Sei sulla pagina 1di 3

ESCUELA NACIONAL DE COLOMBIA POLICARPA SALAVARRIETA

DIPLOMADO EN DOCENCIA UNIVERSITARIA

MADELAINE HISEY OCHOA REYES

¿Cuál es su aporte como docente universitario, a la trasformación, creación y formación de


los futuros profesionales según el Sistema Educativo Colombiano?

Son muchos los elementos de los que se constituye el saber, son muchas las fibras que
conforman el entramado de la vida, es mucho el conocimiento del que se necesita para ser,
para estar, para permanecer, para evolucionar, para sobrevivir. Es precisamente ese saber,
constructo resultante de años y años de trasegar humano por el planeta, lo que constituye el
conocimiento y la vida misma.

El desarrollo del ser humano y de su carácter, se encuentra íntimamente atado a sus


realidades, al contexto en el cual se mueve, interacciona y crece, por lo tanto su conocimiento
experiencial e intuitivo hace parte de su funcionamiento y reacciones ante las situaciones y
el mundo que le rodea. Casi que imposible resultaría separar al ser más humilde, de su
memoria sensitiva, que es la más básica y fundamental herramienta en la construcción de la
personalidad. Pero, ¿cómo se configura esa serie de recuerdos tan esenciales para la vida?, a
partir de la capacidad investigadora propia de los individuos, de ese constante interés
humano por comprender su realidad, de ese tan natural espíritu curioso que configura la vida
del hombre y la mujer en un planeta dotado de incalculables posibilidades y limitaciones para
su desarrollo como especie y como ser único. De esta manera es posible asegurar que los
saberes más básicos de la humanidad son el cúmulo de su proceder experiencial, de sus
descubrimientos más primitivos y básicos, de su memoria sensitiva. En este sentido, también
es necesario reconocer la tan diversa existencia humana, su parte animal, natural e instintiva
y su esencia pensante, espiritual y cognitiva, esferas que confluyen, convergen y se hayan
atadas la una a la otra.

Así, con el proceso evolutivo natural se desarrolla el pensamiento, el comportamiento, la


cultura y el conocimiento humano que se torna en ciencia, enriqueciendo aún más el
proceder e interactuar de hombres y mujeres con su medio. De esta manera, con millones de
años de evolución física y mental, el ser humano ha construido incalculables e invaluables
cantidades de teorías que manipula a su acomodo en el constante ejercicio de vivir,
cantidades infinitas de conocimiento que ha denominado ciencia y le dan el lugar privilegiado
de ser dominante en el mundo, en el mundo natural y el de las ideas que ha construido para
sí mismo.

Todo este bagaje científico, social, cultural, tecnológico y espiritual se ha transmitido en sus
mismos genes o memoria biocultural, en su memoria oral, y en sus comportamientos,
elementos evidenciados en su actuar cotidiano, en sus interacciones con los demás y en su
manera de asumir su existencia y trasegar en el mundo. Siendo estos mismos saberes el
fundamento más complejo de su forma de ver el mundo, de asumir la vida, de pensar y de
reaccionar.

En medio de todos estos contenidos y experiencias se encuentra esa incansable y natural


capacidad humana de transmitir el conocimiento y de enseñar, labor infaltable en el
desarrollo humano. Se torna necesaria la interacción entre individuos y así, tan
“sencillamente”, se configura la enseñanza, el ejemplo, la transmisión del saber, del
conocimiento, de la ética, de las normas sociales, de la ciencia, incluso de los paradigmas,
estableciendo así y con el tiempo, la Educación, como herramienta esencial para el desarrollo
y permanencia humana.

La enseñanza se configura como la labor fundamental en el desarrollo de las sociedades, de


hecho se asegura que construye a las demás ocupaciones humanas y es la herramienta
principal en el avance hacia la igualdad, la equidad, la justicia y el conocimiento integral de la
humanidad y sus realidades. Y es a la vez una de las prácticas más complejas de la vida puesto
que aborda, estudia y profundiza en la complejidad del ser. Mediante la educación se puede
construir, impulsar, transformar, desarrollar e incluso destruir cada una de las
particularidades de los individuos y de la misma sociedad. Es la educación una importante
herramienta que, dependiendo de sus enfoques e intereses, determina el desarrollo o
destrucción del mundo y del ser.

Se encuentra entonces el Ser en medio de grandes procesos de construcción y


deconstrucción constantes, y es que en los procesos de enseñanza- aprendizaje es
fundamental esa tan diversa esencia humana, la persona, las ideas, los sentimientos, el
pensamiento, la experiencia, el cuerpo, las ideas, las sensaciones, la intuición, el cerebro,
entre tantos elementos que constituyen a cada persona en su parte física, psíquica, mental y
cognitiva. Nos movemos los seres humanos entre un mundo abstracto y subjetivo: el mundo
de las ideas, de la percepción, de los sentimientos y la experiencia; y el mundo material,
orgánico y funcional, esferas que convergen, se complementan y chocan, haciendo de la vida
un hecho dinámico y complejo.

De esta manera es necesario resaltar el importante papel que juega quien enseña, quien
educa, en el descubrimiento, desarrollo y construcción del conocimiento, sea en el contexto
que sea: en el hogar, en la escuela, en la universidad, en la sociedad misma. Y además, es el
docente quien, ha de dar fuerza y fundamento teórico a los saberes aprendidos en la familia
y ha de fomentar el fortalecimiento de la personalidad y del pensamiento mismo. Enorme,
desafiante y constructiva labor en la que es fundamental el reconocimiento de lo subjetivo,
de lo imaginario y de la gran influencia de la experiencia particular, de la realidad y del medio
en que cada individuo interacciona y se desarrolla.

En este sentido, el docente universitario, en el contexto colombiano, contexto en el que la


confluencia de múltiples experiencias humanas configura un paisaje diverso y variable,
dinámico e indiscutiblemente heterogéneo y en conflicto, se enfrenta a grandes y constantes
desafíos. El docente universitario en Colombia, se mueve y desarrolla su labor en medio de
procesos, vivencias, imaginarios y problemáticas de numerosos calibres y tonos, sus prácticas
se enfrentan a patrones de comportamiento y de pensamiento que influyen en el actuar de
mujeres y hombres pertenecientes a una sociedad construida a golpes que a veces parece
una masa informe, sociedad diversa y rica en experiencias cuyo destino es incierto e incluso
inseguro y que exigen al máximo sus capacidades en la construcción, fundamentación,
impulso y promoción del pensamiento crítico, integral e imparcial.

Como docente universitario en un país como Colombia se ha de tener conciencia de las


experiencias de sus estudiantes, de sus saberes previos, de su realidad cotidiana; se ha de
buscar en las prácticas docentes, el desarrollo de mentalidades más humanas y
emancipadoras, se ha de promover con la enseñanza y acompañamiento la libertad de
pensamiento y el respeto y tolerancia por lo ajeno y diferente, sea el área que sea ha de
promover el reconocimiento de lo individual como complemento de lo propio; se ha de
impulsar el acercamiento e inmersión en los contextos más populares para el reconocimiento
de la realidad humana de las comunidades, en busca de la conciencia social y la construcción
y formulación de estrategias de acción para solucionar los muchos problemas que aquejan a
las masas humildes colombianas. El docente universitario de Colombia debe poner sus más
grandes capacidades al servicio de la construcción del conocimiento contextualizado y
humano, para que sus estudiantes comprendan la realidad global y local, y busquen en sus
áreas de especialización, estar siempre conscientes de la necesidad del cambio y de la justicia,
la igualdad, la equidad, y el reconocimiento de lo local y de la diversidad como fundamento
del saber.

Potrebbero piacerti anche