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Introducción
Sin embargo, creo que no existe una respuesta universal a la paternidad, no solo por su condición
histórico-cultural, sino también por su complejidad social.
Circunstancias
Ser padre está relacionado con circunstancias específicas que definen y demandan una gran
variedad de roles. Por ejemplo, no es lo mismo afrontar la paternidad cuando uno es adolescente
que en edad avanzada, o ser padre de un bebé que de un adolescente; no es lo mismo ser padre
de uno que de cuatro hijos; no es lo mismo ser padre soltero que con pareja; tampoco ser padre
antes que después de un divorcio; no es lo mismo compartir la paternidad dentro de una relación
heterosexual que con una pareja del mismo sexo, ni ser padre ocasional que de tiempo completo;
no es lo mismo ser padre en México que en Inglaterra; no es lo mismo ser padre de hijos de una
sola pareja que de varias parejas, o ser padre de un hijo discapacitado que de un vástago sin
problemas físicos; no es lo mismo ser padre de hijos biológicos que adoptivos, o ser padre de una
niña que de un niño, etc. Cada una de estas modalidades de ser padre exige diferentes
respuestas. La paternidad como discurso envuelve una complejidad social enorme que es
imposible concebir como una variable independiente.
Actualmente existe una gran variedad de publicaciones obre el tema de la paternidad, que esta
ubicado como problema y tema de análisis de genero. Esto es el resultado del aumento de
cambios sociales-economicos que han puesto al padre ante una poscion de responsabilidad
distinta y por el aumento de cibras de padres solteros, especialmente en paises ricos. Por ejemplo,
en Estados Unidos//// en Inglaterra, etc????Actualmente las cifras de padres solteros estan
aumentando en los paises de occidente, por multiples circunstancias, por decisión propia, por
decisión forzada, por una transcion lenta, inesperada o repentina. Por otra parte, el tema de
paternidad siempre ha estado latente en los ecriso sobre la familia, especialmente en los de corte
feminista.Contextos
En este breve trabajo estudiaremos varias maneras de ser padre. Por una parte, analizaremos los
cambios del rol paterno como consecuencia de la modernidad, y, por otra, revisaremos algunos
discursos alternativos que se refieren a otros tipos de paternidad que están fuera de la familia
nuclear.
Al final incluyo una breve reflexionreflexión sobre mi experiencia como padre soltero yestablezco
propongo algunos puntos generales sobre las implicaciones de la nueva paternidad para la terapia
familiar.
El padre tradicional
Antes de examinar las nuevas formas de padres surgidas en las últimas decadasdécadas, es
necesario detenernos por un momento en la familia tradicional y la manera en que se ha expresado
la paternidad. En principio, es curioso el origen del término familia, ya que está estrechamente
relacionado con una concepción tradicional, pues procede de una palabra latina derivada de
famulus (sivientesirviente), que originalmente aludía al lugar donde todos los esclavos y sirvientes
vivianvivían bajo un mismo techo; después, el vocablo pasó a designar el hogar donde viviavivían
el senor señor de la casa, la esposa y sus hijos, asiasí como los sirvientes. Representa lo que
comúnmente se conoce como cultura patriarcal tradicional, que parte de un discurso que define los
roles dentro de la familia, incluida la paternidad, como si fueran preestablecidos por razones
naturales o divinas, por lo que eran asumidos y no eran motivo de reflexión o estudio..
Por multiples razones especialmente economicas, en otras clases sociales tambien el hombre de la
casa era el que tenia el poder absoluto y dictaba las reglas y normas de la casa. Esta manera de
organización familiar es denominado como patriarcal. ¿?
Los estudios sociales pioneros sobre la familia aparecen en las primeras cuatro decadasdécadas
del siglo XX en Europa y Estados Unidos; destacan especialmente los trabajos de los antropólogos
y de los sociólogos. La mayoriamayoría de los estudios concordaba en que la familia
nuclearnuclear, en su forma patriarcal, era el modelo a seguirel eje donde se sostienen para las
sociedades modernas (Murdock, 1949; Goldthorpe, 1987). El propio Talcon Parsons (1994)
situosituó a la familia nuclear como el tipo de estrucuturaestructura ideal que no entra en conflicto
con los requerimientos de la economiaeconomía industrial. Por otra parte, la mayoría de los
estudios sociales tambientambién defendía la idea de que la familia nuclearnuclear patriarcal
cumplcumplíae con cuatro funciones basicabásicas: sexualidad, reproducción, socialización y
economía (Murdock, 1949).
"El padre, bajo esta tradición, es visto como miembro periférico con relación al cuidado y
socialización de los hijos. Y cuando interactúa transmite su rol de proveedor y protector, la persona
que es idealmente fuerte y controladora" (Lupton y Barclay, 1997).
La investigación social sobre la familia bajo la teoría estructural-funcionalista dominó durante más
de treinta años, e influyó directamente en la generación y el desarrollo de políticas orientadas a
estimular la familia nuclear en su forma patriarcal, así como en la creación de nuevos campos de
intervención profesional como la terapia familiar sistémica (Medina, 2001).
La pareja simétrica
Más tarde, en 1974, cContradiciendo esta idea, Young y Willmott predijeron la aparicionaparición
de la pareja simétrica en Inglaterra como producto de la modernidad. Hipotetizaron que la
tecnología, al cubrir los trabajos masmás arduos y aburridos, extenderiaextendería los empleos y
labores de las familias de la clase media hacia abajo. Ello produciriallevaría a las mujeres de clase
trabajadora a elegir entre trabajo en el hogar o fuera de la casa y aumentaría la eleccionelección
de carreras ocupacionales, por lo que sería cada diadía masmás similar el trabajo de los cónyuges
y se generaría una relación entre la pareja más simétrica, sobre todo en las labores del hogar y el
cuidado de los hijos..
En este mismo sentido, C. Díaz (1999) señala que hoy en día en España han aumentado
considerablemente las familias basadas en la relación simétrica y que han sustituido a la relación
patriarcal. Esto se debe principalmente al cambio de comportamiento de las mujeres: su
integración en las universidades y el trabajo, el uso de anticonceptivos, la decisión de tener pocos
hijos y a avanzada edad.
Asimismo, en Gran Bretaña, J. Lewis (1998) presenta el avance de una interesante investigación,
"Matrimonio y cohabitación en dos generaciones", donde señala que de una generación a otra, por
un parte, es explícita la negociación en el trabajo del hogar, el cuidado de los hijos, el uso del
dinero y del tiempo, y, por otra, se advierte un cambio en el discurso entre la pareja: se habla de
tener más "libertad e independencia personal".
Por otro lado, la sobreinformación y la protección en las sociedades modernas es otro de los
aspectos que se suma n a la generación de nuevos padres. Los hijos en la sociedad actual son
sagrados, y su venida a este mundo está altamente planificada, con miras a educar personas de
éxito en el futuro (Lupton y Barclay, 1997), por lo que hoy se requiere más inversión de tiempo y de
dinero, involucrando con ello más al padre, aunque tengo la ligera sospecha de que esta
sobreinformación sobre el "buen" cuidado de los hijos es otro invento de la economía consumista.
En resumen, en la cultura moderna han aparecido las parejas basadas en la relación simétrica,
donde la constante negociación es una práctica cotidiana, especialmente sobre las
responsabilidades en el cuidado y la crianza de los hijos. Esto ha generado que los padres
inviertan más tiempo en sus hijos y que experimenten, por lo tanto, nuevos sentimientos y
responsabilidades paternas que las últimas generaciones no conocieron. Este es, en términos
generales, el nuevo padre dentro de la familia nuclear moderna.
Aunque el concepto de postmodernidad es muy amplio, para los fines del presente trabajo sólo nos
referiremos a aquella acepción que establece un marco crítico para la ciencia positiva. La
epistemología postmoderna se basa en las siguientes cuatro propuestas:
Propone introducir en el quehacer científico la reflexión ético-moral como elemento sustantivo que
garantice el respeto a la diversidad y a la diferencia, un aspecto necesario hoy en día por la
manera en que algunos grupos usan los productos de la ciencia y abusan de ellos en nombre de la
verdad universal y del progreso.
Porque no todo vale, sitúa el conocimiento en un marco crítico que permita generar nuevas
posibilidades de vida.
Probablemente un pensamiento que represente las ideas que defiende la postmodernidad sea el
feminismo. De nuevo fueron Young y Willmott en 1974 quienes predijeron que el movimiento
feminista influiría en las siguientes generaciones y que se verían afectados los roles tradicionales
de la pareja; especialmente el cuidado de los hijos sería un tema fundamental que produciría
cambios sustantivos en la cultura patriarcal.
Hoy cabe reconocer que los estudios de las feministas han puesto en evidencia muchos de los
mitos construidos sobre la familia nuclear en su forma patriarcal que defendía la sociología
estructural-funcionalista. Por ejemplo, el trabajo pionero de Jessie Bernard (1972) demostró que en
la unión marital existen dos matrimonios a la vez: el de ella y el de él. Con ello se pone de
manifiesto no solo la importancia de las diferencias entre los géneros, sino también, y sobre todo,
la relación de poder que ha impuesto el hombre a la mujer en una cultura del hombre y para el
hombre.
Más que una denuncia política, creo que la gran contribución de los estudios feministas es haber
redefinido el campo de investigación de roles sociales entre los individuos, haciendo posible , de
este modo, la inclusión de una gran variedad de estilos de roles que no necesariamente están
relacionados con el tipo de sexo, sino con preferencias y prácticas socioculturales. Así, han
ofrecido un nuevo marco co nceptual donde puede ser explorado lo femenino y lo masculino en su
condición histórico-cultural.
Padres homosexuales
Aunque hay que reconocer que de una generacion a otra exiten mas espacios cotidianos donde se
acepta la diversidad y complejidad cultural.Una de las ventajas de ubicar la investigación sobre la
paternidad en el marco de los estudios de género es que permite ver y reconocer una gran
variedad de formas de ser padre; una de estas variedades son los padres homosexuales.
A pesar de que hHoy las familias basadas en la relacionrelación lesbiana o gay son una
realidad,las cuales siguen siendo estigmatizadas y no son reconocidas
institucionalmente,legalmente por lo que afrontan graves problemas de marginacion marginación.
Por ejemplo, la falta de una legislación que regule igual que para las parejas heterosexuales los
derechos de herencia, las pensiones, el seguro médico y social, los préstamos para vivienda, la
inmigración, etc., así como el derecho a la adopciónadopción y custodia de los hijos cuando una
pareja se separa son problemas actuales.
La paternidad en la relacionrelación gay es una realidad que se tiene que reconocer bajo una
nueva perspectiva que permita comprenderla a través de los propios actores que la generan diadía
a diadía, que no tiene que ver con la relación heterosexual. Al respecto, Weeks, Donovan y
Heaphy (1999) señalan que la falta de reconocimietoreconocimiento tanto social como legal de la
parentalidad basada en la homosexualidad ha generado que este tipo de parejas se enfrente a
cuestiones masmás complejas de obligación, compromiso y responsabilidad hacia los hijos y la
propia pareja que las de tipo heterosexual.. Por ejemplo, actualmente parejas de lesbianas
discuten con amigos homosexualesgays acerca de la insiminacioninseminación artificial,
concibiendo hijos de esta forma; esto ha creado una complejidad particularserie de cuestiones
acerca del rol del padre donador en la co-parentalidad, y es, algunas veces, sujetos de discusiones
verdaderamente compleja. Este tipo de acuerdo parentales son compjejos, en la que están
implicados padres biológicos, amantes, ex amantes e incluso toda la familia.
Estos autores dan muestran ejemplos de esta clase de familia. Analizan la peculiar, como el tipo de
estructura yrelación que mantienenen los padres gays de una ninaniña de 12 años y dos madres
lesvianaslesbianas que viven cerca (Ibidibíd., pag.pág. 96). En este caso, la hija se refiere a sus
papás y a sus mamás, que son quienes componen su grupo familiar.
Los autores concluyen que lLa paternidad desde la relación homosexual se vive y se construye de
forma distinta; este tipo de discurso de relaciones no heterosexuales acerca de responsabilidad,
cuidado, socializacionsocialización, educación, amor y necesidades paternales ha generado
nuevas maneras de masculinidad y, con ello, de familia.
En los últimos años, otro de los aspectos que han contribuido a generar cambios dramáticos en la
paternidad es el aumento del divorcio.
En Gran Bretaña, entre 1980 y 1990 se llevó a cabo un debate en torno a la paternidad,
especialmente el problema del rol del padre después del divorcio. El aumento del divorcio puso en
crisis la paternidad tradicional, sobre todo la que parte de la cultura patriarcal, ya que muchos de
los hijos perdían a su padre. La ruptura no era sólo con la esposa, sino también con los hijos,
quienes perdían todo contacto afectivo y social con el padre. A pesar de producir una crisis social,
tal debate dio como resultado una ley, que denominaron The children Act 1989, dirigida a redefinir
los compromisos y obligaciones de la paternidad después del divorcio, pero que afectó también al
papel de la maternidad. En términos generales, se intentaba establecer una nueva concepción de
la paternidad.
Aunque en líneas generales ha resultado beneficiosa, C. Smart (1999) señala que esta ley tiene
graves deficiencias, ya que la nueva paternidad, a pesar del divorcio, se construye sobre la base
de la relación con la ex esposa y no con los hijos, sobre todo cuando estos son menores de edad;
así, aparece un nuevo estilo de relación entre los ex cónyuges que afecta sobre todo a la
paternidad. "Los nuevos padres son más comunicativos y flexibles" ante indicaciones de la madre
referidas a la alimentación, el cuidado, la rutina, la higiene, la enfermedad de los hijos, etc. (ibíd.,
pág.103).
Actualmente, las cifras de padres solteros están aumentando en los países de Occidente por
múltiples circunstancias: el divorcio, la emigración por motivos de trabajo, la enfermedad o muerte
de la esposa, el abandono al padre y los hijos, etc. Estas circunstancias pueden deberse a una
decisión propia o forzada, y pueden caracterizarse por una transición lenta, inesperada o repentina.
En los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo, existen 1,4 millones de padres solteros que
se clasifican conforme a la siguiente variedad: padres que tienen esposa pero que estanestán
trabajando en otro lugar, padres divorciados que comparten la custodia de los hijos o los tienen a
tiempo completo, padres que afrontan una enfermedad severa de su esposa o pareja, y el viudo
que se convierte en padre soltero (Davis y Borns, 1998).
Esto ha generado cambios radicales en algunos padres, sobre todo aquellos que han asumido la
responsabilidad total de los hijos. En estos padres se ha detectado una nueva sensibilidad que
denominamos instinto paterno.
Por extrañas circunstancias, y con la ayuda de mis amigos, esta conferencia sobre la nueva
paternidad coincidió con mi condición actual de padre soltero como resultado de la muerte de mi
esposa. Soy padre de un niño de cuatro anos, Alex, y de una niña de dos, Nicole.
La siguiente narración relata mi experiencia como padre soltero. Aunque no tiene ninguna
fundamentación científica, creo que complementa el presente trabajo, ya que, en mi opinión, en
algunos temas es imposible desligar el discurso científico de la biografía personal, y en muchos
casos tal experiencia no contamina el conocimiento científico, sino que lo enriquece y le da vida.
Es de todos conocida la expresión instinto materno, que evoca una peculiaridad natural femenina
sobre la maternidad y a la vez niega la posibilidad de que un hombre pueda tener tal instinto.
Aunque reconocía entre Alex y mi esposa una relación particular (lo amamantó más de ocho
meses), durante ese tiempo veía y sentía que compartían un mundo aparte mediante un lenguaje
corporal que solo ellos podían entender; por ejemplo, cuando Alex tenía hambre, sed, calor, frío ,
un cólico, etc. Mi explicación y consuelo de dicho entendimiento entre ellos como padre era que se
debía al instinto materno.
Otro de los acuerdos que teníamos era que durante la noche ella se levantaría cuando Alex llorara.
Es extraño; pocas veces me daba cuenta de que Alex se despertaba durante la noche (no lo
escuchaba), aunque mi esposa me comentaba que a veces Alex se despertaba hasta seis veces.
De nuevo mi justificación era el instinto materno.
En febrero de 1998 nació Nicole y seguimos con los acuerdos, aunque mi responsabilidad y tiempo
aumentaron, principalmente con mi hijo Alex. Este fue un momento importante en que viví de otra
manera mi paternidad. Estaba ante un niño de dos años que se expresaba con una lógica
particular que aprendí en mi interacción cotidiana con él.
En junio del mismo año se le diagnosticó a mi esposa cáncer de pecho. Ese fue otro momento en
que mi práctica cotidiana como padre cambió radicalmente, pues dediqué más tiempo a mi esposa
y a mis hijos. Durante año y medio luchamos juntos en contra de esa enfermedad maligna, aunque
el pronóstico cada día era peor y, según los doctores, la muerte, tarde o temprano, era inevitable.
Tal circunstancia me llevó a hacerme cargo de mis hijos a tiempo completo y cambió mis
responsabilidades como padre radicalmente.
Cada día aprendía algo distinto: desde el cambio de pañales hasta entonar una canción de cuna.
Hoy, mis hijos y yo formamos una relación estrecha donde compartimos un lenguaje común. Por
ejemplo, durante la noche, aunque esté dormido, escucho cada movimiento de mis hijos, interpreto
cuándo están cansados, enfermos, tienen hambre o sed, quieren jugar, dormir o descansar.
Aunque, curiosamente, ellos también me escuc han, están al tanto de mí, cosa que explica la
naturaleza interactiva de la paternidad.
Por otra parte, he experimentado también cambios radicales en la manera de expresar mis
sentimientos hacia ellos; me sorprende ver que una caricia y una palabra que exprese amor son
distintas para Alex y para Nicole, y estoy seguro de que no es sólo por la diferencia de edad, sino
también por la diferencia de sexo.
Todo ello me hace pensar que ha surgido en mí, probablemente, un instinto paterno.
Esta nueva manera de enfrentarme con mi masculinidad, mediante la práctica paterna, seguro que
está relacionada con mi historia personal, es decir, con la madre que siempre estuvo a mi lado
cuando era un bebé y un niño y que hoy forma parte de mi identidad como hombre, así como con
mis actuales circunstancias, que con la enfermedad de mi esposa y su posterior muerte me
hicieron interactuar día a día con mis hijos de forma distinta, descubriendo no solo una forma de
vida difícil y agobiante, sino también fascinante, desafiante, interesante y altamente satisfactoria.
Por ejemplo, el antropólogo Oscar Lewis identificó en los años cincuenta toda una cultura de la
pobreza en familias que emigraron del campo a la ciudad como resultado de la miseria. Su
investigación , con un estilo metodológico sociobiográfico, pudo reconocer una serie de
paternidades sui generis. Por ejemplo, en la familia Sánchez (1997), Jesús Sánchez, a pesar de
que ha tenido hijos con cuatro mujeres distintas, cada una de las cuales tenía hijos de matrimonios
anteriores, siempre ha tenido un sentido de responsabilidad para sus diversas mujeres e hijos, a
ninguno de los cuales abandonó, y expresó siempre un cariño especial hacia ellos. Esta estructura
atípica de familia tradicional, que no tiene nada que ver con la familia nuclear moderna o con las
familias postmodernas, no hace que Jesús renuncie a su paternidad y exprese su apoyo y amor a
sus hijos e hijastros peor que muchos padres que viven en el contexto de una familiar nuclear de
clase media alta.
Este breve análisis de un tipo de familia mexicana, que desde los años cincuenta hasta la fecha va
en aumento, sirve sólo para reflexionar sobre la complejidad social y cultural que envuelve la
paternidad, un tema de estudio imposible de analizar como variable independiente y hacer de los
resultados de investigación un conocimiento universal y ahistórico.
Tal como hemos visto, no existe una manera de ser padre sino muchas, y estas dependen de
circunstancias y contextos de las familias. Este nuevo contexto familiar requiere nuevos terapeutas
que vayan más allá del conocimiento tradicional e incorporen en sus conocimientos y prácticas
nuevas maneras de ver y tratar a la familia. Con ello queremos decir lo siguiente:
1. No asumir o dar por sentado un discurso particular de masculinidad, en este caso de paternidad,
siempre articulado en torno a la familia nuclear, que peligrosamente organiza de manera implícita
nuestras prácticas terapéuticas.
2. Generar nuevas simbologías de género que dibujen genogramas que vayan más allá de la
distinción sexual, conduciéndonos a ver nuevos mapas y relaciones.
3. Aceptar y reconocer la diversidad de formas de familias y con ello de paternidad, permitiendo así
enriquecer la práctica clínica. Aunque también es importante señalar que hay que enfrentar el
conocimiento de la nueva diversidad paternal a una reflexión ético-crítica con el objetivo de no
hacer del tema un riesgo para los miembros de la familia, porque no siempre todo vale.
4. Hacer del contexto terapéutico un campo de investigación empírico excepcional donde se saben
explorar y comprender las nuevas formas de padre que están surgiendo día a día, y especialmente
nuevas maneras de masculinidad en el contexto de la familia.
. Por ejemplo:
Para reconocer en las familias su propia manera de entender y tratar la paternidad con el fin de
comprender la dinamicadinámica familiar en torno a este tema.
Para hacer de la nueva paternidad un discurso alternativo que puede conjugarse con nuevas
formas de la maternidadmaternidad, generando en los hijos nuevos estilos de género que
posiblemente reproducirán en las siguientes generaciones. Por ejemplo, si queremos hacer de la
paternidad un recurso, es necesario analizar cuándo un padre tradicional ha mostrado sentimientos
y comportamientos hacia los hijos que han dejado sorprendida a toda la familia, pues estos
momentos alternativos pueden ser útiles en la terapia.
Y para explorar con la familia nuevas manerasformas de paternidad con el fin de no solo resolver
problemas, sino de generar nuevos estilos de vida a medio y largo plazo.
Notas
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