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Beethoven: Obertura "Egmont"

El incidente de Teplice
Bettina von Arnim, de soltera Brentano, fue una escritora algo fantasiosa que tuvo la suerte de
conocer a Beethoven y Goethe, amén de a muchos otros artistas de la época. Según contó –veinte
años después de los hechos– fue ella quien concibió el encuentro de ambos artistas universales en
la pequeña ciudad termal de Teplice, en julio de 1812, cuando Beethoven pasó allí el verano para
seguir los tratamientos prescritos por sus médicos. Y es ella también la que narra el famoso
incidente, cuando Beethoven y Goethe se toparon con el archiduque Rodolfo y la emperatriz,
durante un paseo.

Según Bettina, al cruzarse con los príncipes imperiales, Beethoven, veinte años menor que el
anciano Goethe, le susurró a éste al oído: siga caminando, tómeme del brazo, son ellos los que
tienen que darnos el paso, no al revés. Pero el poeta, respetuosamente, se hizo a un lado y se
quitó el sombrero. Beethoven, por el contrario, continuó su marcha impertérrito, sin contestar el
saludo de la familia imperial. Al poco, se detuvo para esperar a Goethe. Cuando lo tuvo a su lado,
le dijo: "Le he esperado porque le tengo gran respeto, y admiro su trabajo, pero me parece que
muestra Ud. demasiada estimación por estas personas". Bettina no cuenta qué habría retrucado
Goethe.
Johann Wolfgang von Goethe
(1749 - 1832)

Nada dijo en ese instante, suponemos, pero Goethe sí tenía una impresión del encuentro, no muy
alentadora.
En carta posterior a su "asistente musical", Carl Zelter, describió a Beethoven como "una
personalidad arisca y hostil que, aunque no se equivoca al decir que el mundo es detestable, no se
esfuerza lo más mínimo por hacerlo más habitable o llevadero...".
Sin embargo, en carta dirigida a su esposa, por la misma época, expresa que el talento de
Beethoven lo había impresionado, pues nunca antes había visto "a un artista más concentrado,
más enérgico, y más profundo."

"Egmont", música incidental


A diferencia de otras oportunidades, el asistente musical Zelter no puso reparos cuando Goethe
decidió enviar a Beethoven, en 1809, su tragedia "Egmont" para que el maestro de Bonn escribiera
la música incidental. Beethoven vio en ella una oportunidad más de gloria y se aplicó con ahínco al
trabajo. Finalizada la obra, Goethe quedó muy conforme y ahí mismo nació la idea del encuentro,
ya narrado.

El drama
La obra de Goethe habla de la libertad. Y ello fue lo que entusiasmó a Beethoven, que ya había
incursionado en el tema con su ópera Fidelio. La historia de Egmont (un personaje real) transcurre
durante la persecución de la Inquisición española a los pueblos flamencos a mediados del siglo
XVI. Egmont es un conde católico que finalmente resulta muerto aun cuando la rebelión termina
exitosamente.

Obertura y nueve escenas


La primera representación del drama de Goethe con música de Beethoven tuvo lugar el 15 de junio
de 1810. La obra completa está conformada por nueve escenas más la obertura, la que se inicia
con humor sombrío en un tempo marcado sostenuto ma non troppo, representando la oscuridad y
la opresión. El allegro subsiguiente trae a la mente la heroicidad de la lucha. Finalmente, la pieza
concluye en un ánimo triunfante y celebratorio.

La versión es de la Filarmónica de Viena, conducida por Leonard Bernstein.

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