Sei sulla pagina 1di 8

 

Nombre del Alumno: Uwe Villa González

Materia: Tendencias Internacionales de la Educación

Asesor: DR. FERNANDO GONZÁLEZ LUNA

Actividad Integradora: Trabajo integrador. Elaboración de un blog.


 
 
Introducción

Para ello la educación tiene que contribuir a la competitividad de la producción


interna, tanto de bienes como de servicios. Elevar la productividad de manera
masiva, y a la vez generar grandes saltos en aquellos espacios con ventajas
comparativas en la economía global, son tareas que la educación no puede perder
de vista en su rol de formación de las nuevas generaciones.

Se trata entonces de una educación que prepare personas que vivirán en un


proceso productivo cambiante, menos jerárquico y más basado en una organización
de redes, con carreras que no serán lineales y cuyas fronteras no serán las de un
país sino las del mundo, donde se requerirá más iniciativa que docilidad, más
creatividad que orden. Tal como lo señala Reich (1991), la educación que prefigura
las funciones de futuro deberá tender a generar: capacidad de abstracción,
desarrollo de un pensamiento sistémico complejo e interrelacionado, habilidad de
experimentación y capacidad de colaboración, trabajo en equipo, interacción con
los pares. En suma, una educación fluida e interactiva que genere una mente
escéptica, curiosa y creativa. Estos requerimientos del nuevo proceso productivo se
entrelazan con las virtudes ciudadanas de democracia y participación. Todo el
esfuerzo de la transformación educativa para responder a un futuro que sea
moderno, democrático y sustentable será el de no hacer de la competitividad
sinónimo de barbarie y exclusión ni de la solidaridad sinónimo de pasividad e
ineficiencia.

Con respecto a las Tecnologías de la información

Es transformar los procesos de aprendizaje al interior de las instituciones educativas


a la luz de las nuevas formas de aprender, conocer, informarse y comunicarse que
difunde, a paso acelerado, la sociedad del conocimiento. No es sólo cuestión de
nuevas tecnologías de información que facilitan formas más interactivas y lúdicas
de aprender y producir síntesis cognoscitivas ni tampoco es sólo cosa de contar con
bancos de datos electrónicos que nos permiten prescindir de la aridez de la
memorización. Es una forma radicalmente distinta de relacionarse con las dinámicas


 
 
de incorporación de información y conocimiento que incluye el paso de una cultura
letrada a otra de múltiples soportes, la fluidez entre disciplinas, la velocidad de
asimilación, la interacción en los procesos de adquisición de conocimientos, entre
otros.

Sin olvidar que la implementación de herramientas y soluciones tecnológicas en el


ámbito educativo enfrenta a retos necesarios de sobrellevar.

Los beneficios del uso de la tecnología son evidentes, pero también conllevan
responsabilidades. Adaptarse al cambio es la tarea principal de cualquier institución
educativa.

Por lo tanto, la metodología de la educación ha cambiado, puesto que el alumno en


lugar de memorizar se aboca a la búsqueda, análisis e interpretación de la
información. (Trejo Sirvent, María Luisa; Llaven Coutiño, Gabriel; Culebro
Mandujano & Ma. Eugenia, 2014)

Al introducir la tecnología a las clases los alumnos aprenden a trabajar de modo


colaborativo, en consecuencia, existe la necesidad de formar a los docentes en el
uso de las nuevas tecnologías para que puedan incorporarlas a sus clases. Como
docentes debemos actualizarnos en avances tecnológicos de manera constante,
esto con el fin de dar educación de calidad.

No olvidemos que la era digital hace necesario un cambio de paradigma en el que


los alumnos ya no se preparan para un mundo industrial sino para un mundo
informático.

Por lo tanto los sistemas de tareas y evaluación deben de adaptarse a las


tecnologías, para que los alumnos puedan enfrentar los retos de la realidad actual.

Con respecto a la Educación por competencias

En torno a la creciente necesidad de individuos, organizaciones, sectores


productivos y sociedades, de elevar los perfiles de competencia individuales y
colectivos para hacer frente a las presiones económicas y sociales de los procesos


 
 
globalizadores, ha surgido una extensa variedad de definiciones sobre el término
“competencia”, cuyo significado es determinante en el carácter de políticas e
iniciativas de educación y empleo, que tienen a las competencias en el centro de
sus objetivos y lineamientos.

Evidentemente, es mucho más simple la concepción de las competencias desde


aspectos particulares que integrales; a partir de una noción rígida, en lugar de
flexible; y sobre una perspectiva estática (basada en resultados), en vez de
dinámica (como proceso multifactorial). De ahí que la primera noción sea la
dominante.

Las competencias, en su condición de normas o estándares, constituyen referentes


explícitos del desempeño de un individuo, con respecto a una serie de requisitos
preestablecidos por los sectores educativo y/o laboral. De este modo, están
destinadas al fortalecimiento y reconocimiento del saber hacer (know how) de los
individuos y, particularmente, de la fuerza laboral de una economía; propósito que
supone elevar los niveles de educación y capacitación en la población, al que, por
lo tanto, deben contribuir las políticas e iniciativas de formación por competencias.

Sin duda, son muy importantes el desempeño y la productividad que promueven, de


manera explícita, los estándares de competencia; pero, no lo son menos, la
participación, el desarrollo y la movilidad de las personas, en espacios laborales y
sociales, que implica o debe implicar el fomento de las competencias, en materia de
equidad, estabilidad y bienestar social. En este sentido, merecen especial atención
los esquemas de enseñanza-aprendizaje que favorezcan el estímulo y ejercicio de
los llamados aprendizajes centrales, y las habilidades cognitivas de orden superior
(conocidas como metacompetencias). (MIR, B., 2006)

Con respecto al Financiamiento y educación; Temas económicos en


educación

El Financiamiento permite que se den importantes avances en materia educativa,


todavía existen múltiples necesidades en el sistema. Por ejemplo, aunque se logre


 
 
ampliar la cobertura en los niveles de educación básica, contrarrestando el
incremento de la demanda provocado por la dinámica demográfica, los recursos no
serán suficientes para hacer algo similar en los niveles post-básicos, donde la
cobertura todavía es muy baja y los costos por estudiante mucho más elevados.
Asimismo, tampoco será suficiente para cubrir las múltiples carencias que aún
subsisten en todos los niveles y modalidades del sistema educativo, lo cual provoca
que existan grandes desigualdades con respecto a los recursos humanos, físicos y
pedagógicos con los que cuentan las distintas instituciones y centros escolares que
conforman el sistema educativo mexicano.

Esta situación provoca amplias desigualdades educativas que se manifiestan entre


regiones, entidades federativas y localidades, afectando consistentemente a los
sectores de población de menores recursos. Este hecho vulnera abiertamente la
responsabilidad constitucional que tiene el Estado de asegurar el derecho de todos
los mexicanos a recibir una educación de calidad, así como las posibilidades que
tiene el país de avanzar hacia mayores niveles de desarrollo social y económico.

En el contexto mundial, el conocimiento se ha instituido en la base del desarrollo


social y económico, constituyendo a la inversión educativa en un factor fundamental
para lograrlo. Esto es así en tanto que sólo con mayor educación, los países podrán
contar con ciudadanos capaces de afrontar los retos de participar en una economía
cada vez más globalizada, de consolidar su democracia, y de avanzar hacia una
mayor equidad y participación social. Por ello, los recursos destinados a la
educación ahora constituyen una inversión estratégica para el desarrollo, pues aun
cuando se reconoce que la educación no es el único factor del cual depende el
desarrollo, es un elemento imprescindible para lograrlo. (Blanco, Rosa & Sandra
Cusato, 2012).

En México, sin embargo, todavía existen diversos problemas relacionados con los
procedimientos de asignación, distribución y uso de los recursos públicos que se
destinan a la educación, los cuales impiden que el Estado pueda asegurar el
derecho que tienen sus ciudadanos de recibir una educación de calidad.


 
 
Con respecto a la Evaluación interna y externa

Los procesos de evaluación interna y externa han sido mecanismos impulsados por
el gobierno mexicano para mejorar la calidad de los servicios educativos que
prestan las instituciones de educación superior del país. Se crearon varios
organismos que establecieron estándares de medición en parámetros relacionados
con los procesos enseñanza-aprendizaje y para la mejora de la gestión-
administración se recurrió a las normas ISO 9000 utilizadas en el sector empresarial.
Las Universidades acataron estos ordenamientos que han propiciado, según
diversas investigaciones, mejoras, pero también desaciertos. Con el objetivo de
identificar las acciones, dificultades y aportaciones de su implementación en una
universidad estatal se realizó un análisis de contenido utilizando los documentos
que informan su quehacer académico. Los resultados muestran que estos procesos
han elevado la profesionalización de los docentes, motivado el establecimiento de
programas para la formación integral de los estudiantes y motivados cambios dentro
de la organización, que impulsan aun su institucionalización.

Si bien estos procesos han generado cambios positivos, su condicionamiento a la


asignación de fondos federales ha traído como consecuencia que la universidad no
logre institucionalizarlos, posiblemente derivado de decisiones de disminuir los
recursos asignados en los presupuestos anuales que no cubren las expectativas de
los gestores universitarios, lo que incrementa la resistencia de algunos miembros
para realizar los trabajos de autoevaluación que requieren de tiempo adicional al
que dedican a sus funciones cotidianas.

Es por ello que, pese a sus innegables aciertos, los diversos programas de
evaluación en la educación superior todavía experimentan una serie de deficiencias
a superar.

Conclusiones

Mientras los desarrollos tecnológicos emergentes, tales como los cursos didácticos
digitales y los recursos educativos abiertos (REA) han facilitado su disponibilidad y


 
 
un aprendizaje autónomo desde cualquier lugar, persisten cuestiones importantes
de acceso y equidad entre los estudiantes de familias de bajos ingresos, minorías,
monoparentales y otros grupos desfavorecidos. De allí, el desafío al cual se enfrenta
la educación superior es atender las necesidades de sus estudiantes buscando
planes de grado más flexibles y alineando los programas con resultados de
aprendizaje más profundos y la adquisición de habilidades del siglo XXI.

Aunado a un avance de la equidad digital, con el cual se podrá lograr un desarrollo


económico sostenible, el acceso a la Internet es vital. De esta manera, se hace
importante que los gobiernos aborden los problemas de conectividad y enfrenten
los obstáculos de equidad que persisten mientras el acceso por banda ancha sigue
siendo distribuido de manera desigual, así mismo, las instituciones deben hallar
maneras de brindar posibilidades para mejorar la equidad en el acceso a la
educación en línea. (González González Jorge, Galindo Miranda Nora E., Galindo
Miranda Jóse Luis & Gold Morgan Michele, 2004)

En consecuencia, mantenerse actualizado representa un desafío para los docentes


en un mundo en el que las necesidades educativas, los programas informáticos y
los dispositivos avanzan a un ritmo extenuante. Las instituciones deben lidiar con la
longevidad de las tecnologías y diseñar planes de respaldo antes de realizar
grandes inversiones. Igualmente, deben asegurar que las herramientas
seleccionadas fomenten un aprendizaje más profundo y mensurable.

Bibliografía

1. Blanco, Rosa & Sandra Cusato. (2012). Desigualdades educativas en


América Latina: todos somos responsables, Santiago de Chile, OREALC/
UNESCO. Consultado el 30 de enero del 2019. Disponible en:
http://red-ler.org/desigualdades_educativas_america_latina.pdf
2. González González Jorge, Galindo Miranda Nora E., Galindo Miranda Jóse
Luis & Gold Morgan Michele (2004). Los paradigmas de la Calidad Educativa.


 
 
De la Autoevaluación a la Acreditación. Unión de Universidades de América
Latina A.C. México. Consultado el 30 de enero del 2020. Disponible en:
http://files.didactica-desarrolladora1.webnode.es/200000009-
2a6092b571/Paradigmas%20de%20la%20Calidad%20Educativa.pdf
3. MIR, B. (2006). Competencias, conocimientos, capacidades y habilidades,
en La Mirada Pedagógica. Consultado el 30 de enero del 2020. Disponible
en:
www.lamiradapedagogica.blogspot.com/2006/09/competencias-
conocimientos-capacidades.html
4. Reich, Robert B. (1991). The Work of Nations, Alfred Knap, New York.
Consultado el 30 de enero del 2020. Disponible en:
https://www.penguinrandomhouse.com/books/140056/the-work-of-nations-
by-robert-b-reich/
5. Trejo Sirvent, María Luisa; Llaven Coutiño, Gabriel; Culebro Mandujano &
Ma. Eugenia. (2014). RETOS Y DESAFÍOS DE LAS TIC Y LA INNOVACIÓN
EDUCATIVA Atenas, vol. 4, núm. 28, octubre-diciembre, pp. 130-143
Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos Matanzas, Cuba. Consultado
el 30 de enero del 2020. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=478047204011


 

Potrebbero piacerti anche