violencia y la salud. Recuperado de:
https://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/world_report/en/abstract_es.pdf

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