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ABUSO SEXUAL
Garcia Guevara Fernando I, Guamán Caiza Jennifer I , Reyes Solís Gabriela I, Ruiz
Rivera Cristofer I
Resumen:
Palabras claves:
Summary:
The objective of this study is to increase knowledge about abuse, focused mainly on its types,
causes and forms of prevention. The legal and psychological aspects of sexual abuse, the
process of disclosure and reporting of sexual abuse are also analyzed. Data on disclosure and
denunciation statistics, existing in Ecuador, have been collected.
Key Words:
INTRODUCCION
La violencia es y ha sido a través de los tiempos una actitud presente en toda la historia de la
civilización. En cada época y en cada lugar ha tomado diferentes formas de expresión. Las
guerras han sido la forma más extensa de expresar la violencia y están relacionadas con las
características sociales, geopolíticas y económicas de una sociedad. Sin embargo, hay una
forma de violencia cotidiana que parte de la individualidad de los seres humanos y que está
íntimamente relacionada con su historia, con sus experiencias y vivencias. Se discutió mucho
el factor genético en la raíz de las actitudes violentas. Es probable que algunos trastornos
genéticos puedan incluir dentro de la patología el factor violencia. No es el objetivo de este
artículo discutir este aspecto. Si comparamos la violencia en los humanos con la violencia en
el reino animal podríamos decir, con algunas excepciones, que la gran diferencia entre unos
y otros es que muchas veces se agrega en los humanos un elemento: la crueldad. Y creo
seriamente que no es un aditamento menor.
El abuso sexual es uno de los tipos de violencia que más se ejerce contra las mujeres menores
de edad y adultas. La Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
define al abuso sexual como: “Cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad
de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una
expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al
denigrarla y concebirla como objeto.
El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es una de las peores formas de violencia
contra la niñez y adolescencia. A pesar de que constituye un problema creciente en el mundo,
la mayoría de los casos no son detectados ni denunciados. A diferencia del maltrato físico –
cuyo diagnóstico depende de la posibilidad de ver las lesiones- y de la negligencia adulta
hacia el bienestar infantil -que se diagnostica al ver niños privados de los cuidados parentales
básicos (desnutridos, no escolarizados, sin cuidados médicos básicos, entre otras formas de
vulneración de sus derechos)-, la detección del niño que fue o está siendo víctima de abuso
sexual depende de escucharlo para saber qué pasó.
DISCUSION
En ocasiones, la respuesta de los padres ante la revelación del abuso puede ser más intensa
que la del propio niño, sobre todo en los casos en que la madre se percata del abuso sexual a
su hijo protagonizado por su propia pareja. Los sentimientos de vergüenza y culpa, de cólera
y pena, de miedo y ansiedad, pueden afectar a los padres de tal manera que se muestran
incapaces de proteger al niño adecuadamente y, en los casos más graves, pueden llegar
incluso a culparlo de lo sucedido.
CONCLUSIONES
Desde la perspectiva de la evaluación, el diagnóstico precoz, por un lado, tiene una enorme
importancia para impedir la continuación del abuso sexual, con las consecuencias que ello
implica para el desarrollo del niño. Por otro, el análisis de la validez del testimonio
desempeña un papel fundamental. Las implicaciones legales y familiares de este problema,
así como la corta edad de muchas de las víctimas implicadas, requieren una evaluación
cuidadosa, en donde se analicen con detalle -y mediante procedimientos múltiples- la
capacidad de fabulación y la posible distorsión de la realidad, así como la veracidad de las
retractaciones. En concreto, hay una tendencia al aumento del abuso de las denuncias de
abuso, sobre todo en el caso de mujeres que denuncian a sus ex parejas con acusaciones
hechas en litigios por la custodia de los hijos, por un deseo de venganza o por una situación
de despecho. Se echa en falta una mayor finura en los procedimientos de diagnóstico
actualmente disponibles.