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Asignatura:

Historia de América y el Caribe

(Participantes)
}

Facilitadora
Gladys Jiménez

Fecha:
04-04-2018
MODELO SOCIO-ECONÓMICO
EN LOS TERRITORIOS
COLONIZADO
Índice

Introducción .................................................................................................................................. 4
Objetivo ......................................................................................................................................... 5
Justificación e importancia ............................................................................................................ 5
Metodología aplicada.................................................................................................................... 5
Marco teórico ................................................................................................................................ 6
Modelo socio-económico Español ............................................................................................ 6
Formas en como mantenían su economía ................................................................................ 6
Las encomiendas ................................................................................................................... 8
La industria azucarera ......................................................................................................... 14
Evolución de la industria azucarera .................................................................................... 18
El ingenio San Gregorio. ...................................................................................................... 23
El ingenio Diego Caballero................................................................................................... 24
Conflictos internos en la industria azucarera...................................................................... 26
Decadencia de la industria azucarera ................................................................................. 27
Estilo de colonización de Portugal, Inglaterra y Francia ............................................................. 28
Colonización portuguesa de América.................................................................................. 29
Colonización inglesa de América ............................................................................................. 33
Colonización francesa.............................................................................................................. 34
Beneficios obtenidos por Europa en el proceso de la colonización de América ........................ 37
El aniquilamiento continuó, las rebeliones también............................................................... 40
Conclusión ................................................................................................................................... 42
Bibliografía .................................................................................................................................. 43
Anexos ......................................................................................................................................... 44
Introducción

Como es bien sabido la economía durante la colonia fue totalmente


monopolizada por la corona Española y demás naciones invasoras. Estos
implantaron varios sistemas de trabajo para la explotación de las riquezas de
nuestro territorio y del trabajo de los indígenas. Sin embargo no solo España se
aventuró a esto, también participaron varias naciones más, entre la que
podemos mencionar Portugal, Inglaterra y Francia, esto se dio en todo el
continente americano, utilizando siempre el mismo modos-operandum.

Los indígenas tenían la obligación de trabajar para estas naciones invasoras.


En cambio, los invasores cometieron toda clase de abusos, lo que provocó
diversas reacciones y protestas. En el siguiente trabajo veremos una
recopilación de las diversas formas en como estas naciones obtenían beneficio
por medio del saqueo y uso de la esclavitud.
Objetivo

Conocer los diferentes modelos socioeconómicos en los territorios colonizados


(invadidos) por España, Francia, Inglaterra y Portugal.

Justificación e importancia

Se realiza la siguiente investigación con el fin de conocer cuáles eran los


sistemas económicos que utilizaban los invasores, llámese España, Francia,
Portugal e Inglaterra con el fin de explotar a los tainos. Estos pueblos fueron
devastados por naciones más avanzadas y poderosas y bien organizadas a la
hora de obtener la riqueza siempre de manera perversa y mezquina. Este
trabajo es de suma importancia ya que por medio de este conoceremos cuáles
eran esos métodos que utilizaban los invasores mencionados para mantener su
economía y por tales motivos enriquecerse en aquel entonces.

Metodología aplicada
Este trabajo se realizó por medio de la recolección de datos de diferentes
fuentes bibliográficas digitales, las cuales mostraremos al final de este, en la
bibliografía del mismo por medio de sus respectivos link.
Marco teórico

Modelo socio-económico Español

El Imperio español y el Imperio portugués fueron los primeros en realizar la

conquista, y se asentaron principalmente en el sur de Norteamérica,

Centroamérica y en el área andina de Sudamérica (imperios Azteca e Inca,

respectivamente). España fue la potencia que mayor presencia colonial impuso

en América. En el Caribe, dominó sobre todo Cuba, La Española, Puerto Rico,

Jamaica, incluyendo a la península de Florida dentro de sus posesiones

caribeñas. Desde los asentamientos antillanos, tomó posesión por la fuerza de

los grandes estados existentes en América en ese momento: en América del

Norte llegó a apropiarse del Imperio azteca, en el actual México,

estableciéndose en sus ciudades, además de dominar a tlaxcaltecas, tarascos,

mixtecas y zapotecas.

Formas en como mantenían su economía

Durante el período de conquista la relación comercial entre España y el Nuevo

Mundo, se estructuró a partir del establecimiento de la Casa de Contratación y

la centralización del comercio indiano en Sevilla. Este sistema, caracterizado

por la historiografía como de monopolio, solamente favoreció a un reducido

grupo de súbditos de la corona. La monarquía, sus banqueros y los

mercaderes residentes en Sevilla controlaron el intercambio de los productos


más provechosos y susceptibles de ser monopolizados. Entre ellos debemos

destacar el mercurio (fundamental en la minería de la plata), la sal, la pimienta,

los naipes, el papel sellado, la pólvora y el siniestro tráfico de esclavos

africanos. Esto implicó que únicamente españoles y extranjeros naturalizados

tuvieran derecho a las licencias que la corona otorgaba para el comercio de

dichos productos.
Las encomiendas

La encomienda fue una institución socioeconómica mediante la cual un grupo

de individuos debían retribuir a otro en trabajo, especie o por otro medio, para

disfrutar de un bien o una prestación que hubiesen recibido. La institución de la

clientela estaba establecida en la Europa romana desde el bajo Imperio hasta

principios de la Edad Moderna. Así, existía una relación de dependencia por la

que el más fuerte daba protección al más débil a cambio de comprometerse a

guardar fidelidad y entregarle determinados servicios.

La encomienda fue una institución socioeconómica mediante la cual un grupo

de individuos debían retribuir a otro en trabajo, especie o por otro medio, para

disfrutar de un bien o una prestación que hubiesen recibido.

Los tributos indígenas en especie (que podían ser metales, ropa o bien

alimentos como el maíz, trigo, pescado o gallinas) eran recogidos por el

cacique de la comunidad indígena, quien era el encargado de llevarlo al

encomendero. El encomendero estaba en contacto con la encomienda pero su

lugar de residencia era la ciudad, bastión neurálgico del sistema colonial

español.
La encomienda fue una institución que permitió consolidar la dominación del

espacio que se conquistaba, puesto que organizaba a la población indígena

como mano de obra forzada de manera tal que beneficiaran a la corona

española. Se encontró una manera de recompensar a aquellos españoles que

se habían distinguido por sus servicios y de asegurar el establecimiento de una

población española en las tierras recién descubiertas y conquistadas.

Una de las principales formas de empleo de la fuerza de trabajo de los

indígenas americanos por parte de los españoles fue la que se conoce como

encomienda. Era una institución que establecía que un castellano, conocido

como encomendero, tenía a su disposición un pueblo de indios con sus

caciques para que le pagasen tributos y le sirvieran. La figura del cacique o

personaje principal de los poblados era muy importante porque solía ser el

intermediario entre el encomendero y los indios, especialmente en la cuestión

de los tributos.

Fue la institución más difundida en toda América y muy pocos indios se libraron

de la misma. La encomienda fue un instrumento muy eficaz para consolidar el

dominio del territorio porque encuadraba y organizaba a la población indígena

como mano de obra forzada. Por otro lado, la encomienda fue un medio

empleado por la Corona para recompensar a los que habían prestado servicios

importantes, y contribuido a la conquista y, además, para fijar a la población

europea en el continente.
Las prestaciones establecidas en la encomienda eran de dos tipos: el tributo y

el servicio personal, como hemos señalado. El tributo se destinaba al

mantenimiento del encomendero y su familia, además de proporcionarle

productos que podía vender, ya que solían ser en especie (metales, ropa,

animales, maíz, trigo, etc…).

La obligación del servicio personal permitía al encomendero emplear a los

indios en el servicio doméstico de su casa y en un sinfín de tareas de ayuda, en

las labores agrícolas y ganaderas, y hasta en las de tipo artesanal,

especialmente en la rama textil, aunque se sabe que hubo también indios

encomendados que contribuyeron a la construcción de barcos y otros fueron

empleados en ingenios de azúcar.

Otra de las tareas era la del transporte, algo vital pero problemático, habida

cuenta de las distancias y lo complicado del terreno, sin casi caminos y con

carencia de animales de carga, especialmente en las primeras épocas de la

colonización. Muchos encomenderos empleaban a sus indios para el transporte

propio o para alquilarlos a viajeros, comerciantes y grandes productores que

necesitaban de sus servicios. Este empleo del trabajo humano tenía unas

evidentes consecuencias en la salud de los indígenas y fue algo que preocupó

mucho a las autoridades, que intentaron limitarlo lo más posible, hasta que lo

prohibieron, pero la demanda de transporte fue más fuerte que las sanciones, y

se siguieron empleando seres humanos para esta tarea.


En territorios dependientes directamente de la Corona también hubo

encomiendas, que eran administradas por los corregidores y oficiales del rey.

Los indios encomendados pagaban sus tributos y trabajaban en las obras

públicas, en la construcción de edificios públicos como cabildos, cárceles,

audiencias, catedrales e iglesias. También ejercieron tareas de servicio

doméstico para las autoridades, aunque estaba terminante prohibido.

Por fin, había, aunque en menor número, encomiendas vinculadas a la Iglesia y

a instituciones de caridad, como hospitales, hospicios, inclusas, etc..

Las obligaciones de los indios encomendados no terminaban con el tributo y el

servicio. También sostenían al clero secular y, sobre todo al regular, que se

dedicaba a adoctrinarles en la fe católica en los grupos denominados

“Doctrinas”. Los indígenas debían aportar bienes y servicios, pero también lo

hacían a través de los encomenderos que, al estar obligados a levantar y

mantener las iglesias de sus encomiendas, empleaban a los indios.

La cuantía del tributo y los límites del servicio tardaron en ser regulados por las

autoridades, por lo que quedaron al arbitrio de cada encomendero, dándose

todo tipo de situaciones.


La institución de la encomienda condujo a no pocos abusos, ya que en muchos

casos encubría una esclavitud que legalmente estaba prohibida. Pero muy

pronto se alzaron voces que denunciaron estos abusos. Entre los más activos

críticos de la encomienda estuvieron Fray Montesinos y Fray Bartolomé de las

Casas, que pudo llegar hasta el trono.

En el año 1512, tras las denuncias de Montesinos sobre las primeras

encomiendas, se promulgaron las Leyes de Burgos, que intentaron regular la

institución y establecieron garantías para los indios, ordenando que debían

recibir un trato justo, una retribución equitativa y que el encomendero tenía que

cumplir la obligación de evangelizarlos. En los años sucesivos hubo que regular

más y sobre nuevas situaciones de explotación.

En 1527 se estableció la supervisión religiosa para la creación de nuevas

encomiendas. Los religiosos debían determinar si a un grupo concreto de

indios les beneficiaría entrar en una encomienda o no.

El más importante cambio de la situación jurídica de los indios llegó con las

Leyes Nuevas de 1542. Los indios pasaron a ser plenamente súbditos de la

Corona. Esta decisión provocó que se ordenara que no se creasen nuevas

encomiendas y que las existentes se extinguiesen con el fallecimiento del

encomendero. Quedaban suprimidas las encomiendas vinculadas a la Corona

y la Iglesia. Se limitaron y disminuyeron los tributos que debían pagar los


indios. Quedó prohibida cualquier tipo de esclavitud. Tampoco se podían

imponer trabajos forzosos a los indios. El emperador se implicó en estos

cambios y ordenó a los virreyes una especial atención para que se cumpliese la

nueva legislación. El choque entre los intereses de los encomenderos y el celo

de las autoridades provocó fuertes conflictos, hasta una guerra en Perú.

En algunos lugares las encomiendas continuaron en el siguiente siglo, aunque

con el tiempo entraron en decadencia y fueron abolidas definitivamente en el

siglo XVIII.
La industria azucarera

El período comienza y se caracteriza en general por la fundación de grandes

exportaciones agrícolas, principalmente ingenios azucareros.

La industria azucarera, a pesar de su alta tecnología y productividad, no

acarreó desarrollo económico pues el crecimiento que conllevaba era frágil y

circunstancial. Su función era, como la de toda la economía colonial, llenar los

requerimientos del incipiente mercado capitalista europeo.

La génesis de la industria azucarera en la isla de Santo Domingo está

vinculada al agotamiento del oro, base económica de la isla y a la extinción de

la raza aborigen, mano de obra del coto minero a través de las encomiendas.

Los primeros cañaverales fueron sembrados por indígenas y en el accionar de

los primeros trapiches e ingenios la fuerza de trabajo indígena estuvo presente

de manera preponderante, en el desarrollo de la industria azucarera.

El transito definitivo de sustitución de la fuerza de trabajo indígena en extinción

por la del negro africano en condiciones de esclavitud estuvo determinado por

la industria azucarera.
La caña de azúcar fue traída por los españoles desde las Canarias a partir del

segundo viaje de Cristóbal Colón (1494) y fue plantada en la Isabela. Esta zona

poseía las condiciones climáticas favorables para que se desarrollara a toda

capacidad la plantación de esta gramínea, no es hasta 1503, bajo el gobierno

de Nicolás de Ovando, que dos vecinos, en la Concepción de la Vega, uno

llamado Pedro de Atienzo produjo rústicamente melaza. En 1506, el otro de

nombre Aguilón, ahí se hicieron los primeros ensayos para cristalizar azúcar.

Por su parte, Miguel de Ballester, alcalde de dicha población, construyó en

1514 un pequeño trapiche para la fabricación de azúcar. Pero no fue hasta que

en el 1516, que gubernamentalmente, la base para el establecimiento de la

industria azucarera la sientan los padres Jerónimo cuando ordenan que a cada

vecino que vaya a instalar un ingenio se le presten 500 pesos oro y cuando

solicitan formalmente la libertad de entradas de esclavos negros a la isla,

petición que tendrá resultado definitivo a partir de la primera licencia

importante, concedida al gobernador de Bresa, quien la traspasó a

comerciantes genoveses.

La Corona española acordó toda suerte de facilidades a la producción

azucarera en la isla, específicamente a esto contribuyó cierto espíritu burgués

del Emperador Carlos I, quien dictó leyes protectoras de la producción

azucarera y de los señores esclavistas. La más importante fue la Cédula de

1529, por medio de la cual se determinaba que los ingenios eran bienes no

embargables por deudas o hipotecas, tanto sus instalaciones como los negros

que laboraban en ellos.


La alta rentabilidad de la nueva actividad económica atrajo a los miembros de

la clase gobernante y burocrática de la colonia. De esta suerte establecieron

ingenios: Miguel de Pasamonte (tesorero), Juan de Ampiés (factor), Diego

Caballero (secretario de la Real Audiencia), Antonio Serrano, Francisco Prado

y Alonso Dávila (regidores), Francisco Tapia (alcaide de la Fortaleza de Santo

Domingo), Francisco de Tostado (escribano de la Real Audiencia), Cristóbal de

Tapia (veedor), Diego Colón (gobernador y en su momento "virrey" de la

colonia). También se beneficiaron los señores que habían disfrutado de

grandes encomiendas durante el período del oro.

El período comienza y se caracteriza en general por la fundación de grandes

exportaciones agrícolas, principalmente ingenios azucareros.

La industria azucarera, a pesar de su alta tecnología y productividad, no

acarreó desarrollo económico pues el crecimiento que conllevaba era frágil y

circunstancial. Su función era, como la de toda la economía colonial, llenar los

requerimientos del incipiente mercado capitalista europeo.

La génesis de la industria azucarera en la isla de Santo Domingo está

vinculada al agotamiento del oro, base económica de la isla y a la extinción de

la raza aborigen, mano de obra del coto minero a través de las encomiendas.
Desde 1515 la economía del oro estaba en crisis y se planteaba la necesidad

de que se fomentara el cultivo de diversos frutos, así como que se trajesen

campesinos de España. Se asume que el desarrollo de la agricultura en esa

época debió de ser lenta por varias causas:

En 1519 hubo una terrible epidemia de viruelas, lo cual produjo que la

población aborigen de la isla se redujera a menos de cuatro (4) mil nativos, por

lo que no existía mano de obra agrícola en el número requerido.

Los Españoles Conquistadores, no habían organizado una estructura en la

isla, sobre la base de una empresa estable de producción, por tanto desde esa

época empezaron a emigrar hacia las otras islas recién conquistadas. Sólo

permanecían en la isla los representantes de la burocracia colonial, los que

tenían alguna actividad provechosa y los que no tenían dinero ni medios para

emigrar.

Las pesadas labores de los ingenios requerían de una fuerza muscular que

tuviera un mayor rendimiento que la de los indígenas, aparte de que el número

de estos últimos había menguado en extremo. De ahí que desde 1518, por

autorización expresa del Rey Carlos I, comenzaran a otorgarse licencias o

"asientos" para traer a América (y a La Española) negros bozales, los cuales, a

diferencia de los ladinos, eran empleados en labores intensivas de producción.

Africanos ladinos, es decir, occidentalizados en Europa e integrantes del


séquito de servidores de nobles españoles, habían pisado tierra americana

poco antes de 1501.

Para disminuir las posibilidades de sublevación, los propietarios de ingenios

preferían importar esclavos africanos procedentes de diferentes etnias. Los

grupos predominantes eran los Zape, Mandinga, Congo, Mondongo, Biáfara,

Carabalí y los de lengua Gelofe.

En promedio eran reclutados entre los 15 y 20 años de edad, si bien también

eran aprehendidos desde los 9 años. Su faena de trabajo forzado era de hasta

18 horas corridas por día, e incluía domingos y feriados. Muchos morían de

cansancio y por falta de sueño. Otros huían a los montes o se defendían

mediante las armas.

Evolución de la industria azucarera

La caña de azúcar fue traída por los españoles desde las Canarias a partir del

segundo viaje de Cristóbal Colón (1494) y fue plantada en la Isabela. Esta zona

poseía las condiciones climáticas favorables para que se desarrollara a toda

capacidad la plantación de esta gramínea, no es hasta 1503, bajo el gobierno

de Nicolás de Ovando, que dos vecinos, en la Concepción de la Vega, uno

llamado Pedro de Atienzo produjo rústicamente melaza. En 1506, el otro de

nombre Aguilón, ahí se hicieron los primeros ensayos para cristalizar azúcar.

Por su parte, Miguel de Ballester, alcalde de dicha población, construyó en

1514 un pequeño trapiche para la fabricación de azúcar. Pero no fue hasta que
en el 1516, que gubernamentalmente, la base para el establecimiento de la

industria azucarera la sientan los padres Jerónimo cuando ordenan que a cada

vecino que vaya a instalar un ingenio se le presten 500 pesos oro y cuando

solicitan formalmente la libertad de entradas de esclavos negros a la isla,

petición que tendrá resultado definitivo a partir de la primera licencia

importante, concedida al gobernador de Bresa, quien la traspasó a

comerciantes genoveses.

La Corona española acordó toda suerte de facilidades a la producción

azucarera en la isla, específicamente a esto contribuyó cierto espíritu burgués

del Emperador Carlos I, quien dictó leyes protectoras de la producción

azucarera y de los señores esclavistas. La más importante fue la Cédula de

1529, por medio de la cual se determinaba que los ingenios eran bienes no

embargables por deudas o hipotecas, tanto sus instalaciones como los negros

que laboraban en ellos.

La alta rentabilidad de la nueva actividad económica atrajo a los miembros de

la clase gobernante y burocrática de la colonia. De esta suerte establecieron

ingenios: Miguel de Pasamonte (tesorero), Juan de Ampiés (factor), Diego

Caballero (secretario de la Real Audiencia), Antonio Serrano, Francisco Prado

y Alonso Dávila (regidores), Francisco Tapia (alcaide de la Fortaleza de Santo

Domingo), Francisco de Tostado (escribano de la Real Audiencia), Cristóbal de

Tapia (veedor), Diego Colón (gobernador y en su momento "virrey" de la


colonia). También se beneficiaron los señores que habían disfrutado de

grandes encomiendas durante el período del oro.

La política oficial de protección de la industria azucarera fue muy importante

desde su propia fundación cuando los ingenios en proyecto recibieron

préstamos en muy buenas condiciones por parte de los diversos gobernadores

de la época y cesiones de grandes extensiones de tierra en forma gratuita, así

como la exoneración de impuestos par las maquinarias traídas de España y

otros países.

Los padres Jerónimos durante su gestión dentro de la industria azucarera

tomaron una serie de medidas favorables para el desarrollo de la misma tales

como: la exoneración del pago de los impuestos por la importación de las

maquinarias, reparto de tierras e indios, importación de negros esclavos entre

otros. La mayoría de los ingenios del siglo XVI estaban concentrados en la

región sur, entre Santo Domingo y Azua, tratando de mantener un control sobre

los ataques de piratas y cimarrones.

Para 1520, funcionaban 3 ingenios de azúcar y muchos otros se encontraban

en construcción.
El trapiche de caballos instalado en Nigua (se inicia alrededor del año 1510)

constituyo el más moderno establecimiento industrial de América, de su época,

aunque por poco tiempo; ya que Gonzalo de Velosa, asociado con los

hermanos Cristóbal, y Francisco Tapia construyo en la Jagua de Yaguate un

ingenio hidráulico que luego fue reubicado a orillas del río Nigua tras ser

vendida la parte de Velosa a los hermanos Tapia, Cristóbal vendió su parte a

Juan Viloria, quien a su vez vendió, quedando finalmente como único dueño

Francisco Tapia.

La instalación del primer trapiche resulto muy oportuna; con el mismo, la

situación económica, social, política y demográfica que prevalecía en la isla

encontró una vía de solución. Distintos grupos de españoles, desde la primera

década del siglo XVI, había estado saliendo de la isla, incluso llevándose

indígenas; la fuerza laboral comenzó a escasear, sectores españoles

encabezados por los frailes Dominicos expresaban públicamente sus protestas

por las atrocidades y abusos que estaban siendo cometidos contra los

indígenas, el oro escaseaba y las condiciones en que la corona española se vio

obligada a la designación de Diego Colon como Gobernador y Virrey, propició

que esta tomara medidas tendentes a ir limitando sus poderes; no sólo se

designó a un Tesorero Real considerando de la mas absoluta lealtad a la

monarquía y se creo la Real Audiencia; también se despojo a Diego de la

faculta de repartir a los indígenas siéndole esta otorgada a Rodrigo de

Alburquerque. Esta era la principal función del gobernador de la isla, ante la

escasez de oro.
Los primeros cañaverales fueron sembrados por indígenas y en el accionar de

los primeros trapiches e ingenios la fuerza de trabajo indígena estuvo presente

de manera preponderante, en el desarrollo de la industria azucarera.

El transito definitivo de sustitución de la fuerza de trabajo indígena en extinción

por la del negro africano en condiciones de esclavitud estuvo determinado por

la industria azucarera.

Las muestras de azúcar enviadas por Vellosa a España permitieron a las

autoridades visualizar la industria azucarera como la apropiada re-orientación

de su empresa colonizadora en América. Esto permitió la importación de

esclavos de origen africano para el establecimiento de trapiches e ingenios.

Estos esclavos eran denominados "Gelofes" o "bozales", y eran capturados en

África, y traídos directamente a América desde allí para ofrecer gratuita y

forzosa mano de obra como esclavos.

La industria azucarera colonial ocupo varios periodos situados cada uno de

ellos en un siglo distinto. El primer periodo se inicio a mediados de la segunda

década del siglo XVI, empieza a declinar a partir de 1550 y su decadencia

definitiva ocurre entre 1558 y la primera década del siglo XVII.


Durante el primer periodo, Nigua jugo un papel destacado siendo el primer

territorio de la isla que sirvió de asiento al primer trapiche que produjo azúcar

con calidad y en suficiente cantidad para servir de impulso a un modelo

socioeconómico capaz de estabilizar la empresa colonizadora durante la mayor

parte de los años del siglo XVI. De esta época proceden dos importantes

ingenios: San Gregorio y Diego Caballero.

El ingenio San Gregorio.

El Ingenio San Gregorio estaba en el margen oriental del río Nigua a unos dos

kilómetros de distancia de su desembocadura en el Mar Caribe, formaba parte

de un complejo que incluía una ermita, o capilla reveladora del papel de la

Iglesia Católica en el proceso de transculturación de los negros de origen

africano y un cementerio que orienta sobre las frecuentes muertes de estos, a

causa de la terrible explotación a que eran sometidos.

En torno al ingenio San Gregorio se formo un caserío que evoluciono

progresivamente constituyendo los cimientos del caso urbano del distrito

municipal San Gregorio de Nigua y el primero de los núcleos de población que

se diseminaron en diferentes entornos de la actual provincia de San Cristóbal y

otras localidades del país como consecuencias de la industria azucarera

colonial.
El ingenio Diego Caballero.

El ingenio Diego Caballero era propiedad de quien fuera regidor y luego

secretario de la audiencia de Santo Domingo, Diego Caballero de la Rosa.

Existía hacia el año 1538, pero debió ser construido antes, ya que el 13 de Dic.

de 1521 su propietario recibió un préstamo de 400 pesos en oro junto a otras

personas que pretendían construir ingenios. Diego Caballero, debido a su

posición de secretario, se jactaba de tener en su hacienda todos los negros que

quería, lo que se traducía a una muy alta porción de esclavos africanos por

blanco.

Fue edificado al oeste del río Nigua en las inmediaciones de su

desembocadura a menos de dos kilómetros de este. Fue el más importante de

los que existieron en Nigua y uno de los más importantes y modernos de su

época. Era un ingenio hidráulico entorno a la cual se estableció una población

de españoles, negros e indios que habitaban mas de 60 casas de piedra y paja.

En 1527, trabajaban plenamente 18 ingenios y 2 trapiches, encontrándose

otros 12 en construcción. Hacia 1545 se conoce de la existencia de 20 ingenios

y 4 trapiches. De esas 24 explotaciones azucareras, más de la mitad

pertenecían a altos funcionarios o descendientes de ellos (Miembros de la

aristocracia colonial). La producción de azúcar mantuvo un ritmo ascendente

durante los primeros 60 años; si en 1520 alcanzó una cantidad anual de

aproximadamente 10,000 arrobas, en 1580 llegó a cerca de 90,000 arrobas.


Para la segunda mitad del siglo XVI, España se encontraba en conflicto con las

demás potencias europeas por lo que el Rey Felipe II prohibió que La Española

y las demás posesiones comercializaran con extranjeros. Esta disposición dejó

a La Española sin su principal mercado por lo que muchos colonos decidieron

emigrar o dedicarse al hato ganadero, provocando crisis en la industria

azucarera.

La producción azucarera se mantuvo con cierta tendencia inestable de

crecimiento hasta los años 70, cuando empezó a decrecer por la reducción de

la navegación española, el contrabando, la transferencia de inversiones a la

ganadería, la competencia en términos de rentabilidad del jengibre, y por la

muerte de gran cantidad de esclavos en los años 80, acompañada por la

paralización en la misma época de la trata negrera. A finales del los años 80

sólo quedaban 17 ingenios y a raíz de las devastaciones apenas 12, al ser

destruidos 5 en los lugares despoblados, entre los cuales estaban los más

productivos. La producción de azúcar se mantuvo en alza permanente hasta

aproximadamente 1580. En el aumento de la producción se produjo un proceso

de concentración de los ingenios firmemente establecidos y de decadencia y

quiebra de los que no sabían aprovechar las condiciones del terreno, las

corrientes de agua, los recursos de los bosques, los puntos con fácil

comunicación, las tierras aptas y la rotación temporal de los cultivos que en ésa

época no se sabía cuál era la más favorable.


Conflictos internos en la industria azucarera

EL surgimiento de la industria azucarera viene como consecuencia de la

escasez de azúcar en España y las buenas condiciones climáticas "La

Española", para cultivarla. Fue necesario para el desarrollo de la industria

azucarera, la explotación de negros esclavos, procedentes del África, esto fue

debido al decaimiento del taino, el cual no estaba adaptado a trabajos tan

forzados. Entre los conflictos ocasionados, podemos citar la sublevación de

Enriquillo quien no estaba de acuerdo con el trato ofrecido por los españoles.

Enriquillo reunió un grupo de la población indígena y se alzaron en la mañana

de Bahoruco, donde por trece años mantuvo a raya a los militares coloniales,

quienes agotaron armas y medios persuasivos, sin que Enriquillo y su grupo

desistieran de la rebelión. EL levantamiento de Bahoruco constituyo la primera

rebelión por la libertad indígena del nuevo Mundo. Como Consecuencia de la

insurrección de Enriquillo se produce una segunda situación conflictiva: un

grupo de esclavos negros, pertenecientes a los ingenios, se amotinaron y

alzaron en diciembre de 1522, debido a la crueldad con que se les trataba. La

persecución de los negros fue despiadada, pero esto no evito que otros grupos

negros se alzaran, los cuales muchos de ellos se unieron a los indígenas, estos

negros esclavos fueron llamados "Cimarrones". Entre los más famosos líderes

africanos que comandaron las revueltas y fugas de esclavos se pueden

mencionar:
• Juan Vaquero. Se alzó con un grupo en 1537. Andaban por las sierras del sur

y atacaban a los colonos de las zonas aledañas.• Diego de Guzmán.

"Cimarrón' de San Juan de la Maguana que atacó dicha comarca.• Diego del

Campo. Se había mantenido alzado por los alrededores de La Vega por cerca

de 10 años. Al final se entregó a los españoles y, a cambio de su vida, se

prestó a la persecución de sus antiguos compañeros.• Lemba. Quince (15)

años había durado alzado en armas en Higüey, junto con otras 150 personas

que le seguían. Se le atrapó y quitó la vida en 1548.

Decadencia de la industria azucarera

Para 1580 se inició la decadencia de la industria azucarera en la colonia debido

a varios factores como serían: el monopolio que ejercía la Casa de

Contratación de Sevilla, la crisis de la navegación por el atlántico, la reducción

de la mano de obra esclava, y la competencia que generó la producción de

jengibre. Así se va deteriorando la industria azucarera del siglo XVI. La muerte

del Cardenal Cisneros, quien fue sustituido por Carlos I en España y la ruptura

entre los jerónimos y el padre Las Casas, fueron los factores que provocaron

que el gobierno de los padres Jerónimos fuera sustituido por el de Rodrigo de

Figueroa.

La industria azucarera colonial decayó a finales del siglo XVI por la

concurrencia de distintos factores. La lucha de clases era intensa en torno a la

industria azucarera, tomando a veces forma de enfrentamientos sangrientos

que hizo que la inseguridad se adueñara de los ingenios. Los esclavos


rebelados se hacían participes de los mismos para aumentar sus fuerzas y

servirse de las provisiones que les eran necesarias.

La competencia desigual entre los azucares que producía la colonia y los

procesados en Europa que se obtenían a menor precio y el contrabando con

los holandeses, portugueses, ingleses y franceses afectaron significativamente

la industria azucarera colonial. En todo estoy hay que tomar en cuenta el

monopolio comercial que mantenía España con sus colonias porque limitaba

las posibilidades de obtener mejores mercados para su producción.

El siglo XVII fue considerado un periodo de generalización de la pobreza en la

colonia. La decadencia definitiva de la industria azucarera, las despoblaciones

de Ozorio, la presencia de epidemias, fenómenos naturales de gran espectro,

el monopolio comercial agravado, los corsarios y piratas, el inicio de la perdida

de la parte occidental de la isla, que fue quedando en manos de Francia, las

migraciones de las personas con mayor posibilidad económica en su mayoría,

el incremento de los mestizos, y la imposición del situado fueron las

características de este siglo.

Estilo de colonización de Portugal, Inglaterra y Francia


Colonización portuguesa de América

La colonización portuguesa de América comenzó motivada por razones

económicas y estratégicas. Por un lado las económicas a causa de la

mercancía en las ganancias en el comercio con el Oriente y las posibilidades

mercantiles del "árbol de Brasil", de cuya corteza se producía un tinte rojo

usado para teñir textiles. Por el otro estratégicas, por el temor a una invasión

española o francesa a su territorio. En 1530, la corona portuguesa envió a

Martín Alonso de Souza a expulsar a los franceses que rodeaban las costas de

Brasil, ya que eran tierras que pertenecían a Portugal desde 1500, cuando el

navegante portugués Pedro Cabral había pisado esos territorios.

En 1533, Juan III de Portugal, dividió el territorio de Brasil en 15 franjas o

capitanías, de 150 millas de ancho cada una, lo que influyó en el carácter

privado de la colonización portuguesa. Estas capitanías fueron repartidas u

otorgadas a nobles portugueses de forma vitalicia y hereditaria a fin de obtener

el mayor rendimiento con el mínimo de costos para la metrópoli. Los nobles

que recibieron las mismas se comprometieron a evangelizar a los aborígenes,

reclutar colonos y desarrollar económicamente la capitanía.

Durante 19 años la administración de las capitanías estuvo a cargo de los

nobles, pero en 1549, el rey nombró un gobernador general o "Capitán mayor"

representante del rey que administraría toda la colonia. El propósito de este

gobierno era que el rey de Portugal gobernara a Brasil con el asesoramiento

del Consejo Ultramarino, además de unificar el gobierno colonial. Sin embargo,

aunque se pretendió quitar poderes a los capitanes generales, realmente


continuaron dominando la colonia. Ellos, perdieron solamente facultades

políticas pero mantuvieron sus privilegios económicos y continuaron con la

esclavitud indígena. Desde los comienzos de la colonización, una de las

actividades principales realizada por los terratenientes o capitanes generales

en Brasil, fue las cacerías indígenas con el fin de esclavizarlos. Estos

organizaron compañías militares o bandeiras que se organizaron para realizar

expediciones al interior del territorio y de la selva amazónica, en busca de

humanos para esclavizarlos. Aun así, los indígenas no fueron suficientes para

la mano de obra por lo que recurrieron al uso de esclavos africanos a partir de

1530.

El período colonial puede ser subdividido en tres categorías:

El poblamiento (desde el descubrimiento hasta 1530),

El ciclo de la caña de azúcar,

Y el ciclo del oro.

La economía de todo el período está caracterizada por los latifundios y la

utilización de mano de obra esclava.

A lo largo del siglo XV se venían organizando desde puertos españoles y

portugueses numerosas expendiciones, algunas de conquista y otras


netamente comerciales, con destino hacia las islas Canarias y diversos puntos

de la costa africana. El dominio del Atlántico produjo un choque de intereses

entre las coronas de Castilla y Portugal, hasta que en 1479 se llegó a un

acuerdo de paz (Tratado de Alcáçovas). En dicho tratado, Portugal aceptaba el

ascenso al trono castellano de Isabel (en detrimento de Juana) y el dominio

español sobre las islas Canarias, mientras que Castilla renunciaba a la

conquista del reino de Fez (actual Marruecos) y accedía a respetar la ruta del

comercio portugués con Guinea.2

Por aquel entonces los portugueses ya estaban concentrados en su intención

de alcanzar Asia bordeando la costa africana, sin embargo el matemático,

astrónomo, cosmógrafo y médico florentino Paolo dal Pozzo Toscanelli expresó

al rey Alfonso V de Portugal su convicción de que la manera más directa de

alcanzar Catay (China) y Cipango (Japón) era navegar directamente hacia el

Oeste. Cristóbal Colón tuvo acceso a una copia de ésta carta, iniciándose allí la

formulación de su proyecto para atravesar el Atlántico uniendo Asia y Europa

por mar. En aquel entonces ya no se discutía sobre la esfericidad de la Tierra

sino cual era la distancia real que separaba ambas costas y cual era la

posibilidad de realizar un viaje directo, considerando que América aún no

existía para los europeos.3 Cristobal Colón presentó su proyecto, primero al rey

de Portugal y luego a los reyes de España. Ambas coronas desestimaron su

empresa, sin embargo, cuando éste ya se disponía a viajar con rumbo a

Francia, sus aliados lograron revertir la decisión de los reyes españoles,

quienes finalmente aprobaron el proyecto.3


La expedición partió de la ciudad de Palos de la Frontera el 3 de agosto de

1492 y arribó a las islas Bahamas el 12 de octubre de ese mismo año. Una vez

allí Colón se dispuso a explorar la zona, suponiendo que ya estaba en algún

punto de la costa asiática que los europeos denominaban "Indias"3 y es por

esta razón que los españoles comienzan a llamar indios a los aborígenes

americanos.4 Durante este viaje Colón procede también al reconocimiento de

las islas de Cuba y La Española para finalmente volver a Europa.

El anuncio del descubrimiento de estas nuevas islas superaba todo lo

establecido por las clausulas de 1479, lo que reavivo el conflicto entre las

coronas de Castilla y Portugal, imponiendo la necesidad de consensuar un

nuevo tratado para el reparto del Atlántico.


Colonización inglesa de América

Entre 1622 y 1636, los holandeses capturaron 547 embarcaciones enemigas.

Holanda con sus 800 barcos de guerra y 67.000 marinos y soldados. El sueño

de todo pirata -capturar la flota de la plata- lo consiguió Piet Heyn en el año

1628. Los beneficios obtenidos de esta proeza sirvieron para organizar la

gigantesca armada de 61 buques y 7 mil 300 hombres con la que los

holandeses se apoderaron de Pernambuco en 1630, creando la colonia de

Nueva Holanda, cuyo costo se evalúa en 6.710.000 florines. Los cargamentos

apresados a tales naves fueron vendidos en Holanda por unos 30.000.000

florines. Esto demostró a la Compañía que las colonias daban menos

beneficios que la piratería y el contrabando, ya que la colonización obligaba a

invertir en gastos defensivos y a detraer potencial de ataque.

Las colonias productoras de azúcar del Caribe, eran las colonias más

importantes y lucrativas para Inglaterra.

El imperio de Inglaterra en América se iba expandiendo gradualmente mediante

guerras y colonias. Inglaterra consiguió controlar Nueva Ámsterdam (después

llamada Nueva York) tras las guerras anglo-holandesas.

Colonias de la Nueva Inglaterra: Provincia de Nuevo Hampshire,

posteriormente Nuevo Hampshire. Provincia de la Bahía de Massachusetts,

posteriormente Massachusetts y Maine. Colonia de Rhode Island y las

Plantaciones de Providence, posteriormente Rhode Island y Plantaciones de

Providence. Colonia de Connecticut, posteriormente Connecticut. Colonias de


Middle Provincia de Nueva York, posteriormente Nueva York y Vermont1

Provincia de Nueva Jersey, posteriormente Nueva Jersey. Provincia de

Pensilvania, posteriormente Pensilvania. Colonia de Delaware (después de

1776, los Lower Counties on Delaware), posteriormente Delaware.

Colonias del sur: (Virginia y Maryland componen las Colonias de Chesapeake).

Provincia de Maryland, posteriormente Maryland. Colonia de Virginia,

posteriormente Virginia, Kentucky y Virginia Occidental. Provincia de Carolina

del Norte, posteriormente Carolina del Norte y Tennessee. Provincia de

Carolina del Sur, posteriormente Carolina del Sur. Provincia de Georgia,

posteriormente Georgia.

Colonización francesa

Francia ocupó la actual Guayana Francesa en Sudamérica (aún bajo su

dominio), Louisiana en el Golfo de México, algunas islas del Caribe, y la región

canadiense de Quebec.

La colonización francesa de América se inició en el siglo XVI y prosiguió hasta

el siglo XVIII. La primera colonia viable de Francia en América fue la colonia -

Ciudad de Quebec, fundada por Samuel de Champlain en 1608.

Francia construyó su primer imperio colonial en América del Norte, denominado

Nueva Francia, el cual se extendía desde el golfo de San Lorenzo hasta las
Montañas Rocosas al oeste y hasta el golfo de México por el sur. Los franceses

colonizaron igualmente las Antillas: Saint-Domingue, Santa Lucía y la

Dominica, así como Guadalupe y Martinica.

En América del Sur, los franceses intentaron establecer tres colonias, de las

cuales solo una sobrevivió hasta nuestros días: la Guayana Francesa.

Durante este período de colonización, los franceses fundaron varias ciudades,

tales como Montreal, Quebec en Canadá; Baton Rouge, Detroit, Mobile, Nueva

Orleans. San Luis, en los Estados Unidos, Puerto Príncipe y Cabo Haitiano en

Haití.

Los franceses fueron capaces de recuperar por poco tiempo algunas de sus

antiguas posesiones, durante la Era napoleónica, con el tratado de San

Ildefonso. Francia no tenía la armada para suministrar a sus dominios

norteamericanos. El bloqueo del Imperio francés fue una parte clave de la

estrategia británica contra Napoleón y porque Francia no quería que sus

posesiones cayeran a manos de los británicos.

Napoleón vendió esta Luisiana colonial a los Estados Unidos, una operación

referida como la compra de Luisiana. Este hecho tuvo lugar el 3 de mayo de

1803 y la indemnización fue de 15 millones de dólares, una considerable suma

para el joven estado americano. Ente 1555 y 1567 los hugonotes franceses

bajo el liderazgo del vicealmirante Nicolas Durand de Villegaignon intentaron

establecer la colonia de Francia Antártica (cerca de Río de Janeiro en lo que es

hoy Brasil), pero fueron rechazados por los portugueses.

Entre 1612 y 1615, se llevó a cabo un segundo intento al establecer la colonia

de Francia Equinoccial (en el actual São Luís, Brasil) que acabó igualmente
con la expulsión de los franceses por tropas portuguesas. La Guayana

Francesa fue colonizada por primera vez por los franceses en 1604, aunque los

primeros asentamientos fueron abandonados debido a la hostilidad de los

indígenas y las enfermedades tropicales.

El asentamiento de Cayenne se estableció en 1643 pero fue abandonado. En

la década de 1660 se refundó y a excepción de breves ocupaciones por

ingleses y holandeses durante el siglo XVII y por los portugueses en el siglo

XIX, Guayana ha permanecido bajo control francés desde entonces. Entre

1851 y 1951 fue el lugar de la célebre colonia penal de la Isla del Diablo. Desde

1946, Guayana Francesa es considerada un departamento de ultramar francés.


Beneficios obtenidos por Europa en el proceso de la colonización

de América

La principal riqueza generada por los territorios españoles y colonias

portuguesas en América fue la extracción del oro y la plata.

La conquista y colonización de América se caracterizaron por un insaciable

lucro, lo cual fue avalado por la Iglesia de Roma, en su "afán" de salvar almas.

El arribo de Cristóbal Colón a América fue un emprendimiento que hizo posible

uno de los hechos más destacados de la historia de la humanidad. La ventaja

para los europeos fue conocer la pólvora, la brújula, el papel y la imprenta,

entre otras adquisiciones.

El solo hecho de pisar tierra americana produjo una espectacular cadena de

acontecimientos que transformó y dinamizó la historia de la humanidad. El

descubrimiento de oro y plata en el continente desataron un verdadero aluvión

colonizador. En los primeros 150 años de conquista, 17 mil toneladas de plata y

unas 200 toneladas de oro arribaron a España y potenciaron el incipiente

desarrollo comercial y manufacturero, que abrió las compuertas a la Revolución

Industrial y al desarrollo capitalista de Europa.

La sociedad capitalista se concibió a partir de la sangre, la esclavitud y el

saqueo impulsado por las potencias europeas de la época. Carlos Marx supo
escribir que “Los descubrimientos de los yacimientos de oro y plata en América,

la cruzada de exterminio, la esclavización de las poblaciones indígenas,

forzadas a trabajar en el interior de las minas, el comienzo de la conquista y del

saqueo de las indias, la conversión del continente africano en cazadero de

esclavos negros, son todos hechos que señalan los albores de la era de

producción capitalista (...) Las riquezas apresadas fuera de Europa por el

pillaje, la esclavización y la masacre refluían hacia la metrópolis donde se

transformaban en capital” “...el capitalismo aparece sudando sangre y lodo por

todos sus poros...”.

El oro y la plata americanos contribuyeron a formar los primeros grandes

capitales europeos, que dinamizaron la economía y detonaron la Revolución

Industrial.

Así se fue gestando la sociedad capitalista. El capitalismo desplegó sus

máximas posibilidades de desarrollo en los países más avanzados de la época,

donde se produjeron los saltos más dinámicos en la primitiva acumulación de

capital, basados esencialmente en el pillaje y la repartición del mundo.

Entre 1503 y 1660 salieron desde tierras americanas hacia España, según

constancias documentadas en Sevilla y Madrid, alrededor de 200 toneladas de

oro y 17 mil toneladas de plata.


Según las estadísticas más autorizadas, la producción de oro y plata indianos,

entre 1503 y 1560 ha sido estimada en 173 millones de ducados. Otras

estimaciones dan unas 90 mil toneladas de plata las extraídas de las entrañas

americanas en el lapso comprendido entre 1500 y 1800 y su valuación se

elevaría a unos 120 mil millones de dólares actuales.

Se generó así una división internacional del trabajo que adoptó formas de

triangulación: América aportó oro, plata, materias primas y la mano de obra;

África suministró la mano de obra esclava que sustituyó a los exterminados

nativos americanos y Europa se llevó la parte del león, ya que produjo y

comercializó los productos manufacturados a la vez que capitalizó las

transacciones de los demás vértices de la triangulación.

Muchos herederos de los que sufrieron en carne propia las atrocidades de los

invasores europeos y el cínico papel de la Iglesia, aprovecharon la oportunidad

del viaje de Juan Pablo II a Lima, en 1984, para entregarle una carta firmada

por el Movimiento Indio Kollasuyo, el Partido Indio y el Movimiento Túpac

Katari, de Bolivia y Perú, que en uno de sus párrafos decía lo siguiente:

“Hemos decidido aprovechar la visita del Papa para devolverle su Biblia, pues

en cinco siglos no nos ha dado ni paz, ni amor, ni justicia... Por favor, llévese su

Biblia y désela a nuestros opresores, cuyos corazones y cerebros necesitan

más de sus preceptos morales... Recibimos la Biblia, que fue el arma

ideológica del asalto colonialista. La espada española que de día atacaba y

mataba cuerpos indios, de noche se volvía cruz que atacaba el alma india...”.
El aniquilamiento continuó, las rebeliones también

A pesar de la enorme desproporción de fuerzas, los sometidos por los

conquistadores se rebelaron en innumerables oportunidades. Una de las más

destacadas fue la del 4 de noviembre de 1780, liderada por José Gabriel

Condorcanqui: Túpac Amaru.

Las rebeliones y masacres prácticamente abarcaron todo el continente. Tanto

los nativos del lejano oeste como de los pampas reaccionaron con distintas

formas de resistencia al avance incontenible sobre sus tierras. En nuestro país,

tanto diaguitas, quilmes y mapuches, entre cientos de etnias, expresaron su

valiente rebeldía.

En 1522, los esclavos de Diego Colón –hijo de Cristóbal- llevaron a cabo la

primera sublevación que se tenga memoria, fueron derrotados y terminaron

ahorcados, pero marcaron un camino.

En Brasil, numerosos esclavos huían de las explotaciones hacia la selva. Se

fueron concentrando y organizando hasta llegar a constituir el reino de

Palmares, en pleno Amazonas. La superficie que controlaban llegó a alcanzar

un tercio del dominio portugués de la época. Durante todo el siglo XVII


resistieron el acoso de expediciones holandesas y portuguesas que intentaron

aniquilar a ese mal ejemplo.

En 1791, estalla una exitosa rebelión en Haití que logra abolir la esclavitud y

desató la huida masiva de los blancos. Trece años después, constituyen la

primera república negra de América, cuya constitución consideraba negros a

todos los ciudadanos independientemente del color de su piel.


Conclusión

Como se puede apreciar es evidente que las naciones europeas progresaron


gracia a lo que fue el sufrimiento de esta parte, América. Sus economías
aumentaron debido a esto, cabe destacar que aún en la actualidad esto tiene
muchas secuelas ya que los llamados países subdesarrollado están en esta
condición por el robo de sus riquezas en principio, si existieran leyes, los
países que se enriquecieron por medio de estos pobres países la forma de vida
de estos en la actualidad sería diferente, ya que estos merecen ser resarcido
por todo el daño ocasionado. Para nosotros ha sido un gran placer realizar esta
investigación ya que nos dimos cuenta de la importancia que tiene la historia y
por qué es necesario conocerla, debido que quien no conoce su historia está
condenado a repetirla.
Bibliografía

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edición, Editora Alfa y Omega, Santo Domingo, 1993.

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Peguero, Valentina y Delo Santos, Danilo, "Visión General de la Historia Dominicana", 13ra.
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Sang Ben, Mu Kien. "Historia Dominicana de Ayer y Hoy", 2da. edición, Editora Susaeta, Santo
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Brom, Juan, "Esbozo de Historia Dominicana.", Editora Gripaldo, México, 1973.

Recopilación de diversos Folletos de Historia Dominicana.

https://www.laizquierdadiario.com/Genocidio-saqueo-explotacion-y-lucha

https://es.wikipedia.org/wiki/Colonizaci%C3%B3n_de_Brasil

www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/la-plata-de-america_7696

www.claseshistoria.com/.../colonial-administracion-sistemastrabajo-encomienda.html
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