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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Pedagógica Experimental Libertador.


Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio.
Extensión Académica Valera.
Unidad Local de Evaluación.

Bchrs: Romelia Santiago.


C.I Nª: 17596345.
Tutor. Dr. Simón Wehrn.

Ensayo:

El Renacimiento es un movimiento cultural que surge en Italia en torno al 1400.


Marca el salto de la época Medieval a la Edad Moderna y trae consigo una gran
transformación cultural, no sólo de las artes, sino también de las ciencias, de las
letras y de las formas de pensamiento. El Renacimiento se caracteriza por el
rechazo de muchos de los principios del conocimiento medieval y por la
admiración de antigüedad grecorromana. Pretende recuperar el saber clásico, en
el que busca una nueva escala de valores para el individuo. Frente a la sociedad
medieval, en la que todo giraba en torno a la idea de Dios, durante el
Renacimiento, el hombre pasa a ser el centro del universo. Emplea la razón como
fuente del conocimiento y busca la verdad a través de la reflexión personal y de la
investigación. Las principales características del Renacimiento fueron el
racionalismo, el experimentalismo, el individualismo y el antropocentrismo. Una
gran característica del Renacimiento fue el humanismo teniendo como
protagonista en escena al propio hombre que a partir de entonces comenzó a ser
tratado como ser racional y centro del universo. El Renacimiento también se
caracterizó por importantes descubrimientos científicos, especialmente en los
campos de la astronomía, la física, la medicina, las matemáticas y la geografía.

El renacimiento urbano. El desarrollo urbano realizado en la Europa


mediterránea bajo el Imperio Romano supuso un primer paso, que se superó
sobradamente con el gran empuje del urbanismo europeo realizado en la edad
media, y en particular entre los siglos XI al XIII. Un fenómeno de una originalidad
resulta indiscutible, ya que el aspecto de las ciudades y su organización muestran
una gran capacidad de innovación y puesta a punto de modelos políticos y
sociales, de valores políticos y culturales que perduraron y se transmitieron a
través de los siglos. Sus ambiciones de autogobierno se combinaban con la
búsqueda de la paz y se aparaban en la protección del poder regio frente a los
feudales. Conocieron desarrollo de nuevas formas de producción, distribución y
financiación que resultaron ser claves para el futuro, y todo ello sin olvidar que
fueron el emplazamiento de las Universidades y focos de cultura muy activos.

Los grandes descubrimientos se hallan los nuevos territorios que descubrieron


principalmente los navegantes portugueses y españoles, desde fines del siglo XV,
en África, Asia, Oceanía y América; y cuya existencia desconocían o tenían vagas
referencias. Los europeos llegaron pues, al Asia, África, América y Oceanía,
continentes poco antes casi desconocidos y llevaron hasta allí, su cultura, su
religión y sus costumbres, divulgándolas. A este hecho se le conoce con el
nombre de europeización del mundo. Durante los últimos años de la Edad Media,
los árabes obtenían de la India y Oceanía las sustancias llamadas especies (clavo
de olor, jengibre, nuez moscada, canela, pimienta, vainilla.) y también oro. Estos
productos los vendían a los europeos a precios subidos y los comerciantes de
Venecia y Génova hacían grandes negocios con la reventa. Pero desde que los
turcos tomaron Constantinopla en 1453, los árabes ya no pudieron comerciar con
libertad en el Mar Rojo, porque Turquía cerró el paso a toda mercancía y
estableció insalvables inconvenientes de resguardo aduanero. Clausuro, además,
las rutas mercantiles. Por consiguiente quedó cerrado el comercio de Europa con
la India.

La necesidad de encontrar nuevas rutas hacia las indias, pues, las que
servían para el comercio con el Oriente habían caído en poder de los turcos,
después de que estos se apoderaron de los puertos de Constantinopla y
Alejandría, por donde llegaban a Europa las especias de Asia (canela, pimienta,
nuez moscada, jengibre), goma arábiga, perfumes, piedras preciosas, finas telas.

El mejoramiento de la navegación, por la aparición de la brújula, la construcción


de mejores embarcaciones (carabelas) y otros aparatos, permitieron a los
navegantes arriesgarse en mares desconocidos sin temor a perderse.

El adelanto de la Geografía. Y el convencimiento cada vez mayor de que la


Tierra era redonda.

El espíritu aventurero que impulsaba a los hombres a conquistar o descubrir


nuevas tierras para enriquecerse.
El anhelo de ciertas congregaciones religiosas de difundir el cristianismo
en esas tierras hasta entonces desconocidas.

A partir del siglo XIV, los principales exploradores portugueses fueron los siguientes:

Enrique el Navegante (1394-1460). Hijo del rey de Portugal Don Juan I. En su


deseo de extender los principios de la religión por el oeste de África y llevado por
sus aficiones a la navegación, emprendió varias expediciones.
Sus naves tocaron en Sagres, situada en el cabo de San Vicente y el príncipe
fundó un palacio, un observatorio, astronómico, una Escuela Náutica y un arsenal
que permitió la exploración de las costas occidentales del norte de África y de las
islas frente a Portugal. De este modo descubrieron las islas madera (1419), las
Azores, las Islas Canarias, el cabo Bojador, las costas de Senegal y del golfo de
Guinea (1485), donde los portugueses comerciaron con los nativos africanos,
recibiendo oro y huevos de avestruz, por lo que llamaron al lugar «Costa de Oro».

Bartolomé Díaz (1487) Otro navegante muy intrépido, Bartolomé Díaz,


llevando tres naves, recorrió la costa occidental del África y dobló la parte más
saliente del continente, donde unas terribles tempestades pusieron en peligro la
expedición. Ella no pudo seguir más allá de Natal. Bartolomé Díaz bautizo a la
región con el nombre de cabo de las tormentas, pero el rey de Portugal don Juan
II, cambió este nombre por el de cabo de la nueva esperanza, para no desalentar
a los navegantes que emprendieron nuevas expediciones.

Vasco de Gama Diez años más tarde, el audaz Vasco de Gama, con pocos
barcos, siguió el camino de Bartolomé Díaz y logró pasar el Cabo de las tormentas
en buen tiempo. Llegando a las costas de Mozambique donde consiguió un piloto
árabe que lo llevo hasta las costas de la misma India, hasta las costas de la
misma India, desembarcando en Calicut. Los naturales del país no recibieron bien
a los portugueses, considerándolos como rivales en su comercio y Vasco de
Gama tuvo que regresar al Portugal con su pequeña flota.

Álvarez de Cabral. Apenas desembarco Vasco de Gama en el Portugal,


inmediatamente se puso en marcha otra expedición mandado por Álvarez de
Cabral, con el objeto de colonizar la India; pero esta expedición arrastrada por los
vientos ecuatoriales, se extravió en la ruta y fue a tocar casualmente en las costas
del Brasil, al Este de Sud América (1504). Cabral, después de reconocer dicho
país, cambiando de rumbo navegó había la india, y llegó a Calicut; pero fue
recibido por los indios de manera hostil, por lo que el portugués ordenó el
cañonero de la ciudad y regreso a Portugal, llevando gran cantidad de especies de
Oceanía. Después de estas expediciones, los portugueses colonizaron por poco
tiempo la india, fundando un virreinato, cuyo primer gobernante fue don Francisco
de Almeida.

Imperio Colonial Portugués Debido a la labor de sus marinos, Portugal llegó a


dominar territorios en:
América: Brasil.
África: Senegal, costas de Guinea, el Congo.
Asia: Adén (Arabia), Calicut, Goa en India, Macao (china), Malaca.
Oceanía: Timor.

Descubrimientos Españoles. Los españoles hicieron también grandes


descubrimientos, sobre todo en América. Mientras los portugueses exploraban la
costa occidental africana, los españoles despachaban la expedición de colon,
siguiendo el camino del Oeste de Europa.

El notable navegante genovés Cristóbal Colon, ayudado por los reyes católicos
don Fernando y doña Isabel, descubrió la América el 12 de octubre de 1492,
tocando en la isla Guanahaní, perteneciente al grupo de las Bahamas, en el Mar
de las Antillas. Después de realizar tan sorprendente hazaña, Colón hizo tres
viajes más que pueden resumirse así:

Segundo Viaje. Descubrió las islas de Jamaica y Puerto Rico y cuando llegó a La
Española, que había fundado en su primer viaje, encontró que los indígenas
habían dado muerte a todos los españoles que había dejado como gobernantes.
Tercer Viaje. Llegó a la isla Trinidad y exploro las bocas del río Orinoco en
Venezuela. Como surgieron conflictos entre los españoles, los reyes enviaron al
comisionado don Francisco de Bobadilla (1500) para que hiciera justicia: pero
Bobadilla, creyendo culpable a Colón de todo lo sucedido, le hizo apresar y llevar
a España engrilletado de los pies. Los reyes ordenaron su libertad y destituyeron a
Bobadilla.

Cuarto Viaje. Recorrió Colón las costas de Honduras y Panamá y después


regreso a España, muriendo al poco tiempo en Valladolid (1506).

Consecuencias de los Grandes Descubrimientos Geográficos.

De Orden Geográfico

Mediante los descubrimientos se comprobó la redondez de la Tierra.

Se conocieron y aprovecharon nuevos mares y océanos (Atlántico, Pacifico,


Indico).

La Geografía y Biología adelantó con el conocimiento de nuevas plantas y


animales.

De Orden Social

Se originó la emigración de pueblos europeos hacia las tierras descubiertas.

Algunas razas resultaron explotadas en el trabajo. Por eso se estableció el


comercio de esclavos negros (trata de negros).

Las razas aborígenes fueron explotadas por los colonizadores, tanto en África,
como en la India y la América.

De Orden Político

España y Portugal, por causa de los descubrimientos, aumentaron su poder


político y se convirtieron en potencias europeas.

Se crearon nuevas formas de gobierno, tales como los virreinatos, las capitanías
generales, las presidenciales, las audiencias.

Se provocaron conflictos políticos entre los países colonizadores, por cuestiones


de fronteras en sus dominios.

De Orden Económico

Se pudo disponer de los recursos naturales de medio planeta.


Europa se transformó económicamente, porque se vio invadida por nuevos
productos y riquezas.

Progresó la industria naviera, ya que las lejanas expediciones requerían


renovación de barcos.

Decayó el poderío comercial de Venecia, Génova y Marsella.

De Orden Religioso

Nuevos fieles engrosaron las filas del cristianismo.

La autoridad del papa aumentó. Muchas veces sirvió de arbitro en conflictos


internacionales. El papa Alejandro VI (Borgia), por medio de un decreto o bula,
estableció como límite de las posesiones de España y Portugal en América, la
llamada Línea de Tordecillas, o sea una línea imaginaria, que iba de polo a polo,
pasando casi por el centro de Sud América.

El cambio de mentalidad del hombre del Renacimiento provocó una crisis en el


seno de la Iglesia. Se produjo un movimiento de Reforma Protestante de
transformación al margen del Papa de Roma y una Contrarreforma Católica como
contraposición. El Renacimiento con la aparición del Humanismo transformó
mentalidades. Los grandes descubrimientos geográficos de los siglos XV y XVI
ampliaron el horizonte del hombre Europeo y la Iglesia parecía mas preocupada
por el arte, por la política y por el poder que por la evangelización y la difusión del
cristianismo. Era un caldo de cultivo ideal para la aparición de corrientes críticas
en el seno de la Iglesia que desembocaron finalmente en el Cisma entre Católicos
y Protestantes (Luteranismo, Calvinismo y Anglicanismo).

La Reforma Protestante

El Luteranismo y su creador, Lutero. Martín Lutero (1483-1546) fue un monje


agustino alemán que pese a sus orígenes humildes llegó a ser profesor de
teología en la Universidad alemana de Wittenberg. Se trata de un hombre
profundamente creyente que veía con gran desasosiego la desviación de la Iglesia
de los principios esenciales del cristianismo. A partir de 1517 Lutero se opuso a la
venta que la Iglesia hacía de las indulgencias hasta tal punto que fue
excomulgado. Lutero comenzó a establecer una doctrina que se basaba en la
"justificación por la fe". La fe en Cristo es lo que salvará al hombre frente a la
posición de la Iglesia Católica donde prevalecen "las obras" El Luteranismo se
extendió rápidamente por Alemania apoyado por la nobleza local que aprovechó la
ocasión para deshacerse del gran poder que había acumulado la Iglesia mientras
que se apoderaba de sus bienes. Sin embargo el Emperador Carlos V se opuso al
Luteranismo, lo que provocó varias guerras de religión entre Católicos y
Protestantes hasta que en 1555 se alcanzó la Paz de Augsburgo por medio de la
cual se permitía a los príncipes alemanes elegir entre el Catolicismo y el
Protestantismo.
Los principios básicos del Luteranismo son:

 Interpretación libre de la Biblia. Cualquiera puede interpretar los textos


sagrados.
 Bautismo y Eucaristía como únicos sacramentos.
 Supresión del culto a los Santos y a la Virgen y no existencia del Purgatorio.
 Los ritos se realizan en la lengua del pueblo.
 Austeridad en las iglesias y supresión del celibato y la jerarquía de la Iglesia

El Calvinismo y su creador, Calvino. Juan Calvino era un francés que


residía en Ginebra. Llevó las doctrinas de Martín Lutero hasta el extremo.
Creía en la Predestinación y sostenía que solo los elegidos o predestinados
por Dios tenían verdadera Fe y por tanto a su alcance la salvación. Una
moral rígida y una austeridad extrema eran señales de formar parte del
grupo de los elegidos por Dios para la salvación. El Calvinismo se extendió
por los Países Bajos, zonas de Francia y Alemania y Escocia.

Los principios básicos del Calvinismo son:

 Bautismo y Comunión como únicos sacramentos.


 Supresión de la jerarquía de la Iglesia y aparición de la figura de los
Pastores o guías de los elegidos para la salvación.

El Anglicanismo y su creador, Enrique VIII de Inglaterra. Los orígenes del


Anglicanismo poco tienen que ver con Luteranismo y Calvinismo. El Rey Enrique
VIII incapaz de obtener la nulidad matrimonial con su esposa Catalina de Aragón
decidió prescindir de la Iglesia Católica, promulgando en 1534 el Acta de
Supremacía, haciéndose el mismo jefe de la Iglesia Anglicana y con capacidad de
decisión total. La Iglesia Anglicana parte del Catolicismo y toma muchos de los
principios del Luteranismo.

La Contrarreforma Católica

El Concilio de Trento. El Concilio de Trento comenzó en 1545 y duró 18 años.


Demasiado tarde para detener el avance de los protestantes. Se discutió entre
realizar concesiones a los protestantes o mantener una posición intransigente.
Finalmente se optó por lo segundo y el Cisma en la Iglesia fue inevitable. Se
insistió en el culto a la Virgen María y a los Santos, se mantuvo la supremacía de
las obras, se reafirmó la presencia de Cristo en la Eucaristía, se definieron los
Sacramentos. Por supuesto se reafirmó la autoridad Papal en la Iglesia. La
Compañía de Jesús, los Jesuitas, fundados por San Ignacio de Loyola, tuvieron un
papel destacado puesto que juraban obediencia directa al Papa.
El Concilio de Trento organizó y orientó a la Iglesia Católica hasta la celebración
del Concilio Vaticano II en el Siglo XX.
La Doctrina mercantilista: Para entender la doctrina, podemos resumir un
modelo teórico general con los principios fundamentales de aplicación del
mercantilismo en cada país.

Estos principios son los siguientes:

Metalismo: parte de la tesis de la creencia de que el oro y la plata constituyen la


riqueza, y por ello, el país más rico sería el que lograse acumular más metales
preciosos. Esta es una tesis que surge en la Europa tras el descubrimiento de
América, momento en el cual se obtuvieron una enorme cantidad de metales
creando una nueva forma de economía monetaria y reducir el trueque.

Poblacionismo: el aumento de población de un país es otro factor para su


crecimiento. El mayor ejemplo de este principio fue Alemania, país que incentivaba
la inmigración a la vez que evitaba la emigración. Sin embargo, en países como
Inglaterra, interfería la colonización.

Industrialismo: el desarrollo de la industria era fundamental para los


mercantilistas, siendo una actividad que los estados debían apoyar, tanto
apoyando a los burgueses que las creaban, como crearlas por sí mismo, o bien
ofrecer subvenciones, proteccionismo comercial facilitar la tecnificación de la
producción o elevar la calidad. Francia e Inglaterra son los máximos exponentes
de este principio, siendo de los principales promotores de la Revolución Industrial.

Dirigismo: a raíz de lo anterior, los mercantilistas comprendieron que era


necesario regular la economía y por ello creían en la intervención del Estado (por
ejemplo, con tasas aduaneras a productos importados). No impedía la iniciativa
privada, sino que procuraban proteger a la nación y cuando el sentido colectivo se
viese protegido, la industria crecería.

Balanza comercial favorable: la calve era que el Estado debía exportar mucho e
importar poco, de modo que la balanza comercial siempre fuese favorable para el
país.

Carácter nacional de la doctrina: la preocupación de los mercantilistas era


“enriquecer a la nación al Soberano”, y no el interés individual, algo que se vería
tambalear a finales del siglo XVIII con la llegada del liberalismo.

La revolución representó también un cambio radical en las estructuras de la


identidad cultural e institucional de acuerdo con los principios de racionalidad,
uniformidad y eficiencia. Palabras claves como ‘fraternidad’ y ‘unidad nacional’ en
el marco de una concepción de Estado como representante de una unidad
territorial y la entidad subjetivo-emocional, la ‘nación’, basada en la ciudadanía se
expanden por Europa y el mundo liberado de las metrópolis coloniales a
comienzos del siglo XIX y después de la II posguerra en el mundo afro-asiático.
Los nuevos símbolos como escudos nacionales, himnos, banderas, en muchos
casos tricolores son bienes que tienen una influencia decisiva de la revolución,
como así también, el sentimiento de Patria por encima de los ciudadanos. Pero,
paradójicamente mientras los ejércitos napoleónicos difundían las ideas de
libertad, el imperio trasplantó sus instituciones para la dominación europea, como
lo haría el estado francés durante el ‘nuevo imperialismo’ en África cuando a la
bandera seguía al comercio y exportación de capitales. Exportar ideas de libertad,
pero dominar en la práctica en nombre de esa libertad. ¿Hipocresía discursiva o
cinismo político? Después de octubre de 1917, la revolución francesa no fue la
única revolución importante que exportó sus ideas e instituciones a otras naciones
y países, generando nuevas expectativas entre la clase obrera organizada.

No obstante, aun siendo una revolución por la igualdad civil, no alteró la posición
de vulnerabilidad de la mayoría de los trabajadores asalariados de la población de
los países capitalistas centrales y de los países de un capitalismo dependiente,
incluso hasta el presente. Los resultados inmediatos y mediatos como las
libertades individuales, las instituciones económicas, administrativas, sociales,
educativas, seguridad de los Estados-nación modernos son sus tributarios, sin
lugar a dudas, de la revolución francesa. Pero las conclusiones del proceso
histórico al presente, en relación a la igualdad, es claramente una altísima deuda
para las poblaciones y las naciones por las esperanzas generadas y las
expectativas traicionadas.

En la historiografía se habla generalmente de tres tipos de revoluciones:

 Revolución política.
 Revolución social.
 Revolución económica.

Pueden valer para ejemplificarlas las tres grandes revoluciones que surgen y se
desarrollan entre los siglos XVIII y XIX, marcando el fin de la Edad Moderna y el
comienzo de la Edad Contemporánea.

Revolución francesa. Fue un movimiento fundamentalmente político, porque se


trataba de sustituir la monarquía absoluta existente hasta 1789, para reemplazarlo
por un sistema político con características radicalmente opuestas, lo que permitió
hablar de un Antiguo Régimen y un Nuevo Régimen. Desde un punto de vista
general, puede incluirse la francesa entre las Revoluciones Liberales, entendidas
como las que aplican la ideología política liberal, y que habrían comenzado con la
independencia americana y continuarían en Europa occidental al menos hasta
1848.

Revolución burguesa. Es la entendida como la sustitución como clase dominante


del estamento privilegiado (formado por nobleza y clero) por la burguesía, con el
cambio de relaciones, comportamientos, actitudes y valores sociales que se
identifican con una u otra; permite hablar de una nueva sociedad de clases. No
obstante, la historiografía suele utilizar más comúnmente el término Revoluciones
burguesas para referirse, incluso en su aspecto estrictamente político (a pesar de
la impropiedad), a las que hemos llamado revoluciones liberales, es decir, a todos
los procesos revolucionarios (como la misma Revolución francesa) en los que esta
clase social es impulsora.

Revolución industrial. Tiene un carácter esencialmente económico, la


transformación respecto de la época precedente (la preindustrial) con el uso de
nuevas técnicas, fuentes de energía, invención de maquinarias, innovadores
medios de transporte, aumento de la capacidad productiva con la sustitución de
los talleres artesanales por las fábricas, etc.

No se agota la tipología de las revoluciones con los tres tipos enumerados al


principio. Se habla de revoluciones en cualquier ámbito, incluso en los más
alejados de los usos anteriores, como sería el ámbito de la ideología (revolución
ideológica) o el del arte (revolución artística). A veces esa extensión se hace con
evidente abuso del término (cuando se aplica a la moda, al deporte, a la última
novedad de la música popular...), y a veces está plenamente justificada
(revolución cultural en la China maoísta) o el concepto de revolución científica
(Thomas Kuhn).

Por otro lado, se han propuesto distintos tipos de periodizaciones y agrupaciones


de revoluciones por sus similitudes o proximidades en el espacio o en el tiempo
(ciclos revolucionarios).

Revolución Cubana. Triunfa el 1 de enero de 1959 tras la victoria del Ejército


Rebelde y el movimiento clandestino en las ciudades que durante una heroica
campaña habían derrotado a la dictadura de Fulgencio Batista. Apenas instalado
en el poder, el gobierno revolucionario inició el desmantelamiento del sistema
político neocolonial.

La revolución Americana fue la primera en que ideas expresadas por


pensadores liberales se pusieron en práctica. Fue el origen de un nuevo estado,
los Estados Unidos. La Declaración de Derechos fue redactada por Thomas
Jefferson y tuvo una gran repercusión internacional. La Revolución Americana es
el conflicto entre los colonos de Nueva Inglaterra y Gran Bretaña, que acabó con
la independencia de los primeros. Los colonos no estaban dispuestos a seguir
pagando los impuestos si no tenían representación en el Parlamento de Londres.
El conflicto que enfrentó a las trece colonias con la metrópoli tuvo una vertiente
económica y una vertiente política. La revolución americana: En 1774 los
representantes de las Trece Colonias se reunieron en el primer Congreso de
Filadelfia donde se redactó una Declaración de Derechos y se decidieron los
primeros movimientos darme. Thomas Jefferson redactó la Declaración de
independencia de Virginia donde se anunciaban los principios de soberanía
nacional, división de poderes y sufragio, fue la base de la Declaración de
independencia los Estados Unidos firmada el 4 de julio de 1776. Finalmente se
firmó la Paz de Versalles en 1783, en que Gran Bretaña reconoció la
independencia de las Trece Colonias americanas. El nuevo estado tenía una
estructura federal, el presidente controlaba el poder ejecutivo y era elegido cada
cuatro años. George Washington fue el primer presidente de Estados Unidos. El
Congreso estaba formado por la Cámara de Representantes y el Senado. El
Tribunal Supremo controlaba que las leyes y las actuaciones del gobierno no
vulnerasen la Constitución.

Etapa monárquica. Luis XVI, el monarca derrocado.

Prevalecían los Estados Generales, especie de Asamblea (Parlamento) que


estaban integrado por 1 200 diputados (300 por el clero, 300 por la nobleza y 600
por el tercer Estado o Estado Llano). El Tercer Estado quiso aprovechar dicha
Asamblea para presentar peticiones que favorecieran al pueblo, no siendo estas
del gusto del rey y la nobleza, oponiéndose a toda reforma. Negándole el derecho
del voto por cabeza, que les era favorable, por cuanto eran mayoría, pues querían
que subsistiera el voto por orden (que favorecía a las clases privilegiadas: clero y
nobleza).

El Tercer Estado desobedeció la orden que había dictado Luis XVI y se reunió
separadamente, constituyendo así la Asamblea Nacional (17 de junio de 1789),
actitud que marcó el estallido de la revolución. Como el rey mandó a clausurar la
sala de sesiones, la Asamblea ocupó la sala del juego de la pelota y sesionó allí.
Los diputados juraron no separarse hasta haber dado una constitución a Francia,
decretando, además, la inviolabilidad de los representantes. Luis XVI, tuvo que
ceder ante los acontecimientos, invitando a que sesionaran juntos los tres estados.

Fue así que surgió la Asamblea Constituyente, de esta modo el rey dejó de tener
autoridad, y así la monarquía absoluta llegaba a su fin. La Constitución de 1791 de
tendencia monárquica, sancionó la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano como, igualmente, la existencia de tres poderes: Legislativo, Ejecutivo
y Judicial.

Se promulgó la constitución civil del clero, por la que los bienes de la Iglesia
pasaban a poder del Estado, y el nombramiento de las autoridades eclesiásticas
se haría en adelante por elección del pueblo; provocando así la ruptura con la
Iglesia de Roma. El rey traicionando a la Revolución pretendió huir al extranjero
para unirse a los ejércitos europeos coaligados contra Francia, pero fue detenido
cerca de la frontera y encerrado en el Palacio de Las Tullerías.

La Asamblea Legislativa (1791 - 1792). La Asamblea se mostró hostil a la


monarquía y tomó bajo su control la guerra revolucionaria contra los ejércitos
extranjeros. Declaró la guerra a Austria y luego de algunas acciones favorables a
los austriacos y los prusianos, los ejércitos revolucionarios, al mando de
Dumouriez, obtuvieron grandes victorias en Valmy y Jemapes en (1792).

El rey desde su prisión en Las Tullerías conspiraba secretamente contra Francia


revolucionaria. El 10 de agosto de 1792, la Asamblea decretó la suspensión de
Luis XVI, quedando privado de su autoridad.
La prisión del rey y la guerra contra la reacción interna y externa fueron
decantando las posiciones políticas de la burguesía francesa dentro de la
Asamblea. Así quedaron conformadas tres facciones bien delimitadas, los
Fuldenses, partidarios de un arreglo con el rey y sus partidarios, la Montaña, o
Jacobinos, que planteaban la ruptura total y la instauración del "terror
revolucionario" y los girondinos, más moderados que estos últimos, quienes se
harían finalmente con el control político de la Asamblea.

La Era de Napoleón. Napoleón Bonaparte puso fin al proceso revolucionario


con un régimen personal que, investido del poder imperial, intentó imponer en toda
Europa el dominio francés y las ideas de la Revolución. Su genio militar y la
superioridad de su ejército fueron instrumentos de una desmedida ambición que,
finalmente, sucumbió ante la reacción combinada de las naciones europeas.

El Consulado. El golpe de Estado del 18 Brumario (9 de noviembre de 1799)


puso fin al Directorio e instauró el Consulado, régimen republicano en el que el
poder ejecutivo correspondía a tres cónsules.

Napoleón Bonaparte (1769-1821), héroe de las campañas de Italia y Egipto e


inspirador del golpe, fue elegido primer cónsul, concentrando de hecho todo el
poder.

En la política llevada a cabo por el Consulado destacaron:

La restauración del orden mediante la supresión de las libertades constitucionales


y la organización de una eficaz policía.

La reactivación de la economía mediante la protección de la industria y el


comercio.

La promulgación del Código Civil (el «Código napoleónico»), en el que se


recogieron las ideas de la Revolución, pero muy moderadas.

La reforma de la enseñanza, con la creación de los liceos para la enseñanza


media y la fundación de la Universidad Imperial, destinada a la élite de la
sociedad.

El restablecimiento de las relaciones con la Iglesia católica mediante el


Concordato de 1801 con Pío VII (1800-1823).

En 1802 Napoleón fue proclamado cónsul vitalicio, y en 1804 se proclamó


emperador.

El Imperio y las guerras napoleónicas


Decidido a ser el dueño de Europa, Napoleón demostró su genialidad militar como
estratega, basándose en la movilidad de sus tropas y en los ataques relámpago.
Los principales mariscales que intervinieron en las guerras napoleónicas fueron
Dupont, Murat, Moncey y Suchet.

Durante los cinco años que duró el Consulado y los diez del Imperio, Napoleón
luchó casi sin interrupción contra las potencias europeas, que organizaron seis
coaliciones contra Francia.

 Austria, Prusia, Rusia y otros aliados fueron derrotados por Napoleón en


sucesivas batallas: Marengo, Ulm, Austerlitz, Jena, Tilsit.
 Contra Inglaterra, a la que Napoleón consideraba el principal enemigo, se
enfrentó en la batalla naval de Trafalgar (1805), donde la flota franco-
española al mando de Villeneuve sufrió una completa derrota.
 A continuación, Napoleón trató de arruinar económicamente a Inglaterra
mediante el bloqueo continental (1806), por el que quedaron cerrados todos
los puertos de Europa a los barcos y productos ingleses.

Rusia accedió a colaborar en el bloqueo, pero no así Portugal. Napoleón ocupó la


península Ibérica, lo que dio origen a la guerra de la Independencia.

El fin del sueño napoleónico

En 1808, el ejército de Napoleón fue derrotado en Bailén por el general Castaños.


Las potencias europeas redoblaron entonces sus esfuerzos contra la hegemonía
francesa y Napoleón se vio obligado a firmar con Austria la paz de Viena (1809).

En la campaña de Rusia (1812) participaron setecientos mil soldados y terminó en


un gran desastre. El zar Alejandro I (1801-1825) ordenó abandonar e incendiar
Moscú y las tropas francesas tuvieron que retirarse sin aprovisionamientos, en
pleno invierno y acosadas por las tropas rusas. Sólo sobrevivieron diez mil
soldados.

Napoleón movilizó a los jóvenes de diecinueve años para luchar contra la coalición
formada por Austria, Prusia y Rusia. El emperador todavía consiguió algunas
victorias, pero fue derrotado en Leipzig, en «la batalla de las naciones» (1813).

Obligado a abdicar, se le otorgó el gobierno de la isla de Elba. En Francia se


restauró la monarquía en la persona de Luis XVIII (1814-1824), hermano de Luis
XVI.

Napoleón recuperó el poder durante Cien Días en 1815, pero fue nuevamente
derrotado ese mismo año en Waterloo por un ejército internacional al mando del
duque de Wellington (1769-1852). Desterrado a la isla de Santa Elena, en África,
murió en 1821.
En el proceso de independencia existen factores externo e internos, entre los
factores externos se destacan las ideas de la ilustración, la independencia de
EEUU en 1776 y la revolución francesa de 1789. Entre los factores internos se
pueden destacar: la molestia de los criollos por no poder acceder a los cargos
públicos de importancia, la expulsión de los jesuitas y el monopolio español
respecto al comercio con las colonias americanas, situación que causaba
desagrado en la sociedad hispano-criolla de fines del siglo XVIII y comienzos del
XIX. Estos factores combinados, más el hecho fortuito de la invasión napoleónica
sobre la península ibérica y la posterior captura del Fernando VII, generaron las
condiciones propicias para que se produjeran los autogobiernos de las distintas
colonias.

En relación a lo anterior, es preciso aclarar y establecer una mirada de más largo


aliento respecto a los hechos que marcan los procesos independentistas en la
América española. Es por ello que desde la llegada de la Casa de Borbón, la cual
asume el trono español a comienzos del siglo XVIII, el imperio yacía en una
profunda crisis financiera y administrativa heredada por la Casa de los Habsburgo,
sumado a ello los problemas que trajo la Guerra de Sucesión Española, todo lo
cual influyó en estos procesos de independencia.

Para recuperar el control y restaurar el esplendor del imperio, debido a una serie
de conflictos que España mantenía con otras potencias europeas, la Corona
realizó una serie de reformas denominadas “Reformas Borbónicas”, dirigidas por
el rey Carlos III, las que provocaron molestia en la sociedad criolla americana, ya
que se aumentaron los impuestos para financiar el gasto fiscal de imperio
(administración y conflictos). Durante el siglo XVIII Inglaterra, que fue uno de los
mayores rivales de España, hizo disminuir paulatinamente el dominio hispano en
América mediante el contrabando, mercado negro y corsarios que saqueaban
puertos y atacaban galeones españoles que llevaban las riquezas de América a
España, lo que incidió profundamente en la crisis que afectaba a la metrópolis y su
dominio en las colonias de ultramar.

Además, la crisis del imperio español se vio agravada en 1808, cuando Napoleón
Bonaparte invadió España, capturando en Bayona a la familia real, haciendo que
Carlos IV abdique en su hijo Fernando VII y capturando a este último para
trasladarlo a Francia. Por lo que Napoleón puso a su hermano José Bonaparte en
el trono de España, situación que la sociedad española ni las colonias americanas
vieron de buena manera, no reconocieron la regencia de José Bonaparte, la Junta
Central de Cádiz y ni el Consejo de Regencia.

De este mono, las elites criollas vieron la oportunidad de experimentar un proceso


que consolidara su poder local respecto a las normativas imperiales dirigidas por
un rey ilegítimo. No obstante, la idea de los auto gobiernos locales se basaban en
la lealtad al rey cautivo, el legitimo dueño de las colonias americanas.

Para finalizar, los movimientos independentistas realizados por las colonias


españolas en América, obedecen a múltiples variables de carácter externo e
interno, donde la invasión napoleónica y captura de Fernando VII rey de España,
empujó a las colonias a generar autogobiernos mientras el rey estuviese cautivo.
En el hecho, podemos señalar que las juntas y cabildos producidos ante ésta
situación de incertidumbre política, con el tiempo, impulsaron a que los bandos
patriotas iniciaran una guerra de independencia con la metrópolis para lograr la
emancipación.

Ciencia, tecnología y sociedad: claves para su comprensión histórica. En el


corazón de la civilización contemporánea está la moderna tecnología y esa
tecnología es ciencia intensiva. (Núñez, 1994). El desarrollo tecnológico está
alterándolo todo, desde lo económico y lo político hasta lo psicosocial, la vida
íntima de las personas, los patrones de consumo, la reproducción humana, la
extensión de la vida y sus límites con la muerte. La tecnología lo invade todo en el
mundo contemporáneo. Tal omnipresencia es un resultado histórico tras el cual se
revelan varios procesos sociales relevantes que explican el estatuto social actual
de la ciencia y la tecnología. Esos procesos sociales son:

La Revolución Científica de los siglos XVI y XVII que dio origen a la ciencia
moderna y desencadenó procesos de institucionalización y profesionalización de
la práctica científica, así como desarrollos conceptuales y metodológicos que
tendrían notables efectos sobre la ciencia y su relación con la sociedad en los tres
siglos siguientes.

Las revoluciones industriales y los profundos cambios tecnológicos que las


acompañan. Cambios que conducen a una aproximación creciente con la ciencia
hasta confundirse ambos en la segunda mitad del Siglo XX a través de la
Revolución Científica y Tecnológica. El paradigma tecnológico que se desenvuelve
en las tres últimas décadas ha sido especialmente intensivo en el consumo de
conocimientos e impactante en términos de su alcance social.

El ascenso del capitalismo y su dominio planetario, afirmado luego de la crisis


del socialismo europeo. La consolidación de la ciencia moderna y del capitalismo
son dos procesos históricamente paralelos e interconectados como se mostrará
más adelante. La mundialización del capitalismo es un proceso asociado no sólo a
las fuerzas productivas y las relaciones de producción que le proporcionan su
fundamento, sino a las pautas de consumo que él promueve y a los modelos de
desarrollo que preconiza, a los cuales atribuye una universalidad que sus
apologetas consideran imposible de contestar.

El surgimiento, afirmación y crisis del sistema mundial del socialismo. Tanto por
sus esfuerzos y éxitos en el campo de la ciencia y la tecnología, como por las
respuestas que sus avances demandaron del capitalismo en el contexto de la
guerra fría, la existencia del socialismo ha sido un hecho social fundamental para
explicar el desarrollo científico y tecnológico de este siglo.

La fractura planetaria entre países desarrollados y países subdesarrollados. La


riqueza mundial está sumamente concentrada en un grupo de países lo que les
proporciona un enorme poder en las relaciones internacionales. Ese poder se
apoya en el dominio de la ciencia y tecnología, aún más concentradas que la
riqueza. Esa polarización tiene consecuencias enormes para cualquier país que
intente desarrollar ciencia y tecnología.

Los procesos mencionados nos remiten a los acontecimientos europeos que


transcurren fundamentalmente entre los siglos XV y XIX. En ese plazo se
desenvuelven en Europa tres grandes procesos revolucionarios crecientemente
interconectados: La Revolución Burguesa, la Revolución Científica y la Revolución
Industrial (Furtado, 1979). Comentemos algunas de sus consecuencias. A fines
del siglo XIX, las grandes potencias industriales, movidas por el deseo de
conquistar mercados y fuentes de primeras materias cada vez más amplios, se
repartieron los territorios de África, haciendo de este continente un sistema
colonial. En esa misma época fue también notoria la expansión de Gran Bretaña
en Extremo y Medio Oriente y, junto con Alemania, en China, Alemania por su
parte, proyectó sus intereses sobre el Este europeo, mientras que EUA prevalecía
en Ibero América y en el pacífico. De esta manera las grandes metrópolis llegaron
a regir económica y aún políticamente la mayor parte del mundo.

El capitalismo en el siglo XX. Las sucesivas crisis económicas del sistema


capitalista, en lo particular de: “La Gran Depresión” de los 30s, y las dos guerras
mundiales de 1914-18 y 1939-45 comprometieron el desarrollo del capitalismo y
contribuyeron a que el Estado fuera aumentando cada vez más su intervención y
sus mecanismos de control en la vida económica de las grandes naciones
capitalistas. Esto dio lugar, por un lado, a que ciertos métodos, como la
planificación que por limitar la autonomía de decisión de la empresa privada
parecían propios sólo del socialismo, fueran introducidos en muchos países
capitalistas, y, por otro lado, a que aparecieran en estos mismos países
fenómenos de vinculación y colusión entre la administración pública y los sectores
dominantes del capitalismo privado, característicos de lo que se ha dado en llamar
capitalismo monopolista de Estado, que a fines de la década de los 80s entró en
crisis y acabó por desaparecer en lo que constituía el bloque Soviético y por
transformarse profundamente en China.

Los primeros pasos de una revolución tecnológica coinciden con la onda


descendente de Kondrátiev, y, el despliegue completo y maduración de la
revolución corresponde a la onda ascendente. Dicho de otra manera: Kondrátiev,
Schumpeter y los seguidores, miden las ondas largas de piso a piso y el punto de
inflexión es el pico; mientras que Pérez identifica las revoluciones tecnológicas (no
las ondas largas) de pico a pico y entonces el punto de inflexión es el piso. Con
este último método, se cubre el ciclo de vida completo de una sola revolución,
mientras que con el método “tradicional” se abarca el despliegue-fin de una
revolución tecnológica, y el principio de otra.

Los países en desarrollo llegan con cierto optimismo a esta reunión, dado que
desde 1960 hasta la fecha, más de 75 países de América Latina, Africa y Asia, se
han reagrupado en asociaciones productoras-exportadoras de determinadas
materias primas. Este consejo, según sus propios estatutos «no será un
instrumento de agresión, sino un mecanismo de información, consulta,
negociación y coordinación de las actividades de las asociaciones de países
productores-exportadores». Las esperanzas están radicadas en que una
coordinación adecuada de estas asociaciones podrá fortalecer la capacidad de
negociación de los países pobres frente a los ricos.En la práctica, los hechos han
demostrado la utilidad de estas asociaciones; claro está que dependiendo en gran
medida de la importancia para el mercado mundial de la materia prima que une a
los países en asociaciones Es el caso, de la OPEP (Organización de los Países
Exportadores de Petróleo). La Unión de Países Exportadores de Bananas y otras
asociaciones que estarán presentes en la reunión que se inicia hoy, como de
países productores de caucho natural, el grupo latinoamericano-caribeño de
países exportadores de azúcar, la alianza de productores de cacao, la comunidad
asiática y del Pacífico del coco, la asociación de países exportadores de hierro, el
consejo intergubernamental de países exportadores de cobre y por lo menos una
decena más de agrupaciones y asociaciones de productores-exportadores.

La reunión que se inicia hoy concentrará a delegados plenipotenciarios de los


países asistentes. Es decir, con atribuciones para tomar decisiones, la principal de
las cuales debe ser la creación de este consejo coordinador de las asociaciones.

Los primeros intentos de creación de este consejo coordinador, que aglutine a


todos los países a su vez agrupados en función de sus producciones básicas de
materias primas, datan de las iniciativas emprendidas por los países
industrializados, que frecuentemente han intentado implantar su ley en tanto que
consumidores esenciales de aquellos productos. Uno de los problemas que puede
plantearse a estos intentos, y al mismo que hoy se inicia en Ginebra, es la
desigual distribución de los mercados, en función de cada una de las
producciones.

Firma del acuerdo oleícola. En una reunión, básicamente formal, según


portavoces de la conferencia de comercio y desarrollo de las Naciones Unidas,
UNCTAD, se ratificará hoy, hasta 1979, el texto del acuerdo internacional sobre el
aceite de oliva, que tiene sus orígenes en 1963.España estará presente a través
del subdirector general del Ministerio de Asuntos Exteriores, señor Chavarri. El
actual acuerdo que expiraba a fines de 1978 y que con la firma de hoy será
prorrogado hasta 1979, deberá ser motivo de una nueva renegociación en ese
año, por parte de todos los países signatarios, que en total producen el 97,8 % del
volumen total mundial.

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