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PLACENTA PREVIA Y DIABETES GESTACIONAL

ANA MILENA JIMÉNEZ SIERRA


CINDY TATIANA GAMERO GUERRA
EDWARD JOSE VILLAR
GLORIA VANESSA RUEDA CASTRO
XIMENA JANETH PÉREZ PITRE
YEINER DAVID MONTAÑO

ZULEIMA CABANA GUTIÉRREZ


DOCENTE

SYSTEM CENTER
PROGRAMA: AUXILIAR DE ENFERMERÍA
II SEMESTRE
SAN JUAN DEL CESAR – LA GUAJIRA
2020
INTRODUCCIÓN

Ese trabajo de investigación tiene la finalidad de ayudar y dar a conocer a las


mujeres gestantes ya sean adolescentes, jóvenes o adultos sobre la diabetes
gestacional y la placenta previa. La diabetes gestacional se detecta por primera vez
durante el embarazo, esta traduce una insuficiencia adaptación a la insulina
resistencia que se produce en la gestante.

La diabetes gestacional puede causar complicaciones en el parto debido al gran


tamaño del bebé, que puede tener problemas respiratorios tras el parto, y tiene más
riesgo de desarrollar en el futuro diabetes o padecer obesidad.

Se denomina placenta previa a la inserción de la placenta en la parte inferior del


útero, cubriendo total o parcialmente el orificio cervical interno o quedando muy
cerca de él.

La placenta previa es un cuadro en el cual la placenta se encuentra insertada en el


segmento inferior del útero, próxima al orificio interno del cuello del mismo, y se
manifiesta generalmente como una hemorragia. Normalmente la placenta se
implanta en la región superior o media del útero.
PLACENTA PREVIA

La placenta previa es la implantación de la placenta sobre o cerca del orificio cervical


interno. Típicalmente, ocurre un sangrado vaginal indoloro con sangre roja y brillante
después de las 20 semanas de gestación. El diagnóstico se realiza con ecografía
transvaginal o abdominal. El tratamiento consiste en actividad modificada para el
sangrado vaginal menor antes de las 36 semanas de edad gestacional, y cesárea
después de la semana 36. Si el sangrado es intenso o si el estado fetal es
preocupante, está indicada la extracción quirúrgica inmediata del feto, en general
por cesárea.

La placenta previa designa al tejido placentario que cubre cualquier porción del
orificio cervical interno. Una placenta se denomina baja cuando el borde placentario
no cubre el orificio interno, pero está a menos de 2 cm de él.

La incidencia de placenta previa es de 1/200 partos. Si la placenta previa se


descubre durante la primera parte del embarazo, en general se resuelve para las 28
semanas a medida que el útero se agranda.
FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo para la placenta previa incluyen los siguientes:

 Multiparidad
 Cesárea previa
 Anomalías uterinas que inhiben la implantación normal (p. ej., miomas, legrado
previo)
 Tabaquismo
 Embarazo multifetal
 Edad materna avanzada

COMPLICACIONES

Para las pacientes con placenta previa o una placenta de implantación baja, los
riesgos incluyen mala presentación fetal, rotura prematura de membranas
pretérmino, restricción del crecimiento fetal, vasa previa e inserción velamentosa
del cordón umbilical (en el cual el extremo placentario del cordón se compone de
vasos umbilicales divergentes rodeados solo por las membranas fetales).

En las mujeres que han tenido una cesárea previa, la placenta previa aumenta el
riesgo de placenta acreta; el riesgo aumenta significativamente a medida que
aumenta el número de partos por cesárea previos (de alrededor del 10% si han
tenido un parto por cesárea a > 60% si han tenido > 4).

SIGNOS Y SÍNTOMAS

En general, los síntomas comienzan durante la parte final del embarazo. Luego
empieza un sangrado vaginal repentino e indoloro; la sangre puede ser rojo brillante
y abundante, a veces incluso con shock hemorrágico. En algunas pacientes, hay
contracciones uterinas con el sangrado.

DIAGNÓSTICO

Ecografía Transvaginal

La placenta previa debe tenerse en cuenta en toda mujer con sangrado vaginal
después de las 20 semanas. Si se encuentra una placenta previa, el tacto vaginal
puede aumentar el sangrado, y a veces causa una hemorragia repentina y masiva;
por lo tanto, si se produce un sangrado vaginal después de las 20 semanas, el
examen pelviano digital está contraindicado a menos que primero se haya
descartado la placenta previa mediante una ecografía.
Aunque la placenta previa es más probable que cause sangrado abundante,
indoloro, de sangre de color rojo brillante más que en el desprendimiento prematuro
de placenta, la diferenciación clínica aún no es posible. Así, en general se necesita
la ecografía para distinguirlas. La ecografía transvaginal es un método seguro para
diagnosticar una placenta previa.

Si el sangrado vaginal se produce después de las 20 semanas de edad gestacional,


excluir placenta previa mediante ecografía antes de hacer un tacto vaginal.

En todas las mujeres con una placenta previa sintomática, está indicada la
monitorización de la frecuencia cardíaca fetal.

TRATAMIENTO

 Internación y actividad modificada en el primer episodio de sangrado antes de


las 36 semanas

 Parto o cesárea si la madre o el feto se encuentran inestables

 Si la mujer está estable, el parto se realiza entre las 36 semanas/0 días y las 37
semanas/0 días

Para un primer episodio (evento centinela) de sangrado vaginal antes de las 36


semanas, el tratamiento consiste en internación, actividad modificada (reposo
modificado) e interrupción de las relaciones sexuales, que pueden causar sangrado
al iniciar las contracciones o a través del traumatismo directo. (La actividad
modificada implica abstenerse de cualquier actividad que aumente la presión
intraabdominal durante un largo período de tiempo–p. ej., las mujeres deben evitar
la posición de pie la mayor parte del día). Si el sangrado se interrumpe, en general
se permite la deambulación y el alta.

En general, en un segundo episodio de sangrado, las pacientes son reinternadas y


mantenidas en observación hasta el parto.

Algunos expertos recomiendan usar corticoides para acelerar la madurez fetal si se


cree puede ser necesario comenzar el trabajo de parto y la edad gestacional es <
34 semanas. Los corticosteroides pueden usarse si el sangrado ocurre después de
las 34 semanas y antes de las 36 semanas (período pretérmino tardío) en pacientes
que no han requerido corticosteroides antes de las 34 semanas (1).

El momento del parto depende del bienestar materno y/o fetal. Si el paciente está
estable, el parto se puede hacer a las 36 semanas/0 días a 37 semanas/0 días. La
documentación de la madurez pulmonar ya no es necesaria (2).

El parto está indicado para las siguientes causas:

 Sangrado abundante o descontrolado


 Resultados preocupantes en la monitorización fetal
 Inestabilidad hemodinámica materna

El parto se realiza por cesárea debido a placenta previa. El parto vaginal puede ser
posible en mujeres con placenta baja si el borde placentario está entre 1,5 y 2 cm
del orificio cervical y el médico se siente cómodo con este método.

El shock hemorrágico debe tratarse. Si la madre tiene sangre Rh-negativa, es


necesario administrar inmunoglobulina Rh0 (D) profiláctica.
DIABETES GESTACIONAL

La diabetes gestacional es la presencia de altos niveles de glucosa en la sangre


que presenta una mujer durante el embarazo. Aunque las causas de esta patología
no están del todo claras, se cree que se produce por culpa de las hormonas que
sintetiza la placenta y que están destinadas a favorecer el desarrollo del bebé
durante su gestación. Estas hormonas bloquean la acción de la insulina, es decir,
procesar la glucosa para aprovechar su energía, por lo que la madre puede
desarrollar hiperglucemia.

En la mayor parte de los casos esta patología no presenta síntomas, por lo que la
mayoría de los diagnósticos tienen lugar en controles sanitarios rutinarios durante
el embarazo. Sin embargo, existe la probabilidad de que se desarrollen algunos
indicios que pueden indicar la presencia de hiperglucemia:

 Náuseas y vómitos.
 Pérdida de peso.
 Fatiga.
 Visión borrosa.
 Infecciones recurrentes, sobre todo en vagina, vejiga y piel.
 Aumento considerable de hambre y sed.
DIAGNÓSTICO

La prueba que se realiza a las embarazadas para saber si sufren diabetes


gestacional es el denominado test de O´Sullivan. Suele hacerse a partir de la
semana 24 de embarazo, pero si la mujer tiene antecedentes o factores de riesgo
puede hacerse ya en el primer trimestre.

Esta prueba consiste en hacer un análisis de sangre en ayunas para determinar la


glucemia. A continuación, la mujer debe tomar 50 gramos de glucosa y repetir el
análisis pasado una hora.

Si la mujer obtiene unos resultados alterados (más de 95 mg/dl en ayunas y más de


140 mg/dl después de haber ingerido el azúcar), será indicativo de diabetes
gestacional y habrá que repetir el test de O´Sullivan de una manera más completa.
RIESGOS

La diabetes gestacional no sólo afecta a la madre, sino que el bebé también puede
sufrir consecuencias debido a que su organismo depende sobremanera del de su
madre durante la gestación. Los riesgos para la madre son los típicos de una
hiperglucemia, que si no es tratada de forma correcta puede provocar graves daños
en los tejidos y en el organismo en general. Además, una mujer que haya
presentado esta patología durante la gestación es propensa a padecer diabetes
entre los cinco y los diez años posteriores al embarazo.

En el caso del bebé, las consecuencias son de otro tipo. El feto se desarrolla gracias
a los nutrientes que recibe de la madre. Si ésta tiene un exceso de glucosa, el bebé
recibirá más de la que necesita y los excedentes se almacenarán como grasa, lo
que eleva el riesgo de que aumente considerablemente de peso y desarrolle una
macrosomía. Al incrementar el bebé de tamaño, hay más posibilidades de sufrir
complicaciones durante el parto, como un posible desagarro para la madre o una
lesión física en el bebé, por lo que en muchos de estos casos se suelen practicar
cesáreas.
Además, cuando el feto está desarrollándose y recibe altos niveles de glucosa, su
páncreas actúa produciendo más insulina para poder metabolizarla, por lo que los
recién nacidos que se han gestado en estas condiciones pueden tener niveles de
glucosa bajos y presentar diabetes y problemas respiratorios.

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN

El tratamiento durante la diabetes gestacional está destinado a mantener los niveles


de glucosa en sangre de la madre y vigilar que el bebé se gesta de forma correcta.

Una de las claves para reducir la hiperglucemia reside en la alimentación. Durante


la gestación la dieta debe incluir:

 Alimentos ricos en carbohidratos (pan, arroz, pasta).


 Frutas y verduras.
 Alimentos bajos en grasas y proteínas.
 Alimentos bajos en azúcar.

Aunque la mayoría de las mujeres que sufren diabetes gestacional no precisan de


un tratamiento con medicamentos ni de insulina adicional, en algunos casos estas
medidas son necesarias.

La mejor manera de prevenir esta patología es acudir periódicamente al obstetra


durante el embarazo y pasar todos los controles rutinarios para vigilar el correcto
desarrollo del bebé. El mejor momento para detectar diabetes gestacional se da a
partir de las 24 semanas de embarazo.

El sobrepeso durante el embarazo también eleva el riesgo de sufrir hiperglucemia,


por lo que situarse dentro del nivel del índice de masa corporal (IMC) disminuirá las
probabilidades de desarrollar diabetes gestacional.
PROBLEMAS DE LA DIABETES GESTACIONAL EN EL EMBARAZO

El azúcar de la sangre que no está bien controlado en la diabetes gestacional puede


llevar a problemas en la madre y su bebé:

 Un bebé demasiado grande

La diabetes que no se controla bien causa un aumento en el azúcar de la sangre


del bebé. El bebé está “sobrealimentado” y crece demasiado. Además de causar
incomodidades a la madre en los últimos meses del embarazo, un bebé extra
grande puede originar problemas durante el parto tanto para ella como para él.
Puede que la madre necesite una cesárea para poder dar a luz. El bebé puede
nacer con daño en los nervios debido a la presión en los hombros durante el parto.

 Cesárea

La cesárea es una operación para sacar al bebé a través del vientre de la madre.
Una mujer con diabetes mal controlada tiene una probabilidad más alta de requerir
una cesárea. Cuando el bebé nace por cesárea, a la madre le toma más tiempo
recuperarse del parto.
 Presión arterial alta (preclamsia)

Cuando una mujer embarazada presenta presión arterial alta, proteína en la orina y
una inflamación frecuente en los dedos de las manos y los pies que no se alivia,
puede ser que tenga preclamsia. Este es un problema grave que amerita ser vigilado
muy de cerca por el médico. La presión arterial alta puede causar daños tanto a la
madre como a su bebé en gestación. Puede provocar un nacimiento prematuro del
bebé y también convulsiones o accidentes cerebrovasculares (un coágulo
sanguíneo o sangrado en el cerebro con posible daño cerebral) en la mujer durante
el trabajo de parto y el alumbramiento. Las mujeres con diabetes tienen presión
arterial alta con más frecuencia que las mujeres que no la tienen.

 Bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia)

Las personas con diabetes que toman insulina u otros medicamentos para la
diabetes puede que sufran una baja en su nivel de azúcar en la sangre. El bajo nivel
de azúcar en la sangre puede ser grave y hasta mortal si no se atiende rápidamente.
Las mujeres pueden evitar una disminución peligrosa de su azúcar en la sangre si
vigilan cuidadosamente sus niveles y se tratan en forma oportuna.

Si la madre no se ha controlado su diabetes durante el embarazo, puede que los


niveles de azúcar en la sangre del bebé disminuyan rápidamente después de que
nace. Los niveles de azúcar del bebé se deberán mantener bajo observación
durante varias horas después de su nacimiento.
CONSEJOS PARA LAS MUJERES CON DIABETES GESTACIONAL

1. Coma alimentos saludables

Coma alimentos saludables incluidos en un plan de comidas para personas con


diabetes. Un nutricionista puede ayudarle a crear un plan de comidas saludable y
enseñarle a controlar su azúcar en la sangre durante el embarazo.

2. Haga ejercicio con regularidad

El ejercicio es otra manera de controlar el azúcar en la sangre, ya que ayuda a


nivelar el consumo de alimentos. Después de consultar a su médico, puede realizar
ejercicio de manera regular durante y después del embarazo. Procure hacer un
mínimo de 30 minutos de actividad física, de moderada a intensa, al menos cinco
días a la semana. Esto puede ser caminar a paso rápido, nadar o jugar activamente
con los niños.

3. Controlar con frecuencia el azúcar en la sangre

Dado que el embarazo produce cambios en las necesidades de energía del cuerpo,
los niveles de azúcar en la sangre pueden cambiar muy rápido. Revise su azúcar
en la sangre a menudo, como se lo indique su médico.
4. Tome insulina, si la necesita

Algunas veces las mujeres con diabetes gestacional necesitan tomar insulina. Si su
médico le prescribe insulina, utilícela como se lo indica para controlar su azúcar en
la sangre.

5. Hágase un examen de diabetes después del embarazo

Hágase un examen de diabetes entre las 6 y 12 semanas después de que nazca su


bebé y luego cada 1 a 3 años.

En la mayoría de las mujeres con diabetes gestacional, la diabetes desaparece


después del parto. Cuando esta no desaparece, entonces se le llama diabetes tipo
2. Aun cuando la diabetes desaparezca después de que nace el bebé, la mitad de
las mujeres que han tenido diabetes gestacional padecerán diabetes tipo 2. Es
importante que una mujer que haya tenido diabetes gestacional continúe haciendo
ejercicio y manteniendo una alimentación saludable después del embarazo para
prevenir o retrasar la diabetes tipo 2. También debe recordarle al médico que le
revise su azúcar en la sangre cada 1 a 3 años.

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