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Doctor
JORGE ENRIQUE SANCHEZ
Docente Académico
Por la cual se revoca la Resolución 01530 del 8 de septiembre de 2006, por medio del cual se
autorizó la constitución de una compañía de financiamiento comercial
EL SUPERINTENDENTE FINANCIERO
en uso de sus atribuciones legales y en especial de las que le confieren el numeral 5° del artículo
53 y el literal a) del numeral 1 del artículo 326 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, en
armonía con el numeral 11 del artículo 11 del Decreto 4327 de 2005, y el artículo 73 del Código
Contencioso Administrativo
CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que mediante Resolución 01530 del 8 de septiembre de 2006, esta Superintendencia
autorizó la constitución del establecimiento de crédito denominado “FINANCIERA RIPLEY C.V. S.A.
COMPAÑÍA DE FINANCIAMIENTO COMERCIAL”, con domicilio en la ciudad de Bogotá D.C.
SEGUNDO.- Que en el acto administrativo citado se otorgó un plazo no superior a un mes para que
los solicitantes procedieran a formalizar la constitución de la precitada compañía de
financiamiento comercial. No obstante, en atención a distintas peticiones presentadas por el
apoderado de los constituyentes, dicho plazo se prorrogó de conformidad con las Resoluciones
01799 y 02065 del 2006, proferidas por esta Autoridad con fundamento en lo dispuesto en el
literal a) del artículo 337 del EOSF, hasta el 12 de marzo de 2007.
TERCERO.- Que mediante comunicación 2006052223-006, radicada en esta Superintendencia el 29
de diciembre de 2006, el apoderado especial de los constituyentes, Carulla Vivero S.A., Fundación
Carulla, Ripley Internacional S.A., Miguel Ernesto Cuadros y Freddys Rafael Bonilla, informó a esta
Autoridad la decisión adoptada por sus poderdantes, en el sentido de no constituir la Compañía de
Financiamiento Comercial Financiera Ripley C.V. S.A., teniendo en cuenta que, “(…) como es de
público conocimiento, la sociedad Carulla Vivero S.A., pasará próximamente a ser controlada por
Almacenes Éxito S.A.
CUARTO.- Que en atención a que el acto administrativo contenido en la Resolución 01530 del 8 de
septiembre de 2006, creó una situación jurídica de carácter particular y concreto a favor de los
constituyentes, las disposiciones aplicables y en especial el artículo 73 del Código Contencioso
Administrativo, demandan el consentimiento expreso y escrito del respectivo titular, el cual, previo
requerimiento de esta Superintendencia, fue aportado mediante la comunicación 2006052223-010
del 9 de enero de 2007, en la que el apoderado de los constituyentes manifestó que “(…) dando
alcance a nuestra comunicación radicada el día 29 de diciembre de 2006 en la Superintendencia
Financiera, por medio de la presente ratificó, para todos los efectos del Artículo 73 del Código
Contencioso Administrativo, el consentimiento expreso de mis poderdantes para que la
Superintendencia Financiera de Colombia revoque, la Resolución No. 01530 del 8 de septiembre
de 2006 mediante la cual la Superintendencia Financiera autorizó la constitución de un
establecimiento de crédito.”
RESUELVE:
ARTICULO PRIMERO.- REVOCAR la Resolución No. 01530 del 8 de septiembre de 2006, por medio
de la cual se autorizó la constitución del establecimiento de crédito que se denominaría
“FINANCIERA RIPLEY C.V. S.A. COMPAÑÍA DE FINANCIAMIENTO COMERCIAL”, que tendría su
domicilio en la ciudad de Bogotá D.C., por las razones expuestas en la parte motiva de esta
providencia. Por lo tanto, se revoca también la Resolución 02065 del 15 de noviembre de 2006,
mediante la cual se prorrogó el plazo concedido para la constitución de la referida entidad hasta el
12 de marzo de 2007.
ARTICULO SEGUNDO.- ORDENAR que por Secretaría General se notifique personalmente al doctor
Carlos Fradique-Méndez, en su calidad de apoderado especial de los constituyentes, entregándole
copia de la misma y advirtiéndole que contra ella procede el recurso de reposición interpuesto
ante el Superintendente Financiero de Colombia, dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes a la
fecha de la notificación.
ARTICULO TERCERO.- ORDENAR la publicación de esta Resolución en el Boletín del Ministerio de
Hacienda y Crédito Público, Capítulo Superintendencia Financiera.
ARTICULO CUARTO.- REMITIR copia de esta providencia a la Oficina de Registro de esta
Superintendencia para los efectos pertinentes.
Órgano Competente:
La voluntad administrativa:
“sine quan non” que quiere decir “condición sin la cual no”, es la razón de ser, es el motivo
por el cual se emite un acto administrativo o la decisión de emitirlo para causar algún
efecto legal.
Contenido:
El contenido de una notificación debe incluir el texto íntegro del acto con indicación de si
es o no definitivo en vía administrativa y, en su caso, con expresión de los recursos que
proceden, órgano ante el que hubieren de presentarse y plazo para interponerlos.
Cuando el contenido no es completo nos hallamos ante notificaciones defectuosas. Si la
notificación no contiene el texto íntegro a pesar de indicar los restantes requisitos, ésta no
surte efecto y además la Administración no podrá entender que ha cumplido con su
obligación de notificar dentro del plazo máximo de duración de los procedimientos. Si, por
el contrario, la notificación contiene el texto íntegro, aun faltando algún otro elemento, la
notificación surtirá efecto a partir de la fecha en que el interesado realice actuaciones que
supongan el conocimiento del contenido y alcance de la resolución o acto notificado.
Motivación:
La motivación del acto, es decir, las razones de hecho y de derecho que dan origen a su
emisión, aclaran y facilitan la recta interpretación de su sentido y alcance, por constituir un
elemento esencial del mismo.
Por tratarse de una enunciación de los hechos que la Administración ha tomado en cuenta
para la emisión de su voluntad, constituye un medio de prueba de la intencionalidad
administrativa y una pauta para la interpretación del acto.
La motivación es una exigencia del Estado de derecho, por ello es exigible, como principio,
en todos los actos administrativos.
Debe ser una auténtica y satisfactoria explicación de las razones de emisión del acto. No se
trata de un mero escrúpulo formalista, ni tampoco se admite una fabricación ad hoc de los
motivos del acto, “… con ello no se busca establecer formas por las formas mismas, sino
preservar aspectos sustantivos y aparece como una necesidad tendiente a la observancia
del principio de legalidad en la actuación de los órganos estatales y que desde el punto de
vista del particular o administrado traduce una exigencia fundada en la idea de una mayor
protección de los derechos individuales. De su cumplimiento depende que el
administrativo pueda ya conocer de una manera efectiva y expresa los antecedentes y
razones que justifiquen el dictado del acto”.
En principio, todo acto administrativo debe ser motivado. La falta de motivación implica,
no solo vicio de forma, sino también, y principalmente, vicio de arbitrariedad. De la
motivación sólo puede prescindirse en los actos tácitos, pues en ellos hay siquiera
manifestación de voluntad.
También debe la motivación ser concomitante al acto, pero por excepción puede admitirse
la motivación previa, si ella surge de informes y dictámenes que sean expresamente
invocados o comunicados. En ausencia de ambas, el acto estará viciado por la falta de
motivación, pero este vicio puede excepcionalmente subsanarse por medio de una
motivación ulterior, siempre que ella sea suficientemente razonada y desarrollada.
Serán motivados, con explicación de las razones de hecho y de derecho que los
fundamentan, los actos que: a) decidan sobre derechos subjetivos, concursos, licitaciones
y contrataciones directas; b) resuelvan peticiones, recursos y reclamaciones; c) se separen
del criterio seguido en actuaciones precedentes o dictamen de órgano consultivo; d)
deban serlo en virtud de otras disposiciones legales o reglamentarias, y e) resulten del
ejercicio de atribuciones discrecionales.
Informe:
Se produce una serie de opiniones por órganos inferiores sobre lo que se debe resolver,
estos órganos son diferentes a los que deben resolver. Dentro de los informes nuestra
legislación prevé diferentes supuestos:
Preceptivos: aquellos que en los que el legislador exige la emisión del mismo, el
órgano que tramite pide el informe.
No preceptivo: el legislador no exige pero el órgano que lo está tramitando ve
necesario pedir del informe.
Vinculantes: la opinión del que informa es vinculante para el que resuelve.
No vinculantes: La opinión del que informa no vincula al que resuelve.
Los informes normalmente son preceptivos y no vinculantes. La ley tiene que decir
expresamente que el informe es vinculante, sino lo dice se toma como no vinculante
Fin de los Actos Administrativos
El fin del acto administrativo es el “para qué” del acto administrativo. Siempre toda la
actividad administrativa, de modo mediato o inmediato, directo o indirecto, debe tender a
realizar o satisfacer un interés general (propio del servicio público) hacia el cual esa
actividad se orienta como finalidad objetivamente determinada por la esencia de la
administración pública. Fundamentalmente la finalidad buscada por el acto concreto debe
concordar con el interés público que inspiro al legislador habilitar o atribuir la competencia
para emitir esa clase de actos administrativos.
Así el contenido de cada actuación pública debe perseguir aquellas finalidades, general y
especifica que le corresponde, quedándole vedada cualquier posibilidad de desvío para
satisfacer -abierta o encubiertamente- algún interés privado o personal de los agentes
públicos, de grupos de poder u otro interés público indebido, ajeno a la competencia
ejercida por el órgano emisor. El empleo de cada acto administrativo debe estar
relacionado con la razón determinante que originó la asignación de la competencia al
órgano administrativo.