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El filósofo griego y padre de la cultura occidental, Aristóteles, bautizó al ser

humano como un animal social. Aunque Aristóteles creó el concepto, es algo fácil
de comprobar observando la evolución de la especie humana a lo largo de la
historia. El ser humano, como ser social, siempre conformó comunidades desde
los primeros restos fósiles que se conservan de pequeños grupos que lograron
evolucionar desde África, hasta las enormes urbes en las que las personas siguen
buscando generar pequeñas comunidades aún en los entornos más hostiles.

Los pequeños grupos cazadores recolectores


Las distintas especies de homínidos que precedieron o llegaron a convivir con los
humanos a lo largo de la prehistoria conformaron comunidades de pequeños
individuos. Algunos fueron nómadas y viajaron por distintas regiones del planeta
en busca de alimentos accesibles, seguridad frente a los depredadores y un buen
clima.

Otros encontraron refugio en cuevas que se mantuvieron pobladas durante siglos


de manera continuada. Poco sabemos del funcionamiento interno de estas
comunidades ancestrales y lo poco que hemos podido descubrir ha sido gracias
a los materiales y herramientas que usaban y se han conservado hasta nuestros
días. Lo que resulta indudable es que la solidaridad y el apoyo mutuo entre los
miembros de la comunidad resultó un elemento indispensable para que estas
especies perduraran durante más o menos tiempo.

El neolítico y las primeras ciudades


Con el descubrimiento y consolidación de la agricultura, las comunidades
humanas comenzaron a asentarse y a hacerse más numerosas y complejas.
Se formaron ciudades con jerarquías sociales y el comercio comenzó a
desarrollarse entre distintos grupos humanos.

De las ciudades surgieron grandes imperios que excedieron los límites de las
comunidades humanas, que siguieron desarrollándose en torno a grupos
familiares o de pocos individuos al margen de las estructuras que se formaban
sobre ellos.

La formación de los estados-nación


Tras un largo periodo en el que los imperios de la antigüedad se desmoronaron
y el poder se volvió a fragmentar en pequeñas comunidades rurales, desde el siglo
XIX se fue imponiendo una forma de organizar a las comunidades humanas de
todo el planeta: el estado-nación. Basados en culturas compartidas de las que
surgieron nuevos estados o bien creando culturas homogeneizadoras para
antiguos estados medievales, el mapa del mundo se fue dividiendo hasta adoptar
las actuales fronteras a lo largo de los siglos XX y XXI.

Instituciones internacionales y comunidades de


base en la actualidad
En la actualidad, vivimos un doble proceso por el cual los estados-nación van
cediendo su soberanía a estructuras internacionales como la Unión Europea, la
ONU u otro tipo de entidades multinacionales.

Mientras, se está produciendo un retorno a las comunidades de base y a la


recuperación de culturas regionales como reacción a este proceso de
globalización. En cualquier caso, no se trata de un proceso nuevo, sino de
la histórica tendencia del ser humano, como ser social, a buscar refugio y
acomodo en comunidades de iguales.

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El hombre, ser social por naturaleza
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La tesis de que la condición social está en la naturaleza humana ha sido discutida a lo largo de la
historia del pensamiento europeo. Quienes más abiertamente la impugnan son los padres del
liberalismo clásico.

El liberalismo político moderno inaugura una tradición alternativa a la de Aristóteles. Hasta el siglo
XVIII ha tenido mucho vigor esta última. Pero a partir de entonces el liberalismo político y
económico viene a proponer lo contrario, a saber, que la socialidad no es nativa o natural del ser
humano, sino más bien una condición adoptiva y postiza. La sociedad es un constructo, algo que
no está hecho en nosotros, sino que nosotros hacemos; no es de constitución natural, sino más
bien un producto, un artefacto que el ser humano hace surgir. Es, en fin, resultado de la iniciativa
de asociarnos: el «pacto social».
Muchas sociedades, en efecto, se constituyen así, sobre todo aquellas que los sociólogos
denominan secundarias (partidos políticos, sindicatos, asociaciones religiosas, peñas taurinas, o
futbolísticas, sociedades de cazadores, etc.): las establecen sus miembros en tanto que persiguen
un objetivo común. Mas eso no da razón completa del ser social humano, toda vez que las
sociedades a las que el hombre pertenece por virtud de una iniciativa asociativa suya se articulan e
insertan en el seno de una sociedad anterior, a la que ninguno de sus miembros pertenece por
haberlo elegido él. Y esta última es la familia y la polis.

En este punto hay que añadir un matiz. Como es obvio, los hijos pertenecen a su familia sin
haberlo elegido, mientras que los padres integran la que ellos forman con sus hijos –si los hay– en
virtud del pacto matrimonial entre ellos, i.e la iniciativa de llevar una vida en común, y de afrontar
los beneficios, pero igualmente las dificultades que eso conlleva. La palabra «cónyuges», que se
emplea para designar a las partes de ese pacto, alude a quienes llevan conjuntamente el «yugo»,
van juntos, como las bestias de carga, unidos por la «yunta», o en «ayuntamiento». Así, los
cónyuges pertenecen a esa comunidad por iniciativa propia –la que se expresa y realiza en el pacto
matrimonial–, mientras que los hijos que eventualmente surjan de ahí, no. Salvando esta
diferencia, también es cierto que antes que padres en la familia que ellos fundan libremente, los
padres son hijos en otra a la que pertenecen sin haberlo escogido.

Tanto la pertenencia del hijo a su familia, como su pertenencia a la comunidad suprafamiliar es


pertenencia nativa, natural, no electiva o artificial. Ser madrileño, turco, catalán, alemán o
extremeño, así como ser hijo de mis padres, no es una opción mía sino una condición con la que
nací. Es ese el significado originario de la palabra «nación». Y, a su vez, «naturaleza» es lo que
«nacimos siendo», o lo que cada cosa era al comenzar a ser, en su nacedero o manadero
originario. (En latín, «naturaleza» es la sustantivación del verbo nascor, nacer, cuyo participio
perfecto es natum est). Por razones políticas, en el más amplio sentido de esto –también por
motivos de trabajo, o familiares–, cabe tener una patria de adopción, o cambiar de nacionalidad,
i.e «naturalizarse» en otro sitio distinto de donde uno nació. Pero antes que eso hay una
pertenencia nativa.

Para entender el pensamiento político de Aristóteles es importante comprender que la polis tiene
un topos, un lugar concreto, es decir, que nuestra pertenencia tiene también una adscripción
espacial, se da en un espacio habitable, y lo hacemos habitable habitándolo de hecho. No es una
entidad etérea. A partir del liberalismo proliferan en la discusión europea formas cada vez más
«utópicas» de entender la sociedad humana, formas de interacción cada vez más virtual. No es
nada secundario que la polis sea también un topos, un espacio habitable que habitamos los
habitantes de él. Otras características no espaciales que pueden vincular a unos seres humanos
con otros, como, por ejemplo, la religión, la lengua, las leyes, etc., son conectivos importantes,
pero de ningún modo la importancia de ellos anula la importancia que, para Aristóteles, posee la
vinculación a un topos.

Entre otras, esta es una característica que traza la diferencia, en el origen de esos conceptos, entre
«cultura» y «civilización». Entendida como fenómeno sociohistórico colectivo, la cultura se define
en parámetros de tiempo y espacio, pero depende mucho menos del espacio que la civilización (la
palabra proviene de la voz latina civitas). «Cultura» dice relación, más bien, a otras identidades,
como la religiosa o la lingüística[1]. Estos elementos suministran vínculos humanos sustantivos.
Mas una vinculación de carácter puramente espiritual, que implique la desvinculación material a
un topos, en nada se corresponde con la idea aristotélica de polis[2].

Excepto el judaísmo, las otras dos religiones monoteístas –el cristianismo y el islam– son, pese a su
raíz semítica, universalistas. Por su parte, la lengua que se habla en España también se habla en
gran parte de América.↵
Ha llovido mucho desde Aristóteles hasta hoy. A nosotros nos resultan familiares categorías
políticas que van mucho más allá del topos, y que al filósofo griego le marearían. Todo lo que va
más allá de una aldea –una comunidad de varias familias– le daría vértigo a un ateniense de
aquella época. Una megalópolis, una comunidad autónoma, Land, un estado-nación o, no
digamos, la llamada «comunidad internacional» son configuraciones netamente modernas,
surgidas en su mayoría de las revoluciones liberales. Aristóteles pensaba en la polis como una
comunidad a escala humana, digamos, humanamente abarcable, en la que los ciudadanos se
conocen, aunque haya grados de vecindad y proximidad: no conoces a todos tus conciudadanos
como conoces a los miembros de tu familia, pero algún conocimiento personal –no virtual– hace
falta para que haya algo parecido a un fin, o proyecto común, una voluntad de colaboración para
lograrlo, y, sobre todo, una conversación relevante sobre los asuntos que nos afectan a título de
miembros de la comunidad, lo cual constituye, como veremos más adelante, la esencia misma de
la convivencia civil.↵

LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE


COMO SER SOCIAL
Publicado en 11 abril 2010 por EVER UZCÁTEGUI

Unidad Temática: Aspectos Generales de la Sociedad


Dirigido a Participantes del PNFA-Trujillo (Trayecto III, Proyecto Socio Integrador)

LA CONCEPCIÓN DEL HOMBRE COMO SER SOCIAL


Compilado por Dr. Ever Uzcátegui

Indiscutiblemente, el hombre es un ser social y biológicamente es imposible


un ser humano fuera de la sociedad. Aprendizaje, costumbres,
hábitos, comportamientos o relaciones llevan al hombre a la vida que se entiende
como humana, importancia que difiere un poco, según Psicólogos recocidos, con la
poca atención que se ha prestado al contexto de este análisis.
Por lo que, en vista de lo anterior, se solicita que, los participantes invitados
a la presente discusión lleven a cabo un razonamiento de esta temática que aborda
al Hombre como Ser Social, para que luego, al final de la lectura, procedan a los
requerimientos de la cátedra
En este orden, a continuación se presenta una serie de información que
coadyuva al análisis requerido:

Hombre y Sociedad

Esta combinación es inseparable; el hombre necesita de la Sociedad.

Al respecto, existen dos (2) ideas fundamentales de la teoría de la evolución


de Darwin, que ayudan a comprender mejor el papel social del hombre.

Por una parte, la idea de equilibrio ser vivo-naturaleza, que supone un


equilibrio ecológico y una adaptación al medio que le rodea.

Por otra parte el pensamiento de que el proceso de evolución se ha


producido en virtud de una dinámica de constantes adaptaciones y
desadaptaciones.

El hombre puede ser considerado como fruto de un doble proceso de


evolución biológica y de evolución social. La adopción de una posición erguida corrió
pareja a un mayor desarrollo de las capacidades manipuladoras y hacedoras de las
manos dando lugar a su vez, al empleo de útiles cada vez más idóneos para la
obtención de alimentos y especialmente para la caza.

El papel de lo social en el desarrollo humano

La vida humana es vida social. La evolución supone un paso de lo simple a


lo complejo, de lo único a lo plural, una tendencia a la agregación inscrita en la lógica
de la vida. Esta agregación cumple un papel adaptador que aumenta las
posibilidades de sobrevivir y multiplicarse. Algunas especies que han sobrevivido lo
han conseguido mediante su sociabilidad lo cual aumenta al acercarnos al hombre
el cual necesita del aprendizaje o socialización para un despliegue ideológico
normal. Wilson ve en el parentesco la principal fuerza generadora de la sociedad y
el fenómeno del altruismo, así cuanto mayor es el coeficiente de parentesco mayor
es la disposición al altruismo. Esta cultura puede llevar incluso a la transformación
de ciertos rasgos físicos.

Rasgos Característicos de lo Humano

Aristóteles definió al hombre como un animal político por naturaleza. El se


refería a la polis como paradigma de sociedad, un sistema de vida, no un agregado
de individuos, por tanto esta definición contiene un matiz importante; "su dimensión
cultural".

En la historia de la evolución, el desarrollo humano supone un principio de


autorregulación y una producción autónoma de ambientes artificiales y esto debe
explicarse en relación de hasta qué punto influye o es condición para el desarrollo
humano. Todo esto complementado con la habilidad del propio lenguaje,
creatividad, disposición solidaria a cooperar y trabajo con herramientas. En las
sociedades de primates existen ciertas protoculturas muy elementales que se
desarrollan en los comportamientos grupales lo cual se puede observar con la
antropología comparada. Con ello se puede encontrar una cierta línea de
continuidad hacia nosotros. El hombre a lo largo de su evolución cultural ha hecho
de la sociedad su nicho ecológico dentro de la cual no solo crea sino también fabrica
de una manera más compleja que las otras especies por medio de su cerebro y de
la utilidad de sus manos. Mano - Cerebro. Esta fabricación es una tarea de grupo
cuya cultura se transmite de generación en generación, lo cual posibilita la mejora
de las herramientas. El hombre se ha ido remodelando como especie social, como
"ser de praxis" (Marx). Otro de los aspectos básicos es el de la comunicación entre
los seres humanos. La conformación social de los hombres acaba influyendo en su
propia evolución como especie, lo social es parte de la naturaleza humana.

La Estructura Social

La idea más elemental que subyace en el concepto de estructura es que la


realidad no es un caos. El esqueleto de un ser vivo es su sistema óseo. La estructura
de un edificio viene dada en la forma en que se disponen las vigas, los pisos, los
espacios, etc.

Una de las influencias más importantes en la conformación del concepto de


estructura en la sociología provenga del pensamiento Marxista en el que ha existido
una más nítida imagen estructural de la sociedad.
El concepto de estructura implica básicamente tres (3) elementos:

 La idea de un conjunto o totalidad


 La existencia de unas partes que componen ese conjunto
 Una disposición ordenada de relaciones o posiciones de las partes en el
conjunto. Es decir el concepto de estructura en su acepción más elemental
refleja la imagen de un haz de relaciones espaciales.
En toda sociedad humana incluso en las más simples y primitivas puede
identificarse una estructura social de cierta complejidad. En la sociología actual se
han formulado diferentes definiciones del concepto de estructura, El organicismo
por ejemplo utilizo el concepto de una manera sencilla y básica entendiendo
simplemente que la sociedad era un organismo social que podía contemplarse de
la misma manera que un biólogo analiza un organismo viviente.

El funcionalismo realizo los esfuerzos definitorios más importantes, Parsons


define estructura social como el sistema, es una trama de relaciones entre los
diferentes actores sociales.

Las ideas aceptadas que están en la base de la definición del concepto de


estructura social son básicamente cuatro (4):

1ºLa estructura social es entendida como una red o sistema de relaciones


sociales regulares y pautadas que prevalecen a los individuos concretos y los
anteceden.

2ºEn relación con lo anterior las estructuras sociales son formas de hacer
que vienen socialmente dadas.

3ºLas estructuras sociales implican distintas formas estandarizadas de


relaciones de ordenamiento, de distancias sociales de jerarquías y de dependencia
de unos individuos a otros.

4ºLa estructura social general de una sociedad esta formada por un conjunto
de subestructuras que están interconectadas entre sí de forma muy diversa por
ejemplo en una sociedad podemos diferenciar la estructura de clases, la estructura
de poder, la estructura económica, etc.

La estructura social hace referencia a los elementos más permanentes e


invariables de lo social. Sin embargo hay que tener en cuenta que las estructuras
sociales concretas también están sometidas a procesos de cambio histórico. Las
estructura social de nuestros días por ejemplo es diferente a la estructura social de
las sociedades preindustriales, por lo tanto actualmente nadie niega el carácter
dinámico de las estructuras sociales.

Los Grupos Sociales

El grupo social es la realidad más inmediata para la sociología. La dimensión


social del hombre se proyecta desde su infancia y a lo largo de su vida en el ámbito
de un conjunto de grupos muy diferenciados desde la familia, la pandilla de amigos,
el grupo de vecinos, entre otros

Si uno se detiene a observar con detalle toda la trama social, lo primero que se
encuentra es que la sociedad está formada por una tupida red de grupos sociales
en los que los individuos se encuentran implicados en diferente grado. Los grupos
sociales son las células o unidades básicas de la sociedad.

El estudio de los grupos sociales no se abordo hasta el siglo XX.

En primer lugar hay que tener en cuenta que todos los seres humanos forman
parte de diferentes grupos de muy distinta naturaleza, de forma que en toda
sociedad el número de grupos es superior al de individuos. En segundo lugar hay
que tener en cuenta que los grupos sociales son realidades diferentes a las
<<categorías sociales y a los agregados estadísticos>>El elemento definitorio
fundamental de los grupos sociales es que están formados por personas que tienen
algún tipo de relaciones sociales entre sí. De acuerdo con Homans para que un
grupo social exista como tal se necesita:

 Motivos(sentimientos) por parte de sus miembros


 Tareas(actividades) para que éstos las cumplan
 Y alguna comunicación entre ellos.
 tipo de relaciones: han de ser personales y El

Las Instituciones Sociales

Podemos decir que lo que caracteriza a las instituciones sociales es que


cumplen funciones necesarias para la propia existencia de lo social como tal, o en
términos más sencillos como todo aquello que una sociedad tiene que tener para
poder continuar funcionando normalmente.
Algunos analistas entre ellos PARSONS coinciden en señalar que los
elementos fundamentales de la sociedad se centran en 4 componentes:

 Unos sistemas de reproducción y socialización básica de los individuos.

 Unas estructuras económicas, adquisitivas, instrumentales y de división del


trabajo.

 Un sistema de poder, de articulación territorial.

 Un sistema de creencias, de religión o de integración de valores.

Para realizar cada una de estas funciones las sociedades se han dotado de
un conjunto de instituciones sociales específicas, a través de las cuales regulan los
comportamientos de los individuos y los orientan al cumplimiento de fines
determinados. La necesidad de reproducción y socialización básica se cumple a
través de la institución de la familia su vez en las sociedades evolucionadas, las
familias cuentan con la colaboración de otras instituciones socializadoras sistema
educativo que permiten una más plena inserción social de los individuos y que
trasmiten los componentes culturales más complejos y sofisticados a través de
procesos educativos cada vez más largos. Las instituciones políticas regulan y
ordenan el ejercicio del poder. Finalmente las sociedades articulan sus sistemas de
creencias a través de distintas instituciones ideológicas y expresivas, entre las que
las iglesias y las religiones han tenido un papel relevante.

Las instituciones sociales no son compartimentos estanco, sino piezas de un


entramado social complejo que en las sociedades de nuestro tiempo presenta un
sinfín de interrelaciones e interdependencias.

En las sociedades de nuestro tiempo las funciones sociales de la familia


están cambiando de manera muy importante y muchas de las tareas tradicionales
efectuadas en el ámbito de la familia están pasando a ser realizadas-o compartidas
por otras instancias sociales, como las guarderías, las escuelas, las residencias de
ancianos, etc.

Los Roles Sociales

Las relaciones de los individuos en la sociedad no suele producirse de forma


aleatoria y poco predecible. Los actores sociales tienden a comportarse de acuerdo
a unos patrones y pautas de actuación establecidas, de acuerdo al papel, o papeles
sociales de cada cual. Esto es lo que los sociólogos llaman Rol. Todas las personas
tienden a actuar en contextos sociales determinados de acuerdo a las pautas
concretas y propias de comportarse del rol que desempeñan.

Como ha señalado Nisbet, lo que vemos en la sociedad son personas en


roles y roles en personas.

En sociología se llama rol a los distintos papeles sociales que se pueden


desempeñar en una sociedad: por ejemplo el rol de madre, de padre, de maestro,
de juez etc.

Cada rol social implica pautas especificas de comportamiento en contextos


determinados, pero no iguales en todos los contextos diferentes ya que los actores
sociales representan diferentes roles; así el profesor desempeña también el rol de
padre, de hincha en el fútbol, en cada caso se esperara de él una forma de
comportamiento distinta según las costumbres y usos sociales establecidos.

La sociedad puede ser vista como un conjunto de roles sociales que los
individuos desempeñan en una forma que les orienta en su comportamiento y les
permite prever el comportamiento que los otros tendrán de acuerdo a su rol.

Los roles son modos de comportamiento estandarizados y socialmente


establecidos que son transmitidos de generación en generación. Se enmarcan los
roles en una serie de normas todo rol forma parte de un circulo o estructura social.los
roles sociales definen campos de acción legitima dentro de las competencias
propias del rol.

Los roles hacen referencia a los modos de conducta socialmente


establecidos los cuales se encuentran institucionalizados y forman parte de la
estructura de la sociedad, teniendo una entidad como tales. El desempeño de los
diferentes roles implica posiciones sociales diferentes. Lo que supone que cada rol
lleva aparejado un status específico.

Algunos sociólogos consideran que los conceptos de rol y status son dos
caras de la misma moneda. Con el concepto de rol se hace referencia a las
obligaciones en el desempeño de un papel social y con el de status a los derechos
y al honor o prestigio social que se atribuyen los que desempeñan dicho papel.

El hecho de que todo individuo tenga que desempeñar varios roles conlleva,
en sí mismo, un cierto germen de conflictividad y tensión entre los diferentes roles.
Cuando más activa sea una persona socialmente, más posibilidades tendrá
de encontrarse ante conflictos de roles. Los conflictos de roles pueden dar lugar a
distintos topos de trastornos psicológicos y ciertas formas de perturbación de la
personalidad.

Procesos Sociales y Formas de Interacción Social

La realidad social está formada por un conjunto de estructuras, instituciones


sociales, grupos sociales, roles, clases sociales... Pero hay algo que se mueve en
todas estas instancias en torno a lo que sé nuclea lo social. Los seres humanos
establecen sus relaciones con los demás por medio de un conjunto de formas de
interacción estandarizadas que unas veces les llevan a competir, otras a cooperar,
otras a oponerse, a conformarse, a aislarse, diferenciarse. A estas formas de
interacción se le califica en sociología como <<procesos sociales>>.

Los procesos sociales están relacionados con el aspecto dinámico de lo


social.

Los procesos sociales han sido definidos como <<las formas repetitivas de
conducta que se encuentran habitualmente en la vida social.

Para algunos teóricos sociales las formas de relaciones sociales constituyen


la verdadera realidad de lo social y por lo tanto el objeto especifico de estudio de la
sociología.

En tal sentido, Nisbet considera que los procesos de interacción básicos y


universales son cinco (5):

El intercambio, la cooperación, el conformismo, la coerción y el conflicto.

Pero lo cierto es que a medida que se profundiza en el estudio de los


procesos sociales concretos que se dan en los diferentes ámbitos de la sociedad,
no es fácil encasillarlos en clasificaciones excesivamente simplistas.
Consideraciones Finales

¿A qué se refiere la frase "el hombre es un ser social por naturaleza?

Según Aristóteles se "es" en tanto se "co-es". Esto significa que cada


hombre posee una dimensión individual que desarrolla su personalidad
o su "ser", y que dicha dimensión está integrada en la dimensión social
del hombre, para la convivencia en comunidad desde que nace,
resultando en la coexistencia.

La dimensión individual del hombre son las cualidades que el hombre


posee, reconoce, explora y usa para convivir en comunidad
pacíficamente y beneficiarse los unos a los otros. La dimensión
individual, donde radica el ser, debe aprender a concordar con la
dimensión social para convivir en sociedad. Este aprendizaje se llama
proceso de sociabilización.

El proceso de sociabilización es el conjunto de aprendizajes que el


hombre necesita para relacionarse con autonomía, autorrealización y
autorregulación dentro de una sociedad. Por ejemplo, la incorporación de
normas de conductas, el lenguaje, la cultura, etc. En suma,
aprehendemos elementos para mejorar la capacidad de comunicación y
la capacidad de relacionarnos en comunidad.

Dice Aristóteles:

El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por
azar o es mal humano o más que humano (…). La sociedad es por naturaleza
anterior al individuo (…) el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada para
su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una bestia o un dios.

Un hombre aislado no puede desarrollarse como persona y de ahí


nuestra tendencia a agruparnos en vez de aislarnos. Un ejemplo es el
nacimiento de las redes sociales y su rápida expansión a pesar de que
nuestros avances científicos y tecnológicos han hecho que los otros
seres humanos sean menos indispensables en nuestra vida. Es por ello
que continuamos inventando nuevas formas de comunicarnos y convivir
en sociedad.

En su obra de filosofía política Política, Aristóteles afirma, entre otras


cosas, que el hombre es un ser social y político. La sociabilización es
la naturaleza del hombre. Según este filósofo, la familia es la primera
comunidad o sociedad formada, que es necesaria para el ser social.

Sin embargo, la familia no es suficiente para satisfacer todas las


necesidades del ser humano, por lo que este genera naturalmente una
sociedad. Para ello, se organizarían aldeas y luego estas constituirían
la polis, o ciudad griega de aquel entonces.

La organización de la sociedad requiere de la naturaleza política del


hombre, y esta organización deriva en el derecho, gracias a la virtud de
los ciudadanos y a la práctica de la justicia. El derecho o lo justo como tal
sólo tiene sentido para el hombre en sociedad, y dicho derecho asegura
la felicidad del mismo.

Mueve

"El hombre es un ser social por naturaleza" es una frase del filósofo Aristóteles (384-
322, a. de C.) para confirmar que nacemos con la característica social y la vamos
desarrollando a lo largo de nuestra vida, ya que necesitamos de los otros para
sobrevivir. Indiscutiblemente, el hombre es un ser social y biológicamente es
imposible un ser humano fuera de la sociedad. Aprendizaje, costumbres, hábitos,
comportamientos o relaciones llevan al hombre a la vida que se entiende como
humana. En función de satisfacer las exigencias físicas y espirituales, el hombre
necesita vivir en sociedad ya que el hombre racional e individual no es autosuficiente
y requiere de la ayuda y protección de los demás de su especie, formando lo que
llamamos comunidades. Aristóteles no ignoraba que muchas sociedades o
comunidades brotan de nuestra iniciativa, pero no la naturaleza social misma del
hombre. Hay configuraciones sociales que son el resultado de la asociación de
individuos que buscan un fin común y que, en la prosecución de ese objetivo, hacen
convergen sus esfuerzos, se ponen de acuerdo en colaborar, en ayudarse para
lograrlo mancomunadamente. En esa ayuda estriba lo más formal de la socialidad.
Al advertir un individuo que en el objetivo que se propone está acompañado por otro
u otros que se proponen lo mismo, decide aliarse con ellos en su tentativa, busca
cooperar para un mutuo beneficio. ¿En qué consiste, entonces, la sociedad? En
ayuda mutua (subsidium).

La condición humana es el tema central de gran cantidad de literatura, teatro y arte.


La tensión entre totalidad y fragmentación, entre cuerpo y alma, ha sido identificada
por poetas, filósofos y místicos a través de los tiempos como la esencia de nuestra
condición humana
El desarrollo personal es un proceso interior que refleja el movimiento necesario
para recorrer la distancia que separa el estado actual de ese horizonte deseado. Un
horizonte de aprendizaje por medio de la consecución de nuevos objetivos de
autoestima, inteligencia emocional, motivación o superación de dificultades.

De este modo, una persona puede proyectar su imagen en el espejo de la vida desde
una visión de crecimiento definida por la evolución. Si echas la vista al pasado podrás
observar este recorrido vital por medio de tu propia historia.
El desarrollo personal es ese potencial que conecta con el rol protagonista que cada
persona debe asumir en su propia vida.

Así como cuando inicias un lazo de amistad con otra persona compartes
momentos de conversación para descubrir intereses comunes y conocer al otro
como otro, en el viaje de la introspección adoptas un posicionamiento en el que te
concedes la importancia que mereces en tu vida. Este autoconocimiento
personal te ayuda a saber quién eres y a recordarlo con más frecuencia.

En síntesis, el hombre es un ser social siempre ha vivido en sociedad como un


hecho natural. Lo social es tan importante para el hombre, como el agua o el aire
para los seres vivos.

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