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Jean Sibelius: Concierto para violín

Como muchos de sus colegas, el futuro compositor finlandés Jean Sibelius abandonó su ciudad
natal siendo un muchacho para dirigirse a la capital a estudiar leyes, por recomendación familiar,
pese a que en el seno de esa misma familia, Jean había dado generosas muestras de talento
musical, llevado de la mano por su tía Julia quien, a diferencia de lo sucedido con un famoso
novelista, solo le enseñó a tocar piano.

Sibelius, violinista
Pero al año de haber ingresado a la Universidad de Helsinki, en 1885, Sibelius abandonó los
estudios y se matriculó en la Escuela de Música de esa ciudad. Allí estudió violín y composición.
Su meta era convertirse en un virtuoso del violín, pero, lamentablemente, Jean parece no haber
tenido dedos para el violín, pese a que integró el cuarteto de cuerdas de que se ufanaba la Escuela
y llegó a desempeñarse bastante bien con el Concierto de Mendelssohn. Un temblor de la mano
originado en un accidente de juventud y el nerviosismo que le dominaba en escena le jugaron en
contra. Jean Sibelius, resiliente, decidió moderar sus aspiraciones de solista y
encaminar progresivamente sus esfuerzos hacia la composición.
Jean Sibelius (1865 - 1957)

Sibelius, compositor
Para los primeros años del naciente siglo veinte, Sibelius ya había compuesto varias sinfonías
corales, y comenzaba a cosechar el éxito y el reconocimiento nacional con sus dos primeras
sinfonías orquestales –de un total de siete compuestas a lo largo de su vida. El reconocimiento
internacional vendría con su obra más célebre al día de hoy, el poema musical Finlandia, obra que
reveló ante el mundo la maestría poética del compositor, y que se convirtió en el punto de arranque
de un arrebatado sentimiento nacionalista, del que Jean Sibelius será un excelso protagonista.

Concierto para violín


Pero el músico no había olvidado el violín para siempre, y el violín, por su parte, lo esperó solícito.
Su concierto para violín, estrenado en 1905 en Berlín bajo la batuta de Richard Strauss se convirtió
en una pequeña obra maestra que le reportó inmensa popularidad pese a que debió enfrentar la
disputa por los escenarios ante el naciente entusiasmo que comenzaba a despertar la música de
vanguardia de la época, ante la que debió plantarse Sibelius escudado en el virtuosismo y
profundidad sin arrebatos que caracterizaban su música.

Por esto, se ha dicho que el estilo de Sibelius es conservador y su lenguaje armónico restringido
y su música poco compleja, en comparación con la de sus contemporáneos. El teórico alemán y
también músico Theodor Adorno (autor de nueve piezas breves) llegó al extremo de calificarlo de
compositor amateur y anticuado. Por otro lado, Béla Bártok, quien era músico y no teórico, no
titubeó en situar a Sibelius entre los grandes compositores de su época. Aunque todo esto tenía sin
cuidado a Jean Sibelius, o al menos eso pretendía cuando señaló: "No presten atención a lo que
los críticos dicen. Nunca se ha levantado una estatua a un crítico."

Movimientos:
00 Allegro moderato
16:31 Adagio di molto
25:34 Allegro ma non tanto

La versión es del violinista ruso Maxim Vengerov, con la orquesta sinfónica de Chicago bajo la
dirección de Daniel Barenboim.

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