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ACTIVIDAD 1

LA TELARAÑA DE LANA

- El facilitador solicitará a los participantes que, estando de pie, formen una ronda.
- Al azar le pedirá a una persona que tome el ovillo de lana, se presente y al concluir,
sin soltar la punta del ovillo, se lo debe arrojar a otro integrante.
- Cuando se presenten deberán dar a conocer su nombre y un valor que los caracteriza
- Quien recibe el ovillo deberá presentarse y repetir la misma acción: sostener una parte
de la lana (nunca deben soltarla) y arrojar el ovillo a otro integrante.
- La dinámica deberá continuar hasta que todos los participantes se hayan presentado;
el facilitador deberá hacer una analogía entre las interrelaciones (sujetos sujetados)
- Para desarmar la telaraña cada participante deberá dar a conocer al grupo otra
información, hasta que el primero que comenzó, termine.

ACTIVIDAD 2
LA SILUETA DE MI HIJO

- Entregar una hoja de papel y un esfero a cada padre de familia


- Indicar que dibujen la silueta de su hija o hija, con el cual tenga mayor dificultad en
comprenderle.
- Una vez dibujada la silueta, pedir a cada uno de los participantes que escriba en la
silueta la siguiente información:
- En la cabeza: Posibles pensamientos
- En el pecho (corazón): Sus sentimientos
- En el estómago: Malos comportamientos
- En las manos: Algo que debería cambiar
- En las piernas: Algo que lo distingue de los demás
- Una vez que hayan escrito lo solicitado pedirles a los participantes que cierren los
ojos e imaginen que ahora son ellos sus hijos/as a quienes dibujaron e intenten pensar
lo que ellos piensan, lo qué sienten, porque se comportan de cierta manera, y los
valores que lo definen
- Finalizar la actividad pidiendo a los participantes que por parejas se den un abrazo
como muestra de haber entendido más a su hijo/a

Para reconocer las dificultades que tiene nuestro hijo/a debemos estar conscientes de sus
virtudes, debilidades y fortalezas; identificar además las principales problemáticas en
relación a su desarrollo.

En relación a todo lo que hemos visto, hoy en particular hablaremos sobre las
problemáticas más comunes que afectan a nuestros niños y niñas en la infancia temprana;
haciendo énfasis en los ​Problemas de comportamiento​ y ​Problemas del Lenguaje

1. PROBLEMAS DEL COMPORTAMIENTO

Las ​rabietas​, la ​desobediencia ​o el ​negativismo s​ on algunos de los problemas más comunes


durante la infancia, siendo además, una de las principales causas que motivan la búsqueda de
ayuda psicológica por parte de los padres. Cuando se habla de trastornos de la conducta
describimos aquellos comportamientos que son considerados inaceptables socialmente.

Los niños suelen presentar problemas para la interiorización de límites y normas, obedecer
normas, cuestionan la autoridad de diferentes figuras (padres, profesores…), retan a los
adultos, etc.

Algunos de los problemas comentados por los padres en la consulta hacen referencia a
comportamientos habituales en determinadas ​etapas del desarrollo​, por lo que hay que
diferenciarlas de las conductas propias de los trastornos de esta población:

● La desobediencia.
● Las rabietas.
● La actitud negativista.

No obstante, otros de los problemas más comunes son las discusiones (familiares o en el
colegio), enfrentamientos, comportamientos violentos o destructivos, inicio precoz en el
consumo de sustancias, conductas delictivas, etc.

Ante este tipo de situaciones, son muchos los padres los que consideran que su hijo “ha
nacido así”, estableciendo incluso ​paralelismos con otros miembros de la familia: “es igual
que su padre”. Esta situación genera en muchos casos un sentimiento de ​frustración ante la
creencia de que su hijo no puede cambiar ya que “él es así”. No obstante, son muchas las
personas que desconocen que las conductas de los hijos están condicionadas o controladas
por variables propias de los padres como el estilo educativo, la comunicación familiar, la
presencia o ausencia de límites, así como el uso de refuerzos (premios) y castigos.

Por lo que respecta al origen y mantenimiento de estos comportamientos infantiles, se han


descrito diferentes ​factores:​

● Las consecuencias de la conducta. Un determinado comportamiento es más probable


que se repita cuando va seguido de una consecuencia positiva
● Interacciones familiares. Ej. estilo educativo punitivo (basado en el castigo continuo)
por uno de los progenitores y permisivo (con ausencia de castigos
independientemente de la conducta de los hijos) por parte del otro.
● Características individuales. Se han descrito diferencias personales (vulnerabilidad,
predisposición, temperamento…) que en interacción con otros factores de tipo
ambiental o familiar pueden facilitar el origen de esta problemática.
● Otros factores del ambiente. el nivel socioeconómico pueden propiciar la aparición de
comportamientos delictivos o conflictivos. No obstante, este tipo de comportamiento
pueden aparecer en cualquier contexto social.

A partir de la identificación de esta lista de factores, se han desarrollado diferentes


intervenciones dirigidas a la reducción de este tipo de comportamientos y la sustitución por
otros más adaptativos o aceptados por la sociedad.

CÓMO UTILIZAR UN LENGUAJE POSITIVO PARA MEJORAR EL


COMPORTAMIENTO DE LOS HIJOS?

OBJETIVO:
- Dominar lenguaje positivo para lograr comportamientos adecuados en los niños y
niñas

MATERIALES
- Diapositivas
- Laptop
- Infocus

TIEMPO: 10 minutos

LECTURA:

Los niños necesitan a sus padres como referentes, guías y como refugio emocional. En
ocasiones, cuando los padres se sienten desbordados pueden gritar o decir cosas sin pensar a
sus hijos con palabras o frases que pueden herir gravemente la autoestima y el desarrollo de
sus hijos pequeños. Lo que está claro que los malos modos, los gritos o ser ambiguo, no
funcionan para mejorar el comportamiento de los hijos y tampoco sirve para tener paz en
casa.

Los niños necesitan sentirse seguros y protegidos por parte de sus padres y una forma de
conseguirlo es mediante la comunicación y el lenguaje positivo. Es necesario que en vuestra
vida exista un lenguaje positivo diario para que los niños se den cuenta de que el amor que
sientes por ellos es incondicional, mejorará su autoestima, la percepción que tienen de ellos
mismos, sentirán que son capaces de aprender lo que sea, se darán cuenta de que los errores
son oportunidades y siempre verán el vaso medio lleno.
No puedo permitir que (describir el comportamiento)

Esta frase es necesaria e importante porque te pone en una posición de autoridad y es


emocionalmente neutra para tu hijo. En ocasiones hay que ser flexible y dejar paso a la
negociación, pero en otras circunstancias no hay opción a negociación pero no por eso debe
dejar de ser positivo. Cuando tienes que establecer límites sin negociación no hay que entrar
en una lucha de poder.

No existe ningún manual para pedir a tu hijo que deje de hacer cierto comportamiento, pero
hay algunas declaraciones directas para que ellos dejen de hacer algún comportamiento en
concreto. Por ejemplo, si tu hijo está jugando con la pelota dentro de casa puedes decirle
algo: ‘No puedo permitir que juegues con la pelota en casa’ Es necesario decirlo sin rodeos,
ni emoción. Después redirige la acción física para llevar a tu hijo a un ambiente más
apropiado para jugar con la pelota (como el jardín) y a continuación, elogia su
comportamiento cuando esté jugando en el jardín.

Me gusta la forma en la que (describir el comportamiento)

El refuerzo positivo verbal ayuda a que los niños aumenten las conductas adecuadas, pero
siempre deberán usarse en el momento adecuado. Si siempre le dices a tu hijo: ‘Buen
trabajo’, empezará a perder el valor y el significado de la frase. Es necesario saber cómo
reconocer el buen comportamiento de tu hijo para que se repita de nuevo.

Tu hijo necesita saber qué ha hecho bien y para ello deberás ser descriptiva y no omitir
detalle. Por ejemplo, puedes decirle algo como: ‘Me ha gustado mucho en la forma en la que
has hecho la tarea sin que tenga que recordártelo”. De esta manera, tu hijo entenderá qué es
lo que está haciendo bien y lo repetirá.

Te escucho

La escucha activa es una herramienta estupenda y necesaria para ayudar a los niños para
lidiar con sus emociones. Los niños suelen sentirse frustrados, sobre todo si no pueden
expresar bien las emociones verbalmente. Cuando le escuchas y mantienes un canal de
comunicación abierta, podrás aliviar su tensión emocional, se sentirán respetados y queridos.
Por supuesto, también es necesario decirle que le quieres todos los días.

Datos importantes para utilizar el lenguaje positivo

● Sé un buen ejemplo para que aprendan a comportarse de forma positiva


● Muestra tus sentimientos de forma asertiva
● Sé una persona con empatía
● Potencia lo bueno y las conductas positivas
● Cuando hables con tu hijo baja a su nivel
● Cumple tus promesas
● Elige tus batallas
● Asegura que tu hijo entienda la responsabilidad y las consecuencias de sus acciones
● Mantén siempre un buen sentido del humor

La forma de establecer los límites varía en función de la edad de los niños. A partir de los 3
años, se basa en las consecuencias que produce su conducta. Sobre los 6 años, los niños
comprenden mejor las normas gracias a la repetición. Alrededor de los 10 años, los niños
comienzan a comprender que existen excepciones a las normas ya interiorizadas.

● A partir de los 3 años, sí es un buen momento para ​introducir normas de


comportamiento y premios y ​castigos​. El niño está lo suficientemente maduro como
para captar la relación causa-efecto, es decir entre lo que hace y las consecuencias.
● Hasta los 6-7 años es un periodo en el que el niño va interiorizando las ​normas
sociales, aprende a relacionarse en contextos externos a la familia y con iguales,
empieza a participar en juegos de reglas. Todos estos aprendizajes, junto con los de
las normas y límites, generan un "pequeño adulto" que cuestiona a los padres que no
cumplen con las normas que ellos mismos imponen o a otros adultos que no se
comportan como a ellos les han dicho que hay que comportarse.
● A partir de aquí y hasta los diez-doce años se inicia un proceso de flexibilización
mental. El niño conoce las normas, pero también sabe que hay excepciones, consigue
articular normas que en un principio pueden resultar incompatibles. Por ejemplo, en
casa todos los días se le pide que hable más bajo y sin embargo, el profesor cuando le
pregunta en clase le pide que hable alto.

A pesar de que existen programas especializados para enseñar a los padres a modificar la
conducta de sus hijos, las recomendaciones más relevantes son:

- "PERDIENDO LOS PRIVILEGIOS". Consiste en retirar permisos para hacer algo.

Por ejemplo: ​“Como no has querido cruzar de la mano, ahora seguirás yendo en tu sillita
amarrado”, “como no has recogido las construcciones, no podrás jugar con ellas hasta el
jueves”.

- EXCLUYENDO AL NIÑO DE TODA ACTIVIDAD DURANTE UNOS MINUTOS

Consiste en aislar por unos minutos al niño, privándole del contacto físico con sus padres, de
los juegos. Cuando el niño se porta mal, se le debe llamar la atención con firmeza y suavidad,
pero sin mimos. Puede que el niño responda al aviso con una rabieta o que repita la acción y
sea necesario castigarle.

Entonces, lo más aconsejable es llevarle a otra habitación de la casa donde permanezca solo
durante unos minutos sin sus juguetes ni ningún otro tipo de diversión. El retiro debe ser en
relación a la edad (5 años - 5 minutos).

- IGNORAR LOS LLANTOS Y BERRINCHES

Cuando el niño desee algo y comience a llorar o se lance al piso para obtenerlo, se deberá
ignorar esta conducta, el adulto deberá seguir con su actividad observando que no exista nada
cerca del niño que pueda ocasionar que se lastime; cuando se haya calmado, acercarse y
conversar sobre su comportamiento.

2. PROBLEMAS DEL LENGUAJE

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