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INDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 3
EL CAUSALISMO ............................................................................................................................ 4
1. RESEÑA HISTORICA:........................................................................................................... 4
2. ANTECEDENTES ............................................................................................................... 10
3. QUE ES EL CAUSALISMO .................................................................................................. 10
4. EL SISTEMA CAUSALISTA DEL DELITO.............................................................................. 13
4.1 CONCEPTO CAUSAL NATURALISTA (CONCEPCIÓN CLASICA DEL DELITO)..................... 13
4.3 MODELO NEOKANTIANO (CONCEPTO NEOCLASICO DEL DELITO) (1907-1940) ........... 18
5. TEORIA DEL NEXO CAUSAL .................................................................................................. 21
5.1 TEORIA DE LA EQUIVALENCIA DE CONDICIONES .......................................................... 21
5.2 TEORIA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA ....................................................................... 26
5.3 TEORIA DE LA RELEVANCIA TIPICA ................................................................................ 28
5.4 TEORIA DE LA CAUSALIDAD EFICIENTE ......................................................................... 29
ALGUNOS EJEMPLOS ............................................................................................................... 31
CONCLUSIÓN ............................................................................................................................... 32
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 33
ANEXO .............................................................................................Error! Bookmark not defined.

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo abordaremos uno de los criterios o corriente procesal que se debe a la obra

del jurista alemán Franz Von Liszt quien con una tendencia finalista en el año de 1881 estableció

que la acción es un fenómeno causal – natural que trae como consecuencia un resultado que puede

consistir en un delito. Esta idea fue reforzada con las obras de diversos juristas como por ejemplo:

Ernest Von Beling, Gustav Radbruch, Max Ernest Mayer, Edmund Mezger, Cesare Bonnesana

(Marqués de Beccaria) etc.

Esta escuela basó su ideología en el positivismo científico resaltando los valores humanos. La

escuela causalista establece la responsabilidad penal de una persona basándose primordialmente

en el acto o acción humana y su efecto en el mundo material; es decir, el sistema causalista se

caracteriza por su sencillez para ubicar la culpabilidad ya que para atribuir la responsabilidad a la

persona solo se requiere la comprobación de la causa, tomándose al efecto como su consecuencia

directa razón por la cual una persona siempre será culpable cuando se acredite su acción como

causa del resultado. Este sistema recibe el nombre de causalismo por basarse en el binomio de la

causa-efecto.

Esta escuela cobró tal importancia, que los doctrinarios y estudiosos del Derecho Penal la han

divido en Escuela Causalista Clásica (Alemania 1881 – 1907), y Escuela Causalista Neoclásica

(Alemania 1907 – 1930).

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EL CAUSALISMO

1. RESEÑA HISTORICA:

Si consideramos necesario para poder realizar un análisis de la relación existente entre la

dogmática y la criminología, durante el paradigma o modelo causal, hacer una breve reseña

histórica del sistema filosófico y político que lo sustenta y se cree pertinente ingresar en el

tema que nos ocupa mediante el estudio de la escuela clásica para determinar que elementos

de la misma subsisten en la escuela causal.

El poder durante el Antiguo Régimen era de carácter vertical pues devenía de Dios al

soberano o de Dios a la iglesia que posteriormente investía al soberano (guerra de las

investiduras de Carlomagno). El monarca ejercía el poder detentando la soberanía política y

consecuentemente la potestad publica de castigar, entendida como un derecho divino y

absoluto. Al respecto afirma Zaffaroni "...Ia filosofía medieval de la idea de Dios y por ende

teñida de teología lo que es una característica general de la época..."

En la Edad Media si bien, el poder era de origen divino, por tanto, vertical estaba atomizado

entre los numerosos señores feudales, si bien en lo formal el soberano era el que conservaba

el ius puniendi. Estos señores poseedores de las tierras (fuente de riqueza) eran los “oradores”

(hombres de la iglesia) y los “bellatores “(hombres de la guerra), eran quienes se encargaban

en la práctica del comercio del reino y de armarse e ir a la guerra en defensa de su señor.

Durante el Antiguo Régimen el acto delictivo secular lesionaba la soberanía encarnada en la

figura del monarca y los delitos eclesiásticos atacaban el poder del papado.

La pena debía restituir incólume esta soberanía y contener los atisbos de inconformidad

social. La prevención general era el tinte que regía el aparato punitivo y el cuerpo del hombre

la medida del mismo. Esto es, así porque en la ejecución de la pena, las torturas infligidas

públicamente al cuerpo de ese hombre que sufría las mil muertes, debían impactar en forma

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directa en los sentidos de los espectadores, para que funcionase la finalidad última que

constituía la prevención general, ya que el cuerpo físico del delincuente, espacio fáctico donde

se aplica la pena, simboliza en realidad el cuerpo social. Las penas infamantes y degradantes

constituidas por las torturas venían a confirmar que el ultimo que tenía posesión sobre los

cuerpos de sus súbditos era aquel que detentaba la soberanía política: el rey.

Entre los súbditos no todos podían sufrir esta clase de penas. A los nobles que delinquían, se

les aplicaba la pena capital pero sin degradación de su condición, que por pertenecer a la

nobleza compartían los antepasados reales, los cuales no podían ser infamados ya que tenían

origen divino.

El ejemplo histórico que cabe citar es el de Enrique VIII de Inglaterra quien decide ajusticiar

a su segunda mujer Ana Bolena, acusándola de adulterio con sus primos, su hermano y pajes

de la Corte. Solo estos últimos sufren penas degradantes e infamantes que consistían en

torturas al cuerpo, siendo estas públicas, en tanto que a los primeros se les corta la cabeza y

la pena no es pública. Durante este periodo histórico los Estados vivían casi constantemente

en guerra unos con otros. Paralelamente cada feudo y por consiguiente el conjunto de los

mismos que constituían el reino comenzaban a producir más de lo que podían consumir.

Sin embargo, el comercio no podrá ser todo lo pleno que requería este germen de intercambio

mercantil naciente, por estas luchas intestinas que se producían en el interior del reino. Estas

concausas estructurales histórico- económicas socavan la legitimidad del sistema político

encarnado en la soberanía de origen divino de la monarquía. Por lo que paulatinamente con

la formación y ascenso de un nuevo grupo social y económico que se denomina burguesía se

torna una necesidad de re-legitimización del poder basado ahora en un nuevo orden. Dando

así el comienzo a este periodo histórico principalmente en Inglaterra, donde se da el primer

paso para un proceso de crecimiento que se inicia con la acumulación originaria del capital,

por la cual surge el concepto de plusvalía estrechamente ligado al tiempo y fuerza de trabajo

invertidos en la elaboración de un objeto que luego se va a comercializar en gran escala en el

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mercado ya no interno sino internacional. La tierra ya no va a ser el valor de cambio, sino que

surge el concepto de dinero.

Se hace necesario, pues, crear una nueva teoría política que de sustento y legitimación a esta

nueva clase social en ascenso que es la burguesía. Este nuevo orden conlleva la necesidad de

que exista lo que denominaremos seguridad jurídica, elemento absolutamente imprescindible

para un proceso de acumulación originaria.

Filosóficamente se sustenta la Ilustración en corrientes racionalistas y utilitaristas. Al respecto

sostiene el Bujan "...Ias tres corrientes fundamentales de la Ilustración: la racionalista de

Montesquieu, la iusnaturalista de Puttendorf y la utilitarista de Bentham encarnan una

reacción contra el derecho y la jurisprudencia del Antiguo Régimen vigentes hasta finales del

siglo XVIII ..."

En este contexto Beccaria fue el primero en formular los principios de la criminología clásica

en la ficción jurídica denominada Contrato Social (desarrolladas de acuerdo con visiones

filosóficas diferentes tanto en la concepción del hombre como del Estado por los

autores Hobbes, Rosseau y Loocke).

Esta ficción jurídica, por la cual los hombres ceden al Estado parte de su libertad en harás de

proteger fundamentalmente la propiedad y colateralmente los demás derechos, en la realidad

histórico fáctica no se dio nunca, ni aun en la fundación de Norteamérica por parte de los

colonos del Mayflower, cuáqueros ya que lo primordial de este grupo era un fuerte

componente religioso.

Se crea entonces un nuevo modelo de Estado y de punición que es funcional a la premisa de

acotar el poder monárquico, eclesiástico y terrateniente. Y es la burguesía naciente la

depositaria de la soberanía política, quien delega parte de este en la figura del rey.

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La consecuencia de lo antes expresado es que se horizontaliza un poder que antes era vertical

y teocrático: la soberanía deviene del pueblo al soberano, siendo el primero el que le imponga

límites al segundo para su ejercicio que ya no será discrecional, pues su legitimidad deriva

del primero.

Al respecto afirma Pavarini "...se rompe pues, un viejo orden socio político- el feudal- que

había dominado durante casi un milenio y se colocan al mismo tiempo los fundamentos para

un nuevo orden: el capitalista ..."

Cuando crece la acumulación originaria de capital que conlleva a la industrialización de

Europa se pone de relieve que gran parte del campesinado que emigro hacia las ciudades no

tenía la educación necesaria para realizar el trabajo que se desarrollaba en una fábrica. Es

entonces cuando la cárcel correccional se torna en el elemento necesario y útil para contener

al marginal no inserto en la estructura. El Estado se encuentra con la necesidad de contener

el delito y el sistema penal se convierte en la principal herramienta d control social

institucional.

En el clasicismo la ficción jurídica es que los hombres iguales se reúnen y libremente crean

una sociedad civil y la función última de las penas impuestas es el mantenimiento de esa

sociedad. El delito es por tanto un ente jurídico de creación humana. La pena debe disuadir a

otros individuos de violar los intereses de los demás. Tomar medidas para con esas

violaciones (que soliviantan el Contrato Social fundacional) es prerrogativa del Estado, pero

es un imperium que le fue concedido por los ciudadanos al realizar el Pacto Social.

Estas penas deben ser proporcionales al daño social causado (surge aquí el concepto de

dañosidad social) debiendo la pena para ser legitima, ser útil y proporcional al mismo. Su

finalidad no es reformar al delincuente ya que ello afectaría los derechos del individuo y

quebrantaría por tanto el Pacto.

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En la voluntad de violar el Pacto Social cometiendo un delito está el contenido de la maldad.

Para poder imputar algo a ese hombre debe este tener libertad de elección, libre albedrío. Este

lo posee y decide usarlo mal: comete un delito.

El proceso penal en el clasicismo sé reformula de lo inquisitivo a lo acusatorio. Surge lo que

en la actualidad denominamos ´´debido proceso ´´ con los principios fundacionales de

legalidad, non bis in idem, igualdad y derecho de defensa.

En penologia nace la pena privativa de la libertad como pena principal pues se trataba de

privar de algo común a todos los hombres que libres e iguales han concurrido al Pacto Social:

el tiempo para producir.

Se elimina la pena capital, pero se la mantiene y justifica por razones políticas en los delitos

contra el Estado. Esto es inherente al principio lógico que indica que nadie por su libre

voluntad va a concurrir a ser parte de un Pacto o contrato que contuviera entre sus cláusulas

tacitas una que permitiera al depositario de parte de la libertad concedida quitar la vida de

quien le cedió esta última.

Un concepto fundamental que se inicia con los clásicos y que luego se mantiene en el

causalismo, es la defensa social.

Romagnosi es quien principalmente desarrolla dicha herramienta. A su juicio esta surge del

derecho que tiene el hombre a la sociabilidad. Es el equivalente al instituto penal de legítima

defensa del individuo que tiene la sociedad para defenderse cuando es atacada por el

delincuente. Este derecho de la sociedad sobrepasa a la mera suma del derecho individual que

tienen los hombres a defenderse. Conforma así una entidad diferente de ella, una entelequia

superior a los hombres que la integran y a la agregación de libertades al depósito común.

Es decir que para este autor el derecho de defensa está fundado en la necesidad, pero no del

hombre ente individual sino de la sociedad, ente social.

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Ponemos de resalto que la Defensa Social no es una Teoría sino un instrumento del que se

sirven diferentes escuelas.

Por lo expuesto precedentemente surge que “. .el derecho penal y la pena eran considerados

por la escuela clásica no tanto como un medio para modificar al sujeto delincuente sino sobre

todo como un instrumento legal para defender a la sociedad del crimen, creando frente a este

donde fuere necesario un disuasivo, es decir una contramotivacion.. ."

El paradigma causal, es decir, el modelo de explicación etiológica del delito se desarrolla en

un contexto histórico donde quien lleva adelante el desarrollo y el progreso de la sociedad es

la ciencia, en especial las denominadas ciencias duras mediante los descubrimiento y las

invenciones y las ciencias naturales por medio de la biología.

Representa el causalismo la vuelta a una explicación natural del delito basada en el carácter

científico y verificable de la realidad y por otro lado el afianzamiento y el control que derivan

de esta concepción natural del delito y que se ve plasmada en la transformación del mundo

conocido que comienza a globalizarse en función de los nuevos intereses políticos y

económicos.

Con todo lo expuesto el causalismo con su instrumento de defensa social intenta justificar con

un paralelismo con la legitima defensa individual para que sea percibida por la sociedad como

una reacción racional y justificada y sobre todo necesaria. La abstracción es que la sociedad

reacciona imponiéndole un mal a quien quería atacarla.

Esta ideología intenta dotar al sistema represivo de los atributos de la legitimidad y de la

cientificidad. Debemos destacar que es con sustento en esta ideología que en el mundo se

realizaron los más sangrientos genocidios.

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2. ANTECEDENTES

Como antecedente tenemos a Platón cuyo pensamiento fundamentalmente giraba en torno a

las ideas, sin embargo no ignoró el problema causal ya que afirmó que el mundo de las ideas

es regido por leyes causales, como se demostraría recurriendo a figuras silogísticas en las que

una conclusión pueda ser claramente señalada como la consecuencia de dos premisas (mayor

y menor) que actúen como causas.

Por su parte Aristóteles reacciona en contra la concepción Platónica del mundo en base a las

ideas, manifestando que la idea es un concepto estático incapaz de explicar

el movimiento que es parte esencial de nuestro diario discurrir, y como "con ideas nadie

puede edificar una casa" rechazándose la idea del auto movimiento, es decir, que todo lo que

se mueve es movido por algo, según este filósofo, no existe una sucesión infinita de causas,

si no que existe un primer principio de todo, que Podría ser considerado la causa de todas las

causas.

Por otro lado Santo Tomás de Aquino reafirma el pensamiento de Aristóteles reconociendo

que todo lo que se encuentre en movimiento ha sido impulsado por algo y reafirmando que la

causalidad es un presupuesto y no un objeto de prueba; asimismo afirma que con excepción

de Dios no existe absolutamente nada que sea su propia causa sino que todo es producto de

una causalidad "externa", haciendo distinción entre causas secundarias y primarias para decir

que solo Dios puede ser considerado como causa primaria mientras todo lo que a partir de allí

acaece corresponde a fenómenos causales secundarios.

3. QUE ES EL CAUSALISMO

El jurista alemán Franz Von Liszt quien con una tendencia finalista estableció que la acción

es un fenómeno causal – natural que trae como consecuencia un resultado que puede consistir

en un delito.

el sistema causalista se caracteriza por su sencillez para ubicar la culpabilidad ya que para

atribuir la responsabilidad a la persona solo se requiere la comprobación de la causa,

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tomándose al efecto como su consecuencia directa razón por la cual una persona siempre será

culpable cuando se acredite su acción como causa del resultado.

Este sistema recibe el nombre de causalismo por basarse en el binomio de la causa-efecto.

Para el causalismo naturalista, acción es un movimiento voluntario del cuerpo que causa un

resultado, una modificación en el mundo material. La voluntariedad a que se alude es la

necesaria para ordenar el movimiento (recoger el brazo, apretar el gatillo). Los aspectos

volitivos del porqué se hizo la actividad se separan del concepto de acción, que queda

circunscrita al movimiento y su resultado, extremos que deban estar vinculados casualmente.

Beling sostiene que existe acción si objetivamente alguien ha emprendido cualquier

movimiento o no movimiento, a lo que subjetivamente ha de añadirse la comprobación de

que en ese movimiento corporal o en esa falta de movimiento animaba una voluntad, el

concepto de Beling consiste en que la acción debe afirmarse siempre que concurra una

conducta humana llevada por la voluntad, con independencia de en qué consista esa voluntad

(es decir, no considera dentro de su concepto el contenido de la voluntad).

La acción es la conducta voluntaria humana, que consiste en un movimiento de su organismo

destinado a producir cierto cambio, o la posibilidad, en el exterior del mundo vulnerando una

norma prohibitiva.

Von Liszt define por primera vez el concepto de acción como la producción, reconducible a

una voluntad humana, de una modificación en el mundo exterior. En este concepto, para la

modificación causal del mundo exterior debía bastar cualquier efecto en el mismo, por

mínimo que sea.

Debido a la imposibilidad del concepto señalado de explicar la omisión, von Liszt fórmula

más tarde una segunda descripción, diciendo que acción es conducta voluntaria hacia el

mundo exterior; más exactamente: modificación, es decir, causación o no evitación de una

modificación (de un resultado) del mundo exterior mediante una conducta voluntaria.

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Correlativamente, Beling sostiene que existe acción si objetivamente alguien ha emprendido

cualquier movimiento o no movimiento, a lo que subjetivamente ha de añadirse la

comprobación de que en ese movimiento corporal o en esa falta de movimiento animaba una

voluntad.

En resumen, el concepto de Beling consiste en que la acción debe afirmarse siempre que

concurra una conducta humana llevada por la voluntad, con independencia de en qué consista

esa voluntad (es decir, no considera dentro de su concepto el contenido de la voluntad).

El delito es en primer término una conducta, un acto humano que comprende de una parte,

una acción ejecutada (acción strictu sensu) y la acción esperada (omisión), y de otra el

resultado sobrevenido. Para que este pueda ser incriminado precisa existir un nexo causal o

una relación de causalidad entre el acto humano y el resultado producido.

Existe esta relación causal cuando no se puede suponer suprimido el acto de voluntad humana

sin que deje de producirse el acto concreto.

Luis Jimenez de Asua, abordando el tema de las doctrinas formuladas sobre la causalidad, las

reparte en las siguientes ordenes:

· Causa Eficiente

- Que distingue la causa productora del resultado de las condiciones.

· Causa Necesaria

- Según el cual, la causa significa una situación a la que debe seguir de un modo

absolutamente necesario y rigurosamente general.

· Causa en Sentido Individualizado

- Que designa como causa una de las condiciones del resultado.

· Causa Humana y Causa Racional

- Que fatalmente desemboca en un aspecto de la causalidad adecuada.

· Causacion Adecuada

- Esta teoría atribuye la categoría de causa solo aquella condición que generalmente es

apropiada para producir el resultado, es decir, solo a la condición adecuada al resultado.

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· Equivalencia de Condiciones o Teoría de la Condición

- Según la cual, se estima causa toda condición del resultado concreto y todas las

condiciones deben considerarse equivalentes.

· La Teoría Causalidad, es la llamada teoría de la equivalencia de las condiciones

- Todas las condiciones que determinan algún resultado tienen idéntica y equivalente

calidad de causa: todas las condiciones son equivalente causas.

4. EL SISTEMA CAUSALISTA DEL DELITO

En este sistema se distinguen dos fases: la una se inicia a fines del siglo XIX y comienzos del

siglo XX como consecuencia del enfoque científico naturalista de la metodología jurídico-

penal. Después, desde comienzos del siglo XX hasta 1939, más o menos, se inicia una

segunda versión "valorativa" de raíz neokantiana.

4.1 CONCEPTO CAUSAL NATURALISTA (CONCEPCIÓN CLASICA DEL


DELITO).

En opinión de Jescheck el concepto clásico de delito fue un producto del pensamiento

jurídico característico del positivismo científico, entendiéndose como tal, una concepción

estrictamente limitada al Derecho positivo y a su interpretación, que pretendió abordar

todos los problemas del Derecho con la sola ayuda de los conceptos jurídicos, excluyendo

en lo posible de la dogmática jurídica las valoraciones filosóficas, los conocimientos

psicológicos y la realidad sociológica. Por esta vía se obtuvo

una imagen extremadamente formal de las características del comportamiento

humano que debían contemplarse en la estructura del concepto de delito. Se distinguió

entre la acción entendida de forma naturalistica, el tipo concebido objetivo-

descriptivamente, la esfera de la antijuriridicidad delimitada objetivo-normativamente y

la culpabilidad entendida subjetivo-descriptivamente. En estrecha conexión con el

carácter objetivo-formal de este concepto de delito se halla, sin duda, la idea de Estado de

Derecho que se materializó en la búsqueda de seguridad y calculabilidad del Derecho, a

realizar mediante la vinculación del juez a conceptos sistemáticos sencillos y

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comprobables. Tal planteamiento servía de contrapeso a las exigencias de prevención

especial postuladas por la Escuela moderna, patrocinadas por el mismo von Liszt junto a

la dogmática clásica. Así el sistema jurídico penal clásico presentaba una característica

imagen bipolar: por una parte, debía garantizar mediante el objetivismo y el formalismo

de los presupuestos de la pena un máximo de seguridad jurídica; por otra parte, pretendía

alcanzar, por la vía de un sistema sancionatorio orientado hacia el delincuente, un máximo

de eficacia.

En este sistema se comienza a utilizar el método analítico del positivismo científico,

donde se distingue y se identifica claramente los elementos generales del delito buscando

en cada uno de ellos su base empírico-descriptivo, diferenciando las características

objetivas de las subjetivas. No debemos olvidar que el causalismo naturalista se le

identifica por su sencillez y claridad expositiva. Se buscaba reconducir al sistema del

Derecho Penal a componentes de la realidad mensurables y empíricamente verificables.

Dichos criterios sólo pueden ser, o factores objetivos del mundo externo, o procesos

subjetivos y psíquicos. Por eso, se planteaba una división en este sistema, de una teoría

del delito que comprendía elementos objetivos y subjetivos.

El sistema clásico (1881-1915) tuvo como marco teórico el apogeo del positivismo

naturalista, que indiscutiblemente se destacó a partir de factores políticos y científicos.

El origen inmediato de la moderna evolución del delito puede colocarse en el año 1881

impulsado por Franz von Liszt, quien con su Programa de Marburgo traslada a la ciencia

penal los métodos propios de las ciencias empíricas, haciendo derivar su concepto de

delito a partir de la definición legal de la época, que lo concebía como "la acción

sancionada por la ley", siendo los contenidos de la ley penal el objeto de estudio de la

dogmática.

Reseña Sergio Medida Peñaloza que el método empleado por von Liszt como

manifestación del positivismo jurídico, se caracterizó en términos generales por lo

siguiente:

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a) Rechazó acudir a la filosofía en el estudio "científico" del delito.

b) Excluyó cualquier juicio de valor en el estudio del tipo.

c) Adoptó la observación externa formal de los objetos de conocimiento (delito)

d) Estableció la visión analítica del delito, con una separación perfecta entre

elementos.

e) No pretendió formular una explicación del delito que aprehenda su esencia,

sino una mera descripción de sus características (parte interna: culpabilidad; parte

externa: antijuridicidad).

f) La ley de la causalidad como parte del delito, no conoce excepciones que

permitan afirmar el libre albedrío.

g) La acción naturalistica no abarca a la omisión, cuya esencia no es negativo-

naturalistica, sino negativo-normativa.

h) La antijuridicidad constituye no un juicio valorativo, sino una expresión lógica

de la contrariedad del hecho con el ordenamiento, sin tener cabida elementos

subjetivos; por ejemplo, el examen de la paciente por el ginecólogo sería siempre

antijurídico, independientemente de la finalidad terapéutica que guíe al agente.

Liszt concibió al delito, en su primer elemento, como una acción humana. La "acción" es

un movimiento corporal voluntario que produce un cambio en el mundo exterior, donde

la voluntad sólo aparece como un factor causal que desencadena el movimiento corporal.

Si la voluntad ha sido causante de una acción, es importante saber: por una parte, la

existencia de un movimiento y su consecuente resultado y, por otra, que tal movimiento

sea causado por la voluntad o producto de ésta. En la concepción de Liszt todavía no

aparece el tipo penal. Para este autor el delito es una suma de relaciones causales o

"acción", compuesta a su vez de la voluntad, un movimiento corporal y un resultado,

antijurídico y culpable sancionado por las leyes penales y por ello amenazado con una

pena.

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Pero es Ernest Beling, quien elabora su construcción dogmática del delito al amparo del

concepto causal-mecánico de la acción. El "tatbestand" o tipoingresa al ámbito del

Derecho Penal gracias a Beling, toda vez que este autor le asigna al tipo penal la función

de describir en abstracto los elementos materiales necesarios que caracterizan al delito, al

que define como la acción típica y antijurídica subordinable a una sanción penal adecuada

y que cumple las condiciones de penalidad.

Indica Medina Peñalosa, en su importante trabajo, que hacia 1906 la teoría del delito de

Beling alcanza el punto culminante de la dirección analítica al descubrir la tipicidad

(adecuación de la conducta concreta con la descripción legal formulada en abstracto) y

enfatizar, como notas esenciales que acompañan su pensamiento, que existe

total independencia y completa separación entre los distintos elementos del delito;

aunado a ello sostuvo la tesis de que todo lo subjetivo pertenece a la culpabilidad, siendo

los restantes elementos de índole objetiva. Por ende, concibe la acción como una conducta

humana voluntaria, pero el contenido de la voluntad no pertenece a ella, sino a la

culpabilidad.

Y así nace el "sistema Liszt-Beling" en el que se distinguen los cuatro elementos del

delito, concebidos, en resumen, de la siguiente manera:

La acción en el sistema clásico, es concebida como un proceso de relación causal,

mediante la trasformación del mundo exterior (fundamentalmente objetivo) a través de

un movimiento corporal voluntario; provocando así un resultado. Estableciéndose entre

el primero y el segundo un nexo generador de un proceso causal que desembocaba en un

resultado. Concepción plenamente acorde con los postulados del naturalismo. Los

elementos de tipicidad y antijuridicidad eran concebidos de forma exclusivamente

objetiva. La tipicidad era entendida como la mera descripción objetiva de un determinado

proceso causal que tenía su origen en una acción física que desembocaba en un

determinado resultado. De tal modo que quedan fuera del tipo y pertenecen a la

culpabilidad todas las circunstancias subjetivas o internas del delito, por ejemplo:

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intenciones, "a sabiendas", propósitos, finalidades. Al igual que la tipicidad

la antijuridicidad era entendida única y exclusivamente desde el plano objetivo, como

contradicción entre hecho y norma; es decir, se convertía en una mera especificación

valorativa de una acción típica previa, motivo por el cual había sido incluida en el código

penal. En cuanto a la culpabilidad, ésta aportaba el contenido subjetivo en la teoría del

delito. Al igual que la acción, se hablaba de un nexo causal material entre el movimiento

y el resultado, la culpabilidad es la relación o el nexo psicológico, no material, entre el

autor y el hecho, a partir del presupuesto de imputabilidad de dicho autor y al definir dos

formas de distinta relevancia en la culpabilidad: el dolo y la culpa .En el supuesto de dolo

el nexo psíquico que une al autor con el hecho es la voluntad o incluso intención, ya que

el sujeto conoce y quiere realizar el hecho; mientras que en el caso de la culpa resultaba

más complicado ese nexo psíquico, ya que el sujeto no quiso realizar el resultado.

Por ello, afirma Fernando Velásquez, que esta sistemática clásica del delito pretendió

excluir todo tipo de valoración del campo jurídico, al reducir el delito a un agregado de

dos relaciones o nexos: una causal ( el injusto: lo objetivo) y otra psicológica ( la

culpabilidad: lo subjetivo ); una concepción que, a decir verdad, reconocía todos los

elementos del delito y los ordenaba de manera razonable, coherente, acorde con la

concepción naturalista de la ciencia y de la técnica propia de la época, según la cual

cualquier objeto equiparable a una máquina perfectamente construida era susceptible de

ser compuesto con base en distintos elementos.

Certeramente Roxín enseña que el sistema "clásico", de Liszt y Beling, que se convirtió

en dominante a principios del siglo XX, se basaba en la hipótesis de que injusto y

culpabilidad se comportan entre sí como la parte externa y la interna del delito, por lo que

todos los requisitos objetivos del hecho punible pertenecían al tipo y a la antijuridicidad,

mientras que la culpabilidad se concebía como el compendio de todos los elementos

subjetivos del delito, por lo que el dolo se consideraba desde la perspectiva de esa teoría

como forma de la culpabilidad.

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4.3 MODELO NEOKANTIANO (CONCEPTO NEOCLASICO DEL
DELITO) (1907-1940)

Las elaboraciones del sistema clásico del delito fueron sometidas a profundo examen

y revisión y se le dio un nuevo contenido al esquema gracias a la crítica adelantada

contra el positivismo, que había pretendido erradicar el pensar filosófico; ello fue

posible, anota Velásquez, con el auge del neokantismo, corriente que, como se

recordará, hacia los años veinte del siglo XX postuló la necesidad de elegir un

método adecuado para las ciencias del espíritu, acorde al comprender y al valorar, e

introdujo una orientación metodológica subjetivista para la que el conocimiento

estaba determinado por las categorías "a priori" de la mente del sujeto: el sujeto

(método) determina el objeto (conocimiento).

Así, Influenciados por la filosofía neokantiana fueron H. A. Fischer y Hegler que

descubrieron la existencia de elementos subjetivos del injusto; se reconoció que el

injusto no es explicable en todos los casos sólo por elementos puramente objetivos

y que, a la inversa, la culpabilidad tampoco se basa exclusivamente en elementos

subjetivos. Así por ejemplo, opina Roxín, el tipo del hurto requiere algo más que la

sustracción –objetiva- de una cosa mueble ajena, que en cuanto privación o

desposesión temporal de la cosa es por regla general jurídico penalmente irrelevante;

sin el elemento anímico-interno del ánimo de apropiación no se puede abarcar

adecuadamente el modelo del hecho del hurto y el injusto del mismo. Mezger en su

"Tratado" pudo concebir el concepto de delito neoclásico, que mantiene en principio

la separación entre injusto objetivo y culpabilidad subjetiva y afirma el dolo como

forma de culpabilidad, pero a criterio de Roxín, "tuvo que reconocer ciertas

excepciones y buscar por ello otra explicación distinta para diferenciar injusto y

culpabilidad. Dicha diferencia se halló – y ello supone una evolución fundamental-

en la distinta forma de valoración: Al afirmar la presencia de injusto se valora el

hecho desde el punto de vista de su dañosidad social, y al constatar la culpabilidad

se lo valora desde el punto de vista de la reprochabilidad. El entendimiento de la


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culpabilidad como "reprochabilidad" es lo que caracteriza al denominado concepto

normativo de culpabilidad, que se ha impuesto de modo general y solamente en los

últimos tiempos está siendo sometido a modificación y ulterior desarrollo"

En todo este desarrollo dogmático jugaron un papel fundamental, además de Mezger,

Mayer, Hegler, Saucer, Kart Binding, Reinhart Frank, James Goldschimidt,

Freudenthal, von Weber, y los teóricos de la Universidad de Kiel. Ellos recibieron el

influjo de la filosofía neokantiana. Utilizaron la metodología subjetivista y el

relativismo valorativo sosteniendo que el conocimiento científico propios de la

ciencia de la naturaleza o del espíritu se haya condicionado por categorías a priori

de la mente del sujeto, de modo que los valores no provienen del objeto sino del

método. Todos ellos estudiaron los elementos subjetivos del injusto, afirmando

también el carácter valorativo de la antijuridicidad.

Así Max Ernest Mayer, pone en duda la independencia de los componentes del

delito, cuando precisa en 1915, en su tratado de Derecho Penal, que la tipicidad es la

ratio cognoscendi de la antijuridicidad, es decir, no se le considera como simple

descripción, sino que le atribuye un valor indiciario de otras características del delito,

en particular respecto de la antijuridicidad. En cambio, en 1931, Edmund Mezger

afirmó que la tipicidad es la ratio essendi de la antijuridicidad, pues considera que el

delito no es una acción típica, antijurídica y culpable, sino típicamente antijurídica y

culpable, lo que permite deducir que la tipicidad no se produce con independencia

de la antijuridicidad, sino que aquella se incluye en ésta, ya que los elementos

comunes a todo delito son esos tres. Posteriormente Reinhart Frank, en 1943

demuestra la insuficiencia del concepto de culpabilidad como el simple nexo

psicológico entre el autor y el resultado, lo cual permite que haya una redefinición

de la culpabilidad como "reprochabilidad", es decir en ella existiría una verdadera

valoración, que incluye los siguientes elementos: imputabilidad, dolo y culpa. Frank

dice que: " un comportamiento puede imputarse a alguien como culpable cuando

19
puede reprochársele haberlo cometido", opinión que está contenida en su obra

"Estructura del concepto de culpabilidad". Vemos que en la concepción neoclásica

el dolo y la culpa siguen ubicados en la culpabilidad como dos formas que esta puede

tener.

En definitiva el neokantismo utilizó la metodología subjetivista y el relativismo

valorativo sosteniendo que el conocimiento científico propio de las ciencias de la

naturaleza o del espíritu se haya condicionado por categorías a priori de la mente del

sujeto, de modo que los valores no provienen del objeto sino del método (Medina,

94) . Y todo ello porque el sistema neoclásico, según Roxín, estaba basado

predominantemente en la filosofía de los valores neokantiano, muy influyente en las

primeras décadas del siglo XX, y que apartándose del naturalismo, quiso devolverles

un fundamento autónomo a las ciencias del espíritu, considerando que su

peculiaridad consiste en que se debe referir la realidad a determinados valores

supremos en los que se basan las respectivas disciplinas, configurarla y delimitarla

mediante los mismos y sistematizarla desde el punto de vista de dichos valores.

Partiendo de esta perspectiva es consecuente interpretar el injusto y la culpabilidad,

dice Roxín, desde los criterios valorativos de la dañosidad o nocividad social y de la

reprochabilidad, como también ocurre hasta hoy de modo importante a efectos

prácticos en la mayoría de los proyectos sistemáticos.

El sistema causal valorativo aplicó ideas neokantianas valorativas sobre un sistema

positivista naturalista del delito de manera que lo valorativo recorría y vinculaba a

todos los elementos del delito (lo injusto es objetivo, valorativo y excepcionalmente

subjetivo; la culpabilidad es subjetiva, pero también valorativa). La filosofía

neokantiana buscaba reemplazar el positivismo científico por un positivismo

teleológico referido a valores. Por ello, se rescata y se transforma al sistema clásico,

buscando referirse a los valores presentes en cada elemento general del delito, que

no ha sido tomado en cuenta en el sistema anterior. El sistema anterior presentaba a

20
los elementos naturales del delito sólo como exigencias sistemáticas. Este sistema es

un enfoque normativo-valorativo, donde ya no tiene importancia la diferenciación

entre elementos subjetivos y objetivos que se entrecruzan. En conclusión, se buscaba

referir la realidad a determinados valores supremos, sobre la base de los cuales,

determinados elementos generales del delito resultaban sistematizados desde el

punto de vista de dichos valores.

En concepto de Juan Bustos, el delito en este sistema, tiene un carácter objetivo

valorativo (el injusto) y otro de carácter subjetivo valorativo (la culpabilidad), luego

la característica común es la pertenencia al mundo del valor (en el sentido de las

ciencias valorativas). Por ello, se puede afirmar que el concepto neoclásico supone

una crítica a la sistemática clásica y una propuesta de reforma a ésta, al concebir el

injusto de forma predominantemente objetiva y la culpabilidad como un elemento

subjetivo referido a lo normativo.

5. TEORIA DEL NEXO CAUSAL

5.1 TEORIA DE LA EQUIVALENCIA DE CONDICIONES

Esta teoría creada por BURI fue estructurada tomando como base el concepto de

causalidad elaborado por STUART MILL, lo cual, al decir deMEZGER, es del

todo inexacto, pues cuando BURI la formulo no tenia conocimiento del

pensamiento del filosofo ingles; Esta teoría se encuentra en la mas estrecha

relación histórico espiritual con la dirección naturalista de pensamiento que

caracteriza al siglo XIX.

Sintéticamente puede resumirse diciendo que por causa entiende la suma de las

condiciones positivas o negativas que producen el resultado y como todas las

condiciones son equivalentes entre sí, por tener el mismo valor causal, cada una

de ellas a su vez, debe considerarse como causa del resultado.

21
Ahora bien la teoría de la equivalencia de condiciones o teoría de la condición es

la dominante en el derecho penal alemán. Según esta teoría se estima causa toda

condición del resultado concreto y todas las condiciones deben considerarse

equivalentes, no solo en el sentido causal, sino también en el jurídico. En suma

toda condición debe ser tenida como causa del resultado. Por ello se formula

también diciendo doctrina de la conditio sine qua nom. Su más genuino

representante es VON BURI, quien tiene como precursores a BURNER,

HALSCHNER, KOSTLIN y GALSER. La equivalencia de las condiciones se

acepta por LISZT, FINGER, LILIENTHAL, STOOS, VAN CALKER,

RADBRUCH, MERKEL, etc. Incluso en cuanto a sus resultados, esta es la

opinión que parece seguir THYREN a pesar de las diferencias que hace entre

condiciones positivas o favorecedoras, negativas e indiferentes.

La teoría de la equivalencia de las condiciones ostenta dos características básicas:

A. La irregularidad del curso causal no excluye la consecuencia: Lo insólito de

una relación condicional no tiene influencia en la causalidad. SI alguien

lesiona levemente a una persona que muere posteriormente en el hospital a

consecuencia de una reacción súbita ante la anestesia, o por un error del

facultativo que interviene al paciente infringiendo las reglas del arte médico

o por un corte de energía en las instalaciones que impide un tratamiento

oportuno, o porque equivocadamente se le practica una transfusión de sangre,

se considera que todas las condiciones son causantes de la muerte. Lo mismo

ocurre cuando alguien le propina a otro una bofetada y éste muere debido a

la ocurrencia de una cadena de circunstancias infortunadas. Tampoco cambia

absolutamente en nada la causalidad, cuando la causa determinante del

resultado se encuentra en la condición corporal o en la infracción a los

deberes de autoprotección por parte del lesionado (se niega a recibir

tratamiento médico, o no cumple con las prescripciones de éste).

22
Claro está que en muchos de los casos se da la causalidad, pero no la

imputación.

B. La relación de causalidad no admite interrupción: La Causalidad no se

interrumpe por que entre la conducta y el resultado obre la actividad dolosa

de un tercero. En general puede afirmarse que la relación de causalidad no

admite interrupción alguna; se considera que las condiciones anteriores,

intermedias o sobrevinientes, no tienen efecto excluyente del nexo causal;

tampoco, las conductas posteriores de terceros; por ejemplo, cuando alguien

deja un revolver cargado en un bolsillo de su abrigo, que es confiado a un

guardarropa de teatro y uno de los acomodadores, cuando el revólver se cae

por casualidad lo toma y apuntando a uno de sus compañeros oprime por

broma el gatillo, son considerados tanto el visitante como el acomodador,

causantes del resultado producido.

Roxin refiere que la falta de relación causal cuando una cadena ya iniciada es

sobrepasada por otra que le impide continuar actuando; y por lo tanto ya no

se produce la relación determinante con el resultado. Cuando A le da una

comida envenenada a B, cuya acción letal deberá hacer su aparición al día

siguiente, pero B sufre un mortal accidente de tránsito el mismo día de la

comida, no se considera a A como causante de la muerte de B, pues el

envenenamiento no ha tenido ningún influjo en su muerte. A puede ser

castigado exclusivamente por tentativa de homicidio. Muy diferente sería si

B, después de los primeros signos de malestar, hubiera sufrido el accidente

mortal en el camino que lo llevaría a recibir ayuda médica. En este caso la

cadena causal originada por A habría obrado en las circunstancias concretas

de la muerte de B, y A sería considerado causante.

Como resumen podemos decir, entonces, que no puede hablarse de concausas

en la teoría de la equivalencia de las condiciones, por que ello sería una

23
incongruencia. Para la equivalencia de las condiciones la concausa es una

condición como cualquiera otra y no predomina sobre las restantes, puesto

que todas son igualmente causales. De lo que podemos hablar es más bien de

una nueva serie causal, pero no de interrupción de la causalidad.

5.1.1 FORMULA DE LA EQUIVALENCIA DE CONDICIONES


Esta teoría ha ganado un gran número de adeptos, por la

utilización de un método sencillo y rápido que permite establecer

cuando existe nexo de causalidad entre una condición y el

resultado: la formula de la CONDITIO SINE QUA NON. Según

ella, para determinar el vínculo entre

un comportamiento humano un resultado, debe emplearse el

siguiente mecanismo: si se suprime mentalmente la acción y el

resultado no se produce, es porque existe un nexo causalidad

entre la conducta y la modificación del mundo exterior. En

consecuencia no habrá relación de causalidad cuando, eliminado

mentalmente el comportamiento, el resultado de todas maneras

se hubiera producido. Ejemplo: si alguien dispara a otro

produciéndole una leve lesión, y el herido es trasladado a un

hospital donde muere porque el médico lo interviene

indebidamente, tendríamos que existe en este caso relación

causal entre el disparo y la muerte, porque si suprimiéramos

mentalmente el comportamiento de quien disparó, el resultado no

se habría producido. En efecto el lesionado no habría sido

trasladado a un hospital y por ende no hubiera sido operado por

el médico. La conducta del médico también es causal, ya que sin

ella el resultado tampoco se habría producido.

24
Esta formula también se utiliza para la determinación del juicio

hipotético de causalidad en los delitos de omisión. En estos casos,

en los cuales el hombre ha omitido una acción exigida por el

ordenamiento jurídico, debemos preguntarnos que hubiera

pasado de haberse realizado la acción exigida. La formula se

utilizaría de la siguiente manera: si suponemos mentalmente que

se ha realizado la acción exigida y el resultado no se produce, es

por que existe una relación hipotética de causalidad. Por ejemplo

si un padre omite proteger a su hijo que pide auxilio en la piscina

porque no sabe nadar, debemos preguntarnos si hubiera podido

salvar a su hijo en el caso de que hubiere actuado.

5.1.2 CRITICAS Y SOLUCIONES


Tanto la teoría de la equivalencia de condiciones como de la

conditio sine qua non han sido criticadas por diferentes motivos;

la primera en especial -entre otros aspectos- por cuanto si se le

emplea sin correctivo alguno, amplía de modo exagerado el

ámbito de la responsabilidad con independencia de si se lo

examina tanto hacia el pasado como hacia el futuro; y la segunda,

porque normalmente no va a aportar nada diverso de la anterior,

desde que admite que es causa todo aquel factor que no puede ser

mentalmente suprimido sin que el resultado desaparezca. Tal

circunstancia hace presuponer el conocimiento de una

determinada causa como factor desencadenante del resultado, lo

que en ciertos casos es muy difícil -e inclusive a veces imposible.

Es decir, el poder causal de determinados factores no siempre

puede ser conocido. Ante los problemas anteriormente

mencionados, se pretende aplicar correctivos que van desde

25
teorías individualizadoras cuya misión sería limitar la extensión

de la equivalencia de condiciones buscando en cada caso

concreto el factor determinante en la producción del resultado,

hasta criterios que, por el contrario, tienden a formular un

principio general aplicable a cualquier caso, como ocurre con la

teoría de la "causalidad adecuada", siendo ésta la que logró

imponerse durante mucho tiempo en la jurisprudencia y doctrina

civil alemanas, y de modo más reciente (ya en el ámbito del

derecho penal), propuesta dentro de la teoría de la imputación

objetiva "como factor determinante de la realización de riesgos".

Igualmente se buscó una mayor precisión de la citada fórmula de

la conditio sine qua non, para lo cual se acudió a diversas teorías,

entre ellas la de la causalidad relevante, o se trabajó

en soluciones subjetivas (v.g. las denominadas de

"culpabilidad"), soluciones de antijuridicidad (v.g. tesis relativas

al problema de los delitos culposos) u otras que pretendían mas

bien sustituir el mecanismo de la conditio sine qua non para

adoptar criterios que se creyeron mejor orientados en la

definición real del problema de la causalidad (por ejemplo la

fórmula de las condiciones legales propuesta por Engisch).

5.2 TEORIA DE LA CAUSALIDAD ADECUADA

Esta teoría en principio pretendió restringir el concepto de la conexión causal

al amparo del Derecho, limitando por tanto la corriente naturalista sobre el nexo

causal al solo ámbito de lo jurídico. Conforme a ella, es causa en la producción

del resultado no toda condición, sino aquella apropiada para producirlo.

Su más decidido mantenedor es VON BAR que al principio sostuvo el criterio

antes expuesto, proclamando en 1871 que debe excluirse que debe excluirse de

26
la causalidad, en el ámbito jurídico, todo lo que no corresponda a la

denominada regla de la vida. El filósofo VON KRIES, al dar los fundamentos de

esta doctrina, crea la teoría subjetiva de la causación adecuada, considerando

como causa la propia para producir un resultado de la índole concreta del que se

halla en cuestión, en el sentir del sujeto que actúa.

Se presenta originariamente como una teoría causal que pretende restringir el

concepto de causa (lo que implica una restricción de las conductas punibles en un

momento anterior al de la culpabilidad). De acuerdo con la teoría de la causalidad

adecuada, de las múltiples condiciones intervinientes en un acontecimiento solo

tiene la consideración de causa la condición que conforme a la experiencia es

adecuada para producir el resultado tipico.

Esta teoría se concreta en que sólo deberán tomarse en consideración aquellas

condiciones que, para el espectador objetivo y prudente retrotraído al momento

de la acción (ex ante), con todos los conocimientos de la situación de que disponía

el autor al actuar, además de aquellos que hubiera tenido el observador,

(pronóstico posterior objetivo) apareciesen como adecuadas para producir el

resultado. No lo serán cuando apareciese como muy improbable que produjesen

el resultado.

¿Como se determina la causa adecuada? Este juicio de posibilidad debe tomar en

consideración aquellas condiciones que al tiempo de la acción sean conocidas y

cognoscibles por un hombre prudente. Asimismo debe incorporar los

conocimientos particulares del autor (criterio objetivo y subjetivo). Ello

constituye el saber ontológico. También debe considerarse el conocimiento de las

leyes de la naturaleza conocidas al tiempo de la acción y aquellas que son

conocidas por el autor. Ello forma el saber nomológico. Una vez delimitadas las

condiciones, solo es causa aquella que aparezca como apropiada (previsible) para

producir el resultado.

27
Este juicio de posibilidad es lo que se denomina prognosis posterior objetiva, Con

ello se expresa un juicio de probabilidad realizado por el Juez que debe situarse

en el momento de la acción para determinar si, de acuerdo con los conocimientos

del hombre medio, el resultado concreto aparece como objetivamente previsible.

Para CLAUDIA LOPEZ DIAZ, la teoría de la causalidad adecuada es

insuficiente, por las siguientes razones:

a. Solamente permite resolver los problemas de los llamados "cursos causales

extraordinarios" no constituye, en consecuencia, una explicación general de

lo que es la conducta prohibida.

b. Se limita a calificar los sucesos según criterios estadísticos o de causalidad

habitual; no obstante, pueden existir condiciones que, a pesar de no ser

calificadas como habituales, son relevantes para el tipo penal. roxin afirma

que también procesos concretos, aislados en contra de la teoría de la

adecuación pueden ser normativamente relevantes sin corresponderse con

un cuadro de sucesos habituales. Dicho con un ejemplo: un hombre se ha

drogado con un medicamento utilizado raramente, y a causa de

su constitución física la sustancia no actúa como es habitual en el estómago,

sino ya en el esófago; entonces, a pesar de la improbabilidad extrema

del proceso concreto, no es posible fundamentar que el resultado no es

imputable, pues la consecuencia es una realización del peligro causado por

el autor.

5.3 TEORIA DE LA RELEVANCIA TIPICA

Tanto para Claudia López Díaz como para Elena Larrauri, la presente teoría es

considerada como la precursora de la teoría de la imputación objetiva.

Esta teoría constituye un escalón más en la evolución de las teorías de la

causalidad, porque considera que los principios de la adecuación no son

28
suficientes para la determinación de la relación causal; el punto fundamental está

en una interpretación más exacta del tipo penal.

La idea fundamental de la teoría de la relevancia consiste en que la relación causal

por sí sola no puede fundamentar la responsabilidad por el resultado, sino que es

necesaria la relevancia jurídico – penal del nexo causal.

En consecuencia, acepta la teoría de la equivalencia de las condiciones, pero

limita sus excesos en el campo del tipo, aunque desde el punto de vista causal hay

que aceptar que todas las condiciones son equivalentes, en sentido jurídico no es

viable esta consideración puesto que no todas pueden fundamentar la

responsabilidad. Conforme a una interpretación correcta del sentido del tipo

penal, hay que precisar cuáles de las condiciones que han contribuido a la

producción del resultado son relevantes para el derecho penal.

Ejemplo: alguien invita varios amigos a una fiesta que ofrece en un restaurante;

uno de los huéspedes ingresa en el patio trasero del establecimiento y debido a la

oscuridad cae en un pozo que no fue cerrado correctamente por uno de los

empleados, y muere. De acuerdo a la teoría de la equivalencia, el anfitrión de la

fiesta puede ser considerado como causante de la muerte, en virtud de que todas

las condiciones tienen idéntico valor para la producción del resultado. No

obstante, en condiciones normales, el hecho de invitar a alguien a una fiesta no

es relevante para el tipo penal del homicidio, porque esta condición no cumple

con el sentido de la prohibición: no puede ser considerada como un acto de matar.

5.4 TEORIA DE LA CAUSALIDAD EFICIENTE

KOHLER, su iniciador sostuvo que dentro de una serie de condiciones,

contribuyentes a producir el evento, únicamente tiene carácter de causa la

decisiva sobre el resultado, criterio de eficiencia que se distingue, en razón de su

base cualitativa, de la teoría de la condición más eficaz de BIRKMEYER.

Seguida por STOPPATO, pretendió evolucionar, para cuyo efecto distinguió

29
entre condición, causa y ocasión, dándole carácter de casualidad eficiente a

aquella fuerza del ser que con su acción produce un hecho; Las condiciones

dentro de esta nueva concepción, sirven de sustento o apoyo a la causa, en tanto

la ocasión esta constituida por las circunstancias favorables que le permiten

actuar. Dentro de este criterio teórico BATTAGLINI define la causa como el

antecedente que se vincula intima y positivamente con el efecto querido, en

tanto CAVALLO la identifica con aquel precedente que lleva en si

la eficacia para producir el resultado, distinguiéndose de las demás condiciones

en que estas carecen de la aptitud o de la fuerza, en si mismas para llevar el

evento. Consecuentemente dice PORTE PETIT en esta teoría se pretende

distinguir entre causa, condición y ocasión.

La sola forma de enunciar la teoría da base a su critica, la distinción entre causa

y condición no deja de ser importante, pero el criterio de la eficiencia resulta

insuficiente si no se precisa cual es el fundamento que otorga, a una de las

condiciones, el rango de eficiente en la producción del resultado. Como

observa MAGGIORE las condiciones no son menos decisivas que la causa en la

producción del resultado, y haciendo referencia al ejemplo de la semilla, usado

por KOHLER expresa: Se a observado, para no salirnos del ejemplo anterior, que

la naturaleza del suelo, la humedad, el aire, etc., no influyen menos sobre el

producto que la semilla; Y que también las especies, conforme a la teoría

de DARWIN se transforman según el ambiente.

La teoría de la causa eficaz o de la condición más eficiente, la fórmula birkmeyer

diciendo que "causa", en el sentido del derecho, es la condición que ha

contribuido en mayor grado a la producción del efecto. Para dar a la proposición

una eficacia práctica es necesario conocer cualitativa y cuantitativamente todas

las condiciones a efectos de fijar la contribución que cada una de ellas ha prestado

para la producción del efecto, con lo cual resulta prácticamente ineficaz. Esta

30
teoría no consulta ni los principios físicos ni los jurídicos. Además, crea

dificultades en la participación, pues es posible que sólo un participe haya puesto

la condición eficiente, con lo que los demás no serían responsables.

ALGUNOS EJEMPLOS

1. Ramón Martinez ha golpeado levemente a Jose Perez, quien luego fue a la

clínica a curarse, pero en ella se desata un incendio en el que fallece Ramon

Martinez quemado: la acción de Jose Perez es causa de la muerte sobrevenida

de Ramón Martinez.

2. Quien da una bofetada a un hemofílico y este muere, ha producido una

relación causal, que produjo un resultado en la muerte.

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CONCLUSIÓN

En conclusión la escuela causalista funda su existencia en la necesidad de ubicar al delito tan solo

con la simple comisión del mismo, para la escuela causalista importa la materialidad del acto

representada por el elemento objetivo del tipo sin importar el ánimo, pensamiento, fin o destino

de la acción que tuviera el delincuente; razón por la cual la escuela causalista, erróneamente se

cree se apoya en la teoría y concepto del cuerpo del delito, sin embargo en la realidad, el moderno

concepto del Cuerpo del Delito sí contempla otros aspectos como el normativo y el subjetivo.

Actualmente esta es una teoría muy atacada, cada vez menos aceptada porque ser el autor

de la acción que produjo un resultado, no quiere decir que es el responsable penal por el

hecho típico producido.

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BIBLIOGRAFÍA

http://teoriacausalista.blogspot.com/2010/03/elementos-del-causalismo.html

https://www.mpfn.gob.pe/escuela/contenido/actividades/docs/2209_03_teoria_de_la_imput

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http://penaldelito.blogspot.com/2009/10/teoria-causalista-finalista.html

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https://consultoriajuridicapuebla.wordpress.com/causalismo/

http://teoriacausalista.blogspot.com/

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JURISPRUDENCIA PERUANA

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