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miércoles, 17 de julio de 2019

Jesús es el Hijo de Dios


Ultimos días en Jerusalén

Texto: Marcos 11:12-14

Título: La higuera sin fruto

Introducción

El suceso de la higuera es considerado como uno de los episodios más curiosos y oscuros

del ministerio de Jesús ¿Tiene sentido enojarse en gran manera, y maldecir una mata que no

tiene fruto, en temporada en que no se espera que produzca fruto alguno? Sin embargo, la

intención del pasaje es mostrarnos un símbolo de Juicio de parte de Dios sobre Israel. Esto

responde a la actitud aparentemente ‘necia’ de Jesús. Este pasaje se trata de una profecía de

juicio y desgracia y no solamente de un anuncio de lo porvenir. La maldición de la higuera deja

en claro un acontecimiento que Dios ha querido y puesto en marcha: Su Juicio sobre Israel por

su hipocresía y ostentación religiosa.

1. Jesús tiene hambre. v12

“ Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre.”

A la mañana siguiente, lunes muy de madruga 1 Jesús salió de Betania rumbo a Jerusalén.

Es posible que no tomará ningún desayuno, y en él camino se sintió hambriento. Esta

expresión: “…tuvo o se sintió hambriento…” muestra la humanidad de Jesús, semejante a

nosotros sintió hambre igual que nosotros la sentimos.

¿Qué vemos en este versículo? Aquí vemos la humillación de Cristo, que hizo en el lugar de

su pueblo y para el bien de su pueblo. Como el apóstol Pablo escribe: “Porque ya conocéis la

1 Al día siguiente (τῇ ἐπαύριον). Mat 21:18 tiene «temprano» (Πρωΐας), lo que frecuentemente denotaba la cuarta
vigilia antes de las seis de la mañana. Era el lunes por la mañana. La Entrada Triunfal había tenido lugar en nuestro
domingo, el primer día de la semana.
miércoles, 17 de julio de 2019

gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para

que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” 2 Corintios 8:9

Como la segundo persona de la Trinidad, Cristo es tan rico como Dios el Padre. Él es el

dueño de todas las cosas y posee todo poder, autoridad, soberanía, gloria, honor y majestad

(cp.Isa 9:6; Miq 5:2; Jua 1:1; Jua 8:58; Jua 10:30; Jua 17:5; Col 1:15-18; Col 2:9; Heb 1:3) Pero

Él voluntariamente acepto hacerse pobre ¿A que se refiere con esto? Se refiere a su

encarnación (cp. Jua 1:14; Rom 1:3; Rom 8:3; Gál 4:4; Col 1:20; 1Ti 3:16; Heb 2:7) Cristo

renunció a sus privilegios divinos (Filipenses 2:5-8) dejó su lugar propio con Dios, adoptó la

humilde posición de un esclavo, y nació como un ser humano cuando apareció en forma de

hombre y murió en una cruz como cualquier criminal para que nosotros fuéramos enriquecidos

con la salvación, el perdón, el gozo, la paz, la gloria, el honor, y la majestad, (cp.1Co 1:4-5;

1Co 3:22; Efe 1:3; 1Pe 1:3-4) y así convertirnos por Sus méritos en coherederos con Cristo

(Romanos 8:17)

¿Que consuelo recibimos los creyentes de todo lo que acabamos de decir? De una forma

hermosa y verás, el autor a los Hebreos deja muy en claro el consuelo que se puede obtener

de lo que la humanidad de Cristo nos revela: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que

traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no

tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno

que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues,

confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno

socorro.” (Hebreos 4:14-15)

miércoles, 17 de julio de 2019

“La mayoría de las personas parece pensar que Dios está alejado de la vida y las

preocupaciones humanas. Jesús era el Hijo de Dios, pero su divinidad no evitó que

experimentara nuestros sentimientos, emociones, tentaciones y dolor. Dios se hizo hombre, se

hizo Jesús para participar de la tentación, pruebas y sufrimiento de los hombres y triunfar sobre

ellos, para que pudiera ser un sumo sacerdote comprensivo y compasivo. Cuando tenemos

problemas, heridas o estamos deprimidos, queremos expresar nuestros sentimientos y

necesidades con alguien que nos entienda. Jesús puede compadecerse de nuestras

debilidades…Nuestro gran sumo sacerdote no es sólo misericordioso y fiel, sino perfectamente

comprensivo. Tiene una capacidad sin igual para compadecerse de nosotros en cada peligro,

prueba y situación que aparezca en nuestro camino, porque Él ya pasó por todas estas cosas.

En la tumba de Lázaro el cuerpo de Jesús se estremeció. En el huerto de Getsemaní, poco

antes de su arresto, sudó gotas de sangre. Experimentó toda clase de tentaciones y pruebas,

toda clase de vicisitudes, toda clase de circunstancias a las que alguien pudiera enfrentarse. Y

ahora mismo está a la diestra del Padre intercediendo por nosotros.” 2

Usaré una historia para que quede claro en nuestra mente y corazón como Jesús es

nuestro Sumo Sacerdote que nos comprende en todo: Un predicador3 una noche, después de

haber predicado sobre la compasión de Jesús, un hombre se le acercó y le preguntó cómo

podía hablar de un Dios compasivo, comprensivo y amoroso. Le dijo aquel hombre: "Si su

esposa hubiera acabado de morir, como la mía, y sus bebés estuvieran llorando por su madre

que no regresaría nunca, no estaría diciendo esas cosas".

2 MacArthur J. Comentario del N.T Hebreos (Comentario al versículo 15 del capítulo 4)

3 Nos referimos a Booth Tucker


miércoles, 17 de julio de 2019

Pocos días después, la esposa de aquel predicador murió en un accidente de tren…. Después

del servicio, el predicador desconsolado bajó la mirada al rostro silente de su esposa y luego

se volteó hacía los feligreses, dijo: "El otro día, cuando estaba aquí un hombre me dijo que si

mi esposa hubiera acabado de morir y mis hijos estuvieran llorando por su madre, no estaría en

capacidad de decir que Cristo era comprensivo y compasivo, o que era suficiente para todas

las necesidades. Si ese hombre está aquí, quiero decirle que Cristo es suficiente. Mi corazón

está roto, deshecho, pero hay en él una canción que Cristo puso ahí. Quiero decirle a aquella

persona que Jesucristo está hablándome hoy palabras de consuelo". El hombre estaba allí, fue

y se arrodilló junto al ataúd y aquel predicador lo presentó a Jesucristo.

Tenemos un sumo sacerdote compasivo, cuyo sacerdocio es perfecto y Él mismo es perfecto.

2. Jesús busca fruto de la higuera. v13

“Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero
cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.”

Jesús ve a lo lejos una higuera con un follaje frondoso, lo cual se esperaría que en ella

hubiera fruto temprano que crecía junto con las hojas – algunas veces el fruto precedía a las

hojas – Sin embargo, al acercase se da cuenta que eran solo hojas, como W. Hendricksen

escribe: ¡sólo tenía hojas! ¡Prometía mucho pero no daba nada!4 Es verdad ¡No era tiempo de

higos ! Pero Jesús observa que este árbol en particular, que crecía junto al camino y, por esto,

probablemente en un lugar protegido, era algo especial. Tenía bastantes hojas, al parecer

estaba en la plenitud de su follaje y por tanto podría esperarse fruto de él. Pero nada de esto

se encontró.

4 Hendricksen W. Comentario al Evangelio de Marcos.


miércoles, 17 de julio de 2019

Encontramos este pasaje entre la narración de la entrada triunfal y la purificación del

templo. Aquí hay una unidad, no son narraciones aisladas o sin unidad entre sí. Por tanto, la

narración de la higuera sin fruto nos lleva a pensar en Jeremías 8:13: “Los cortaré del todo,

dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les

he dado pasará de ellos.”

Dios, que ha plantado a su pueblo como vid o higuera, espera frutos de él; no halla frutos.

Sino, el rechazo total al Mesías y a Su Palabra. Existía una adoración externa muy admirable,

pero no deja de ser solo eso: algo externo. No había profundidad en su adoración, su corazón

endurecido se apartó de Dios y de su Ley, habían llegado al punto en el que atrevidamente la

tradición de los hombres pesaba mucho más que la Palabra de Dios, dandole una

interpretación equivocada a la Ley. El hambre de Dios por hallar fruto que mostrará que el reino

en realidad pesaba sobre sus corazones, no era saciada.

Este es un llamado al pueblo de Israel a la conversión. El llamamiento de Dios que se

escucha en Jesús es a volver su corazón al Señor; es a cortar el prepucio de su corazón, a

rasgar en arrepentimiento sus ropas, y creer en Jesús como el Salvador. Israel es la nación que

se supone reflejaba la gloria de Dios, la nación que las demás voltearían a él y conocer al Dios

verdadero. Sin embargo, eso no sucedió, inclinaron su corazón a los ídolos de las naciones,

amaron más las costumbres de los pueblos paganos, abrazándolas con fuerza, y así

rechazando a Dios y a su Ley. Ni fríos ni calientes, tibios en sus corazones, ya que eran “muy

celosos” de sus costumbres. Esto solamente los convertiría en sepulturas adornadas por fuera

y llenas de inmundicia por dentro. Ellos tenían la Palabra de Dios (Hojas de la higuera) Pero no

había fruto en ellos – hablamos de la praxis – sus vidas no reflejaban que estaban llenas de

ella, carecía de obras.

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3. Jesús maldice la higuera sin fruto. v14

“Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus
discípulos.”

Al no hallar fruto en el árbol, Jesús pronuncia un fuerte juicio contra él: “Nunca jamás coma

nadie fruto de ti.” Este milagro es calificado como “milagro de castigo” Encontramos esta

narración entre la entrada triunfal y la purificación del Templo, porque aquí vemos el

sentimiento de rechazo hacia Jesús que había en el corazón del Pueblo. Pero vemos algo

mucho más que el juicio de Dios sobre Israel como nación, el pasaje nos revela a Cristo como

quien tiene autoridad para emitir un juicio sobre Su pueblo.

Sin embargo, tenemos que tener en claro que el rechazo a Cristo no es general; entre el

pueblo hay quienes se han arrepentido y creído en él. El apóstol Juan escribe que: “A lo suyo

vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su

nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios…” (Juan 1:11-12)

Entonces, en el pasaje encontramos nuevamente el llamamiento de Dios al arrepentimiento y

la fe. Por esto encontramos en el v 22 un llamamiento a tener fe en Dios. – Respondiendo

Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. – Una fe sincera y cada vez mayor, hasta que sea capaz de

mover los montes. Una fe en Jesucristo, quien fue hecho carne, y habitó entre nosotros, lleno

de gracia y de verdad – por esto el señalamiento a la hambruna en el v12 – La iglesia primitiva

miro en esta narración que debía aplicar así misma todas las palabras y acciones de Jesús.

Para ella hay un llamamiento en la enseñanza y ministerio de Jesús, que no puede dejar de

escuchar: a estar siempre dispuesta al arrepentimiento y a la fe. Comprendió que tener la

Palabra junto con tener un corazón incrédulo no es lo que Dios pide de la iglesia. Esto equivale

a un desconocimiento espantoso de parte de Dios de todo aquel que así vive el ‘cristianismo’
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Recordemos las Palabras finales del sermón del monte, pronunciado por Jesús: “Por sus

frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17  Así,

todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18   No puede el buen

árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19  Todo árbol que no da buen fruto,

es cortado y echado en el fuego. 20   Así que, por sus frutos los conoceréis. Nunca os conocí

21  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la

voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22   Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,

¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre

hicimos muchos milagros? 23    Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,

hacedores de maldad.” (Mateo 7:16-23)

La iglesia primitiva comprendió que el reino de Dios sólo puede darse en un pueblo que

lleva sus frutos.5

PARA NUESTRA ESPIRITUALIDAD

El pasaje es un llamamiento a la iglesia actual, y que afirma tener la Palabra de Dios a

demostrar con sus obras que el Reino de Dios se da en ella. Puedo yo ser un tremendo

predicador, que domina de manera inteligente las doctrinas de la iglesia, pero no vivir lo que

predico. Puedo predicar de manera muy convincente sobre el servicio y el amor a la obra de

Dios, pero ignorar el llamamiento a servir, y buscar cualquier justificación para no hacerlo ¿Qué

soy entonces? Una higuera frondosa sin fruto solamente, que le espera – si no hay

arrepentimiento y fe – una horrenda experiencia de Juicio. Amada iglesia: No seamos

solamente oidores de la Palabra, sino hacedores de ella. Busquemos aquella adoración

profunda, la del corazón quebrantado. Pongamos nuestra esperanza en Cristo. AMEN

5 Schnackenburg R. El Nuevo Testamento y su mensaje.


miércoles, 17 de julio de 2019

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