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La relación jurídica entre el Estado y los miembros de seguridad pública,

en específico los policías ¿debe ser de carácter administrativo o laboral a


luz de la protección de los derechos humanos?

Mtro. Leobardo López Morales

Introducción

Para nadie es un secreto que en México se viven tiempos muy complicados por
cuanto se refiere a la seguridad de las personas; el incremento de los hechos
violentos ha causado un clima de paranoia en la población, más aún por
aquellos perpetrados con bastante crueldad con participación del llamado
crimen organizado y más aún aquellos donde se sabe que tienen participación
los miembros de los cuerpos de seguridad pública.

Este ambiente, si se le puede llamar de zozobra o paranoia, se ha


agudizado cuando se da a conocer que efectivamente elementos de las
corporaciones policiacas están involucrados en hechos delictivos, ya sea que
forman parte de la delincuencia organizada o que actúan formando sus propios
grupos delictivos.

Esto último ha propiciado que a los miembros de los cuerpos de


seguridad pública, en especial a los policías, se les estigmatice y tache de
malos servidores públicos o incluso de corruptos. Los hechos y las estadísticas
no podrían desmentir tal aseveración, sin embargo más que justificar la
actuación de esos malos elementos, que afortunadamente son los menos,
también es justo hacer notar que no gozan de un régimen jurídico que les
brinde certeza jurídica, sobre todo por las actividades que desempeñan y a los
peligros a los que están expuestos.

De esta forma, el presente trabajo propone demostrar que incluso desde


la propio Constitución Federal se trastoca un derecho humano previsto en
instrumentos internacionales protectores de derechos humanos como es el de
la estabilidad en el empleo, previsto en el Protocolo de San Salvador,
2

instrumento adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en


materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Desarrollo y argumentación jurídica pertinente


El artículo 123 de la Constitución Federal, establece los principios generales
sobre cuales habrá de regularse el trabajo; en 19601, fue dividido en dos
apartados: el primero al que se denominó: “A”, para señalar los principios sobre
los cuales habrían de regularse las relaciones de trabajo en lo general y el “B”
para hacer lo propio pero por cuanto hace a relaciones de trabajo con los
servidores públicos.

En éste último apartado se introdujo la fracción XIII, que decía: “Los


militares, marinos y miembros de los cuerpos de seguridad pública, asícomo el
personal de servicio exterior se regirán por sus propias leyes;…”.

Es decir, con lo anterior se estableció un régimen de excepción por


cuanto hace a los policías, sin embargo en la realidad éstos fueron
considerados como cualquier otro servidor público, en términos de la respectiva
Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, pero obviamente con
reglamentaciones específicas dadas sus actividades relativas a la seguridad
pública. Esto es, gozaban de todas prestaciones y derechos como cualquier
otro trabajador al servicio del Estado.

Sin embargo, ese status que se tenía en la realidad comenzó a


modificarse cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió el
siguiente criterio jurisprudencial, cuyo rubro señala: “POLICIAS MUNICIPALES
Y JUDICIALES AL SERVICIO DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE MEXICO Y
DE SUS MUNICIPIOS. SU RELACION JURIDICA ES DE NATURALEZA
ADMINISTRATIVA”2.

Aunado a lo anterior debe agregarse la reforma a la fracción XIII del


apartado B del artículo 1233, para quedar de la siguiente forma:

1Reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 5 de diciembre de 1960.


2 Tesis: P./J. 24/95, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, t. II,
septiembre de 1995, página: 43.
3Reforma publica en el Diario Oficial de la Federación el 6 de marzo de 1999.
3

“Los miembros de las instituciones policiales de los municipios,


entidadesfederativas, del Distrito Federal, así como de la Federación, podrán
ser removidosde su cargo si no cumplen con los requisitos que las leyes
vigentes en el momento de la remoción señalen para permanecer en dichas
instituciones, sin que procedasu reinstalación o restitución, cualquiera que sea
el juicio o medio de defensa paracombatir la remoción y, en su caso, sólo
procederá la indemnización. La remociónde los demás servidores públicos a
que se refiere la presente fracción, se regirápor lo que dispongan los preceptos
legales aplicables”.

De esta forma el principio de estabilidad en el empleo quedó anulado


para los policías de los tres órdenes de gobierno, no obstante que el despido
haya sido injustificado.

Actualmente la fracción en comento se encuentra redactada en los


siguientes términos4:

“Los militares, marinos, personal del servicio exterior, agentes del


Ministerio Público, peritos y los miembros de las instituciones policiales, se
regirán por sus propias leyes.

Los agentes del Ministerio Público, los peritos y los miembros de las
instituciones policiales de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los
Municipios, podrán ser separados de sus cargos si no cumplen con los
requisitos que las leyes vigentes en el momento del acto señalen para
permanecer en dichas instituciones, o removidos por incurrir en responsabilidad
en el desempeño de sus funciones. Si la autoridad jurisdiccional resolviere que
la separación, remoción, baja, cese o cualquier otra forma de terminación del
servicio fue injustificada, el Estado sólo estará obligado a pagar la
indemnización y demás prestaciones a que tenga derecho, sin que en ningún
caso proceda su reincorporación al servicio, cualquiera que sea el resultado del
juicio o medio de defensa que se hubiere promovido.

Las autoridades del orden federal, estatal, del Distrito Federal y


municipal, a fin de propiciar el fortalecimiento del sistema de seguridad social

4Reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008.


4

del personal del Ministerio Público, de las corporaciones policiales y de los


servicios periciales, de sus familias y dependientes, instrumentarán sistemas
complementarios de seguridad social.

El Estado proporcionará a los miembros en el activo del Ejército, Fuerza


Aérea y Armada, las prestaciones a que se refiere el inciso f) de la fracción XI
de este apartado, en términos similares y a través del organismo encargado de
la seguridad social de los componentes de dichas instituciones”.

De lo expuesto hasta este punto, se desprende que el citado precepto


constitucional establece que los policías, de los tres órdenes de gobiernos,
tendrán regímenes especiales o mejor dicho, se regirán conforme a sus propias
leyes; pero se les siguió negando el acceso al principio de estabilidad en el
empleo, es decir, sin importar la causa del despido, el policía no podrá reclamar
la reinstalación.

Por otra parte, debe señalarse que el régimen jurídico en el que se


encuentran inmersos los policías no es claro ni les otorga certeza jurídica, y
para muestra habrá que tomar en consideración por ejemplo lo que establece
el artículo 73 de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública que
señala:

“Las relaciones jurídicas entre las Instituciones Policiales y sus


integrantes se rigen por la fracción XIII, del apartado B, del artículo 123, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la presente Ley y
demás disposiciones legales aplicables.

Todos los servidores públicos de las Instituciones Policiales en los tres


órdenes de gobierno que no pertenezcan a la Carrera Policial, se considerarán
trabajadores de confianza. Los efectos de su nombramiento se podrán dar por
terminados en cualquier momento, de conformidad con las disposiciones
aplicables, y en caso de que no acrediten las evaluaciones de control de
confianza”.
5

Las leyes a que se refiere el anterior precepto son la Ley de la Policía


Federal5 y el Reglamento de la Ley de la Policía Federal6, pero de ninguno de
ellos se establece un procedimiento o mecanismo que tienda a dirimir las
controversias laborales que se llegaren a suscitar entre el policía y el Estado.
Ni tampoco existe un ordenamiento legal que regule la relación de carácter
administrativo, que se ha señalado en párrafos anteriores.

No debe pasar inadvertido que en ninguno de los ordenamientos antes


citados se hace mención de que el policía es una persona; como si lo hace la
Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, que en su artículo 3º,
señala:

“Trabajador es toda persona que preste un servicio físico, intelectual o


de ambos géneros, en virtud de nombramiento expedido o por figurar en las
listas de raya de los trabajadores temporales”.

Así para Miguel Acosta Romero, servidor público “es aquel ciudadano
investido de un cargo, empleo o función pública, ligado por un vínculo de
régimen jurídico, profesionalmente, por tanto, al cuadro de personal del poder
público. Tal vinculación pude ser directa (servidor de la administración
centralizada) o indirecta (servidor de la administración pública paraestatal)7.

Por su parte Alberto Trueba Urbina y Jorge Trueba Barrera, al respecto


advierten: “La teoría de la relación jurídica del trabajo burocrático se asemeja
bastante a la laboral: es el hecho objetivo de incorporación del trabajador a la
unidad burocrática por virtud del nombramiento o por aparecer en la lista de
raya. Su esencia es institucional por cuando que la relación se rige por la ley
que es tutelar de los empleados, resaltando consiguientemente su carácter
acontractualista…”8.

Por último a este respecto se transcribe lo que la Segunda Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación entiende por servidor público:

5 Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1º de junio de 2009, reformada por última


ocasión el 30 de noviembre de 2010.
6 Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de mayo de 2010.
7 Acosta Romero, Miguel, Derecho Burocrático Mexicano, 2ª ed., Porrúa, México, 1999, p. 140.
8 Alberto Trueba Urbina y Jorge Trueba Barrera, Legislación Federal del Trabajo Burocrático,

42ª ed., Porrúa, México, 2004, p. 20.


6

“TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. EL VÍNCULO


LABORAL SE DEMUESTRA CUANDO LOS SERVICIOS PRESTADOS
REÚNEN LAS CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE UNA RELACIÓN DE
TRABAJO, AUNQUE SE HAYA FIRMADO UN CONTRATO DE PRESTACIÓN
DE SERVICIOS PROFESIONALES. De la tesis de jurisprudencia 2a./J. 76/98,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo VIII, octubre de 1998, página 568, con el rubro:
"TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. SI DEMUESTRAN QUE HAN
VENIDO PRESTANDO SERVICIOS A LA DEPENDENCIA ESTATAL POR
DESIGNACIÓN VERBAL DEL TITULAR, TIENEN ACCIÓN PARA DEMANDAR
LA EXPEDICIÓN DEL NOMBRAMIENTO O SU INCLUSIÓN EN LAS LISTAS
DE RAYA Y, EN SU CASO, TODAS LAS DEMÁS ACCIONES
CONSECUENTES.", así como de la ejecutoria dictada en la contradicción de
tesis 96/95 de la que derivó, se advierte que aun cuando no se exhiba el
nombramiento relativo o se demuestre la inclusión en las listas de raya, la
existencia del vínculo laboral entre una dependencia estatal y la persona que le
prestó servicios se da cuando se acredita que los servicios prestados reúnen
las características propias de una relación laboral. En ese sentido, si se
acredita lo anterior, así como que en la prestación del servicio existió
continuidad y que el trabajador prestó sus servicios en el lugar y conforme al
horario que se le asignó, a cambio de una remuneración económica, se
concluye que existe el vínculo de trabajo, sin que sea obstáculo que la
prestación de servicios se haya originado con motivo de la firma de un contrato
de prestación de servicios profesionales, pues no es la denominación de ese
contrato lo que determina la naturaleza de los servicios prestados al Estado, de
tal suerte que si éstos reúnen las características propias del vínculo laboral
entre el Estado y sus trabajadores, éste debe tenerse por acreditado”9.

Entonces podemos afirmar que un policía, ya sea municipal, estatal o


federal, es un servidor público en virtud de que presta un servicio personal
subordinado en virtud de un nombramiento que le fue expedido a su favor,
pues recibe órdenes, las acata, cumple un horario y percibe un salario.

92a./J.
20/2005, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, t. XXI, marzo
de 2005, página: 315.
7

Por cuanto hace a la estabilidad en el empleo ha sido concebida como


un principio fundamental de las relaciones individuales de trabajo; Mario de la
Cueva la define de la siguiente forma:

“La estabilidad en el trabajo es un principio que otorga carácter


permanente a la relación de trabajo y hace depender su disolución únicamente
de la voluntad del trabajador y sólo excepcionalmente de la del patrono, del
incumplimiento grave de las obligaciones del trabajador y de circunstancias
ajenas a la voluntad de los sujetos de la relación, que hagan imposible su
continuación”10.

En tanto Alberto Trueba Urbina al respecto señala:

“Al nacer el derecho del trabajo en nuestro país, en el artículo 123 y


extensivo al mundo en función de su universalización, los trabajadores
mexicanos no sólo adquirieron la dignidad de personas, sino que se les confirió
el derecho de conservar su trabajo, salvo que dieran motivo de despido. Esta
gran conquista de los trabajadores de México se consigna expresamente en el
originario artículo 123, que consagra la estabilidad en el empleo y en la
empresa, toda vez que sólo podían ser despedidos los trabajadores con causa
justa, de manera que cualquier despido arbitrario les da el derecho de exigir el
cumplimiento del trabajo, o sea su reinstalación…”11.

Entonces, hasta este punto, si el policía es un servidor público, es decir


un trabajador al servicio del Estado, luego debería de gozar del derecho a la
estabilidad en el empleo, más aún con las reformas constitucionales en materia
de derechos humanos acaecidas en 2011; y sobre todo porque México ha
firmado y ratificado distintos instrumentos internacionales que le obligan en esa
materia.

10 Cueva, Mario de la, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, t. I, 18ª ed., Porrúa, México,
2001, p. 219.
11 Trueba Urbina, Alberto, Nuevo Derecho del Trabajo, 2ª ed., Porrúa, México, 1972, p. 297.
8

Uno de ellos es el Protocolo de San Salvador12, instrumento adicional a


la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, que en su artículo 7º, se establece que:

“Los Estados partes en el presente Protocolo reconocen que el derecho


al trabajo al que se refiere el artículo anterior, supone que toda persona goce
del mismo en condiciones justas, equitativas y
satisfactorias, para lo cual dichos Estados garantizarán en sus legislaciones
nacionales, de manera particular:

... d. la estabilidad de los trabajadores en sus empleos, de acuerdo con


las características de las industrias y profesiones y con las causas de justa
separación. En casos dedespido injustificado, el trabajador tendrá derecho a
una indemnización o a lareadmisión en el empleo o a cualesquiera otra
prestación prevista por la legislaciónnacional;…”.

Conclusiones y propuestas

 México como parte de la comunidad internacional debe comportarse a la


altura y evitar simulaciones, en cuanto a la protección de los humanos
se refiere, tan es así que se deben evitar este tipo de criterios:
“DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN
LOS TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL
PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL,
PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN
EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO
QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL13”.
 Como México ratificó la Convención Americana de los Derechos
Humanos así como el Protocolo de San Salvador deberá adecuar su
legislación y su jurisprudencia emitida para que los miembros de los
cuerpos de seguridad pública gocen del derecho humano laboral de la
estabilidad en el empleo, si en el juicio respectivo se acreditó que el
despido fue injustificado.

12 Ratificado por México el 16 de abril de 1996 y publicado en el Diario Oficial de la Federación


el 1º de septiembre de 1998.
13 P./J. 20/2014, Décima Época, t. I, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5,

abril de 2014, página: 202.


9

 A los policías de los tres órganos de gobierno, se les debe de considerar


y tratar como servidores públicos; regulados bajo el régimen laboral
burocrático y no bajo un régimen administrativo.
 Si el policía, dadas las actividades que realiza, en este tiempo tan
convulsionado, goza de un régimen que le brinda certeza jurídica para él
y para su familia podrá hacer uso de su heroísmo que necesita para
llevar a cabo su labor, sin tener otro tipo de distractores.

Bibliografía consultada
A) Bibliográficas
 Acosta Romero, Miguel, Derecho Burocrático Mexicano, 2ª ed.,
Porrúa, México, 1999.
 Alberto Trueba Urbina y Jorge Trueba Barrera, Legislación
Federal del Trabajo Burocrático, 42ª ed., Porrúa, México, 2004.
 Cueva, Mario de la, El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, t. I,
18ª ed., Porrúa, México, 2001, p. 219.
 Trueba Urbina, Alberto, Nuevo Derecho del Trabajo, 2ª ed.,
Porrúa, México, 1972, p. 297.

B) Legislativas
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
 Convención Americana sobre Derechos Humanos
 Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales "Protocolo de San Salvador"
 Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado
 Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública
 Ley de la Policía Federal
 Reglamento de la Ley de la Policía Federal

C) Cibergráficas
 www.scjn.gob.mx
 www.corteidh.or.cr

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