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LA SEVERIDAD DEL FUEGO: REVISIÓN

DE CONCEPTOS, MÉTODOS Y EFECTOS


AMBIENTALES

R. Montorio Llovería1, F. Pérez-Cabello1, A. García-Martín2,


L. Vlassova1, 3 & J. de la Riva Fernández1
Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio, GEOFOREST (IUCA), Universidad de Zaragoza, España.
1

E.mail: montorio@unizar.es
Centro Universitario de la Defensa (CUD) de Zaragoza.
2

3
Departamento de Ciencias Ambientales, Universidad Técnica Estatal de Quevedo, Quevedo, Los Ríos,
Ecuador

Resumen
En el contexto de los incendios forestales, la “severidad” es una de las variables comúnmente referidas
en su caracterización. Su importancia radica en que el nivel de severidad condiciona la respuesta del
ecosistema a los efectos del fuego, convirtiéndose así en una variable predictiva de gran interés para
la gestión de las áreas quemadas. Dando testimonio de esta influencia en la dinámica post-fuego, este
artículo ofrece una revisión de algunas de las investigaciones que han abordado este objetivo, sinte-
tizando las principales conclusiones derivadas de ellas. Del mismo modo, en la línea de consistencia
terminológica demandada por muchos autores, se resumen los conceptos utilizados en su definición,
buscando clarificar su significado y promover su correcto uso. Por último, se presentan los métodos con
los que esta variable ha sido evaluada, prestando especial atención a la teledetección y a los resultados
con ella obtenidos.
Palabras clave: Incendios forestales, efectos del fuego, dinámica post-fuego, teledetección

Abstract
The term “severity” is one of the most commonly used in wildfire characterization. As severity level
influences ecosystem response to fire effects, severity turns into a critical variable to prioritize reha-
bilitation and mitigation efforts. Showing this great influence in post-fire dynamic, this paper reviews
some of the researchs related to this topic, summarizing the concluding remarks derived. Following the
general recommendation related to the consistent use of severity terminology, the main concepts are
defined, clarifying their meaning and suggesting their proper usage. Finally, the evalution methods are
shown, focusing on the results attained from remote sensing data.
Keywords: Wildfires, fire effects, post-fire dynamic, remote sensing

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1. Introducción medio ambiente, siendo comúnmente de-


La severidad del fuego es comúnmente finido como la magnitud del cambio eco-
destacada como un factor crítico en la di- lógico causado por el fuego (Key & Ben-
námica de las áreas quemadas. Por su re- son, 2006; Lentile et al., 2006). Siguiendo
lación directa con la cantidad de biomasa algunas investigaciones que han tratado
consumida está muy ligada a la recupera- de clarificar los conceptos utilizados, se
ción vegetal y la dinámica hidrogeomorfo- pueden distinguir dos tipos de efectos del
lógica post-incendio, estableciéndose, de fuego, de primer y segundo orden, que se
forma general, que la alta severidad está suceden en el continuo temporal en el que
vinculada a tasas de recuperación de la ve- puede analizarse el fuego como perturba-
getación más bajas y tasas de erosión más ción (Jain, 2004).
elevadas que las áreas de baja severidad Los efectos de primer orden están
(Doerr et al., 2006; Moody et al., 2013). vinculados al impacto inmediato sobre
En consecuencia, desde el punto de los componentes o condiciones preexis-
vista de la gestión forestal, la evaluación tentes; son resultado directo del proceso
y cartografía de esta variable proporciona de combustión. Estos efectos aparecen
información fundamental para priorizar la referidos como severidad del fuego (fire
aplicación de tratamientos y medidas que severity) (Kasischke et al., 2007; Lentile et
buscan minimizar los efectos del fuego y al., 2006) o como severidad del incendio
acortar el tiempo de recuperación del eco- (burn severity) a corto plazo (Key, 2006).
sistema afectado (Miller & Yool, 2002). La El intervalo para su medición es relativa-
necesidad de ser correctamente evaluada mente corto, ya que muchos efectos se
es aún mayor si se considera que el senti- debilitan y son alterados por los proce-
do actual del proceso de transformación sos biofísicos subsiguientes, y altamen-
del régimen de fuego mundial es hacia te dependiente del ecosistema y de las
un aumento de la frecuencia, extensión, condiciones meteorológicas del medio
intensidad y severidad de los incendios ambiente post-incendio. Algunos auto-
(Chuvieco et al., 2008). res distinguen entre la evaluación inicial,
realizada de forma inmediata, y la evalua-
El objetivo de este artículo es ofrecer
una revisión de los principales conceptos ción extendida, retrasada hasta la primera
asociados al término “severidad”, de las estación de crecimiento de la vegetación
metodologías con las que es evaluada y de (Key, 2006). Este retraso permite observar
las implicaciones ecológicas que tiene en efectos de primer orden no visibles justo
la dinámica de las áreas quemadas. después del fuego, como la mortalidad de
la vegetación, pero presenta el riesgo de
2. Aproximación terminológi- que muchos otros como la presencia de
ca cenizas o de restos de vegetación quema-
da hayan desaparecido por la acción del
Existe en la bibliografía especializada
viento y la lluvia.
cierta confusión respecto a la terminología
aplicada en los estudios de severidad. De Los efectos de segundo orden están
forma general, el concepto severidad hace relacionados con la respuesta del ecosis-
referencia a los efectos del fuego sobre el tema en términos, fundamentalmente, de

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LA SEVERIDAD DEL FUEGO: REVISIÓN DE CONCEPTOS, MÉTODOS Y EFECTOS AMBIENTALES

Figura 1. Niveles de severidad del fuego registrados en el incendio forestal de los montes de Zuera de
2008: a) no quemado; b) baja; c) media y d) alta.

regeneración vegetal y dinámica hidrogeo- (2006) y Kasischke et al. (2007), la severi-


morfológica. Los autores refieren a ellos dad del incendio (burn severity) es función
como severidad del incendio en sentido de la severidad del fuego (fire severity). En
estricto (Kasischke et al., 2007; Lentile et función de esta relación, la severidad del
al., 2006), severidad del incendio a largo fuego se constituye como uno de los pa-
plazo (Key, 2006) o, simplemente, como rámetros más importantes por su carácter
respuesta del ecosistema (Keeley, 2009; predictivo de la respuesta del ecosistema.
Veraverbeke et al., 2010). Su evaluación,
sin punto de inicio fijo, se prolonga duran- 3. Influencia en la respuesta
te años y puede realizarse con referencia ambiental de las áreas que-
a las condiciones pre- o post-fuego (Key, madas
2006).
La superficie de las áreas quemadas se
La relación entre ambos efectos que- cubre de diferentes materiales en función
da establecida de la siguiente manera: los de cuál haya sido la severidad del fuego.
efectos de segundo orden son función de Así, desde el predominio de la vegetación
los efectos de primer orden y de las carac- y el suelo en las áreas no quemadas, se
terísticas del medio ambiente previo (Ka- observa una progresiva carbonización en
sischke et al., 2007; Key & Benson, 2006). los niveles de severidad medios con la
Adoptando la terminología de Lentile et al. aparición de la vegetación quemada, el

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suelo quemado y el carbón hasta alcanzar, & Doerr, 2006). Pannkuk & Robichaud
en la alta severidad del fuego, la combus- (2003) demostraron que un 50% de cober-
tión completa, manifestada a través de la tura de acículas procedentes de la quema
ceniza (Figura 1). La presencia en las su- de diversas especies de pinos supone una
perficies quemadas de estas diferentes reducción de la erosión difusa de entre un
cubiertas y su distribución espacial ejerce 60-80% y de la erosión concentrada entre
una importante influencia sobre la res- un 20-40%. Cerdà & Doerr (2008) mostra-
puesta del ecosistema a la perturbación ron también que la presencia de acículas
del fuego al dirigir los procesos edáficos y sobre una capa de cenizas no sólo realza
de regeneración vegetal. la capacidad de retención de agua de esta
cubierta sino que actúa además como
La presencia de vegetación en la situa-
agente protector incluso bajo precipita-
ción post-fuego incrementa la humedad
ciones intensas, permitiendo que el efec-
ambiental, reduce la evaporación y facili-
to absorbente de las cenizas y su acción
ta la infiltración de agua en el suelo y, en
reguladora de la escorrentía y la erosión
consecuencia, controla la proporción de
se prolongue durante más tiempo.
escorrentía y los efectos de la erosión. En
el medio ambiente post-fuego las tasas de El suelo quemado sufre alteraciones
escorrentía e infiltración están fundamen- biológicas, físicas y químicas como conse-
talmente reguladas por la regeneración de cuencia directa de las temperaturas eleva-
la vegetación (Pérez-Cabello et al., 2000), das y, de forma indirecta, por la incorpora-
implicando descensos en la producción de ción de las cenizas (Mataix-Solera, 1999).
escorrentía superficial de hasta un 18% Las perturbaciones biológicas, producidas
respecto a la situación de suelo desnudo a temperaturas relativamente bajas, con-
(Cerdà & Doerr, 2005). dicionan el funcionamiento de la germina-
ción y el rebrote, los dos principales meca-
La vegetación quemada juega un im-
nismos de regeneración vegetal (DeBano
portante papel en la dinámica hidroló-
et al., 1998). De forma general, las áreas
gica y erosiva después del fuego ya que
quemadas con mayor severidad registran
actúa como agente de interceptación del
bajas tasas de recuperación vegetal debi-
agua de lluvia, activa la escorrentía corti-
do a que las altas temperaturas pueden
cal favoreciendo los mayores niveles de
disminuir la disponibilidad de semillas
penetración de agua en el suelo y reduce
(Salvador & Lloret, 1995) e inducir una
el efecto del splash (Pérez-Cabello et al.,
mortalidad significativamente superior
2000; Pérez-Cabello et al., 2002), lo que
en las plantas rebrotadoras debido a la
en consecuencia disminuye el flujo super-
destrucción de los tejidos meristemáticos
ficial y la pérdida de suelo.
(Lloret & López-Soria, 1993). En sentido
El aumento de la capacidad de reten- contrario también existen estudios en los
ción de agua ha sido estimado por algunas que se ha observado una mejor regene-
investigaciones registrándose, por ejem- ración en áreas de alta severidad debido,
plo, valores entre 0,5 y 3 mm de espesor por ejemplo, a la mayor concentración de
de agua por cada centímetro de espesor nutrientes en el medio ambiente post-fue-
de los restos vegetales bajo pinares y go (Pausas et al., 2002), al efecto positivo
eucaliptus, respectivamente (Shakesby del fuego sobre la dispersión de las semi-

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llas (Vega et al., 2008) o a la presencia de agregados del suelo, un parámetro clave
semillas refractarias que precisan el calor en la resistencia a la erosión e infiltrabili-
del fuego para despertar de su estado la- dad del suelo. En fuegos de baja intensi-
tente (Keeley, 1991). Por encima de los dad la estabilidad de los agregados puede
220º se inician los principales cambios en aumentar por agregación de los compo-
las características del suelo, especialmen- nentes arcillosos y partículas de arena, por
te acusados al superarse el umbral de los la eliminación con el agua de lluvia de los
460º. De forma general los estudios con- agregados de menor resistencia o debido
cluyen que las características físicas del a la presencia de sustancias hidrofóbicas
suelo se deterioran mientras que las pro- con acción cementadora (Mataix-Solera et
piedades químicas mejoran (Díaz-Fierros al., 2002). En fuegos de alta intensidad los
et al., 1994). niveles de agregación caen, favoreciendo
La incorporación de las cenizas aumen- así la pérdida de suelo. En este sentido,
ta el pH de los suelos afectados (Bodí et se ha observado que el cubrimiento del
al., 2014) debido a la cantidad de óxidos, suelo quemado por una capa de cenizas
hidróxidos y carbonatos que éstas contie- contribuye a mejorar la estabilidad de los
nen. Al mismo tiempo, la deposición de agregados y consecuentemente a reducir
las cenizas supone el retorno al suelo de el riesgo de erosión (Pereira et al., 2010).
parte de los nutrientes liberados en el pro- Otro parámetro físico alterado en los
ceso de combustión de la vegetación, ex- suelos quemados y con consecuencias hi-
plicando así el incremento temporal de la drogeomorfológicas es la porosidad. Junto
fertilidad que se produce inmediatamente a la pérdida de materia orgánica y la des-
después del fuego y que favorece la rege- trucción de los agregados, la pérdida de
neración de la vegetación y de la materia protección frente a la acción erosiva de
orgánica (Badía & Martí, 2003). Sin em- las gotas de lluvia provoca cambios en la
bargo, después de las primeras lluvias la cantidad y tamaño de los poros. El splash,
gran mayoría de los cationes básicos de
particularmente fuerte en las intensas llu-
las cenizas son disueltos y se asiste a una
vias mediterráneas, moviliza las partículas
reducción del pH que aumenta la probabi-
finas del suelo que acaban obstruyendo
lidad de disolución de la gran cantidad de
los poros, reduciendo así la aireación del
metales pesados presentes en las cenizas,
suelo y su capacidad de infiltración. Algu-
pudiendo inducir una toxicidad en el suelo
nas investigaciones apuntan a que la pre-
(Pereira et al., 2010).
sencia de cenizas reforzaría esta pérdida
Los suelos quemados ven fuertemente de porosidad. Las cenizas, especialmente
alterada su estructura, una variable muy las más finas, contribuirían al aumento de
importante en los procesos hidrológicos y las tasas de escorrentía superficial por su
erosivos. El principal agente conductor de baja porosidad y porque al contacto con el
estos cambios es el consumo de materia agua expanden su volumen y rellenan los
orgánica, ya que ésta se encuentra direc- poros del suelo, favoreciendo la formación
tamente expuesta al calor del fuego y po- de costras superficiales (Bodí et al., 2012).
see un umbral de temperatura muy bajo
(Neary et al., 2005). El consumo de ma- En sentido contrario, son también muy
teria orgánica altera la estabilidad de los numerosos los estudios que han demos-

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trado que las cenizas tienen una alta capa- alrededor de los agregados del suelo ge-
cidad de retención de agua, provocando nera una capa repelente al agua que redu-
así un retardo y una disminución de la es- ce la infiltración y aumenta la escorrentía
correntía superficial (Cerdà & Doerr, 2008; superficial (Úbeda et al., 2002). En suelos
Woods & Balfour, 2008; Pérez-Cabello et no repelentes la hidrofobicidad incremen-
al., 2012). Tal como demuestran Cerdà & ta progresivamente con la temperatura
Doerr (2008) la reducción de la escorren- hasta que ésta es destruida al alcanzarse
tía superficial provocada por la capa de valores entre 250-350ºC. En suelos previa-
cenizas alcanza magnitudes importantes, mente repelentes, el fuego puede fortale-
registrándose valores 18 veces inferiores cer o debilitar esta característica, depen-
en el suelo cubierto de cenizas que en el diendo de la cantidad y tipo de horizonte
suelo sin cubrir. Asimismo, como se ha orgánico consumido y la temperatura del
señalado anteriormente, este efecto se fuego (Doerr et al., 2006). Las cenizas re-
ve realzado por la presencia de acículas o sultan de nuevo un parámetro clave por-
restos de vegetación quemada (escorren- que alteran sustancialmente la capacidad
tía 25 veces menor sobre el suelo cubierto de auto-humidificación del suelo. Así, la
de cenizas y acículas). Muchas de estas in- ceniza puede provocar repelencia al agua
vestigaciones señalan también que la capa en suelos hidrofílicos cuando se añade
de cenizas protege el suelo del impacto ceniza repelente, como la procedente de
de la lluvia y reduce así la concentración fuegos de baja intensidad o de algunas es-
de sedimentos en la escorrentía. Cerdà & pecies concretas como Pinus halepensis o
Doerr (2008) cuantifican una reducción Quercus coccifera (Bodí et al., 2011). Del
de la producción media de sedimento de mismo modo, puede reducir la hidrofobi-
más de dos órdenes de magnitud y Woods cidad cuando se añade ceniza hidrofílica a
& Balfour (2008) registran una reducción suelo repelente (Bodí et al., 2011).
del 74% en la carga de sedimento respec-
to a las parcelas sin cubierta de cenizas. La permanencia de algunas de estas
No obstante, esta protección es temporal cubiertas sobre las superficies quemadas
y de corta duración y las propias cenizas es temporal y, por tanto, temporal es tam-
constituyen una fuente de sedimentos bién su influencia sobre la dinámica ve-
que pueden ser arrastrados por las prime- getal e hidrogeomorfológica. Las cenizas
ras lluvias después del incendio (Cerdà & y los restos de vegetación son al final eli-
Doerr, 2008). Pérez-Cabello et al. (2012) minados por el flujo superficial o el viento
muestran cómo los valores de sedimento y el suelo queda desprotegido y sometido
en suspensión se duplican al iniciarse la a los procesos de erosión. No obstante,
erosión de la ceniza. el retraso en el inicio de estos procesos
erosivos puede ser importante en medios
Finalmente, una de las alteraciones
semiáridos sometidos a veces a precipita-
más comunes en los suelos quemados
ciones muy intensas después del fuego.
refiere a la capacidad de auto-humidifi-
cación, uno de los parámetros con mayor En términos generales se conoce muy
influencia en la dinámica hidrológica y poco acerca de la evolución temporal de
erosiva. La volatilización de los compues- los productos de combustión a pesar de su
tos orgánicos y su posterior condensación demostrada importancia. Los trabajos de

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Pérez-Cabello et al. (2010, 2012) consti- 4.1. Evaluación visual en campo


tuyen una interesante aportación en este
La medición de la severidad en campo
sentido al ofrecer una cuantificación de la
evalúa el grado de pérdida o descompo-
dinámica de estas cubiertas y una vincu-
sición de la materia orgánica contenida
lación de esta dinámica con los procesos
en la vegetación y el suelo. Algunas inves-
de escorrentía y erosión. Como ejemplo
tigaciones se basan en medidas específi-
de la escasa permanencia temporal, es-
cas como la mortalidad de la vegetación
tos estudios muestran cómo en parcelas
(Larson & Franklin, 2005), la proporción
experimentales situadas en ambientes cli-
de copas consumida (Vega et al., 2008),
máticos distintos la presencia de la ceniza
la altura de la señal del fuego (Edwards et
se limita al primer mes después del fuego
al., 2013), el diámetro de las ramas super-
y los restos de vegetación quemada des-
vivientes (Keeley et al., 2008), la profun-
aparecen progresivamente en los dos pri-
didad de los efectos del fuego en el suelo
meros meses. La permanencia del carbón
(Chafer, 2008) o las condiciones de hume-
es mayor ya que se mantiene con porcen-
dad (Ferguson et al., 2002).
tajes regresivos hasta el cuarto o quinto
mes, aunque cada vez con más incorpora- Más frecuentemente suelen utilizarse
ción al suelo. Similares trabajos destacan índices que combinan diferentes métricas.
el régimen de precipitaciones como el fac- Entre ellos, destaca por su gran aplica-
tor más importante en el control temporal ción (Chuvieco et al., 2006; Cocke et al.,
de la permanencia y de las propiedades de 2005; De Santis & Chuvieco, 2007; Epting
las cubiertas superficiales post-fuego (Pe- et al., 2005; Miller & Yool, 2002; van Wa-
reira et al., 2010). gtendonk et al., 2004) el Composite Burn
Index, CBI (Key & Benson, 1999), en el que
a partir de un conjunto de variables para-
4. Evaluación de la severidad
metrizadas se estima el efecto del fuego
del fuego
en cinco estratos verticales organizados
La severidad del fuego, entendida jerárquicamente para la obtención de va-
como el cambio ecológico causado por lores promedio a nivel de sotobosque, do-
el fuego, puede ser evaluada a partir de sel vegetal arbóreo y global de la parcela
la observación directa de los niveles de evaluada.
daño y a partir de técnicas de teledetec-
ción basadas en los cambios en la reflec-
4.2. Evaluación basada en técnicas de te-
tividad de las áreas quemadas. Frente a
ledetección
la estimación visual en campo, altamente
costosa en tiempo y dinero, la observación La teledetección basada en el espectro
remota proporciona información con una óptico es considerada una técnica adecua-
gran cobertura espacial, de forma rápida y da para el estudio de la severidad del fue-
continuada (Patterson & Yool, 1998), por go ya que el proceso de combustión supo-
eso es constante la búsqueda de índices, ne cambios en la reflectividad superficial
modelos y técnicas que permitan estimar asociados a la eliminación de la vegeta-
correctamente la severidad con informa- ción, la exposición del suelo, los cambios
ción espectral. en el contenido de humedad y la aparición

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Tabla 1. Índices espectrales aplicados en la evaluación de la severidad del fuego.

Índice Ecuación

Normalized Difference RNIR – RR donde RNIR y RR son la reflectividad en


Vegetation Index NDVI = las regiones del infrarrojo cercano y
RNIR + RR
(Rouse et al., 1973) rojo.

RNIR – RSWIR donde RNIR y RSWIR son la reflectividad


Normalized Burn Ratio NBR =
RNIR + RSWIR en las regiones del infrarrojo cercano
(López y Caselles, 1991)
e infrarrojo medio de onda corta.
delta Normalized Burn donde NBRpre y NBRpost son el valor
Ratio (Key y Benson, dNBR = NBRpre – NBRpost del índice Normalized Burn Ratio en
2006) las situaciones pre- y post-fuego.
Relative delta Normalized RdNBR = NBRpre – NBRpost donde NBRpre y NBRpost son el valor

√(ABS ( NBR / 1000) )


Burn Ratio del índice Normalized Burn Ratio en
(Miller y Thode, 2007) pre las situaciones pre- y post-fuego.

donde RSWIR y RMIR son la reflectividad


SWIR-MIR Index R –R en las regiones del infrarrojo medio
SMI = SWIR MIR
(Veraverbeke et al., 2012) RSWIR + RMIR de onda corta y del infrarrojo medio
entre 3,5-4 µm.
donde NBRpre es el valor del índice

+ 1,001 )
(NBRdNBR
Normalized Burn Ratio en la situación
Relativized Burn Ratio RBR = pre-fuego y 1,001 es un coeficiente
(Parks et al., 2014) pre
para asegurar que el denominador
sea distinto de cero.

de nuevas cubiertas. El máximo exponen- getación consumida (Díaz-Delgado et al.,


te de estos cambios es el descenso en las 2003; Doerr et al., 2006; Rogan & Yool,
regiones del visible (VIS) e infrarrojo cer- 2001).
cano (near infrared, NIR) y el incremento El Normalized Burn Ratio NBR ha sido
en la reflectividad del infrarrojo medio de sin duda el índice espectral más utilizado
onda corta (short wave infrared, SWIR) ya que comparativamente mejora los re-
(Key & Benson, 2006; White et al., 1996).
sultados obtenidos por otros índices (Ep-
Las relaciones con datos de campo ting et al., 2005; Hudak et al., 2007; Ta-
han sido comúnmente desarrolladas a nase et al., 2011). Este índice combina las
partir de índices espectrales obtenidos dos bandas espectrales que responden al
por combinación de bandas reflectivas. El fuego de manera más acusada y contras-
Normalized Difference Vegetation Index, tada (Tabla 1): el infrarrojo cercano (NIR),
NDVI (Rouse et al., 1973) (Tabla 1), ha cuya reflectividad desciende debido a la
sido uno de los índices de vegetación más desaparición de la vegetación activa, y el
aplicados, obteniendo buenas relaciones infrarrojo medio de onda corta (SWIR),
debido a la fuerte relación existente entre cuya reflectividad incrementa por la pér-
la severidad del fuego y la cantidad de ve- dida de humedad, la mayor exposición del

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LA SEVERIDAD DEL FUEGO: REVISIÓN DE CONCEPTOS, MÉTODOS Y EFECTOS AMBIENTALES

Figura 2. Ejemplo de aplicación del índice dNBR en la evaluación inicial de la severidad del incendio de
Las Hurdes (Extremadura) de 2009 (Vlassova et al., 2014, en revisión).

suelo y las menores sombras proyectadas datos pre- y post-fuego, con los índices
por la vegetación. delta Normalized Burn Ratio (dNBR) (Key
& Benson, 2006) y Relative delta Norma-
Los modelos empíricos establecidos
lized Burn Ratio (RdNBR) (Miller & Thode,
con el índice NBR muestran valores de
2007), en valores absolutos y relativos
precisión bajos o medios que no superan
respectivamente (Tabla 1). Ambos índi-
el 60% cuando se utilizan métricas indivi-
ces bi-temporales pueden ser calculados
duales o índices descriptivos distintos al
para realizar una evaluación inicial de la
CBI (Hudak et al., 2007; White et al., 1996;
severidad del fuego, utilizando una ima-
Keeley, 2009; Chafer, 2008). La validación
gen post-fuego muy próxima al final del
con el CBI arroja mejores resultados con
incendio, o una evaluación extendida, re-
coeficientes de determinación medio-al-
trasando la captura de la imagen post-fue-
tos, frecuentemente superiores a 0,7 (Pi-
go al paso de la primera estación de cre-
cotte & Robertson, 2011; Tanase et al.,
cimiento de la vegetación (Figura 2). En
2011; Veraverbeke et al., 2010).
ambos casos los valores resultantes son
El índice NBR es comúnmente usa- agrupados en intervalos de severidad que
do en una aproximación bi-temporal con en el caso del dNBR son flexibles y espe-

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cíficos de cada incendio y en el RdNBR, al mas a los efectos del fuego, al identificar
eliminar el sesgo asociado a las condicio- específicamente las cubiertas que dirigen
nes de vegetación pre-fuego, pueden ser los procesos edáficos y de regeneración
establecidos de forma general. vegetal.
Aunque el NDVI y el NBR en sus dife-
rentes aproximaciones son los índices es- 5. Conclusiones
pectrales más aplicados, el desarrollo de Los incendios forestales constituyen
índices espectrales para la evaluación de una realidad creciente en la gran mayoría
la severidad del fuego es un proceso con- de los ecosistemas mundiales. En el con-
tinuo, ligado también al desarrollo de nue- texto del medio ambiente post-fuego, los
vos satélites. En este sentido, puede des- efectos de primer orden o severidad del
tacarse la reciente formulación del índice fuego constituyen una variable crítica por-
SMI (Veraverbeke et al., 2012) (Tabla 1), que condicionan la respuesta del ecosiste-
basado en el contraste espectral entre dos ma en términos de regeneración vegetal
regiones del infrarrojo medio 1,3-1,7 µm y de dinámica hidro-geomorfológica. En
vs 3,5-4,0 µm y la nueva versión del índice consecuencia, su correcta evaluación es
NBR, el Relativized Burn Ratio (Parks et al., fundamental para la gestión de las áreas
2014), (Tabla 1). Aunque con resultados quemadas ya que permite priorizar las
todavía preliminares, ambos índices pare- áreas de actuación y, por tanto, ayudar en
cen mejorar la estimación ofrecida por los la adopción de estrategias y medidas de
índices NBR y dNBR. recuperación. Las imágenes de satélite,
Por último, una aproximación dife- por su amplia cobertura espacial y tem-
rente a la evaluación de la severidad del poral, constituyen una tecnología óptima
fuego la constituye el análisis de mezclas para este objetivo, al permitir superar las
espectrales (Spectral Mixture Analysis, restricciones del trabajo de campo. Las
SMA). En una vuelta a la evaluación tra- numerosas investigaciones desarrolladas
dicional de la severidad basada en el por- han demostrado la capacidad de índices
centaje de “verde”, “marrón” y “negro” espectrales como el NBR para estimar la
presente en las áreas quemadas, el SMA severidad del fuego, mediante el estable-
ofrece una cuantificación de las fracciones cimiento de relaciones con índices de cam-
de abundancia de las cubiertas superficia- po también ampliamente contrastados
les presentes en las áreas quemadas: ve- como el CBI. No obstante, dado el carácter
getación sana y quemada, suelo, carbón y relevante de esta variable, se continúa en
ceniza (Hudak et al., 2007; Lentile et al., la búsqueda de nuevas aproximaciones y
2006; Lewis et al., 2007). Con resultados métodos de evaluación, siempre con el
satisfactorios en su validación con valo- objetivo de que la información espectral
res de abundancia observados, la ventaja sea realmente predictora de la respuesta
de esta aproximación es que ofrece una de los ecosistemas a los efectos del fuego.
información con mayor significado físico
que los valores de un índice espectral (Ro- 6. Agradecimientos
bichaud et al., 2007) y con gran capacidad Este trabajo ha sido realizado en el marco de
predictora de la respuesta de los ecosiste- las actividades de investigación del Laboratorio

436 José Arnáez, Penélope González-Sampériz, Teodoro Lasanta, Blas L. Valero-Garcés (Editores)
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