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miércoles, 27 de febrero de 2019

Jesús es el Hijo de Dios


Título: Ciegos espirituales demandan señal.

Texto: Marcos 8,10-13

Introducción
Algo que debemos reconocer como verdadero es que todo ser humano ha nacido
espiritualmente ciego. Los ojos de nuestros corazones están nublados por el pecado y
oscurecidos por Satanás. Por eso hemos amado más las tinieblas que la luz. Somos
incapaces de comprender la verdad.

Para algunas, esta ceguera es temporal; pues por la gracia de Dios, nuestras mentes son
iluminadas por el Espíritu Santo para ver la luz del evangelio y seguir a Cristo en fe salvadora.

Para otros, su ceguera es permanente y eterna. Al rechazar a Cristo en sus corazones


permanecen en oscuridad total y rebeldía contra Dios.

Un ejemplo de estos encontramos en los fariseos de la época de Jesús. Ellos se


consideraban los más iluminados de su tiempo, sin embargo estaban ciegos en sus
corazones. Jesús los llamó, “ciegos guías de ciegos”. A pesar que tenían las Escrituras del A.T,
su ceguera espiritual era tan profunda que se negaron a aceptar a Jesús como el Cristo
enviado por Dios.

Cuando una persona permite en negar la verdad del evangelio, llega el momento en que
Dios la entrega a las consecuencias de su incredulidad. Por tanto, su ceguera espiritual, su
necedad, solamente confirma que el Juicio de Dios está sobre ellos.

En el sermón de hoy veremos que muchas personas ciegas espiritualmente rechazan a


Cristo de una manera abierta. Pero también veremos que muchos rechazan a Cristo en lo
profundo de su corazón, y estas están dentro de la iglesia de Cristo.

1. Los fariseos piden que Jesús pruebe que es el Hijo de Dios, con una
señal del cielo. v10,11
10 "Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta 11  Vinieron
entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle.”

Después del milagro de la multiplicación y despedida la multitud, inmediatamente Jesús


entra en la barca con sus discípulos y parten a una región llamada: Dalmanuta. Esta región
pertenece a Galilea; por lo tanto, Jesús y sus discípulos ya no se encuentran en tierras
paganas.

A diferencia de su estancia en tierras paganas, donde fue buscado y recibido por miles de
personas; en este lugar es rechazado por los suyos. La Biblia dice: “A lo suyo vino, y los suyos
no le recibieron.” Juan 1.11

En el momento en el que la barca llegó a la orilla, y Jesús desembarco, los fariseos y los
saduceos vinieron a él. En esta ocasión no preguntaban, sino que inmediatamente cayeron en
discusión con Jesús; y así continuaron.

El rechazo a Cristo era claro, ellos odiaban a Jesús, no deseaban su presencia en aquel
lugar. Los milagros y señales que él realizaba no eran suficientes para ellos, se los atribuían a
Satanás.

miércoles, 27 de febrero de 2019

¿Cuál seria el tema de la discusión? El pasaje no da detalles, sin embargo con toda
seguridad podemos decir que el tema de discusión era: Con que autoridad Jesús se auto
nombraba el Hijo de Dios. Quizás ellos habían escuchado de la señal de la multiplicación del
pan, una señal que los judios conocían que el Cristo realizaría. Entonces, que Jesús pruebe
que él es el enviado de Dios. ¿Qué hacen?

Ellos exigen a Jesús una ‘señal del cielo’ ¿Qué significa esta demanda? Jesús había
realizado muchos milagros, pero para los judíos (Juan 6.30-31) y sobre todo para los líderes
religiosos, estos milagros no confirmaban a Jesús como el Cristo. Ellos habían asegurado que
los milagros que Jesús efectuó eran por pacto con Satanás (3,22)

La señal que ellos demandaban entonces, era una señal milagrosa visible o audible, donde
Dios actuara y acreditara a Jesús como el Cristo.

Ejemplo: El profeta Elias y Los profetas de Baal. (1 Reyes 18,21-22; 36,40) Señal: Dios mismo
interviene y testifica a favor de la credibilidad de su profeta.

¿En verdad ellos estaban interesados en conocer que Jesús era el Cristo, para creer en él?
Vemos claramente lo que hay detrás de esta demanda: “…pidiéndole señal del cielo, para
tentarle.” Hay toda una actitud de total incredulidad detrás. Lo que estos líderes incrédulos
quieren poner a prueba es la validez de lo que Jesús dice ser. Ellos reconocen –– en un sentido
–– que Jesús realiza milagros, pero estos no son suficientes para acreditarlo como el profeta
según ellos. Así que, piden señal donde Dios intervenga y testifique a favor de la credibilidad
de Jesús como el profeta enviado por Dios. Entonces, lo que ellos se proponen hacer es, dejar
en claro que Jesús no es el enviado de Dios.

Hay algo más en esta narración que prueba la maldad que había en el corazón de estos
hombres.

Mateo 16.1  “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase
señal del cielo.”
¿Qué relación tenían los fariseos y los saduceos? No tenían ninguna relación, los fariseos y
saduceos eran enemigos irreconciliables. Por un lado, los fariseos eran legalistas, no querían
contaminarse al juntarse con publicanos y pecadores. Celosos de sus tradiciones de tal
manera que le daban a la tradición un lugar de autoridad igual a la escritura. Creían en
doctrinas fundamentales como la resurrección del cuerpo, la importunidad del alma, y la
existencia de ángeles.

Por otro, los saduceos, aunque hablaban de boca para fuera de la ley de Moisés, negaban
doctrinas fundamentales. A diferencia de los fariseos, los saduceos no creían en la
resurrección del cuerpo, la inmortalidad del alma, ni en la existencia de ángeles. Los saduceos
lucraban con las actividades religiosas del templo, el cambio de moneda, la venta de animales
para el sacrificio.

Con esto podemos ver que fariseos y saduceos eran bandos contrarios. Tenemos un
ejemplo de esto en Hechos 23,6-10; cuando Pablo esta siendo juzgado ante el sanedrín:

6  “Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el
concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la
resurrección de los muertos se me juzga. 7   Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los
fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8    Porque los saduceos dicen que no hay
resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. 9    Y hubo un gran
vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún
mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a
Dios. 10    Y habiendo grande disensión, el tribuno, teniendo temor de que Pablo fuese
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despedazado por ellos, mandó que bajasen soldados y le arrebatasen de en medio de ellos, y
le llevasen a la fortaleza.”

A pesar de la enemistad que había entre ellos, los fariseos y los saduceos estaban unidos
por su rechazo al Cristo como el Salvador.

Enseñanza: Cuanto mal hace en el corazón del hombre la incredulidad. La incredulidad es la


que condena al hombre al infierno. La incredulidad separó al hombre de Dios en el jardín del
edén. La incredulidad le hace al hombre cometer hechos tan bajos y repugnantes contra Dios
y contra sus siervos. Una persona incrédula se une con otra para hacer daño a quién teme a
Dios, y en la dureza de su corazón, en su orgullo esta ciego de ver que lo que hace, no lo hace
a la persona que cree que daña, sino a Dios mismo. ¿Cuanta gente incrédula e impía puede
haber dentro de la iglesia de Cristo? No lo se, lo que si se, por testimonio de la escritura es,
que sí la hay.

Mateo 7, 21-23  “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22   Muchos me dirán en aquel día:
Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros? 23  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.”

¿A qué tipo de personas está hablando el Señor en este pasaje? No está hablando a
personas no religiosas, ateas, tampoco a paganos, herejes o apostatas. Está hablando de
manera específica a personas que están dentro de la iglesia, pero que han sido engañadas a
creer que están en el camino al cielo cuando en realidad están en el camino espacioso al
infierno. Estás son las personas que Pablo asegura “que tendrán apariencia de piedad, pero
que negaran la eficacia de ella” (2 Ti 3,5)

Amados, consideremos los caminos en los que andamos, la incredulidad se manifiesta


cuando rechazamos la Palabra de Jesucristo. ¿Cómo la rechazamos? Al desobedecer la
Palabra. Y al rechazar la Palabra, es a Cristo mismo a quién rechazamos.

2. Un suspiro doloroso de juicio, por tanta incredulidad. v12-13


12   “Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo
que no se dará señal a esta generación. 13  Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a
la otra ribera.”

¿Cuántas señales Jesús había realizado en toda la región que confirmaban lo que él decía
ser? No hay duda que Jesús es aquel a quien el Padre ha enviado. Su nacimiento estaba
profetizado, su ministerio estaba profetizado, su muerte estaba profetizada, su resurrección
estaba profetizada, su regreso está profetizado. ¿Dónde encontramos todos estos
cumplimientos? En las Escrituras ¿a caso Jesús no reprende a los judíos diciéndoles: Juan
5,39 “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna;
y ellas son las que dan testimonio de mí”

¿Qué señales hizo Jesús durante su ministerio? Restablecer a los lisiados, curar todo tipo
de enfermedad, limpiar a los leprosos, calmar las olas y el viento, alimentar a los hambrientos,
incluso resucitar a los muertos. A caso ¿Pedir todavía más señales no demostraba la enorme
ceguera espiritual en la que se encontraban aquellos hombres?

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Es clara la evidencia en esté caso: Estos hombres eran esclavos del poder de Satanás. El
apóstol Pablo escribe en 2 Corintios 4,3-4: “3 Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,
entre los que se pierden está encubierto; 4  en los cuales el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la
gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” Ellos no podían creer en las señales que
apuntaban a Jesús como el Cristo, porqué eran presa de la incredulidad y el dios de este siglo,
Satanás, cegó su entendimiento, para que la gloria del Evangelio no les resplandezca.

Enseñanza: Con esto ¿debemos pensar que estos hombres no eran responsables de su
incredulidad o de su ceguera espiritual, ya que es Satanás quién oscurece su entendimiento?
Recordemos que el hombre posee una naturaleza pecaminosa, la cual hace que el pecado sea
atractivo. Satanás podía haberlos conducido a no creer en Jesús como el Cristo, pero no
podía obligarlos a no creer en él. Satanás les pudo persuadir a rechazar a Cristo, pero no
podía forzarlos a hacerlo. La Biblia dice “que cada uno es tentado cuando de su propia
concupiscencia es atraído y seducido” (Stg 1,14) En el corazón de estos hombres había odio,
había envidia, había orgullo, había codicia, había hambre de ser reconocidos y aceptados,
había malicia, había hipocresía.

Ellos fueron tentados a rechazar a Jesús por todos estos malos deseos que había en sus
corazones, y lo hicieron, rechazaron a Cristo por la maldad que había en ellos. Así que, ellos
eran responsables de su incredulidad y rechazo a Cristo.

Enseñanza: Así el hombre que rechaza la Palabra de Cristo es responsable de su rechazo. De


la misma manera en la que anteriormente nos referíamos a personas dentro de la iglesia de
Cristo, así nos referimos ahora: Personas que escuchan la Palabra de Dios en un sermón, pero
rechazan está palabra en su corazón. No hay más grande señal que pruebe que Jesús es él
Cristo que su resurrección. Una señal que prueba que hemos creído que Cristo ha resucitado
es la obediencia a su evangelio.

Al escuchar esta solicitud Jesús suspira profundamente; porqué lo que estos hombres
demostraban, era una enorme dureza de corazón.

Pedir señales era un insulto. Para ellos, los milagros y cumplimientos bíblicos en la persona
de Jesús no servían para acreditarlo como el enviado de Dios.

Vemos a Jesús profundamente conmovido, “….gimiendo en su espíritu…” al ver la


incredulidad en el corazón de los líderes religiosos, Jesús experimenta una profunda angustia
que provenía de su ser más íntimo, de lo profundo de su corazón. Es una mezcla de coraje y
tristeza por la necedad que había en el corazón de los fariseos.

Jesús les responde de manera negativa a la solicitud de señal y confronta su hipocresía. El


evangelio de Mateo escribe que Jesús les responde de esta manera:

Mateo 16.2-3 “Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. 3  Y por
la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que
sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!. 4  La
generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta
Jonás.”

Ellos podían distinguir si el día tendrá o no buen clima por las condiciones del cielo en la
noche y en la mañana, pero no sabían interpretar los tiempos de Dios. ¡Esta es una fuerte
reprimenda a su hipocresía e ignorancia! Los fariseos como los saduceos se enorgullecían de
su herencia religiosa, y se consideraban expertos en los asuntos de Dios, pero no tenían ni
idea de lo que Dios está haciendo en el mundo. Ellos estaban ajenos a los tiempos
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privilegiados en los que vivían, ellos estaban viviendo el tiempo de la redención que se
efectuaría por parte del propio Hijo de Dios, ante quien están parados ahora mismo, pero que
eran incapaces de ver porqué su ceguera e incredulidad los había ya condenado al infierno.

Así como el profeta Jonás fue salvado milagrosamente del fondo del mar, y esto se
convirtió en una señal. La resurrección de Jesús es para la iglesia una señal clara de que Jesús
es acreditado por Él Padre como Su enviado.

Jesús no cae en la trampa de estos hombres perversos. Él se mantiene firme en sus


exigencias de arrepentimiento y fe; quién no cree en él, y quiere salvarse por sus propios
méritos, tiene que llevar sobre sus espaldas las consecuencias de su incredulidad.

Vemos que Jesús no se deja forzar y rechaza la demanda de estos hombres incrédulos.
Entonces sube de nuevo a la barca y se aleja de ellos pasando a la orilla opuesta. Esto es una
señal de Juicio.

Enseñanza: La escritura enseña que Dios juzgará a todo aquel que rechaza a Cristo y a su
evangelio. Y como hemos visto, hay personas que rechazan a Cristo abiertamente, estos están
fuera de la iglesia del Señor. Pero hay personas que rechazan a Cristo en sus corazones, ahí
donde nadie puede darse cuenta de su rechazo, solo él Señor lo sabe ya qué él es el que pesa
los corazones.

Estas personas se encuentran dentro de la iglesia de Cristo. Son aquellos que el apóstol
Juan describe como los que “…no eran de nosotros…” 1 Juan 2.19

Para Nuestra Espiritualidad

Esté pasaje nos enseña la incredulidad que existe en el corazón del hombre. La
incredulidad es la causa de que muchos estén en el infierno, y que muchos están camino a el.

Sin embargo, la gracia de Dios se mostró para con muchos judios. El apóstol Pedro,
predicando el día de pentecostés dijo lo siguiente:

Hechos 2, 36   “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien
vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”

Y vemos la gracia del Señor obrando en aquellos corazones endurecidos por el pecado:

Hechos 2,37    “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros
apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?”

Es entonces que Pedro les muestra el camino para salvarse:

Hechos 2,38-39   “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre
de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39    Porque
para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para
cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”

Dios a través del apóstol Pedro hace un llamado al arrepentimiento y fe. Sin embargo
tenemos que tener claro lo que es el arrepentimiento Bíblico. Satanás les dice a muchos
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creyentes que arrepentirse es fácil, tan sencillo como solamente confesar el pecado. Todo lo
que tienes que decir es, “Señor ten misericordia de mí” y Él te perdonará.

Esta mentira del diablo es muy peligrosa. En primer lugar para el arrepentimiento verdadero
se necesita el mismo poder que levanto a Cristo de los muertos, es decir se necesita el poder
de Dios. Esto quiere decir que el arrepentimiento es una gracia de Dios.

“Las personas no pueden cambiarse a sí mismos; hace falta el poder de Dios para que puedan
cambiar. El hecho simple de decir, “Señor ten misericordia de mí,” no es el arrepentimiento
verdadero. Los que usan este lenguaje sin un cambio genuino en sus vidas, se están
engañando. Muchos están ahora en el infierno porque se equivocaron en cuanto a la naturaleza
del arrepentimiento.” Tomas Brooks

Existen tres elementos esenciales en el arrepentimiento:

1. Es un cambio sustancial. Dar la espalda al pecado y volverse hacia Dios. “Deje el impío su
camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Dios.” (Is.55:7)

2. Es un cambio completo de vida. Significa un cambio en la vida interior, en lo que uno


piensa y en lo que uno desea. El arrepentimiento significa un cambio tan fuerte en la vida que
otros puedan verlo, un cambio en su manera de vivir, en sus hábitos, en su perspectiva. En
pocas palabras el arrepentimiento se manifiesta en la integridad de la persona.

Ejemplo: El hombre y la mujer en el hotel y la caja de pizza con $18, 000.

Integridad tiene que ver con el temor a Dios en mi corazón. Isaías 1:16 dice, “Lavaos y lim-
piaos; quitad la iniquidad de vuestras

obras delante de mis ojos; dejad de haced lo malo; aprended a haced el bien.” Esto significa
un cambio exterior e interior, un cambio completo de vida.

3. Es su continuidad a lo largo de toda la vida del creyente. Arrepentirse es siempre


esforzarse para guardar la ley de Dios en forma más completa. Significa acercarse cada vez
más a Dios aunque al mismo tiempo, sabemos que no podemos dejar de considerarnos
pecadores. La vida cristiana consiste de un proceso continuo de mortificación del pecado.

Necesito el poder de Dios para vivir cada día en el arrepentimiento. Los creyentes verdaderos
buscarán el arrepentimiento mientras haya tiempo, ¡hoy ! El arrepentimiento nunca es fácil pero
con la ayuda y con la misericordia de Dios, uno puede dar la espalda al pecado y volverse
hacia Dios.

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