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TEORIA GENERAL DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO

NOCION. CONCEPTO AMPLIO Y RESTRINGIDO


Instrumentos de representación y movilización de la riqueza, aportando la certeza, rapidez y
seguridad que requiere el tráfico mercantil de nuestros días.
Evoca un documento que no sólo acredita la existencia y contenido de un derecho, sino
que lo constituye y sirve para su transferencia. Por ello es que se dice que estos
documentos incorporan o materializan un derecho en su texto.

- Concepto Restringido: documento transferible cuya posesión es necesaria para ejercer


el derecho literal y autónomo que en él se representa. Afirmado por la doctrina italiana y
acogido por las reglas del Código Civil italiano de 1942.

- La Noción Amplia de título de crédito alude a los documentos cuya tenencia es


necesaria para ejercer el derecho representado en el documento, independientemente de
que el documento sea o no también necesario para la transferencia de dicho derecho.
Doctrina Alemana.

TÍTULO DE CRÉDITO como forma de circulación: Al incorporar en su contenido una


prestación que puede exigirse al obligado a su vencimiento, constituye un vehículo
privilegiado de circulación.
En efecto, en cuanto a su contenido puede ser: representativo de dinero, de mercaderías o
de participación social.

- En el título de crédito representativo de dinero, la prestación consiste precisamente


en pagar una suma de dinero a su vencimiento. Permite, en consecuencia, realizar actos
de cambio o tráfico mercantil sin moneda, llegando así, en cierta forma, a sustituirla.
Además, como la circulación se realiza con un documento que contiene una promesa de
pago diferido, se posterga con ello la exigibilidad de la deuda, realizándose, en esta
forma, la función de crédito .A su turno, como esta promesa de pago diferido está
contenida en un documento, puede circular, como la moneda, mediante la circulación del
título que la contiene.

- En el título representativo de mercaderías la prestación contenida en el documento


permite exigir al obligado la entrega de determinados bienes. Entre los títulos de esta
clase figuran: la carta de porte, el conocimiento de embarque, los certificados warrants.
Lo importante es que estos títulos permiten, mediante la transferencia del documento,
transferir las mercaderías, sin que sea necesaria la tradición material de las mismas, sin
desplazamiento físico de ellas.
- Los títulos de participación social son aquellos que reconocen determinados derechos,
ya sea de asociado o de acreedor, de la entidad que los emite. Mediante el título el
poseedor puede ejercer los derechos que éste le confiere, pero puede también cederlo, con
lo cual transfiere su cuota social o parte de interés social, su derecho de usar
conjuntamente de los bienes sociales y otras prerrogativas de orden institucional o
pecuniario que comporta la calidad de socio. De esta suerte también se facilita, en este
plano, la circulación.

DEFINICIÓN

Documentos que llevan incorporado un derecho literal y autónomo que se puede ejercer
por el portador legítimo contra el deudor a la fecha de su vencimiento.

El documento es necesario para dar origen al derecho, para su conservación y


disposición. “Sin él no es posible hacer efectivo el derecho contra el obligado, ni
transmitirlo a un tercero, ni darlo en garantía.” Por lo mismo, toda operación relativa al
derecho deberá consignarse en el título para que produzca sus efectos. El derecho
consignado en el título de crédito, llamado “derecho documental”, no vive por sí solo,
porque desde el momento en que se produce su consagración en el instrumento, irá
ligado a él dondequiera que éste vaya,
En consecuencia, la posesión del documento decide de modo soberano la titularidad del
derecho en él consignado. La posesión del instrumento titula, funda y legitima la posesión
del derecho. “Poseo el derecho porque poseo el documento.”

En este sentido el título de crédito presenta situaciones en las cuales la conexión entre el
documento y la relación jurídica es no sólo originaria sino permanente. En estos casos; no
sólo no nace el derecho si la declaración de voluntad que le dio origen no se consigna en un
documento, sino que el documento y el derecho subsisten compenetrados, de tal manera
que el instrumento es condición necesaria y suficiente para atribuir el derecho.

Esa compenetración del derecho en el título, esta objetivación de la relación jurídica en el


papel, es el fenómeno que en doctrina se conoce como incorporación, rasgo característico
de los títulos de crédito. La incorporación, consiste en el consorcio indisoluble del título
con el derecho que representa.

ESTRUCTURA. Se distingue:

–El documento en cuanto soporte material (bien mueble), y


–La relación obligacional en él representada que constituye su contenido económico
A pesar de esta compenetración entre el documento y la relación obligacional en él
representada, los elementos del título de crédito son autónomos.

SUSTRATO MATERIAL:
- COSA MUEBLE: El título de crédito es una cosa mueble. No cabe duda que pertenece a
la categoría jurídica de los bienes muebles debido a su materialidad de instrumento
documental (papel). Como tal puede ser objeto de relaciones reales: tenencia, posesión,
propiedad, usufructo, puede reivindicarse, como lo reconoce el artículo 82 de la Ley de
Quiebras.
Este bien mueble que es el título de crédito se sujeta a un régimen específico que atiende
a una serie de connotaciones propias de los títulos de crédito, entre las cuales se puede
señalar que prevalece el valor intrínseco o representativo por sobre el valor extrínseco,
que es nulo; el intercambio mutuo de características propias que opera entre los
elementos estructurales del título de crédito no aparece en las cosas muebles por
naturaleza; la simplificación de las formalidades en la transferencia del título que
habilitan al adquirente para ejercer los derechos.

El fundamento de esta falta de identidad absoluta entre el título de crédito cosa mueble y las
cosas muebles por naturaleza radica en que el primero está estructurado para circular, esto
es, para facilitar el desplazamiento del crédito de portador en portador

- DOCUMENTO: Desde el punto de vista material, el título de crédito es un documento.


En este instrumento escrito el sujeto firmante ha incorporado representativamente una
declaración de voluntad con contenido económico. Para el derecho tal instrumento es
considerado un documento en cuanto acredita la existencia de un hecho que puede producir
consecuencias jurídicas. De esta suerte, el valor jurídico del documento está representado
por su aptitud probatoria. Con todo, además de esa función probatoria, el título de crédito
juega un rol constitutivo, Además de la función probatoria (acreditar un hecho), constitutiva
(el documento es esencial para que nazca la obligación), el título de crédito tiene una
función dispositiva, en el sentido de que el instrumento es necesario para disponer del
derecho a que él se refiere.

DECLARACIÓN DOCUMENTAL: El título de crédito contiene una declaración


documental con valor económico. La declaración documental puede estudiarse como
fuente de obligación y como representación documental.

- COMO FUENTE DE OBLIGACIONES: se trata de una declaración unilateral que da


nacimiento a un vínculo jurídico obligacional. La promesa unilateral contenida en el
documento tiene las siguientes características:
a) No recepticia: No depende de la voluntad del sujeto a quien se dirige
b) Incondicionada: su exigibilidad no está sujeta a contraprestación por parte de quien
favorece
c) Irrevocable: Una vez formulada el declarante no puede revocarla.
d) Vinculante: Obliga a cumplir la prestación correspondiente

- REPRESENTACIÓN DOCUMENTAL: Contiene un vínculo representado que tiene


la naturaleza de un crédito, esto es, un derecho a exigir una prestación con contenido
económico, como: pagar una suma de dinero, entregar ciertas mercaderías, disponer
de ciertos derechos o prerrogativas. Los elementos del derecho representado
jurídicamente considerados son una deuda y un crédito.

El documento es una cosa representativa de un hecho, por lo general de una declaración.


El título de crédito es un documento representativo de un derecho de crédito.

* Concepto de legitimación. Consiste en “la propiedad que tiene el título de crédito de


facultar a quien lo posee, según la ley de su circulación, para exigir del suscriptor el pago
de la prestación consignada en el título y de autorizar al segundo para pagar válidamente
su obligación, cumpliéndola en favor del primero”.

El acreedor se legitima exhibiendo el título; si carece de él por cualquier causa, nada


podrá hacer para legitimarse aunque realmente sea propietario del título y aunque por
otros medios pudiera demostrar plenamente su carácter de tal y el hecho de la pérdida de
la posesión.

Por sí misma, la legitimación que se obtiene mediante un título de crédito no afirma la


titularidad del derecho (más bien hace abstracción de ella); pero siempre hace posible su
ejercicio.

CÓMO OPERA LA LEGITIMACION:

-TÍTULOS NOMINATIVOS: Aquellos que se expiden en favor de una persona


determinada, la legitimación produce sus efectos cuando el propietario los ha adquirido
mediante su ley de circulación, esto es, cumpliendo con el mecanismo de la cesión, ya sea
contando con la aprobación del deudor cedido o mediante su notificación.

- TÍTULOS A LA ORDEN: aquellos en los que se consigna una obligación contraída a la


orden de una persona determinada, es necesario distinguir dos situaciones para saber cómo
opera la legitimación.
En primer lugar, es propietario del título, y por tanto legitimado, el beneficiario del mismo,
o sea el que como tal figura en el texto del documento, y,
en segundo lugar, se considera propietaria a la persona que justifique su derecho mediante
una serie no interrumpida de endosos, que constituyen la forma como ellos circulan.
En el primer caso el título no ha circulado, en tanto que en el segundo ha entrado ya en
circulación. El poseedor de un título a la orden que lo presenta a su cobro sin que haya
sido endosado, no sólo prueba que está legitimado, sino que acredita además que es
propietario del mismo. En cambio, el tenedor que lo presenta al cobro habiéndolo
adquirido no directamente del suscriptor sino de algún endosante, no demuestra con ello su
derecho de propiedad sobre el título, sino que acredita solamente su derecho a cobrar del
deudor la prestación respectiva, comprobando que es aquella persona cuyo nombre cierra
la cadena de endosos que figuran en el documento. El suscriptor debe reputarlo dueño y
tiene derecho a hacerlo, por cuanto si cumple la obligación respecto de él queda
definitivamente liberado. Este es el significado pleno de la legitimación.

- TÍTULOS AL PORTADOR: aquellos documentos que, sin tener la designación del


acreedor, permiten al que los presente exigir la prestación en ellos contenida, su cesión se
hace entregando el título, con lo cual la legitimación se simplifica en grado sumo.

PROPIEDAD/ TITULARIDAD
Lo normal es que la legitimación, la propiedad y la titularidad sean lo mismo o que se
radiquen en una misma persona.
Propiedad es un concepto de señorío, es la plenitud de las potestades que se pueden
ejercer sobre una cosa determinada.
La titularidad, en cambio, se ubica en el ámbito de las relaciones personales entre
acreedor y deudor. En virtud de ella el sujeto activo tiene derecho a exigir la prestación del
sujeto pasivo. El titular es el acreedor del vínculo obligacional.

CARACTERÍSTICAS DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO

ESENCIALES Y COMUNES: Es la característica esencial del documento, que hace


imprescindible tener el título para contar y poder disponer del derecho documental
representado en él.

- NECESARIEDAD: El hecho de que la declaración documental esté conectada


indisolublemente al documento, justifica esta relación de necesariedad entre ambos, de tal
suerte que el portador debe contar con el documento para ejercer el derecho. El derecho
documental sólo puede nacer, existir y ser ejercido por el legítimo portador del documento.
Debido al carácter necesario del documento, el acreedor no puede suplir con otro
instrumento jurídico la carencia de posesión del título para disponer del derecho.
Es asimismo la característica necesariedad la que legitima al deudor para negarse a cumplir
la obligación si el requirente no le ofrece la entrega o restitución del documento.

- LITERALIDAD: Documentos literales, en el sentido de que su contenido, extensión y


modalidades dependen exclusivamente del tenor del título. Es decisivo, en consecuencia, el
elemento objetivo de la escritura. Cualquier modificación, disminución o mutación debe
resultar de los términos textuales del título.
El fundamento del carácter literal es la naturaleza documental que adquiere el derecho al
ser representado en el título de crédito.

EFECTOS DE LA LITERALIDAD:
- El acreedor no puede exigir ni percibir más de lo expresado en el título;
- El deudor no puede valerse de elementos jurídicos extraños que no estén literalizados en
el documento;
- El carácter literal supone una carga de atención para las personas que intervienen en
el documento, pues cada cual debe atenerse a lo escrito en el título para determinar sus
derechos y obligaciones. Cualquiera de los sujetos intervinientes que no cumpla esta
carga de atención verá perjudicados sus intereses, por falta de diligencia que se exige
en el sistema regulador de los derechos y obligaciones cambiarias;
- La literalidad contribuye a dar certeza, rapidez y seguridad a los títulos de crédito. Así
el deudor que abona exige la literalización de este abono en el documento;
- La literalidad adquiere su mayor expresión o significado cuando el documento circula
frente al portador de buena fe, por el hecho de que este último sólo cuenta al recibir el
título con lo expresado literalmente en su texto. Así, el deudor deberá cumplir la prestación
según lo contenido en el título, sin tener ninguna posibilidad de enervar la pretensión del
acreedor con otro documento extraño al título;

- AUTONOMIA: El derecho nace nuevo en el adquirente al recibir el documento según su


ley de circulación. El nuevo titular no es sucesor del sujeto que le transfirió el título de
crédito, sino que lo adquirió en forma originaria. El portador ejerce, en consecuencia, un
derecho propio, distinto e independiente de las relaciones jurídicas existentes entre los
anteriores poseedores del título y el deudor.
Cualquiera sea la situación de los sujetos en la transmisión, legítima o ilegítima, cumplen
una función instrumental que permite al último poseedor vincularse en forma directa con el
deudor por medio del documento. Tal es la justificación lógica de la adquisición originaria
del derecho y por consiguiente el fundamento del principio de la autonomía en los títulos de
crédito.
La consecuencia más importante del carácter autónomo de los títulos de crédito es que
durante la circulación del derecho incorporado no se produce la acumulación de vicios o
defectos que pudieran derivarse de cada transferencia, originando excepciones de carácter
personal. Cada sujeto que transfiere asume una relación jurídica independiente de los
demás, por lo que se puede afirmar que la función que cumple, al tiempo del vencimiento
del título, es simplemente instrumental y consiste en relacionar al deudor con el portador
legítimo del documento.

CÓMO OPERA AUTONOMIA:


- ACTIVO: significa para el titular del crédito la imposibilidad de acumular excepciones
personales.
- PASIVO: Implica la total y absoluta independencia de las obligaciones cambiarias
asumidas por cada uno de los sujetos firmantes del título. En la práctica, el portador
legitimado, que adquiere el título según su ley de circulación, puede exigir su pago de
cualquiera de los firmantes obligados, no importando que las firmas intermedias hayan sido
efectuadas por incapaces, por personas inexistentes o por mandatarios que actúen fuera de
su poder. Tales circunstancias que afectan a uno o varios firmantes no obstan a la validez
de las firmas restantes y, por ende, a sus respectivas obligaciones, permitiendo exigir su
cumplimiento independientemente de las demás obligaciones. Así se establece en los
artículos 7º y 8º de la Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré.

PARTICULARES ALGUNOS TÍTULOS DE CRÉDITO:


- ABSTRACCIÓN:
- FORMALIDAD

Concepto de título de crédito abstracto Aquel documento cambiario que, por estar
desvinculado de su causa, no menciona la relación fundamental, y, en caso de hacerlo, ello
resulta irrelevante.

Por la característica de la autonomía, se considera que el actual portador se ha vinculado


directamente con el deudor primitivo, por lo que se prescinde de las relaciones subjetivas
ocurridas entre los tenedores intermedios.
Mientras que en virtud de la característica abstracción, el deudor requerido de pago por el
portador de buena fe debe prescindir objetivamente del negocio fundamental que originó la
creación del título de crédito.

CARACTERISTICAS FORMALIDAD DE TITULOS ABSTRACTOS


Los títulos de crédito abstractos son completos, en cuanto a que las relaciones cambiarias
quedan determinadas por su contenido literal, sometido en algunos casos al cumplimiento
de ciertos requisitos formales (artículo 1º de la Ley Nº 18.092).
Los títulos de crédito abstractos, formales, se oponen a los títulos de crédito causales, que
son aquellos que pueden mencionar en su texto la causa o relación subyacente que motivó
su emisión.

ADQUISICIÓN Y EXTINCIÓN DE LOS DERECHOS SOBRE EL TÍTULO Y DE


LOS DERECHOS EMERGENTES DEL DOCUMENTO.

Los derechos sobre el título pueden adquirirse originalmente por apropiación, usurpación,
expropiación, etc. En forma derivada, pueden adquirirse esos derechos por cesión o
endoso, lo que supone un tradente y un adquirente.

La relación real sobre el título puede extinguirse en forma absoluta o relativa.


Hay extinción absoluta por destrucción accidental del título, por destrucción voluntaria
del mismo y cuando la destrucción es coetánea con la extinción de la obligación
documental.
La extinción es relativa en caso de pérdida, robo o hurto o extravío, porque mediante
decreto judicial se “desincorpora” la prestación que el documento llevaba prendida. Esta
misma extinción se origina en caso de fraccionamiento de un título en varios otros, y en el
evento de convención de varios títulos, en un solo documento.

Los derechos emergentes del título nacen nuevos en su integridad. Se establece una
relación directa y personal entre el portador y el deudor, aun cuando existan intermediarios
en la circulación del documento. Por tratarse de una adquisición originaria de los derechos
emergentes del título, no se pueden oponer excepciones personales al portador del
documento. Nada impide que los derechos emergentes puedan adquirirse en forma
derivada por alguno de los modos del derecho común.

Los derechos conectados indisolublemente al documento se extinguen por pago, novación,


confusión, renuncia o remisión y prescripción. Todos estos modos deben ir acompañados
de la destrucción material del documento, debido a la preeminencia que éste tiene sobre la
relación documental.

CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO

1. Títulos de pago, representativos de mercaderías y de participación social.


Atendiendo al contenido del documento, o lo que es lo mismo al objeto de la presentación,
se distinguen tres grandes categorías de títulos de crédito:
- Título de pago o efecto de comercio: Si el título de crédito obliga al deudor a una
presentación consistente en pagar una suma de dinero. Pertenecen a esta categoría de
títulos: la letra de cambio, el pagaré a la orden, el cheque, la carta orden de crédito y la
libranza.

- Título representativo de mercaderías: Incorpora el derecho de disposición sobre


determinadas cosas materiales. Forman parte de esta especie de títulos: los certificados o
vales de depósito en almacenes generales (warrants), las cartas de porte, los
conocimientos de embarque, las facturas, etc.
La posesión del título equivale a la posesión de las mercaderías en él especificadas y, en
consecuencia, transfiriendo el documento se transfieren también las cosas. De esta suerte,
la circulación material de las mercaderías (tradición de las mismas) se reemplaza
ventajosamente por la circulación del título.

- Títulos de participación social: Conjunto de derechos de diversa naturaleza inherentes a


la calidad de socio de la entidad que lo emite o a la condición de acreedores de la misma.
En ellos los caracteres del título de crédito que hemos estudiado se encuentran un tanto
debilitados e incluso la denominación común de títulos de crédito respecto de ellos no es
muy adecuada, por lo que se estima preferible denominarlos “títulos-valores” o “valores
mobiliarios”, como se les llama en nuestro medio, expresión que es más amplia y
comprensiva del término “valor”.
Son valores mobiliarios los títulos emitidos por las sociedades anónimas: las acciones, que
confieren a su titular el carácter de asociado y un conjunto de derechos inherentes a esta
calidad; los bonos o debentures, emitidos también por las sociedades anónimas, que
convierten a su portador en acreedor de la sociedad emisora; los pagarés emitidos por
instituciones públicas, como los de la Tesorería General de la República, los del Banco
Central de Chile, los de la Caja Central de Ahorros y Préstamos, etcétera.

2. Títulos al portador, a la orden y nominativos. Atendiendo a la forma como el título se


emite, determina con mayor o menor precisión la persona del beneficiario del derecho
documental, al mismo tiempo que es la base para determinar su ley de circulación y, por
ende, la forma como se legitima el poseedor del mismo.
Toma en cuenta los requisitos que deben considerarse para que los portadores queden
legitimados y puedan ejercer los derechos documentales..

- Títulos al portador. Son aquellos que se emiten sin mencionar en su texto al beneficiario
o que apareciendo éste se les adiciona la cláusula “al portador”. Los títulos al portador son
los que más se identifican con las cosas muebles y respecto de la incorporación del derecho
en el documento, podemos señalar que ella aparece realizada íntegramente. Tal
identificación con las cosas muebles es el fundamento de la circulación de los títulos al
portador que debe efectuarse por la entrega del documento. Es preciso enfatizar, en esta
clase de títulos, la innegable preeminencia que existe del documento sobre el derecho.

Por tratarse de título-cosa, la simple tradición del documento es suficiente para


quedar legitimado en el ejercicio del derecho. Los requisitos de legitimación de un
título al portador son, en consecuencia:

–Posesión del título;


–Presentación al sujeto requerido de pago.

Los títulos al portador no son susceptibles de reivindicación. En efecto, la posibilidad de


ejercer la acción reivindicatoria se dificulta porque frente al interés del que ha perdido
involuntariamente la posesión, por hurto, robo o extravío, están los derechos del poseedor
de buena fe que lo adquirió según su ley de circulación. Además, hay un interés indirecto
representado por la seguridad y confianza que deben informar los negocios mercantiles.
Ante esta pugna de intereses se prefiere el derecho del nuevo portador de buena fe del título

- Títulos a la orden. Son los que, concebidos en forma esencial a nombre de determinada
persona, facultan a ésta, de modo expreso o implícito, a transmitirlo sin intervención del
deudor. Es fundamental destacar el carácter facultativo que tiene la transmisión del
documento, de tal modo que, si no circula mediante endoso, siempre sigue siendo un título
de crédito.

No existen fórmulas sacramentales para concebir esta clase de títulos. Cuando el


documento lleva las palabras “a la orden”, se deja constancia en forma explícita que se
trata de esta clase de títulos. En cambio, se hace constar en forma implícita este carácter
cuando en la redacción del documento se incluye una denominación que tácitamente
comprende la cláusula “a la orden”.

Los títulos a la orden circulan mediante endoso, que es una declaración


documental literalizada al dorso del instrumento, con la firma de quien la otorga.
El endoso es traslaticio, legitimante y vinculatorio.

El portador de un título a la orden, para ejercer los derechos documentales, debe


acreditar su legitimación activa por los siguientes actos:
–Posesión del documento;
–Exhibición del mismo al requerido;
–Cadena ininterrumpida y regular de endosos.
La referida continuidad de los endosos supone la regularidad formal del sistema
documental. Basta que ella sea formal y externa para que el título circule válidamente y
puedan hacerse valer los derechos en él contenidos, sin que ella resulte afectada por
endosos en blanco o extendidos por incapaces o por mandatarios fuera de los límites de
sus poderes.

También se exige como requisito legitimante la identificación personal del portador. Este
requisito debe probarlo el portador y si no cumple con él no puede ejercer los derechos del
título. El deudor tiene la carga pasiva de comprobar la concurrencia de los otros requisitos
para que su pago sea liberatorio.

- Títulos nominativos. Son los documentos que se giran a favor de determinado sujeto y
tanto su emisión como sus sucesivas trasmisiones deben inscribirse en el registro del
emisor. Estos títulos no son completos en su literalidad, porque no puede prescindirse del
registro del emisor. El creador del documento ha querido mantener el control del nombre
del tenedor y con ese propósito los emite a un nombre individual.

Los títulos que se emiten nominativamente son las acciones, los bonos o debentures. En
algunos casos la carta de porte, el conocimiento de embarque y los certificados warrants
se emiten en forma nominativa. Los requisitos de legitimación de esta clase de títulos
son los siguientes:
–Posesión del título;
–Presentación al deudor;
–Cadena de traspasos y registro de los traspasos en el registro del emisor del título;
–Identificación del portador.

Se denomina transfert el hecho de registrar las transmisiones del título nominativo en el


registro del emisor. Este acto es una carga sustancial o una conducta debidamente fundada
en la voluntad expresada por el emisor del título al crearlo en esta forma. El transfert es
un requisito para la legitimación activa del titular. En el caso de las acciones de
sociedades anónimas, que deben emitirse en forma nominativa, siendo títulos
esencialmente negociables, la Ley Nº 18.046 y su reglamento contienen las reglas
aplicables a los traspasos, en cuanto a sus formalidades y efectos. Asimismo se prohíbe el
establecimiento de cláusulas que limiten la libre negociabilidad de las acciones en las
sociedades anónimas abiertas.

3. Títulos públicos y privados; comerciales y civiles. Atendiendo a la persona que los


emite, los títulos de crédito pueden ser públicos o privados.
- Efectos públicos: Los títulos de crédito contra el Estado reconocidos como negociables;
los de los establecimientos públicos y empresas autorizadas para hacerlos circular, y los
emitidos por los gobiernos extranjeros, siempre que su negociación no esté prohibida (art.
68 del Código de Comercio).
- Los títulos de crédito privados: son aquellos emitidos por los particulares.

4. Civiles o Comerciales: Atendiendo al carácter civil o mercantil de la relación jurídica


que les da origen. Con todo, vale la pena señalar que, según lo previsto por el artículo 3º Nº
10 del Código de Comercio, en su texto actual fijado por la Ley Nº 18.092, las operaciones
sobre letras de cambio, pagarés, cheques y sobre documentos a la orden son comerciales,
cualesquiera sean su causa y objeto y las personas que en ellas intervengan. Se trata de una
mercantilidad formal que no da lugar a los actos mixtos o de doble carácter ni a la
aplicación del principio de lo accesorio. En su nuevo texto, la disposición se extiende a toda
clase de pagarés, no sólo a los girados a la orden como antes, a las operaciones sobre
cheques y sobre documentos a la orden. Al ser así, el campo de la comerciabilidad formal
se amplía notablemente, por lo que resulta que los títulos de crédito civiles vendrían ahora a
ser una excepción frente a los comerciales.

5. Títulos unitarios y múltiples. Esta agrupación se hace teniendo en cuenta la


posibilidad de fraccionar el documento. Son títulos unitarios los que no admiten
fraccionamiento, y múltiples, aquellos que sí lo posibilitan.

6. Finalmente, atendiendo a la forma de emisión, los títulos pueden emitirse masiva o


individualmente; ejemplos: acciones y bonos, en el primer caso, y cheques, en el
segundo.

7. Títulos causales y abstractos. Atendiendo a los efectos que la causa tiene en la vida
del título, pueden clasificarse en causales y abstractos.

- Son títulos de crédito causales: Aquellos en los cuales se menciona expresamente la causa
en el documento y ella se mantiene unida al mismo en todos los aspectos jurídicos.
Ejemplo: las acciones de sociedades anónimas. La indicación del nombre de la sociedad
emisora y sus formalidades de creación constituyen la expresión de la causa de los títulos
de crédito llamados acciones. Por el hecho de mencionar la causa y vincularse
constantemente a ella, estos títulos son incompletos, en el sentido de que no se bastan a sí
mismos para determinar el contenido, las modalidades y el alcance del derecho que en ellos
se representa, por lo que se precisa recurrir a la relación subyacente que constituye su
causa.

- Los títulos de crédito abstractos: Aquellos que no mencionan en su texto la causa o


mencionándola esta indicación carece de efecto jurídico. La causa está desvinculada del
título abstracto y, por tal razón, no tiene ninguna relevancia en su creación, circulación y
ejecución. La letra de cambio es el ejemplo por excelencia de esta clase de títulos. La causa
fin no es necesaria, porque basta la existencia de la causa fuente o causa inmediata,
consistente en la declaración unilateral de voluntad a la que la ley le concede el efecto de
generar la obligación que se incorpora en el título y que se exterioriza a través de la
suscripción del documento, generalmente mediante la firma autógrafa del obligado.

8. Títulos con soporte material cartáceo y títulos informáticos o de representación


electrónica. El título de crédito se compone de un sustrato material, cosa mueble,
documento, y una declaración de contenido obligacional incorporada en dicho soporte. Así
nacieron los títulos de crédito que ahora denominamos con soporte material cartáceo, para
distinguirlos de la nueva categoría que ha surgido en los últimos tiempos, en la cual el
soporte material se sustituye por una anotación en cuenta que se anota en un registro
informático o electrónico.

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