Sei sulla pagina 1di 4

JOHN RAWLS Y LA TEORÍA DE LA JUSTICIA

Alí Javier Suárez-Brito

Vida y Obra
John Rawls ((1921-2002) fue un filósofo estadounidense centrado en temas de política, libertad
e igualdad, cuya obra Una Teoría de la Justicia tuvo un significativo impacto en los círculos
académicos que lo reveló como un pensador único en materia de política y justicia. Robert Nozick
citado por Botero (2004:268) sostiene: “Una teoría de la justicia de Rawls es una poderosa, profunda,
sutil, abarcadora y sistemática obra de filosofía política y moral como no se ha visto desde John Stuart
Mill, si acaso; es una fuente de ideas iluminadoras integradas en un encantador todo coherente”.

Teoría de la Justicia
En esta obra, Rawls reflexiona sobre los principales aspectos de una justicia conciliada con los
ideales de libertad y equidad. Para Botero (2004):
[…] lo que Rawls trata de hacer es sistematizar los ideales modernos de libertad e igualdad, cuya
difícil articulación conceptual ha resultado ser uno de los grandes problemas fílosófico-políticos
de Occidente; pero de lo que no cabe duda es de que ellos existen efectivamente como parte
esencial de la cultura pública de una tal democracia. (p. 278)

Tal empresa, sin embargo, no estuvo exenta de críticas. El entorno académico y político en el
que se desarrollaba el trabajo de Rawls, fue propicio para que se catalogarán muchas de sus ideas como
carentes de viabilidad política, e, incluso, como fundamento teórico de la izquierda radical. Sobre este
particular aspecto, Fajardo (2006) sostiene:
Una Teoría de la Justicia fue originalmente formulada como una filosofía de aplicación universal,
pero a raíz de las críticas y los comentarios recibidos, el autor se convención de que su tesis tenía
un menor alcance, y en sucesivas revisiones y modificaciones, finalmente la reformuló como una
teoría política de la justicia en sociedades democráticas liberales, particularmente en sociedades
altamente industrializadas […] (p. 56)
Pese a las sucesivas revisiones de la teoría, esta se erigió como consulta obligatoria para
profesionales de distintas áreas del conocimiento, lo que, obviamente, supuso que fuera sometida a
críticas desde diversos sectores que obligaron a Rawls a fundamentar, aún más, algunas de las
argumentaciones centrales de la misma. No obstante, lo importante del trabajo consiste, parafraseando
a Caballero (2006), en que supuso una nueva forma de entender la justicia como un acuerdo entre
personas racionales y libres que puede conllevar a esquemas de validación universal.
Entrando en los detalles del trabajo de Botero (2004), seguidamente presentaré los elementos
centrales que atribuye a la “Teoría de la Justicia” de John Rawls:
a. Libertad y ética: Rawls intenta poner en contexto la posibilidad cierta de que la tradición
liberal consienta que existen diversas formas de calidad de vida, por lo que, todo sistema de justicia
debe velar y garantizar que todos los ciudadanos sean capaces de desplegar todos sus esfuerzos para el
logro de sus objetivos individuales, así como también, para que logre “darse” su propio ideal ético, sin
que le sea impuesto como un fin último.
b. Contractualismo y negociación: El énfasis de Rawls en esta materia muestra un claro sesgo
hacia la concepción del contrato social rousseauniano, para dar vida a su ideal de que a través de la
preminencia de ciertos principios que regulen, por sí mismos, el proceso de cooperación social, los
ciudadanos sean capaces de concretar los ideales de igualdad y libertad.
Pero, Rawls introduce algo nuevo: los ideales centrales de la justicia no se negocian, por cuanto,
cuando se negocia, cada grupo trata de sacar ventajas y beneficiar intereses particulares. Para Botero
(2004:280): “[…] lo que hace Rawls es introducir en su idea de la posición original una característica
nueva, que la distingue completamente del concepto clásico del estado de naturaleza, característica
conocida como el vela de ignorancia”.
Este velo que es un presupuesto rawlsiano, se encuentra en medio de los acuerdos que se
realizan en el marco de la posición original, y se refiere a que los ciudadanos involucrados desconocen
su papel en la sociedad, así como también, el de los demás. De igual modo, cada uno de ellos no
conoce con exactitud cómo ha sido su “suerte” en materia redistributiva y, complementariamente, cuál
es su estatus socioeconómico como miembro de la sociedad.
c. Justicia como imparcialidad: Si las relaciones sociales entre hombre racionales y libres están
sujetas al velo de la ignorancia, son, por sí mismas, justas. Significa para Botero (2004:280) que: “[…]
todo principio acordado bajo condiciones equitativas e imparciales de deliberación y decisión —que es
lo que garantiza el velo de ignorancia— es un principio justo.” Así, con la consolidación de la justicia
imparcial de Rawls se lograría que los ciudadanos sean capaces de juzgar, por sus propios medios, si
las instituciones presentes en el estado democrático están funcionando de acuerdo a los valores que
atañen a la justicia y la libertad, esto quiere decir, que los mismos ciudadanos serían capaces de emitir
juicios acerca de si las instituciones son justas o no.
d. La escogencia de la organización y la estrategia a seguir: En su teoría de la justicia, Rawls
sostiene que existe una necesidad de que se le presente a los miembros de la sociedad un listado de
posibles sistemas de justicia que sirvan a sus propósitos, entendiendo estos propósitos como los
necesarios para el despliegue total de sus accionar y la consolidación de sus ideales éticos. Ahora bien,
en palabras de Botero (2004), la escogencia sería justa en tal caso, ya que, como se mencionó en el
2
apartado anterior, todas las partes estarían sujetas al velo de la ignorancia. La estrategia de
razonamiento y deliberación, debe consistir en la jerarquización de las diversas visiones de justicia
acompañadas de sus posibles implicaciones en el ámbito social.
e. La distribución equitativa: Una de las evidentes preocupaciones de la teoría de Rawls es la
relacionada con las formas de distribución equitativa de los bienes en una sociedad libre. En este
sentido, nuestro filósofo apelando al velo de la ignorancia y al presupuesto de racionalidad y libertad,
sostiene que esto favorecería la preminencia de los principios de igual libertad, igualdad de
oportunidades y diferencia. El primero de estos principios, se corresponde con la necesidad de que en
una sociedad libre se garantice un conjunto de libertades individuales a las que puedan acceder todas
las partes; el segundo y el tercer principio, se refieren a que deben existir condiciones de igualdad para
desarrollar todas las competencias particulares en el marco de la cooperación, sin desigualdades, no
más que aquellas atinentes a habilidades distintas que se configuren como elementos diferenciadores.
f. Liberalismo político: De todo lo anterior, ha quedado evidenciado que la teoría de la justicia
rawlsiana precisa de un sistema político liberal. No obstante, el propósito de Rawls consiste en
diferenciar su liberalismo de las concepciones que él mismo califica de omni-comprensivas. En su
trabajo, Botero (2004) sostiene que la distinción estriba en el hecho de que el liberalismo rawlsiano es
eminentemente político, por lo que, no busca establecer las bases metafísicas del liberalismo, como si
ha sido tradición en los enfoques omni-comprensivos, lo cuales, además, parten de un imperativo moral
determinado. Es más:
[…] Rawls no discurre ni discute acerca de los fundamentos filosóficos de la política liberal; por
el contrario, evita al máximo esas controversias filosóficas, señalando que toda teoría de la
justicia que pretenda ser propiamente política deberá evitar esas controversias de cuño
metafísico… El fundamento del liberalismo político se encuentra, pues -y este parece ser cl punto
metodológico clave de Rawls-, en la cultura pública de las democracias liberales modernas, y en
el fondo común de principios e ideas básicas que todos los ciudadanos de ellas reconocen
implícitamente (Botero, 2004:288)

Estos son, a grandes rasgos, los elementos claves que nos presenta Botero sobre la teoría de la
justicia de Rawls. A mi criterio, y teniendo como base las implicaciones éticas y morales del
pensamiento de John Rawls, considero que su enfoque es, en algunos casos, utópico. En este orden de
ideas, plantear un pacto contractual partiendo del presupuesto del velo de la ignorancia, nos invita a
asumir al hombre como un ser que ignora su importancia en el cosmos y que, por ende, desconoce tanto
sus necesidades como las de otros.

3
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y ELECTRÓNICAS
Botero, J. (2004). La Teoría de la Justicia de John Rawls. En Hoyos, L. (2004) (Ed.). Estudios
de Filosofía Política. Editorial de la Universidad Externado de Colombia. Bogotá, Colombia. Pp. 265-
294
Caballero, J. (2006). La Teoría de la Justicia de John Rawls. Revista In Ibero Forum, Voces y
Contexto. Volumen No. 1. Pp. 01-22. Versión digitalizada. Disponible en línea:
http://www.uia.mx/actividades/publicaciones/iberoforum/2/pdf/francisco_caballero.pdf. Consultado el día 19
de noviembre de 2014.
Fajardo, V. (2006). Justicia como Imparcialidad según John Rawls. Revista Nueva Economía,
Año. XV, No.26. Pp. 55 – 82.

Potrebbero piacerti anche