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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
“¿Por qué no Disfruto en el Escenario?”
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Primera Edición: Noviembre de 2004
Agradecimientos
Este libro no hubiera sido posible sin la guía y enseñanza de aquellas personas
que permanentemente me ayudan a buscarme y a reconocerme en mi vivir
cotidiano y a encontrarme de una manera cada vez más profunda tanto en el
terreno personal como en el musical.
Simplemente gracias.
Mauricio Weintraub
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Prólogo
Sin duda alguna la luz que guía este libro es la búsqueda del disfrute
profundo en el momento de hacer música y es la falta de este disfrute lo que
ha estimulado mi cuestionamiento acerca de muchas pautas instaladas de
manera personal y general en nuestra realidad musical.
En este sentido algunas de las preguntas que dispararon esta búsqueda han
sido
“¿Porqué no disfruto del hacer música?”
“¿Para qué sirve lo que hago si no disfruto de ello?”
“¿Qué debo hacer para disfrutar del hecho musical?”
y son estas preguntas (y otras) y la búsqueda de respuestas satisfactorias las
que han dado origen a este trabajo.
Con el correr de los talleres, clases y demás actividades he visto que estas
mismas cuestiones afectan a muchos músicos (más de los que uno podría
imaginar) tanto profesionales como en etapa de formación y he observado que
muchos de estos músicos en realidad no tienen dificultades significativas con
su instrumento más allá de las normales sino que ya antes del momento de
tocar están invadidos por el miedo, la angustia y el temor a equivocarse.
Es por ello y por mi propia experiencia que considero que las emociones
displacenteras en el momento de hacer música si bien se observan en el
momento del concierto (o concurso, clase, etc) no se originan en esos
momentos, sino que por un lado tienen su origen en la estructura emocional
del músico y por el otro se van estableciendo en el estudio cotidiano y es en
estos dos ámbitos en los cuales se debe trabajar para su resolución. Es por
ello que los capítulos I y II de este trabajo están dirigidos a intentar comprender
de qué manera funciona nuestro universo emocional en relación con el “ser
músico” y de qué manera estudiamos cotidianamente mientras que el capítulo
III intenta describir cómo se da el Proceso de Transformación que en
definitiva nos permita disfrutar del hecho musical.
En este sentido es importante señalar que generalmente el proceso que nos
lleva del displacer al disfrute en el momento de tocar (es decir el Proceso de
Transformación) se da en tres terrenos diferentes:
- El Terreno Teórico
- El Terreno Práctico
- El Terreno Vivencial
Si bien los tres terrenos están de alguna manera relacionados entre sí, este
trabajo, como no puede ser de otra manera, solo representa el Terreno Teórico
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
de esta problemática y tanto el Terreno Práctico (es decir el trabajo con el
instrumento) como el Terreno Vivencial (es decir el trabajo emocional
propiamente dicho) deberá realizarse, si el músico lo considera necesario, en
los espacios destinados a esos fines.
Finalmente es importante para mí decir que este trabajo está construido a partir
de mi propia experiencia personal y a partir de la experiencia de maestros,
colegas y jóvenes músicos que han trabajado y trabajan conmigo y que asisten
a las clases, charlas, talleres y seminarios que dicto habitualmente. En este
sentido considero todo comentario como sumamente importante ya que éstos
me enriquecen, me estimulan y me permiten profundizar en la búsqueda de la
comprensión y transformación de esta problemática.
Es por ello que ruego al lector que ante cualquier duda, consulta o sugerencia
no dude en comunicarse conmigo por mail a mauricioweintraub@yahoo.com.ar
Mauricio Weintraub
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Capítulo I
El Aspecto Emocional
La Situación de Concierto
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
música nos transmitía en nuestros comienzos y por la cuál decidimos
comenzar a estudiar.
¿Cómo y cuándo cambió nuestro objeto de atención? ¿Cuándo nuestra
prioridad dejó de ser la música para convertirse en la opinión externa de lo que
hacemos?
a) El Músico 1
b) El Público
1 Relacionados directamente con el músico se encuentran también la obra y el instrumento, pero por el
momento no nos ocuparemos de ellos ya que los problemas que puedan surgir con respecto a estos
elementos están relacionados con un aprendizaje técnico y/o musical y en ambos casos se deberá recurrir
a los maestros especializados. Sí nos ocuparemos de la obra en el capítulo referido al Estudio Diario pero
solo en su relación con el músico.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
comprobar que todos son peores músicos que él, a comprobar que él es el
peor músico de todos, etc. En definitiva, habrá tantas opiniones como personas
haya en la sala y muchas de ellas, casi podríamos decir la gran mayoría,
opinarán con respecto al concierto y al músico según sus propias expectativas
y según su propia competencia musical y emocional.
- a) El músico ve al público como una sola y gran persona con una sola
opinión.
- b) Esta persona generalmente opinará negativamente de la actuación
del
músico.
Después de este análisis es fácil darse cuenta de que ante esta situación lo
más comprensible es que el músico experimente un profundo displacer en el
momento de la ejecución.
Sin embargo es en este momento del análisis en donde surge claramente que
el músico al cual nos estamos refiriendo no tiene en la realidad una relación
con “el público”, sino consigo mismo. Es decir, el músico no teme lo que el
público pueda opinar, decir o sentir acerca de su actuación, sino lo que él
mismo opinará, dirá o sentirá acerca de su actuación en el escenario. Como
prueba de este punto basta observar que muchas veces el músico continúa
con la certeza de que al público no le gustó el concierto inclusive aunque los
comentarios que recibe por parte de ese mismo público sean de elogio hacia
su actuación, cuando esto ocurre por lo general el músico siente que el público
“siente lástima” y que no le dice lo que opina verdaderamente.
En este sentido es fundamental detenerse el tiempo que sea necesario en este
punto a fin de poder comprender claramente que en un primer momento de
este análisis, “el público” al que el músico teme antes de salir a escena,
simplemente no existe, o mejor dicho, es solo una construcción arbitraria
que el músico hace a imagen y semejanza de sus propios aspectos
internos. Este punto es sumamente importante ya que por primera vez el
músico puede quitar al público como motivo del problema y situarse a sí mismo
como motivo y, consecuentemente, como solución del mismo. En este
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
momento el músico puede comprender que lo que a él le produce displacer no
es tocar en público sino lo que él experimenta cuando toca en público y
por lo tanto la solución ya no estará en “el público” sino en sí mismo.
Indagaremos, entonces qué es lo que ocurre en el interior del músico que
siente displacer en el escenario, intentaremos comprenderlo y posteriormente
modificarlo.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
El Aspecto Emocional
La Situación Interior
Intentaremos comprender ahora con la mayor claridad posible cuáles son los
personajes internos que habitan en todo músico y que se ponen de manifiesto
con mayor presencia en el momento de salir a escena.
Si bien el músico es una sola persona es muy importante comprender que en
su interior cohabitan al menos dos personajes:
1) El Ejecutante
2) El que juzga la labor realizada por el ejecutante, a quien llamaremos el
Crítico/Guía.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Llamaremos Ejecutante a aquel personaje interno que solo se ocupa de tocar,
es decir es aquel que toma el instrumento, sale al escenario y toca, sin opinar
acerca de cómo lo hizo (al menos en este primer momento). Es un personaje
fundamentalmente práctico y su función está dirigida casi exclusivamente al
hacer, y en el caso del músico, al tocar.
Este personaje se realizará si toca como desea llegar a tocar y si disfruta al
hacerlo. En las relaciones externas este personaje está generalmente
representado por el alumno, es decir es quien recibe la enseñanza y quien la
pone en práctica a través del acto de tocar.
Por otra parte llamaremos Crítico/Guía a aquel personaje interno que opina y
experimenta emociones acerca de lo que el Ejecutante hace sobre el escenario
o acerca de lo que hace habitualmente con su instrumento. Es fundamental
comprender que este personaje no toca un instrumento, es decir, su manera
de actuar es teórica, él opina acerca de la actuación del Ejecutante y su
función es ayudar a este Ejecutante a llegar hasta la Meta. También es
fundamental comprender que el Crítico/Guía no llega a la meta, sino que ayuda
al Ejecutante a llegar. Es muy frecuente observar en una primera instancia del
trabajo emocional de transformación que el Crítico/Guía no reconoce su
esencial función de ayudar al Ejecutante (es decir su función Guía) y se
identifica casi en su totalidad con su aspecto Crítico aunque esta crítica
empeore la situación del Ejecutante.
Es importantísimo comprender que la realización de este personaje se dará si
el Ejecutante llega a la meta que ambos han concordado; es decir el
Crítico/Guía es un personaje “volcado hacia el Ejecutante”, su propia
realización está puesta en la realización de otro. En las relaciones externas
este personaje está en general representado por el maestro.
Existe finalmente el objetivo hacia el que está dirigido esta relación. A este
objetivo lo llamaremos Meta y es entonces aquel lugar al cual el Ejecutante y
el Crítico/Guía quieren que el Ejecutante llegue. Esta Meta puede ser, por
ejemplo:
- Ser el mejor músico del mundo
- Disfrutar de la música lo más posible
- Tocar de manera perfecta
o cualquier otra, aunque más adelante veremos que no es lo mismo una meta
que otra.
Lo fundamental en este punto es que la Meta debe ser la misma para ambos.
En muchos casos ambos personajes suelen tener metas diferentes; cuando
esto ocurre habrá que detenerse hasta que ambos acuerden una meta en
común.
Generalmente en nuestra realidad cotidiana, nunca sucede que ambos
personajes acuerden la meta antes de comenzar a interactuar. Esto es no
suele suceder que el Ejecutante y el Crítico/Guía se planteen cuál será la meta
a alcanzar antes de comenzar el estudio del instrumento.
Sin embargo cuando la relación entre el Ejecutante y el Crítico/Guía comienza
a ser disfuncional, es importante y suele ser muy esclarecedor poder
preguntarles a ambos personajes “¿Cuál es la Meta a alcanzar?”. Esta
pregunta no es menor ya que lo que en realidad se está preguntando es
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
“¿Para qué estamos estudiando?” o “¿Hacia dónde estamos yendo?”. Es
evidente que si en un automóvil no hay acuerdo entre el que maneja y el que
guía con respecto al sitio adonde se quiere ir, difícilmente se arribará a algún
destino, y aunque se arribe, este destino difícilmente traerá consigo felicidad
para ambos.
Cuando indagamos en esta pregunta ante una relación disfuncional, muchas
veces encontramos dos metas diferentes. Por ejemplo, el Ejecutante quiere
disfrutar haciendo música pero el Crítico/Guía quiere que el Ejecutante sea
exitoso.2 Es interesante notar la diferencia entre estos dos objetivos que, como
veremos más adelante, no necesariamente deben ser coincidentes ni
contradictorios.
Cuando existe un desacuerdo en la meta a alcanzar, será importante
detenerse hasta que ambos personajes consigan acordar una meta en común.
Para esto es fundamental recordarle al Crítico/Guía que si bien ambos
personajes tienen aquí la misma importancia, cuando se habla de meta se está
hablando de la meta que el Ejecutante intentará alcanzar, es decir se está
hablando de la vida del Ejecutante
y no de la vida del Crítico/Guía y en este sentido es aquel quien tendrá la
última palabra. También es importante comprender que en última instancia la
Meta final del Ejecutante siempre será disfrutar del hecho de hacer música sin
que este disfrute impida ninguna otra meta intermedia. En este sentido
llamaremos disfrutar a aquella sensación de placer profundo que surge del
contacto emocional con la obra abordada, comprendiendo que para que este
placer profundo pueda ser experimentado debe incluir una técnica
especialmente desarrollada y un conocimiento de la obra en el sentido general
y particular que abarque la totalidad de sus aspectos.
2 A lo largo de este trabajo utilizaremos el término “éxito” en el sentido habitual en el que es utilizado en
nuestra sociedad. Es decir, una persona exitosa es aquella que obtiene un reconocimiento de “la sociedad”
por su actividad profesional. Esta “sociedad” puede ser la sociedad musical, la sociedad en su conjunto u
otras “sociedades” o personas como por ejemplo la familia, el maestro, el padre y/o madre, etc. Lo
importante en este caso es que el término éxito se relaciona directamente con el “reconocimiento de
alguien externo” en relación con la tarea que se desarrolla”.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Por su parte, el Ejecutante no solo escucha sino que además se ve
directamente afectado por las emociones que el Crítico/Guía experimenta y por
el “actuar” de éste sintiéndose de esta manera más cerca o más lejos de la
meta a alcanzar.
Relación Disfuncional
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Qué siente y cómo reacciona el Crítico/Guía no evolucionado cuando el
Ejecutante no toca como quiere
Estas reacciones aparecen muchas veces con un “texto”, es decir con una
frase consciente o inconsciente. Algunas de estas frases son:
- “No podés equivocarte”
- “Cuando tocás, la verdad, das lástima”
- “Me voy porque si no te mato”
- “No servís para nada”
- “Todos tocan mejor que vos”
Ahora bien, es fundamental comprender que tanto el Enojo (es decir, lo que el
Crítico/Guía siente), como su reacción (lo que el Crítico/Guía hace), como las
frases (lo que el Crítico/Guía dice) están apoyadas en la siguiente creencia:
“El Ejecutante podría tocar mejor y no quiere hacerlo”
es decir,
“El Ejecutante puede pero no quiere”
Todas las emociones surgidas del Enojo parten de esta creencia. Lo que
enoja al Crítico/Guía es que él cree que el Ejecutante podría tocar mejor, es
decir, él le adjudica al Ejecutante la “Voluntad” y la “Decisión” de no tocar bien.
Cuando hablamos aquí de “Voluntad” y “Decisión” no nos referimos solo a que
el Ejecutante “decide no tocar bien”, sino también a que “no toca bien porque
no se esfuerza” o “no toca bien porque no se compromete con la música” o “no
toca bien porque le da demasiada importancia al qué dirán”, etc.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
En todos estos casos (y en muchos otros similares) sí es posible que el
Ejecutante “no se esfuerce” o “no se comprometa con la música” o “le de
demasiada importancia al qué dirán”; pero si esto es así habría que averiguar
por qué el Ejecutante “no puede esforzarse”, por qué “no puede
comprometerse con la música” o por qué “no puede darle menos importancia
al qué dirán” y ayudarlo a que pueda hacerlo.
No olvidemos que el Ejecutante quiere ser un buen músico y por lo tanto cada
vez que no lo consigue es porque no ha podido serlo pese a .su deseo.
Lo que el Crítico/Guía no evolucionado no consigue aceptar es su propia
incapacidad de ayudar al Ejecutante, en realidad es él mismo quien tampoco
puede ayudarlo.
En su creencia hay una parte cierta: “El Ejecutante puede tocar mejor”, es
decir, esencialmente el Ejecutante tiene las condiciones necesarias como para
tocar mejor, lo que no es cierto es que el Ejecutante pueda tocar mejor
ahora, es decir, no es cierto que el Ejecutante hoy, aquí y ahora haya podido
tocar
mejor de lo que tocó, simplemente porque si hubiera podido hacerlo lo hubiera
hecho.
Es importante observar que la creencia del Crítico/Guía que dice que el
Ejecutante decide no tocar mejor deja toda la responsabilidad del fracaso en el
Ejecutante; es decir “cuando el Ejecutante decida tocar mejor (o “decida
esforzarse” o “decida conectarse con la música”, etc.) entonces lo hará” y por
lo tanto de esta manera y a partir de esta creencia el Crítico/Guía se exime a
sí mismo de su función de ayudarlo.
Un Crítico/Guía de estas características juzga en lugar de ayudar, sentencia
en lugar de acompañar, y finalmente cierra la puerta del crecimiento.
Estas reacciones también aparecen muchas veces con un “texto”, es decir con
una frase consciente o inconsciente. Algunas de estas frases son:
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
- “Cuando te veo tocar así me dan ganas de llorar”
- “Bueno, no te preocupes, para lo que vos podés no estuvo tan mal”
- “Cuando tocás así me pongo tan mal que mejor me voy”
- “Perdoname, pero lo que hacés no sirve”
- “Pobrecito, ¿no ves que no podés?”
- Y...la verdad es que de todos fuiste el peor”
Ahora bien, también aquí es fundamental comprender que tanto la Lástima (es
decir, lo que el Crítico/Guía siente), como su reacción (lo que el Crítico/Guía
hace), como las frases (lo que el Crítico/Guía dice) están apoyadas en la
siguiente creencia:
Ahora que hemos analizado cuáles son las emociones que el Crítico/Guía no
evolucionado experimenta cuando el Ejecutante no consigue tocar como
quisiera intentaremos comprender qué siente y cómo suele reaccionar, en una
relación disfuncional, el Ejecutante ante el trato de este Crítico/Guía.
a) Enojo
b) Temor
c) Tristeza
O diferentes graduaciones de estas (en el caso del Enojo puede sentir ira o
bronca, en el caso del Temor puede sentir pánico y en el caso de la Tristeza
puede sentirse deprimido).
¿Cómo salir entonces de una relación disfuncional que lo único que asegura es
una batalla cada vez más violenta entre ambos aspectos o la depresión de
ambos?
Creemos que para comprender cuál es la clave para revertir esta relación
debemos encontrar, analizar y comprender la creencia que sustenta esta
relación disfuncional entre Crítico/Guía y Ejecutante de la cual ambos
aspectos participan y con la cual ambos están de acuerdo aunque alguno o
ninguno de ellos esté dispuesto a aceptarlo.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
porque cree que si continúa fracasará y si fracasa no tendrá derecho a ser
amado.
Es fundamental comprender que en toda Relación Disfuncional lo que está en
juego nunca es el concierto o la nota o la clase sino el Amor del Crítico/Guía
hacia el Ejecutante; un Amor que el Crítico/Guía condiciona y que el
Ejecutante necesita de manera incondicional, al igual que un hijo necesita del
amor incondicional de sus padres.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Creencia General: “Sólo es digno de amor quien tiene éxito
o
“Quien fracasa no es digno de ser amado”
Crítico/Guía
Creenci Emoción Acción (qué Hace el Frases más Frecuentes (qué Dice el C/G)
a (qué siente C/G)
el C/G)
Emoc Agresión “Cuando actuás así tengo ganas de matarte”
“Pu iones
Prohibición del Error “No podés equivocarte”
Abandono “Me voy para no matarte”, “Ya no se qué hacer
ede Agres con vos, ahora arreglátelas solo”, (Actitudes
per ivas silenciosas), etc.
o no Desvalorización “lo que hacés no sirve para nada”, “dedicate a
Activ otra cosa”, etc.
quie as Comparación “Nunca vas a tocar como…”, “Si hicieras lo
re” Enojo Negativa que hace él”, etc.
Reproche “¡Como siempre!”, ¿Cómo puede ser?, si te
salía bien en casa!”, etc.
Rechazo “No merecés que me preocupe por ayudarte”,
etc.
Avergonzar “¿No te da vergüenza tocar así?”, “¿No te das
cuenta que no estás en el nivel…”
Exigir “Hasta que no toques sin error alguno, no
estarás en condiciones, No voy a dejarte en
paz!” ,”¡¡Podrías esmerarte!!” etc.
“Qu Emoc Depresión “Cuando te veo tocar así me dan ganas de
llorar”
iere iones Consuelo Superficial “Bueno, para lo que vos podés no estuvo tan
per Agres mal”
o no ivas Abandono “Cuando tocás así me pongo tan mal que mejor
me voy”
pue Pasiv Desvalorización “Perdoname, pero lo que vos hacés no sirve”
de” as Ratificación de la “Pobrecito, ¿ves que no podés?”
impotencia del
Lásti Ejecutante
ma Comparación “Pobrecito, los otros pueden y vos no”
Negativa
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Ejecutante
No se esfuerza,
Resignación, _ “Hay algo en mí que no
Tristeza Pasiva Inacción quiere y ya no puedo hacer
nada, tiene razón en
maltratarme”
An Realiza mas “Si me esfuerzo mas, le voy
Activa esfuerzos Éxito a demostrar que puedo”
te Enojo para demostrar
Fracaso “Evidentemente no puedo”
la
Realiza mas “Si me esfuerzo toco mejor
Lás Activa esfuerzos Éxito y no me tiene lástima”
tim para evitar “Parece que no puedo y va a
Miedo Fracaso
a sentir lástima de mi”
Pasiva Inacción. Deja de “Mejor no hago nada, no
del estudiar y tocar _ quiero mas lástima”
C/ Inacción. “No puedo hacer nada, tiene
G Tristeza
Pasiva No se esfuerza. _ razón en sentir lástima por
Deja de estudiar. mi”
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Relación Funcional
- Protege
- Estimula
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Esta definición está extraída casi textualmente de “El Arte de Amar” de E.Fromm,
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
- Ayuda a crecer
- Acompaña
Etc.
“Cada aspecto interno es digno de ser amado por el solo hecho de ser”
Crítico/Guía
Creencia Emoción (qué Siente el Acción (qué Hace el Frases más frecuentes
C/G) C/G) (qué Dice el C/G)
Protege
El Ejecutante
siempre hace lo “No te preocupes,
mejor que puede vamos a aprender de
y no hay dudas Estimula este error para que, en
Amor un futuro, no vuelva a
de que, si ambos suceder o para que
nos Incondicional cada vez suceda
menos.”
relacionamos “¿Hay algo que yo
como él necesita, Ayuda a crecer pueda hacer, además de
en algún lo que hago, que te
ayude a sentirte más
momento tocará cerca de tocar como
como quiere. querés?”
Acompaña
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Ejecutante
“Continuaré estudiando
Se siente amado, porque en cada
Estudia más porque Éxito momento experimento
potente, disfruta del contacto un mayor disfrute y
acompañado, con su instrumento aprendo a ser mejor
comprendido, y porque sabe que músico.”
ayudado. Siente conseguirá tocar “Si bien estoy triste
serenidad y como quiere. porque el concierto no
fue bueno, comprendo
confianza. que el error es un paso
Fracaso más en el camino y es
necesario para el
aprendizaje. Continuaré
estudiando para mejorar
y solucionar mis
errores. Se que tarde o
temprano tocaré como
quiero y mientras tanto
intento disfrutar cada
vez más.”
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Ahora que hemos comprendido en líneas generales la estructura de una
Relación Disfuncional y de una Relación Funcional entre el Crítico/Guía y el
Ejecutante intentaremos analizar brevemente algunas de las diferencias más
importantes entre una Relación Disfuncional y una Relación Funcional con el
fin de comprender de qué manera estas diferencias permiten o impiden el
proceso de crecimiento.
Si bien en cada músico se da un vínculo particular e individual entre
Crítico/Guía y Ejecutante, existen algunas diferencias características entre la
Relación Disfuncional y la Relación Funcional.
Compararemos brevemente estas diferencias a fin de comprender mejor su
funcionamiento.
Nuestra cultura occidental nos señala permanentemente y cada vez con mayor
insistencia al éxito casi como único objetivo válido.
En líneas generales se valora especialmente la popularidad, el dinero
acumulado y la cantidad de victorias y esto aparece a la vez como un símbolo
de poder. Por el contrario el disfrute casi no se menciona como un objetivo a
conseguir. Sí se menciona la diversión y el placer, fundamentalmente en
períodos de vacaciones, pero en general se hace referencia a cierta excitación,
algarabía y desenfreno que sirven como vía de escape a la vida cotidiana de
trabajo y responsabilidades. El hombre vale en relación con el dinero o con el
éxito que obtiene pero no en relación con el disfrute profundo que experimenta
en su vida cotidiana.
Este trabajo lejos está de querer presentar él éxito como algo esencialmente
negativo y opuesto al disfrute pero sí pretende reflexionar acerca de cuáles son
las consecuencias de priorizar una y otra búsqueda en el ámbito musical.
Relación Disfuncional
Relación Funcional
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Como hemos visto, en una Relación Funcional el Crítico/Guía ya ha
comprendido que la prioridad es lo que el Ejecutante desea y necesita y
siempre el Ejecutante desea disfrutar.
Hay que recordar que, en lo profundo, lo que impulsa ahora a hacer música al
Ejecutante son los mismos motivos que lo llevaron a estudiar música en el
comienzo de su estudio, es decir, el simple y maravilloso placer por la música
en sí misma. La necesidad de éxito es algo que se ha ido “agregando” con el
correr del tiempo, a medida que el músico ha ido desarrollando su “carrera”.
El Crítico/Guía sabe que si la meta es el disfrute, el Ejecutante estará
permanentemente implicado en el estudio ya que, de alguna manera, buscar el
disfrute es también un buscarse a sí mismo. Sabe también que una vez
alcanzado este disfrute, el Ejecutante estará siempre donde quiere estar y
entonces la Meta y el Camino hacia la Meta serán una misma cosa.
Como hemos dicho anteriormente el éxito está lejos de ser algo negativo y por
lo tanto también es bueno tender hacia él pero siempre como consecuencia del
disfrute y no como su causa.
Relación Disfuncional
Relación Funcional
Relación Disfuncional
4 Llamamos “Emociones Negativas” a aquellas emociones que habitualmente nuestra sociedad entiende
como contrarias al crecimiento. Aclaramos que no consideramos de ninguna manera estas emociones (ni
ninguna otra) como “esencialmente negativas”, sino como emociones que sirven de “señales” para la
existencia de un problema a resolver. Sin embargo, en este momento del trabajo, y con el objetivo de
profundizar de la mejor manera en el universo emocional del músico, utilizaremos esta denominación.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Como hemos visto en una Relación Disfuncional las emociones
preponderantes suelen ser aquellas denominadas Emociones Negativas es
decir Bronca, Enojo, Lástima, Vergüenza, Rencor, Odio, Desgano, etc.
Estas emociones están dadas en un primer momento siempre por el
Crítico/Guía y son las emociones que éste experimenta cuando escucha tocar
al Ejecutante y cada vez que éste no consigue tocar como desea. Un
Crítico/Guía no evolucionado no suele reflexionar acerca de sus propias
emociones y tampoco acerca de si éstas ayudan o no al Ejecutante a alcanzar
la Meta deseada. Por el contrario, como hemos visto, él experimenta estas
emociones y actúa en consecuencia.
“Cuando toques bien dejaré de sentir esto que siento por vos y te amaré.”
Relación Funcional
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
El Crítico/Guía evolucionado sabe ya que el Ejecutante siempre es digno de
ser amado, en el acierto y en el error, en el éxito o en el fracaso. El
Crítico/Guía evolucionado ha atravesado toda la experiencia del desamor y de
las “Emociones Negativas” y ha comprendido la imposibilidad del verdadero
crecimiento fuera del Amor.
El Amor del Crítico/Guía nutre al Ejecutante en cada momento, lo enorgullece
en el acierto y lo impulsa a continuar y a mejorar en el error. Tal como nuestra
definición de Amor señala el Crítico/Guía al cual nos referimos no es un
Crítico/Guía indiferente al crecimiento del Ejecutante, desinteresado de su
evolución; por el contrario es un Crítico/Guía que desea profundamente que el
Ejecutante se realice como tal y que ha comprendido que solo desde el Amor
profundo e incondicional esta realización puede producirse. Cuando hablamos
de “Amor Incondicional” nos referimos a un amor que está siempre presente,
no importa cómo el Ejecutante se desempeñe en el concierto. Es un amor
dirigido al Ejecutante en sí mismo por el solo hecho de existir.
En una Relación Funcional el Amor está fuera de discusión, el Amor está
siempre y por lo tanto el Ejecutante puede disponer de todas sus energías para
solucionar los problemas específicamente musicales. El Ejecutante sabe que
será amado en el acierto y también en el error y por lo tanto no está
preocupado o angustiado por el rechazo, el abandono o el maltrato. Toda su
energía, todo él se orienta hacia la música.
El Crítico/Guía evolucionado dice:
“Si tocás bien te elogiaré y si tocás mal intentaré ayudarte a que lo hagas
mejor la próxima vez, pero siempre te recibiré con un abrazo después del
concierto, siempre estaré orgulloso de ti y siempre te amaré.”
Un Ejecutante que sabe que siempre será amado, que sabe que nunca estará
solo y que, por lo tanto, dispone de todas sus energías para atender la cuestión
musical generalmente evoluciona mucho más rápido que uno cuyo Amor
siempre está en juego, y esto es así porque es mucho más fácil solucionar una
nota desafinada que el desamor.
Relación Disfuncional
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
mientras que el Ejecutante es quien aprende siempre y quien no sabe nada
o sabe muy poco.
En una Relación Disfuncional el Crítico/Guía es quien ordena y el Ejecutante
es quien es ordenado. Cada vez que el Ejecutante fracasa, el Crítico/Guía cree
siempre que aquel es el único responsable de este fracaso y por lo tanto lo
maltrata, lo culpa o lo abandona. Es el Ejecutante quien no estudia como
debería, quien no tiene talento o quien “se pone nervioso porque sí”. Muchas
veces, fundamentalmente cuando esta relación disfuncional se ha desarrollado
por un tiempo prolongado, el Ejecutante también comparte con el
Crítico/Guía esta visión y él mismo cree que es el único responsable del
fracaso.
Este tipo de relación interna (como casi todas) está aprendida de la relación
externa con nuestras figuras “guías” existentes en la sociedad. Es casi
impensable que un profesor en una escuela acepte ante el alumno (o ante sí
mismo) su parte de responsabilidad cuando el alumno no consigue resolver
una ecuación matemática y es casi imposible también imaginar un profesor que
pregunte a su alumno acerca de “qué necesita él” para aprender aquello que
aún no ha podido aprender. En nuestra cultura todas las figuras de autoridad
son consideradas “fuertes” cuando muestran decisión y omnipotencia en su
accionar y como “débiles” cuando admiten que hay algunos puntos de su
función que no conocen y que quieren aprender. Basta mirar el mundo y
observar las características de los líderes que lo gobiernan.
En el ámbito interno, a medida que esta Relación Disfuncional se prolonga en
el tiempo, la distancia existente entre ambos aspectos aumenta y la solución se
dificulta cada vez más. De esta manera el Crítico/Guía aparece cada vez “más
grande” y, generalmente enojado o acusando al Ejecutante mientras éste está
cada vez más empequeñecido y débil.
En este tipo de relación, el Crítico/Guía se identifica casi exclusivamente con
su rol Crítico autoritario (aunque también podría ser un Critico amoroso), él se
ha olvidado que es él quien debe proporcionarle al Ejecutante las herramientas
que faciliten su crecimiento; y no ha comprendido que cada vez que el
Ejecutante fracasa como Ejecutante él fracasa como Guía.
Relación Funcional
Relación Disfuncional
Relación Funcional
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Capítulo II
El Estudio Cotidiano
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
El Estudio Cotidiano
Como hemos dicho, tanto las emociones placenteras como displacenteras que
el músico experimenta en el momento de exposición escénica son generadas
por el mismo músico en dos ámbitos fundamentales: el Aspecto Emocional y
el Estudio Cotidiano. Lógicamente ambos terrenos son transitados y
habitados por el músico de manera simultánea; dado que cuando el músico
lleva a cabo su estudio cotidiano su aparato emocional se encuentra presente
en su totalidad modificando y condicionando dicho estudio y al mismo tiempo
este aspecto emocional se encuentra influido de manera directa por el estudio
cotidiano y por lo que el músico experimenta en el mismo. De esta manera el
concierto, clase, concurso, etc. actúa como una lupa que agiganta la
funcionalidad o disfuncionalidad existente en ambos ámbitos y la sensación de
placer o displacer que el músico genera y experimenta en ellos. Así, si el
músico tiene una relación funcional entre sus aspectos internos y estudia
también de manera funcional el concierto se presentará por lo general como un
momento placentero, por el contrario si su relación interna y/o su estudio es
disfuncional el concierto será seguramente un lugar angustiante y
atemorizante.
De alguna manera puede decirse que así como el Aspecto Emocional es el
ámbito de la relación entre el músico y sus partes internas (fundamentalmente
Ejecutante y Crítico/Guía) y de éstas entre sí, por su parte el Estudio
Cotidiano es el ámbito de la relación entre el músico y la obra que está
estudiando y los elementos de ella.5
5 En el presente trabajo cada vez que nos refiramos a la obra nos estaremos refiriendo también
a los estudios técnicos, escalas, arpegios, etc.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Como hemos dicho el Estudio Cotidiano es el ámbito en el que se da la
relación entre el músico y la obra y, por lo tanto, antes de comenzar a describir
las formas de estudios disfuncionales y disfuncionales intentaremos
comprender cuáles son los aspectos de una obra que el músico debe abordar
para relacionarse de manera profunda con la misma.
Aspecto Técnico
Llamaremos Aspecto Técnico de una obra a aquella técnica que el músico
debe poseer o desarrollar para conectarse con la obra en profundidad.
Consideraremos que el músico tiene el aspecto técnico de una obra resuelto
cuando su técnica no interfiere con lo que él quiere expresar o, dicho de otra
manera, cuando su técnica es un vehículo a través del cual expresa aquello
que quiere expresar.
Aspectos Analizables
Llamaremos Aspectos Analizables de una obra a todos los aspectos de la
obra en sí y sus circunstancias que son dignos de ser analizados. Cuando
hablamos de la obra en sí nos referimos a todos los aspectos de la obra que el
músico necesita analizar para comprenderla en profundidad, es decir aspecto
armónico, rítmico, formal, estructural, de tensión y distensión etc. Por su parte
cuando hablamos de las circunstancias de la obra nos referimos a todos los
datos que, si bien no se encuentran en la obra, sí se relacionan con ella de
manera directa, es decir datos del compositor, contexto histórico, situación
social y musical de la época, estilo, etc. y que también el músico necesita
conocer y relacionar. Consideramos que el músico tiene una obra analizada en
líneas generales cuando a través de los diferentes análisis ha incorporado un
número importante de datos que utilizará luego para llevar a cabo su
interpretación.
Aspecto Emocional
Llamaremos Aspecto Emocional de una obra a aquellas emociones que esta
obra tiene implícita en su profundidad. En este punto distinguiremos dos
formas diferentes en las que el músico puede relacionarse con el Aspecto
Emocional de la obra: de manera superficial a través de lo que hemos
denominado “Tocar lo que se Siente” o en profundidad a través del
“Expresar su Emoción Profunda”
Como veremos más adelante ambas formas de relacionarse y expresar el
Aspecto Emocional de la obra son cualitativamente diferentes.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Es fácil comprender que este aspecto es el más subjetivo de todos ya que
cada músico experimenta de manera absolutamente personal e individual cada
emoción. Sin embargo como veremos más adelante la profundidad del estudio
del músico y fundamentalmente la relación del Aspecto Emocional con los
aspectos anteriores será lo que nos permita apreciar el grado de relación real
que este músico tiene con la obra en cuestión.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Dos Formas de Estudio Cotidiano:
Estudio Disfuncional – Estudio Funcional
Estudio Disfuncional
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
La creencia en la que se apoya esta manera de estudiar es:
b) El estudio que centra su objetivo en “tocar la obra como debe ser tocada”
45
Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
es” es más importante que mi emoción, la cuál tiene poca o ninguna
importancia.”
Para finalizar diremos entonces que cuando el músico estudia a partir de esta
perspectiva y centra su objetivo en reproducir “lo que la obra debe ser” se
relaciona con ella fundamentalmente de manera intelectual (a través del
análisis de los distintos aspectos de la obra) y física (a través del desarrollo
técnico) pero no se relaciona o solo lo hace superficialmente desde el Aspecto
Emocional, lo cual lo mantiene “separado” de la obra en cuestión. Esta
“separación”, este “no contacto” con la esencia de la obra es lo que impide que
el músico experimente verdadero disfrute en el momento de tocar. Es
importante comprender además que esta “separación” que el músico
experimenta con respecto a la obra es en realidad una “separación” que el
músico sufre con respecto a sí mismo en el terreno emocional y, como
hemos dicho, esto está originado en la idea de una obra (y una música) que
está más allá y que el músico no puede ni debe alterar.
47
Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Aspecto Emocional de la obra, pero sin considerar importante ninguno de
los otros aspectos anteriores. De esta manera un músico puede “tocar lo
que siente” independientemente de que su técnica esté más o menos
desarrollada y del mayor o menor conocimiento que pueda tener acerca de la
obra en cuestión. En este sentido lógicamente el resultado sonoro puede ser
muy diferente al que él desea e inclusive al que él escucha aunque de todas
maneras él esté convencido de que está expresando lo que quiere expresar.
Este “sentir” del músico es superficial, no se relaciona necesariamente con la
profundidad de la obra y encuentra su causa casi exclusivamente en su
Aspecto Emocional independientemente de su Aspecto Físico (es decir del
desarrollo de su técnica) y de su Aspecto Intelectual (es decir del análisis de
los distintos aspectos de la obra) Es entonces importante comprender que
este “sentir” no está justificado necesariamente por ningún otro elemento que
no sea por sí mismo.
“Lo único importante es lo que yo siento y si toco como siento todo será
sin esfuerzo y exactamente como quiero.”
Algo similar ocurre con el Aspecto Técnico, dado que al no desarrollar este
aspecto es muy probable que el músico “acomode” su interpretación a sus
posibilidades técnicas mientras asegura (y probablemente cree) que está sólo
expresando su “sentir” con respecto a la obra. Un ejemplo de este punto son
los cambios de tempo y/o rittardando que algunos músicos, sobre todo en
formación, realizan en lugares de dificultad técnica sólo por no tener su técnica
lo suficientemente desarrollada.
Es muy interesante observar que esta forma de estudio por lo general surge
como respuesta a las dos formas de estudio disfuncional que mencionamos
anteriormente. De esta manera, muchos músicos que han postergado su
emoción para priorizar la técnica y/o el análisis de la obra posteriormente
deciden estudiar priorizando sólo lo que “sienten” y se desentienden de los
aspectos anteriores. En este sentido estos músicos o bien han postergado su
emoción profunda hasta que el aspecto técnico estuviera resuelto o bien han
postergado (o anulado) su emoción profunda para “tocar la obra como debe ser
tocada” y luego han decidido actuar contra una o ambas maneras de estudiar.
Estos músicos no solo ignoran la técnica y el análisis sino que de alguna
manera los desprecian y es este desprecio lo que les impide ver su
importancia. Sin embargo suele ser muy frecuente observar que detrás de este
desprecio a la técnica y/o al análisis se esconde en realidad un temor profundo
a no poder resolver los problemas técnicos y/o a no poder analizar la obra en
profundidad.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Dos Analogías
En el Estudio Cotidiano
Retomando nuestro análisis del estudio cotidiano y, fundamentalmente de las
formas disfuncionales del mismo, diremos que tanto la Cultura del Esfuerzo
como el Hijo Sometido son las figuras que reflejan las formas de estudio
disfuncional “a” y “b” que hemos visto anteriormente.
En aquellos músicos que centran el objetivo de su estudio en “no cometer
errores técnicos” (forma de estudio disfuncional “a”) la postergación del
disfrute musical hasta tanto la técnica no esté desarrollada hasta el punto de
asegurar que no habrá errores es un paralelo exacto de la Cultura del Esfuerzo
y más aún de la frase “Primero el deber, después el placer”. En este sentido
sólo tiene derecho a experimentar placer quien ha cumplido con su deber, y de
la misma manera solo tiene derecho a intentar expresar la emoción que le
despierta una obra quien ha resuelto absolutamente su aspecto técnico. No
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
existe en quienes adhieren a esta concepción el concepto de buscar el placer
mientras se realiza el mayor esfuerzo posible o buscar expresar la emoción de
una obra mientras se desarrolla la técnica necesaria.
De esta manera el músico se transforma también en un Hijo Sometido de un
padre que no le permite expresar lo que la obra le produce hasta tanto la
técnica no esté en perfectas condiciones. Lógicamente este “padre” suele ser
externo (maestros, directores, conservatorios, etc.) e interno (el Crítico/Guía
disfuncional al que nos hemos referido en el capítulo anterior).
Algo similar ocurre con aquellos músicos que centran el objetivo de su estudio
en “reproducir lo que la obra debe ser” (forma de estudio disfuncional “b”).
En este caso tampoco está “permitida” la conexión con el propio sentir con
respecto a la obra ya que el objetivo es tocar la obra como debe ser y en este
sentido también es fácil comprender que el músico se transforma en un “hijo
sometido” de aquel “padre” (maestro, director, conservatorio, Crítico/Guía) que
dice cómo debe tocarse la obra en cuestión sin preocuparse por lo que el
hijo/músico siente cuando toca.
Por otro lado tanto la figura de la Cultura del Placer como la del Hijo Rebelde
representan la forma de estudio disfuncional “c” que hemos visto
anteriormente.
Aquellos músicos que centran el objetivo de su estudio en “tocar lo que
sienten” adhieren a la Cultura del Placer en lo referente al desinterés,
desprecio y desvalorización del estudio de la técnica y al análisis de la obra y
del esfuerzo que ambos desarrollos evidentemente demandan. Estos músicos
no consideran importante un desarrollo técnico y tampoco un estudio de los
diferentes aspectos de la obra ya que su objetivo es sólo expresar “su propio
sentir” con respecto a ésta. Por otro lado adhieren a la figura del “Hijo Rebelde”
en lo referente a que, por lo general, esta actitud de desinterés, desprecio y
desvalorización hacia la técnica y al análisis de la obra (es decir a todo lo que
requiere un esfuerzo para ser realizado) está dada como respuesta a un
“padre” (maestros, directores, instituciones, Crítico/Guía, etc.) que durante
mucho tiempo ha señalado como lo único importante a estos aspectos ahora
rechazados.
Si bien este es un trabajo que se ocupa solo del músico como tal, es evidente
que no es imprescindible que estos comportamientos hayan sido aprendidos
por el músico en el ámbito pura y exclusivamente musical, sino que por el
contrario, muchas veces el músico se comporta dentro de su estudio cotidiano
como un Hijo Rebelde de un “padre” que no tiene que ver con la música y por
lo tanto expresa en el ámbito musical una rebeldía que se ha originado fuera
de él.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Técnico Analítico Emocional
Lo considera Prácticamente lo Prácticamente lo
casi como lo ignora ignora Cultura del
único importante Resultado: Su Resultado: Su Esfuerzo
“No Resultado: Su conocimiento contacto con la
cometer desarrollo profundo de la emoción de la
errores técnico es obra es obra y con la
limitado prácticamente suya propia es Hijo
técnicos” inexistente prácticamente Sometido
inexistente
En general lo Lo considera Prácticamente lo
considera sumamente ignora
importante importante Resultado: Su
Resultado: Su Resultado: contacto con la
desarrollo Puede conocer emoción de la Cultura del
“Tocar la técnico puede o la obra con obra y con la Esfuerzo
no ser acorde a diferentes suya propia es
obra como la necesidad de grados de prácticamente
Debe ser la obra profundidad inexistente
tocada” aunque al no Hijo
estar conectado Sometido
con su emoción
nunca alcanza la
comprensión
real de los
aspectos que
analiza
Prácticamente lo Prácticamente lo Lo considera
ignora ignora casi como lo
Resultado: No Resultado: No único importante
consigue conoce en (aunque su
desarrollar la profundidad la “sentir” es Cultura del
“Tocar lo técnica obra en cuestión superficial) Placer
necesaria a las Resultado: Está
que se necesidades de en contacto con
siente” la obra su sentir (que no
es lo mismo que Hijo
su emoción Rebelde
profunda) pero
no con la
emoción de la
obra
Estudio Funcional
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
En primer lugar definiremos como Estudio Funcional aquella manera de
realización del estudio cotidiano que acerca al músico al disfrute musical y que
favorece su desarrollo técnico, analítico y emocional con respecto a la obra que
está estudiando. En este sentido es fundamental comprender que el desarrollo
de estos tres aspectos no se lleva a cabo porque debe realizarse sino porque
si no se realiza el músico no consigue introducirse realmente dentro de la obra
y por lo tanto no consigue disfrutar de ella. De esta manera el concepto de
disfrute profundo al cual este trabajo apunta tiene que ver con un disfrute
integral de todos los aspectos de la obra en cuestión y esto incluye el
desarrollo de todos los aspectos relacionados.
54
Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
reproducir el pp que él ya escucha en su interior y por lo tanto desarrolla la
técnica necesaria para alcanzarlo. Seguramente este desarrollo irá en la
dirección técnica general y por lo tanto utilizará menor cantidad de arco y
ejercerá menor presión pero lo hará solo porque ese es el camino para
transformar en realidad sonora algo que él ya tiene como tal en su interior.
De esta manera y como hemos dicho el músico que estudia desde esta
perspectiva desarrolla su técnica en dos sentidos complementarios: por un lado
desarrolla su técnica en un sentido general o universal, es decir de acuerdo a
los parámetros comunes a todo músico que ejecuta el mismo instrumento, para
lo cual aprende los principios técnicos de sus maestros y los aplica; pero a la
vez desarrolla su técnica en un sentido sumamente particular o individual (sin
que estas “particularidades” atenten contra lo general). Esto es así porque hay
todo un universo emocional que solo él necesita expresar y por lo tanto hay
una técnica que solo él necesita (y puede) desarrollar y que es acorde a este
universo.
Es importante comprender que si esta búsqueda se hiciera sin el desarrollo
técnico general el músico estaría desconociendo la evidente importancia de
sus maestros y de sus conocimientos y si se hiciera sin el desarrollo técnico
particular el músico estaría desconociendo la evidente importancia de sí
mismo dentro del proceso de aprendizaje.
El músico que estudia desde esta perspectiva se transforma en un buscador
incansable del desarrollo técnico pero su estudio nunca tiene a la técnica
como objetivo final sino que ésta es siempre un instrumento necesario e
imprescindible para la expresión de su Emoción Profunda. De esta manera,
como su búsqueda técnica es movilizada por su emoción, el músico está en
contacto permanente con ésta y por lo tanto nunca se siente separado de sí
mismo ni ausente en el hecho musical.
Al igual que lo que sucede con el aspecto técnico el músico que estudia de
manera funcional considera el análisis de la obra como fundamental e
imprescindible para relacionarse en profundidad con ella, pero nunca como lo
más importante ni como el objetivo final de su estudio.
Éste músico sabe ya que no existe una “obra en sí misma” independiente del
hecho de ser tocada y por lo tanto no se plantea como un objetivo válido el
“tocar la obra como debe ser”. Él sabe que, necesariamente su interpretación
de la obra modificará su carácter de “eterna” e “inmutable” a la que nos
referíamos anteriormente y en este sentido busca conocerla de la forma más
completa posible para poder así ser fiel a su espíritu y a su esencia. Para el
Músico Funcional la obra es un universo con el cual él se relaciona, una casa a
la cual ingresar y las puertas a través de las cuáles se accede a ella son los
análisis de los diferentes aspectos, desde los más superficiales (análisis
dinámico), pasando por los intermedios (análisis armónico, melódico, etc.)
hasta los más profundos (análisis de los procesos de tensión y distensión,
acceso a la región culminante, punto culminante, etc.). Ahora bien, el Músico
Funcional sabe también que todo análisis es hueco y sin sentido si no está
dirigido a la comprensión y posterior expresión de la emoción que la obra le
despierta. Dicho en otras palabras el Músico Funcional no analiza la obra para
tocarla luego como debe ser sino para comprender porqué la obra le produce
las emociones que le produce aunque éstas se vean modificadas o
profundizadas durante el análisis o luego del mismo.
Es importante comprender también que el músico que estudia de manera
funcional no se conforma solo con conocer la obra y ni siquiera con conocerla
en profundidad sino que su búsqueda está dirigida permanentemente a
establecer una conexión emocional con el universo emocional de la obra, a
experimentar este universo y a expresarlo. Este músico no busca solo analizar
la obra ni comprenderla sino que utiliza su análisis y su comprensión para
ingresar en el universo emocional de la obra y en el suyo propio y desde allí
poder expresarse. En otras palabras, el Músico Funcional no toca notas sino
que utiliza las notas para expresar emociones y en este sentido sabe que cada
nota que no está expresando una emoción es una nota que ha perdido su
oportunidad de ser.
58
Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
a) El Músico Funcional es un buscador permanente de la expresión de la
Emoción Profunda
Como hemos dicho este músico tiene como objetivo más importante la
expresión de su Emoción Profunda y en este sentido su pregunta ante un
fragmento musical (o sección, movimiento, obra, etc.) suele ser:
Estas preguntas y otras similares tienen como objetivo conectar al músico con
su emoción y concientizarlo de ella para luego poder trabajar en beneficio de
su expresión.
Ahora bien, estas preguntas son un primer paso que si bien es imprescindible
es también insuficiente.
Una vez que el Músico Funcional ha tomado conciencia de su emoción con
respecto a un fragmento determinado comienza a pensar cómo quisiera que
este fragmento suene buscando en este “sonido imaginario” unificar lo que está
escrito en la partitura y su emoción ante ella. Es aquí cuando el músico se
pregunta:
Una característica interesante del Músico Funcional es que por lo general tiene
durante su estudio cotidiano más preguntas que respuestas o al menos más
preguntas que respuestas definitivas.
En general el estudio cotidiano es el ámbito en el cual el Músico Funcional se
interroga a sí mismo en su relación con la obra que está estudiando.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
A continuación ofreceremos algunas de las preguntas que el Músico Funcional
suele hacerse y que hemos dividido en dos grupos fundamentales:
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Estas preguntas y muchas otras ayudan al Músico Funcional en dos sentidos
diferentes: por un lado las preguntas pertenecientes al primer grupo lo acercan
a descubrir qué es lo que quiere expresar y por el otro las preguntas
pertenecientes al segundo grupo lo acercan a descubrir cómo puede trabajar
para expresar aquello que quiere expresar.
En muchas ocasiones, como hemos dicho, las respuestas a estas preguntas
demoran en mayor o menor medida en aparecer o directamente no aparecen.
El Músico Funcional es paciente con aquellas respuestas que demoran en
aparecer pero no permite que definitivamente no aparezcan y es así como,
cuando esto ocurre, busca las respuestas fuera de él, en una institución o en
un maestro determinado. Es por ello que es importante comprender que un
Músico Funcional no es aquel que no necesita un maestro sino aquel que en
ocasiones con un maestro y en ocasiones sin él se dirige hacia su propio
disfrute y crecimiento musical. Dicho en otras palabras, es aquél que no
permite la permanencia indefinida de preguntas sin respuestas que impidan su
crecimiento.
Para finalizar diremos que así como en estos dos capítulos hemos hablado
tanto en el Terreno Emocional como en el Estudio Cotidiano de los modelos de
funcionalidad y disfuncionalidad intentando describirlos y comprenderlos lo más
profundamente posible el presente libro perdería su objetivo fundamental si no
intentara acercar a aquel músico que experimenta emociones displacenteras
en el momento de tocar hacia su propia funcionalidad y, consecuentemente,
hacia su propio disfrute y su mejor rendimiento.
Es por ello que en el próximo y último capítulo intentaremos comprender de
qué manera se transita el Proceso de Transformación que nos lleva desde la
disfuncionalidad hacia la funcionalidad tanto en el Terreno Emocional como en
el Estudio Cotidiano sabiendo de antemano que seguramente sólo se puede
explicar un proceso de este tipo de manera limitada e incompleta. Y esto es así
porque el Proceso de Transformación si bien está apoyado y fundamentado
teóricamente sólo puede ser vivenciado y experimentado de manera personal
por el músico que lo lleva a cabo.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Capítulo III
El Proceso de Transformación
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
El Proceso de Transformación
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
individuales. Es por ello que a lo largo de este capítulo y a diferencia de los
capítulos anteriores mencionaremos algunos ejemplos de músicos que asisten
o han asistidos a los talleres y clases que se realizan habitualmente en torno a
esta problemática y que nos ilustrarán en parte en lo referente a los diferentes
momentos y aspectos del mencionado proceso. En este sentido es muy
probable que quienes se sientan más representados por las características que
describiremos a continuación sean justamente aquellos músicos que han
comenzado a transitar este camino y que asisten o han asistido a los talleres y
clases destinadas a trabajar esta problemática. Asimismo, seguramente habrá
músicos que no han trabajado este conflicto pero que sienten displacer en el
momento de tocar y que se sentirán identificados en mayor o menor medida en
los párrafos siguientes.
Como veremos en el final del capítulo el trabajo en los talleres y clases que
este libro propone se desarrolla en tres sentidos diferentes: el Teórico, el
Práctico y el Vivencial. Lógicamente en este libro y fundamentalmente en este
último capítulo nos referiremos exclusivamente al Aspecto Teórico y sólo en
líneas generales ya que para los otros dos aspectos es imprescindible el
trabajo personal con el músico.
El Primer Paso
Esta etapa es la que continúa inmediatamente a aquel “primer paso” al que nos
hemos referido anteriormente. En este momento si bien el músico ya ha
comenzado su Proceso de Transformación, su funcionamiento tanto en el
aspecto emocional como en el estudio cotidiano suele ser básicamente
disfuncional ya que él mismo está regido por aquellas creencias que lo hicieron
alejarse del disfrute y de su mejor rendimiento.
67
Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
De esta manera el temor al error, el maltrato interno, la sensación de no valer
como músico y/o como persona ante una clase o un concierto fallido, la
sensación de no integridad y de permanente peligro son elementos que el
músico que se encuentra en esta etapa sufre permanentemente en su Aspecto
Emocional. Paralelamente en su Estudio Cotidiano este músico por lo general
intenta tocar siempre como se debe tocar y teme permanentemente no estar a
la altura de las circunstancias, hacer algo “incorrecto” o “indebido” en su
interpretación y cometer errores durante su presentación.
Estas características (y muchas otras) son las que suelen comentar los
músicos cuando comienzan con su Proceso de Transformación, es decir una
vez que han dado ese primer paso que los ha acercado a los talleres y clases
destinadas a trabajar esta problemática.
A medida que el músico comienza a recorrer su Proceso de Transformación de
manera lenta pero permanente, su disfuncionalidad comienza a dejar paso a su
funcionalidad. Sin embargo no debemos olvidar que en esta primera etapa nos
encontramos aún dentro de un sistema básicamente disfuncional y en este
sentido mencionaremos algunas características generales del músico que se
encuentra en este momento del proceso. Para una mayor comprensión de
estas características las hemos dividido arbitrariamente en las relacionadas
con el Aspecto Emocional y con el Estudio Cotidiano, sin olvidar que ambos
ámbitos se presentan en el músico de manera interrelacionada.
En el Aspecto Emocional
d) El Ejecutante mudo
En el Estudio Cotidiano
Una característica muy interesante que suele darse en los músicos que
comienzan su Proceso de Transformación es la imposibilidad que algunos
tienen para relacionarse emocionalmente con la obra que están estudiando. En
estos casos pese a que el músico comprende la importancia de encauzar todo
su estudio hacia la expresión de su Emoción Profunda no consigue arribar a
cuáles son las emociones que le despierta la obra en cuestión.
Es importante comprender que este músico ha priorizado durante mucho
tiempo casi de manera exclusiva el no cometer errores y el tocar la obra como
debe ser y que, por lo tanto, casi nunca se ha interrogado acerca de su
emoción con respecto a esta obra. Esta pregunta ausente ha hecho que la
emoción quede sepultada y es por ello que la respuesta no aparece de manera
clara cuando desde la coordinación se indaga acerca de este aspecto. Como
puede apreciarse esta “emoción muda” que tarda en expresarse es el paralelo
de lo que en el Aspecto Emocional hemos llamado el “Ejecutante mudo” que,
como recordamos tampoco puede expresar en un primer momento, la manera
en la que desea ser tratado por el Crítico/Guía.
Cuando esto ocurre lo importante aquí también es proponerle al músico que
continúe interrogándose de manera abierta y sincera acerca de su emoción y
que confíe en que en algún momento ésta comenzará a aparecer.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
En esta Etapa Básicamente Disfuncional lo fundamental es que el músico
permanezca abierto a sus propias emociones en el momento de relacionarse
con una obra y ayudarlo a comprender la importancia fundamental de incluir
estas emociones en su Estudio Cotidiano como una luz que guía el camino y
que orienta el desarrollo de los aspectos técnico y analítico.
Un ejemplo de este punto es el caso de Andrea, una pianista que asistió a un
taller referido al Estudio Cotidiano. Más allá de tener su aspecto técnico
básicamente resuelto Andrea no conseguía relacionarse con la obra en
profundidad y había llegado al punto en que simplemente no sabía para qué
estaba estudiando. Cuando comenzamos a trabajar Andrea señaló que ella
sabía que la obra todavía no estaba como ella quería, que estudiaba mucho
pero que ya no sabía que más hacer. En el taller Andrea tocó todo el primer
movimiento y cuando finalizó se la invitó desde la coordinación a que antes de
empezar nuevamente comentara qué emociones le despertaba a ella la
primera frase. En un primer momento Andrea no supo qué contestar y solo
comentó que nunca se había preguntado esto. Posteriormente estuvo durante
unos momentos sin encontrar respuestas y luego, muy lentamente, comenzó a
describir las emociones, sensaciones e imágenes que esa primera frase le
sugería. Cuando finalmente pudo dar una primera idea de su universo
emocional con respecto a esta primera frase (idea que, lógicamente se
profundizaría en los días y semanas posteriores) se le propuso que volviera a
tocar esa primera frase pero que ahora intentara “volcar” toda su vivencia
emocional en su interpretación. De más está decir que cuando Andrea tocó ella
misma comprendió cuánto le faltaba profundizar en su aspecto técnico y en el
conocimiento de los distintos aspectos de la obra para poder expresar
realmente su Emoción Profunda. En otras palabras, cuando Andrea supo qué
era lo que quería expresar comprendió también todo lo que le faltaba
desarrollar en su Estudio Cotidiano para expresar aquello que quería expresar
y comenzó a trabajar en este sentido.
Cuando no hay contacto con esa “vivencia emocional” (como en el caso de
Andrea en el comienzo de su trabajo) el músico comienza a no saber para qué
está estudiando ya que su interpretación puede ser más o menos correcta pero
su sensación de vacío emocional permanece. Como hemos dicho en este
momento del Proceso de Transformación lo importante para el músico será
sostener la pregunta acerca de “¿qué emoción me produce este fragmento?” y
aguardar paciente y amorosamente que la respuesta comience a surgir desde
su propio interior.
Etapa Intermedia
En el Aspecto Emocional
o su contracara
Es fundamental comprender que es muy difícil que esta creencia pueda ser
cuestionada desde “dentro” del sistema, es decir por el Crítico/Guía o por el
Ejecutante ya que ellos están inmersos en un ambiente que, en definitiva, está
posibilitado y generado por esta misma creencia.
Lo que suele ocurrir cuando el músico comienza a cuestionar esta ley y a
comprender su disfuncionalidad es que no alcanza aún a imaginar qué otra ley
diferente podría reemplazar a ésta. En estos casos, desde la coordinación, una
vez más se propone no llenar la respuesta vacía con una respuesta falsa y por
lo tanto soportar este vacío y continuar con el trabajo de comprensión del
aspecto emocional hasta que lentamente el texto de la nueva ley comience a
hacerse evidente. Como hemos visto, un rasgo importante de un músico
funcional es su amplitud y en este sentido el músico que ha comenzado a
transitar esta Etapa Intermedia ya es un músico con menos urgencia y menos
apuro y ya ha comprendido que cuando aún no se sabe lo que se quiere es
bueno saber al menos lo que ya no se quiere.
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Mauricio Weintraub
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
En el Estudio Cotidiano
Como hemos dicho una de las características del músico que recién ha
comenzado a recorrer su Proceso de Transformación y que transita aún por la
Etapa Básicamente Disfuncional es su preocupación por tocar la obra como
debe ser tocada y por no cometer errores técnicos. A medida que el músico
comprende su disfuncionalidad tanto en su Aspecto Emocional como en su
Estudio Cotidiano comprende también que si no incluye el disfrute en su vida
musical a lo sumo tocará de manera perfecta (en realidad esto no es posible
aunque sí lo es aún en su fantasía) pero nunca podrá disfrutar profundamente
del hecho musical. Esto es así porque para disfrutar del hecho musical es
necesario no sólo tocar bien sino incluir además la búsqueda de ese disfrute
en cada paso del camino.
Un ejemplo de este punto es el de Marcelo, un guitarrista que asistió a un taller
en donde se trabajó esta problemática. Durante el taller se planteó
reiteradamente la necesidad de incluir la búsqueda del disfrute durante el
Estudio Cotidiano y las presentaciones. Se puso especial énfasis en que los
músicos asistentes al taller pudieran comprender que tocar bien no asegura el
disfrute sino que este disfrute debía buscarse a cada instante.
Hacia el final del taller, después de casi dos meses de estar trabajando esta
temática entre otras, , Marcelo comentó que hacía unos días se había
presentado en una audición y explicó de esta manera lo que le había sucedido:
“Desde antes de entrar en el escenario noté que estaba un poco menos
nervioso que de costumbre pero en cuanto me senté y puse la guitarra en
posición, volvieron los temblores de siempre, sobre todo en las manos. ´Otra
vez´ pensé y empecé a tocar. Como siempre mientras tocaba trataba de
controlar el temblor y los nervios pero no daba resultado. Sin embargo en un
momento escuché una especie de voz interna que dijo algo así como ´tratá de
disfrutar, de conectarte, tratá de meterte en la música´. Increíblemente por un
momento puse mi atención en otro lado, fueron unos segundos, no sé cuanto,
pero podría decirse que en ese momento estuve conectado con la obra y no
pensé en el miedo. Después me desenganché y nuevamente sólo pude pensar
en controlarme, pero aunque sea por un momento creo que algo disfruté.”
El relato de Marcelo es una lámina perfecta que ilustra la vivencia que suele
tener el músico que comienza a transitar la Etapa Intermedia y que está
aprendiendo a relacionarse con su propio disfrute.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Como Marcelo señala en su relato, en un primer momento el disfrute se da sólo
unos segundos y luego se pierde, pero esos segundos son fundamentales para
que el músico comience a experimentar la conexión con el hecho musical que
sólo da la búsqueda de este disfrute.
Es fundamental comprender que tanto para Marcelo como para cada músico
que experimenta estos “destellos de disfrute” dentro del “mar del displacer” la
conciencia de este pequeño disfrute suele ser sumamente transformadora,
fundamentalmente si esta conciencia no se da de manera azarosa sino como
consecuencia de una búsqueda dirigida en ese sentido (como en el caso de
Marcelo).
Cuando el músico experimenta ese instante de conexión con la obra y consigo
mismo comprende inmediatamente que ha encontrado la sensación que
buscaba, que quizá podrá perderla aún muchas veces, pero que si continúa
buscándola la hallará cada vez más hasta que finalmente pueda habitar en
ella.
Esta valorización del disfrute como un objetivo válido y esta experiencia
profunda de los primeros “destellos de disfrute” son vividas por el músico casi
como un “volver a casa”, como un “retorno al hogar”. Es en el disfrute donde el
músico se encuentra nuevamente con aquel niño que deseó por primera vez
tocar un instrumento sólo porque le agradó su sonido sin importarle si quien lo
tocaba era un músico reconocido o no o si era exitoso profesionalmente o no lo
era. Es en el disfrute también donde el músico se encuentra a sí mismo y a su
Emoción Profunda independientemente de la opinión externa.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Etapa Básicamente Funcional
En el Aspecto Emocional
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
aspectos atraviesa por diferentes momentos. Así, en la Etapa Básicamente
Disfuncional se produce una concientización y probablemente una
profundización de la distancia entre ambos aspectos. En algunos casos, esta
distancia llega a ser experimentada como una “guerra interior” por el músico.
En líneas generales, durante la Etapa Intermedia, la distancia se estabiliza y
comienza luego a acortarse como consecuencia de los cambios que se
producen en el sistema y, fundamentalmente, como consecuencia del paulatino
reconocimiento del derecho del Ejecutante a ser bien tratado y de la aceptación
de la propia ignorancia y posterior evolución del Crítico/Guía.
En general cuando el músico comienza a transitar la Etapa Básicamente
Funcional estos aspectos se encuentran ya conviviendo en un sistema que
permite y estimula la expresión de ambos. Esto ha hecho que el Crítico/Guía
haya comenzado a comprender su verdadera función de Guía y haya
comenzado a desarrollarla paulatinamente. Es así como la distancia existente
entre la expresión de la necesidad del Ejecutante y la satisfacción de esta
necesidad por parte del Crítico/Guía se hace cada vez menor y lentamente va
desapareciendo. De esta manera llega un momento en el que el Ejecutante
ya no necesita pedir un trato funcional sino que este trato funcional está
dado por el Crítico/Guía de manera instantánea.
Cuando esto comienza a ocurrir se da en el músico la lenta pero progresiva
unificación de ambos aspectos y, por lo tanto, de ambas funciones y es así
como el músico comienza a experimentarse a sí mismo como una unidad que,
independientemente del resultado obtenido en un concierto permanece íntegra
emocionalmente.
Es importante comprender que esta unificación de ambos aspectos se da,
como todo en el Proceso de Transformación, de manera lenta, progresiva y
con las oscilaciones propias de todo crecimiento y que esta unificación no es
algo que el músico deba “buscar” sino que es algo que inevitablemente
sucederá, ya que cuando cada aspecto interno sea “el mejor aspecto individual
que pueda ser” simplemente comenzará a “dejarse fundir” en la unificación con
el resto del universo emocional.
En el Estudio Cotidiano
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
obra ya que comienza a necesitar esta profundización para poder expresar su
Emoción Profunda.
Cuando el músico ingresa en la Etapa Básicamente Funcional por lo general ya
ha comprendido que el motivo casi exclusivo de su quehacer musical es la
Expresión de su Emoción Profunda y, por lo tanto, dirige el desarrollo de la
técnica y del análisis hacia esta expresión. De esta manera estos aspectos
comienzan paulatinamente a unificarse (al igual que los aspectos internos del
universo emocional) y cada aspecto comienza a no poder ser pensado sin
relación con el otro. Así el músico analiza la obra para entender su experiencia
emocional con respecto a la misma y paralelamente desarrolla su técnica para
expresar esta experiencia. Es así como lentamente todo desarrollo técnico
tiene en sí la comprensión de la obra y la Emoción Profunda del músico y en
este sentido comienza a ser imposible pensar a los tres aspectos por separado
ya que ello supondría también un desarrollo en diferentes sentidos.
Esta paulatina unificación de los diferentes aspectos de la obra posibilita al
músico permanecer en profundo contacto con su Emoción Profunda durante su
Estudio Cotidiano. Este músico ya no se preocupa por no cometer errores o
por tocar la obra como debe ser ya que ahora dirige todo su esfuerzo y energía
hacia la búsqueda, experimentación y expresión de su universo interior.
De esta manera puede decirse que el músico “utiliza” todos los aspectos de la
obra y a la obra en sí para expresarse a sí mismo y a su sentir con respecto a
aquella y en este sentido es importante comprender que esta “utilización” de la
obra lejos está de ser irrespetuosa sino que es, en realidad, la única manera de
ingresar realmente en la profundidad de la misma y así, hacer que ésta
exprese toda su potencialidad.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
distribución de tiempo y energía necesaria para poder continuar con su
crecimiento musical.
Así tener una pareja, tener vida social, practicar algún deporte o ir de
vacaciones son actividades que el músico Básicamente Funcional lleva a cabo
sin “sentirse culpable” y, fundamentalmente, sin sentir que “le está quitando
tiempo a la música” sino comprendiendo que estas vivencias aparentemente
alejadas del desarrollo musical son las mismas que él utilizará luego para
comprender, experimentar y transmitir la profundidad emocional de las obras
que interprete.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Acerca del trabajo en los talleres y clases destinados a trabajar esta
problemática
Así, este libro está basado y, a la vez, sirve como marco teórico de referencia
en los talleres y clases que habitualmente dicto en relación con esta
problemática y es por ello que, a continuación y a modo de ejemplo,
describiremos brevemente las características principales del taller básico de 12
reuniones que por lo general recomiendo a aquel músico que se acerca con la
intención de transformar sus emociones displacenteras en el momento de
tocar.
En líneas generales, para la mayoría de los músicos, los tres aspectos son
fundamentales, aunque lógicamente cada músico accede a una mejor
comprensión y transformación de sus emociones displacenteras según sus
propias características. De esta manera, hay músicos para los cuáles el trabajo
teórico es sumamente transformador, otros para los cuáles lo es el trabajo
práctico y otros el vivencial aunque por lo general suele ser importante
profundizar en los tres aspectos.
Cada taller está compuesto por entre 3 y 8 músicos y por lo general luego de la
tercera clase no puede incorporarse un músico nuevo.
El objetivo es formar un grupo que permita un trabajo profundo sobre cada
músico en particular y que, a la vez, cada uno de los integrantes del grupo se
enriquezca con las experiencias y los procesos del resto de los integrantes.
Como hemos señalado anteriormente este taller es el taller básico que suele
cursar el músico que se acerca por primera vez a un trabajo de este tipo.
Lógicamente después de este taller existen varias posibilidades para aquel
músico que desea continuar con este trabajo, así hay talleres de mayor
profundidad, talleres donde se pone el énfasis en el Aspecto Emocional, o en el
Aspecto Musical relacionado con el Estudio Cotidiano, clases individuales,
grupos de supervisión, etc. para, de esta manera, acompañar al músico a lo
largo de su proceso.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Palabras finales del capítulo
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Palabras de despedida
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
reconocimiento a su trayectoria otorgada por la Asociación Amigos de Jóvenes
Músicos de Buenos Aires.
Como docente de dirección orquestal ha dictado cursos en la Argentina y en el
exterior.
Ha sido director titular de la Orquesta de Cámara de Tandil, Sinfónica Juvenil de
Radio Nacional, de Cámara “Scherzo” y Sinfónica de la Provincia de Santa Fe. Ha
dirigido además, como director invitado a la Orquesta Sinfónica de Olavarría, de Tres
de Febrero, Sinfónica de Entre Ríos, Sinfónica de Rosario, de Cámara Mayo, de la
Universidad Nacional de Tucumán, Sinfónica de Mar del Plata, Sinfónica Nacional de
la Argentina, Sinfónica Juvenil y Sinfónica del Conservatorio del Tolima, en Ibagué,
Colombia, entre otras. En 2005 ha dirigido el estreno mundial de la ópera Talión de
Jorge Delorenzi en el Teatro Roma de Avellaneda.
Además, desde el año 2002 gran parte de su actividad está dedicada a realizar
actividades con el objetivo de comprender y transformar el miedo en el momento de
hacer música. Ha dictado cursos referidos a esta temática en los conservatorios
Nacional de Música, de la Ciudad de Buenos Aires, “Alberto Ginastera”, “Juan José
Castro”, de Bahía Blanca, Collegium Musicum de Buenos Aires, en las universidades
del Salvador, del Litoral, Nacional de Rosario, Nacional de Tucumán, Adventista del
Plata de Entre Ríos, Escuela de Artes de San Nicolás, C.R.E.I. en la Provincia de Santa
Fe, Centro de Formación Docente de la Facultad de Artes de La Rioja, Escuela de
Música de la ciudad de Neuquén, Universidad Estatal de Maringá, Brasil, Escuela de
Música de la Universidad Industrial de Santander, en Bucaramanga, Colombia,
Universidad de Ibagué y en el Conservatorio del Tolima, en Colombia y Conservatorio
de Sagunto, Torrens, Segorbe, Moncada entre otros conservatorios y entidades
musicales de España. Ha escrito además, dos libros referidos a esta problemática:
“¿Por qué no disfruto en el Escenario?” y “El Sentido del Miedo Escénico. Ambos
libros han sido editados por Claves Musicales y se han vendido ya en 10 países de
América Latina, EEUU y España. En la actualidad tiene a su cargo la única cátedra de
Latinoamérica destinada a trabajar esta temática: la misma pertenece al profesorado
de música del Conservatorio “Julián Aguirre” de Banfield.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”
Desde el año 2008 ha desarrollado un enfoque interpretativo basado en la
experimentación y expresión emocional. Este enfoque ha tomado el nombre de
Enfoque Integral del Intérprete de Música y varios docentes han sido formados a partir
de esta perspectiva.
Desde este enfoque se trabaja en el Proyecto Encuentro, perteneciente al Collegium
Musicum de Buenos Aires, proyecto que dirige desde 2011 y que en la actualidad,
cuenta con dos orquestas de cuerdas y dos programas de estudio, uno de Dirección
Orquestal y otro de Interpretación para Instrumentistas, Cantantes y Música de
Cámara.
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“¿Por qué no disfruto en el Escenario?”