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BOURDIEU, Pierre y Loki J. D. Wacquant, “La lógica de los campos” en Respuestas por una
antropología reflexiva, p. 64.
2
BOURDIEU, Pierre, Los usos sociales de la ciencia. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires 1994, p. 75.
2
límites están puestos en los puntos donde los efectos resultantes de todas esas
fuerzas dejan de ser percibidos por un objeto que interactúa con ellas. Así “las
fuerzas que son activas en el campo y que, por lo mismo, el analista selecciona
como pertinentes, porque producen las diferencias más importantes, son
aquellas que definen el capital específico” 3, por lo que un capital sólo existe y
funciona en relación a un determinado campo, confiriéndole a quien lo posee
poder sobre él y sobre las reglas que definen su funcionamiento, y por lo tanto
sobre las ganancias que este campo genera.
En el caso de la Educación Física, por ejemplo, el capital específico se vincula
a los conocimientos, teorías, supuestos, y prácticas que se vinculan a los
cuerpos en movimiento. De ese interés específico, surge un saber profesional
particular vinculado a la formación docente en Educación Física. Pero, como no
es la única que se “ocupa” y “preocupa” por los cuerpos en movimiento, disputa
su ámbito de acción e influencia con otras disciplinas, ciencias y campos que
comparten su interés como, por ejemplo, algunas ramas de la biología, la
sociología, la psicología.
En un campo de conocimiento pueden identificarse problemáticas, algunas de
ellas necesarias y otras contingentes. Las problemáticas necesarias están
presentes en casi todos los contextos, son aquellos cuestionamientos y
preguntas que se reiteran en los diversos momentos sociohistóricos. Las
problemáticas necesarias se vinculan con procesos históricos determinados, es
decir, surgen de preocupaciones que emergen en cada contexto específico.
El concepto de “campo” posee un alto nivel de abstracción, lo que dificulta su
comprensión. Una posibilidad de comprensión radica en hacer una analogía
entre la noción de “campo” y la de juego.
Campo y juego comparten algunas características. Ambos poseen reglas, pero
en el caso del “campo” las reglas son tácitas y su existencia no es producto de
una creación deliberada.
En ambos conceptos (campo y juego) existen apuestas como resultado de la
competición entre jugadores que aceptan las reglas implícitas, ya que el solo
hecho de participar implica un reconocimiento del juego que no es puesto en
tela de juicio.
Los jugadores disponen de “cartas” que pueden darles el triunfo según el juego,
pues la jerarquía que tienen las distintas formas de capital (económico, cultural,
social, simbólico) varía según el campo. Así por ejemplo el valor de un capital
intelectual depende de la existencia de un campo en el cual dicha carta de
triunfo pueda utilizarse y además su valor relativo dependerá del estado del
campo, del capital de los otros jugadores que intervengan en el juego y de las
estrategias relativas de cada uno.
Las estrategias empleadas entre los que participan de un mismo campo,
pueden ser arriesgadas o prudentes, subversivas o conservadoras y en
definitiva dependerán del volumen y la variedad de capital que cada jugador
posee y de la importancia que este tenga en el juego que se está jugando. Pero
no sólo dependen de ésto sino también “de la evolución en el tiempo del
volumen y la estructura de su capital, es decir de su trayectoria social y de las
disposiciones (habitus) que son constituidas en la relación prolongada con
cierta estructura objetiva de posibilidades” 4.
Pero aún así esto no es todo, ya que los jugadores pueden intentar cambiar
3
Ibid., p. 67.
4
Ibid., p. 66.
3
algunas reglas del juego cambiando el valor relativo de sus cartas mediante
alguna estrategia que desacredite el valor relativo del capital de sus
adversarios y/ o repotencie el valor del capital propio.
Luchas de este tipo se verifican habitualmente al interior del campo de la
Educación Física y se evidencian, por ejemplo, en la supremacía de los
discursos de rendimiento por sobre los de la participación, del deporte sobre la
gimnasia y el juego, o viceversa, de acuerdo sea el espacio o el tiempo donde
estas disputas se desarrollen.
Como parte de estas luchas, los integrantes de un campo muchas veces se
esfuerzan por excluir del campo a una parte se sus colegas (actuales o
potenciales), obviamente cuando éstos representan una amenaza a sus
posiciones de privilegio.
Por estas razones y en base a las relaciones objetivas de fuerza entre sus
ocupantes, el campo orienta las estrategias a través de las cuales cada
miembro trata de salvaguardar o mejorar su posición mediante luchas
individuales o colectivas que favorezcan a su producto. Quienes consigan el
dominio en un campo están en condiciones de hacerlo funcionar en su propio
beneficio, pero siempre deben tener en cuenta que se van a producir
resistencias, luchas y reagrupamientos de fuerzas por parte de los dominados.
Dado que es un escenario de relaciones de fuerza y que las luchas a su interior
procuran transformarlas, el campo es un sitio de cambio permanente.
El ingreso a un campo sólo se produce si se posee una determinada
configuración de características, es decir un determinado capital específico que
sea eficiente dentro de él. Una vez dentro del campo, en función de la posición
que ocupen dentro de él, de sus intereses y de su capital, estos individuos
propenderán ya sea a conservar la distribución existente de capital o a intentar
subvertirla. Esto no implica un razonamiento lineal en el cual los poseedores de
cantidades reducidas de capital sean siempre “revolucionarios” o que los
dominadores del campo sean automáticamente “conservadores”. Pero aquellos
que apunten a estrategias de subversión deben tener presente que la lucha
será costosa y larga y que en general tendrán todo el sistema en su contra.
Dentro de un campo, pueden funcionar subcampos, con lógicas diferenciadas,
pero directamente vinculados con el capital cultural y la formación profesional
específica del campo.
En el campo Educación Física podemos identificar tres subcampos.
-El subcampo de la teoría: Formado por teorías, conocimientos, supuestos
prejuicios, ideologías, que sustentan la toma de decisiones.