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RESPONSABILIDADES DE LOS EMPLEADORES

Elaborado por: Dirección Jurídica de SURATEP. Octubre de 2004.

Objetivo

Delimitar la responsabilidad de los empleadores desde el punto de vista civil, frente


a la seguridad social y obligaciones laborales cuando actúan como empleadores y
contratistas.

Desde la Responsabilidad Civil

Con la expedición de la Ley 100/93 nos encontramos con un régimen de seguridad


social, que si bien es cierto busca la integralidad en la protección de la vida y el
bienestar social de los habitantes, toda vez que cubre todas las contingencias más
importantes del ser humano, dicho sistema generó en el campo de las
indemnizaciones plenas algunos vacíos.

El Sistema de Seguridad Social consagra amparos para la enfermedad general y la


maternidad, a través de lo que conocemos como sistema de salud, así mismo
establece la cobertura para la pensión de vejez y la de invalidez derivada de
enfermedad o riego común a través del sistema de pensiones, da a su turno
cobertura para las consecuencias derivadas del accidente de trabajo y la
enfermedad profesional, mediante el Sistema de Riesgos Profesionales y
finalmente establece un sistema de cubrimiento complementario diseñado para
riesgos catastróficos.

Lo anterior, es a grandes rasgos el panorama de riesgo cubierto por el Sistema de


Seguridad Social, lo que tiene ello de interesante, es que luego de expedida la Ley
100/93, la sensación que quedó entre los sectores económicos era la de disponer
de un sistema tan completo, que contingencias derivadas de la responsabilidad
civil estaban excluidas o eran ajenas a las actividades propias de ciertos sectores
de la economía.

En el campo de la Responsabilidad Civil de los empleadores, la teoría que


abanderó los primeros dos años de la Ley 100, fue aquella según la cual, los
empresarios del País no eran responsables en manera alguna por las
contingencias derivadas del accidente de trabajo y de la enfermedad profesional,
en atención a que la Ley había reglamentado íntegramente la materia, y que en tal
sentido existían unas instituciones denominadas Administradoras de Riesgos
Profesionales, que con la intención de la Ley de ser un sistema integral, derogaba
todas las normas que le eran contrarias, y había desechado la posibilidad legal de

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buscar indemnizaciones o prestaciones adicionales a las del sistema en cabeza de
los empleadores.

No obstante el planteamiento anterior, otro sector de la doctrina inicialmente y


posteriormente la Jurisprudencia, establecieron una teoría totalmente contraria a la
planteada, teoría que sustentada en el artículo 289 de la Ley 100/93 estableció que
la parte pertinente del Código Sustantivo del Trabajo, que establecía la
indemnización plena de perjuicios para los accidentes de trabajo y las
enfermedades profesionales, se encontraba vigente, esto porque el artículo ya
mencionado, traía dos clases de derogatorias, las primeras expresas, donde no se
encontraba el artículo 216 del Código Sustantivo del Trabajo, pero tampoco podía
sostenerse que estuviera derogado tácitamente, porque la norma de la Ley 100/93
derogó tácitamente sólo aquellas normas que fueran contrarias a las nuevas
disposiciones de la seguridad social creadas por ella misma, y resultaba fácil hacer
el ejercicio de entender que el Sistema de Riesgos crea una serie de prestaciones,
pero en manera alguna ellas garantizan una indemnización integral para las
víctimas y tampoco se hace en su reconocimiento juicio alguno de responsabilidad,
solamente se califica su origen para dar lugar al pago, salvo fuerza mayor, caso
fortuito o eventos de dolo.

Con la posición antes planteada se viene desarrollando la jurisprudencia,


reconociendo indemnizaciones plenas de responsabilidad civil basadas en el
Artículo 216 del Código Sustantivo de Trabajo, con una sola excepción conocida,
que constituye un fallo insular, que dicho sea de paso, en manera alguna deja de
reconocer la vigencia del Artículo 216, sino que hace unas consideraciones sobre
la causalidad, para exonerar a un empleador. (Sentencia de Mayo 26 de 1999,
expediente 11.158 Corte Suprema de Justicia), las demás sentencias que
conocemos reconocen claramente la responsabilidad de los empleadores y
ordenan el pago de indemnizaciones, cuando existe culpa suficientemente
comprobada del empleador, operando eso sí todas las causales de exoneración
pertinentes, tales como culpa de la víctima, el hecho de un tercero, la fuerza mayor
y el caso fortuito, pero podemos ir más allá, porque aún la diligencia y cuidado
puede llegar a exonerar, de acuerdo con la concepción que tengamos sobre la
culpa del empleador, es decir que sostengamos que se trate de culpa probada o
culpa presunta.

Las indemnizaciones son costosas y hacen perentorio a los empleadores tener


coberturas de seguro de responsabilidad civil, en atención a que el desarrollo
mismo del sistema de Riesgos, hace que se fomente la reclamación y el
conocimiento de las personas sobre el sistema y por lo tanto las demandas por
responsabilidad plena, demandas que entratandose de daños personales harán de
las derivadas de accidentes de trabajo, las que más evolución causen a la
responsabilidad civil, en temas como el prejuicio fisiológico, el daño estético,
alteración de las condiciones de existencia y el mismo perjuicio moral tradicional.

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Del derecho comparado

En el mundo dos grandes sistemas establecen compensaciones económicas para


el evento de daños personales, La Responsabilidad Civil y La Seguridad Social y
dentro de estos sistemas el mundo enfrenta tres grandes fuentes generadoras de
indemnizaciones, son ellas:

 La responsabilidad por productos.


 El medio ambiente.
 Los riesgos laborales.

Sorprende que sean los riesgos laborales una de las grandes fuentes de
responsabilidad civil, pero vale la pena mencionar el potencial de reclamaciones, si
tenemos en cuenta que se habla de más de doscientos cincuenta millones de
trabajadores expuestos solamente en Francia, Inglaterra, España, la gran mayoría
de países de Europa Oriental y Asia, incluidos Japón, China y toda Sudamérica.

Suena extraño, toda vez que en muchos sistemas del mundo las contingencias
derivadas del accidente de trabajo y la enfermedad profesional, han sido asumidas
íntegramente por la seguridad social, sin que pueda la víctima o sus beneficiarios
perseguir prestaciones indemnizatorias adicionales.

Pero se ha dicho erróneamente que la responsabilidad civil patronal no existe en


Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Canadá, México y algunos países del sur del
Africa, todo porque allí no existe una reglamentación expresa para el tema, pero
ello no es cierto, en la medida que aquellas legislaciones establecen una
responsabilidad inequívoca frente al dolo, hecho que restringe sobremanera el
campo de la responsabilidad civil, alimentada en gran medida por los juicios de
culpa en abstracto y no por el dolo, pero que debemos decir de todas maneras que
hace existente la responsabilidad civil patronal en estas legislaciones, reiterando
eso sí que en estos países la gran mayoría de las contingencias son asumidas por
la seguridad social.

Es necesario hacer otra aclaración en la medida que no en todos los países se


entiende por dolo la intención positiva de causar daño, en algunos como los
Estados Unidos el dolo incluye lo que conocemos como dolo eventual que es más
parecido a la culpa grave que al concepto nuestro de dolo y en Bélgica, donde
derivan el dolo de las actividades que el patrono ha realizado evidenciando el
riesgo (Art. 51 Ley de Enfermedades Profesionales Belga).

Así las cosas nuestro País sigue la tendencia jurisprudencial de corte Francés de
responsabilidad civil patronal, adicional a coberturas de aseguramiento social.

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De las consecuencias del incumplimiento de las obligaciones derivadas del
contrato laboral

Tenemos en primer lugar que los empleadores obrando son sujetos de acciones de
responsabilidad civil derivadas de los accidentes de trabajo y las enfermedades
profesionales que sean consecuencia directa del trabajo, ello en adición a las
prestaciones que pague el Sistema de Riesgos, al que obligatoriamente debe estar
afiliado, tal como lo dispone el artículo 13 del Decreto 1295 de 1994.

En segundo lugar debemos decir que las demandas que se deriven de la


responsabilidad civil serán mediante una acción dirigida al Juez Laboral, donde
estaremos en presencia de una responsabilidad contractual que algunos
denominan ser originada en una obligación de medio, toda vez que corresponde
demostrar la culpa del empleador en virtud de lo dispuesto en el Artículo 216 del
Código Sustantivo del Trabajo, advirtiendo que reiterada jurisprudencia de la Corte
Suprema sostiene lo contrario, al presumir la culpa del empleador.

Adicionalmente en el evento de demandar el incumplimiento del empleador por no


hacer los aportes, allí estaremos ante una obligación de resultado, que estaba
radicada en cabeza de la Administradora de Riesgos y por la que tendrá que
responder el empleador, tal como lo habíamos dicho, estas pretensiones son a
nuestro juicio acumulables y el manejo de la prueba determinará si se presenta una
declaración de condena frente a una o frente a ambas.

Las sanciones al empleador por no estar afiliados al Sistema de Seguridad Social,


implican además de tener que asumir a su propio costo las contingencias que se
deriven de tal acto, algunas sanciones de carácter administrativo que se
representan en onerosas multas, lo anterior de conformidad con el Artículo 161 de
la Ley 100 de 1993 y 91 del Decreto Ley 1295 de 1994.

Una breve descripción de las sanciones que impone la Ley las podemos enunciar
de la siguiente manera:

En el caso de pensiones es obligación del empleador hacer las respectivas


retenciones de aportes para, tanto en la proporción del empleador, como de retener
lo que corresponde al empleado, no hacerlo, o hacerlo con salarios inferiores
acarrea sanciones de diversa naturaleza, si no se hacen las respectivas
deducciones, ello faculta al empleado para demandar del empleador el pago, y si lo
hace por valores inferiores será a su cargo la diferencia, ello sin perjuicio de
acciones de carácter penal, como recientemente lo expresó la Corte Constitucional.

En el caso de salud, el impedir la afiliación a una EPS acarrean multas del


Ministerio que van de uno a cincuenta salarios mínimos, y no pagar los aportes
implica que el empleador sea responsable de la contingencia de salud con cargo a
sus propios recursos.

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En Riesgos Profesionales, la no-afiliación, o la afiliación con salario diferente
acarrea para el empleador la obligación de pagar todas las prestaciones que
contempla el sistema, además de grandes multas por el incumplimiento que van
hasta los quinientos salarios mínimos.

Pero hablando de las consecuencias que tiene para el empleador el incumplimiento


de las responsabilidades de la Seguridad Social, tal vez el órgano que en mayor
medida se ha referido al tema es la Corte Constitucional, que en infinidad de
sentencias donde se destacan cerca de 20 ha impuesto grandes sanciones al
incumplimiento de estas obligaciones, nos referiremos a algunas:

Sentencias T-093/97; T-166/97; T-202/97; T-229/97; T-295/97; T-143/98;SU-562/99

En ellas destacamos lo siguiente:

 Cuando no se encuentra afiliado el empleado al sistema, sirve la tutela como


mecanismo transitorio para ordenar la afiliación, pero no para reclamar
prestaciones económicas.
 Se deben prestar servicios de salud al afiliado y sus beneficiarios y ordenar a la
EPS que realice las gestiones de cobro pertinentes.
 Ordena al empleador a pagar de inmediato aportes a Seguridad Social
atrasados.
 Por los períodos de carencia en salud debe responder el empleador.
 En caso de evasión de aportes se ordena dar traslado a la Fiscalía para que
investigue lo de su competencia.

Finalmente queda expresar en este sentido que las autoridades ejecutivas y


legislativas del país han expedido varias relativas a evitar la evasión en el sistema.

De la contratación de temporales y subcontratistas frente a la responsabilidad


civil y la seguridad social

La contratación de personal externo, cada vez más en boga en nuestro País está
acarreando una serie de acciones de responsabilidad civil y de consecuencias en
la Seguridad Social, que es necesario precisar.

En el caso de contratación de personal temporal, es decir cuando nos referimos a


personas contratadas para labores ocasionales, accidentales o transitorias,
reemplazos de vacaciones, licencias o incapacidades, tal como lo establece el
Artículo 77 de la Ley 50 de 1990, debemos decir que la empresa usuaria tiene una
serie de obligaciones más allá de la cancelación o pago de los servicios a la

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empresa temporal, obligaciones que comprometen su responsabilidad civil y sus
recursos en varios aspectos.

El Artículo 78 de la Ley 50/90 estableció que frente a la Salud Ocupacional y la


Seguridad Industrial la empresa de servicios temporales es responsable de los
trabajadores que envía en misión, pero este concepto ha sido decantado por la
Jurisprudencia estableciendo:

“En el evento de que un trabajador en misión sufra un infortunio profesional por


culpa del usuario, bien sea por haber incumplido éste los compromisos adquiridos
con la empresa de servicios temporales en punto a seguridad industrial o debido a
una imprevisión injustificada, la culpa se transfiere a la EST en tanto delegante del
poder de subordinación pero exclusiva en la carga patronal, sin perjuicio del
derecho de ella a repetir o reclamar al usuario los perjuicios por el incumplimiento
contractual si éste se presenta”( Sentencia de Abril 24 de 1997, Corte Suprema de
Justicia.

La posición anterior es reiterada en la Corte, sentencia de Abril 15 de 1998 y así


mismo por algunos Tribunales.

Debemos concluir que cuando se utiliza el recurso temporal, si bien la seguridad


industrial es responsabilidad de la empresa de servicios temporales, ella puede
buscar la repetición de la empresa usuaria.

En el caso de los contratistas la situación si es mucho más clara, aunque no menos


difícil para los empleadores, al respecto el Artículo 34 del Código Sustantivo del
Trabajo, vale decir apoyado en abundante Jurisprudencia, dispone que las
personas naturales o jurídicas que contraten servicios serán solidariamente
responsables con el contratista de los salarios, indemnizaciones y prestaciones que
tenga el contratista con sus empleados, a menos que se trate de labores extrañas
o ajenas a su negocio, así mismo será solidariamente responsable frente a los
subcontratistas del contratista aunque no hubiera autorización para contratarlos.

Quien pretenda una indemnización de responsabilidad derivada de un accidente de


trabajo, deberá probar:

 El contrato de trabajo celebrado entre él y el contratista independiente.


 El contrato que exista entre el contratista y el beneficiario del que pretenda la
indemnización.
 La relación entre las actividades del contratista y el beneficiario.
 Por supuesto la responsabilidad en el hecho dañoso.

A nuestro juicio esta construcción jurídica no es aplicable a las empresas de


servicios especializados de las que habla el Artículo 94 de la Ley 50/90, donde no

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existe relación entre la actividad de la usuaria y la del contratista, Vgr: Empresas de
vigilancia, servicios de cafetería, etc. y de la misma manera a los contratos de
prestación de servicios conocidos como Outsourcing, toda vez que la finalidad de
ellos, según explican los tratadistas se refieren a la delegación de funciones que no
hacen parte de la esencia del negocio, a terceros especializados.

De la cobertura en accidentes de tránsito de origen profesional

En síntesis son muy grandes y onerosas las cargas que representan para los
empleadores, el no cumplir con las normas sobre aseguramiento social y de la
misma manera el no trabajar en temas de prevención, así como no establecer
relaciones claras en la contratación de personal, encontrando en cada uno de esto
puntos consecuencias de tal magnitud que impliquen tal vez la desaparición de una
Compañía ante la imposibilidad de cumplir con sentencias judiciales y decisiones
administrativas adversas.

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