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Práctica: Actividad 2
Por tanto, desde el punto de vista ontológico, en este sentido el marco que establece
Taylor es que los liberales se definen como a ellos mismos anteriores a la sociedad, es
decir el individuo esta antes que el ciudadano, con lo cual la persona liberal ser un ser
presocial. En el sentido opuesto se encuentran los comunitaristas ontológicos, los
cuales son desarrollistas por naturaleza, solo se pueden realizar cuando entran en
sociedad y requieren de la relación con los demás para constituirse como ciudadano, con
lo cual es un ser social por naturaleza.
Respecto a la época moderna, el defiende que en dicha etapa histórica se produce una
confluencia y conflicto de dos tradiciones, en primer lugar el utilitarismo que se define
como aquella que promueve la maximización del interés particular de un individuo de
carácter racional que matematiza la vida en común, de tal modo que es una mera
agregación de intereses particulares que puede producir o no, un interés común. Lo
fundamental no es tanto lo que produce, sino el fundamento desde el que lo produce, si
le viene bien a su interés particular hará “A”, y si le viene mal hará “B”; en segundo
lugar se encuentra el modernismo romántico (lo llama así porque lo identifica con el
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nacimiento del romanticismo de finales del siglo XVIII y principios del XIX) esta
corriente tiene como fundamento la naturaleza social comunitaria en donde el interés
común se antepone o se conjuga al interés particular, de tal modo que el individuo sólo
se entiende así mismo dentro de una comunidad y en donde lo bueno para la sociedad
no es necesariamente lo bueno para el individuo, puede serlo, pero no necesariamente es
lo bueno. El individual es social y es “hijo” de la cultura, historia, política, proceso
social, un producto de un proceso histórico y político.
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pública, la sanidad de la educación, entre otros. Cada esfera se ha ido dotando de su
propio sentido, indica que cada uno tiene su propia idea de bien e influye en su concepto
de justicia. Por tanto, la historia de la modernidad es una diferenciación y
automatización de las esferas. El Estado es la esfera central y se ha ido dividiendo en
otras esferas: economía, religión, sanidad, partidos, educación, etc. Este proceso
normativo histórico no es puro, no se ha dado de forma pura, viene cargado de
conflictos, por ejemplo la separación Estado - Iglesia es muy conflictiva y que afecta a
los ordenamientos constitucionales. Y además dicho proceso histórico ha mostrado una
deformación constante que para Walzer es determinante, ejemplo de ello es la esfera de
la economía, que se ha emancipado, pero no sólo ha hecho eso, sino que también del
Estado, además, la economía ha infectado al resto de esferas. La economía ha
colonizado la lógica de las distintas esferas, de tal modo que, algún ejemplo, un partido
político, su bien, es la participación, y, por tanto, el servicio público, está colonizado
por el bien del dinero.
Para Walzer, Rawls pretende vivir en tierra de nadie puesto que quiere defender la
neutralidad del Estado con resultados de una justicia social que vaya más allá del
mercado: aquel que asume que su liberalismo no es completamente neutral ante las
distintas concepciones de vida buena y que a la par entiende que el mercado no es
neutral, que produce desigualdades y que se necesitan de otras instancias para conseguir
los objetivos éticos de la idea de bien que fundamentan al liberalismo), lo cual entiende
que no es posible.
Al mencionar que Walzer enmarca a Rawls dentro de lo que define como un liberalismo
en el cual se ha pasado de tener una economía de mercado a una sociedad de mercado,
lo cual provoca una mercantilización de todo lo que lleva consigo una separación cada
vez mayor entre aquellos que tienen recursos económicos y los que no.
Cuando Rawls escribe el Liberalismo Político ( 2ºEtapa) elabora una revisión de sus
conceptos que lo lleva a reformular ciertas ideas planteadas en 1971, sobre todo las
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concernientes a la última parte de la Teoría de la Justicia, obra en la que deja claro que
la estabilidad y permanencia del modelo democrático descansan sobre una visión
comprensiva de las personas. Para que este modelo fuese viable, era necesario que todos
aquellos que formaban parte de la sociedad siguieran un comportamiento kantiano el
cual señalaba las conductas correctas y acababa con las incorrectas.
En este libro, Rawls pretende superar la grave dificultad que ponía en jaque la
estabilidad del modelo democrático y, para ello se introduce un concepto central: el
pluralismo, el cual parte un hecho verificable empíricamente: en el interior de la
sociedad existen diferentes visiones que distan unas de otras y que pueden, incluso,
llegar a ser inconmensurables.
El hecho de que Rawls pusiese como título del libro la palabra liberal, implica que éste
acepta las críticas que ha recibido en lo referente a la neutralidad de la que hablaba, al
igual que reconoce que para que su teoría funcione, es necesario ser liberal, pero no vale
cualquier liberalismo si queremos que sea inclusiva. Esta idea no puede venir de la
metafísica (como defendía el primer Rawls), sino del acuerdo en torno a una serie de
valores comunes que defiende la tradición liberal.
Del mismo modo, tampoco es fortuito la palabra político que concluye el título del
libro. Con esta palabra, Rawls valida que es necesario que el liberalismo esté en los
acuerdos que se producen en una comunidad. Por ello, el velo de la ignorancia del que
se hablaba en su primera etapa, es sustituido por el concepto de consenso entrecruzado.