Hands – Sherwood Anderson
Natalia Moreti
Upon the half decayed veranda of
a small frame house that stood
near the edge of a ravine near the
town of Winesburg, Ohio, a fat
little old man walked nervously
up and down.
Across a long field that had been
seeded for clover but that had
produced only a dense crop of
yellow mustard weeds, he could
see the public highway along
which went a wagon filled with
berry pickers returning from the
fields.
The Berry pickers, youth and
maidens, laughed and shouted
boisterously.
A boy clad in a blue shirt leaped
from the wagon and attempted to
drag after him one of the
maidens, who screamed and
protested shrilly.
1
Ana Gonzalez Matute Miguel Temprano
Sobre la galería medio derruida
de una pequeña casa de madera
que se erguía cerca del borde de
un barranco en las afueras del
pueblo de Winesburg, Ohio, un
hombrecito viejo y gordo
caminaba nerviosamente de
arriba abajo.
Detrás de un extenso campo que
había sido sembrado de tréboles,
pero que solo había producido
una densa maleza de mostaza
amarilla, el hombrecito llegaba a
ver la carretera, por la que pasaba
un carro cargado de recolectores
de frutillas que volvían de los
campos.
Los recolectores, jóvenes y
solteros, reían y gritaban
escandalosamente.
Un chico de camisa azul saltó del
carro y trató de arrastrar con él a
una de las muchachas, que
protestó con gritos y chillidos
En el porche medio podrido de
una casita de madera
próxima al borde del barranco
cerca de Winesburg,
Ohio, un hombrecillo gordo
caminaba nerviosamente
de un lado a otro.
Más allá de un extenso terreno
sembrado
de tréboles, el cual sólo había
producido abundantes
hierbas de mostaza, el hombre
podía ver la carretera
por donde pasaba un carro lleno
de recolectores de
bayas de regreso de los cultivos
Eran jóvenes y doncellas
que reían y gritaban
ruidosamente.
Un muchacho
de blusa azul saltó del carro y
trató de jalar a una de
las chicas, que en protesta soltó
un chillido agudo y
penetrante.
Un hombrecillo grueso y anciano
daba vueltas nerviosamente
por la veranda medio en ruinas de
una casita de madera
que había junto al borde de un
barranco cerca del
pueblo de Winesburg, Ohio.
Detrás de un campo alargado
y sembrado de trébol, que, sin
embargo, sólo había producido
una enmarañada cosecha de
hierbajos de mostaza
amarilla, se veía la carretera por
la que avanzaba una
carreta cargada de recolectores de
fresas que regresaban
de los campos.
Los recolectores, hombres y
mujeres jóvenes,
reían y gritaban bulliciosamente.
Un muchacho vestido
con una camisa azul saltó de la
carreta y trató de arrastrar
con él a una de las chicas, que
soltó agudos gritos de protesta.
 The feet of the boy in the road
kicked up a cloud of dust that
floated across the face of the
departing sun.
Over the long field came a thin
girlish voice. “Oh, you Wing
Biddlebaum, comb your hair, it’s
falling into your eyes,”
commanded the voice to the man,
who was bald and whose nervous
little hands fiddled about the bare
white forehead as though
arranging a mass of tangled locks.
2do. párrafo
Wing Biddlebaum, forever
frightened and beset by a ghostly
band of doubts, did not think of
himself as in any way a part of
the life of the town where he had
lived for twenty years.
Among all the people of
Winesburg but one had come
close to him. With George
Willard, son of Tom Willard, the
proprietor of the New Willard
House, he had formed something
like a friendship. George Willard
was the reporter on the
Winesburg Eagle and sometimes
in the evenings he walked out
2
Los pies del chico levantaron una
nube de polvo que flotó a través
del sol poniente.
Del otro lado del extenso campo
llegó unavoz finita y aflautada.
“¡Ey, Wing Biddlebaum! ¡A ver
si te arreglas el pelo, que se te
mete en los ojos!”, ordenó aquella
voz al hombre, que era pelado, y
con sus manitos nerviosas
comenzó a tocarse la frente
blanca y desnuda como si
estuviera arreglando una mata
enmarañada de rulos.
Wing Biddlebaum, eternamente
asustado y asediado por una
fantasmal bandada de dudas, no
se consideraba de ninguna forma
parte de la vida del pueblo donde
vivía desde hacía veinte años.
De todas las personas de
Winesburg, solo se había
acercado a una. Con George
Willard, hijo de Tom Willard,
propietario del New Willard
House, había entablado algo
parecido a una amistad. George
Willard era el reportero del
Winesburg Eagle y algunas
noches caminaba por la carretera
Los pies del joven levantaban en
el camino
una nube de polvo frente al rostro
del sol poniente.
A Del otro lado del
través del vasto campo se dejó oír
una voz fina y aniñada.
“Oh, Wing Biddlebaum, peínate,
se te cae el pelo
en los ojos”, ordenó la voz al
hombre calvo, cuyas
manos pequeñas y nerviosas,
jugaban con su frente
blanca y desnuda, como si
arreglaran una madeja de
bucles enredados.
Wing Biddlebaum, siempre
asustado y acosado por
una banda fantasmal de dudas, no
sentía formar parte
del pueblo donde había vivido
durante veinte años.
Entre todos los habitantes de
Winesburg, uno solo se le
había acercado, George Willard,
hijo de Tom Willard,
dueño del New Willard House,
con quien había formado
algo parecido a una amistad.
George Willard era el
reportero del Águila de
Winesburg y algunas veces, al
Los pies del muchacho levantaron
una nube de polvo
que flotó frente a la faz del sol
poniente.
campo llegó una voz suave y
atiplada. «¡Eh, Wing, a ver si
te peinas, que se te va a meter el
pelo en los ojos», le ordenó
la voz al hombre, que era calvo y
se toqueteó la frente
despejada con sus manitas como
si estuviera arreglándose
una mata de rizos enredados.
Wing Biddlebaum, perennemente
asustado y asediado
por una fantasmal cohorte de
dudas, no se consideraba
ni mucho menos parte del pueblo
donde vivía desde hacía
veinte años.
De todos los habitantes de
Winesburg sólo había
intimado con uno. Había forjado
una especie de amistad
con George Willard, hijo de Tom
Willard, el propietario
del New Willard House. George
Willard era reportero en el
Winesburg Eagle y algunas tardes
iba por la carretera
 along the highway to Wing
Biddlebaum’s house.
Now as the old man walked up
and down on the veranda, his
hands moving nervously about,
he was hoping that George
Willard would come and spend
the evening with him.
After the wagon containing the
berry pickers had passed, he went
across the field through the tall
mustard weeds and climbing a
rail fence peered anxiously along
the road to the town.
For a moment he stood thus,
rubbing his hands together and
looking up and down the road, and
then, fear overcoming him, ran
back to walk again upon the porch
on his own house.
Párrafo 3
In the presence of George Willard,
Wing Biddlebaum, who for twenty
years had been the town mystery,
lost something of his timidity, and
his shadowy personality,
submerged in a sea of doubts,
came forth to look at the world.
3
hasta la casa de Wing
Biddlebaum.
Ahora, el viejo caminaba de
arriba abajo por la galería, con las
manos inquietas y la esperanza de
que George Willard viniera y
pasara la tarde con él.
Después de que el carro con los
recolectores pasó, él atravesó el
campo entre la alta maleza, se
trepó a una cerca de madera y
examinó el camino que llevaba al
pueblo, ansioso.
Por un momento se quedó así,
frotándose las manos y mirando a
un lado y otro del camino, y
luego, presa del miedo, corrió de
regreso a caminar otra vez en la
veranda de su casa
Wing Biddlebaum, que durante
veinte años había sido el misterio
del pueblo, en presencia de
George Willard perdía algo de su
timidez, y su personalidad
sombría, sumergida en un mar de
dudas, se asomaba para mirar el
mundo.
atardecer, caminaba hasta la casa
de Wing Biddlebaum.
Ahora el anciano se paseaba de
un lado a otro del porche
moviendo las manos
nerviosamente, mientras
esperaba a que George Willard
viniera a pasar la velada con él.
Cuando el carro en que iban los
recolectores
se alejó, cruzó el terreno a través
de la alta hierba y, trepando una
cerca, miró fija y ansiosamente a
lo largo del camino hacia el
pueblo.
Permaneció así unos
momentos frotándose las manos y
observando la carretera
de extremo a extremo. Luego,
vencido por el miedo,
regresó corriendo a pasearse
nuevamente por el
porche de su casa.
Wing Biddlebaum, que durante
veinte años había
sido el misterio del pueblo, perdía
un tanto su timidez
ante George Willard, y su
personalidad sombría, inmersa
en un mar de dudas, emergía para
contemplar el
mundo.
a casa de Wing Biddlebaum.
Ahora el anciano iba y venía
por la veranda, moviendo las
manos con nerviosismo y
deseando que George Willard
fuese a pasar la tarde con él.
En cuanto pasó la carreta cargada
con los recolectores de
fresas, cruzó el campo entre las
altas hierbas de mostaza,
trepó a una cerca y escudriñó
impaciente la carretera en
dirección
al pueblo.
Por un momento, se quedó allí,
frotándose
las manos y escrutando la
carretera, luego le sobrecogió
el miedo y volvió corriendo y
empezó a pasear otra vez
por la veranda de su casa.
En presencia de George Willard,
Wing Biddlebaum,
que a lo largo de veinte años había
sido un misterio para
la gente del pueblo, perdía parte
de su timidez, y su oscura
personalidad, sumergida en un
mar de dudas, asomaba
para echarle un vistazo al mundo.
With the Young reporter at his
side, he ventured in the light of
day into Main Street or strode up
and down on the rickety front
porch of his own hose, talking
excitedly.
The voice that had been low and
trembling became shrill and loud.
The bent figure straightened.
With a kind of wriggle, like a fish
returned to the brook by a
fisherman, Biddlebaum the silent
began to talk, striving to put into
words the ideas that had been
accumulated by his mind during
long years of silence.
Wing Biddlebaum talked much
with his hands. The slender
expressive fingers, forever active,
forever striving to conceal
themselves in his pockets or
behind his back, came forth and
became the piston rods of his
machinery of expression.
Con el joven periodista a su lado, Con el joven reportero a su lado, Al lado del joven periodista
el viejo se aventuraba en Main se aventuraba se aventuraba a la luz del día por
Street a plena luz del día o daba a la luz del día en la calle Main o la calle Mayor
zancadas en el desvencijado caminaba de un o iba y venía por el destartalado
porche del frente de su casa, lado a otro por el porche porche de su casa hablando
hablando exaltado. deteriorado de su casa muy excitado.
hablando excitadamente.
La voz que antes había sido baja y La voz baja y temblorosa se La voz que había sido trémula y
temblorosa se volvía estridente y tornaba aguda y fuerte, y la figurasusurrante se volvía alta y aguda.
fuerte. La figura encorvada se encorvada se enderezaba. La encorvada figura se
enderezaba. enderezaba.
Con una especie de
Retorciéndose, como un pez que Con una especie de coleteo, como estremecimiento, como el de un
el pescador devuelve al arroyo, del pez que pez devuelto
Biddlebaum el silencioso el pescador devuelve al arroyo, al arroyo por el pescador,
comenzaba a hablar, luchando por Biddlebaum el silencioso Biddlebaum el silencioso
poner en palabras las ideas que se comenzaba a hablar, esforzándose empezaba a hablar, tratando de
habían acumulado en su mente por poner en poner en palabras las ideas
durante largos años de silencio. palabras las ideas acumuladas en que se habían acumulado en su
su mente durante imaginación a lo largo de
largos años de mutismo. muchos años de silencio
Wing Biddlebaum hablaba mucho Wing Biddlebaum hablaba mucho Wing Biddlebaum decía muchas
con las manos. Sus dedos con las manos. cosas con las manos.
expresivos y delgados, siempre Sus expresivos dedos delgados, Sus dedos finos y expresivos,
activos, siempre luchando por siempre activos y luchando siempre activos, siempre tratando
disimularse en sus bolsillos o incesantemente por esconderse en de ocultarse en los bolsillos o
detrás de su espalda, emergían y los bolsillos detrás de la espalda,
se convertían en las bielas de su o tras la espalda, aparecían para salían y se convertían en las bielas
maquinaria de expresión. convertirse en las de su mecanismo de expresión.
varillas del pistón de su
maquinaria de expresión.