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Las primicias para Dios, una siembra para la abundancia.

Base Bíblica: Deuteronomio 26:1, 2; Proverbios 3:9, 10.

Las primicias constituyeron en el Antiguo Testamento un recordatorio de la


salida de Egipto, por parte de los israelitas, y de su arribo a la tierra
prometida, Canaán. En el mes de Nisán (entre Marzo y Abril), el día 16, el
sacerdote mecía las primicias llevadas por el pueblo. Cincuenta días más tarde,
en la fiesta de los Panes sin Levadura, también llevaban los frutos de sus
cosechas (Levítico 23:145-17). Los frutos eran llevados al Santuario
(Deuteronomio 26:1, 2).

La Ley no definía ni un mínimo ni tampoco un tope. Todo se circunscribía a la


generosidad del dador; no obstante, debía dar lo mejor.

I.- El creyente es un administrador de los recursos de Dios.

1.- Cada creyente es administrador de todo lo que posee (1 Pedro 4:10).


2.- Cada creyente debe ser fiel en su función de administrador (1 Crónicas
4:2).

II.- Las primicias fueron un mandato de Dios para su pueblo.

1.- El pueblo de Dios estaba llamado a dar primicias por los primogénitos, los
animales y los frutos de la tierra (Éxodo 22:29, 30; 23:19; Deuteronomio
18:4, 5).
a.- No debían demorarse.
b.- Nadie estaba eximido de dar sus primicias.
2.- A Dios se le ofrece lo menor de las primicias (Números 18:12; Cf. Éxodo
34:26).
3.- Las primicias se destinaban al sostenimiento de los levitas (Números 18:8-
13; Ezequiel 44:30, 31). EN LA ACTUALIDAD ESTAS PRIMICIAS TAMBIEN SE
DAN A LOS MINISTROS QUE DIOS TIENE AL FRENTE DE SU GREY, SU
IGLESIA.

III.- Dios bendice a quienes son fieles administradores.


1.- Quien da a Dios, recibe abundancia (Lucas 6:38).
2.- Quien da a Dios, aleja la escasez (Hechos 4:34-37).
3.- Quien da a Dios, siempre tendrá mucho más de lo que esperaba
(Proverbios 3:9, 10).

Conclusión:

Era la clase especial de sacrificios incruentos, que comprendía también los


primogénitos del ganado, y cuya presentación ya se conocía en los tiempos
más remotos (Génesis 4:3ss). Al ofrendar a Dios las primicias y lo mejor de los
frutos, se le reconocía como el Señor, dueño y dador de los frutos del campo;
todo se debe a su bendición. Habiendo consagrado las primicias a Dios, el
hombre podía disfrutar con limpia conciencia del resto de los bienes. El
ofrecimiento de las primicias fue regulado por la Ley Mosaica. Esta hizo de la
ofrenda espontánea una obligación religiosa que debía cumplirse frente al
santuario y sus ministros, y distinguió entre las primicias solemnes, traídas por
la nación como un todo, y las que cada individuo debía dedicar al Señor. Había
dos formas y oportunidades para la ofrenda solemne. La primera consistía en
presentar delante del Señor una gavilla de cebada, mecida y acompañada por
una ofrenda de dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, y una
libación de vino.

Se ofrecía el 16 de Nisán, el segundo día de la Fiesta de los Panes sin


Levadura, para iniciar la siega (Éxodo 23:19; Lv 23.9–14; Nm 28.16s). Siete
semanas después se celebraba la verdadera y suprema Fiesta de las Primicias,
el Pentecostés israelita, llamada también la Fiesta de las Semanas. Con ella se
terminaba la primera cosecha del año y la recolección de los frutos.
Juntamente con dos «panes de las primicias», «mecidos delante de Jehová»,
se ofrecían siete corderos, un becerro, dos carneros y un macho cabrío (Lv
23.15–20).

El día de resurrección, en el que Jesús se levantó de los muertos, es una


conmemoración del gran poder de Dios. En los tiempos del Antiguo
Testamento, este día era llamado “la fiesta de las primicias”. Esta es una
sagrada fiesta de Dios que se celebra el día siguiente del día de reposo que
sigue a la fiesta de los panes sin levadura (Lv. 23:9-14). La Iglesia de Dios,
que obedece todas las enseñanzas de la Biblia fielmente, celebra el día de
resurrección el día que la Biblia especifica, partiendo el pan que abre nuestros
ojos espirituales; mientras que otras iglesias comen huevos hervidos,
siguiendo las costumbres paganas, el día que no está en la Biblia.

Aprendamos correctamente el día de resurrección mediante la Biblia, y


celebremos la fiesta sagradamente Los israelitas pudieron cruzar el Mar Rojo
seguros bajo la protección de Dios, a pesar de sus temores y nerviosismo por
la persecución del ejército egipcio. El ejército que los perseguía fue sepultado
en el agua, porque el mar que se había dividido regresó a su lugar. Dios les
mandó conmemorar todos los años el día en que salieron del Mar Rojo, para
hacerles recordar el día de su gran poder; este es el origen de la fiesta de las
primicias (Éx. 14:26-31 La misma palabra “primicias” nos indica su significado.
Los israelitas traían al sacerdote una gavilla por primicias de los primeros
frutos, y el sacerdote mecía la gavilla delante de Dios para que fueran aceptos,
el día siguiente del día de reposo (Lv. 23:9-11).

En los tiempos del Nuevo Testamento, en este día Jesús dio pan, después de
dar gracias, a los dos discípulos que iban a la aldea llamada Emaús; y los ojos
espirituales de ellos se abrieron, y reconocieron a Jesús (Lc. 24:13-35).
Profecía y cumplimiento Dios mandó al sacerdote mecer una gavilla de los
primeros frutos delante de Jehová, para ser aceptos, el día (domingo)
siguiente del día de reposo. Lv. 23:10-12 Cuando hayáis entrado en la tierra
que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia
de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla
delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la
mecerá. Aquí, los primeros frutos (las primicias) representan a Cristo, que
resucitó de los muertos como primicias de los que habían dormido. 1 Co. 15:20
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron
es hecho.

Una gavilla de los primeros granos, la ofrenda de la fiesta de las primicias, se


traía a Dios el día después del día de reposo, es decir, el domingo; y las
primicias representan a Cristo. Por eso es natural que el día de resurrección,
cuando Jesús se levantó de los muertos, fuera domingo, el día después del día
de reposo. Mr. 16:2-6 Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron
al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la
piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la
piedra, que era muy grande. […] buscáis a Jesús nazareno, el que fue
crucificado; ha resucitado, no está aquí; […]
La fiesta de las primicias es una sombra del día de resurrección. Como la fiesta
de las primicias se celebraba el día (domingo) después del día de reposo, así
también el día de resurrección ha de celebrarse el domingo como consecuencia
del cumplimiento de la profecía. Por tanto, la fiesta de las primicias, que es el
día de resurrección, se celebra cada año el domingo. Al levantarse de los
muertos como primicias de los que habían dormido, Jesús se ha convertido en
la verdadera ofrenda de la fiesta de las primicias, que pertenece a las siete
fiestas de tres tiempos.

Mt. 27:52-53 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que


habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la
resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

Los santos que fueron salvos a través del evangelio en aquellos días, llegaron a
ser frutos maduros de la cosecha del trigo; y hoy, nosotros llegamos a ser los
frutos maduros de la última cosecha de otoño (Éx. 23:16).

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