Sei sulla pagina 1di 6

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Jesús es el Hijo de Dios


Texto: Marcos 14:32-42

Sección: Jesús en Getsemani

Tema: Su agonía

Introducción
Durante el tiempo que Jesús vivió entre nosotros, experimento el sufrimiento y la
tentación de esta vida. Nunca cometió pecado, pero si padecido según nuestra
semejanza (Hebreos 4,15) Así que, no tenemos un Salvador que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo, pero sin
pecado.

Sin embargo, la angustia más profunda, y dolor más grande, los padeció en
Getsemani. Cristo entró a aquel huerto profundamente conmovido, al conocer lo que
se acercaba, pero salió de él victorioso, con el rostro firme como un pedernal, seguro
que la cruz, era el único plan perfecto de Dios para salvar a Su iglesia.

I. La angustiosa experiencia en Getsemani. v32-34


32  “Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí,
entre tanto que yo oro. 33  Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a
entristecerse y a angustiarse. 34   Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos
aquí y velad.”

A. Huerto de Getsemani

Después de salir del aposento alto, Jesús junto con los once discípulos, se dirigen a una
propiedad privada llamada ‘Getsemani’ (χωριον) El apóstol Juan se refiere a esta como:
‘huerto’ (Juan 18:1) Quizás propiedad de algún seguidor de Jesús quien le facilitaba el lugar
para descansar mientras se encontraba predicando en la ciudad o sus alrededores (Juan 18:2)

Cuando ellos se introducen en la propiedad, Jesús, se dirige a sus discípulos, y les ordena
que se sienten, mientras él avanza un poco más y ora.

B. Testigos de sus padecimientos.

Es en este momento que, toma a tres de ellos, las Escrituras nos dicen que fue: Pedro,
Jacobo, y Juan. Estos son los mismos tres discípulos que él permite que le acompañen
cuando resucita a aquella pequeña: La hija de Jairo (Cf. Marcos 5,37-42) y también aquellos
tres que suben con él la montaña y, se transfigura delante de ellos (Cf.Marcos 9,2) ¿Cuál es el
propósito de Cristo al tomar a su lado a Pedro, Jacobo y Juan? El los hace testigos. En la
resurrección de la hija de Jairo: Testigos del poder de Dios que hay en él; en la transfiguración:
Testigos de Su gloria como el Hijo de Dios; y ¿En Getsemani?: Testigos de sus padecimientos.

1
miércoles, 27 de noviembre de 2019
Por esto, porque fue testigo directo de los padecimientos de Cristo, Pedro escribe en su
primer carta:

1Pe 3:18    “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en
espíritu…”

C. Horror y angustia al ver que la ola de la ira de Dios se acercaba sobre él.

Y delante de estos tres discípulos, Jesús comienza a entristecerse y angustiarse. (v33) Esta
fue la tristeza más profunda que Jesús experimentara alguna vez. El dolor era tan grande que
Él mismo estaba sorprendido (ἐκθαμβεῖσθαι). En medio de la angustia, las palabras que salen
de su boca son tomadas del lenguaje de los salmos: “Mi alma está muy triste, hasta la
muerte…” (Cf. Sal. 43,5; 31,10; 22,15…) Esta expresión nos revela las emociones de Jesús en
el momento. Su mente estaba inundada de angustia tan intensa - cuando una persona
experimenta un dolor muy profundo, la manera de expresarlo es usando la frase: !En ese
momento sentía morirme! - Era tanta la presión de la angustia y la ferviente oración que, su
sudor eran como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra (Cf. Lc. 22,44) - en este
momento no explicaremos la razón medica de este fenómeno, ya que el punto principal que
hay que tener presente es el siguiente: Que la angustia que produjo aquellas grandes gotas de
sangre mezcladas con sudor era ‘por nosotros’ - Indican el gran amor eterno del Salvador por
los pobres pecadores perdidos que había venido a salvar.

Como escribe Guillermo Blair en “Pan tú eres, oh Señor”

Pan tú eres, oh Señor, para mi bien,

Roto en pedazos fuiste tú por mí.



¡Cuán grande amor se vio por cada quien

Al permitirte Dios sufrir así!

La copa amarga fue, bebiste allí;

Cual hiel y azotes son mis males, sí;

Pero tu amor cundió y en mi lugar

Vertiste sangre allí para salvar.

¿Cuál era la razón principal de esta tormentosa angustia?

La causa principal de esa angustia no era el rechazo de los suyos (Juan 1.11-12), ni la
traición de Judas, o el abandono de los discípulos. Tampoco fue la injusticia de los dirigentes o
líderes religiosos, las burlas de los soldados romanos, y ni siquiera la inminente realidad de la
muerte física. ¡Todo esto, por doloroso u horrible que debieron haber sido, fueron
circunstancias secundarias. ¿Cuál fue la causa principal de su sufriente agonía?

Isaías 53:10 “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.” Rv1960

Isaías 53:10 “Formaba parte del buen plan del SEÑOR aplastarlo y causarle dolor.” NTV

2
miércoles, 27 de noviembre de 2019

Reflexión: El horror que Jesús sentía en el Getsemani es al ver venir la ola inevitable de la ira
de Dios sobre él. ¿Qué suerte tendrá el hombre sin Cristo? ¿Como es posible que alguien
rechace la Palabra de Cristo?

II. La angustiosa petición en Getsemani. (v35-36)


35  “Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él
aquella hora. 36  Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta
copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.”

Dejando a sus tres discípulos, Jesús camino un poco más, adentrándose en los árboles del
huerto. Su propósito era pasar un momento de oración con Su Padre, así que, se arroja al
suelo e inicia a orar fervientemente.

A. Reconoce la omnipotencia de Su Padre.

En primer lugar, vemos que Jesús reconoce que nada está fuera del poder, la primacía y la
absoluta autoridad que Dios tiene para hacer las cosas: ‘Abba, Padre, todas las cosas son
posibles para ti…’ !TU todo lo puedes ! ¡Nada hay imposible para ti ! ¿Qué pide Jesús en su
oración? Padre: Para ti no hay nada imposible, si hay otra manera de salvar a los pecadores,
que no sea por medio de beber esta copa rebosante de tu ira, se que lo harías, porque tu eres
omnipotente, Tú todo lo puedes. Si hay otra manera de hacerlo ‘aparta de mí esta copa…’

En el Antiguo Testamento, la copa se usaba a menudo como metáfora para la ira de Dios (cp.
Sal. 11:6; 75:8; Is. 51:17, 22; Jer. 25:15-17; 49:12; Lm. 4:21; Ez. 23:31-33; Hab. 2:16; Zac.
12:2). En la cruz, Jesús bebería la copa de la ira divina contra el pecado (Jn. 18:11). 1

B. Reconoce la autoridad de Su Padre y se somete a Su voluntad.

Jesús se somete a la voluntad de Su Padre, porque ya hay un acuerdo entre la divinidad


desde antes de la creación del mundo llamado ‘Pacto de Redención’. Cristo es el fiador de
este pacto - un fiador es aquella persona que toma sobre sí las responsabilidades legales de
otro, en este caso: Cristo toma nuestra responsabilidad legal ante el Padre, y es Juzgado por
él en nuestro lugar, para así nosotros recibir la justicia de Cristo; y ser declarados ‘sin culpa’
ante Dios, en los méritos de Cristo -

En las Palabras: “mas no lo que yo quiero, sino lo que tu…” Encontramos el cumplimiento
del salmo 40:8 que dice: El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en
medio de mi corazón.
Toda la vida de Cristo, se caracterizo por la obediencia a la voluntad del Padre:

Jua 4:34  “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su
obra.”

Jua 5:30   “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo,
porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.”

1 MacArthur J. Comentario al Evangelio de Marcos.

3
miércoles, 27 de noviembre de 2019

Jua 6:38  “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que
me envió.”

Esto quiere decir que Jesús no solo murió por nosotros, sino que también vivió por
nosotros. El cumplió la obediencia perfecta por nosotros, así que, Su obediencia la hacemos
nuestra por la fe. En Cristo hemos obedecido perfectamente la Ley de Dios. Y Así nosotros
podemos descansar y no vivir atormentados de que algún día enfrentaremos esa ira santa
porque no cumplimos al pie de la letra toda la ley de Dios. Nosotros podemos descansar en la
obra de Cristo ya que él cumplió por nosotros lo que nunca íbamos a poder cumplir. ¡Gracias
sean dadas a Dios, por su Hijo Jesucristo! ¡A él sea la gloria por los siglos de los siglos! AMEN

III. La amorosa exhortación en Getsemani. (37-40)

Después de haber pasado un tiempo en oración, Jesús regreso donde se encontraban los tres
discípulos, y les encuentra durmiendo.

A. La tristeza y el cansancio los dominaron.

El cansancio que dominó a los discípulos no solamente era la fatiga que viene debido a lo
avanzado de la hora - era ya muy noche - sino que estaba agravado por la tristeza y el dolor
(Cf. Lc.22,45) Ellos se habían dado cuenta de que su Señor estaba a punto de morir, y tras
advertirles que lo abandonarían, fueron vencidos por el agotamiento del dolor - como cuando
un niño se duerme después de estar llorando por un tiempo - Aún así, aquella tristeza no era
excusa, en una noche como aquella, tan crucial, debieron haber hecho todo lo necesario para
permanecer velando o alerta, como Jesús les había ordenado que hicieran (v34)

B. Les exhorta nuevamente a mantenerse alerta.

37  Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar
una hora? 38    Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está
dispuesto, pero la carne es débil.

Vemos la preocupación del Pastor por sus ovejas: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar
una hora? Su exhortación no es un reproche, la noche avanzaba, cada segundo que pasaba,
se acercaba más la tentación, ellos tenían que permanecer alertas, no solo fisicamente,
sobretodo espiritualmente. - el apóstol Pedro escribió muchos años después de aprender esta
lección en Getsemani lo siguiente: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 P. 5:8).”

La tentación tiene como propósito, conducirnos a pecar contra Dios. La tentación es como
la carnada en el anzuelo, que conduce al pez a la muerte. Santiago escribe lo siguiente:

Santiago 1,14   “La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos
arrastran. 15    De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se le deja
crecer, da a luz la muerte.”

La tentación es una realidad en la vida del creyente, es por esta razón que debemos
permanecer vigilantes, y constantes en la oración.

En el tiempo de los primeros cristianos, ellos eran tentados a negar su fe, ya que eran
perseguidos, despojados de sus vienes, encarcelados, maltratados, juzgados como

4
miércoles, 27 de noviembre de 2019
criminales. Esta pasaje - Marcos 14,38 - es una exhortación para aquellos primeros cristianos
a vivir constantemente dependiendo de la gracia y el poder de Dios. Porque así como los
discípulos fueron tentados, abandonar a Jesús, por causa de la persecución, así ellos también
serian tentados a abandonar la fe por causa de la tribulación.

Reflexión: Así nosotros ¿Qué tipo de tentación estas experimentando? ¿Estas en constante
oración?

IV. La victoriosa sumisión de Cristo (v41-42)

41  “Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el
Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42   Levantaos, vamos; he aquí, se
acerca el que me entrega.”

Después de haberse entregado completamente a la oración (Daniel 9:3) Jesús regresa por
tercera vez con sus tres discípulos, y era de esperar, los encuentra nuevamente durmiendo.
Esta vez, Jesús ya no regresa a orar, había salido triunfante de la oración, Getsemani era
testigo de la victoria del Cordero sobre la tentación. Ahora, era el momento de cumplir con su
misión de quitar los pecados de su pueblo (Jn.1,29)

A. El Padre lo entregaría en manos de pecadores.

El Cordero no seria entregado para la salvación todos - aunque su sangre es eficaz para
salvar a todos - El Hijo del hombre seria entregado por el Padre en manos de pecadores en
rescate de muchos (Marcos 10,45) Los pecadores harían con él lo que quisieran, y como
cordero que es asesinado, no pronunciaría queja alguna. ¡Oh, profundidad del amor de Cristo !

Amado hermano:

- Cuando sientas que la prueba es fuerte: ¡Mira que el amor de Cristo es más fuerte que miles
de mares!

- Cuando sientas que tus pecados son cadenas que te arrastran a lo profundo del infierno:
¡Mira el amor de Cristo que es más profundo que el mismo averno !

- Cuando sientas que la fuerza de la muerte te tiene: ¡Mira el fuerte amor de Cristo que con su
muerte nos dio vida!

- ¡No tomes como cualquier otro amor, el amor de Cristo, porque hacer esto solamente te
llevará a enfrentar el infierno!

Cristo les dice a sus discípulos: “vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.”

Para Nuestra Espiritualidad

Al comentar sobre la sumisión triunfante en Getsemaní, Charles Spurgeon, el predicador


británico del siglo XIX, declaró:

Ningún sonido de clarín, ni explosión de cañón, izada de banderas, o aclamación de


multitudes anunció alguna vez una victoria como la obtenida por nuestro Señor en Getsemaní.
Él ganó allí la victoria sobre todos los sufrimientos que se le vinieron encima, y todas las
tristezas que pronto lo envolvieron como enormes olas del Atlántico. Allí ganó la victoria sobre

5
miércoles, 27 de noviembre de 2019
la muerte, y más aún sobre la ira de Dios que estaba a punto de padecer al máximo por el bien
de su pueblo. Allí hay verdadero valor, allí hay heroísmo al máximo, allí está la declaración del
Conquistador invencible que clama: “No lo que yo quiero, sino lo que tú”. Con la perfecta
resignación de Cristo también estuvo su firme determinación. Él había llevado a cabo la obra
de redención de su pueblo, y saldría adelante a través de ella hasta poder expresar
triunfantemente en la cruz: “Consumado es” (Charles Spurgeon, “Christ in Gethsemane”, The
Metropolitan Tabernacle Pulpit [Pasadena, TX: Pilgrim Publications, 1979], 56:152).2

2 Citado por John MacArthur en su comentario al evangelio de Marcos.

Potrebbero piacerti anche