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Curso
Psicología Forense
Especializada en niños, niñas y adolescentes
Mod. I Tema V

Definición y delimitaciones psicológicas de la


violencia emocional

Bárbara Straccali
Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C.

I. INTRODUCCIÓN

La violencia psicológica o emocional ocurre cuando los padres o cuidadores del un


niño o niña causan o pueden causar, por acción u omisión, trastornos, tanto en el
comportamiento, como cognitivos, emocionales o mentales. Si bien, el maltrato físico o el
abuso sexual, infieren violencia emocional, estamos en este caso frente a conductas y
actitudes que no suponen ninguno de los dos casos, pero que repercuten de manera
negativa, con la misma gravedad en las víctimas, porque en definitiva generan en el niño
o niña, los mismos sentimientos: de peligro y desprotección.

La violencia emocional suele relacionarse, desde el sentido común, con acciones


que perjudican la estabilidad emocional, la identidad, la autoestima y el desarrollo
adecuado de habilidades personales vinculadas al apego seguro (véase módulo I.
Desarrollo infantil y adolescente). Por ejemplo, insultos, mensajes de desprecio,
triangulación de las y los hijos en conflictos de pareja, etc.

Sin embargo, la violencia emocional abarca escenarios, como se mencionaba, en


los que ocurren omisiones y en ese sentido es posible hablar de violencia emocional
como equivalente a negligencias.

1
II. LA NEGLIGENCIA

Describiremos los tipos de violencia emocional utilizando el concepto de


“negligencia” en todas sus variables, información extraída del libro Barudy, J. (1998). El
dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós Ibérica, S.A: Barcelona.

NEGLIGENCIA BIOLÓGICA POR TRASTORNO DE APEGO.

a. Factores dependientes de la madre.


Depresión
Enfermedad mental
Toxicomanía, Alcoholismo
Trastornos del apego como consecuencias de traumatismos infantiles (madres pasivas-indolente
compulsivas)
b. Factores dependientes del niños
c. Factores dependientes del padre

NEGLIGENCIA CULTURAL

a. Trastornos de apego biológicos por modelos de crianza inadecuados y violentos


b. Carencias educativas

NEGLIGENCIA CONTEXTUAL.

a. La pobreza como medio ambiente


- Ausencia de estructuración espaciotemporal
- Funcionamiento familiar caótico y predador
- Trastorno de la percepción y de la discriminación sensorial.
(frío- calor; hambre-saciedad; agresividad-te

AISLAMIENTO SOCIAL

a. Marginalidad.
b. Familias monoparentales

2
1. Negligencia biológica: el fracaso del proceso de Apego

Como se expuso en el Módulo 1, la teoría del apego de Bowlby, plantea una


configuración de imagen de apego, que surge del tipo de vínculo que establece el adulto
con el niño o niña, y que otorga el sentido de supervivencia y protección básico y
primordial que los humanos requerimos para desarrollarnos.

En este caso, “por múltiples causas no pudo establecerse el encuentro sensorial entre
el adulto y el niño o niña. Adultos y niños son “recíprocamente transparentes” en términos
afectivos, provocado por un marcado rechazo o ausencia de interés por parte de los
adultos hacia la niña y el niño, deficiencia en el tratamiento recíproco de señales química,
físicas y sensoriales, que representan la conexión primordial entre el bebe y su cuidador.
El abrazo, tocamiento y proximidad hacia los niños, infiere mucho más que cuidados
físicos, representan toda la configuración psíquica de pertenencia y protección que otorga
estructura, identidad y sentido de mismidad.

La manera en que los protectores invisten al niño o niña, a través de los sentidos
(reconocimiento de los olores, miradas, escuchas, etc.), determina el tipo de apego y
grado de conexión entre adultos cuidadores y niños.

Este tipo de negligencia se puede visualizar en cuidadores que al constatar que la


demanda del niño o niña, no ponen en peligro la integridad física (hambre por ejemplo),
dejan llorar al bebé hasta su agotamiento en soledad en la cuna. Asimismo, cuando
llevan adelante los cuidados de aseo, alimentación o cobijo, lo hacen a través de
conductas mecanizadas, evitando cualquier “vínculo sensorial y afectivo”1

2. Negligencia cultural
Esta clase de negligencia se inscribe en un modelo de crianza que está sostenido por
“creencias” que perjudican el bienestar físico, y psicológico del niño o niña, provocando
incluso la muerte, por falta de conocimiento y competencias mínimas para preservar al
niño o niña.

“Estos modelos de creencias suelen ser parte de la cultura de la familia, y/o de la

1
Barudy, J. (1998). El dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós Ibérica, S.A: Barcelona.Pág. 88.

3
comunidad, lo que supone una confrontación de criterios entre el respeto de los
componentes culturales de una familia o comunidad, y el riesgo implicado en sus
prácticas para el niño o niña. Ya que no existe un parámetro fijo, o único que contenga
todo lo que necesita un sujeto para desarrollarse sanamente, se dificulta establecer
delimitaciones de negligencia en este sentido, evitando cualquier actitud etnocentrista.
Para valorar en este caso actitudes negligentes por parte de los cuidadores, es necesario
realizar una evaluación exhaustiva del contexto sociocultural, atendiendo el histórico
prejuicio de que si hay pobreza o los códigos de crianza no corresponden a aquellos
aceptados por la mayoría en una sociedad, resulta un modelo de crianza negligente”2.

De hecho, este tipo de negligencia emocional, también puede verse en familias de un


nivel económico alto, que en su imaginario cultural sostienen la crianza a través de
empleados e institutrices, que solo cumplen las actividades que los padres ordenan, por lo
que el niño o niña, si bien tienen todos los cuidados físicos y hasta cognitivos, no tienen
cubierto el cuidado emocional, relacionado directamente con los vínculos afectivos. En
algunos casos el permanente cambio de personas cuidadoras, y la ausencia persistente
de los padres, pueden impactar emocionalmente de manera negativa en el niño o niña.

3. Negligencia contextual

Existen, como se dijo en el caso anterior, parámetros para saber cuándo un niño o
niña está en peligro, sin embargo, no es posible desatender que ciertos cuidados se
consideran “primordiales” en relación a una construcción social que puede provocar
prejuicio y juzgamientos. Signos exteriores de “mal cuidados”, sin contextualizar puede
provocar un error de análisis, además de significar una actitud violenta, que lejos de
propiciar soluciones, agrava la vivencia del niño o niña. En este caso, como en el anterior,
el enfoque debe ser integral, sistémico. Un contexto de pobreza, contiene variables que
inciden de manera directa o indirecta, en la crianza, sin embargo, la familia está inmersa
en la misma situación de indefensión, como subsistema dentro de otro, el social, que la
excluye y discrimina.

En este sentido, la negligencia contextual se refiere a aquel despojo que padece no

2
Barudy, J. (1998). Op. Cit. Pág. 96

4
solo el niño, niña o adolescente víctima sino su entorno dentro de un contexto de
exclusión donde “la pobreza no implica solo falta de recursos económicos, sino también
un conjunto de carencias afectivas y sociales que las familias padecen en su conjunto. Así,
es fundamental abordar el tema de la negligencia en casos en que las familias son
víctimas de un proceso de marginación explícito o implícito, por el hecho de que sus
estilos de vida se desvían de las normas de las clases dominantes, atendiendo su
carácter multiproblemático”3.

III. INDICADORES DE ABANDONO FÍSICO

El siguiente cuadro describe indicadores de abandono físico (extraído: Barudy, J. (1998).


El dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós Ibérica, S.A: Barcelona.Pág.107).

INDICADORES DE ABANDONO FÍSICO

INDICADORES FÍSICOS INDICADORES


COMPORTAMENTALES DEL
DEL NIÑO O NIÑA CONDUCTA DEL
NIÑO O NIÑA
CUIDADOR O CUIDADORA

- Participa en acciones - Abuso de drogas o


- Constantemente
sucio, escasa delictivas. alcohol.
higiene, hambriento e - Pide o roba comida - La vida en el hogar
inapropiadamente - Rara vez asiste a la escuela es caótica
vestido. - Se suele quedar dormido en - Muestra evidencia de
- Constante falta de la escuela. apatía
supervisión, frente a - Llega muy temprano a la - Estamentalmente
acciones peligrosas,
escuela y se va muy tarde. enfermo o tiene bajo
o durante largos
períodos de tiempo. - Dice que no hay nadie que nivel intelectual
- Cansancio o apatía lo cuide. - Tiene una
permanente. enfermedad crónica
- Problemas físicos o - Fue objeto de
necesidades medicas negligencia en la
no atendidas.
infancia
- Ausencia de
cuidados médicos
rutinarios necesarios.

3
Barudy, J. (1998). El dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós Ibérica, S.A: Barcelona.Pág.97.

5
- Es explotado, se le
hace trabajar o no va
a la escuela.
- Ha sido abandonado.

1. Manifestaciones más frecuentes en niños y niñas víctimas de negligencia:

 Los comportamientos que explícita o implícitamente dan el mensaje: “tú no


eres digno de nuestro amor, o tú no eres lo suficientemente importante
para que nos ocupemos de ti”, generan en el niño o niña, un marcado
sentimiento de inferioridad, baja autoestima, inadecuación, tristeza y
ansiedad crónica.
 La vivencia depresiva, es otra de las consecuencias provocadas en niños y
niñas víctimas de negligencia. Se trata del niño o niña “mal amado”, que no
solo edifica una imagen de sí mismo desvalorizada, sino que ve el mundo
como amenazante e inseguro. Una parte de su mundo como son sus
cuidadores, que efectivamente lo rechazan, configura en su imaginario la
idea de que “el mundo” puede hacerle daño; lo que obliga al niño o niña, a
proyectar frustración y hostilidad hacia el exterior.

Barudy desarrolla en su propuesta teórica los mecanismos que se ponen en marcha a


partir de las experiencias de abandono, que sirven a las y los niños como mecanismos
para adaptarse a esa realidad. Éstos se traducen en comportamientos específicos que es
posible detectar en la conducta del niño o de la niña.

2. Comportamientos adaptativos:

a. Modelo relacional de dependencia-desconfianza.


“El niño o la niña tenderá a la oscilación entre la dependencia y el rechazo en sus
relaciones interpersonales. Demandante extremo frente a cualquier adulto, solicitando
afecto y atención permanente, abriéndose sin discriminación, lo que provoca una
exposición a situaciones de peligro. Una vez lograda la atención del adulto, la
dependencia se transforma en retirada para protegerse del sufrimiento suplementario que

6
conlleva la posibilidad de una frustración. Congelan las emociones, privándose de
relaciones próximas y duraderas. Poco a poco devienen en niños apáticos y distantes.
Otro de los mecanismos de que se vale este perfil de niño o niña, es habitar un mundo de
fantasía donde no necesita a nadie, ya que él es un ser todopoderoso”. 4 Cuando sea este
mecanismos el que está activo, el niño o niña afirmará que “no necesita ayuda”, y que
“puede solo”.

b. Trastorno de comportamiento.
Toda la conducta está orientada a “llamar la atención”, dedicado de manera insistente en
demandar la mirada sobre cualquiera que podría servirle de fuente de cuidado. Aquí
vemos los niños o niñas que sin dar cuenta del contexto, se “hacen los payasos”, se
ridiculizan, o se presentan de menor edad de la que tienen, (conductas regresivas); en
casos extremos pueden hacerse daño físicamente o efectuar robos a sus pares, con la
fantasía de que esos objetos les otorgarán lo que el otro tiene y ellos no, llenando el vacío
en el que habitan.

3. El abandono

En los escenarios en los que ocurre abandono, estamos frente a “una ruptura con las
figuras de apego. Bowlby (1973), propone el concepto de “separación” para describir la
ausencia temporal de las figuras de apego, y la de “pérdida” para la ausencia permanente
de éstas. Los conceptos de “negligencia” y de “abandono” se aproximan al abordar dos
tipos de situaciones: el abandono explícito y el abandono implícito”. 5

En el primer caso, los cuidadores “rechazan” de manera manifiesta la idea de cuidar


del niño o niña, por lo que, el mensaje que recibirá será “soy basura”, lo que genera por
un lado, un sentimiento de sí mismo, pobre o nulo, y en el peor de los casos vacío de
identidad; y por otro, soy “excepcional” porque puedo cuidarme solo y no necesito a
nadie”, en este caso, construyen una pseudo identidad embestidos de personajes
omnipotentes para poder controlar la angustia provocada por el terror y desprotección,
que en realidad sienten.

4
Barudy, J. (1998). El dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós Ibérica, S.A: Barcelona.Pág.105
5
Barudy, J. (1998). El dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós Ibérica, S.A: Barcelona.Pág.106.

7
“El niño abandonado, se transforma en un “viejo prematuro”, con comportamientos y
discursos de gigante. (…) debe crearse un personaje, un nombre, una reputación. (…)sino
a través de un falso yo, por medio de una identidad “como si”. 6

6
Ídem. Pág. 111.

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